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RESEÑA DEL CAPITULO UNO DEL LIBRO EL MANDATO MASCULINO DE

RICHARD D. PHILIPS

El autor comienza con una reflexión sobre la creación del hombre y la mujer en el relato bíblico de Génesis. El autor
destaca que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, y que ambos tienen un papel importante en la obra
de Dios en la tierra.

Por tanto, Richard Philips continúa explorando la historia de Adán y Eva en el jardín del Edén, y cómo su desobediencia a
Dios llevó a la caída de la humanidad. Argumentando que la caída no solo afectó a la relación del hombre con Dios, sino
también a la relación entre hombres y mujeres.

Finalmente se concluye con una reflexión sobre cómo la historia de Adán y Eva puede ayudar a los hombres a comprender
su papel en la obra de Dios en la tierra, y cómo pueden trabajar para restaurar la relación entre hombres y mujeres a
través de la obediencia a Dios y el amor hacia los demás.

¿De qué manera afectó la relación del hombre con Dios?


El autor argumenta que la caída introdujo el pecado en el mundo y separó al hombre de Dios, lo que resultó en una
pérdida de la comunión y la intimidad que Dios había planeado para la humanidad. Además, la caída también afectó la
relación entre hombres y mujeres, lo que llevó a la desigualdad y la tensión en las relaciones de género. La desobediencia
de Adán y Eva afectó la relación del hombre con Dios y con los demás.

¿De qué manera afectó la relación entre hombres y mujeres?


El autor señala que después de la caída, Dios dijo a Eva que su deseo sería para su esposo y que él la gobernaría. El autor
interpreta esto como una indicación de que la caída llevó a una desigualdad en las relaciones de género, en la que los
hombres asumieron un papel de liderazgo y las mujeres se sometieron a ellos. La desobediencia de Adán y Eva afectó la
relación entre hombres y mujeres al introducir la desigualdad y la tensión en las relaciones de género.

¿Cómo la historia de Adán y Eva puede ayudar a los hombres a comprender su papel en la obra de Dios en la
tierra?
En primer lugar, la historia muestra que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, y que ambos tienen un
papel importante en la obra de Dios en la tierra. En segundo lugar, la historia muestra que la desobediencia a Dios lleva a la
caída y a la pérdida de la comunión y la intimidad que Dios había planeado para la humanidad. En tercer lugar, la historia
muestra que la desobediencia también afectó la relación entre hombres y mujeres, lo que llevó a la desigualdad y la
tensión en las relaciones de género.

El autor argumenta que los hombres pueden aprender de la historia de Adán y Eva al comprender que su papel en la obra
de Dios en la tierra es trabajar para traer gloria a Dios y producir el fruto de Dios en la creación. Además, los hombres
pueden trabajar para restaurar la relación entre hombres y mujeres a través de la obediencia a Dios y el amor hacia los
demás. La historia de Adán y Eva puede ayudar a los hombres a comprender su papel en la obra de Dios en la tierra al
mostrarles la importancia de la obediencia a Dios y la restauración de las relaciones de género.
¿Cómo pueden trabajar para restaurar la relación entre hombres y mujeres a través de la obediencia a Dios y el
amor hacia los demás.?
En primer lugar, los hombres pueden buscar la verdad de Dios en cuanto a la masculinidad y la feminidad, y vivir de
acuerdo con los principios bíblicos de amor, respeto y servicio mutuo. En segundo lugar, los hombres pueden trabajar para
erradicar la violencia, el abuso y la discriminación contra las mujeres, y promover la igualdad y la justicia de género. En
tercer lugar, los hombres pueden trabajar para fomentar relaciones saludables y respetuosas con las mujeres, y ser
modelos de masculinidad piadosa para los jóvenes y los hombres convertidos.

El autor argumenta que la restauración de la relación entre hombres y mujeres es esencial para la fortaleza y la salud de la
iglesia y la sociedad en general. Además, el autor señala que la restauración de la relación entre hombres y mujeres es un
proceso continuo que requiere la participación activa y el compromiso de ambos géneros. Los hombres pueden trabajar
para restaurar la relación entre hombres y mujeres a través de la obediencia a Dios y el amor hacia los demás al buscar la
verdad de Dios, erradicar la violencia y la discriminación, fomentar relaciones saludables y respetuosas, y ser modelos de
masculinidad piadosa.

¿Qué argumentos expone el autor sobre de qué manera es diferente encontrar nuestra identidad masculina en
la Biblia en lugar de en una vida de búsqueda egocéntrica?
En primer lugar, el autor argumenta que la Biblia es una guía más segura que nuestra experiencia espiritual subjetiva, ya
que la Palabra de Dios es inmutable y eterna, mientras que nuestras experiencias pueden ser engañosas y cambiantes. En
segundo lugar, el autor argumenta que la Biblia proporciona una visión clara y precisa de lo que significa ser un hombre de
Dios, mientras que la búsqueda egocéntrica puede llevar a la confusión y la falta de dirección. En tercer lugar, el autor
argumenta que la Biblia nos muestra que nuestra identidad masculina está enraizada en nuestra relación con Dios y en
nuestro papel en su obra en la tierra, mientras que la búsqueda egocéntrica puede llevar a una identidad basada en el
egoísmo y la auto gratificación.

El autor argumenta que encontrar nuestra identidad masculina en la Biblia en lugar de en una vida de búsqueda
egocéntrica es diferente porque la Biblia es una guía más segura, proporciona una visión clara y precisa, y nos muestra que
nuestra identidad masculina está enraizada en nuestra relación con Dios y en nuestro papel en su obra en la tierra.

¿Por qué es la Palabra de Dios una guía más segura que nuestra experiencia espiritual subjetiva?
En primer lugar, la Palabra de Dios es inmutable y eterna, mientras que nuestras experiencias pueden ser engañosas y
cambiantes. La Biblia es la Palabra de Dios y es la misma ayer, hoy y siempre, lo que significa que podemos confiar en ella
como una guía segura y confiable para nuestras vidas. En segundo lugar, la Palabra de Dios es completa y abarca todos los
aspectos de la vida, mientras que nuestra experiencia espiritual subjetiva puede ser limitada y sesgada. La Biblia nos
proporciona una visión completa y precisa de la verdad de Dios, mientras que nuestra experiencia puede ser influenciada
por nuestras emociones, prejuicios y circunstancias. En tercer lugar, la Palabra de Dios es autoritativa y tiene el poder de
transformar nuestras vidas, mientras que nuestra experiencia espiritual subjetiva puede ser superficial y sin poder. La Biblia
es la Palabra de Dios y tiene el poder de transformar nuestras vidas y hacernos más como Cristo.

Génesis 2 dice que la identidad de un hombre incluye un señorío servicial en nombre de Dios. ¿Qué
responsabilidades te ha dado Dios y qué autoridad ha puesto en tus manos?
El autor argumenta que, según Génesis 2:15, Dios puso al hombre en el huerto del Edén para que lo cultivara y lo cuidara.
Esto implica que Dios ha dado a los hombres la responsabilidad de ser mayordomos de la creación de Dios y de trabajar
para cuidar y proteger el medio ambiente. Además, el autor argumenta que Dios ha dado a los hombres la responsabilidad
de liderar y proteger a sus familias, y de ser modelos de masculinidad piadosa para los jóvenes y los hombres convertidos.
En cuanto a la autoridad que Dios ha puesto en las manos de los hombres, el autor argumenta que Dios ha dado a los
hombres la autoridad de liderar y proteger a sus familias, y de ser líderes piadosos en la iglesia y en la sociedad en general.
Sin embargo, el autor también enfatiza que esta autoridad debe ser ejercida con amor, respeto y servicio mutuo, y no con
abuso o dominación.

Dios ha dado a los hombres la responsabilidad de ser mayordomos de la creación de Dios, de liderar y proteger a sus
familias, y de ser modelos de masculinidad piadosa para los jóvenes y los hombres convertidos. Además, Dios ha puesto en
las manos de los hombres la autoridad de liderar y proteger, pero esta autoridad debe ser ejercida con amor, respeto y
servicio mutuo.

¿Cómo debes actuar para que Dios se agrade y Su nombre sea alabado?
El autor argumenta que, para agradar a Dios y alabar su nombre, los hombres deben buscar su identidad y propósito en
Dios y en su Palabra. Esto implica que los hombres deben cultivar una relación personal con Dios a través de la oración, la
lectura de la Biblia y la comunión con otros creyentes. Además, el autor argumenta que los hombres deben buscar servir a
Dios y a los demás a través de sus dones y habilidades, y deben buscar vivir una vida piadosa y moralmente recta.

¿Existen responsabilidades futuras para las que debes estar preparándote ahora? ¿Cómo podrías hacer eso?
El autor argumenta que los hombres deben estar preparándose para las responsabilidades futuras que Dios les pueda dar,
como el matrimonio, la paternidad, el liderazgo en la iglesia y en la sociedad, y el envejecimiento. Para prepararse para
estas responsabilidades, el autor sugiere que los hombres deben cultivar una relación personal con Dios, buscar la
sabiduría y el consejo de otros hombres piadosos, y desarrollar habilidades prácticas y emocionales que les ayuden a ser
líderes piadosos y efectivos.

Por ejemplo, para prepararse para el matrimonio, los hombres pueden trabajar en su carácter, aprender a comunicarse de
manera efectiva, desarrollar habilidades de resolución de conflictos, y aprender a amar y servir a su futura esposa de
manera desinteresada. Para prepararse para la paternidad, los hombres pueden aprender a ser modelos de masculinidad
piadosa para sus hijos, a disciplinar con amor y sabiduría, y a enseñar a sus hijos a amar y seguir a Dios. Para prepararse
para el liderazgo en la iglesia y en la sociedad, los hombres pueden desarrollar habilidades de liderazgo, aprender a
trabajar en equipo, y cultivar una visión piadosa y bíblica del mundo.

¿Por qué Dios quiere que nuestra identidad masculina sea forjada en el huerto y no en la selva?
El autor argumenta que Dios quiere que nuestra identidad masculina sea forjada en el huerto y no en la selva porque el
huerto representa el mundo de las relaciones y los deberes páctales, donde los hombres pueden adquirir y mostrar su
identidad dada por Dios. En contraste, la selva representa el mundo de la búsqueda egocéntrica de identidad, donde los
hombres buscan su identidad en aventuras salvajes fuera del huerto.

El autor argumenta que Dios puso al hombre en el huerto del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, y para que adquiriera
y mostrara su identidad dada por Dios a través de sus relaciones y deberes páctales. Esto implica que la identidad
masculina se forja en el contexto de las relaciones con Dios, con los demás y con la creación de Dios.

¿Por qué es importante que los hombres encuentren su llamado en las relaciones que Dios les da?
El autor argumenta que es importante que los hombres encuentren su llamado en las relaciones que Dios les da porque
Dios nos ha creado para vivir en comunidad y para servir a los demás. Además, el autor argumenta que es en el contexto
de las relaciones que Dios nos da donde podemos descubrir nuestra identidad y propósito dados por Dios, y donde
podemos llevar fruto en Su nombre.
El autor sostiene que los hombres tienen un llamado específico de Dios para cultivar y cuidar las personas y propósitos que
han sido puestos a su cargo, incluyendo el matrimonio, la paternidad, los amigos y la iglesia. Al hacer esto, los hombres
pueden descubrir que perseguir el simple mandato de Dios para los hombres proporciona claridad y sentido a sus vidas, y
también aventura.

¿Cómo entender nuestro mandato?


El autor argumenta que para entender nuestro mandato como hombres, debemos comprender que Dios nos ha creado
con un propósito específico y que este propósito se revela en la Biblia.

El autor sostiene que nuestro mandato como hombres se puede entender en dos partes: cómo entender nuestro mandato
y cómo vivir nuestro mandato. Para entender nuestro mandato, el autor sugiere que debemos comprender cinco verdades
bíblicas fundamentales:

1. El hombre fue creado a imagen de Dios.

2. El hombre fue creado para cultivar y cuidar la creación de Dios.

3. El hombre fue creado para vivir en comunidad y para servir a los demás.

4. El hombre fue creado para ser líder y protector en su hogar y en la iglesia.

5. El hombre fue creado para glorificar a Dios en todo lo que hace.

A manera de conclusión el primer capitulo del libro El Mandato Masculino, el autor argumenta que la Palabra de Dios es
una guía más segura que nuestra experiencia espiritual subjetiva porque es inmutable y eterna, completa y abarca todos
los aspectos de la vida, y es autoritativa y tiene el poder de transformar nuestras vidas.

Los hombres deben actuar de manera que agrade a Dios y alabe su nombre buscando su identidad y propósito en Dios y en
su Palabra, cultivando una relación personal con Dios, sirviendo a Dios y a los demás a través de sus dones y habilidades, y
viviendo una vida piadosa y moralmente recta.

Así mismo, los hombres deben estar preparándose para las responsabilidades futuras que Dios les pueda dar, y pueden
hacerlo cultivando una relación personal con Dios, buscando la sabiduría y el consejo de otros hombres piadosos, y
desarrollando habilidades prácticas y emocionales que les ayuden a ser líderes piadosos y efectivos.

Por tanto, Dios quiere que nuestra identidad masculina sea forjada en el huerto y no en la selva porque el huerto
representa el mundo de las relaciones y los deberes páctales. En contraste, la selva representa el mundo de la búsqueda
egocéntrica de identidad, donde los hombres buscan su identidad en aventuras salvajes fuera del huerto.

Por consiguiente, es importante que los hombres encuentren su llamado en las relaciones que Dios les da porque Dios nos
ha creado para vivir en comunidad y para servir a los demás, y es en el contexto de las relaciones que Dios nos da donde
podemos descubrir nuestra identidad y propósito dados por Dios, y donde podemos llevar fruto en Su nombre.

Para finalizar, debemos entender nuestro mandato como hombres, debemos comprender que Dios nos ha creado con un
propósito específico y que este propósito se revela en la Biblia. Para entender nuestro mandato, el autor sugiere que
debemos comprender cinco verdades bíblicas fundamentales que nos ayudan a entender que nuestro mandato como
hombres es un llamado sagrado de Dios para vivir en obediencia a su voluntad.

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