Está en la página 1de 2

Reporte de lectura “Hegel: lo real y lo racional”

Comienzo este reporte diciendo que me ha gustado el cambio de estructura del texto,
que no comenzamos solo en la teoría del conocimiento de Hegel, vemos su historia, me
recuerda a una frase que decía algo como “no hay filosofía sin biografía”, entonces creo
que esa es la razón de por qué comenzamos con la historia de este filósofo.
Nace en el seno de una familia bien acomodada, una referencia directa de él es Christian
Wolff, racionalista radical, personaje que influirá en su filosofía.
El sistema Hegeliano se ha construido totalmente en el Hegel ortodoxo, pues el joven es
la expresión de una subjetividad no reconciliada con la razón. Él solía decir que la única
manera de ser fiel a la filosofía es no casarse con ningún filósofo en particular; Hegel va
hurgando en las teoría de Kant con mirada distante, pues, Kant defiende el papel central
del sujeto en la constitución de los objetos; a su vez, Hegel va tomando distancia de
Schelling, cuya filosofía se le antoja ecléctica.
Para Hegel la expresión imaginaria de una necesidad inherente al absoluto constituía la
forma de vincularse a este para un individuo extraviado en los intereses (o sea, Dios se
hizo hombre pero podía perfectamente no haber tomado tal decisión).
Otro punto destacable es que Hegel se opone notablemente a Newton, pues, parece
fascinado por la idea de una ciencia puramente necesaria, una ciencia puramente
deductiva y carente de otra limitación que la impuesta por las premisas lógicas de las
que la razón parte, ni siquiera con referencias por una realidad empírica considerada
como independiente de la razón, es decir, una ciencia que se cierra en sí misma, por
tanto, una ciencia libre. Esta ciencia sería holística en el sentido de que ella misma
constituiría el Todo (esencia del idealismo absoluto) donde la subjetividad empírica es
irrelevanta excepto cuando viene a ser una expresión de acontecimientos que marcan el
devenir colectivo.
El sistema no desprecia el conocimiento empírico, pero en absoluto considera que dicho
conocimiento pueda servir de fundamento, pues no hay generalización por inducción
que sea legítima porque esta no muestra la necesidad de que las cosas sean como se
exponen. Hegel asume esta exigencia de la necesidad natural, pero de entrada no la sitúa
en la naturaleza, sino en la razón que da cuenta de la misma.
El orden social también está sometido a la idea de la razón, lo cual supone que nada de
lo que ha acontecido en la historia de las sociedades es contingente, caprichoso o
injusto. Esto nos dará como resultado que el devenir tanto de la naturaleza como de las
sociedades tiene una finalidad: el advenimiento de una conciencia que sabe la
necesidad, que sabe en lo esencial el por qué de cada cosa (su razón de ser).
Un postulado fundamental del hegelianismo es: “todo lo real es racional; todo lo
racional es real” y no hay idea de la razón que carezca de realidad (incluso el error y el
extravío tienen su razón de ser). Al hacer la idea el fondo de la necesidad se está
considerando que solo la deducción es un método legítimo: conocer es a partir de
premisas de la razón t atenerse a lo que surge de estas; lo que hace que las cosas sean a
priori.
Dice el texto que Hegel estaría de acuerdo con Aristóteles en que nuestro entendimiento
está sometido al principio de no contradicción, pero en absoluto concedería que la
propia razón lo esté lo que nos dará una diferencia notoria entre entender y razonar)
pues la razón no se ajusta a los principios del entendimiento y, concretamente al de no
contradicción pues, la razón tiene un movimiento interno porque cada una de sus ideas
encierra en sí la idea contraria; el proceso lo explico así: se tiene una tesis, la razón la
sustituye por su antítesis y quedará sustituida por una nueva proposición, que es, la
síntesis. Con esto podemos ver que en Hegel la ciencia física es cosa del entendimiento
y la filosofía de la naturaleza es cosa de la razón (pues esta ciencia ha de subordinarse a
la dicha filosofía).
Nuestro filósofo está convencido de que el contenido conceptual que tiene en mente no
sería posible si la separación entre infinitud y finitud siguiera primando. Leer la obra de
Hegel supone asumir por un momento que una subjetividad ha accedido a un saber que
lo abarca todo, pues el “yo” de Hegel integra en sí la esencia de las otras conciencias
(convirtiéndose entonces en un “nosotros”) un ser movido por el instinto de la razón
(cosa que personalmente me parece contradictorio).
Saber en Hegel es un saber cabal apriorístico y puramente deductivo, este saber no ha de
conocer todas las cosas de las diferentes disciplinas especializadas, sino los nudos
esenciales de las mismas, por eso, cuando les enseñaba acerca de la fenomenología del
espíritu les explicaba las virtudes por las que tuvo que pasar el hombre para convertirse
en un ser de razón: desde el arranque en la conciencia inmediata hasta la percepción, el
entendimiento y finalmente, la idea. La lógica es el núcleo del saber, y en ello está el
núcleo del Todo, pues se encontraba al final con la noción del saber como tal (la idea
absoluta).
Voy concluyendo en la mención de la ambición cognoscitiva de Hegel es grande, pues
quería conocer lo esencial de cada disciplina, por eso mismo nos damos cuenta que en
Hegel sí es posible un conocimiento; este texto me ayuda a darme cuenta que no debo
de cerrarme a la “convivencia” con un filósofo, sino a tratar de sacar lo valioso de su
pensamiento; creo que todo esto se relaciona ya que a pesar de que no escribí acerca de
lo que en el texto venía de su vida, se entiende que el conocer abre puerta al espíritu, un
espíritu que da el arranque a disfrutar de la vida por conocer nuestra razón de ser.

También podría gustarte