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Pues con toda esta descripción se afirma que los acontecimientos y las
historias son sustituidos por entidades organizadas - como los medios de
comunicación y en especial la televisión - en lógicas de espectacularidad, cuyos
contenidos no hacen más que mostrar una realidad aparente y actuada.
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La información es un recurso de transferencia de datos de una fuente hacia y destino, en cuyo
proceso se administra el control de la cantidad de redundancia que pudiera tener el mensaje.
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El sujeto de la comunicación es entendido como entidad destinador de los mensajes, siendo
identificada como los actuales medios de comunicación quienes institucionalmente tienen la labor
de emitir mensajes a un conglomerado social de sujetos de nominados públicos.
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El sujeto constituyente kantiano se funda en la revolución copernicana de entender el tiempo y el
espacio no en los modos de ser de las cosas, sino a través de los cuales el sujeto capta la cosa de la
realidad, en ese sentido, el sujeto no es el que se adecua al objeto, contrariamente el objeto es el que
se adecua al sujeto, de esta manera el sujeto es el que constituye al objeto, por la cual nuestra
realidad es forma extendida del tiempo y espacio en el sujeto. Cf. Giovanni Reale y Darío Antiseri
la audiencia los aconteceres en el informativo televisivo. El sujeto de la
comunicación forma una realidad noticiosa de los acontecimientos,
consiguientemente, dicha realidad es lo que éstos quieren que se vea, de tal forma
esta apreciación se extiende a las siguientes preguntas; ¿qué vemos en la televisión
cuando vemos la noticia?, el sujeto comunicacional es la instancia de poder
traducido en la propiedad del medio que quiere que su audiencia vea solo lo que él
quiere que vean, sin embargo, los aconteceres narrados desde quienes detentan ese
poder monopólico en el uso de la palabra y la imagen, no son lo suficiente para
entender el ejercicio de los procesos de dominación, sino de comprender, que los
discursos escapan a estas hegemonías mediáticas. Consiguientemente, los discursos
narrativos más bien, operan desde lógicas históricas distintas a la pertenencia de
clase, religión, tradición cultural y propiedad del medio. Pues entre ellas el
capitalismo tardío del que nos habla Jürgen Habermas (1999) como discurso se
compenetra en la forma de producir en los medios; de preguntar; de informar y de
recepcionar.
“Kant, y el giro Critico del Pensamiento Occidental” en Historia del Pensamiento filosófico y
Científico. Tomo Segundo, del Humanismo a Kant. Editorial Herder, Barcelona 1988 pp. 723 – 779.
Los aconteceres cotidianos, están atravesados por lógicas industriales del
sistema económico imperante, -como lo dijimos según J. Habermas (1999) de un
capitalismo tardío incomprensible – que extravía su sentido en la economía política
del materialismo histórico de Marx, siendo una constante la alteración del tiempo y
espacio de los acontecimientos de origen histórico, en ese entendido, la noticia gira
en torno al concepto de hiperrealismo y la puesta en escena como forma de
espectáculo. El mensaje se constituye en mercancía que hace de ésta, objeto
consumible, modelado por formas y lógicas de la industria cultural tal es el caso del
espectáculo publicitario, cuya narración tiene como resultado la mutación de su
sentido y significado del acontecimiento. Por lo tanto, -con el advenimiento de la
televisión- la información se va de-formando en su sentido histórico y cotidiano,
siendo que el discurso social e histórico de las transformaciones cotidianas se
constituye en la nueva racionalidad del saber, por ese proceso de apropiación y
reconocimiento narrativo que activan los destinatarios de la televisión. De esta
comprensión se entiende que la transformación del sentido, tiene mucho que ver con
los discursos emanados de las estructuras narrativas del medio televisivo.
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Es importante considerar que la cultura desde la óptica del marxismo, es una transformación
histórica del desarrollo de los medios de producción, sin embargo, dicha transformación de los
medios se constituye en la garantida de un sistema de producción de bienes, que paradójicamente
contrarresta la historia. Es decir, la televisión que es un invento histórico de la cultura de la
humanidad, sin embargo, en la emanación de su discurso e ideología - que guarda consigo misma -,
bloquea la emanación del tiempo, la historia y los lenguajes del universo social, en ese sentido a
decir de Claude Lévi Strauss lo crudo (histórico), se constituye en lo cocido cuando emerge la
cultura y el lenguaje como sistema y régimen de sentido. En este entendido la televisión cuando
recoge los acontecimientos se encuentra en el ámbito de lo crudo histórico de su verdad, y cuando
se transforma en una noticia para emitir a una audiencia, se compenetra al ámbito de lo cocido,
transformado (cultural) y este proceso adquiere un sentido en la comunidad de sus hablantes y /o
siendo el género del informativo televisivo el producto cultural procesado
(fabricado), complejo e hipertextual de los acontecimientos generados en la vida
concreta de la realidad social boliviana.
participantes. En el caso particular de la noticia televisiva esta, más bien es la transformadora del
sentido de su veracidad. Esta reflexión es una aplicación del pensamiento salvaje a la cultura
mediática de la televisión, por tanto, su comprensión puede tener mayor agudeza si hacemos dichas
comparaciones. Cfr. Claude Lévi Strauss Mitologías. Lo Crudo y lo Cocido, Editorial, Fondo de
Cultura Económica. México D.F. 1986.
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A decir de Javier Medina (2006), la sociedad boliviana se fue sosteniendo y a su vez conviviendo a
lo largo de la historia republicana en dos vertientes civilizatorias, cuyos discursos recaen, por un
lado, en el animismo con una fuerte raíz en las prácticas de la reciprocidad y la complementariedad
y por el otro lado, en el monoteísmo católico que trajo consigo – más allá de su doctrina religiosa -
las economías propias del mercado y el consumo. Estos procesos en muchos de los casos son
convividos como mestizajes, consiguientemente la identidad en el sentimiento nacional se muestra
ausente. De la misma forma Zavaleta Mercado (1986) explica la débil consistencia de la identidad
de lo boliviano, atribuyéndole al abigarramiento social y cultural, por consiguiente, convivimos en
¿Cómo se reproduce el discurso social en el escenario histórico boliviano?, y más
propiamente,
A partir del sexto capítulo para adelante se hace una lectura de la estrategia
mitológica, cuya descripción está caracterizada por el análisis del relato de la noticia
del informativo local de canal 13 televisión universitaria en la ciudad de Oruro y las
otras del noticiero “Al día” de la red nacional Bolivisión, “ATB Noticias” de canal 9
red Nacional, y “Tele A noticias” red nacional, cuyos sentidos no hacen más que
responder a las estructuras de los discursos narrativos del medio televisivo, la
pertenencia y/o propiedad, además de los referentes socioculturales de la nación
boliviana.