Las concepciones, imágenes o figuras que tenemos de la infancia tienen una
estrecha vinculación con los cambios históricos y con los modos de organización socioeconómica y cultural de las sociedades (Ariés, Becchi, Julia, Gélis, Muñoz y Pachón), con las formas o pautas de crianza (De Mause), con los intereses sociopolíticos (Varela,), con el desarrollo de las teorías pedagógicas (Escolano, Narodowski, Saldarriaga); así como con el reconocimiento de los derechos de la infancia en las sociedades occidentales y con el desarrollo de políticas sociales al respecto (García y Carranza), con las representaciones sociales que las sociedades y los sujetos adultos tenemos de ella, ya sea como una realidad social no necesariamente objetiva ni universal, sino ante todo, la infancia que denoten el influjo, mayor o menor, de la moralidad religiosa tradicional colombiana, de las teorías pedagógicas modernas y contemporáneas, de las nuevas sensibilidades jurídicas y políticas, históricas y psicosociales. En otros términos, se trata entonces de plantear las concepciones de la infancia que se han detectado desde diversos análisis: histórico, pedagógico, educativo, psicosocial, jurídico, de políticas sociales. Finalmente, se concentra en la concepción más actual del niño como sujeto social del derecho. Se hace énfasis en la importancia de la educación como promotora de desarrollo en el papel de la familia este proceso, así como del rol del docente en el proceso de socialización del niño. La transmisión de valores y conocimientos, y en general la socialización del niño, no estaba garantizada por la familia, ni controlada por ella. Al niño se le separaba enseguida de sus padres, y puede decirse que la educación, durante muchos siglos fue obra del aprendizaje, gracias a la convivencia del niño o del joven con los adultos, con quienes aprendía lo necesario ayudando a los mayores a hacerlo. La presencia del niño en la familia y en la sociedad era tan breve e insignificante que no había tiempo ni ocasiones para que su recuerdo se grabara en la memoria y en la sensibilidad de la gente. XVIII dan origen al niño escolar. Los principios de organización industrial dan origen a los niños trabajadores y a los aprendices del siglo XIX. Los principios de organización familiar dan origen al hijo de familia que realiza todas sus actividades en el hogar bajo la tutela de los padres. El fortalecimiento del Estado da origen a los hijos del estado, niños que desde muy pequeños pasan de manos de sus padres a las de un personal especializado que se hace cargo de ellos en Idea secundaria
La concepción de la infancia guarda coherencia con la sociedad vigente. Como se
ha dicho al inicio de este capítulo, los principios de organización religiosa y militar presentes en períodos como el siglo XII y XIII dan origen a los niños de las cruzadas. Los principios de organización educativa y científica del siglo XVII y guarderías y jardines infantiles, como se ve actualmente. Esta misma situación se observa en las instituciones que se encargan de la protección del niño: de instituciones masivas tipo cuartel o convento se pasa a la institución escuela, institución taller o institución hogar. Ahora bien, los estudios de Ariès y deMause sugieren una conexión de la historia de la infancia con la historia de la educación. En opinión de Finkelstein (1986), hasta entonces sólo muy pocos historiadores de la educación habían manifestado algún interés por la infancia. En consecuencia, el mérito del historiador francés y del norteamericano, fue el de mostrar que la historia de la infancia y la de la educación estaban conectadas de modo inextricable, y en varios niveles. En primer lugar, estaban conectadas conceptual y psicológicamente. En segundo lugar, estaban relacionadas en el tiempo. En tercer lugar, estaban unidas social e institucionalmente. Ambos historiadores enfatizaron la simultaneidad en el tiempo del descubrimiento o reconocimiento de la infancia moderna y de la aparición de instituciones protectoras donde cuidar y formar a la generación más joven. Precisamente una de esas instituciones que entrelazaría la suerte de los niños y la de sus padres sería la escuela como agente fundamental en la educación de la infancia.