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Ismael Pedregal Tarraga

Erica B. Ovalle Ramos

Práctica Antropología #1
Campos clásicos y actuales
1. ¿Qué es la antropología?

La antropología es la ciencia social que estudia al hombre en general. Dentro de esta vasta disciplina
se pueden diferenciar dos tipos: la antropología física, que se limita al aspecto biológico y desarrollo
cultural del hombre prehistórico, y la antropología social y cultural. El foco de esta última se
encuentra en los hechos sociales del ser humano en los que la cultura se involucra. Estos estudios
contemplan el desarrollo de las diversas organizaciones políticas, sociales, económicas y religiosas en
el mundo contemporáneo y sus respectivas evoluciones en el tiempo. Al ser este un campo muy
amplio, surge una gran variedad de ramificaciones y especialidades, y el antropólogo dispone de
abundantes y diferentes herramientas de estudio que se tratarán en la segunda pregunta.

Esta materia contempla una serie de conflictos a diferentes niveles. El más evidente es el sesgo
ideológico que, en mayor o menor medida, contiene un trabajo de estas categorías. Además, no
siempre es fácil distinguir la opinión del antropólogo de los conocimientos puramente objetivos. El
segundo problema también es fácilmente identificable y consiste en el gran cisma entre los trabajos
especializados y divulgativos, al ser los primeros de restringido acceso y algunos de los segundos
muy generales. El tercero, que se expone a continuación, es la confusión en cuanto al término.

En tiempos clásicos y en tiempos modernos, la concepción y definición de antropología ha ido


cambiando. En el pasado, la antropología era la disciplina que estudiaba al hombre y sus rasgos
somáticos y biológicos. Se conocía como etnografía a la que describe los usos y costumbres de los
“pueblos primitivos”. En relación, la etnología era una rama de la sociología que se centraba en
estudiar a estos “pueblos primitivos” basándose en la información etnográfica. En el presente,
existen distintas formas de utilizar y entender el término y el concepto en cuestión. En Estados
Unidos la denominan “antropología cultural”, ya que agrupan la antropología física, arqueológica y
cultural dentro de la “antropología”. En Inglaterra lo entienden como “antropología social” al
centrarse más en hechos sociales e instituciones. En Francia denominan “antropología” a secas a la
disciplina que estudia la diversidad contemporánea de las culturas humanas. Por otro lado, según
Augé, el abandono de las corrientes de pensamiento etnocéntricos ha permitido el reajuste del
concepto “etnología”, que lo convierten en sinónimo de “antropología social y cultural”. Con
respecto a la confusión entre los términos antropología y sociología, ambas buscan comprender la
concepción que diferentes actores tienen del mundo social. Para ello, a menudo el antropólogo
utiliza métodos cuantitativos de la sociología y el sociólogo utiliza métodos cualitativos de la
antropología. Así, la diferencia entre ambas no es tan evidente en algunos casos. En resumen, el
término “antropología” es ciertamente ambivalente y se refiere a una disciplina de carácter teórico
explicativo cuyas investigaciones se basan en el dato cualitativo.

Otra cuestión a tener en cuenta, y un factor muy determinante en cómo se concibe la disciplina, es
el marco en el que se desarrollan las diferentes escuelas de la antropología, y el bagaje histórico que
arrastra en la actualidad. Esto es fundamental en cuanto a que determinados principios
antropológicos a menudo conforman los cimientos de otras ciencias sociales, y la capacidad de
identificarlo permite al investigador tener una perspectiva menos sesgada.

Esta disciplina nace en un contexto muy determinado y no es preciso concebirla como una entidad
atemporal. La consolidación del campo como ciencia social ocurre en la década de 1870, siendo las
sociedades no occidentales o “primitivas” su objeto de estudio, con el fin de clasificar estos pueblos
e integrarlos en la lógica expansionista de la época. De este modo, la antropología establece un
vínculo con el colonialismo europeo, quedando ligada a unas dinámicas coloniales de dominación.
Pese al evidente sesgo en su trabajo y el carácter etnocéntrico de la primera escuela, la disciplina se
consolida primando el método científico sobre las explicaciones religiosas que habían sido hasta
entonces paradigmáticas.

En la actualidad, la antropología ha sido capaz de eludir los errores de las corrientes más clásicas y
sus convenciones estáticas. Según Augé, esta consiste en “examinar una realidad humana en
perpetua redefinición” (2005, p.25). Esta forma de concebir la disciplina es predominante en la
escuela antropológica actual, cuya línea de investigación se adhiere a dicho pensamiento. Las
sociedades se encuentran en continua evolución y existe una multiplicidad de factores que
determinan tanto al objeto de observación como al método seleccionado, confiriendo un alto nivel
de complejidad al estudio antropológico y contribuyendo a la vasta extensión del campo. Por otro
lado, el concepto actual de contemporaneidad permite comprender las diferencias espaciales en
sociedades simultáneas, sin establecer clasificaciones inciertas en función del “nivel de desarrollo
civilizacional”, propias del etnocentrismo decimonónico. Además, de forma generalizada, como
consecuencia del orden mundial consolidado y su tendencia a la integración, todas las sociedades
contemporáneas comparten una serie de similitudes. La antropología identifica los rasgos culturales
autóctonos de un grupo social y valora la mayor o menor incidencia del proceso de la globalización,
así como las disparidades entre individuos del conjunto.
2. ¿Qué hacen los antropólogos?

Según Augé (2005, pp.26-27), la tarea del antropólogo debe pasar por cuatro fases: elección del
objeto, trabajo de campo, lectura y escritura. Primero, el antropólogo debe construir su objeto de
estudio, conociendo y valorando diferentes factores que influirán en la elección del mismo, como el
carácter que tendrá el trabajo, la institución que apoya la investigación y su posible empleo
posterior. Segundo, el antropólogo debe seguir un método de trabajo concreto al llevar a cabo la
labor de campo. Tiene que adoptar determinados procesos mentales como la observación
participante, el utilizar la “alteridad” para llevar a cabo el asombro sistemático, el cuestionamiento
sus juicios de valor “a priori”, el abandono de ideas preconcebidas en función a su cultura, el
establecer una distancia para poner sus observaciones en perspectiva (no sólo teniendo en cuenta
las relaciones sociales sino también fijándose en determinaciones externas como geografía,
demografía, economía, historia, política… que influyen en el grupo investigado) y finalmente, la
adopción de una actitud positiva de aprendizaje. Toda la información adquirida mediante esta
investigación etnográfica se plasma en un cuaderno (etnografía) que el antropólogo debe ordenar y
preparar para facilitarle a posteriori el análisis de datos y la obtención de conocimientos.

Tras esta recopilación de información, el antropólogo debe llevar a cabo un análisis que compare
culturas o sociedades, relaciones intersubjetivas entre individuos, hechos sociales, etc. confrontando
modelos, normas, esquemas culturales, horizontes de pensamiento, etc. así examina una condición
humana en constante redefinición.

El antropólogo no debe llevar a cabo o sacar conclusiones de esta comparación basándose en


términos universalistas. El autor mencionado advierte que “las grandes teorías portadoras de
verdades definitivas no fueron sino utopías” (2005, p.11) y equipara estas verdades, en el pasado
aceptadas, con una llave maestra que abre todas las puertas. Para él, esta imagen ha sido
desbancada por una “caja de herramientas [...] donde cada uno remodela cada instrumento para
progresar a través de aproximaciones sucesivas”. Por lo tanto, el antropólogo debe ir en busca de
conceptos universales, sino que tratará de utilizar las características particulares de su objeto de
estudio para entenderlo y analizarlo, sin caer en la generalización.

Bibliografía referenciada y lecturas para la documentación:

Augé, Marc, Qué es la antropología, Barcelona: Paidós, 2005; pp. 9-27.

Bohannan, Laura, “Shakespeare en la selva” en Honorio Velasco (comp.), Lecturas de antropología


social y cultural, Madrid: UNED, 1996.

Hammersley, Martyn & Atkinson, Paul, Etnografía. Métodos de investigación, Barcelona: Paidós,
1994; Cap. 1; pp. 15-40.

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