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2010
ARGUMENTOS
Otto Brunner
La Oeconomica como teoría del oikos abarca la totalidad de las relaciones y las
actividades humanas en la casa, la relación de hombre y mujer, de padres e hijos, de señor de
la casa y servidumbre (esclavos) y el cumplimiento de las tareas puestas en la economía
doméstica y agraria. Con ello se ha delineado ya la actitud frente al comercio. Éste es
necesario y permitido, en cuanto sirve de complemento a la autarquía de la casa, pero es
reprobable en cuanto se convierte en fin en sí mismo, es decir en cuanto tiende a la
adquisición de dinero en sí. A la Oeconomica se enfrenta la "Chrematistica".7 En la
Chrematistica, no en la Oeconomica, se encuentra encerrada la prehistoria de la economía
nacional, y ella se mantiene tan precaria porque de ella, en el fondo reprobable, no se
desarrolla ninguna teoría, porque se la menciona ocasionalmente en la Ética y en la Política,
cuando se discuten los límites de su permisividad.8
Así quedan las cosas hasta la era del mercantilismo. Las dilucidaciones de la
escolástica tardía sobre la moneda, las rentas, los intereses y el precio justo desde Nicolás de
Orême, que contienen los progresos más importantes en el camino hacia la economía
nacional, pertenecen a este contexto. De contractibus licitis et illicitis es el título
característico del muy difundido manual tardo-escolástico sobre estas cosas, de Konrad
Summenhard.9
Tengamos en cuenta que esta forma social de la "economía", de la "casa grande", sólo
existía prácticamente bajo circunstancias agrarias, porque la forma de vida noble sólo
constituía una economía campesina ampliada. Luego del surgimiento de la vida urbana en la
alta Edad Media, entre un 70 y un 90% de la población seguía siendo campesina, si hacemos
caso omiso de unas pocas regiones. Ahora la agricultura penetraba profundamente en la
ciudad. También la población activa en el comercio y en los oficios vivía en la "casa grande",
no conocía ninguna separación entre casa y taller. Pues los aprendices de la artesanía y los
servidores del comercio vivían en la casa de su "patrón", lo mismo que la servidumbre
campesina. Nada de eso es modificado por las formas capitalistas de economía de siglos
anteriores, pues ellas se sirven casi totalmente del sistema de trabajo en las casas de los
artesanos, es decir, descansan en la organización de la "industria en la casa", tanto en la
ciudad como en el campo, y en la dependencia en que los pequeños talleres caseros se
encuentran frente al comerciante. El sector en el que penetró de manera más decidida la
separación de casa y taller fue el de la minería, pero en las ciudades, donde se ocupaba a un
gran número de oficiales artesanos casados, que sin embargo trabajaban en parte en su propia
"casa". En suma, tanto en la ciudad como en el campo sólo un muy reducido número debió
conocer la separación de casa y taller. Bajo estas circunstancias, es del todo natural que la
categoría de la "casa grande", de la "economía", dominara el pensamiento, y que la
"Oeconomica" fuera la teoría de esta economía.
El poder de viejo estilo del dueño de casa había permanecido inmodificado hasta bien
entrado el siglo XVIII. El Estado absoluto, que había concentrado en sus manos la protección
de la paz y la policía, penetró en la casa, que en la estructura anterior era el grado más bajo de
poder originario.15 De ahí que su polo contrario, el moderno derecho natural, trató de
salvarlo de la intervención del Estado, considerándola como poder dado pre-estatal y por
tanto "natural" (S. Pufendorf). Por fin, la paz de la casa fue integrada en los derechos
fundamentales, los "derechos del hombre y el ciudadano", porque el Estado y su poder
político sólo pueden penetrar en su esfera por orden judicial. Pero en las codificaciones
jurídicas del Absolutismo ilustrado se observa ya un cambio profundo en la estructura de la
casa.
Así, puede decirse de la legislación de José II que ella limitó esencialmente el "poder
paternal, marital y señorial" (el último sobre la servidumbre) y "al mismo tiempo se aproximó
a la libertad del individuo y a la ampliación de los derechos del gobierno".16 Aquí se
encuentra un importante punto de partida de la inicial decadencia de la "casa grande".17"Pues
-así se dice- las relaciones en las familias se aflojaron, y desapareció poco a poco la rigurosa
educación de los tiempos anteriores. Lo que la casa podía construir, lo destruía la escuela. La
mujer tenía un derecho casi ilimitado de disponer de sus haberes. La ley sólo conocía por
nombre un poder paternal, y los criados se hallaban jurídicamente fuera de la familia." Así
juzgaba hacia mediados del siglo XIX un conservador -que antes de la revolución del 48
había sido durante mucho tiempo juez- las consecuencias de la legislación del tardío siglo
XVIII.18 Entonces esas consecuencias ya eran claramente visibles. Pues por las mismas
fechas, W. H. Riehl describió la "casa grande" como una configuración en peligro, y Adalbert
Stifter dilucidó en Estío tardío por qué el hacendado y las personas que vivían en su casa ya
no comían en la misma mesa, y Gustav Freytag describió en Debe y haber el tipo de casa del
comerciante, que estaba desapareciendo, en la que aún vivían los servidores solteros del
comercio.
Para nosotros surge el problema de por qué este pensamiento griego pudo dominar
completamente los dos siglos siguientes e incluso las épocas cristianas. Aquí se trata
naturalmente no sólo del pensamiento aristotélico, que tan sólo más tarde, desde el siglo XII,
comenzó a tener su plena efectividad, sino de todo el "monoteísmo metafísico" de la
Antigüedad, que fue recogido por la filosofía cristiana, desde la Patrística, y continuado por
la Escolástica. Con la recepción de Aristóteles se recibe entonces el sistema completamente
desarrollado de la ciencia griega. El aristotelismo domina las universidades europeas hasta
bien entrada la modernidad. La metafísica de Francisco Suárez conquistó en el siglo XVII no
solamente las universidades católicas, sino también las protestantes. Tan sólo hacia 1700
termina el dominio del aristotelismo. Junto a él se encuentra permanentemente una corriente
platónico-neoplatónica, de muy hondo efecto en la historia del espíritu, pero que ha nacido de
los mismos fundamentos de la visión griega del mundo, pues el neoplatonismo es un
platonismo "convertido" y fuertemente determinado aristotélicamente. Ernst Hoffmann
caracterizó así esta herencia:
Pero esta herencia es determinante no sólo para la metafísica, sino para toda la imagen
científica del mundo de la "filosofía" penetrada por aquélla.
Para mostrar todo esto de manera completa, habría que presentar una historia de la
paideia- humanitas, de las virtudes cardinales, y seguir su camino desde la polis griega
pasando por la nobilitat romana hasta las imágenes nobles de los hombres de la cultura
caballerescocortesana, del humanismo y de los tipos nacionales de nobleza de la temprana
modernidad. Siempre encontramos la relación de nobleza y virtud (areté, virtus) y por cierto
de manera tal, que sólo el hombre noble posee virtud, que ha nacido para ella, pero que ésta
encierra la dura obligación de formarse para ella con severo esfuerzo.
Pues -así dice Enea Silvio Piccolomini en su Carta sobre la Educación al rey
Ladislaus Posthumus- así como la disposición natural sin formación es ciega, así la formación
sin el presupuesto de una correspondiente disposición natural es defectuosa. Pero las dos son
de poco valor cuando falta el ejercicio. Las tres cosas juntas permiten lograr la perfección.
Así, este pensamiento se muestra en los dos siglos y más desde los griegos hasta el
comienzo de la Ilustración como el pensamiento de un mundo de nobleza. Aquí
comprendemos el concepto de "mundo de nobleza" muy ampliamente e incluimos también
los estados-ciudades antiguos y medievales. Pero este mundo de nobleza descansa siempre
sobre un fundamento campesino con su oikos.
Notas
2 O. Brunner, Adeliges Landleben und europäischer Geist. Leben und Werk Wolf Helmhards
von Hohberg, 1612-1688, Salzburgo, 1949, [ Links ] y la bibliografía indicada allí. Art.
"Hausväterliteratur", en Handwörterbuch der Sozialwissenschaften 5, 1956, pp. 92 y s. [
Links ] Rico material sobre este tema ofrece J. Hoffmann, Die "Hausväterliteratur" und die
"Predigten über den christlichen Hausstand", Weinheim, 1959. [ Links ]
4 W. H. Riehl, Naturgeschichte des deutschen Volkes, ed. de G. Ipsen, Leipzig, 1935, pp. 197
y ss. (primero en el libro Die Familie). [ Links ]
5 Herbert Hassinger, Johann Joachim Becher 1635-1682. Ein Beitrag z. Geschichte des
Merkantilismus, Viena, 1951, pp. 66 y ss. [ Links ]
6 O. Brunner, "Johann Joachim Bechers Entwurf einer 'Oeconomia ruralis et domestica'", en
Sitzungsberichte d. Österreichischen Akademie der Wissenschaften, 226/3, Viena, 1949.
[ Links ]
7 J. Brake, Wirtschaften und Charakter in der antiken Bildung, Frankfurt, 1935. [ Links ]
8 M. Salomon, Der Begriff der Gerechtigkeit bei Aristoteles, Leiden, 1937, pp. 145 y ss.
[ Links ]
9 J. Höffner, Wirtschaftsethik und Monopole im 15. u. 16. Jahrhundert, Jena, 1941, pp. 85 y
ss. [ Links ]
11 A. Tschajanoff, Die Lehre von der bauerlichen Wirtschaft, Berlín, 1923. [ Links ] E.
C. Sedlmayr, Die bäuerliche Landgutswirtschaft, Berlín, 1930. [ Links ] M. Rumpf,
"Natürliche Selbstgenügsamkeit und Geld in der alten Bauernwirtschaft", en Schmollers Jbb.,
51/2, 1935. [ Links ] lb., Deutsches Bauernleben (Das gemeine Volk I), Stuttgart, 1936.
Ch. v. Reichenau, "Die Bäuerin", en Jbb. f. Nationalökonomie und Statistik 153, 1943. [
Links ] J. Walleitner, Der Knecht. Volks-und Lebenskunde eines Berufstandes im
Oberpinzgau, Salzburgo, 1947. [ Links ] No ha de pasarse por alto que el carácter
peculiar de la economía campesina no pudo ser descubierto por la vieja Oeconomica que le
corresponde, sino sólo con los conceptos de las modernas ciencias económicas que parten de
la sociedad de intercambio.
14 Sobre la situación actual cf. René König, "Soziologie der Familie", en A. Gehlen y H.
Schelsky, Soziologie, Dusseldorf, 1955, pp.119 y ss. [ Links ], y la descripción del lugar
de la familia en la sociedad industrial norteamericana, en P. Drucker, Gessellschaft am
Fliessband, Frankfurt, 1952, pp. 27 y ss. [ Links ] H. R. Müller-Schwefe, Welt ohne
Väter, Gedanke eines Christen zur Krise der Autorität, Hamburgo, 1962. [ Links ] W.
Haas, Lebent unten einem Dach. Die Familie damals und heute, Friburgo, 1963. [ Links
] A Mitscherlich, Auf dem Weg zur vaterlosen Gesellschaft. Ideen, zur Sozialpsychologie, 2ª
ed., Munich, 1963, 1967. [ Links ] F. Oeter (comp.), Familie und Gesellschaft, Tubinga,
1966. [ Links ]
15 Otto Brunner, Die Freiheitsrechte in der altständischen Gesellschaft, en el volumen
alemán, del cual el presente es una selección. H. Conrad, Individuum und Gemeinschaft in
der Privatrechtsordnung des 18. und beginnenden 19. [ Links ]
17 Para Francia cf. M. Reinhard, Histoire de la population mondiale, París, 1949, pp. 64 y ss.
y 131 y ss. [ Links ] Sobre la inicial transformación del campesinado desde el siglo
XVIII, cf. G. L. C. Schmidt, Der schweizerische Bauer im Zeitalter des Frühkapitalismus,
Zürich, 1932. [ Links ] Cf. también C. Gebauer, "Studien z. Geschichte d. bürgerlichen
Sittenreform d. 18. Jahrhunderts. Die Reform der häuslichen Erziehung", en Archiv für
Kulturgeschichte, 20, 1930. [ Links ]
19 Sobre la escuela como "casa" del maestro H. Lange, Schulbau und Schulverfassung der
frühen Neuzeit, Weinheim, 1967. [ Links ]
21 El concepto de "comunidad" que determina la teoría social alemana desde Adam Müller
fue acuñado por Fr. v. Gentz en su traducción de E. Burke, Refl ections, donde traduce la
palabra "partnership" en remodelación romántica. Cf. E. Lerch, "Gesellschaft" und
"Gemeinschaft", en Vierteljahrschrift für Literaturwissenschaft und Geistesgeschichte,22,
1944, pp. 114 y ss. [ Links ] F. Tönnies ha llamado la atención en su autobiografía sobre
el hecho de que fue infl uido por Adam Müller.
25 Política, 1254b.
32 A. Mitterer, Die Zeugung der Organismen, insbesondere des Menschen nach dem Weltbild
des hl. Thomas von Aquino und dem der Gegenwart, Viena, 1947. [ Links ] Sobre la
génesis del concepto moderno de organismo, cf. E. Voegelin, Die Rassenidee in der
Geistesgeschichte von Ray bis Carus, Berlín, 1933. [ Links ]
34 Cf. E. Topitsch, "Kosmos und Herrschaft", en Wort und Wahrheit, 1955, p. 21. [
Links ]
35 Cf. M. E. Duchesne, Le Domostroi, París, 1910. [ Links ] Sobre este libro de casa
como representante de una mentalidad conservadora y rusa tradicional, léase el diálogo al
comienzo de La sonata a Kreutzer, de León Tolstoi. [ Links ]
36 M. Plessner, Der Oikonomikos des Neupythagoräers Bryson und sein Einfl uss auf die
islamische Wissenschaft, Heidelberg, 1928. [ Links ] El Oikonomikos de Bryson fue
traducido en Occidente al latín y al alemán.
40 H. Herkner, "Die wirtschaftlich-sozialen Bewegungen von der Mitte des 18. Jahrhunderts
bis in die zweite Hälfte des 19. Jahrhunderts", en Propyläen-Weltgeschichte 7, 1929, pp. 329
y ss. [ Links ]
41 S. K. Padover, Democracy by Thomas Jefferson, Nueva York, 1937, pp. 107 y s. [
Links ]
42 Adam Smith, La riqueza de las naciones (trad. esp. en FCE, México). [ Links ] De
manera semejante, L. B. Alberti, Della famiglia, hacia 1434 (ed. alemana con intr. de Fritz
Schalk, Zürich, 1962, p. 250: Vom Hauswesen). [ Links ]
45 Cf. nota 4.
49 Sería de interés saber hasta dónde se remonta esta teoría del comercio como "alma" de la
sociedad. Ya se encuentra en todo caso en Calvino.
53 Sobre el tema que sigue cf. Otto Brunner, "Zum Problem der Sozial-und
Wirtschaftsgeschichte", en Zeitschrift für Nationalökonomie, 7, 1936, pp. 671 y s. [
Links ]
54 C. Brinkmann, Finanzarchiv N. F. 1, 1933, p. 46. [ Links ] Cf. sobre eso Th. Mayer,
"Haupttatsachen der wirtschaftsgeschichtlichen Entwicklung", en Vierteljahrschrift für
Sozial-und Wirtschaftsgeschichte, 22, 1929, pp. 360 y ss. [ Links ] E. Savoy,
L'Agriculture à travers les ages. Histoire des faits, des institutions et des doctrines
économiques et sociales, París, 1935. [ Links ]
55 Cf. Otto Hintze, "Der moderne Kapitalismus als historisches Individuum. Ein kritischer
Bericht über Sombarts Werk", en Gesammelte Abhandlungen, 2: Soziologie und Geschichte,
ed. de G. Oestreich, Gotinga, 1964, pp. 37 y ss. [ Links ]
57 Así comienza la Cambridge Economic History 1: The Agrarian Life of the Middle Ages,
Cambridge, 1942, con una contribución de R. Koebner, "The Settlement and Colonisation of
Europe".
65 H. Schuhmacher, Die Wirtschaft in Leben und Lehren, Leipzig, 1943, pp. 273 y ss. [
Links ]
74 E. Salin, op. cit., pp. 101 y ss. H. Freyer, Die Bewertung der Wirtschaft im
philosophischen Denken des 19. Jahrhunderts, 2ª ed., Leipzig, 1939. [ Links ]