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Actividad Sesión N° 11

Cuadro de Mando Integral

Experiencia curricular
Gestión Presupuestaria

Profesor
Romero Corbera Gary

Grupo N° 04
Integrantes

➢ Aspilcueta Gonzales, Sebastian Antonio


➢ Gonzales Villacorta, Stephany Nicolle
➢ Lujan Vereau, Javier Ernesto
➢ Paredes Ramos, Juan Diego
➢ Quiñones Beltran, Ricky Andreé

Aula A1T1

Trujillo – Perú

2022
Control de la gestión y uso de indicadores CMI

El CMI o Balanced Scorcard (denominado también Tablero de Comando o Control), surge


paralelamente y durante los años 60, en Francia y en Estados Unidos. En Francia fue
conocido con el nombre de Tableau de Bord y un criterio de selección basado en la intuición
y la experiencia y, en Estados Unidos, específicamente en la General Electric, se
confeccionó un tablero de control para el seguimiento de sus procesos a partir de la
definición de ocho áreas clave de resultados, y que contenía indicadores para controlar la
consecución de objetivos a corto y largo plazo. Sin embargo, este sistema, aunque más
completo, no permitía concatenar su seguimiento con la estrategia y los objetivos
propuestos. Según Creelman (1998), hacía falta "algo" que permitiera establecer vínculos e
interrelaciones entre el sistema de indicadores para el despliegue de la estrategia en toda la
organización, analizar su efectividad y anticipar problemas para lograr las metas fijadas.

Inmerso en este contexto y para dar respuesta al nuevo escenario empresarial,


caracterizado por la apertura de la economía, la globalización de los mercados, una mayor
exigencia por parte de los clientes, el aumento de la gama de productos y servicios (con
ciclos de vida más cortos y mayor calidad); el impacto de las tecnologías y los sistemas de
información, surge, a finales de 1990, uno de los instrumentos de control más consistentes
en el actual panorama empresarial: el Cuadro de Mando Integral (CMI), que se consolidó
como herramienta de gestión a partir de la publicación de los resultados del referido estudio
(Kaplan & Norton, 1992).

El CMI, no sustituye a los métodos de gestión existentes, ni elimina las medidas e


indicadores actuales, sino que les da una mayor coherencia y los ordena jerárquicamente,
según el árbol de indicadores y el modelo de relaciones causa-efecto. Las interrelaciones
entre los factores clave que permiten la creación de valor futuro para las empresas se
realiza a través de las cuatro perspectivas del CMI y sus inductores de eficiencia de la
manera siguiente:

● Los primeros factores clave están relacionados con el factor humano (formación e
incentivos). Sin dudas, los recursos humanos son el pilar que nutre los resultados
económicos-financieros de la empresa y, evidentemente, los que avalan el éxito de la
organización.
● Además, una mayor implicación del personal puede favorecer una mejora continua de
los procesos de la empresa.
● A su vez, la mejora en los procesos debe revertir en unos clientes más satisfechos que
pueden ser los inductores de unas mayores ventas.
● Finalmente, las ventas superiores deben generar mayores beneficios y rendimientos, lo
que explicaría la mayor capacidad de crecimiento y generación de valor de las
empresas.

La implantación de un CMI puede resultar una tarea muy difícil, ya que debe aplicarse a
través de la pirámide de cuadros de mando (directivos) en forma de "cascada", hasta llegar
a los centros locales de responsabilidad dentro de las unidades estratégicas de negocio,
para que todos trabajen de forma coherente hacia la consecución de los objetivos de la
empresa. Asimismo, deberá ser flexible, contener, exclusivamente, aquella información
imprescindible, de forma sencilla, sinóptica y resumida, seguir un proceso de mejora
continua, a través del cual se irán depurando sus posibles defectos para adecuarlos a las
necesidades concretas de cada usuario.

Principales indicadores de un cuadro de mando integral

● Indicador financiero. Expresa los objetivos financieros de la empresa. En otras


palabras, mide cómo sacar el máximo provecho de la inversión de una empresa.
También se examina la capacidad de la empresa para crear valor y se pueden
sacar conclusiones para aumentar las ganancias y reducir los costos.
● Indicador de aprendizaje y crecimiento. Estos indicadores proporcionan
información sobre el grado de desarrollo de las distintas áreas de negocio. Estos
indicadores están enfocados al análisis de los procesos de productividad,
innovación y calidad en la empresa y el impacto de estos procesos en el segmento
comercial y financiero.
● Indicador de clientes. Este KPI responde a la pregunta: ¿Cómo deben percibirnos
nuestros clientes para lograr nuestros objetivos? En los negocios, la satisfacción
del cliente es primordial, por lo que estos datos se centran en el posicionamiento
de la empresa en relación con los competidores y la percepción de la marca por
parte del consumidor.
● Indicador de procesos internos de negocio. Mantener la capacidad de progresar
y cambiar es esencial para lograr los objetivos comerciales, por lo que también es
importante centrarse en las personas y la tecnología. Este indicador destaca la
importancia del aprendizaje y la formación de la empresa para que no se estanque,
sino que sea capaz de desarrollar y mejorar los distintos servicios de la empresa.
Creación de mapas estratégicos CMI

Un mapa estratégico es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a desarrollar un


cuadro de mando integral y analizar la coherencia, la coherencia y la consistencia de cada
elemento que debemos considerar al implementar un cuadro de mando integral.
Para desarrollar un mapa estratégico, debemos definir claramente cuál será nuestra
estrategia, es decir, decidir qué objetivos son importantes para nosotros y cuál es el "plan de
juego" que debemos ejecutar para tomar la iniciativa. Esto nos permitirá alcanzar las metas
establecidas en el plan estratégico. Un mapa estratégico debe describir gráficamente la
transformación de activos intangibles en resultados tangibles, establecer relaciones de
causa y efecto entre los indicadores del cuadro de mando y definir claramente la estrategia
de la empresa.
La creación de este tipo de mapa requiere al menos cuatro perspectivas: aprendizaje y
crecimiento, perspectiva interna, del cliente y financiera.

Perspectiva de aprendizaje y crecimiento:


Esta perspectiva hace referencia al capital humano. Toda organización se sustenta sobre
una plantilla de trabajadores, que deben dominar una serie de conocimientos y habilidades
críticos para la empresa.

Perspectiva interna
Una vez se ha garantizado que la plantilla dispone de los conocimientos y habilidades que
necesita, la empresa tendrá que dotarlos de las herramientas para desarrollar su trabajo.

Perspectiva de los clientes


A estas alturas, la empresa ya cuenta con los elementos necesarios para funcionar. Por eso
es necesario que el mapa estratégico tenga en cuenta:
Quién es el público objetivo.
Qué rentabilidad puede extraer a sus productos o servicios.

Perspectiva financiera
Este es el segundo componente económico. La empresa necesitará cierto capital para
iniciar sus andanzas, un flujo suficiente para desarrollarse y unos resultados para tener
éxito. Por tanto, es crucial que se realice un análisis financiero para garantizar la viabilidad
del proyecto.

Cómo evaluar un CMI

El cuadro de mando integral evalúa la gestión de tu negocio y crea estrategias adecuadas


para mejorar su desempeño.

1. Definir la estrategia

Primero, debes establecer una estrategia empresarial general bien planteada. Incluso,
antes de aplicar el CMI, debes establecer la Misión, Visión y Valores de la empresa
(enlace), así como sus objetivos estratégicos.
¿Ya sabes qué objetivos implementarán? Entonces, tendrás que seguir adelante y decidir
cuáles son las iniciativas estratégicas necesarias para cumplir tus objetivos,

2. Conocer los stakeholders

A continuación, debes saber quién es tu público de interés o Buyer Persona, es decir,


proveedores, clientes, empleados, entre otros, que de alguna forma están vinculados con
las labores y decisiones de la empresa.

Ten en cuenta que es fundamental identificarlos porque, de esta forma, sabremos cómo
elaborar los lazos de cooperación con ellos para preservar su interés en la empresa.

3. Planificar los objetivos estratégicos

Dependiendo de las perspectivas que tenga nuestra empresa, podemos adaptarnos a unos
objetivos luego de establecer la hoja de ruta del negocio:

● Perspectiva financiera: el principal objetivo será obtener ganancias, eficacia en


función a los costes o salud financiera a través de la disminución de costos o la
subida en las ventas.
● Perspectiva del cliente: en este ámbito debes enfocarte primordialmente en
adquirir consumidores y mantener los clientes actuales, esto puedes lograrlo
mejorando la experiencia del consumidor al comprar tus servicios o productos o
aumentando el reconocimiento de tu marca.
● Perspectiva de procesos internos: en esta perspectiva tendrás que asegurar que
los objetivos estén en concordancia con las anteriores perspectivas. Algunos
objetivos que puedes implementar son: subida en la adquisición, integración vertical
o agregarle un plus a los productos o servicios.
● Perspectiva de aprendizaje y crecimiento: los objetivos situados en este ámbito
deben estar dirigidos a incrementar la capacidad I+D y la maximización de los
recursos tecnológicos o del talento humano de la empresa.

Apóyate en otras herramientas estratégicas como el Análisis DAFO y el Análisis CAME para
realizar una planificación más acertada y eficaz.

4. Elaborar el mapa estratégico

Una vez que hayas establecido las perspectivas y el conjunto de objetivos que forman cada
ámbito de la empresa, podrás proceder a crear el mapa estratégico. En este mapa, debes
indicar las causas-efecto que se produzcan entre cada perspectiva y procurar que estén en
armonía con la empresa.

Opcionalmente, puedes agrupar los distintos objetivos en temáticas dejando de lado las
perspectivas.
Considera que, si tienes una empresa comprometida en satisfacer a sus clientes, generarán
consumidores felices que, a su vez, adquirirán más productos o servicios que ofrezca tu
negocio.

5. Establecer indicadores claves de rendimiento (KPI)

Por último, tenemos que establecer las métricas para evaluar los objetivos e iniciativas
estratégicas previamente pactadas.

No olvides que si quieres seleccionar los objetivos apropiados, es esencial que la estrategia
general de tu negocio esté correctamente determinada.

Generalmente se utilizan como base de 1 a 2 KPIs por perspectiva. Para cada una de ellas
puedes aplicar alguno de los siguientes indicadores:

● Perspectiva financiera: en este ámbito se suele utilizar la disminución de costos,


fuentes alternas de ingresos o el margen de utilidad.
● Perspectiva del cliente: principalmente será necesario centrarse en los indicadores
que fortalezcan la satisfacción del consumidor, impulsar el reconocimiento de la
marca o en la cuota del mercado.
● Perspectiva de procesos internos: hay que enfocarse en cuestiones como la
optimización de la calidad en los productos, incrementar la capacidad de producción,
disminuir el tiempo de fabricación o los costos.
● Perspectiva de aprendizaje y crecimiento: a través de estos indicadores lo
recomendable es centrarse en mejorar las habilidades del talento humano de
nuestro negocio, perfeccionar el funcionamiento de los sistemas administrativos y en
crear un ambiente laboral apropiado.

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