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San Juan 3:1-17

Génesis 12:1-9; Romanos 4:1-8, 13-17, Salmo 121


ES NECESARIO NACER DE NUEVO

+ En el nombre del Padre, Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Introducción: REQUISITOS PARA ENTRAR A UN PAIS

Tener pasaporte, ropa adecuada y dinero son por lo menos tres cosas
necesarias para viajar a otro país. No importa si viajas de vacaciones, de
trabajo o de visita. El pasaporte o visa es la carta de presentación del viajero.
Describen quien es y de donde viene. Pero ustedes saben ¿Cuál será la "carta
de presentación" del viajero que quiere entrar en el reino de Dios?
Según el evangelio de hoy, Jesús dice: Es necesario nacer de nuevo. El único
requisito indispensable para entrar en el reino de los cielos es nacer de
nuevo.
1. Jesús y Nicodemo

Un hombre llamado Nicodemo, conocer de la ley de Dios y famoso en el


pueblo de Israel, fue a buscar a Jesús. Pero fue en la noche. En Israel,
normalmente las visitas, conversaciones y negocios se hacían a la luz del día.
Porque todo lo que se hacía en la noche, significaba que era algo malo, algo
oculto, algo que necesitaba esconderse de la luz. Y esto justo quería
Nicodemo. No quería que sus amigos se enteraran que él buscaba a Jesús,
porque le traería problemas. La oscuridad de la noche, representaba a la vida
de Nicodemo. El estaba perdido, ciego. No podía ver la verdad. Sus obras y
sus pecados, no le dejaban ver bien. Aunque el buscaba el reino de Dios, no
sabía como encontrarlo. Por esto, buscó a Jesús.

Hoy día, hay muchas personas como Nicodemo, están perdidos en sus
pecados, y están ciegos porque viven en oscuridad. No conocen el verdadero
camino, incluso siendo muy religiosos, no saben cómo entrar en el reino de
Dios. Quieren hacerlo por medio de sus buenas acciones, o yendo a la iglesia,
pero Jesús dice, es necesario nacer de nuevo. Y ¿Qué significa nacer de
nuevo?
Nacer de nuevo no es un nacimiento físico o natural, como Nicodemo
pensaba. Nadie puede volver al vientre de su madre y nacer de nuevo.
Aunque algunos quisieran volver al vientre de su madre. para ser
alimentados por su mamá, dormir todo el día y no trabajar. Las mamás, dirían
por favor ya no queremos tener hijos en nuestro vientre. Ya sufrimos
bastante Jajajajaj. Pero Jesús no habla de esto. Jesús habla de nacer de
nuevo de manera espiritual. Como dice en el v. 6 “lo que nace de la carne,
carne es, pero lo que nace del Espíritu, espíritu es.

Entonces, nacer de nuevo “no es una obra nuestra” sino “obra del Espíritu
Santo.” Nadie puede nacer por sus propias fuerzas o por su propio deseo. El
nacimiento es un acto pasivo. Nosotros no elegimos nacer, ni tampoco
ayudamos, fuimos engendrados por nuestros Padres y somos nacidos por el
deseo de ellos. De la misma forma, El nuevo nacimiento que habla Jesús es
obra del Espíritu Santo que lo realiza por medio de la Palabra de Dios y el
agua.

Cuando somos bautizados, nacemos de nuevo. El Espíritu Santo nos engendra


la fe y nos da una nueva vida en Cristo. Sin embargo, la obra del Espíritu
Santo continua a lo largo de nuestra vida. La fe que ha puesto en nuestros
corazones, debe ser alimentada, y fortalecida por la Palabra. Si nosotros
como creyentes dejamos de escuchar la Palabra de Dios, nuestra fe se va
desgastando, se debilita y en algún momento se extinguirá. Esto sucede
muchas veces cuando los padres bautizan a sus niños y luego desaparecen de
la iglesia. Es como si nacería un nuevo bebé y luego lo abandonamos en la
calle, no lo alimentamos, no lo abrigamos, no le damos amor y cuidado.
Seguramente ese bebé estaría perdido y no sobreviviría por mucho tiempo.
Así es la fe en nosotros, debe ser alimentada por el Espíritu Santo a través de
su Palabra.

La obra del Espíritu Santo nos transforma poco a poco. Miren como se ve en
el ejemplo de Nicodemo. Después de hablar con Jesús y escuchar su Palabra,
Nicodemo ya no fue el mismo. Él había nacido de nuevo. ¿Cómo lo sabemos?
Más adelante, en Juan 7:50-52 nos relata que Nicodemo defendió a Jesús
ante los otros fariseos y creyó en Jesús. Estaba convencido de la verdad.
Estaba confesando implícitamente a Cristo. El Espíritu Santo estaba actuando
en su corazón. Y Finalmente, Nicodemo se convirtió en seguidor de Jesús. En
Juan 19:38-42 dice que Nicodemo acompañó a José de Arimatea a buscar el
permiso de Pilatos para sepultar a Jesús. Bajó de la cruz a Jesús y lo
embalsamó. "Ofrendó para su maestro como treinta kilos de áloes y
mirra." Lo sepultó amorosamente. Nicodemo tenía fe en la resurrección de
Jesús. El Espíritu Santo le hizo nacer de nuevo.

De la misma forma, El Espíritu Santo nos hace nacer de nuevo a nosotros


cuando por medio de su Palabra nos llama al arrepentimiento, a estar tristes
por nuestros pecados que hemos cometido contra Dios y contra nuestros
prójimos. Como dice el apostol Pablo: “La tristeza que proviene de Dios
produce arrepentimiento para salvación, y de ésta no hay que arrepentirse,
pero la tristeza que proviene del mundo produce muerte.”

El mundo no busca el arrepentimiento, su tristeza, es por no tener dinero,


por no tener lujos o muchas posesiones y esta tristeza, produce muerte
eterna. Pero el arrepentimiento que produce el Espíritu Santo en nosotros es
para buscar un salvador, para buscar a Jesús.

Por esto, Nacer de nuevo significa creer en Jesús para la Salvación.

Las lecturas bíblicas nos hablan de Abram, como el padre de la fe. Cuando
Dios llamó a Abram para dejar su tierra y a su familia, y marchar hacia
Canaán. Seguramente él dejaba todo e iba a un lugar incierto.
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NFBBBBB66YYYY4FFFFFR7YFGVB Zo Dios le prometio que le bendeciría
mucha descendencia, con una tierra maravillosa, y será de bendición para
todas las naciones de la tierra. Abram por fe, dejó a su familia, sus ídolos y se
fue con su esposa, a la tierra de Canaán. Y dice más adelante, “creyó Abram y
esto le fue contado por justicia.” Abram por su fe, fue salvado y justificado
delante de Dios. El Espíritu Santo le había dado un nuevo nacimiento, por la
fe en Jesús.

Así, el Espíritu Santo también quiere crear la fe en nuestros corazones


cuando nos dice: que tanto amó Dios al mundo, que envió a su Hijo amado
para ser levantado en la cruz por nuestros pecados, castigado por nuestras
maldades, para que nosotros seamos perdonados. Para que nosotros seamos
limpiados con su sangre, y tengamos vida eterna en su nombre.

V. CONCLUSIÓN 

Para entrar al reino de los cielos es necesario Nacer de Nuevo. Y gracias al


Espiritu Santo que cuando fuiste bautizado en el nombre del Padre, y del Hijo
y del Espíritu Santo, te hizo nacer de nuevo, y lo sigue haciendo cuando te
llama al arrepentimiento, a dejar el pecado, y los malos caminos y volver con
fe a los brazos amorosos de Jesús.

Así que, por la fe en Jesús, el Espíritu Santo va transformando tu vida a través


de su Palabra. Pidamos al Espíritu Santo siga obrando en nuestras vidas, de
manera que crezcamos en la fe en Jesús, y en buenas obras, sabiendo que
Jesús ya nos ha dado una carta de presentación ante el Padre, somos
llamados “hijos de Dios.” tenemos una ropa nueva y blanca que nos ha dado
Jesús, y somos herederos del reino de los cielos. Amén.

+ La paz de nuestro Señor que sobrepasa nuestro entendimiento, guarde sus


corazones y mentes en Cristo Jesús. Amén.

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