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 CASO PRÁCTICO

Su cliente es titular de un derecho de crédito por importe de 50.000 euros frente a un


determinado deudor. Dicho crédito se encuentra documentado en una escritura pública de
reconocimiento de deuda. Además, en el referido documento público, queda hipotecada en
garantía de la cantidad adeudada, intereses y costas, la finca de un tercero que ostenta la
condición de hipotecante no deudor, si bien es avalista solidario del deudor. El valor de la garantía
hipotecaria hace dudar de que por sí sola sea suficiente para cubrir el importe total adeudado.

a) ¿Qué requisitos debe reunir la deuda con carácter previo al ejercicio de acciones judiciales?

La deuda, cuyo requerimiento de pago se solicita, debe ser dineraria, vencida, exigible y por
cantidad liquida o determinada sin límite alguno de importe (art. 812 CC); no podrá ser deuda en
especie o ilíquida, ni siquiera liquidable de acuerdo con los procedimientos regulados para el juicio
ejecutivo. El crédito debe estar reflejado en un documento, o en un conjunto de documentos, que
acrediten por si mismos la existencia de aquel. Pueden ser títulos, junto al documento en el que
conste la deuda, cualesquiera otros documentos comerciales que acrediten una relación anterior
duradera (art.812.2.1a)

b) Llegado el momento de presentar la reclamación judicial, ¿de qué vías procesales disponemos
para la reclamación de la cantidad adeudada?

A través del juicio ordinario se conocerán las demandas que tengan por objeto las materias que
vienen enumeradas en el artículo 249.1 de la LEC, junto al criterio objetivo, la Ley asigna al juicio
ordinario cualquier otro conflicto jurídico siempre que la demanda tenga una cuantía que exceda
de 6.000 euros . Además del anterior, el procedimiento declarativo especial monitorio está
regulado en los arts. 812-818 de la LEC y dirigido a la protección del derecho de crédito

Y por último los procedimiento de ejecución ordinaria y Procedimiento ejecución hipotecaria.

¿Se exige para todos ellos la aportación de los mismos documentos?

No, el título que acredita la deuda no tiene que provenir necesariamente del deudor, en el caso
del procedimiento monitorio, pudiendo provenir del propio acreedor o de terceras personas, por
lo que las exigencias formales y de contenidos son mínimas. El crédito deberá estar reflejado en un
documento, o en un conjunto de documentos, que acrediten por si mismos la existencia de aquel.

También pueden ser títulos cualquier documento proveniente del acreedor, que refleje la deuda,
siempre y cuando sean documentos que habitualmente se utilicen en el tráfico jurídico para
documentar los créditos y las deudas entre las partes de la relación crediticia (art. 812.1.2a).

También cabe iniciar el procedimiento monitorio aportando certificación de impago de cantidades


debidas en concepto de gastos comunes de comunidades de propietarios de inmuebles urbanos. E
igualmente, pueden ser títulos, junto al documento en el que conste la deuda, cualesquiera otros
documentos comerciales que acrediten una relación anterior duradera (art. 812.2.1a).

Respecto a los procedimientos de ejecución, La LEC unifica el proceso de ejecución, de manera


que los títulos ejecutivos judiciales y extrajudiciales se recogen en un único precepto (art.517) y
dan lugar a un proceso de ejecución aunque la equiparación no es total: la ejecución basada en
títulos judiciales y extrajudiciales presenta tratamientos diferentes claramente conectados con el
origen del título.

En relación a los títulos ejecutivos no bancarios, el art. 517.2, apartados 4o y 5o dispone: “a) Las
escrituras públicas, con tal que sea primera copia; o si es segunda que esté dada en virtud de
mandamiento judicial y con citación de las personas a quien deba perjudicar, o de su causante, o
que se expida con la conformidad de todas las partes “.

c) De las distintos procedimientos judiciales que se disponen, ¿Cuáles son las ventajas, y en su
caso, inconvenientes de cada uno de esos procedimientos?

Procedimiento monitario es mas rápido y flexible en cuanto a la forma y demás circunstancias que
ha de reunir el título de crédito reclamado, lo que hace del proceso monitorio el mecanismo
procesal propicio para que por las entidades de crédito se solicite el cobro de créditos que se
encuentran documentados sin reunir las formalidades necesarias para servir de título ejecutivo.

El procedimiento de ejecucion hipotecario es más lento.

Para el deudor, el hecho de que sea a largo plazo puede convertirse en un inconveniente que
pueden afecte a su capacidad económica a lo largo plazo. Para el beneficiario, el valor del bien
hipotecado pueda bajar de forma considerable y en consecuencia al ser subastado no encontrar
postores u obtener un precio escaso por la venta, que no cubra íntegramente la deuda.

d) Si optara por reclamar la deuda por un procedimiento de ejecución hipotecaria y quedaran


cantidades pendientes de pago tras la realización del bien hipotecado, ¿qué actuaciones
procesales promovería?

Si no se cubre la totalidad de la deuda tras la ejecución hipotecaria regirá el principio de


responsabilidad patrimonial universal, es decir, la deuda pendiente se podrá exigir a pesar de
haber perdido la vivienda a través de un procedimiento de ejecución ordinaria contra el deudor
reclamándole la cantidad que le falta (artículo 579 LEC).

e) Si optara por reclamar directamente la deuda por un procedimiento de ejecución general:

1. ¿considera posible trabar embargo precisamente sobre el inmueble hipotecado?

Si, es posible teniendo en cuenta el criterio de prioridad registral de las deudas que son inscritas.
La L.E.C. se refiere al reparto únicamente entre “quienes tengan su derecho inscrito o anotado con
posterioridad al del ejecutante”, con lo que parece que excluye la posibilidad de que el acreedor
del ejecutado que no tenga anotado o inscrito su derecho pueda ser resarcido con cargo al
remanente que quedase tras el pago a todos los acreedores inscritos.

 CARACTERISTICAS DE LA HIPOTECA, COMO DERECHO.

La hipoteca es un derecho real; es un derecho inmueble; constituye una limitación al dominio; es


un derecho accesorio; da origen a una preferencia; es indivisible; y constituye un principio de
enajenación.

a) Es un derecho real: artículo 577. En los demás derechos reales, es posible visualizar una
relación directa entre el titular del derecho y la cosa sobre la que recae tal derecho; dichos
derechos reales se ejercitan mediante el goce o tenencia de la cosa. En la hipoteca, en
cambio, la forma de ejercitar el derecho se materializa en la facultad que tiene el acreedor
de pedir la venta de la cosa hipotecada en caso que el deudor no cumpla la obligación.
b) Es un derecho inmueble: artículo 580. Siempre la hipoteca se ejerce sobre un bien raíz (sin
perjuicio de lo dispuesto en ciertas leyes especiales, como la Ley número 18.916, referida
al Código Aeronáutico, o las disposiciones que se refieren a la hipoteca naval), careciendo
de importancia a este respecto la naturaleza de la obligación principal garantizada.
c) Constituye una limitación del dominio. A pesar de que el artículo 732 del Código Civil no
incluye la hipoteca entre las limitaciones del dominio, es evidente que tiene este carácter.
En efecto, por su constitución el propietario del inmueble no puede ejercer su derecho de
dominio en forma absoluta, no puede destruir las construcciones, plantaciones, etc.,
existentes en el inmueble, ni gozar de él en términos que lesionen los derechos del
acreedor hipotecario, porque entonces se aplica el artículo 2427 del Código Civil.
d) constituye un principio de enajenación. Desde el momento que el propietario, al gravar
su inmueble con hipoteca se desprende de parte del dominio, es evidente que ella
encierra un principio de enajenación, o como decía Andrés Bello, una enajenación
condicionada.
e) Da origen a una preferencia. Como garantía no será eficaz si el acreedor no gozara de
preferencia para el pago. Por eso el artículo 2470 del Código Civil señala expresamente a la
hipoteca entre las causas de preferencia, y el artículo 2477 dice que la tercera clase de
créditos comprende los hipotecarios.
f) Es indivisible. En virtud del principio de la indivisibilidad de la hipoteca que consagran los
artículos 1526 número 1 y 2408, puede decirse que cada parte del inmueble hipotecado
garantiza la totalidad del crédito, y que a su vez cada parte del crédito está caucionado
con la totalidad del bien hipotecado. La indivisibilidad entonces, puede mirarse a través
del inmueble dado en garantía o desde el punto de vista del crédito garantizado.

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