Génesis 29:7-8 “Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de
recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas. Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.” Todo obedece a un orden establecido, una estructura que requiere estrategia, planificación, estudio, práctica, dirección, disciplina y entendimiento mutuo.
Génesis 2:18 “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”
Ahora vamos a ver algunas ventajas de pertenecer a una manada.
1) Suponen un factor de protección La primera ventaja es evidente y tiene que ver con un hecho muy material: formar parte de un grupo hace más difícil que nos expongamos muchas a situaciones peligrosas que pueden terminar con nosotros. Por ejemplo, significa que si alguien nos ataca probablemente otros saldrán en nuestra defensa, o que si nos quedemos sin tener un sustento básico con el que vivir otros nos darán refugio. 2) Nos proporciona modelos a seguir, Además, otra de las ventajas de ser parte de un grupo es que constantemente estamos expuestos a ejemplos a seguir, (tenemos la inclinación por naturaleza a adorar y replicar) personas que cuentan con unas características y objetivos similares a los nuestros y que resultan estimulantes a la hora de orientar nuestras acciones hacia una meta. De esta manera, estar rodeados de personas así hará más probable que nos sintamos motivados a perfeccionar ciertas cualidades que si trabajamos nos proporcionan mejores medios de vida y que a la vez seguramente beneficiarán al resto de miembros del grupo. 3) Refuerzan nuestra autoestima El sentimiento de pertenencia es uno de los aspectos que refuerzan positivamente la autoestima de las personas. Por un lado, ver cómo el resto de personas nos consideran una parte del grupo implica que reconocen nuestra importancia, dado que los mismos esfuerzos que esas personas dedican a velar por la comunidad son, de manera indirecta, esfuerzos de los que uno mismo se beneficia. Por otro lado, formar parte de un grupo supone que otras personas se identifiquen con nosotros, que estén predispuestas a hacer sacrificios por defendernos ante ataques de elementos ajenos al grupo, lo cual emula el funcionamiento de los lazos afectivos que surgen en las familias y las relaciones amorosas en general. 4) Combate la soledad La soledad es una de las situaciones vitales más relacionadas con los hábitos de vida dañinos y la enfermedad física o psicológica. Por eso, el simple hecho de tener a una comunidad es beneficioso, pues nos anima a salir de casa y relacionarnos, lo cual nos mantiene activos y nos da motivos para no abandonarnos. 5) Nos proporciona información La información es un recurso más, y pertenecer a un grupo, contando con la posibilidad de contactar con muchas personas, supone un importante capital social. Esto, por ejemplo, hace que no necesitemos memorizar todo lo que necesitamos para vivir, ya que esta información queda repartida entre los individuos con los que tratamos (esto es lo que se conoce como memoria transactiva). Hebreos 10:23-25 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. La iglesia local es fundamental, es la institución que supervisa nuestra vida espiritual y nuestro discipulado en Cristo. Es la institución que tiene autoridad para llamarnos a cuentas cuando estamos en pecado, es la institución que tiene la autoridad para disciplinarnos e incluso para hacer público si debemos ser considerados como creyentes o no. Claramente todos necesitamos esa supervisión. Ya que está en juego nuestra salvación. El versículo incluso lo menciona al final. Aquel día se acerca.