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Compensación DIAPOSITIVA 8 A 43 HABERES

USUFRUCTO DEL MARIDO SOBRE LOS BIENES PROPIOS DE LA MUJER

Lo que estamos viendo nos lleva a estudiar el derecho de usufructo del marido sobre los bienes de
su mujer y cuál es su verdadera naturaleza jurídica.

El Código hace referencia al derecho de usufructo que el marido tiene sobre los bienes de su
mujer, en los artículos 810 y 2466 inciso final. Pues bien, ¿es cierto que el marido tiene el
usufructo sobre los bienes de su mujer?

La respuesta dada por la doctrina es negativa. Se afirma que no hay derecho de usufructo (pese a
que el Código lo llama de esa manera), sino un derecho legal de goce. Ello por las razones
siguientes:

a. Si el marido tuviere un derecho de usufructo cuando enajenare los bienes de la mujer,


estaría enajenando únicamente la nuda propiedad, y eso no es así.

b. Si fuera usufructo, cuando se enajenaren los bienes propios de la mujer y éstos pasaran a
terceros, el marido podría reclamar el usufructo, lo que tampoco puede ser.

La inembargabilidad del usufructo del marido (derecho legal de goce)  


El artículo 2466 inciso 3 señala: "Sin embargo, no será embargable el usufructo del marido sobre
los bienes de la mujer...".

Se ve una suerte de contradicción entre esta norma y el artículo 1725 N°2, pues la primera dice
que es inembargable el usufructo del marido sobre los bienes de la mujer, en tanto que la última
señala que tales frutos ingresan al haber absoluto de la sociedad conyugal, y eso implica que ellos
pueden ser embargados para hacer efectivas las obligaciones sociales.

Se han dado varias soluciones para resolver la contradicción:

1. Algunos autores postulan que el usufructo en sí mismo es inembargable, ya que no es


posible que un tercero se lo adjudique en subasta y lo ejerza indefinidamente mientras dura la
sociedad conyugal; pero son embargables los frutos provenientes de los bienes de la mujer, una
vez que han ingresado a la sociedad conyugal.

2. Otros autores señalan que efectivamente el usufructo es inembargable. Pero los terceros
pueden embargar los frutos que ingresan a la sociedad conyugal con la limitación de dejar al
marido lo necesario para cubrir las cargas de familia.

3. Los bienes que cualquiera de los cónyuges adquiera durante el matrimonio a título
oneroso (1725 N°5) 
- esta disposición, cualquier bien que se adquiera durante la vigencia de la sociedad conyugal
(mueble o inmueble, corporal o incorporal) a título oneroso ingresa al haber absoluto de la
sociedad conyugal.

No tiene ninguna importancia el que el bien se compre a nombre de la mujer o del marido, pues
en ambos casos el bien ingresa al haber absoluto de la sociedad conyugal.

Lo único que interesa es que el título de la adquisición del bien se haya celebrado vigente la
sociedad conyugal y, además, que el título traslaticio sea oneroso.

Tengamos sí presente que, si el bien lo adquiere la mujer dentro de su patrimonio reservado, ese
bien forma parte de dicho patrimonio y está sujeto, en su administración, a las reglas
contempladas en el artículo 150.

En relación con el caso que nos ocupa, puede ocurrir que el bien raíz lo adquiera el cónyuge
durante la vigencia de la sociedad conyugal y que, no obstante, no ingrese al activo social, sino al
haber propio del cónyuge.

Se refiere a esta situación el artículo 1736, que en su primera parte establece: “La especie
adquirida durante la sociedad, no pertenece a ella, aunque se haya adquirido a título oneroso,
cuando la causa o título de la adquisición ha precedido a ella".

En otras palabras, para determinar a qué haber ingresa un bien adquirido a título oneroso durante
el matrimonio, el legislador a tiende a la época en que se ha producido el título de la adquisición y
no a la época en que se consuma la adquisición.

El artículo 1736 coloca diversos ejemplos al respecto, los que son meramente ilustrativos, y que
veremos a continuación. Pero advirtamos de inmediato que para que estos bienes incrementen el
haber propio, tienen que ser inmuebles, pues en el caso de los muebles, ingresan al haber relativo,
según lo consigna el inciso final: "Si los bienes a que se refieren los números anteriores son
muebles, entrarán al haber de la sociedad, la que deberá al cónyuge adquirente la
correspondiente recompensa". 

Casos del Artículo 1736

1. No pertenecerán a la sociedad las especies que uno de los cónyuges poseía a título de
señor antes de ella, aunque la prescripción o transacción con que las haya hecho verdaderamente
suyas se complete o verifique durante ella

Este numeral contempla dos situaciones diversas:

Una primera que se produce cuando al momento del matrimonio uno de los cónyuges está
poseyendo un bien raíz, pero aún no ha transcurrido el plazo para ganarlo por prescripción, lo que
sólo viene a acontecer durante la vigencia de la sociedad conyugal.

Ese bien no es social, sino que propio del cónyuge, pues la causa o título de su adquisición ha
precedido a la sociedad. Ello es lógico, por cuanto, declarada la prescripción por sentencia judicial,
los efectos de la prescripción operan retroactivamente al momento en que se comenzó a poseer
Este caso ha pasado a tener una especial importancia con el DL 2.695, pues en conformidad al
artículo 15 de ese cuerpo legal, la resolución del Ministerio de Bienes Nacionales que acoja la
solicitud de saneamiento se considera como justo título que una vez inscrita en el Registro
Conservatorio de Bienes Raíces da al interesado la calidad de poseedor regular del inmueble para
todos los efectos legales. De manera que para saber si ese inmueble ingresa al haber propio o al
haber social, habrá que estarse a la fecha de inscripción en el Conservatorio de la resolución del
Ministerio, pues en ese momento comenzó la posesión.

La segunda dice relación con la adquisición del bien raíz por transacción.

La transacción, en cuanto se limita a reconocer o declarar derechos preexistentes, no forma nuevo


título. Por ello si el cónyuge adquiere el bien raíz disputado en virtud de una transacción que se
celebra vigente la sociedad conyugal, ese bien no es social, sino propio del cónyuge, pues la
transacción es en ese caso un título declarativo.

2. Los bienes raíces que se poseían antes de la sociedad conyugal por un título vicioso, pero
cuyo vicio se ha purgado durante ella por la ratificación o por otro remedio legal

Este numerando se refiere al caso en que uno de los cónyuges ha adquirido de soltero un bien raíz
por un título vicioso, esto es, susceptible de anularse.

Pues bien, si durante la sociedad conyugal se sanea el vicio, sea por ratificación o por extinguirse la
acción de nulidad por prescripción (que es el otro medio legal de sanear el vicio), este
saneamiento opera retroactivamente a la fecha en que se había adquirido el bien raíz por el
cónyuge, por lo que resulta lógico que ingrese al haber propio y no al de la sociedad

3. Los bienes que vuelven a uno de los cónyuges por la nulidad o resolución de un contrato o
por haberse revocado una donación

Se trata de que un cónyuge de soltero vendió un bien raíz (o celebró respecto de él cualquier otro
título traslaticio). Posteriormente, cuando ya está casado, la venta o el título traslaticio de que se
trate se anula o se resuelve, volviendo por consiguiente el bien a su dominio en virtud del efecto
propio de la nulidad o resolución.

En este caso, el bien, a pesar de adquirirse durante la sociedad conyugal, no ingresa a ella, sino al
cónyuge que había celebrado el contrato que se anuló o resolvió.

Este número se pone también en el caso de que un bien raíz que el cónyuge había donado de
soltero vuelva a su patrimonio por revocarse la donación. Si bien la revocación se realiza cuando
ya está casado, el bien no ingresa a la sociedad conyugal, sino a su haber propio, porque la
revocación por ingratitud o en el caso del artículo 1187, al igual que la nulidad o resolución,
operan retroactivamente, como se desprende de los artículos 1429 y 1432.

4. Los bienes litigiosos y que durante la sociedad conyugal ha adquirido uno de los cónyuges
la posesión pacífica

Se trata en este caso de un inmueble que el cónyuge adquirió de soltero, pero ya vigente la
sociedad conyugal, es demandado por un tercero que alega derechos sobre ese bien.
Dictada la sentencia que resuelve el conflicto en favor del cónyuge, los efectos de esa sentencia se
retrotraen a la fecha de la adquisición, pues la sentencia no constituye un nuevo título, sino que es
un simple título declarativo, según lo señala el artículo 703 inciso penúltimo.

5. El derecho de usufructo sobre un bien raíz que se consolida con la propiedad que
pertenece al mismo cónyuge

Aparentemente la situación es simple: el cónyuge adquiere de soltero la nuda propiedad sobre un


bien raíz. Posteriormente, cuando ya está casado, se consolida el dominio, por extinguirse el
usufructo.

Para don Arturo Alessandri, se producirá la situación que establece esta norma sea que esta
consolidación se produzca por la terminación natural del usufructo, por muerte o renuncia del
usufructuario, por el vencimiento del plazo o el cumplimiento de la condición señalada para su
duración o por su adquisición a título gratuito u oneroso. Y ello porque el artículo 1736 N°5° no
hace ninguna distinción. Agrega este autor que si la consolidación se produce a título oneroso el
cónyuge deberá recompensa a la sociedad conyugal, por el gasto en que ésta ha incurrido.

6. Lo que se paga a cualquiera de los cónyuges (tiene que tratarse de un inmueble) por
capitales de créditos constituidos antes de matrimonio y los intereses devengados por uno de los
cónyuges antes del matrimonio y pagados después

7. También pertenecerán al cónyuge los bienes que adquiera durante la sociedad en virtud
de un acto o contrato cuya celebración se hubiere prometido con anterioridad a ella, siempre que
la promesa conste de un instrumento público, o de instrumento privado cuya fecha sea oponible a
terceros de acuerdo con el artículo 1703

Este número 7 del artículo 1736 fue agregado por la Ley N°18.802. Con esta complementación al
artículo 1736, se vino a resolver un problema que era fuente de conflictos. 

En efecto, era una situación más o menos corriente, que una persona de soltero celebrare un
contrato de promesa de compra de un bien raíz y que el contrato definitivo se otorgara cuando ya
estaba en vigencia la sociedad conyugal.

En esta forma el problema queda definitivamente aclarado: el bien raíz ingresa al haber propio del
cónyuge. Sin embargo, para que opere esta situación excepcional es necesario que la promesa
conste: a) en un instrumento público; o b) en un instrumento privado cuya fecha sea oponible a
terceros de acuerdo con el artículo 1703.

Si el bien raíz se adquiere con bienes de la sociedad y del cónyuge éste deberá la recompensa
respectiva. Así lo dice el inciso penúltimo del artículo 1736.

Excepción al N°5 del artículo 1725

El artículo 1727 constituye una excepción a lo dispuesto en el artículo 1725 N°5. En efecto, los
casos allí enumerados no ingresan al haber social sino al haber propio del cónyuge, pese a que se
han efectuado a título oneroso durante el matrimonio.

Artículo 1727. No obstante, lo dispuesto en el artículo 1725 no entrarán a componer el haber


social:
1° El inmueble que fuere debidamente subrogado a otro inmueble propio de alguno de los
cónyuges;

2° Las cosas compradas con valores propios de uno de los cónyuges, destinados a ello en las
capitulaciones matrimoniales o en una donación por causa de matrimonio;

3° Todos los aumentos materiales que acrecen a cualquier especie de uno de los cónyuges
formando un mismo cuerpo con ella por aluvión, edificación, plantación o cualquiera otra causa.

En este último caso hay que distinguir: si los aumentos provienen de causas naturales, nada se
adeuda a la sociedad (artículo 1771); en cambio, si los aumentos provienen de la industria del
hombre que ha generado expensas en el bien propio, se debe recompensa a la sociedad (artículo
1746).

Reglas especiales sobre formación de comunidades

El legislador establece excepcionalmente la formación de una comunidad entre un cónyuge y la


sociedad conyugal. Ambas disposiciones persiguen una finalidad económica: en el primer caso
mantener la unidad de un inmueble atendido su valor y productividad; el segundo, en cambio, se
funda en la extinción de una comunidad entre un cónyuge y terceros manteniéndola solo respecto
del marido y de la mujer.

ARTÍCULO 1728

“El terreno contiguo a una finca propia de uno de los cónyuges, y adquirido por él durante el
matrimonio a cualquier título que lo haga comunicable según el artículo 1725, se entenderá
pertenecer a la sociedad; a menos que con él y la antigua finca se haya formado una heredad o
edificio de que el terreno últimamente adquirido no pueda desmembrarse sin daño; pues
entonces la sociedad y el dicho cónyuge serán condueños del todo, a prorrata de los respectivos
valores al tiempo de la incorporación".

Esta disposición establece en su primera parte que cuando se adquiere durante la vigencia de la
sociedad conyugal a título oneroso, un inmueble contiguo al inmueble propio de uno de los
cónyuges, el bien que se adquiere ingresa al haber de la sociedad conyugal.

Hasta aquí la norma es la confirmación del artículo 1725 N°5. Pero agrega enseguida la situación
excepcional: "a menos que con él (el terreno que se adquiere) y la antigua finca se haya formado
una heredad o edificio de que el terreno últimamente adquirido no pueda desmembrarse sin
daño, pues entonces la sociedad y el dicho cónyuge serán dueños del todo, a prorrata de los
respectivos valores al tiempo de la incorporación".

Lo que ocurre es que el predio antiguo y el nuevo se han confundido de tal modo que han llegado
a perder su individualidad.

En este caso, la norma estima conveniente, por una razón de tipo económico, considerarlos como
un todo, que pasa a ser común de ambos cónyuges a prorrata de los respectivos valores al tiempo
de la incorporación.
Como el artículo 1728 se refiere al caso en que la nueva adquisición es a título oneroso, la
situación excepcional que establece la norma no se da si el nuevo bien se adquiere a título
gratuito, situación ésta que se regirá por las reglas generales.

ARTÍCULO 1729

"La propiedad de las cosas que uno de los cónyuges poseía con otras personas pro indiviso, y de
que durante el matrimonio se hiciere dueño por cualquier título oneroso, pertenecerá pro indiviso
a dicho cónyuge y a la sociedad, a prorrata del valor de la cuota que pertenecía al primero, y de lo
que haya costado la adquisición del resto".

 Se trata en este caso de que el cónyuge es comunero con otras personas en un bien propio, y de
que, vigente la sociedad conyugal, adquiere, a título oneroso, las cuotas que le faltan.

En este caso, se mantiene la indivisión, ahora entre el cónyuge dueño de la cuota primitiva y la
sociedad conyugal, a prorrata del valor de la cuota que pertenecía al primero, y de lo que haya
costado la adquisición del resto. En el caso en que las nuevas cuotas se hayan adquirido a título
gratuito, se extingue la comunidad, y el cónyuge pasa a ser dueño del total.

Para que tenga lugar lo previsto en el artículo 1729, deben concurrir los siguientes requisitos:

a. Que exista una indivisión entre uno de los cónyuges y otra persona.

b. Que la cuota del cónyuge constituya un bien propio.

c. Que las demás cuotas se adquieran a título oneroso.

4. Las minas denunciadas por uno o por ambos cónyuges, durante la vigencia de la
sociedad conyugal (artículo 1730)

Esta norma es concordante con lo que establece el Código de Minería en su artículo 25. Según esta
disposición, los derechos adquiridos en virtud de un pedimento o de una manifestación minera
por las mujeres casadas en régimen de sociedad conyugal ingresarán al haber social, a menos que
sea aplicable el artículo 150 del Código Civil.

5. La parte del tesoro que se encuentra por uno de los cónyuges en terrenos de la sociedad
conyugal.

Así se desprende por exclusión de lo dispuesto en el artículo 1731.

HABER RELATIVO DE LA SOCIEDAD CONYUGAL

El haber relativo está formado por aquellos bienes que ingresan a la sociedad conyugal, generando
un crédito o recompensa a favor del cónyuge dueño, que se hará efectivo a la disolución de la
sociedad.

Ingresan al haber relativo los siguientes bienes:

1. Los dineros que los cónyuges aportan al matrimonio o que él adquiera a título gratuito
(artículo 1725 N°3)

Los dineros aportados al matrimonio son aquellos que el cónyuge tenía al momento de casarse.
Si se observa la redacción del artículo 1725 N°3, se verá que no está dicho que para que los
dineros ingresen al haber relativo, tienen que haber sido adquiridos a título gratuito. Sin embargo,
es así, puesto que, si se adquieren a título oneroso, tales dineros ingresan al haber absoluto, sea
porque correspondan al pago de remuneraciones (artículo 1725 N°1), o sea porque correspondan
a réditos, pensiones, intereses o lucros generados por bienes sociales o propios de un cónyuge
(artículo 1725 N°2)

2. Bienes muebles aportados al matrimonio o adquiridos a título gratuito por cualquiera de


los cónyuges durante la vigencia de la sociedad conyugal (artículo 1725 N°4)

El N°4 del artículo 1725 no dice que para que los bienes muebles ingresen al haber relativo deben
haberse adquirido a título gratuito. Pero debe entenderse así, ya que en caso de ser adquisiciones
a título oneroso ingresarían al haber absoluto de conformidad a lo dispuesto en el N°5 del 1725.
Por lo demás, ello está expresamente establecido en los artículos 1726 y 1732.

1726 inciso 2: "Si el bien adquirido es mueble, aumentará el haber de la sociedad, la que deberá al
cónyuge o cónyuges adquirentes la correspondiente recompensa"

1732 inciso 2: "Si las cosas donadas o asignadas a cualquier otro título gratuito fueren muebles, se
entenderán pertenecer a la sociedad, la que deberá al cónyuge donatario o asignatario la
correspondiente recompensa".

La Ley 18.802 modificó la redacción del artículo 1725 en lo relativo al pago de la recompensa. En
efecto, antes se decía: "quedando obligada la sociedad a restituir su valor según el que tuvieron al
tiempo del aporte o de la adquisición". Hoy la norma prescribe: "quedando obligada la sociedad a
pagar la correspondiente recompensa", y el artículo 1734 dice que las recompensas se pagan en
valor actualizado.

El cambio es trascendente, porque la disposición había sido entendida en el sentido que el valor
de la recompensa era la misma suma de dinero que el bien valía al momento del aporte o de la
adquisición. Es decir, regía el criterio nominal.

3. Las donaciones remuneratorias de bienes muebles que hagan a cualquiera de los


cónyuges (artículo 1738 inciso 2)

Artículo 1738 inciso 2°. "Si la donación remuneratoria es de cosas muebles, aumentará el haber de
la sociedad, la que deberá recompensa al cónyuge donatario si los servicios no daban acción
contra la persona servida o si los servicios se prestaron antes de la sociedad."

4. La parte del tesoro que según la ley pertenece al cónyuge descubridor o dueño del
terreno (artículo 1731).

Artículo 1731: "La parte del tesoro, que según la ley pertenece al que lo encuentra, se agregará al
haber de la sociedad, la que deberá al cónyuge que lo encuentre la correspondiente recompensa;
y la parte del tesoro que según la ley pertenece al dueño del terreno en que se encuentra, se
agregará al haber de la sociedad, la que deberá recompensa al cónyuge que fuere dueño del
terreno".
PRESUNCIONES DE DOMINIO A FAVOR DE LA SOCIEDAD

Finalmente, para terminar el tema relativo al haber de la sociedad conyugal nos referiremos a las
presunciones contenidas en la ley: El legislador establece 3 presunciones simplemente legales con
relación al activo de la sociedad conyugal.

1. Artículo 1739 inciso 1: De conformidad al tenor de la norma, todos los bienes y derechos
que detentan los cónyuges durante la sociedad conyugal o al momento de su disolución se
presumen sociales, recayendo el peso de la prueba en aquel que pretende la propiedad. De esta
manera se asegura que ninguno de los cónyuges sustraiga bienes de la sociedad en provecho
propio. Esta presunción debe vincularse con la sanción que establece el artículo 1768, que
preceptúa que “aquel de los cónyuges o sus herederos que dolosamente hubiere ocultado o
distraído alguna cosa de la sociedad, perderá su porción sobre la misma cosa y se verá obligado a
restituirla doblada”. Esta sanción deberá aplicarla el liquidador de la sociedad.

2. Artículo 1737: Se trata de bienes que no estaban en poder de ninguno de los cónyuges,
por haberse dilatado indebidamente (sea por ignorancia o impedimento injusto) su adquisición o
haberse restituido a alguno de los cónyuges después de extinguida la sociedad de bienes.
Corresponde al partidor determinar qué bienes están en esta situación.

3. Artículo 1739 inciso final: Esta presunción abarca un espacio de tiempo limitado: desde la
disolución de la sociedad hasta la liquidación de la misma. En otras palabras, mientras los
cónyuges estaban en comunidad, lo adquirido por cualquiera de ellos a título oneroso se presume
haberlo adquirido con recursos de la comunidad, salvo que se pruebe lo contrario. Esta norma
alcana a la mujer y al marido, lo cual parece lógico porque en el período de comunidad puede no
existir un administrador pro indiviso, sino que cada comunero obrar como si detentara un poder
tácito y recíproco de los demás comuneros de acuerdo a lo prescrito en el artículo 2305 en
relación al artículo 2081.

Efectos de las presunciones de dominio.

1. La presunción consagrada en el artículo 1737 genera el efecto de incorporar a la


comunidad (puesto que la sociedad se halla disuelta) aquellos bienes que, adquiridos por uno de
los cónyuges, corresponden a aquella en atención a que el título de la adquisición se remonta a la
época de existencia de la sociedad conyugal o no han sido percibidos por ignorancia o injusto
embarazo. En esta situación se encuentran por ejemplo, los dividendos de acciones devengados
durante la sociedad y no cobrados, los bienes que no han pasado al patrimonio del cónyuge por
medidas precautorias dejadas sin efecto, o por embargos posteriormente alzados, etc.

2. Idéntico efecto se le atribuye a la presunción contemplada en el inciso final del artículo


1739. Por lo mismo, el liquidador colacionará los bienes adquiridos por cualquiera de los cónyuges
durante el periodo de comunidad, sin perjuicio de que aquél que sostenga dominio propio o
adquisición con recursos provenientes d su sola actividad, podrá acudir a la justicia ordinaria o,
conforme a las reglas generales, dar al liquidador la calidad de árbitro para que éste proceda a
resolver sobre el particular, con el consentimiento de la otra parte.
3. Finalmente la presunción del artículo 1739 inciso final, tiene efectos especiales:

a. Si uno de los cónyuges afirma ser suya o debérsele una determinada cosa, la confesión del
otro cónyuge o sus herederos no es prueba suficiente, aunque se haga bajo juramento.

b. Pero la confesión prestada por uno de los cónyuges se mirará como una donación
revocable, que, confirmada por la muerte del donante, se ejecutará en su parte de gananciales o
en sus bienes propios, en lo que hubiere lugar.

c. Si se trata de bienes muebles la ley establece que el tercero que contrata a título oneroso
con cualquiera de los cónyuges, queda a salvo de toda reclamación que cualquiera de los cónyuges
pudiere intentar fundado en que el bien es social o del otro cónyuge, siempre que el cónyuge
contratante haya hecho al tercero de buena fe la entrega o tradición del bien respectivo. La buena
fe se presume, salvo cuando el bien objeto del contrato figure inscrito a nombre del otro cónyuge
en un registro abierto al público, como en los casos de automóviles, acciones de sociedades
anónimas, naves, aeronaves, etc.

HABER PROPIO O PERSONAL DE CADA CÓNYUGE

Forman parte del patrimonio propio de cada cónyuge:

1. Inmuebles que los cónyuges tienen al momento de contraer matrimonio.

2. Inmuebles adquirido a título gratuito por cualquiera de los cónyuges durante la


sociedad conyugal. Así lo establecen los artículos 1726 y 1732.

Artículo 1726 inciso 1: "Las adquisiciones de bienes raíces hechas por cualquiera de los cónyuges a
título de donación, herencia o legado, se agregarán a los bienes del cónyuge donatario, heredero o
legatario; y las adquisiciones de bienes raíces hechas por ambos cónyuges simultáneamente, a
cualquiera de estos títulos, no aumentarán el haber social, sino el de cada cónyuge"

El artículo 1732 inciso 1 reitera la regla: "Los inmuebles donados o asignados a cualquier otro
título gratuito, se entenderán pertenecer exclusivamente al cónyuge donatario o asignatario; y no
se atenderá a si las donaciones u otros actos gratuitos a favor de un cónyuge, han sido hechos por
consideración al otro".

3. Bienes muebles que los cónyuges excluyen de la sociedad en las capitulaciones


matrimoniales (artículo 1725 N°4 inciso 2).

Como sabemos, las especies muebles que los cónyuges tienen al momento de casarse ingresan al
activo relativo de la sociedad conyugal. Sin embargo, el inciso 2° de este numerando permite
excluir de la sociedad a algunos de estos bienes, que por ello permanecen en el patrimonio propio
del cónyuge propietario: "pero podrán los cónyuges eximir de la comunión cualquiera parte de sus
especies muebles, designándolas en las capitulaciones matrimoniales".

4. Aumentos que experimenten los bienes propios de los cónyuges (artículo 1727 N°3)

El artículo 1727 señala: "No obstante lo dispuesto en el artículo 1725 no entrarán a componer el
haber social: 3° Todos los aumentos materiales que acrecen a cualquiera especie de uno de los
cónyuges formando un mismo cuerpo con ella, por aluvión, edificación, plantación o cualquiera
otra causa".

Luego, si no ingresan al haber social, quiere decir que forman parte del haber propio del cónyuge
respectivo.

El bien propio de un cónyuge puede experimentar aumentos por causas naturales o debidas a la
mano del hombre. Ambas situaciones están comprendidas en el artículo 1727 N°3.

En el primer caso, nada deberá el cónyuge a la sociedad. Así lo consigna el artículo 1771 inciso 2°:
"Por el aumento que provenga de causas naturales e independientes de la industria humana, nada
se deberá a la sociedad".

En cambio, si el aumento proviene de la mano del hombre, se genera una recompensa para la
sociedad conyugal. Así lo consigna el artículo 1746: "Se la debe asimismo recompensa por las
expensas de toda clase que se hayan hecho en los bienes de cualquiera de los cónyuges, en cuanto
dichas expensas hayan aumentado el valor de los bienes, y en cuanto subsistiere este valor a la
fecha de la disolución de la sociedad; a menos que este aumento del valor exceda al de las
expensas, pues en tal caso se deberá sólo el importe de éstas".

5. Inmuebles subrogados a un inmueble propio de uno de los cónyuges o a valores


(artículos 1727 N°1 y 2 y 1733)

El artículo 1727 señala que, no obstante lo dispuesto en el artículo 1725 no entrarán a componer
el haber social:

N°1 El inmueble que fuere debidamente subrogado a otro inmueble propio de alguno de los
cónyuges.

N°2 Las cosas compradas con valores propios de uno de los cónyuges, destinados a ello en las
capitulaciones matrimoniales o en una donación por causa de matrimonio.

Ideas generales

La subrogación es la sustitución de una persona o cosa por otra que pasa a ocupar el mismo lugar
jurídico que la anterior. Puede ser personal o real.

Ejemplo de subrogación personal: pago con subrogación.

Ejemplo de subrogación real:

- Artículo 1672: Si la especie o cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del deudor,
la obligación subsiste, pero varía de objeto: el deudor es obligado al precio de la cosa y a
indemnizar perjuicios.

- El monto del seguro subroga a la cosa asegurada para ejercer en éste los derechos y
privilegios de terceros sobre la cosa.

La subrogación en la sociedad conyugal

Nuestra legislación contempla, en relación a la sociedad conyugal, la subrogación de un inmueble


por otro (de Inmueble a Inmueble) y de valores propios del cónyuge por un inmueble (de valores a
inmueble). En estos casos, no obstante adquirirse un bien raíz a título oneroso, éste no ingresa a la
sociedad conyugal en atención a que su adquisición se hace con el producto de otro inmueble
propio del cónyuge o con valores propios destinados a ello en las capitulaciones matrimoniales o
en una donación por causa de matrimonio.

1. Subrogación de inmueble a inmueble

La subrogación de inmueble a inmueble puede revestir dos formas: a) por permuta o b) por
venta y compra sucesivas.

A) Subrogación por permuta:

La permutación es un contrato en que ambas partes se obligan recíprocamente a dar una especie
o cuerpo cierto por otro. En este caso, el bien raíz propio de uno de los cónyuges es cambiado por
otro bien raíz, que pasa a ocupar la misma situación jurídica del anterior, esto es, se mantiene en
el patrimonio propio del cónyuge permutante.

Requisitos

1º Que un bien raíz propio de uno los cónyuges se cambie por otro bien raíz de un tercero.

2º Que en la escritura de permuta se exprese el ánimo de subrogar.

3° Que entre el bien que se entrega y el bien que se recibe exista cierta proporcionalidad.
Esto significa que entre ambos bienes no puede existir una diferencia, a favor o en contra del
cónyuge, superior a la mitad del precio de la finca que se recibe. Si ello ocurre, no habrá
subrogación y el bien adquirido ingresará al haber absoluto de la sociedad, quedando ésta
adeudando al cónyuge el valor de su inmueble. Sin embargo, el cónyuge conservará su derecho
para comprar otra finca y subrogarse en ella. Si opera la subrogación porque la diferencia entre
ambos bienes no excede de la mitad del valor de la finca que se recibe, la sociedad conyugal
deberá pagar el saldo o se hará dueña del excedente, en ambos casos con derecho a recompensa
a favor de la sociedad o del cónyuge.

4° Si el bien raíz que se subroga es de la mujer, se requiere de la autorización de ésta.

B) Subrogación por venta y compra sucesivas.

En este caso opera la subrogación porque con el precio obtenido en la venta de un


inmueble propio de uno de los cónyuges, se adquiere otro inmueble que pasa a ocupar la misma
situación jurídica que el anterior.

Requisitos.

1° Que se venda un bien propio de uno de los cónyuges y que con su producido se compre
otro inmueble.

2° Que tanto en la escritura de venta como en la de compra se exprese el ánimo de subrogar.

3° Que entre el bien que se vende y el bien que se compra exista cierta proporcionalidad.
Esto significa que entre ambos bienes no puede existir una diferencia, a favor o en contra del
cónyuge, superior a la mitad del precio de la finca que se compra. Si ello ocurre, no habrá
subrogación y el bien adquirido ingresará al haber absoluto de la sociedad, quedando ésta
adeudando al cónyuge el valor de su inmueble. Sin embargo, el cónyuge conservará su derecho
para comprar otra finca y subrogarse en ella. Si opera la subrogación porque la diferencia entre
ambos bienes no excede de la mitad del valor de la finca que se recibe, la sociedad conyugal
deberá pagar el saldo o se hará dueña del excedente, en ambos casos con derecho a recompensa
a favor de la sociedad o del cónyuge.

4° Si el bien raíz que se subroga es de la mujer, se requiere de la autorización de ésta.

Subrogación por anticipación: primero se compra un inmueble y después se vende el inmueble


propio del cónyuge. Se discute su procedencia.

2. Subrogación de inmueble a valores.

Esta forma de subrogación está contemplada en el artículo 1727 N°2: "Las cosas compradas con
valores propios de uno de los cónyuges, destinados a ello en las capitulaciones matrimoniales o en
una donación por causa de matrimonio".

Requisitos.

1° Que se compre un inmueble con valores propios de uno de los cónyuges, destinados a ello
en las capitulaciones matrimoniales, o en una donación por causa de matrimonio.

2° Que se deje constancia en la escritura de compraventa que la adquisición se hace con el


dinero proveniente de esos valores y se deje constancia también del ánimo de subrogar.

3° Que exista una cierta proporcionalidad entre los valores invertidos y el inmueble que se
adquiere.

4° Que si la subrogación se hace con valores pertenecientes a la mujer, ésta preste su


autorización.

Diferencias que se producen en toda subrogación cuando los valores del bien subrogado y el
subrogante son diferentes.

Cuando los valores entre el bien subrogado y el subrogante son diferentes, pueden presentarse
diversas situaciones:

a. Que no haya subrogación por no respetarse la proporcionalidad ya estudiada,


contemplada en el artículo 1733 inciso 6. En este caso el bien que se adquiere ingresa al activo
absoluto de la sociedad conyugal. Sin perjuicio de ello, el cónyuge que era dueño del bien propio
tiene derecho a recompensa por el precio de la finca enajenada y conserva el derecho a efectuar la
subrogación comprando otra finca.

b. Que produciéndose subrogación, el bien que se adquiere sea de menor valor que el
inmueble o valores que se enajenan. En este caso el cónyuge dueño de tales bienes adquiere una
recompensa en contra de la sociedad conyugal.

c. Que produciéndose subrogación, el bien que se adquiere sea de mayor valor que el
inmueble o valores que se enajenan. En este caso el cónyuge en cuyo favor se hace la subrogación
deberá pagar a la sociedad conyugal la correspondiente recompensa.
Apuntes

Lo importante es saber si la adquisición del bien (título y modo) se excluyen los bienes de la mujer
con el patrimonio reservado cuando se liquida debe optar por los gananciales o por….

El 1736 la especie adquirida no pertenece…. (la causa o titulo es anterior al matrimonio)

Ej: antes del matrimonio se celebra un contrato de promesa de compraventa, el titulo o causa de
que se celebre, si estando soltero celebre un contrato de promesa, sería un bien propio porque la
causa es antigua.

Ej: estando soltero tenía un bien, lo vendo, pero no me pagan las cuotas, pero durante la vigencia
de la sociedad conyugal, se cancela la inscripción, es un bien personal, antes era mío y volvió a mi
dominio,

Si pasa lo mismo y se declara nulidad o resolución, pero el bien vuelve a la propiedad, será un bien
personal.

Estando soltero a pepito le venden un bien raíz pero se lo vendió quien no era dueño, si hay una
venta de cosa ajena vale, pero nadie puede trasferir más títulos de los que tiene. Pepito producto
de esa venta se convierte en poseedor no dueño, se casa y durante la vigencia de la sociedad
conyugal, transcurre el plazo para adquirir la propiedad por prescripción, el bien es de pepito, la
inscripción opera con efecto retroactivo de cuando empezó a poseer, bien propio.

Pepito le compra a un disipador interdicto o a un menor adulto un bien raíz (17 años) ese contrato
de compraventa adolece de un vicio de nulidad relativa, por tanto opera la suspensión de la
prescripción, se suspende a favor de los incapaces, cumpliendo los 16 comienza el plazo para ala
acción de nulidad relativa (plazo de 4 años) (nulidad absoluta 10) casado en sociedad conyugal se
sanea la nulidad relativa (hay 2 motivos) es un bien propio, se sanea la nulidad opera con efecto
retroactivo.

Si le compro a un demente o impúber (nulidad absoluta) los actos de los absolutamente incapaces
se sancionan con nulidad absoluta, si pasan los 10 años, pasa a ser un bien propio.

Todos los títulos que tienen causa previa y que se ratifican durante el matrimonio.

Regularización de la pequeña propiedad raíz DL 2150

Si se ocupa antes de casarse acá la posición principia cuando se emana en el ministerio de bienes
nacionales (seria la excepción) ya que sería de ambos.

El 1736 no pertenecería a la sociedad

Si es un bien raíz disputado donde se disputan el domino 2 personas A y B, si la disputa es antes de


la sociedad conyugal, si se llega a una transacción durante la sociedad conyugal se genera una
particularidad, la transacción es un contrato (dentro del juicio advenimiento) el 2496 hala de la
transacción, contrato donde las partes terminan un litigio pendiente o precaven uno eventual,
mediante concesiones reciprocas de las partes, cuando hablamos de la transacción, si es sobre un
objeto disputado, que serie al bien raíz disputado antes, la transacción no es un título nuevo,
sería un título declarativo de un dominio preexistente. No es translaticio de domino, siempre fue
el dueño del bien raíz, si fue antes de la sociedad sería un bien propio, respecto de un auto por
ejemplo sería un título traslaticio ingresaría al haber absoluto, ya que sería a titulo oneroso.

Si el auto es un objeto no disputado, pero se lo pasa por la casa seria traslaticio de dominio.

4.- Bienes adquiridos de soltero: bien propio

5.- Soltera la persona adquiere una propiedad, pero no tiene el usufructo, pero durante la vigencia
de la sociedad conyugal si fallece el padre que tenia el usufructo, ingresa al haber propio.

Si compro un bien raíz costo de 300millones, la otra persona conserva el usufructo, ella está viva,
yo podría disponer pero no el usufructo, si llega una inmobiliaria y me ofrece 500 millones. Le
podría comprar el usufructo en sociedad conyugal, si me vende el usufructo el dinero que se
utilice, de la sociedad conyugal por ejemplo de 150 millones,

6.- bien propio

7.-

La ley exige que el contrato de promesa sea con fecha cierta y se pueda hacer valer ante terceros,
fecha cierta para no burlar la ley.

Lo importante es que conste de instrumento publico o privado pero que sea oponible a terceros
que tenga fecha cierta, contrato promesa (1554) no produce efecto alguno (conste por escrito,
que no sea contra la ley)

Articulo 1727

1.-

Compraventa por permuta: A tiene un bien raíz que compro soltero costo de 200 millones lo
compro soletero (bien propio) se casa con B en sociedad conyugal, durante la vigencia de la
sociedad conyugal A le dice a B que encontró una casa muy linda pero con costo de 300 millones,
si durante la vigencia A o B compran ese bien raíz, ese bien como se adquiere a título oneroso
ingresaría al haber absoluto, sin embargo A dice vamos a comprar este bien raíz, pero hive un
negocio con el vendedor donde yo le permutare mi bien raíz de 200 y se paga en efectivo o crédito
100, adquiere el bien raíz por 300, pero 200 son de el y 100 de la sociedad conyugal, cuando es un
bien adquirido por permuta tenemos un criterio del 50%para ver que vale mas y que vale menos,
si esta aportando 200 vale más, será un bien propio de A pero A le deberá recompensa a la
sociedad por 100 millones.

Compra un bien raíz que vale 300 la mitad seria 15, él pone 100 millones que sería inferior, el
efectivo serían 200 (mayor) este bien pasaría a ser un bien social porque la sociedad puso más
plata que Fabián y la sociedad le va a deber una recompensa a A por los 100 de su bien raíz, que se
hacen efectivos al momento que se liquida la sociedad conyugal.

El legislador se pone en la situación que puedan existir compra y venta sucesiva, vendo mi bien
propio y después compro otro, la pillería esta por ejemplo si hablamos de una permuta, se hace
todo por escritura pública, debe haber una proporción, los más importante de todo es el animus
(ánimo de subrogar) se señala expresamente en la escritura y con el ánimo de subrogar se
sustituye un bien por otro, si no se subroga sería un bien propio ya que no se expresa el animus.
Sería un bien social, aunque haya puesto yo mas recursos.

Yo tengo un bien propio que vale 100 o 50 pero quiero uno de 300, la lógica me habla de
proporcionalidad, pero el ánimo de subrogar debo ponerlo igual “por el presente acto en virtud
del artículo 1727…”

Si tengo un terreno el terreno es propio y construyo una casa durante la sociedad, la casa es
accesorio del terreno (inmueble por adherencia) y lo accesorio sigue la suerte de lo principal, el
bien construido es mío de igual forma, pero el dinero se le debe a la sociedad.

Si hay un “aluvión” como le llaman, pero seria que el terreno se agrande por un aluvión, si el rio se
achica y adquiera más terreno a título gratuito no es necesario inscribir nuevamente.

Si se transporta parte del suelo de otro predio, si edifique a titulo oneroso la diferencia tendré que
pagarla a la sociedad a título de recompensa lo mismo cuando planto o siembro.

Si los aumentos provienen de causa naturales no se paga recompensa, si es por el hombre no, se
aquí vienen la ¿s reglas de la comunidad o……

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