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La primera creación
La primera parte del resumen de Popol Vuh contiene mitos que hacen
alusión a la creación de los primeros seres vivientes, posteriores a la
existencia única del mar y del cielo. De esta manera Dios, quien es el
Corazón del Cielo, dispuso la creación de la vegetación, los animales, la
vida y del hombre.
El último intento
En consecuencia, una gran inundación de agua destruyó a los hombres
de madera. A continuación, Dios creó la carne del hombre de Tzité y la
de la mujer de espadaña, sin tener nuevamente éxito en su proyecto,
pues estos seres tampoco se acordaban de los Creadores, el Corazón
del cielo llenó de oscuridad la faz de la tierra.
Después de eso vino el caos entre los animales, los palos y las piedras,
resultando todos con las caras y bocas quemadas a causa del fuego y
dando lugar a los monos del bosque. Por esa razón las siguientes
generaciones de hombres se parecen a los monos.
Hunahpúh e Ixbalanqué
Antes de que estos nacieran, Cuchamaquic el padre de Ixquic, quiso
saber quién era el responsable de la deshonra de su hija; cuando ésta
no respondió, él la mandó a sacrificar, pidiendo como prueba el
corazón dentro de un jícaro. No obstante, ella logró convencer al búho
encargado de su sacrificio de no llevarlo a cabo. Adicionalmente,
buscaron la forma de hacerle creer a su padre que estaba muerta.
Después de ello ambos subieron al cielo, uno tomó la forma del sol y el
otro de la luna, dejando en la tierra a su madre y abuela. Ésta al ver
cada día la hermosa obra que ellos habían hecho con las cañas
sembradas en su patio fue feliz y dejó de llorar por sus nietos.
Linaje quiché
En la última parte del resumen de Popol Vuh se cuentan los detalles de
las guerras y procesos de migración que sufrió el pueblo quiché antes
de la conquista española, acontecimientos que dieron origen al
nacimiento de los pueblos indígenas de Guatemala.
Todos ellos dieron lugar a otras ramas familiares, entre ellas: Tecpán,
rabinales, Cakchiqueles, Tziquinahá, Zacahá, Lamaq, Cumatz, Tuhalhá,
Uchabahá, Chumilahá, Quibahá, Batenabá, Acul-Vinac, Balamihá,
Canchaheles y Balam-Colob.
La montaña Chi-Pixab
Sin embargo, más tarde Dios les entregó el fuego a cambio de
estrecharlos entre sus brazos. En cuanto al lenguaje, de alguna forma
se volvió diferente entre ellos, no obstante no fue impedimento para
que tres tribus se reunieran en la cima de una montaña luego de salir
de Tulán.
Los días y las noches que pasaron en Chi-Pixab las tribus grandes junto
con las pequeñas, fueron de aflicción. Ellos no tenían alimentos para su
sustento, hasta que un día los Dioses les indicaron que debían
marcharse en busca de los bosques.
Así llegaron los primeros cuatro hombres junto con otros pocos hasta
el monte Hacavits, donde se multiplicaron y hicieron de ese lugar su
ciudad. Allí los encontró el sol, la luna y las estrellas, y ahí comenzaron
su canto, el cual se llama Camucú.