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Jurisprudencia. Tribunal Disciplina. CPACF.

Deber de fidelidad. Responsabilidad del letrado patrocinante como director del proceso. Falta de
colaboración del cliente. Recaudos para el deslinde de responsabilidad profesional.

La denuncia esta referida a diversas conductas cuyo juzgamiento se solicita en sede disciplinaria, con
relación a la actuación de la letrada como patrocinante en tres causas.

Se imputa a la letrada una conducta omisiva en un juicio de daños y perjuicios, en la que la denunciante
era la demandada y fue declarada negligente en la prueba informativa, que no ejercitó el derecho a
alegar, que no apeló la sentencia condenatoria, y no contestó la expresión de agravios de la contraria.

Con independencia del resultado del juicio (que no concierne a esta esfera de consideración de conductas
éticas)y de las tácticas que pudiera haber seguido la matriculada (ajena en principio también a nuestro
juzgamiento) existe una conducta pasiva, omisiva, con relación a su deber de actuar con probidad y
buena fe y atender los intereses confiados con celo, saber y dedicación. (art. 10 inc. a) y 19 inc. a) del
Código de Etica).

No excluye la responsabilidad correspondiente el hecho que la letrada sólo fuera patrocinante, porque
siendo ésta la función primordial del abogado, a ella corresponde la aplicación de la normativa referida, y
en todo caso si no hubiera contado con la colaboración indispensable de su cliente, debería haber
adoptado los recaudos para reclamar de su patrocinada el ajuste a las conductas indispensables para el
buen éxito de la tarea que le encomendara, o en su defecto adoptar las medidas que la relevaran de una
responsabilidad de este tipo.

No es aplicable al caso de marras la doctrina de los actos propios, articulada como fundamento de su
defensa por la letrada, puesto que el patrocinio jurídico implica la dirección de la causa, y no puede
asimilarse la situación de un cliente, a la derivada de aquellas conductas voluntarias y libres que generen
en cabeza de un sujeto consecuencias de las contempladas por esa doctrina.

El Tribunal resuelve la aplicación de la sanción de llamado de atención (art. 45 inc. a) de la ley 23.187).

La recurrente en la Alzada no niega la materialidad de los hechos en base a los cuales el Tribunal
sustento su decisión.

'La función del abogado patrocinante salvo pacto en contrario no se limita al asesoramiento del cliente y a
la preparación de los escritos que por imposición legal deben necesariamente llevar su firma,
correspondiéndole el cabal cumplimiento de las obligaciones, cargas y deberes que la conducción técnica
o dirección del proceso judicial le impone, por lo que no puede el válidamente desentenderse del trámite
de la causa, cuyo abandono (v. g. no concurrir los días de nota, no impulsar el trámite etc.) llevaría al
estado de indefensión de la parte que patrocina' (confr. Fenochietto - Arazi, Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, Editorial Astrea 2da edición act. Bs. As. 1993 T1 pág. 245 y sus citas).

'Si el cliente no colaborase con el profesional, no contestase sus llamados, no concurriese a firmar los
escritos que le confeccionase o fuese rebelde como lo alega la recurrente, y de no considerarse ésta
éticamente obligada a renunciar al patrocinio como consecuencia de tales conductas, debió la abogada
haber adoptado una conducta previsora para el supuesto que tuviera que deslindar su responsabilidad
profesional, adoptando las medidas que considerase necesarias para tener acreditados tales extremos
por prueba fehaciente, para el momento en que tuviera que hacerla valer.

Se confirma la sentencia recurrida. Tribunal de Disciplina - Sala I - Causa 9509 del 13/7/99 - 'L.L.,M.D.
s/conducta'.

CNACAF - Sala II - Causa 20249/00 del 12/10/00 - 'LL.,M.D c/CPACF'.

Fuente/Autor: Tribunal de Disciplina/Tribunal de Disciplina.

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