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Miren Saioa Lafuente Barrenetxea Historia de la psicología

Actividad. Skinner y los tipos de contingencias en el condicionamiento operante

Cuando Skinner inició sus investigaciones, tuvo en cuenta el Condicionamiento Clásico del
fisiólogo ruso Pávlov, popularizado por Watson. Este enfoque proponía modificar la conducta
asociando estímulos entre sí. (Leiva, 2005). Este planteamiento podía ser útil en ciertos casos,
pero Skinner descartó la posibilidad de que la conducta y el aprendizaje pudieran ser
explicados solo a través de estos mecanismos. Por ello, se centró en la asociación entre las
acciones que se realizan y las consecuencias de éstas, este modelo es el de Thorndike y el
condicionamiento instrumental u operante. Este modelo explica que el comportamiento se
asocia a sus consecuencias: si son útiles, se repetirán y de lo contrario, si no son útiles, dejarán
de llevarse a cabo en el futuro.

Para experimentar sobre el tema, inventó la que hoy se conoce como “La caja de Skinner” en la
que experimentaba con un animal para conocer como éste aprendía las respuestas operantes
(Agudelo, y Guerrero, 1973). La rata, dependiendo del acto que lleve a cabo, podía tener una
bolita o una pequeña descarga, la primera acción se llevará a cabo muchas veces y la segunda
no. Basándose en todo ello, Skinner formuló las relaciones entre las respuestas y las
contingencias ambientales que el organismo obtiene. Las contingencias son cuatro: por un
lado están los reforzadores cuyo objetivo es reforzar la conducta, que ésta se repita, y por otro
lado los castigos, cuyo objetivo es que la conducta no se repita. A su vez, cada uno de estos
puede ser negativos se retira algo, o positivos, se da algo. A continuación se explica cada uno
de ellos más detenidamente y se dan ejemplos:

Refuerzo positivo: Se da algo agradable con la intención de que la conducta se repita.

Por ejemplo: cuando mi hijo de tres años recoge todas sus pinturas y pone los tapones en los
rotuladores, le digo que lo ha hecho muy bien y le doy un abrazo, esto lo hago con una actitud
de alegría. Estoy reforzando su conducta para que la repita, dándole algo positivo para él, que
en este caso es mi alegría, unas buenas palabras y un abrazo.

Otro ejemplo de refuerzo positivo es que, cuando mi perra está en el parque, y le llamó y viene
a la primera, le doy un premio y unas caricias con el objetivo de que aprenda a venir siempre
rápido cuando se le llama, estoy reforzando mediante algo positivo.

Refuerzo negativo. Se quita algo desagradable con el objetivo de que la conducta se siga
realizando.

Un ejemplo de ello sería cuando mi madre me decía que si llegaba puntual por la noche
cuando era joven y salía con mis amigas, al día siguiente no tendría que pasar el aspirador
Miren Saioa Lafuente Barrenetxea Historia de la psicología

como era costumbre en mi casa en aquella época. Mi madre reforzó que yo llegase puntual
quitándome una cosa que odiaba: pasar el aspirador los domingos.

Otro ejemplo de refuerzo negativo es que, cuando era adolescente, según salía de clase por las
tardes y llegaba a casa, había una rutina: quitarse la ropa, hacer deberes o estudiar, poner la
mesa para cenar, etc. Pero no siempre lo hacía así, ni mucho menos, mi padre, con el objetivo
de que cumpliera con la rutina me decía que sí, según llegaba a casa, me quitaba la ropa, me
ponía ropa cómoda y hacía los deberes, no tendría que poner la mesa después. Es decir, quitó
algo que no me gustaba para reforzar que yo cumpliese con los deberes.

Castigo positivo. Se da algo desagradable con objeto de que la conducta no se lleve a cabo de
nuevo.

Un ejemplo de esto es que, cuando yo volvía a casa tarde, no cumpliendo con la hora que mis
padres fijaban como límite, y al día siguiente no solo tenía que pasar el aspirador, sino que
también tenía que fregar los platos después de comer. Me daban algo que no me gustaba nada
para que se me quitaran las ganas de volver tarde nunca más.

Otro ejemplo es, cuando mi hijo no quiere cenar pescado, a veces se enfada y tira la comida al
suelo (por cierto, ahí entra en acción la perra). Lo que hago en este caso es instrucción verbal,
es decir, le explico que eso no se hace, que está mal, le cuento que ese comportamiento me
pone triste y me voy. Le estoy dando algo negativo: mi tristeza que, al ser tan pequeño, para él
es algo negativo, a lo mejor cuando tengan catorce años le da igual, pero ahora no. Al darle
algo negativo, estoy tratando de que el no repita otra vez el acto de tirar comida.

Castigo negativo. Se retira algo agradable con la finalidad de que la conducta no se repita otra
vez.

Un ejemplo de esto es, que cuando mi hijo coge un burrito y se pone a gritar, se le indica que
no tendrá postre después de la comida. Es decir, se le quita el yogurt que tanto le gusta, para
que entienda que no debe repetir esa conducta. No debe gritar como un loco, porque si lo
hace, se le quita lo que le gusta. De esta manera esa conducta se da cada vez menos.

Otro ejemplo es que cuando voy al parque con mi perra, pero tengo el tiempo justo porque
tengo que ir a trabajar, y no me hace ningún caso porque está jugando con otros perros y
pasándolo bien. En ese caso, no hay premio, ni mimitos, nos vamos a casa rápido y enfadadas.
De esta manera se intenta, que la conducta se de menos al haberle quitado algo positivo para
ella.
Miren Saioa Lafuente Barrenetxea Historia de la psicología

Bibliografía

Agudelo, R., & Guerrero, J. (1973). El sistema psicológico de BF Skinner. Revista


Latinoamericana de Psicología, 5(2), 191-216.

Leiva, C. (2005). Conductismo, cognitivismo y aprendizaje. Revista tecnología en marcha, 18(1).

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