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EXAMEN LITERATURA NEOCLASICISMO/ROMANTICISMO

1.- Realiza un comentario literario de los siguientes textos exponiendo de forma redactada los
siguientes aspectos: autor, obra, fecha aproximada de composición, movimiento literario,
características generales, tipología textual, tema, características específicas del texto y del autor. No
olvides citar ejemplos del texto para argumentar tu respuesta.

*Cada texto tiene una validez de 2,5 puntos. Se aplicará la penalización establecida por el
Departamento a los errores ortográficos.

El asno y el cochino ¿De dónde vengo?… El más horrible y Por dondequiera que fui
Envidiando la suerte del Cochino, áspero la razón atropellé,
un Asno maldecía su destino. de los senderos busca: la virtud escarnecí,
"Yo, decía, trabajo y como paja; las huellas de unos pies a la justicia burlé,
él come harina, berza y no trabaja: ensangrentados y a las mujeres vendí.
a mí me dan de palos cada día; sobre la roca dura; Yo a las cabañas bajé,
a él le rascan y halagan a porfía". los despojos de un alma hecha jirones yo a los palacios subí,
Así se lamentaba de su suerte; en las zarzas agudas yo los claustros escalé,
pero luego que advierte te dirán el camino y en todas partes dejé
que a la pocilga alguna gente que conduce a mi cuna. memoria amarga de mí.
avanza Ni reconocí sagrado,
¿Adónde voy? El más sombrío y triste
en guisa de matanza, ni hubo ocasión ni lugar
de los páramos cruza;
armada de cuchillo y de caldera, por mi audacia respetado;
valle de eternas nieves y de eternas
y que con maña fiera ni en distinguir me he
melancólicas brumas.
dan al gordo cochino fin parado
En donde esté una piedra solitaria
sangriento, al clérigo del seglar.
sin inscripción alguna,
dijo entre sí el jumento: A quien quise provoqué,
donde habite el olvido,
Si en esto para el ocio y los con quien quiso me batí,
allí estará mi tumba.
regalos, y nunca consideré
al trabajo me atengo y a los palos. que pudo matarme a mí
aquel a quien yo maté.

Y entonces la visión del blanco velo


al fiero Montemar tendió una mano,
y era su tacto de crispante hielo
y resistirlo audaz intentó en vano:
galvánica, cruel, nerviosa y fría, histérica y horrible sensación,
toda la sangre coagulada envía agolpada y helada al corazón...
Y a su despecho y maldiciendo al cielo, de ella apartó su mano Montemar,
y temerario alzándola a su velo,
tirando de él la descubrió la faz.
¡Es su esposo!, los ecos retumbaron,
¡La esposa al fin que su consorte halló!
Los espectros con júbilo gritaron: ¡Es el esposo de su eterno amor!

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