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En lo principal: Abandono del procedimiento; Primer otrosí:

En subsidio decaimiento del procedimiento administrativo;


Segundo otrosí: Acompaña documentos; Tercer otrosí:
Suspensión y tramitación por cuerda principal; Cuarto otrosí:
Patrocinio y poder; Quinto otrosí: Forma de Notificación.

JUEZ SUSTANCIADOR TESORERO REGIONAL DE RANCAGUA

RICARDO ASTUDILLO SOZA, independiente, cédula de identidad


13.660.543-7, en los autos ejecutivos, con domicilio en
Huérfanos 1147, oficina 510, comuna y ciudad de Santiago, en
autos caratulados “Tesorería general de la república con
Soza”, número de expediente 10941-2016, COMUNA de Rancagua, a
SS. con respeto digo:

En tiempo y forma, vengo en deducir incidente de abandono


del procedimiento, de conformidad en lo dispuesto en los
artículos 152 y siguientes del Código de Procedimiento Civil,
de acuerdo a los antecedentes que se exponen:

a. Que desde la fecha 30 de abril del año 2010, se


encuentran vencidas deudas, respecto del formulario 21,
folio: 746527
b. Que como consta en autos se ha notificado este
procedimiento cuyo número de expediente es 10941 del año
2016, a la fecha no se ha realizado ninguna gestión
tendiente a movilizar el procedimiento.

Como cuestión preliminar, previo a referirme a la institución


del abandono del procedimiento propiamente tal, es necesario
hacer presente las consideraciones respecto a la aplicación de
la misma en estos autos.
1. Juez sustanciador como órgano que ejerce jurisdicción.

El tesorero comunal y el abogado provincial de la


tesorería General de la República tramitan y resuelven las
reclamaciones de un contribuyente, lo hacen en ejercicio de
la función jurisdiccional y no se trata del agotamiento de la
vía administrativa previa para recurrir a los tribunales,
puesto que se trata de un procedimiento ejecutivo, con
afectación de derechos en que se dispone la tramitación
posterior del mismo procedimiento por la justicia ordinaria y
concurren todas las exigencias requeridas por la doctrina a
este respecto: “la forma (procedimiento, partes y juez), el
contenido (controversia con relevancia jurídica, y una
pretensión procesal concreta) y la función (asegurar la paz
social por medio de decisiones justas y eventualmente
coercibles.”1

Que, siguiendo la misma línea, aquella potestad indicada


corresponde a la función jurisdiccional, por estar referida
al poder que tiene el estado para resolver los conflictos
jurídicos particulares, mediante la aplicación de normas
objetivas que este, por medio de sus órganos, estima
pertinente disponer. De este modo, en la reglamentación del
ejercicio de la jurisdicción deben respetarse y cumplirse las
estipulaciones constitucionales correspondientes, en especial
las referidas a los principios de legalidad, imparcialidad e
independencia del órgano que conoce del juicio, como las que
regulan sus bases fundamentales.

El artículo 2 del Código Tributario establece que, en lo


no previsto en las leyes tributarias, se aplicaran normas de
derecho común contenidas en las leyes generales o especiales,

1 Eduardo J. Couture. Fundamentos de derecho procesal civil. Ediciones d. 1974, páginas 34 y siguientes.
tanto es así que el artículo 190 del Código tributario quien
en su inciso segundo reza “en lo que fuere compatible con el
carácter administrativo de este procedimiento se aplicarán
las normas contempladas en el Título I del Libro Tercero del
Código de Procedimiento Civil.”

Lo anterior también ha sido comprendido, de manera


ejemplar, por la Excelentísima Corte Suprema de Chile en
causa rol de ingreso N° 16.619-16, consignándose en fallo de
fecha 29 de diciembre del año 2016, lo que sigue:

“…El tesorero comunal que instruye la primera etapa del


procedimiento de cobro regulada en el título V del Libro III
del Código Tributario, al despachar el mandamiento de
ejecución y embargo contra el deudor, así como al ordenar su
notificación y requerimiento de pago –así ha ocurrido en
estos autos-, de conformidad a los artículos 170 y 171 del
Código Tributario, actúa “en el carácter de juez
sustanciador”, según expresamente indica el inciso primero
del citado artículo 170. En concordancia a lo anterior el
artículo 177 del mismo código señala que si no concurren los
requisitos previstos en la misma norma para oponer la
excepción de no empecer el título al ejecutado “el tribunal”
la desechará de plano, aludiendo al mismo tesorero comunal.

Menester es indicar que aun siendo el tesorero comunal


una autoridad administrativa, ello no obsta a que la ley
pueda encomendarle el ejercicio de actividad jurisdiccional,
y así que la garantía del debido proceso reconocido en el
artículo 19 N° 3 inciso 6° de la Constitución Política de la
República comprende no sólo a las sentencias emanadas de
aquellos tribunales que integran el poder judicial tratado en
el Capítulo V de nuestra Constitución, sino a “toda sentencia
de un órgano que ejerza jurisdicción”. Es decir la expresión
“órgano que ejerce jurisdicción” comprende a cualquier
entidad, pública o privada, integre o no el poder judicial,
con competencia para pronunciar el derecho aplicable al
asunto determinado. En este sentido, la frase aludida es más
“los tribunales establecidos por la ley”, a los cuales
únicamente corresponde el ejercicio de la función judicial
es decir, conocer la causas civiles y criminales, juzgarlas y
hacer ejecutar lo juzgado.

Por ende, como se viene explicando, el tesorero comunal,


actuando como juez sustanciador, tiene competencia para
pronunciar el derecho aplicable a determinados asuntos
fijados en la ley, así, como ya se ha dicho, despacha el
mandamiento de ejecución y embargo contra el deudor y ordena
su notificación y requerimiento de pago (artículos 170 y 171
del Código tributario); desecha de plano la excepción de no
empecer el título al ejecutado que no cumpliere los
requisitos de admisibilidad previstos en la ley (artículo
177, inciso 1°); dicta las resoluciones que procedan para
corregir los errores o vicios manifiestos de que adolezcan el
cobro (artículo 177, inciso 3°); puede pronunciar sobre el
escrito de oposición para acogerlo, caso en el cual ordenará
levantar el embargo aplicado y dejar sin efecto la ejecución,
asimismo puede acoger las alegaciones y defensas que se
fundamenten en errores o vicios manifiestos de que adolezca
el cobro (artículo 178, incisos 1° y 2°); e incluso le
compete el conocimiento de las cuestiones suscitadas entre
los deudores moros de impuestos y el fisco que no tengan
señalado un procedimiento especial, estableciendo una
tramitación incidental y sin forma de juicio (artículo 190,
inciso 1°).
En el mismo sentido ha concluido esta Corte que “es la
propia ley la que reiteradamente le asigna la calidad de juez
sustanciador al tesorero comunal y le entrega la resolución
de materias propias de dicha calidad y ajenas al ámbito
administrativo, haciendo supletorias las disposiciones
comunes a todo procedimiento” (SCS Rol N° 1730-13 de 16 de
mayo de 2013), y que el proceso de cobranza tramitado en el
expediente administrativo seguido ante el tesorero comunal
respectivo “es de naturaleza jurisdiccional, y está sometido
al tribunal competente llamado por ley a conocer de tal
asunto” (SCS Rol N° 12.362-11 de 28 de enero de 2013. V.t.
SCS Rol N° 4356-10 de 13 de diciembre de 2012)…” (Lo
destacado es mío).

En la misma línea la Excelentísima Corte Suprema en su fallo


ROL 12.222-2019 de fecha dos de junio de 2022 advierte ““(…)
como esta Corte ya ha resuelto antes, en el procedimiento de
cobro ejecutivo del título V del libro III del Código
Tributario, tanto en su tramitación ante el Tesorero actuando
como juez sustanciador, como ante el Juez de Letras
competente, resulta procedente el instituto del abandono del
procedimiento previsto en el artículo 153, inciso 2°, del
Código de Procedimiento Civil, por remisión de los artículos 2
y 196 inciso sexto del Código Tributario”

2. Abandono del procedimiento como sanción ante la


inactividad.

En tales circunstancias se advierte nítidamente el


carácter jurisdiccional del procedimiento sustanciado ante la
autoridad administrativa, esto es, el tesorero comunal y el
abogado provincial, haciendo supletorias las disposiciones
comunes a todo procedimiento, Al respecto nuestro código de
procedimiento civil en su artículo número 3 reza “se aplicara
el procedimiento ordinario en todas las gestiones, trámites y
actuaciones que no estén sometidos a una regla especial
diversa, cualquiera que sea su naturaleza”.

Cabe destacar que la doctrina establece menester cumplir con


ciertos requisitos previos al momento de solicitar el abandono
del procedimiento, estos son: que todas las partes que figuran
en el juicio hayan cesado en su prosecución durante seis
meses, contados desde la fecha de la última resolución
recaída en alguna gestión útil para dar curso progresivo a
los autos, y copulativamente, es necesario además que la
sentencia no se encuentre ejecutoriada.

Sabido es, que “dar curso progresivo a los autos” implicar


hacer avanzar la causa desde una etapa o fase procesal a la
siguiente (discusión – conciliación – prueba – sentencia –
ejecución). Ello pues, considerando que nuestro régimen
procesal se rige por el denominado “orden consecutivo legal”,
el agotamiento de las etapas del proceso es el único medio
para que la controversia quede en estado de resuelta por el
tribunal.

Gracias a la modificación del artículo 152 del C. P. C,


introducida por la Ley N° 18.705 en el año 1989, hoy no
existe duda alguna en cuanto a que no basta que las partes
presenten escritos o soliciten diligencias, sino que estas
gestiones deben ser procesalmente “útiles” y que hagan
“avanzar el proceso” desde una fase a la siguiente.
Recordemos que la antigua redacción del art. 152 no
incluía los mencionados requisitos, sino que simplemente
señalaba: “La instancia se entiende abandonada cuando todas
las partes que figuran en el juicio han cesado en su
prosecución un año, contado desde la última providencia”.

Por lo explicado, no existe actuación por parte de la


Tesorería general de la Republica que pueda ser considerada
como gestión útil, porque sencillamente no hizo avanzar el
curso de la causa, al permanecer en proceso paralizado por
casi 6 años-

En el mismo sentido se ha pronunciado la doctrina, a


saber “Podemos afirmar que se habrá cesado en la tramitación
del juicio cuando, existiendo la posibilidad de que las
partes del proceso realicen actos procesales útiles a la
prosecución del mismo, omiten toda gestión o actuaciones
tendientes a preparar los elementos que permiten llegar al
estado de sentencia. Por consiguiente, sólo cabe decir que
todas las partes de un juicio han cesado en su prosecución,
cuando teniendo los medios conducentes a instar por la
terminación del pleito se niegan a utilizarlos, sea por
negligencia u otra causa dependiente de su voluntad.
Asimismo, la Excelentísima Corte Suprema, ha estimado
que: “… de lo anotado fluye que el abandono del procedimiento
sólo puede prosperar si es que el litigante interesado en la
resolución del pleito ha sido negligente, cesando en el
acometimiento de la actividad que le corresponde de acuerdo
al impulso procesal que le es exigible, por un período
superior al legal –seis meses o tres años según el caso-
contados desde la última resolución recaída en una gestión
útil para dar curso progresivo a los autos, o desde la última
gestión útil, hecha en el procedimiento de apremio, destinado
a obtener el cumplimiento forzado de la obligación, luego de
ejecutoriada la sentencia definitiva, o vencido el plazo para
oponer excepciones, en su caso…”3

POR TANTO, En mérito de lo expuesto, antecedentes y


disposiciones legales citadas;

RUEGO A SS:

a) Se sirva tener por deducido incidente de abandono del


procedimiento, someterlo a tramitación y finalmente
acogerlo, declarando el abandonado el procedimiento, con
expresa condenación en costas.

2 Del Abandono del Proceso, A.W.G., página 20, Editorial Jurídica de Chile.
3 Causa N° 748/2013. Resolución N° 93365. CS. 12 de Noviembre de 2013.
b) En subsidio, se remitan los antecedentes al Juez de
letras correspondiente para resolver en definitiva el
incidente de abandono del procedimiento.

PRIMER OTROSÍ: Que en subsidio del incidente de abandono del


procedimiento interpuesto en lo principal de escrito es que
vengo en tiempo y forma en deducir acción de decaimiento del
procedimiento ejecutivo especial de cobro de impuestos de
acuerdo a los antecedentes que se exponen:

1. Que no obstante lo establecido en el Código Tributario


Título V respecto a las facultades que la legislación entrega
al Tesorero para dar inicio al cobro de obligaciones
tributarias de dinero, no es menor la diferenciación entre
etapa administrativa y jurisdiccional de los procedimientos
administrativos contenciosos. Se regula el cobro ejecutivo de
las obligaciones tributarias de dinero, desde el artículo 168
a 199, estableciendo que la cobranza tendrá una etapa
administrativa y otra judicial. La primera es la que conoce
la autoridad administrativa y la segunda la justicia
ordinaria. La Etapa Administrativa se realiza ante el
Servicio de Tesorería, de la cual conoce como juez
sustanciador el Tesorero Comunal, que en el evento previsto
por el legislador pasa al Abogado Provincial. La Etapa
Judicial se inicia con la remisión del expediente a la
justicia ordinaria. Existiendo oposición, subsanadas las
deficiencias y no habiéndose acogido las excepciones opuestas
por el ejecutado, el Abogado Provincial dentro del plazo de
cinco días hábiles, deberá presentar el expediente al
Tribunal Ordinario con un escrito en el que se solicitará del
Tribunal que se pronuncie sobre la oposición, exponiendo lo
que juzgue oportuno en relación a ella. En el caso de no
existir oposición solicitará que, en mérito del proceso se
ordene el retiro de especies y demás medidas de realización
que correspondan.

2. Que conforme al artículo 1º de la ley 19.880 en caso de


que la ley establezca procedimientos administrativos
especiales, la presente ley se aplicará con carácter de
supletoria. No existiendo procedimientos especiales excluidos
de los estándares esenciales de la ley citada, salvo norma
legal manifiesta en sentido contrario, esta normativa tiene
aplicación supletoria en la fase administrativa del
procedimiento de cobro ejecutivo de las obligaciones
tributarias de dinero.

3. Que el artículo 14, párrafo tercero, de la ley 19.880


indica como causal de terminación del procedimiento
administrativo “la desaparición sobreviviente del objeto del
procedimiento”, (que no se debe confundir con la satisfacción
del objeto de la pretensión), agregando que, en tal caso, la
resolución que declara la terminación consistirá en la
declaración de la circunstancia que concurra, con indicación
de los hechos producidos y las normas aplicables. Por su
parte el artículo 40, párrafo segundo, del mismo texto legal
indica como causal de terminación “la imposibilidad material
de continuarlo por causas sobrevivientes”. Según Jesús
González Pérez (La Ley Chilena De Procedimiento
Administrativo. Revista de Administración Publica Nº 162.
Septiembre Diciembre 2003. Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales Plaza de la Marina Española. Madrid) las
expresiones no son las adecuadas ya que más que causas
determinantes de “imposibilidad material” de continuar el
procedimiento, las que dan lugar a la terminación son las
causas que privan al procedimiento de razón de ser, una de
las cuales es la que determina el artículo 14 de la Ley
19880: “desaparición sobreviviente del objeto”. Consecuencia
de ello es que esta causal debe ser entendida como
circunstancias de cualquier índole, que cambian las
condiciones bajo las cuales se inició el procedimiento, y que
conllevan que el necesariamente no pueda continuar.

4. Que en este contexto, cabe analizar si la inacción de la


administración, prolongada injustificadamente en el tiempo,
que vulnera los principios de probidad, (el articulo 62 Nº 8
de la ley 18.575 dispone que constituye una infracción a la
probidad administrativa contravenir los deberes de
eficiencia, eficacia y legalidad que rigen el desempeño de
los cargos públicos, con grave entorpecimiento del servicio o
del ejercicio de los derechos ciudadanos ante la
Administración) eficacia y eficiencia, e impulsión de oficio
( el artículo 3 inciso segundo de la ley 18.575 señala que la
Administración del Estado deberá observar entre otros los
principios de eficiencia, eficacia e impulsión de oficio del
procedimiento), configura una circunstancia sobreviviente en
términos tales que genera una desaparición del objeto del
procedimiento, configurándose así la hipótesis especial de
terminación del procedimiento administrativo prevista en el
artículo 14 inciso final de la ley 19.880 que ha sido antes
citada, circunstancia que permitiría hablar de una suerte de
“decaimiento del procedimiento administrativo”, como así se
han indicado en algunos fallos, aun cuando la expresión no
sea la más feliz, para graficar esta situación, ya que lo
correcto sería la de “terminación anticipada del
procedimiento por desaparición sobreviniente del objeto”, que
será la que se empleará en adelante.

5. Que el objeto del procedimiento administrativo es que la


Administración a la hora de actuar se sujete siempre a las
reglas del Derecho, a fin de que sus actos no resulten
antijurídicos o ilegales; ( art. 7 Constitución Política) la
protección o tutela de los derechos e intereses de quienes
intervienen en el procedimiento, ( art. 17 de la ley 19.880)
y que las técnicas del procedimiento deben dirigirse hacia la
obtención de una mayor eficacia, haciendo el procedimiento
simple, rápido y económico. Clave en relación este último
objeto son el principio de celeridad del artículo 7º de la
ley 19.880 que implica que el procedimiento administrativo,
debe desarrollarse con dinamismo y con rapidez en sus actos,
siendo clave el rol de impulso de oficio de la autoridad
administrativa; el principio conclusivo, establecido en el
artículo 8 de la ley 19.880, conforme al cual todo el
procedimiento administrativo está destinado a que la
Administración dicte un acto decisorio, que se pronuncie
sobre la cuestión de fondo, y en el cual exprese su voluntad,
y el principio de economía procedimental, reconocido por el
art. 9 de la ley 19.880, conforme al cual la Administración
debe responder a la máxima economía de medios con eficacia,
evitando trámites dilatorios.

6. Que tal como señala Rafael Estrena Cuesta “la


obligatoriedad de que la Administración siga un cauce
determinado para formar sus manifestaciones de voluntad
obedece a esas dos ideas que constituyen el eje de la rama
del derecho que tratamos: la idea de la eficacia
administrativa y la de garantía de los administrados. A
imagen, y por influencia de lo que ocurre con el Derecho
procesal, se entiende que el establecimiento de unos trámites
que necesariamente habrán de ser observados cuando la
Administración actúe, en particular al relacionarse con otros
sujetos, constituye un medio para defender la seguridad de
estos al mismo tiempo que para conseguir la efectiva
realización de los fines públicos”( Curso de Derecho
Administrativo. Volumen I . Edit. Tecnos Undécima Edición,
1995.- Pág. 224) En este mismo sentido Eduardo García de
Enterría y Tomas Fernández señalan que “ el procedimiento
administrativo, si bien constituye una garantía de los
derechos de los administrados, no agota en ello su función,
que es también, y muy principalmente, la de la de asegurar la
pronta y eficaz satisfacción del interés general mediante la
adopción de las medidas y decisiones necesarias por los
órganos de la Administración, intérpretes de ese interés, y,
al propio tiempo, parte del procedimiento y árbitro del
mismo” ( Curso de Derecho Administrativo Tomo I. Editorial
Civitas. Madrid. Quinta Edición. Pág. 421. Año 1991)

7. Que la expresión “sobreviniente”, dice relación con “lo


que surge con posterioridad”, y en este caso debe
considerarse que la demora excesiva e injustificada en la
tramitación de un procedimiento administrativo iniciado de
oficio por la administración afecta “el contenido jurídico
del procedimiento administrativo tornándolo ilegítimo, sin
perjuicio de que el propio órgano de la Administración con su
inacción atenta gravemente contra los intereses patrimoniales
del Estado, llamado precisamente a resguardar”, tal y como se
ha señalado por la Excma. Corte Suprema en sentencia de 06 de
Agosto de 2012 (Rol Nº 2670-2011).

8. Que, en la búsqueda de un criterio rector para establecer


cuando dar por establecido que la inacción de la
Administración del Estado conlleva la desaparición del objeto
del procedimiento administrativo del artículo 190 del Código
Tributario, aplicamos el criterio definido en la sentencia de
la Excma. Corte Suprema de fecha 06 de Agosto de 2012, (Rol
Nº 2670-2011), “hay que estarse a los plazos que el Código
Tributario contempla para situaciones que puedan asimilarse.
De acuerdo a lo dispuesto en los artículos 200 y 201 de dicho
Código, la regla general en materia de prescripción es de
tres años, por lo que resulta lógico sostener que pasado el
plazo de tres años sin que el Servicio de Tesorerías haya
realizado en el procedimiento gestión alguna para proseguir
con el cobro de los impuestos adeudados”, se produce la
desaparición del objeto del procedimiento administrativo. En
efecto, después de más de tres años sin actuación
administrativa alguna, carece de eficacia el procedimiento de
cobro de impuestos, “siendo estéril para el fin señalado,
quedando vacío de contenido y sin fundamento jurídico que lo
legitime, pues, como se expuso, son manifiestas las
vulneraciones a los principios de derecho administrativo que
se producen con la dilación indebida e injustificada”. En
efecto, un procedimiento cuya tramitación es contraria a la
rapidez, agilidad, y flexibilidad que exige el derecho
nacional, no da satisfacción a las necesidades públicas y no
respeta las garantías debidas al administrado reconocidas,
desnaturalizando con ello su objeto, y conllevando así su
terminación por esta causa.

9. Que dado lo anterior, se determina que la inacción de la


administración, prolongada injustificadamente en el tiempo,
más allá de los tres años prescripción de la deuda tributaria
no sólo vulnera los principios de probidad, eficacia y
eficiencia, celeridad, conclusivo y de economía, sino que
configura una circunstancia sobreviviente que conlleva “la
desaparición del objeto del procedimiento”, ya que claramente
es contraria a la idea de eficacia administrativa y de
garantía a los administrados, configurando la hipótesis
especial de terminación del procedimiento administrativo
prevista en el artículo 14 inciso final de la ley 19.880.

POR TANTO, En mérito de lo expuesto, antecedentes y


disposiciones legales citadas;

RUEGO A SS:

a) Se sirva tener por deducido decaimiento del acto


administrativo, someterlo a tramitación y finalmente
acogerlo, declarando el decaimiento del acto
administrativo, con expresa condenación en costas.
b) En subsidio, se remitan los antecedentes al Juez de
letras correspondiente para resolver en definitiva el
incidente de decaimiento del acto administrativo.

SEGUNDO OTROSÍ: Ruego a SS. tener por acompañados con


citación de la contraria los siguientes documentos:

- Certificado de deudas de impuestos fiscales.

TERCER OTROSÍ: Atendido que el incidente deducido en lo


principal es de previo y especial pronunciamiento, solicito a
S.S. que, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 87 del
Código de Procedimiento Civil, se sirve decretar la inmediata
suspensión del curso del juicio, mientras éste se tramita y
se resuelve.

Asimismo, solicito que se tramite este incidente en la


pieza principal, sin formar cuaderno separado.

Por tanto, Solicito a S.S. acceder a lo solicitado.

CUARTO OTROSÍ: Solicito a US., tener presente que por este


acto constituyo patrocinio y confiero poder en la abogada
habilitada, doña YARELA FUICA ALFARO, cédula de identidad N°
16.952.077-1 domiciliado para estos efectos
en Huérfanos 1147, oficina 510, comuna y ciudad de Santiago,
quien firma en señal de aceptación del poder conferido.

QUINTO OTROSÍ: Solicito a S.S., tenga a bien realizar todas


las notificaciones al siguiente correo electrónico:
abogado.civil2@alfaromadariaga.cl

Yarela Firmado
digitalmente por
Natalia Yarela Natalia
Fuica Alfaro
Fuica Fecha:
2023.06.30
Alfaro 15:56:46 -04'00'
Certificado de Deuda

NOMBRE RICARDO ASTUDILLO SOZA

DIRECCION AV LA COMPANIA 38 MAGISTERIO COMUNA RANCAGUA

RUT 13.660.543-7

Total Deuda Liquidada Morosa Total Deuda No Vencida Liquidada Acogidos ART 196 y 197 DEL C.T.

CLP 46,170,748

Deuda :Morosa (CLP)

FORMULARIO TIPO FOLIO FECHA VCTO. DEUDA NETA REAJUSTE INTERES MULTA TOTAL

21 21 746527 30-Abr-2010 6,321,678 4,513,678 25,517,264 0 36,352,620

21 21 1073573 12-Ago-2008 597,790 447,745 2,791,578 313,660 4,150,773

21 21 1073576 13-Oct-2008 231,760 165,477 1,048,705 119,171 1,565,113

21 21 1073577 12-Nov-2008 573,747 399,328 2,554,322 291,922 3,819,319

21 21 1073609 12-Dic-2008 43,045 29,314 188,856 21,708 282,923

Total Deuda Morosa (CLP) 7,768,020 5,555,542 32,100,725 746,461 46,170,748

(Liquidada al: 31-05-2023)


Fecha de Emisión del Certificado: 31-05-2023
Emitido a las: 10:39

El Servicio de Tesorería certifica que de acuerdo al estado de la Cuenta Única Tributaria del RUT 13.660.543-7, éste registra deuda por el(los)
formulario(s) detallado(s) precedentemente.

La Institución o persona ante quien se presenta este certificado, podrá verificar su autenticidad en www.tgr.cl, ingresando el número del código de
barra que se indica en certificado.

IMPORTANTE

DOCUMENTO NO VALIDO PARA PAGAR EN INSTITUCIONES RECAUDADORAS

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