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INTRODUCCION

Dentro del presente trabajo abordaremos sobre el formalismo a priori, es decir la


moral que es en sí un conjunto de creencias, normas que adquirimos en la crianza
de nuestros padres, lo bueno y lo malo se nos enseña a transcurrir del tiempo la
suma de todos estos conocimientos que nos van formando nuestro carácter,
mismo que será reflejado en nuestro comportamiento ya sean buenos o malos.

Asimismo, abordaremos sobre los pensamientos de IMMANUEL KANT y del como


el veía a una sociedad que únicamente busca la felicidad y pone su moral en
juego únicamente buscando la satisfacción del sí mismo, olvidando los valores y
dejando su moral muy por debajo.

Es importante resaltar que si bien A PRIORI genera cierta ventaja a su vida


también tiene que ver con su comportamiento y es que también dentro de esto la
sociedad pone a prueba nuestra moral.

Finalmente, la moral no solo es vista de forma social del individuo, sino que ésta
también es observada de forma individual, permitiendo el resumen de todas esas
creencias, vivencias y costumbre que alguna vez fueron aprendidas y que al pasar
de los años se van construyendo hechos y experiencias en nuestra conciencia
para el desarrollo integral del mismo.
EL FORMALISMO “A PRIORI” DE KANT

Netamente deberíamos de comenzar con quien fue Kant, pues bien es el más
famoso entre los filósofos modernos, es el que más ha influido en el pensamiento
actual, siendo revolucionario entre los pensadores de los últimos siglos. De origen
Prusiano, educado en el rigorismo en una secta protestante muy cercana al
puritanismo, viviendo metódica y honestamente una vida dedicada por completo a
la enseñanza y a la investigación filosófica.

Entre sus obras más influyentes en Ética es: Crítica de la razón práctica,
Fundamentación de la metafísica de las costumbres y Metafísica de las
costumbres. De la cual estaremos abordando en este pequeño prefacio.

Primeramente, es necesario hacernos diversas cuestiones pues bien a priori


excluye o no la probabilidad de las necesidades a posteriori, expresamente
reconocidas en variaciones modales que pueden reconocerse y/o construirse, no
implicando que se tenga que abandonar las tesis centrales de Kant relativas a la
posibilidad del conocimiento sintético.

Fundamentar la Ética es un fin bueno pues cuya posesión nos perfeccione y haga
felices, equivale a encauzar al hombre por el camino del egoísmo y de la
tendencia a su propio bien, pero eso lo hace el hombre por instinto, es decir a
priori nos indica aquello que es espiritual al hombre y que su propio juzgador es el
mismo o su ego que en sí, ego proviene del griego y significa yo, es decir nuestra
conciencia.

Parte importante del pensamiento de Kant es que nos trata de encausar a esta
perfección humanista, pues si bien es cierto que la ética hace referencia a lo moral
también lo es que si nos dirigimos como seres humanos por el camino del
egoísmo y únicamente buscamos nuestro propio beneficio caemos a lo bajo del
plano de la moral.

Kant refiere Los limites indican la precisión de que no hay más


características que las pertenecientes al concepto detallado; originarlo
significaría que esta fijación de limites no deriva de otra cosa, ni necesita,
por tanto, una nueva prueba, lo cual ocasionaría la incapacidad de la
presunta explicación para figurar a la cabeza de todos los juicios sobre un
objeto.

Con lo anterior podemos decir que esto solo produce una determinación
fragmentaria de un objeto como ejemplo podemos poner el del oro, más allá de su
peso, color, dureza, pureza y la propiedad de que este jamás se oxidara, alguien
más podría ignorarlo por completo, de esta manera podemos entender el
comportamiento del ser humano o el nuestro mismo que en ocasiones nos
centramos más en el exterior de las personas sin fijarnos en el contenido o lo que
estas nos puedan ofrecer, lo que me lleva a reflexionar ¿Cómo nos evaluamos o
nos definimos ante los demás?, podría argumentar que en muchas ocasiones solo
mostramos lo que nos conviene para conseguir un bien.

Para Kant, el fundamento de moralidad es el puro respeto al deber, significando


que una persona adquiere un valor moral, no tanto por lo que hace, sino por la
intención con que lo ejecuta, y que, en todo caso, ha de ser el puro respeto al
deber. Es decir, no basta solamente con cumplir materialmente con el deber, sino
que debe cumplirse única y exclusivamente motivado por encontrar la felicidad,
placer, compasión y que lo que lo mancharía sería prácticamente lo opuesto que
le quitaría el valor moral.

Ahora bien, este deber se funda desde luego sobre una ley por completo
independiente y apodícticamente cierta, cual es la ley mejora, y esta no necesita
ningún otro sostén que sea aportado por una opinión teórica sobre la naturaleza
interior de las cosas, sino que es más por el orden cósmico o un regidor que lo
presida, para obligarnos a realizar del modo más perfecto posible acciones
incondicionalmente conformes a una ley siendo la intención de propiciar el sumo
bien.

Parte importante de sus obras y que nos trata de dar a conocer Kant es acerca de
la felicidad y dice: la materia de la felicidad es sensible, más su forma
intelectual; no es posible concebir dicha forma sin cómo libertad sometida a
leyes a priori que la hagan coincidir consigo misma…, ahora bien, lo que nos
indica el autor es que la felicidad consiste en el bienestar, en tanto esta no
dependa de circunstancias empíricas, externas y azarosas, sino que descanse en
nuestra propia elección.

De igual manera aquí también podemos observar que si bien la felicidad nos la
puede dar el gusto por comer un chocolate esta no necesariamente debe de
depender de ello para ser felices y es que en la vida cotidiana podemos entender
que el ser humano busca la manera de encontrar la felicidad en personas, objetos
y demás, olvidándose de que esta se puede encontrar dentro de nosotros mismos,
mediante el gusto de hacer cosas bondadosas, ayudando al desvalido, entre otras.
Esta elección tiene que determinar sin depender a su vez de determinaciones
naturales, no tratándose aquí sino de una libertad bien ordenada.
CONCLUSION

PRIMERO: Es un acierto de Kan el intento de hacer depender la Ética en función


de la razón, sin embargo, su pensamiento es excesivamente racionalista, al grado
de asemejarse al puritanismo y al estoicismo, como se ha visto.

SEGUNDO: también acierta al pretender fundar la moral en función de un principio


interno, como lo es la buena voluntad, hay que insistir que no solo la forma del
acto, sino también el objeto o materia del mismo tiene su propia bondad.

TERCERO: no se puede tachar como egoísta la búsqueda del bien, el amor o la


felicidad de sí mismo, pues la conducta motivada por un gusto u otra tendencia no
ha de ser necesariamente carente de valor moral. Este rigorismo kantiano
convierte su pensamiento en una moral inhumana.

CUARTO: se le da demasiado énfasis al deber por el deber mismo. El deber


fundamenta el bien, siendo que el deber surge a partir de lo que ya es bueno en
sí.

QUINTO: por último, Kant explica su ética y sobre ella constituye ciertas verdades
propias de Metafísica, como lo son los postulados de la razón práctica. En
realidad, es al revés: la metafísica es la base de la ética. Dios, fundamento del
valor, es el tema de la metafísica, y solo posteriormente puede desarrollarse la
doctrina ética en función del valor absoluto.
BIBLIOGRAFIA

BOROWSKI, Ludwig Emst: Relato de la vida y el carácter de Immanuel Kant


(estudio preliminar, trad. y notas de Agustín González Ruiz), Tecnos, Madrid,
1993.

DE QUINCEY, Thomas: Los últimos días de~ Kant (trad. De Edmundo González
Blanco), Júcar, Madrid, 1989.

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