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La presente actividad tiene por objeto asumir posiciones para la defensa de un punto
de vista genetista y, por el contrario, de un punto de vista ambiental, para la
explicación de las alteraciones de la personalidad; para acabar reflexionando sobre la
importancia de ambas posturas. Para ello, se presenta el caso de Max, con una
conducta problemática. La cuestión es la siguiente: ¿Esta conducta problemática es
heredada o aprendida?
Antes de empezar, será importante aclarar algunos conceptos. En el texto se dice que
el usuario tiene trastorno antisocial/psicopático, que, según la APA, DMS5, (2014)
“incluye tanto el componente de desinhibición e irresponsabilidad, como el de
mezquindad, es decir, los rasgos relacionados con la insensibilidad o la falta de
remordimiento, la manipulación y la agresión depredadora”.
Una vez aclarados estos dos conceptos tan importantes, se asumirán las dos posiciones
contrarias, en primer lugar, la genetista y en segundo lugar, la ambiental.
Desde un punto de vista genetista, los factores a tener en cuenta serían aquellos
heredados por los padres, es decir la vulnerabilidad genética. La herencia biológica es
el conjunto de procesos biológicos a través de los cuáles las características del
organismo se trasmiten a la descendencia (Bermúdez et al., 2011).
Para poner un ejemplo claro, podemos hablar del modelo tridimensional de C. R.
Cloninger (1986, 1987a, 1987b), esta autora propone tres rasgos de personalidad
basados en la biología, cada uno de los cuales resulta del nivel relativo de un
neurotransmisor particular en el sistema nervioso central de una persona. La idea
principal de este modelo de personalidad, que las diferentes respuestas a los estímulos
punitivos, gratificantes y novedosos, las características principales de
la mente humana, son causadas por una interacción de tres dimensiones:
-Búsqueda de novedad: grado en que las personas son impulsivas, correlacionadas con
una baja actividad de dopamina.
-Evitación de daños: grado en que las personas están ansiosas, correlacionadas con
una alta actividad de serotonina.
En primer lugar estaría la procedencia de Max, Etiopia, un país pobre donde vivían
como pastor y ni siquiera estaba escolarizado; en segundo lugar la consecuencias que
supone la muerte de sus padres y una de sus hermanas; después de esto, la acogida
por una agencia de adopciones y posterior adopción, el divorcio de sus padres
adoptivos, el fallecimiento del padre adoptivo, por supuesto, el abandono y
negligencia por parte de la madre adoptiva tampoco es una experiencia positiva,
también el episodio de violencia doméstica y el internamiento en un centro
psiquiátrico conde le dan medicación y se le hace un diagnóstico con el que no se
identifica. Por último, el internamiento en un piso tutelado hasta su mayoría de edad.
Resulta complicado defender ambas posturas por separado, cuando realmente ambas
tienen mucha consistencia y son compatibles, por ello, un modelo integrativo en el
campo de la personalidad debe tener en cuenta como la genética puede ser
modificada e influenciada por las interacciones con el ambiente. Ambos factores son
relevantes para entender al ser humano.
De acuerdo con Mesa Gresa, P. y Moya-Albiol, L., (2011) un desarrollo adecuado sin
altos niveles de estrés y sin la vivencia de situaciones traumáticas durante los primeros
años de vida permiten que el cerebro evolucione de un modo mucho más adaptativo,
de forma que la persona pueda llegar a ser más social, estable y empática, y, por tanto,
menos agresiva.
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