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Hábito 6: la sinergia

“Entendiendo y valorando las diferencias en otras personas nos encontramos con la

oportunidad de crear sinergias, que nos permite descubrir nuevas posibilidades.”

Los hábitos de las personas altamente efectivas producen unas sinergias óptimas

entre esas dimensiones, la renovación en cualquier dimensión aumenta la capacidad para

vivir por lo menos uno de los siete primeros hábitos. Sinergizar es el resultado de cultivar la

habilidad y la actitud de valorar la diversidad. La síntesis de ideas divergentes produce

ideas mejores y superiores a las ideas individuales. El logro del trabajo en equipo y la

innovación son el resultado de este hábito. Algunas metas las podemos lograr solos, pero

las empresas grandes sólo las pueden lograr con trabajo en equipo. Proyectos como la

llegada del hombre a la Luna o la fabricación de la Bomba Atómica son el resultado del

trabajo sinérgico.

La sinergia está en todas partes en la naturaleza. Si se planta juntos dos vegetales,

las raíces se entremezclan y mejoran la calidad del suelo, de modo que las dos plantas

crecen mejor que si estuvieran separadas. Si adosamos dos trozos de madera, podrán

sostener un peso mucho mayor que la suma de los pesos que sostienen ambos trozos

separadamente. El todo es más que la suma de sus partes. Uno más uno es igual a tres o

más. El desafío consiste en aplicar en nuestras interacciones sociales los principios de la

cooperación creativa que nos enseña la naturaleza. El ejercicio de todos los otros hábitos

nos prepara para el hábito de la sinergia.

Sinergia negativa: La búsqueda de una tercera alternativa es un cambio de

paradigma importante, que desplaza a la mentalidad dicotómica de “O esto o aquello”. La

diferencia en los resultados es muy grande.


¿Cuánta energía negativa se consume por lo general cuando las personas tratan de

resolver problemas o tomar decisiones en una realidad interdependiente? ¿Cuánto tiempo se

dedica a “confesar” los pecados de los otros, al politiqueo, la rivalidad, los conflictos

interpersonales, la protección de la propia retaguardia, la lucha por el dominio y las

profecías destructivas? Es como conducir un automóvil con un pie en el acelerador y el otro

en el freno. Y en lugar de retirar el pie del freno, la mayor parte de la gente aprieta más el

acelerador. Trata de aplicar más presión, más elocuencia, más información lógica para

fortalecer su posición.

El problema consiste en que personas altamente dependientes están tratando de

tener éxito en una realidad interdependiente. Ellas dependen de la fuerza que obtienen de su

posición y procuran una salida del tipo Ganar-Perder, o bien ceden a su necesidad de ser

populares y caer simpáticas, y su salida es del tipo Perder-Ganar. Pueden hablar de la

técnica de Ganar-Ganar, pero en realidad no quieren escuchar, quieren manipular. Y la

sinergia no prospera en ese ambiente.

Las personas inseguras piensan que la realidad puede ser dócil a sus paradigmas,

tienen una gran necesidad de convertir a los otros en clones, de moldearlos con su propio

pensamiento. No comprenden que la fuerza misma de la relación reside en que en ella se

cuenta con otro punto de vista. Igualdad no es identidad, la uniformidad no es la unidad. La

unidad o la identidad suponen complementariedad, no igualdad. La igualdad no es creativa

es aburrida. La esencia de la sinergia consiste en valorar las diferencias.

La persona verdaderamente efectiva tiene la humildad y el respeto necesarios para

reconocer sus propias limitaciones perceptuales y apreciar los ricos recursos que pone a su

disposición la interacción con los corazones y las mentes de otros seres humanos. Esa
persona valora las diferencias porque esas diferencias acrecientan su conocimiento, su

comprensión de la realidad.

Las personas en lugar de ver las diferentes actitudes, habilidades y maneras de

enfocar la vida de otras personas como algo malo por el hecho de ser diferentes a las tuyas,

deberías verlo como algo positivo. Esas diferencias, cuando se colocan juntas de la manera

adecuada pueden dar lugar a algo mucho más grande que lo que podría generar cada una de

esas personas por separado. Esta es la manera más potente de generar valor y conseguir

cosas increíbles, aprovechando el potencial de varias personas trabajando juntas,

aprovechando sus diferentes fortalezas para conseguir un objetivo común.

Dominar los cinco primeros hábitos es lo que permitirá llevar el sexto hasta su

máxima expresión.

Hábito 7: afilar la sierra

Este capítulo comienza con la historia de un leñador que se encuentra tan inmerso

en su trabajo de derribar árboles que olvida que debe dedicar unos minutos de su tiempo a

afilar su sierra que le hará ahorrar muchas horas de esfuerzo y cansancio de él,

implementando una fuerza innecesaria. Aplicado a nuestra vida afilar la sierra se refiere a

que dedicar un breve espacio de nuestra vida a mejorar nuestras condiciones físicas e

intelectuales mediante el ejercicio físico y el estudio, analizando las causa y efectos de las

problemáticas cotidianas de nuestras vidas, esto nos quiere dar a entender que en cualquier

caso en particular de nuestras vidas podremos solucionarlo más allá de lo que vemos a

simple vista.

El hábito 7 consiste en dedicar tiempo para afilar la sierra. Engloba a todos los otros

hábitos del modelo de los 7 hábitos porque es el que los hace posibles. Significa preservar y
realzar el mayor bien que se posee: uno mismo. Significa renovar las tres dimensiones de su

naturaleza: la física, la espiritual y la mental. Es lo que nos permite establecer un equilibrio

entre todas las dimensiones de nuestro ser, a fin de ser efectivos en los diferentes papeles

(roles) que desempeñamos en nuestras vidas.

Debemos enfocarnos en los parámetros el primero sería, el mental el cual nos

conlleva a leer, visualizar, planificar y escribir reuniendo esto lograremos una gran

amplitud de conocimiento variados. El segundo seria la física el cual nos conlleva a hacer

ejercicios, nutrición y control del stress. El tercero nos cuenta sobre las emociones y lo

social de estas como el servicio, la empatía, sinergia, seguridad intrínseca. Y por último

sería el de la espiritualidad que nos clarifica los valores, el compromiso con los valores,

estudio y medición de nuestros actos involuntarios y de conciencia. Reuniendo todos estos

aspectos que son el Mental, la Física, Emociones /Sociales y la Espiritualidad son cuatro

dimensiones de la renovación del ser humano como ser. Son un ciclo de experiencia y

conocimiento claro de las cosa.

En nuestras vidas, nosotros somos la sierra, y debemos parar regularmente para

afilarla. Cuatro aspectos son los que tenemos que cuidar:

 Físico: Hacer ejercicio, comer bien, dormir suficiente.

 Espiritual: Misión, ética, autoconocimiento, meditación.

 Conocimiento: No parar de aprender, explorar, enseñar.

 Social: Nutrir las amistades, familia, pareja.

Mantener afilada la sierra, aunque nos suponga cierto tiempo diario, será la base

para poder poner en práctica el resto de hábitos con los mejores resultados.


Octavo Hábito: Encuentre su propia voz y haga que su voz inspire a otros para que

encuentren la suya.

Animar hacia la “grandeza”, significa actuar con integridad como individuo y

ayudar a otros para que hagan lo mismo. Según Covey, este hábito representa la 3ra

dimensión de su modelo.

La grandeza es el traslape de:

 Grandeza personal

Aplicación de los 7 hábitos en las formas de: visión, disciplina, pasión y

conciencia.

 Grandeza de Liderazgo

Aplicando los 4 papeles del liderazgo, que están modelando los 7 hábitos:

Encontrar la trayectoria, creando el modelo, alineamiento, crear un sistema

de trabajo técnicamente impecable, empoderamiento. Liberar el talento, la

energía, y la contribución de la gente. Dar el ejemplo, para construir

confianza en otros. Es el corazón del liderazgo eficaz.

 Grandeza organizacional

Ésta es grandeza convertida en una visión, una misión y unos valores. Esto

trae la claridad, compromiso, difusión, sinergia, y permite la confiabilidad.

El octavo hábito supone escuchar nuestra propia “voz interna” y enseñar a los

demás a identificar la suya propia. Se trata de enseñarle a los demás el arte de sacarle

provecho a lo que es propio de cada individuo; de modo que cada persona se vuelva

indispensable en la organización en virtud de sus capacidades irrepetibles. Encontrar

nuestra voz supone cumplir con nuestro potencial interior.


Es decir, encontrar aquel trabajo que verdaderamente aproveche nuestro talento y

alimente nuestra pasión. El mayor don que recibimos al nacer es la capacidad de decidir si

desarrollaremos o no nuestro potencial. Esta es una elección que podemos hacer entre

acción y acción. Es preciso reflexionar y determinar cuál será nuestra reacción. Para

encontrar nuestra voz, es preciso entrar en contacto con los cuatro elementos que forman a

una persona: mente, cuerpo, corazón y espíritu. Normalmente, las personas exitosas logran

elevar cada una de dichas inteligencias a su mayor expresión: Mente = Visión

El liderazgo es la habilidad de propiciar que los demás entiendan su propio valor y

potencial, y que sean capaces de vivir en concordancia con ellos.  El mejor modo de utilizar

los ocho hábitos es ayudar a los demás. La razón última por la que se establece

organizaciones es para ayudar a los demás. La noción de brindar servicio más allá de uno

mismo, da la autoridad moral necesaria para ser un gran líder. El Octavo hábito no significa

añadir otro hábito a los siete anteriores, significa aplicarle una "nueva dimensión", que

mejora el desempeño de cada uno de ellos.

Las personas pueden descubrir su voz gracias a los tres dones con los que todos

nacen:

1. La libertad de elegir

2. Las leyes o principios naturales: aquellos que dictan las consecuencias del

comportamiento. Las consecuencias positivas provienen de la justicia, la

bondad, el respeto, la honestidad, la integridad, el servicio y la contribución.

3. Las cuatro inteligencias: mental, física, emocional y espiritual.


Conclusión:

Sinergizar, está orientado hacia la cooperación creativa, comunicación respetuosa,

donde las partes asumen bajo la base del gana /ganar una idea aún mejor, en la cual el

resultado es mayor que la suma de ambos, además se aprende, mejora en conocimiento y se

aprovechan las diferencias para crear disposición de generar con altura soluciones a los

problemas mejor que la vez anterior. Sinergia no es más que abrir la mente y el corazón

hacia nuevas ideas y opciones, traspasando de viejos paradigmas a nuevos descubrimientos,

que generen valor agregado, reconociendo que las personas no ven las situaciones como

son, sino como son ellos.

El séptimo hábito que se define como afilar la sierra, hace referencia a la capacidad

de renovar con equilibrio, de revisar los seis hábitos anteriores y corregir, innovar y mejorar

continuamente. Dicha mejora, debe ir precedida del cumplimiento de las cuatro

dimensiones, que son: física, mental, social y espiritualmente. Stephen pone el ejemplo de

una persona serrando un árbol. Es una labor ardua y le llevará 6 horas terminarla al ritmo

que lleva. Cuando se le sugiere parar un rato para afilar la sierra para después avanzar

mucho más rápido, la respuesta es que no tiene tiempo de parar para hacerlo.

Solemos estar tan enfocados en aquello que estamos haciendo, en subir la escalera

que hayamos elegido o en la que nos hayan colocado, que “no tenemos tiempo” para

pararnos un momento, observar y prepararnos de la mejor manera antes de continuar.

Una vez cumplidos los 7 hábitos, se puede decir que se ha dado el gran salto de la

Independencia a la Interdependencia, a la actitud del nosotros, que se logra con el esfuerzo

personal y de la ayuda y la cooperación de otras personas, siempre y cuando tengan

principios, ideas y objetivos claros. .


Finalmente, resulta oportuno indicar que aquellas personas que no han leído los 7

Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, se han perdido de conocer las herramientas

necesarias para autoevaluarse y emprender un nuevo modelo de vida personal y

organizacional, de olvidarse de aquel paradigma de tener infinidades de proyectos sin

arriesgarse a ejecutar al menos uno. Resulta necesario equivocarse para aprender, hay que

atreverse para crecer, tener capacidad de buscar y ver ideas diferentes, de ver más allá de

donde ven todas las demás personas, eso es lo que hace la diferencia.

El octavo hábito es una habilidad que va más allá de las otras siete pautas

propuestas por Covey y tiene que ver con escuchar la voz interior. Para ese autor, se trata

de una habilidad superlativa, que lleva a que cada quien le imprima un sello único a todo lo

que hace. Por eso la ubica por fuera de los hábitos normales.

Escuchar la voz interna significa atender a lo más auténtico de cada uno, con

independencia de lo que señalen los paradigmas dominantes. Corresponde a la parte más

auténtica de cada persona y es la mayor fuente de creatividad. Por eso Covey considera que

el octavo hábito es una habilidad fuera de lo común.

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