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CienciaDirecta
Revisar
La adolescencia como un período fundamental para el desarrollo de la regulación emocional
Jennifer A. Silvers
Resumen
La adolescencia es un período dinámico para el desarrollo de la regulación
emocional. Para muchos individuos, las habilidades de regulación emocional mejoran
dramáticamente durante la adolescencia; sin embargo, para algunos jóvenes, la
adolescencia marca el inicio o el empeoramiento de una psicopatología caracterizada
por dificultades en la regulación de las emociones. En la presente revisión, describo la
evidencia de que las experiencias de cuidado juegan un papel importante en la
configuración de la variabilidad interindividual en la regulación de las emociones
durante la adolescencia.
Después de describir el trabajo que demuestra los vínculos entre el cuidado,
con énfasis en las prácticas de socialización de los padres, y los resultados de
la regulación emocional, caracterizo nuestra comprensión actual de cómo los
índices conductuales y neurobiológicos de la regulación emocional se
desarrollan normativamente a lo largo de la adolescencia.
Usando la reevaluación cognitiva como una estrategia ejemplar de regulación
emocional, describo las formas en que el cuidado podría afectar la variabilidad
interindividual en el neurodesarrollo de la regulación emocional. Concluyo
identificando dos direcciones futuras clave para la investigación sobre la
regulación de las emociones en adolescentes.
direcciones
Departamento de Psicología, Universidad de California, Los Ángeles, California,
90095, EE. UU.
Autor para correspondencia: Silvers, Jennifer A. Departamento de Psicología,
Universidad de California, Los Ángeles 1285 Franz Hall, Box 951563, Los Ángeles,
California, 90095, EE. UU. (silvers@ucla.edu)
Opinión actual en psicología 2022, 44: 258–263
Esta revisión proviene de una edición temática sobre el Desarrollo de los Adolescentes (2022)
Editado por Lydia Krabbendam y Barbara Braams
Para obtener una descripción general completa de la sección, consulte Desarrollo de adolescentes
(2022)
Disponible en línea el 9 de octubre de 2021
https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2021.09.023
2352-250X/© 2021 El(los) autor(es). Publicado por Elsevier Ltd. Este es un artículo de acceso
abierto bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ ).
Palabras
clave Regulación emocional, Neurodesarrollo, Cuidado, Adolescencia.
Introducción
La adolescencia es un período dinámico para el desarrollo de la
regulación emocional (ER), un conjunto de habilidades implícitas
y explícitas que se pueden utilizar para monitorear, evaluar y
Opinión actual en psicología 2022, 44: 258–263
modificar las respuestas emocionales de acuerdo con las propias
metas [1e4]. Las tareas clave del desarrollo en la adolescencia
incluyen lograr una mayor independencia de los cuidadores que
construyen la sala de emergencias en la infancia y navegar
cambios sociales, cognitivos y biológicos significativos que
plantean importantes desafíos de autorregulación. Muchos
individuos responden a estos desafíos fortaleciendo y refinando
sus habilidades de ER, pero para algunos, la adolescencia está
marcada por dificultades emergentes o que empeoran con la ER
y la psicopatología asociada. ¿Qué factores contribuyen a las
mejoras normativas en ER durante la adolescencia?
Asimismo, ¿qué explica la heterogeneidad fenotípica en ER
durante este período? Aquí, presento que los cuidadores
socializan las prácticas de ER Fig. 1, lo que contribuye al
desarrollo de ER en la adolescencia. A continuación, sugeriré
que la adolescencia es un período en el que las estrategias de
ER se centran en la reevaluación cognitiva, lo que implica pensar
de manera diferente los estímulos emocionales para cambiar su
importancia afectiva, como una estrategia ejemplar se
perfeccionan de acuerdo con las experiencias de socialización
también. como factores intrínsecos. Finalmente, concluiré
esbozando direcciones futuras para el campo.
Los cuidadores dan forma a los procesos de regulación
de las emociones a lo largo del desarrollo Modelos
teóricos influyentes postulan que los padres influyen en las
emociones en general y en la ER en particular a través de
múltiples mecanismos y escalas de tiempo [5e7].
Acumulativamente, este trabajo ha revelado que la mera
presencia de los padres puede regular poderosamente el
comportamiento emocional, la fisiología y la neurobiología de los
niños [8e11]. Más allá de simplemente estar presentes, los
padres también participan activamente en "comportamientos de
socialización de emociones" (ESB) que incluyen modelar y
entrenar el comportamiento emocional de sus hijos, así como
establecer el tono emocional para su contexto familiar [6,7].
Como era de esperar, las propias habilidades de ER de un padre,
sus comportamientos de crianza y el contexto emocional más
amplio en el que se cría un niño tienden a estar altamente
interrelacionados. Como tal, un tema clave en la investigación
contemporánea de ER entre padres e hijos es analizar
formalmente las contribuciones de varios insumos ambientales
en la ER infantil. Un ejemplo impresionante de esto proviene de
un estudio reciente que buscó descomponer la influencia relativa
de la ER de los padres y la exposición a la adversidad del niño
en la ER del niño [12]. Sorprendentemente, Milojevich y sus
colegas encontraron que la ER de los padres continuó prediciendo
la ER del niño después de controlar la exposición a la adversidad, pero no al revés.
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La adolescencia como un período fundamental para el desarrollo de la regulación emocional Silvers 259
Figura 1
Influencias del cuidado en el neurodesarrollo de la regulación emocional desde la
infancia hasta la adolescencia. La edad se representa de izquierda a derecha, con la
maduración prefrontal lateral representada en la misma escala. Durante la infancia, los
cuidadores sientan las bases para futuros esfuerzos de autorregulación al socializar la
regulación de las emociones, tanto directa como indirectamente.
vincular las habilidades de ER de los padres con el cuidado óptimo [13],
sugiere que mejorar las habilidades de ER de los padres podría ser un
mecanismo indirecto pero poderoso para promover el desarrollo positivo
de ER en los jóvenes, y particularmente en los jóvenes en riesgo de
dificultades de ER debido a la exposición a la adversidad [14e 16]. Una
forma en que las habilidades de ER de los padres pueden afectar el
desarrollo de ER de los niños es a través de los ESB que utilizan [17e19].
Los datos transversales han demostrado que los ESB parentales
"positivos" (es decir, la calidez del cuidador y la sensibilidad emocional)
se asocian con mejores resultados de ER en los jóvenes (ver Ref. [7]
para una revisión), que van desde el uso más frecuente de la reevaluación
en los primeros -infancia media [20], a un mejor ajuste psicosocial en la
adolescencia [21]. Más recientemente, los estudios longitudinales se
han basado en esta base de conocimientos para demostrar que los ESB
positivos de los padres (típicamente evaluados en la infancia o en la
adolescencia temprana) confieren mejores resultados psicosociales y de
RE tanto en jóvenes con un desarrollo típico como en jóvenes con
diagnósticos psiquiátricos [17,21e24] . Por ejemplo, un estudio reciente
encontró que los ESB positivos de los padres a los 5 años predijeron un
mejor ajuste socioemocional a los 15 años y, en particular, que esta
relación se explicaba por una ER mejorada a los 10 años [25]. La
secuenciación temporal de este estudio sugiere que los ESB de los
padres están provocando mejoras en la ER infantil y que las prácticas de
cuidado infantil continúan afectando el bienestar en la adolescencia. En
relación con esto, una nueva línea de investigación sugiere que los ESB
de los padres ejercen efectos diferenciales en la ER del niño según la
etapa de desarrollo. Por ejemplo, un estudio reciente encontró que
mientras que las formas generales de apoyo emocional de los padres
(mostrar calidez y aceptación) se asociaron con una mejor ER tanto en
adolescentes mayores como jóvenes, el apoyo práctico de los padres (p.
ej., apoyo emocional
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coaching) solo benefició a los adolescentes más jóvenes [26].
Estos resultados sugieren que las formas más activas de apoyo de los
padres son beneficiosas en las primeras etapas de desarrollo, pero
probablemente ofrecen rendimientos decrecientes a medida que los
niños buscan una mayor autonomía emocional en la adolescencia.
Como complemento de los análisis de desarrollo antes mencionados
sobre los ESB de los padres, hay un número creciente de estudios que
utilizan métodos de neuroimagen para descubrir cómo los ESB de los
padres afectan las características específicas del desarrollo neurológico
del ER en la adolescencia. Tanto las formas extremas de adversidad en
el cuidado (p. ej., privación) como las variaciones normativas en las
experiencias de cuidado (p. ej., diferentes estilos de apego entre padres
e hijos) influyen en el desarrollo del circuito de la amígdala prefrontal
[27,28]. Dado que el circuito de la amígdala prefrontal es fundamental
para apoyar el RE en adultos, tales hallazgos sugieren que los cuidadores
construyen el desarrollo del RE de forma externa y esculpen el circuito
del RE en la infancia hasta que los individuos tengan un desarrollo
neurológico lo suficientemente maduro como para autorregularse en la
adolescencia [29]. En la actualidad, muy pocos estudios de neuroimagen
han examinado específicamente los efectos de los ESB parentales en el
neurodesarrollo del RE. Sin embargo, la evidencia preliminar sugiere que
la exposición a ESB parentales negativos en la primera infancia presagia
una conectividad prefrontal medial negativa (mPFC)-amígdala (un
neurofenotipo más "similar a un adulto") en respuesta a estímulos
emocionales en la niñez tardía y la adolescencia [30,31]. Estos hallazgos,
junto con el trabajo en jóvenes expuestos a la adversidad del cuidado,
sugieren que las experiencias de cuidado ajustan dinámicamente el ritmo
de desarrollo del circuito mPFC-amygdala involucrado en procesos
implícitos de ER (por ejemplo, aprendizaje de extinción) [27]. Dada la
evidencia teórica y empírica de que los circuitos neuronales que sustentan
la ER implícita se desarrollan antes que los que subyacen a la ER
explícita (por ejemplo, la reevaluación cognitiva), esto podría sugerir que
los padres construyen el desarrollo de la ER implícita en la infancia, lo
que a su vez respalda el desarrollo de la ER explícita en la adolescencia .
4,32].
Neurodesarrollo de ER en la adolescencia Mientras que los niños
dependen en gran medida de los cuidadores para regular sus emociones,
es cada vez más probable que los adolescentes recurran a sus amigos
oa ellos mismos para regular sus emociones. A medida que los
adolescentes cambian en su propensión a autorregularse, también
cambia la forma en que los adolescentes se autorregulan. De acuerdo
con las caracterizaciones de la adolescencia como un período crítico
para el desarrollo de procesos cognitivos de orden superior [33], los
adolescentes utilizan estrategias de autorregulación cognitiva una mayor
proporción del tiempo que los niños y también son más flexibles para
cambiar entre diferentes estrategias cognitivas. [34,35].
Las diferencias relacionadas con la edad son evidentes no solo en
términos de cómo los adolescentes usan clases de estrategias de ER (p.
ej., estrategias cognitivas), sino también estrategias específicas (p. ej.,
reevaluación cognitiva). Aquí, me concentro en la estrategia de
reevaluación cognitiva porque está asociada con
Opinión actual en psicología 2022, 44: 258–263
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260 Desarrollo Adolescente (2022)
la salud mental [36], es modificable mediante intervención [37] y se
ha estudiado en poblaciones en desarrollo utilizando múltiples
modalidades [4]. La capacidad de reevaluación (es decir, la capacidad
de reevaluar de manera efectiva) y la tendencia a utilizar la
reevaluación para regular las emociones en la vida cotidiana son
relativamente independientes entre sí y, a menudo, se evalúan
utilizando métodos diferentes [38]. Si bien los estudios transversales
han arrojado resultados mixtos de edad con respecto a la tendencia
a la reevaluación en la adolescencia, los datos longitudinales sugieren
que la edad no predice cambios intraindividuales en la tendencia a
utilizar la reevaluación [39-41]. Por el contrario, los estudios que
examinan la capacidad de reevaluación demuestran mejoras
pronunciadas relacionadas con la edad desde la niñez hasta la
adolescencia media que se estabilizan durante la adolescencia tardía
(aunque, en particular, no existen estudios longitudinales publicados
sobre la capacidad de reevaluación)
[32,42,43]. Juntos, estos hallazgos sugieren que los individuos
perfeccionan sus habilidades de reevaluación en la adolescencia pero
no necesariamente usan dichas habilidades con mayor frecuencia.
La investigación con neuroimágenes puede proporcionar una
perspectiva mecanicista útil sobre cómo y cuándo los adolescentes
adquieren la capacidad de reevaluar [44]. Investigaciones previas en
adultos han sugerido que la reevaluación se genera mediante un
reclutamiento robusto de regiones prefrontales dorsales y laterales
que se sabe que respaldan los procesos de control cognitivo (corteza
prefrontal dorsomedial, dorsolateral y ventrolateral), y que este
compromiso prefrontal a su vez atenúa las respuestas de la amígdala
a los estímulos afectivos . 45]. En la infancia, sin embargo, la
reevaluación parece aumentar, en lugar de disminuir, la actividad de
la amígdala [32,46]. Estos hallazgos sugieren que la reevaluación
podría ser contraproducente para los niños, aunque algunas pruebas
preliminares sugieren que los niños pueden reevaluar de manera más
efectiva cuando cuentan con la ayuda de sus padres [10]. En la
adolescencia, la reevaluación comienza a atenuar las respuestas de
la amígdala con disminuciones lineales continuas relacionadas con la
edad en las respuestas de la amígdala observadas hasta la edad
adulta temprana [32,47,48]. Tales hallazgos encajan muy bien con la
evidencia conductual de que la reevaluación amortigua los resultados
negativos de salud mental en la adolescencia, pero no necesariamente
en la niñez [34]. El surgimiento de la reevaluación como una estrategia
efectiva en la adolescencia parece estar relacionado con el hecho de
que los adolescentes reclutan regiones prefrontales dorsales y
laterales para apoyar la reevaluación [32,48e50], aunque dicho
reclutamiento prefrontal continúa aumentando con la edad a lo largo
de la adolescencia [32,50]. Un estudio reciente sugiere que la
magnitud general de la activación de la corteza prefrontal lateral
puede ser solo una característica del neurodesarrollo relacionado con
la reevaluación, y que el grado en que las subregiones específicas de
la corteza prefrontal ventrolateral se activan selectivamente puede
ser particularmente predictivo de la habilidad de reevaluación [51]. ].
Estos hallazgos sugieren de manera acumulativa que las habilidades
de reevaluación pueden promover la salud mental, pero solo una vez
que la maquinaria neuronal necesaria para respaldar tales habilidades
esté en su lugar, y que la especialización funcional en la corteza
prefrontal ventrolateral puede ser un ingrediente clave del desarrollo
neurológico para apoyar la adquisición de habilidades de reevaluación.
Opinión actual en psicología 2022, 44: 258–263
En la actualidad, es relativamente desconocido qué factores
experienciales contribuyen a los marcadores conductuales y neurales
de la capacidad de reevaluación en la adolescencia. Sin embargo,
una posibilidad intrigante es que los ESB de los padres (p. ej.,
cuidadores que modelan regularmente el uso de la reevaluación)
proporcionen a los adolescentes ricas experiencias de ER a lo largo
del desarrollo, que sintonizan directa o indirectamente el desarrollo
prefrontal lateral y las habilidades de reevaluación asociadas. Si bien
ningún trabajo ha probado explícitamente esta hipótesis, existe
evidencia de que las habilidades de ER de los padres predicen
positivamente las habilidades de ER del niño a través de la sincronía
prefrontal [52], y también que los ESB negativos de los padres
predicen una menor participación de las regiones reguladoras
prefrontales laterales [28, 53], por lo tanto apoyando la noción de que
las entradas de los padres modifican la función prefrontal lateral
involucrada en ER. También hay datos de adultos que sugieren que
la exposición repetida a la reevaluación provoca patrones más
restringidos y específicos de reclutamiento ventrolateral en adultos
[54], lo que subraya el hecho de que la exposición repetida a una
estrategia de ER puede esculpir el circuito regulador asociado. Juntos,
estos puntos de datos implican que las prácticas de cuidado dan
forma al contexto de ER de un joven y que esto, a su vez, puede
sintonizar el circuito prefrontal lateral involucrado en la reevaluación.
Entre otras cosas, esto sugiere que una de las razones por las que
los jóvenes que han experimentado adversidades en el cuidado (es
decir, abuso, negligencia o cuidado institucional) corren el riesgo de
tener dificultades de ER es porque carecen de los medios para
aprender estrategias de ER de un cuidador. Esto, junto con la
evidencia de que los jóvenes que adquieren habilidades de
reevaluación a pesar de su historial de adversidad en el cuidado
tienen más probabilidades de ser resilientes nuevamente a la
psicopatología que aquellos que no las adquieren [55,56], sugiere que
entrenar a los adolescentes expuestos a la adversidad en el cuidado
para usar estrategias como la reevaluación podría ser un medio
particularmente eficaz de amortiguar los síntomas de salud mental.
Conclusiones y direcciones futuras para la investigación
sobre el desarrollo de ER en adolescentes En la primera
sección de esta revisión, describí cómo las experiencias de cuidado
y, específicamente, las ESB de los padres, sintonizan el desarrollo de
ER. Posteriormente, resumí la evidencia conductual y neurocientífica
sobre cómo la capacidad de ER, con énfasis en la reevaluación, se
desarrolla a lo largo de la adolescencia, pero también difiere
sustancialmente entre los individuos. En esta sección final, describiré
brevemente dos direcciones futuras clave para la investigación sobre
el desarrollo de las RE en adolescentes. La primera dirección futura
para el campo será considerar más cuidadosamente el contexto
social al investigar la ER adolescente. Esto es crítico no solo porque
las situaciones sociales son particularmente evocadoras para los
adolescentes [42], sino también porque los lazos sociales pueden
representar un recurso relativamente sin explotar para mejorar las
habilidades de ER en la adolescencia. Un rico cuerpo de literatura
que examina las intervenciones del cuidador en niños pequeños [57],
así como el trabajo emergente que examina las amistades en adultos
jóvenes [58], sugiere que las relaciones cercanas pueden capitalizarse
para enseñar y mejorar las habilidades de ER.
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La adolescencia como un período fundamental para el desarrollo de la regulación emocional Silvers 261

incluyendo la reevaluación. A pesar del hecho de que los adolescentes
son muy sensibles a las influencias sociales (particularmente de sus
compañeros), muchas menos investigaciones han buscado
comprender o mejorar la ER de los adolescentes a través de una
lente social. La investigación básica futura podría beneficiarse de
examinar cuidadosamente cómo los padres y amigos modulan
diferencialmente los procesos de ER a medida que los individuos
progresan desde la niñez hasta la adolescencia y la edad adulta. Al
mismo tiempo, la investigación traslacional podría evaluar si los
adolescentes muestran mayores ganancias en ER si las intervenciones
se realizan directamente o a través de amigos o cuidadores. Una
segunda dirección futura será aprovechar los estudios longitudinales
de neuroimagen para caracterizar los mecanismos de desarrollo que
subyacen al desarrollo del RE. El cuestionario longitudinal y la
investigación del comportamiento han informado significativamente
nuestra comprensión del desarrollo de ER [7], pero sigue habiendo
una escasez de investigaciones de neuroimagen longitudinales que
examinen ER. Será fundamental llenar este vacío de conocimiento
para caracterizar mejor el cambio de desarrollo normativo, así como
también cómo el cuidado y otros factores contextuales configuran de
manera mecánica las trayectorias divergentes de ER.
Por ejemplo, los diseños longitudinales podrían aprovecharse para
probar qué dimensiones específicas del cuidado en la infancia
predicen los marcadores neuronales de la habilidad de ER en la adolescencia. emocional de los padres y la exposición a la adversidad. Dev Psychopathol
Tal trabajo tiene la capacidad no solo de informar nuestra
comprensión científica de la ER adolescente, sino también de
optimizar las intervenciones durante un período fundamental para la
regulación. Soc Dev 2007, 16:361–388, https://doi.org/10.1111/
j.1467-9507.2007.00389.x .
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**
de los hijos en la regulación de las emociones durante la infancia
y la adolescencia. Child Dev Perspect 2017, 11:233–238, https://
doi.org/10.1111/cdep.12238 .
Esta revisión proporciona un marco actual e integral sobre cómo el cuidado
influye en el desarrollo de la regulación de las emociones en la niñez y la
adolescencia.
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Flannery J, Lumian DS, Fareri DS, Caldera C, Tottenham N: Amortiguación
materna del circuito prefrontal de la amígdala humana durante la niñez
pero no durante la adolescencia cencia Psychol Sci 2014, 25:2067–2078,
https://doi.org/10.1177/ 0956797614550878.
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eficaz para amortiguar la reactividad al estrés del cortisol en adolescentes
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10.1111/desc.12195 .
10. Myruski S, Dennis-Tiwary T: Firmas biológicas de la flexibilidad de la
regulación emocional en los niños: contexto de crianza y vínculos con el
ajuste infantil. Cognit Affect Behav Neurosci 2021, https://doi.org/10.3758/
s13415-021-00888-8.
11. Tottenham N, Shapiro M, Flannery J, Caldera C, Sullivan RM:
La presencia de los padres cambia la evitación por el aprendizaje de la
atracción en los niños. Nat Hum Behav 2019, 3:1070–1077, https://doi.org/
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12 Milojevich HM, Machlin L, Sheridan MA: La adversidad temprana y la
*
regulación emocional de los niños: roles diferenciales de la regulación
2020, 32:1788–1798, https://doi.org/10.1017/ S0954579420001273.
Este estudio demuestra que la regulación de las emociones de los padres puede ejercer una
mayor influencia en la regulación de las emociones de los niños que la adversidad temprana

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126, https://doi.org/10.1016/j.dr.2015.01.004 .
Declaración de conflicto de interés Nada
declarado. 14. Hajal NJ, Paley B: Emoción de los padres y regulación de las emociones: un
objetivo crítico de estudio para la investigación y la intervención para
promover la socialización de las emociones de los niños. Dev Psychol
Agradecimientos Este trabajo fue 2020, 56: 403–417, https://doi.org/10.1037/dev0000864.
generosamente financiado por la National Science Foundation (premio 1848004).
15. Méndez Leal AS, Silvers JA: Marcadores neurobiológicos de resiliencia
ante la adversidad en la vida temprana durante la adolescencia,
psiquiatría biológica: neurociencia cognitiva y neuroimagen. 2020, https://
Referencias doi.org/10.1016/j.bpsc.2020.08.004 . S2451902220302391.
Los artículos de particular interés, publicados dentro del período de revisión,
se han destacado como: 16. Seddon JA, Abdel-Baki R, Feige S, Thomassin K: El efecto cascada de la
disfunción de los padres: un marco de transmisión de socialización de
* de interés especial * * emociones. Front Psychol 2020, 11:579519, https://doi.org/10.3389/
de interés pendiente fpsyg.2020.579519 .

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10.1111/j.1540-5834.1994.tb01276.x .
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