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LITERATURA ABORIGEN:

La palabra aborigen, de origen latino, hace referencia a aquel que


es originario del suelo en que vive. Tal como detalla la Real Academia
Española (RAE), el término se utiliza para nombrar al primitivo morador de
un país, en contraposición a los establecidos posteriormente en él.

Podría decirse que la literatura aborigen, por lo tanto, es aquella


desarrollada por los nativos de una región. En el caso latinoamericano, los
textos aborígenes están relacionados con las culturas precolombinas y
con aquellos pueblos originarios que aún habitan el continente.

Así podemos hablar de la literatura quechua, por ejemplo, escrita en la


lengua que era hablada por la mayoría de los pobladores del Imperio Inca.
En la actualidad, el quechua o quichua todavía es hablado por miles de
latinoamericanos.

Los orígenes de esta literatura fueron orales. En la época prehispánica,


podía distinguirse entre la literatura quechua popular (que expresaba el
sentimiento del pueblo) y la literatura quechua cortesana (con los
amautas que transmitían la cultura oficial). Con el correr del tiempo y hasta
llegar a la literatura quechua contemporánea, se perdió el carácter
colectivo y anónimo de estas manifestaciones culturales.

Otro ejemplo de la literatura aborigen con producciones actuales es


la poesía mapuche. Basándose en la tradición oral del pueblo y en sus
creencias, los poetas que escriben en lengua mapudungun suelen centrarse
en la naturaleza. Lorenzo Aillapán Cayuleo, Elicura Chihuailaf
Nahuelpán y Leonel Lienlaf son algunos referentes.

La literatura náhuatl (una palabra que deriva de nāhua-tl –“sonido claro o


agradable”– y tlahtōl-li –“lengua”-), la literatura azteca (uno de los nahuas
o grupo de pueblos prehispánicos) y la literatura maya (con obras como
el Popol Vuh, el Libro de Chilam Balam y el Rabinal Achí) son otras
muestras de la cultura aborigen americana, que comenzó a desarrollarse
miles de años antes del desembarco europeo.

Leyenda
Se decía que solo el cielo y el mar existían. Los dioses, llamados Tepeu y Gucumatz, eran los
únicos en el mundo. Vestían plumas verdes y por eso se les conocían como Serpientes
emplumadas.

(Foto: Cultura Sureña Estilo Mexicano)


Los dioses tuvieron una reunión y se pusieron de acuerdo para realizar la creación. El
Corazón del Cielo, que se llamaba Huracán, llevaría a cabo los planes. Tepeu y Gucumatz
hablaron la palabra Tierra y enseguida nació. Salieron del agua las montañas y de ella
nacieron los árboles.

Luego, nacieron los animales de las montañas, que eran guardianes de las selvas: los
venados, pájaros, pumas, jaguares y serpientes. A cada uno le dieron su hogar.

Los dioses le hablaron a todos los animales: «Hablad, gritad, gorjead, llamad. Hablad cada
uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno». Y se les indicó que invocasen y
adorasen a los dioses. Pero no podían hablar, solo cacarear, mugir y graznar. No tenían
lenguaje.

(Fuente: Diego Rivera)

Los primeros humanos de barro

Entonces, los dioses formaron humanos de barro. Pero este material se caía, se mojaba y
cambiaba de forma. La cabeza no se movía y no podían ver. Al principio hablaban pero con
incoherencia. Así que destruyeron esta creación.
Los humanos de madera

Los dioses de nuevo hicieron reunión y acordaron crear formas de hombres con madera. Así
se hizo y los hombres podían hablar. De esta forma vivieron y engendraron pero no tenían
ingenio. No se acordaban de sus creadores y decayeron, se secaron.

Entonces los creadores mandaron una inundación para llevarse esa creación y se deshicieron
de ellos. Los que huyeron se convirtieron en monos en las selvas.

(Fuente: Raúl Anguiano)

Los hombres de maíz

De nuevo se reunieron a discutir los dioses la creación del ser humano. Mientras sucedía esto,
nacían mazorcas amarillas y mazorcas blancas, que fueron llevadas ante ellos por un zorro,
un coyote, una cotorra y un cuervo. Entonces usaron la mazorca y esta se volvió la carne,
sangre y músculo de los hombres.

Los primeros seres humanos se llamaron: Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-


Balam. Estos cuatro hombres dieron gracias a los creadores.
Podían ver y oír, eran muy sabios y conocían todo. A los dioses no les gustó esto, no querían
que los hombres conocieran todo y turbaron sus ojos. Ahora solo podían ver lo que estaba de
cerca y ya no eran tan conocedores.

Fue entonces cuando decidieron crear a las mujeres, esposas de estos cuatro hombres. Los
nombres de las mujeres eran: Cahá-Paluna, mujer de Balam-Quitzé; Chomihá, mujer de
Balam-Acab; Tzununihá, mujer de Mahucutah; y Caquixahá, mujer de Iqui-Balam. Así, se
reprodujeron, adoraron y rezaron a los dioses.

El Popol Vuh es un relato épico basado en las leyendas de la extraordinaria


civilización maya-quiché, que habla sobre la creación del mundo. Se sabe
que está influenciada por algunos sacerdotes quienes en su evangelización
ayudaron a conservar lo más posible la cultura indígena, para evitar la
pérdida total de estas culturas por lo que fomentaron en 1550 que algunos
indígenas tratara de rescatar lo más posible sus tradiciones para no
perderlas y que sean absorbidas y olvidadas por la cultura occidental.

Aunque algunos indígenas excluyen esta hipótesis, parece ser la más


factible, atendiendo al apoyo aplicado por los evangelizadores en conservar
el popol Vuh y el chilam balam.

Resumen del Popol Vuh:


El Popol Vuh nos relata la creación y el crecimiento de los árboles y la
vegetación, que precedió al hombre, y luego de los animales, a los cuales
se les dio un paraje especial. Con varios elementos se ensayó el material
para hacer al hombre, hasta que el maíz fue el definitivo.

Los señores de Xilbalba: Sangre, Ictericia, Cráneo e Infortunio, que vivían


en el mundo subterráneo querían desaparecer a los hombres para quedarse
como dueños absolutos de la Tierra, pero esto no fue posible.

Un día Ixquic (campesina simple), estaba en el campo y se dirigió a un árbol


del cual salía una voz que le dijo:

- Tú vas a ser la madre de mis hijos, así que dirígete a la casa de la abuela
y dile lo que te acabo de decir.

Ixquic obediente se dirigió a la casa de la abuela con ayuda de las aves


mensajeras.
Al llegar, la abuela la recibió con mala actitud, preguntándole qué es lo que
deseaba; ella le repitió aquello que le dijo el árbol. La abuela no le creyó
diciéndole que si era cierto tendría que pasar por unas pruebas; primero le
dijo que fuera al campo y que trajera un canasto lleno de maíz; así lo hizo y
posteriormente le dijo que si esos eran sus nietos tendrían que nacer en lo
más alto de la montaña entre las espinas y que al tercer día tendrían que
regresar caminando por su propio pie y ya crecidos.

Al tercer día regresaron, tal y como lo había establecido la abuela, ésta se


quedó sorprendida y les dijo que si querían vivir ahí, tendrían que atenderla
a ella y a sus otros nietos “Hunahpú e Ixbalanqué”, sin que haya reclamo
alguno, diciendo que así sería.

Un día Hunahpú e Ixbalanqué le dijeron a la abuela que no sabían trepar a


los árboles y entonces la abuela les dijo a sus otros nietos que les
enseñaran, cuando éstos les enseñaron subiéndolos a un árbol, ya no
pudieron bajar y desde ese momento fueron los únicos nietos de la abuela.

Las aves mensajeras mandadas por los señores de Xilbaba, les dijeron a
Ixbalanqué  y a Hunahpu, que los señores del mundo subterráneo los
invitaban a jugar pelota, ellos sin dudar aceptaron y le dejaron a su madre y
a su abuela su única caña para que la cuidaran todos los días y que si un
día se secaba significaba que ya nunca los volverían a ver.

Al llegar al mundo subterráneo los señores de Xilbaba los mandaron a


dormir a la casa del frío y al día siguiente jugarían, a la siguiente noche los
mandaron a la casa de la obscuridad y el último día a la casa de las
navajas, saliendo sin una sola cortada. Ese día se llevó a cabo el juego de
la pelota y salieron victoriosos y los señores de Xilbaba les dijeron que se
echaran al fuego, así lo hicieron y murieron; pero al día siguiente volvieron a
nacer y con ayuda de las aves mensajeras les hicieron creer a los señores
Xilbaba que eran magos y resucitaban a las personas, y éstos dejándose
llevar pidieron que hicieran la magia y Hunahpú e Ixbalanqué los mataron y
no los resucitaron.

URL del artículo: http://www.ejemplode.com/41-literatura/1869-resumen_del_popol_vuh.html

Nota completa: Resumen del Popol Vuh

Taller:
1. Teniendo en cuenta la lectura del texto , responda:
a. Características de la literatura aborigen
b. Cuadro sinóptico en el que se resalten las ideas principales del
texto a partir de la temática planteada.

2. Por qué crees que los hombres para estas culturas tenían diferentes
representaciones (maíz, barro, madera…)

3. Con qué otros mitos y leyendas puedes comparar la leyenda del


Popol vuh. Justifica tu respuesta. (Puedes leer mitos de otras culturas
para hacer la respectiva relación)

4. Investigas algunas de las profecías de los mayas y verifica su


“cumplimiento”

5. ¿Qué tenían en común las culturas Mayas, Aztecas e Incas?


(Aspectos culturales, religiosos, políticos, sociales y económicos)

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