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Indica el art. 442 LECiv que <<se le tendrá por desistido a aquel (demandante)
de la demanda>>. La crisis procesal del desistimiento, en estos casos de falta de interés
de la parte demandada en la continuación del proceso, cursa con decreto del Letrado de
la Administración de Justicia (art. 20.3 LECiv). Ahora bien, resulta más frecuente que
la resolución se documente en estos supuestos en forma auto, pues el acto de
desistimiento se formula ya a presencia del órgano judicial y la resolución ya puede
recaer de forma oral en la vista. Parece más acorde la resolución por auto en la medida,
también, en que puede contener la resolución la condena al actor a indemnizar al
demandado comparecido los daños y perjuicios sufridos, si éste lo solicita y
acredita tales daños.
El art. 737.2 LECiv exige para poder presentar demanda sucinta o impreso
normalizado que no se actúe con abogado <<y>>, es decir, con ambos profesionales
a la vez. De la literalidad del precepto se infiere que, caso de intervenir la parte actora
solo con uno de tales profesionales sí se podría presentar demanda sucinta. Tal solución
se antoja ilógica en caso de intervención con letrado, al que, en todo caso, debiera
exigírsele presentar demanda ordinaria, no sucinta.
Con la nueva regulación del art. 64.1 LECiv, tras la Ley 42/2015, la declinatoria
deberá presentarse dentro de los diez primeros días del plazo para contestar la
demanda, con suspensión del plazo para contestar. Ocurre que dicho plazo se
equipara y se solapa, con el plazo para contestar a la demanda, también de diez días en
el juicio verbal común (para los verbales de procesos especiales regulados en el
Libro IV el plazo de contestación es de veinte días). De presentarse declinatoria
agotando el plazo previsto para ello podría quedarse la parte demandada sin plazos para
luego, de resultar desestimada aquella, contestar a la demanda. Resulta aconsejable en
estos casos presentar en el mismo escrito la declinatoria y, seguidamente, para el caso de
que no sea estimada, la contestación a la demanda.
Por la propia configuración del proceso verbal dimanante del monitorio (con
actos sucesivos de solicitud inicial, oposición de la parte demandada e impugnación
de la parte actora) y en razón de la propia eficacia de la rebeldía (que, conforme
dispone el art. 496 LECiv, <<no será considerada como allanamiento ni como
admisión de los hechos de la demanda, salvo los casos en que la ley expresamente
disponga lo contrario>>), parece razonable dar respuesta afirmativa a este
interrogante, sin perjuicio de la merma que comportará, en el posicionamiento de la
parte demandada, la propia inasistencia a juicio, donde se verificará al trámite de
proposición y admisión de prueba.
Tal tesis restrictiva pudiera cohonestarse mejor con los términos de la reforma
operada en el juicio monitorio en el 2015, en el sentido de exigir ahora que la oposición
no pueda llevarse cabo de un modo indeterminado y genérico, sino que debe el deudor
alegar de forma fundada y motivada las razones por las que, a su entender, no
debe en todo o en parte la cantidad reclamada.
Ahora bien, no tiene la regulación del juicio verbal un trámite específico en origen
para llevar como tal control, al modo del art. 815 LECiv para el juicio monitorio. Por lo
anterior, y a la vista de la exigencia jurisprudencial ineludible de llevarse a efecto tal
apreciación de abusividad con respeto a los principios de audiencia y contradicción,
parece necesario concluir que habrá de suscitarse tal debate contradictorio en el acto de
la vista y resolverse en la Sentencia.
NO, el criterio en el juicio verbal difiere del previsto con carácter general en el
art. 71 LECiv, en el que la regla es la posible acumulación de acciones, quedando solo
limitada tal facultad cuando las acciones resulten incompatibles entre sí. Tal
incompatibilidad ha sido luego objeto de desarrollo jurisprudencial, entendiéndose
concurrente, entre otros, en casos de acciones que se excluyan mutuamente, que sean
contrarias entre sí o cuando la concesión de una impida o haga ineficaz el ejercicio de la
otra.
Por el contrario, en el marco del juicio verbal se sigue una perspectiva
opuesta, pues el principio general es el de la no admisibilidad objetiva de acciones
(art. 437.4 LECiv).
Parece imponerse la tesis de que, para cursar este tipo de alegaciones, se precisa,
en el caso del juicio verbal, formular reconvención. Es la solución que acogió la
Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia, Sección 8ª, de 4 de diciembre de
2017. Desde luego es la tesis que más parece acompasarse a la previsión del art. 438.3
LECiv (también art. 440.1 LECiv), que solo se remite al art. 408 LECiv para casos de
oposición de crédito compensable.
La tesis restrictiva considera, con interpretación al respecto del art. 220 LECiv, que la
condena de futuro se refiere a una prestación de carácter periódico, en esencia rentas
arrendaticias expresamente previstas o prestación de alimentos o renta vitalicia, siendo
que los gastos comunes devengados por pisos o locales, en general no cumplen el
requisito de liquidez previa y uniformidad en su cuantía. Ahora bien, en algunos casos
se habilita esta reclamación de futuro para las cuotas incluidas en presupuestos anuales
aprobados debidamente y no impugnados. En la Sentencia de la Audiencia Provincial
de Málaga, Sección 6ª, de 26 de noviembre de 2015, se habilita esta condena
futura solo respecto de las cuotas devengadas durante la tramitación del
procedimiento, rechazando una condena de futuro sine die <<pues se privaría de
todo control judicial la acreditación del devengo de la deuda y la obligatoriedad de
su pago por la demandada.