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Universidad de Panamá

Facultad de Ciencias Agropecuarias


Curso de Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos
Examen Semestral

Tema:
Tratado Arias-Roosevelt de 1936

Profesora:
Elsy Obeyda Ramírez González

Nombre:
Ricardo Jimenez

Fecha de Entrega:
27/7/2022
Introducción

A continuación, se presenta el desarrollo de algunos de los sucesos que se dieron en el


tratado Arias-Roosevelt de 1936. Se hablará sobre los antecedentes, veremos un análisis de
las cláusulas y objetivos del tratado general de amistad y cooperación, conoceremos cuando
se dio su firma y ratificación, entenderemos su importancia, observaremos también algunas
de sus ventajas y desventajas.
Tratado Arias-Roosevelt de 1936
Conocido también como Tratado General de Amistad y Cooperación. Fue firmado en la
ciudad de Washington el 2 de marzo de 1936, entre el gobierno de Panamá y el de los
Estados Unidos y ratificado por el congreso estadounidense en 1939. Mediante dicho
tratado se anuló el principio de la intervención militar norteamericana en los asuntos
internos panameños.
Antecedentes
El presidente panameño Harmodio Arias Madrid reconoció el vínculo que existía entre el
desarrollo económico de Panamá y las actividades comerciales de la Zona del Canal. El
Dr. Arias consideraba que, si el Istmo de Panamá compartía los beneficios económicos
derivados del Canal, podría resolver sus dificultades económicas. El pueblo panameño
también pensaba que nuestro país tenía el derecho a disfrutar de las ventajas de su posición
geográfica y que el gobierno de los Estados Unidos debía permitirle a Panamá resolver sus
problemas internos. Durante su período presidencial, el Dr. Arias Madrid decidió
aprovechar la política del “Buen Vecino” inaugurada por el presidente norteamericano,
Franklin Delano Roosevelt y viajó a los Estados Unidos para explorar la posibilidad de
revisar el Tratado de 1903. En esta oportunidad vamos a resaltar las “concesiones” políticas
y económicas otorgadas por los Estados Unidos a la República de Panamá mediante el
TratadoAlfaro-Hullde 1936. También se demostrará que a pesar de la “Política del Buen
Vecino,” los Estados Unidos se mantuvo renuente a abandonar los derechos obtenidos en el
Tratado Hay-Bunau Varilla para intervenir en Panamá, a fin de proteger sus intereses en
la Zona del Canal, cuando éstos estuviesen en peligro. Revisión Del Tratado Hay-Bunau
Varilla De 1903 Para obtener la revisión del Tratado Hay-Bunau Varilla, el Dr. Arias
presentó una declaración relacionada con los principales motivos de conflictos entre
Panamá y los Estados Unidos, con respecto al Tratado de 1903. El presidente Arias tenía
dos objetivos básicos: primero, quería un acuerdo para revisar la administración del Canal.
La propuesta que el Dr. Arias consideró más importante fue la relacionada con las
actividades de los comisariatos y el Ferrocarril de Panamá que afectaban el desarrollo
económico de la República de Panamá y la repatriación de aquellos obreros
menesterosos que llegaron al Istmo, durante la construcción del Canal, pero que al
finalizar las obras, se convirtieron en una carga social para el país. Por otro lado, el Dr.
Arias defendió el establecimiento de aduanas panameñas en los puertos de la Zona del
Canal, de conformidad con el párrafo segundo del artículo IX del Tratado de 1903, que dice
que “El Gobierno de la República de Panamá tendrá el derecho de establecer en esos
puertos en las ciudades de Panamá y Colón los edificios y resguardos que sean
necesarios para la recaudación de impuestos sobre las importaciones destinadas a otras
partes de Panamá y para prevenir el contrabando.”3La proposición del Presidente
panameño contempló temas relacionados con la comunicación por radio dentro de la
República de Panamá, la construcción de la carretera de Alajuela a Colón y la discusión
de los derechos que las autoridades de la Zona del Canal tenían para intervenir y garantizar
el orden en las ciudades de Panamá y Colón, tal como lo establecía el tratado de 1903
Transcurridos 4 meses desde que el Tratado Alfaro-Kellogg de 1926 fuera rechazado por la
Asamblea Nacional de Panamá, el gobierno de esa nación intentó negociar con los Estados
Unidos un nuevo tratado que resolviera las quejas que se tenían sobre la zona del Canal.
El presidente Harmodio Arias Madrid consideraba que, si Panamá compartía los beneficios
derivados del Canal, podría resolver sus dificultades económicas. Por su parte, los
panameños planteaban que su país tenía el derecho de disfrutar y aprovechar las ventajas de
su posición geográfica y que el gobierno norteamericano debía dejar a Panamá resolver sus
propios conflictos.
El 17 de octubre de 1933, los presidentes Arias y Franklin D. Roosevelt dieron a conocer
una declaración conjunta destinada a remover cualquier causa de conflicto entre ambas
naciones. El mencionado documento contenía los siguientes principios:
 Restricciones en la venta a los barcos por parte de los comisariatos;
 Medidas para evitar las ventas a precios “debajo de lo normal” en artículos tales
como cigarrillos y cerveza que no generaran ingresos por impuestos;
 Instrucciones para prevenir las actividades de contrabando por aquellas personas
autorizadas a utilizar los comisariatos y restricciones en el uso de restaurantes, casas
club y la admisión a los cines en la Zona del Canal.
Además, el documento señalaba la necesidad de eliminar la cláusula que obligaba a los
arrendatarios o contratistas de restaurantes a comprar sus provisiones en los comisariatos de
la zona canalera o a través de ellos.
Estas fueron las bases para la posterior firma del tratado Arias-Roosevelt, donde se
concluyeron las negociaciones de la zona del Canal entre Estados Unidos y Panamá.
Análisis de las cláusulas y objetivos del Tratado General de Amistad y
Cooperación (Arias-Roosevelt)
Con este nuevo pacto se eliminó la cláusula I del Tratado Hay-Bunau Varilla mediante la
cual Estados Unidos se comprometió a garantizar y mantener la Independencia de Panamá.
Igualmente, se abrogó el último párrafo de la cláusula VII de dicho Tratado que le concedía
el derecho y autoridad al gobierno norteamericano para mantener el orden público en las
ciudades de Panamá y Colón, así como en sus áreas adyacentes. Es decir, oficialmente se
renunció al intervencionismo de las autoridades de la Zona del Canal o del Departamento
de Estado en los asuntos internos de la República. Era, sin duda, un triunfo político para la
administración de Harmodio Arias.
En cierto sentido, también se puso término a las expropiaciones territoriales permanentes
para efectos del Canal. Se estipuló que la República ya había cumplido “leal y
satisfactoriamente” con las obligaciones que asumió en virtud del artículo II de la
Convención del 18 de noviembre de 1903. Por el que concedió a perpetuidad a Estados
Unidos el uso, ocupación y control de una zona de 10 millas de ancho a lo largo de la vía
interoceánica, al igual que las tierras cubiertas por agua para los fines del Canal, además de
algunas islas fuera de los límites de la antedicha zona y otras tierras necesarias para aquel o
cualesquier rutas u obras auxiliares. Más aún, explícitamente. Estados Unidos renunció al
carácter perpetuo de tales concesiones. Pero de conformidad con lo acordado en los
artículos I y X del nuevo Tratado, se estableció la obligación conjunta de asegurar el
efectivo y continuo funcionamiento del Canal y el mantenimiento de su neutralidad “y que,
si por alguna contingencia ahora imprevista” se hacía indispensable la utilización de tierras
y aguas adicionales, los gobiernos de ambos países acordarían las medidas convenientes.
Otros puntos representaron avances para la República y respondían a las demandas
reiteradamente expuestas por los comerciantes de las ciudades terminales. Ahora tales
prerrogativas eran calificadas como “ventajas inherentes a su posición geográfica”. Además
del aumento de la anualidad del Canal a B/ .430.000 estaba el compromiso de que las
ventas de los artículos importados a la Zona del Canal o comprados, producidos o
manufacturados allí por el gobierno de Estados Unidos, habrían de limitarse a los
individuos detallados en las categorías especiales presentadas en la cláusula II. Del mismo
modo, se restringían las personas que podían residir en aquel territorio y arrendar o
subarrendar casas o habitaciones pertenecientes a la Compañía del Ferrocarril o al gobierno
norteamericano. Este, a su vez, prometió cooperar con las autoridades de la República para
que no se violaran las leyes relativas a aduanas y emigración, e incluso para prevenir el
contrabando de la Zona del Canal con las ciudades de Panamá y Colón. Excepto las
empresas relacionadas directamente con el Canal, no se permitiría el establecimiento de
otros comercios privados en la Zona, al tiempo de firmarse el Tratado. Se darían
oportunidades a los comerciantes locales para que, ajustándose a los reglamentos de
aquella, vendieran sus mercancías a los buques que cruzaran por la ruta Interoceánica o
arribaran a sus puertos terminales. Asimismo, se le dio facultad a Panamá para construir
edificios de aduanas en tales sitios, a fin de recaudar impuestos sobre las importaciones
dirigidas al territorio de la República y para el examen de las mercaderías, equipajes y
pasajeros con similar destino. De este modo, también se contribuiría a prevenir el comercio
lícito.
Como se ve, explícitamente, Panamá continuó reconociendo a la Zona del Canal como un
territorio distinto y regido por sus propias leyes. Además de ello se indicó que en vista de la
proximidad de los puertos de Balboa y Cristóbal a las ciudades de Panamá y Colón
respectivamente, Estados Unidos continuaría permitiendo, de acuerdo con reglamentos
adecuados y mediante el pago de los derechos correspondientes, el uso y goce de los
muelles y otras facilidades para la carga y descarga de mercaderías y el arribo y
desembarco de pasajeros que entraran a la jurisdicción de la República. Esta, por su parte,
actuaría de la misma manera con respecto a las naves y pasajeros de Estados Unidos que
utilizaran los puertos de Panamá y Colón, para los fines del Canal.
Igualmente, la República no impondría derechos de importación ni contribuciones de
ninguna clase a las mercaderías remitidas o consignadas para el uso oficial de las agencias
de los Estados Unidos en Panamá, o bien a personas descritas en algunas de las categorías
de la sección 2 del artículo III del Tratado y que residieran temporalmente en territorio bajo
el dominio de la República. En reciprocidad, Estados Unidos no impondría derechos ni
contribuciones de ninguna índole a los artículos, efectos y mercaderías que entraran a la
Zona del Canal desde Panamá. Lo mismo se haría con los ciudadanos de ambos países que
pasaran de un lugar a otro, aunque se especificó que sólo estarían exonerados los
norteamericanos al servicio de los Estados Unidos o los residentes en la Zona del Canal. Y
como se aceptó que la misma dividía al territorio de la República, Estados Unidos convino
en que “con sujeción a las disposiciones policivas que las circunstancias requieran", a los
ciudadanos panameños que fuesen ocasionalmente deportados de dicha zona se les
garantizaría el trán“ito a través de ésta para trasladarse de una parte a otra del territorio
sujeto a la jurisdicción de Panamá.
Si bien es cierto que la República podía imponer gravámenes a las mercaderías que entraran
a su territorio desde la Zona del Canal, así como cobrar contribuciones a los barcos con sus
tripulaciones y pasajeros norteamericanos, estos impuestos no podían ser más altos que los
que se impusieran a las naves que tocaran únicamente en los puertos bajo la jurisdicción
panameña sin pasar por el Canal. Si cruzaban por tal ruta estarían exoneradas, siempre y
cuando no ingresaran a territorio donde regían las leyes de Panamá.
Respecto a los medios de comunicación terrestre hubo mutuas concesiones. Así para que la
ciudad de Panamá pudiera disfrutar de un sistema directo de comunicación con el resto del
territorio bajo jurisdicción de la República, Estados Unidos transfería a ésta un corredor que
se delimitaba y en el cual, sin embargo, tendrían en todo tiempo, “el derecho al tránsito
irrestricto”, ciñéndose a los reglamentos del tráfico establecidos por Panamá, si bien podían
usar dicha vía para la construcción de estructuras adicionales. En reciprocidad y con el
propósito de proveer un medio directo de comunicación por tierra con espacio para instalar
líneas de transmisión de energía de alta tensión, bajo el dominio de Estados Unidos, de la
represa Madden a la Zona del Canal, Panamá traspasaría al gobierno norteamericano
jurisdicción sobre un corredor, cuyos límites se especificaban. La República también estaba
facultada para utilizar en todo tiempo dicho corredor, con sujeción a los reglamentos del
tráfico establecidos por la Zona del Canal y tendría derecho a usar el mismo para obras
auxiliares. En convenciones anexas al Tratado, ambos gobiernos se comprometieron a
construir conjuntamente la carretera transístmica entre Panamá y Colón, al igual que se
traspasaban a la República estaciones radioeléctricas en La Palma y Puerto Obaldía.
Con todo, el Tratado General de Amistad y Cooperación también entrañaba serios y
arriesgados compromisos para Panamá. En efecto, el artículo X estipulaba:
“En caso de conflagración internacional o de existencia de cualquier amenaza de agresión
en que peligren la seguridad de la República de Panamá, o la neutralidad o seguridad del
canal de Panamá, los gobiernos de la República de Panamá y de Estados Unidos de
América tomarán las medidas de prevención y defensa que consideren necesarias para la
protección de sus intereses comunes. Las medidas que parezca esencial tomar a uno de los
dos gobiernos en guarda de dichos intereses que afecten el territorio bajo la jurisdicción del
otro gobierno serán objeto de consulta entre los dos gobiernos.”
Pese a todo lo anterior, por el artículo XI del Tratado de 1936, se indicó que su contenido
no afectaría los derechos y obligaciones de las partes contratantes, de conformidad con los
tratados vigentes entre las dos naciones y no se consideraría como “limitación, definición,
restricción o interpretación restrictiva de tales derechos y obligaciones, pero sin perjuicio
del pleno vigor y efecto de las estipulaciones de este tratado que constituyen adición,
modificación, abrogación o subrogación de las estipulaciones de tratados anteriores”.
Tal como lo expresó el Dr. Harmodio Arias el 2 de marzo, en ocasión de la firma del nuevo
pacto: “En estos convenios no están indudablemente consignadas todas las aspiraciones de
la República. Pero sí debo declarar sinceramente que, en mi concepto, se han alcanzado
muchas y muy apreciables ventajas, y que lo que no se ha conseguido no se debe a un solo
momento de vacilación o de desmayo, como puede constatarse ampliamente en más de cien
actas correspondientes a más de cien sesiones celebradas por los negociadores, y en los
enormes legajos de notas, cablegramas, memorandos, de propuestas, de alegatos, de réplica,
que constituyen documentación detallada para el fallo inapelable que, sobre la actuación de
mis colaboradores y mía, dictará mañana la historia .”

El tratado
Principales temas
En lo político el tratado garantizaba la soberanía de la República de Panamá, al eliminar la
cláusula que autorizaba a los Estados Unidos a intervenir en los asuntos panameños.
También se acordó que la defensa del canal por parte de los norteamericanos sería
remplazada por una cooperación y responsabilidad compartida en el funcionamiento y
protección del Canal.
En los aspectos económicos los Estados Unidos se comprometían a cooperar para eliminar
el contrabando; también se autorizó a los productos panameños el libre acceso a la zona del
canal, dándole la oportunidad a los comerciantes de vender directamente a los barcos que
estuvieran en la zona de canal.
En otros aspectos, el gobierno de los Estados Unidos se comprometió a hacer cumplir las
leyes de la aduana e inmigración de la República de Panamá, y también a facilitar oficinas
para la Aduana de Panamá en los puertos terminales del canal. Otra significativa conquista
para Panamá fue el aumento en el pago anual por el arrendamiento del Canal, desde 250
000 dólares hasta 430 000. Los Estados Unidos renunciaban al mantenimiento y
funcionamiento del Canal, pero sin dejar de brindar cierto nivel de seguridad.
Otros temas de interés
Se ofrecían disposiciones generales para la regulación de las comunicaciones por radio en
Panamá y en la Zona del Canal, transfiriéndose dos estaciones navales de radio al país Se
construiría una carretera que conectaba la zona de Colón con el resto del país, acabándose
así con el monopolio norteamericano en el transporte terrestre interoceánico.
Firma y ratificación
El tratado fue firmado el 2 de marzo de 1936 por los presidentes Harmodio Arias y Franklin
D. Roosevelt. Panamá lo aprobó el 24 de diciembre de ese mismo año; sin embargo, hubo
que esperar hasta 1939 para que el Senado de Estados Unidos lo ratificara. Fue conocido
bajo diferentes nombres: Tratado Arias-Roosevelt, Tratado Alfaro-Hull, Tratado General de
Amistad y Cooperación, o Tratado de Amistad y Cooperación.
Importancia
Panamá sacó un provecho enorme de este tratado, mejorando su imagen a nivel
internacional como país independiente (hasta ese momento se pensaba en Panamá como un
protectorado norteamericano). El Tratado también declaró culminadas las obras de
construcción del canal, con lo cual se puso fin a las pretensiones de Estados Unidos de
ocupar predios adicionales a los de la Zona del Canal, con la excusa de que eran necesarios
para la puesta en funcionamiento de la vía acuática. Otra de las ventajas fue la de una
defensa compartida de la Zona del Canal: tanto Estados Unidos como Panamá tenían el
deber de defender el Canal.
El tratado no fue muy bien visto por los norteamericanos, puesto que eliminó el derecho de
los Estados Unidos a intervenir en los asuntos internos de Panamá. El traspaso de autoridad
en las áreas de las comunicaciones inalámbricas y también del transporte terrestre se vio
como un debilitamiento de los Estados Unidos en el control del Canal.
Del lado panameño, si bien tuvo mucho apoyo en la población en general, las
organizaciones y partidos políticos de oposición se opusieron a este tratado, argumentando
que no satisfacía por completo las aspiraciones de un Panamá independiente, puesto que la
presencia militar norteamericana y la concesión a “perpetuidad” seguían en vigencia.
Ventajas y desventajas del tratado arias roosevelt
El tratado Arias Roosevelt también conocido como tratado de amistad y cooperación tenía
como objetivo disminuir y eliminar los conflictos que existían entre Estados Unidos y
Panamá.
Entre algunas de las ventajas fueron:
 Se establecieron instrucciones para prevenir las actividades relacionadas con el
contrabando.
 Se crearon restricciones de venta a los barcos de los comisariatos.
 Se culminaron las obras de construcción del canal.
Algunas desventajas que podemos señalaran fueron:
 Nunca fue bien recibido por los norteamericanos.
 No satisfacía por completo las aspiraciones para que Panamá pudiera ser
independiente.
Conclusión

Según lo investigado en este documento, se concluye que la meta del tratado Arias-
Roosevelt era establecer la paz en América Central después de décadas de violencia y
conflicto armado.
Se observo que Panamá sacó un provecho enorme de este tratado, mejorando su imagen a
nivel internacional como país independiente. El Tratado también declaró culminadas las
obras de construcción del canal, con lo cual se puso fin a las pretensiones de Estados
Unidos de ocupar predios adicionales a los de la Zona del Canal, con la excusa de que eran
necesarios para la puesta en funcionamiento de la vía acuática. Otra de las ventajas fue la
de una defensa compartida de la Zona del Canal: tanto Estados Unidos como Panamá tenían
el deber de defender el Canal.
Ya para terminar, también se apreció que el tratado no fue muy bien visto por los
norteamericanos, puesto que eliminó el derecho de los Estados Unidos a intervenir en los
asuntos internos de Panamá.
Bibliografía
https://www.ecured.cu/Tratado_Arias-Roosevelt
https://brainly.lat/tarea/29757728
file:///C:/Users/cafto/Downloads/republicano7.1.pdf
https://www.laestrella.com.pa/nacional/140714/arias-tratado-roosevelt

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