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Y CLASES SOCIALES
EN EL ESTADO
CAPITALISTA
NICOS POULANTZAS
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x y W le d ito r e s
IN T R O D U C C IÓ N
[1]
2 IN T R O D U C C IÓ N
K- '1
(Conocim ientos ya obtenidos por el proceso
de pensamiento sobre el m aterialismo histó
rico : teoría general de la que forma parte
el concepto más abstracto de lo |M>lítico co
mo instancia de toda estru ctu ra.)
i,
S· I- •X- ■ 3
(Inform aciones, nociones, (Conocim iento de la teoría
etc., sobre el modo de particu lar del modo de pro
producción capitalista.) ducción capitalista.)
g■ - » ^ 2 ------------------ ►g. 3
(Inform aciones, nociones, etc., (Conocim iento de la teo
sobre el E stado capitalista, so ría regional de lo polí
bre la lucha de clases en el m o tico en el modo cap ita
do de producción capitalista, lista de producción.)
e tcé te ra .)
g· i- ■♦g.^2— * g . 3
(Análisis concreto de (Inform aciones (C o n o c im ie n to
una coyuntura políti sobre una for d e lo p o lític o
ca co n creta.) m ación social en e s a f o r m a
capitalista y su ción social.)
n iv el político
en p articu lar.)
IN TRO D U C C IÓ N 11
ru p itu lis ta ” —
y e n E l capital, la s c a r a c t e r ís t i c a s s ig u ie n
te» d e la m a tr iz d e l m . p . c . :
1 ] La articulación de lo económico y de lo político en
r»n modo de producción está caracterizada por una
autonomía — relativa— específica de esas dos instancias.
*2] Lo económico detenta en ese modo no sólo la de
terminación en última instancia, sino también el papel
fuedom inante.
La primera característica la establece Marx por la
n|K>sición del m . p . c . con los modos “precapitalistas” :
í'ntos presentarían, en relación con el m . p . c ., lo que él
llmna “mistificación” o relaciones “materiales” y “natu-
•ules”, percibidas a veces como “simultáneas”, de lo eco
nómico y de lo político. Repitámoslo una vez más, no
liny que tomar esas observaciones al pie de la letra, co
mo se ha hecho con frecuencia, lo que condujo a toda
una mitología marxista, por ejemplo, relativa al modo
ilr producción feudal. Por el contrario, puede retenerse,
■>n el plano científico, que el m . p . c . está especificado por
ima autonomía característica de lo económico y de lo
político: esto funda una diferencia radical de sus rela-
riones respecto de las que mantienen en los otros modos
de producción, lo que no quiere decir en realidad que,
en esos otros modos, esas instancias no poseen una auto
nomía relativa, sino que ésta reviste formas diferentes.
lisa autonomía tiene consecuencias teóricas sobre el
objeto de nuestro trabajo: hace posible una teoría re
gional — en sentido muy riguroso— de una instancia de
ese modo, por ejemplo del Estado capitalista; permite
constituir lo político en objeto de ciencia autónoma y
específica: Marx lo hizo ver, como es sabido, en El
capital a propósito de lo económico y de la ciencia eco
nómica. Propiam ente hablando, esa autonomía legitima
la ausencia, en la exposición discursiva relativa a una
instancia del m . p .c ., de las teorías relativas a sus otras
instancias.
14. Ib id ., p. 132.
15. Ib id ., p. 133.
16. Ib id ., p. 130.
IN TRO D U CC IÓ N 29
I. E l. BLO Q U E EN EL PO D ER
nómicas, del lado de la clase capitalista de los “ . | , c i ii i i Im que revelan las tendencias cesaristas inmanentes ál
listas privados”, no es com pensado como lo es en el r«*.. li|in capitalista de Estado, o sea el bonapartismo corno
del “trabajador colectivo” del lado de los obrero» u«>t ti liK¡ón de la burguesía.
lañados de la clase obrera. Entregadas a sí misma», lut
clases y fracciones en el nivel de la dominación polltiiii I iimlinente, estas observaciones revisten toda su impor-
no sólo se agotan en fricciones intestinas, sino que, om tiiiii ia si se considera que la mayor parte de las teorías
la mayor frecuencia, naufragan en contradicciones <|in |inliticas actuales, que niegan la existencia de una clase
las hacen incapaces de gobernar políticamente. Aun «t >li<núnante poniendo en vigor la concepción de las élites
esas contradicciones, en el conjunto de las relacione» di finlílicas entre las cuales se repartiría el poder, se fun-
clase de una formación capitalista, son contradicción·1« tliiii en el hecho de que la burguesía no constituiría ya,
secundarias, mas rara vez aspectos secundarios d·· 1.« ai tualmente, la clase coherente y .monolítica que habría
contradicción principal, no por eso es menos cierto <|ur •lilo en el pasado.3 En realidad, la burguesía no consti
su impacto es capital. Conjugadas con la contradicción tuyó nunca esa clase-sujeto, sin que eso haya cambiado
principal, o con el aspecto principal de esta última, til«o ni, entiéndase bien, en su carácter de clase domi-
crean, por su funcionamiento de clase, una situación niinte, ni tampoco en la unidad del poder instituciona-
siempre inestable de la dominación en el nivel político. li/udo, relativamente autónomo de esa clase, en su co-
iirspondencia unívoca con los intereses específicos de la
4] Eso es, por lo demás, lo que se creyó obligado a fracción hegemónica de dicha clase.
subrayar Gramsci en su texto mencionado sobre el O
sarismo, aunque allí circunscriba una especificidad his ¿Cuál es, en este caso, el papel del Estado? Éste cons
tórica del fenómeno “cesarista”, sin considerarlo un tituye, en realidad, el fa ctor de unidad política d el blo
carácter del tipo capitalista de Estado: y esto refirién que en el p od er bajo la égida de la clase o fracción
dolo a un “equilibrio catastrófico” entre las fuerzas so hegem ónica. D icho de otro m odo, constituye el facto r
ciales fundamentales. Gramsci marca, no obstante, lo» de organización hegem ónica de esa clase o fracción de
límites de esa explicación, proporcionando indicación·1» «uerte que sus intereses específicos puedan polarizar los
útiles para la interpretación de ese tipo de Estado: “Se ile las otras clases y fracciones del bloque en el poder,
ría un error de método (un aspecto de mecanismo so lis verdad que la teoría marxista recalcó con frecuen
ciológico) considerar que, en el fenómeno del cesaris- cia ese papel del Estado respecto de las clases o fraccio
m o. . . el fenómeno histórico nuevo se debe todo él al nes en el p o d e r : sin embargo, dicho papel se ha descrito
equilibrio de las fuerzas ‘fundamentales’ ; es preciso ver en general corno un p a p el d e arbitraje del Estado. Este
igualmente las relaciones que intervienen entre los gru último mito es lo que habría que destruir, y que se
pos principales de las clases fundamentales y las fuerzas debe, por otra parte, al desconocimiento del papel sobre-
auxiliares que dirige la fuerza hegemónica, sometidas a determinante que pueden desempeñar las contradiccio
su influencia”.- Pero son precisamente las relaciones nes secundarias en una formación. No se trata, propia
contradictorias de las fuerzas sociales de la clase burgue mente hablando, en este caso, de una función del Estado
sa, constitutivamente fraccionada en fracciones de clase, respecto de clases o fracciones ya políticamente organi
zadas por medio de sus partidos propios, de un arbitraje
2. C ito el texto según la traducción francesa de las Éd. So 3. A este respecto: Bottom ore, Classes in M o d ern Society,
ciales, op. cit., p. 259. 1966, pp. 2 8 ss, Elites a n d Society, 1 9 6 4 , pp. 2 4 ss, etc.
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En la relación del Estado y de las clases y fracciones para el caso, pues, en que clases o fracciones diferente!!
dominantes, esa instancia designa el lugar en que se cristalizasen en lugares institucionales diferentes. La dis
constituye, en el interior del Estado como factor de uni tinción de los poderes institucionales es, en este sentido,
dad del bloque en el poder bajo la égida de la clase o una característica típica de un Estado que funciona
fracción hegemónica, esta clase o fracción en cuanto frente a un bloque en el poder. Marx nos da indica
hegemónica. ciones en E l 18 Brumario y en L as luchas de clases en
Pero nosotros comprobamos, en efecto, que ese lugar, Francia, donde estudia las relaciones del ejecutivo y del
por regla general, sigue siendo el mismo, y esto en la legislativo, antes del golpe de Estado de L. Bonaparte,
medida exacta en que, en ese lugar institucional y por en cuanto reflejaban las relaciones de la fracción finan
mediación del Estado, esa clase o fracción llega a cons ciera — ejecutivo— y de la fracción industrial — le
tituirse como representativa de un interés general del gislativo. ' ,
pueblo, como materializando en ella la soberanía popu ¿En qué sentido funciona realmente esa distribución
lar, y consigue erigir sus intereses específicos en intereses de los poderes? En el caso en que el ejecutivo y el le
del bloque en el poder, realizar bajo égida la unidad del gislativo están controlados por la misma clase o fracción
bloque. En resumen, esa instancia de la unidad interna —hegemónica— la distinción de los poderes es, en su
del Estado capitalista concreta la relación de los dos prin funcionamiento, inexistente: el caso es aquí demasiado
cipios de unidad del poder institucionalizado. Es el lugar patente para insistir en ello. No hay sino mencionar el
en que se constituye, por medio del Estado, la organiza caso clásico de Gran Bretaña, donde, a pesar de las
ción política de la clase o fracción hegemónica respecto apariencias, la distinción legislativo-ejecutivo no ha fun
de la “sociedad” y respecto del bloque en el poder. cionado realmente hasta estos últimos tiempos: esto se
debe a la configuración y el funcionamiento particular,
Si estas observaciones nos permiten descifrar el funcio que hemos señalado con frecuencia, del bloque en el
namiento unitario del Estado, a pesar de la aparente poder en Gran Bretaña.
separación de los poderes, puede profundizarse aún más Es más interesante examinar lo que sucede cuando
su examen en la relación del Estado y del bloque en el el ejecutivo y el legislativo reflejan clases o fracciones
poder. Recuerdo una vez más que la distinción legisla- diferentes del bloque en el poder. ¿Se tratará, en este
tivo-ejecutivo recubre en realidad toda una serie de caso, de una verdadera “separación” de los poderes del
factores, reflejados en la relación del Estado y del bloque Estado, en suma, de un reparto efectivo del poder po
en el poder, se institucionalizaron precisam ente como lítico en provecho de esas clases o fracciones diferentes?
relaciones ejecutivo-legislativo vistas, lo que es más, co No hay nada de esto. En ese caso, la unidad del poder
mo separación de los poderes. institucionalizado se mantiene por su concentración al
La presencia, en el terreno de la dominación política, rededor del lugar predominante, donde se refleja la
de varias clases y fracciones de clase, que es la base del clase o fracción hegemónica. Los otros poderes funcio
bloque en el poder, es aquí fundamental. Se puede esta nan sobre todo como resistencias al poder predominan
blecer, efectivamente, que la distinción de los poderes te: insertos en la función unitaria del Estado, contri
se debe a las relaciones complejas de las clases y frac buyen a la organización de la hegemonía de la clase o
ciones de ese bloque, y que fue instituida para el caso fracción que se refleja, como fuerza política, en el poder
en que clases y fracciones diferentes de dicho bloque predominante.8
tuvieran influjo sobre el ejecutivo o sobre el legislativo, 8. N o es inútil señalar que p a ra quienes sustentan la co-
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