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Finalmente, la moral no solo es vista de forma social del individuo, sino que ésta
también es observada de forma individual, permitiendo el resumen de todas esas
creencias, vivencias y costumbre que alguna vez fueron aprendidas y que al pasar
de los años se van construyendo hechos y experiencias en nuestra conciencia
para el desarrollo integral del mismo.
EL FORMALISMO “A PRIORI” DE KANT
Netamente deberíamos de comenzar con quien fue Kant, pues bien es el más
famoso entre los filósofos modernos, es el que más ha influido en el pensamiento
actual, siendo revolucionario entre los pensadores de los últimos siglos. De origen
Prusiano, educado en el rigorismo en una secta protestante muy cercana al
puritanismo, viviendo metódica y honestamente una vida dedicada por completo a
la enseñanza y a la investigación filosófica.
Entre sus obras más influyentes en Ética es: Crítica de la razón práctica,
Fundamentación de la metafísica de las costumbres y Metafísica de las
costumbres. De la cual estaremos abordando en este pequeño prefacio.
Fundamentar la Ética es un fin bueno pues cuya posesión nos perfeccione y haga
felices, equivale a encauzar al hombre por el camino del egoísmo y de la
tendencia a su propio bien, pero eso lo hace el hombre por instinto, es decir a
priori nos indica aquello que es espiritual al hombre y que su propio juzgador es el
mismo o su ego que en sí, ego proviene del griego y significa yo, es decir nuestra
conciencia.
Parte importante del pensamiento de Kant es que nos trata de encausar a esta
perfección humanista, pues si bien es cierto que la ética hace referencia a lo moral
también lo es que si nos dirigimos como seres humanos por el camino del
egoísmo y únicamente buscamos nuestro propio beneficio caemos a lo bajo del
plano de la moral.
Con lo anterior podemos decir que esto solo produce una determinación
fragmentaria de un objeto como ejemplo podemos poner el del oro, más allá de su
peso, color, dureza, pureza y la propiedad de que este jamás se oxidara, alguien
más podría ignorarlo por completo, de esta manera podemos entender el
comportamiento del ser humano o el nuestro mismo que en ocasiones nos
centramos más en el exterior de las personas sin fijarnos en el contenido o lo que
estas nos puedan ofrecer, lo que me lleva a reflexionar ¿Cómo nos evaluamos o
nos definimos ante los demás?, podría argumentar que en muchas ocasiones solo
mostramos lo que nos conviene para conseguir un bien.
Ahora bien, este deber se funda desde luego sobre una ley por completo
independiente y apodícticamente cierta, cual es la ley mejora, y esta no necesita
ningún otro sostén que sea aportado por una opinión teórica sobre la naturaleza
interior de las cosas, sino que es más por el orden cósmico o un regidor que lo
presida, para obligarnos a realizar del modo más perfecto posible acciones
incondicionalmente conformes a una ley siendo la intención de propiciar el sumo
bien.
Parte importante de sus obras y que nos trata de dar a conocer Kant es acerca de
la felicidad y dice: la materia de la felicidad es sensible, más su forma
intelectual; no es posible concebir dicha forma sin cómo libertad sometida a
leyes a priori que la hagan coincidir consigo misma…, ahora bien, lo que nos
indica el autor es que la felicidad consiste en el bienestar, en tanto esta no
dependa de circunstancias empíricas, externas y azarosas, sino que descanse en
nuestra propia elección.
De igual manera aquí también podemos observar que si bien la felicidad nos la
puede dar el gusto por comer un chocolate esta no necesariamente debe de
depender de ello para ser felices y es que en la vida cotidiana podemos entender
que el ser humano busca la manera de encontrar la felicidad en personas, objetos
y demás, olvidándose de que esta se puede encontrar dentro de nosotros mismos,
mediante el gusto de hacer cosas bondadosas, ayudando al desvalido, entre otras.
Esta elección tiene que determinar sin depender a su vez de determinaciones
naturales, no tratándose aquí sino de una libertad bien ordenada.
CONCLUSION
QUINTO: por último, Kant explica su ética y sobre ella constituye ciertas verdades
propias de Metafísica, como lo son los postulados de la razón práctica. En
realidad, es al revés: la metafísica es la base de la ética. Dios, fundamento del
valor, es el tema de la metafísica, y solo posteriormente puede desarrollarse la
doctrina ética en función del valor absoluto.
BIBLIOGRAFIA
DE QUINCEY, Thomas: Los últimos días de~ Kant (trad. De Edmundo González
Blanco), Júcar, Madrid, 1989.