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9 DE DICIEMBRE DE 2021

PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD Y LAS


DIFERENCIAS INDIVIDUALES
ACTIVIDAD1: DEBATE SOBRE LAS CUESTIONES GENÉTICAS Y CULTURALES
EN UN CASO DE TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD

SAIOA LAFUENTE BARRENETXEA


UNIR
Introducción

La presente actividad tiene por objeto asumir posiciones para la defensa de un punto
de vista genetista y, por el contrario, de un punto de vista ambiental, para la
explicación de las alteraciones de la personalidad; para acabar reflexionando sobre la
importancia de ambas posturas. Para ello, se presenta el caso de Max, con una
conducta problemática. La cuestión es la siguiente: ¿Esta conducta problemática es
heredada o aprendida?

Antes de empezar, será importante aclarar algunos conceptos. En el texto se dice que
el usuario tiene trastorno antisocial/psicopático, que, según la APA, DMS5, (2014)
“incluye tanto el componente de desinhibición e irresponsabilidad, como el de
mezquindad, es decir, los rasgos relacionados con la insensibilidad o la falta de
remordimiento, la manipulación y la agresión depredadora”.

Otro trastorno que se le atribuye al paciente en cuestión es el trastorno límite, que,


según la APA, DSM5 (2014), “Los pacientes con este trastorno tienen un concepto de sí
mismo muy frágil, que es fácilmente alterado y fragmentado bajo situaciones de
estrés, lo que se traduce en un nivel de identidad pobre y en sentimientos crónicos de
vacío. Como resultado de ello, presentan inestabilidad emocional y tienen dificultades
para mantener relaciones íntimas duraderas. Estos pacientes experimentan rápidos
cambios de humor, de forma intensa e impredecible, pudiendo mostrarse
extremadamente ansiosos o deprimidos”.

Una vez aclarados estos dos conceptos tan importantes, se asumirán las dos posiciones
contrarias, en primer lugar, la genetista y en segundo lugar, la ambiental.

Punto de vista genetista

Desde un punto de vista genetista, los factores a tener en cuenta serían aquellos
heredados por los padres, es decir la vulnerabilidad genética. La herencia biológica es
el conjunto de procesos biológicos a través de los cuáles las características del
organismo se trasmiten a la descendencia (Bermúdez et al., 2011).
Para poner un ejemplo claro, podemos hablar del modelo tridimensional de C. R.
Cloninger (1986, 1987a, 1987b), esta autora propone tres rasgos de personalidad
basados en la biología, cada uno de los cuales resulta del nivel relativo de un
neurotransmisor particular en el sistema nervioso central de una persona. La idea
principal de este modelo de personalidad, que las diferentes respuestas a los estímulos
punitivos, gratificantes y novedosos, las características principales de
la mente humana, son causadas por una interacción de tres dimensiones:

-Búsqueda de novedad: grado en que las personas son impulsivas, correlacionadas con
una baja actividad de dopamina.

-Evitación de daños: grado en que las personas están ansiosas, correlacionadas con
una alta actividad de serotonina.

-Dependencia a la recompensa: grado en que las personas buscan aprobación,


correlacionado con una baja actividad de noradrenalina. (Cloninger, S. C., 2002). 

Es decir, dependiendo del nivel de actividad de los diferentes neurotransmisores, las


características de las personas cambian, somos más ansiosos o impulsivos, etc. este
modelo refleja con claridad la importancia de la biología en la personalidad de las
personas y como esta varía dependiendo de la interacción de unos neurotransmisores
en particular.

Es un hecho que los descendientes heredan el color de ojos, el color de la piel y en


ocasiones, enfermedades específicas del padre o la madre, de la misma manera,
heredan rasgos de personalidad específicos.

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, así como la teoría de la genética


de la conducta, que estudia el impacto de las influencias genéticas sobre el
comportamiento, cabe destacar la importancia que juegan los genes de Max en la
historia de su vida y por supuesto en su comportamiento y personalidad.

Punto de vista ambiental


Desde un punto de vista ambiental, los factores a tener en cuenta serían en este caso
todos los hechos vividos por el joven, en este caso una serie de traumáticas
circunstancias que le han marcado.

En primer lugar estaría la procedencia de Max, Etiopia, un país pobre donde vivían
como pastor y ni siquiera estaba escolarizado; en segundo lugar la consecuencias que
supone la muerte de sus padres y una de sus hermanas; después de esto, la acogida
por una agencia de adopciones y posterior adopción, el divorcio de sus padres
adoptivos, el fallecimiento del padre adoptivo, por supuesto, el abandono y
negligencia por parte de la madre adoptiva tampoco es una experiencia positiva,
también el episodio de violencia doméstica y el internamiento en un centro
psiquiátrico conde le dan medicación y se le hace un diagnóstico con el que no se
identifica. Por último, el internamiento en un piso tutelado hasta su mayoría de edad.

Teniendo en cuenta la historia de vida del paciente, llena de situaciones estresantes,


podemos concretar más acerca de uno de los trastornos que le han diagnosticado a
Max, el trastorno límite de la personalidad. Según Kokoulina Cherevach, E., &
Fernández Martínez, R., (2016) es una condición caracterizada por disfunciones en la
regulación emocional, inseguridad e inestabilidad en las relaciones interpersonales y
perturbaciones en el sentido de la identidad personal, parece vincularse con
experiencias familiares adversas en los años de desarrollo.

Todas estas circunstancias juegan un papel importante en la personalidad y conducta


de Max, pero en pro del punto de vista ambiental, debemos plantearnos la siguiente
cuestión: ¿Por qué si su hermana tiene los mismos genes y se ha criado en la misma
familia adoptiva, no ha sufrido las mismas consecuencia y trastorno que Max? Él es el
hermano mayor, probablemente haya vivido y haya sido más consciente de la
adversidad vivida y de todos los cambios, además, hay que tener en cuenta los demás
aspectos (actividades, clases, compañeros, etc.) que quizás, los hermanos no hayan
compartido; Las influencias ambientales no compartidas hacen referencia a los
ambientes distintos que pueden experimentar los niños, aunque se críen en la misma
familia. (Bermúdez et al., 2011).
Conclusiones

Resulta complicado defender ambas posturas por separado, cuando realmente ambas
tienen mucha consistencia y son compatibles, por ello, un modelo integrativo en el
campo de la personalidad debe tener en cuenta como la genética puede ser
modificada e influenciada por las interacciones con el ambiente. Ambos factores son
relevantes para entender al ser humano.

Algunos rasgos de la personalidad pueden ser considerados positivos o negativos o


más o menos valiosos, en función de la sociedad en la que vivamos, y la respuesta
social a nuestra forma de comportarnos también repercute en nuestra personalidad.
Tal y como Linares, J.L. (2017) sostiene, no significa lo mismo ser extrovertido en un
país nórdico que en el Caribe, o, incluso dentro del mismo país, serlo en la sierra o en
la costa peruana. Las culturas desarrollan mitologías que priorizan unos rasgos de
personalidad sobre otros, condicionando su adscripción al patrimonio psicológico de
sus miembros

Otro autor que habla precisamente sobre la importancia de la cultura, es Falicov


(1998), expresa que es la cultura la que enmarca y sobre determina la personalidad,
influyendo decisivamente en su definición

Es necesario entender la personalidad desde la correlación de ambas perspectivas, no


como partes distintas e incompatibles. Partimos de una base genética, heredamos
algunos genes de nuestros ascendientes, las características del organismo que pasan
de unos a otros se encuentran en estos genes, éstos a su vez son pedazos del ADN es
ciencia. Pero con el tiempo, nos alejamos de esa herencia, aunque siempre nos vaya a
acompañar, y nos acercamos a nuestras experiencias, lo que implica vivir en un
entorno determinado, en un momento determinado de la historia, todo aquello que
nos rodea: el ambiente.
Por último, haciendo uso de la teoría expuesta en el tema 2, es inevitable hablar del
modelo diátesis-estrés, que nos hablan de la vulnerabilidad y su estabilidad y la
convivencia de ésta con las experiencias de aprendizaje que la modifican. Este es un
modelo heurístico que armoniza la vulnerabilidad, es decir, ciertos rasgos biológicos,
con los factores ambientales, como por ejemplo, consumo de drogas, estilos
educativos, etc.

De acuerdo con Mesa Gresa, P. y Moya-Albiol, L., (2011) un desarrollo adecuado sin
altos niveles de estrés y sin la vivencia de situaciones traumáticas durante los primeros
años de vida permiten que el cerebro evolucione de un modo mucho más adaptativo,
de forma que la persona pueda llegar a ser más social, estable y empática, y, por tanto,
menos agresiva.
Bibliografía.

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