Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Y SOCIALISMO
El panorama de injusticia social, en el
cual el progreso técnico sólo
beneficiaba a un mínimo sector de la
población, derivó en el
surgimiento de diferentes formas de
respuesta en busca del objetivo
de lograr una mayor equidad. Así
surgieron el Sindicalismo, el
Anarquismo y el Socialismo.
Las primeras reacciones de los obreros,
especialmente en Inglaterra y
en Francia, frente a las terribles
condiciones de vida y de trabajo,
tuvieron como consecuencia la
formación de asociaciones de
trabajadores (sindicatos) que luchaban
por mejorar la situación de la
clase obrera
SINDICALISMO, ANARQUISMO
Y SOCIALISMO
El panorama de injusticia social, en el
cual el progreso técnico sólo
beneficiaba a un mínimo sector de la
población, derivó en el
surgimiento de diferentes formas de
respuesta en busca del objetivo
de lograr una mayor equidad. Así
surgieron el Sindicalismo, el
Anarquismo y el Socialismo.
Las primeras reacciones de los obreros,
especialmente en Inglaterra y
en Francia, frente a las terribles
condiciones de vida y de trabajo,
tuvieron como consecuencia la
formación de asociaciones de
trabajadores (sindicatos) que luchaban
por mejorar la situación de la
clase obrera
Instituto Pablo Neruda Curso: 3º año CO
Docente: Pascual Marcelo Zerda Espacio curricular: Historia
Aunque las diferencias entre sindicalistas, socialistas y anarquistas fueron de importancia tuvieron en común
el objetivo de crear las condiciones para el surgimiento de una nueva sociedad.
El Socialismo
LOS UTOPISTAS
Al mismo tiempo que los pensadores liberales celebraban el desarrollo industrial, otros intelectuales
comenzaron a criticar la “deshumanización” de la sociedad burguesa y las injusticias sociales que provocaba el
capitalismo. Las primeras luchas de los trabajadores que se organizaban para resistir ante la “explotación de los
patrones” favorecieron el desarrollo de una nueva corriente de ideas, a la que se llamó socialismo.
Los franceses Saint-Simon, Charles Fourier y Auguste Blanqui y el inglés Robert Owen consideraban que las
nuevas formas de organizar el trabajo provocaban profundas desigualdades sociales. Proponían construir una
sociedad en la que reinaran la justicia y la igualdad, basada en la solidaridad y la cooperación entre sus
miembros y no en la competencia y en el individualismo. Algunos de estos primeros socialistas confiaban en
que podría alcanzarse una sociedad ideal, en la que la producción industrial estuviera al servicio de todos los
hombres, por medio de la creación de comunidades en las que todos trabajaran solidariamente y en la que se
repartieran equitativamente el fruto del esfuerzo. Suponían que estos buenos ejemplos servirían para que otros
los imitaran y así, de manera gradual y sin conflictos, la sociedad industrial sería cada vez más justa.
Esa forma de imaginar los cambios sociales hizo que otros pensadores socialistas los denominaran “utópicos”,
porque consideraban que sus planes optimistas eran irrealizables. Los socialistas alemanes Karl Marx y
Friedrich Engels, por ejemplo, criticaron a los socialistas utópicos porque no plantearon una lucha frontal contra
la burguesía capitalista. Marx y Engels afirmaban que la burguesía no accedería a compartir sus ganancias y
que, por esta razón, los trabajadores deberían organizarse para destruir su poder político y económico.
MARX Y EL SOCIALISMO CIENTÍFICO
El filósofo alemán Karl Marx (1818-1883) fue el más importante pensador socialista del siglo XIX.
Se propuso, junto con Friedrich Engels, elaborar una teoría científica del socialismo que superara las ideas de la
“ciencia burguesa” y los utopismos de los primeros socialistas. Marx desplegó un vasto trabajo de
investigaciones, cuyo resultado fue la publicación de obras sobre filosofía, economía política e historia, muchas
de ellas destinadas a explicar la organización de la economía capitalista y a criticar las injusticias sociales. Sus
libros, artículos periodísticos y panfletos, de fuerte tono polémico, tuvieron un gran impacto en los ambientes
intelectuales y académicos y, en particular, entre los trabajadores que participaban de las organizaciones
sindicales. La prédica de Marx en favor de la organización política y gremial de la clase obrera y de la lucha por
una sociedad en la que no hubiera “ni explotadores ni explotados” lo convirtió en un referente de las luchas
sociales y de las nuevas ideas del "proletariado revolucionario”.
Marx dedicó gran parte de su esfuerzo intelectual a estudiar y criticar las teorías de los “economistas
burgueses”. Consideraba que los economistas como Adam Smith habían estudiado erróneamente al capitalismo
como un orden natural, basándose en la idea de que el “individuo aislado” —como productor o consumidor
independiente— representaba la verdadera naturaleza humana. Marx pensaba, por el contrario, que la
producción capitalista sólo podía entenderse como una relación social y que era el resultado de la evolución
histórica. El capitalismo no era entonces un sistema “regido por las leyes eternas de la naturaleza” sino que
estaba sujeto a “leyes históricas”.
A partir de ello, Marx sostuvo que la sociedad capitalista era uno de los tantos “modos de producción” que los
hombres habían creado a lo largo de la historia, como resultado de las relaciones sociales que establecían entre
sí. Esta idea era revolucionaria porque permitía pensar la historia como una sucesión “progresiva” de
formaciones sociales que cambiaban constantemente.
La teoría marxista de la historia planteaba que la sociedad capitalista se derrumbaría de manera “inevitable”.
Marx argumentaba que la burguesía, para poder seguir acumulando capitales, debía crear cada vez más
proletarios y aumentar la explotación. De este modo, aunque no se lo propusiera, la burguesía ayudaba a crear
una clase social de desposeídos —el proletariado industrial—, que se transformaría en la fuerza social que
destruiría el capitalismo.
En su obra El capital, Karl Marx analizó los mecanismos de explotación del sistema capitalista. Por sus ideas
políticas y su participación en actividades sindicales fue perseguido y debió exiliarse. Desde París, Bruselas y
Londres promovió la organización de los trabajadores y defendió la idea de crear un partido político para
que la clase obrera derrotara a la burguesía a través de la lucha política. Según Marx, cuando los obreros
tomaran el poder, establecerían una “dictadura del proletariado”. De esta forma, eliminarían los restos de
la sociedad burguesa y organizarían una sociedad totalmente igualitaria, en la que no existiría ningún tipo
de propiedad privada: la sociedad comunista. En 1848, en colaboración con Friedrich Engels, escribió el
Manifiesto comunista. En él anticipaba la inminencia de una revolución social en los países industrializados
y convocaba a los obreros a luchar para destruir al capitalismo. La frase más famosa de ese manifiesto es:
“¡Proletarios del mundo, uníos!”.
Trabajo práctico
1. Completa el siguiente cuadro, escribe la idea central para cada caso: