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UN GRITO DESESPERADO
Carlos Cuauhtémoc Sánchez
En esta novela, el lector encuentra conceptos que pueden cambiar su vida y la de sus
seres queridos. En ella se desarrolla un problema entre un joven llamado Saúl y Helena
Yolza, que conlleva a que el profesor Tadeo Yolza, su esposo, inaugure un nuevo colegio,
intentando buscar al estudiante que al golpear a su esposa embarazada le produce un
aborto. Como cosas del destino después de cinco años el joven entra a estudiar en ese
colegio al igual que su hermano menor Gerardo Hernández, quien va contando la
historia en primera persona de lo que sucede.
Desarrollo
Es muy común en el mundo moderno, ver que los matrimonios no duran, que las familias
se desintegran, he incluso ver que dichas familias se sumergen en un abismo de
problemas del cual es difícil recuperarse.
En la novela, los jóvenes Gerardo y Saúl, tienen unos padres con estilos y actitudes muy
opuestas en lo que a crianza respecta. Por un lado, tienen un padre profesional,
sumamente autoritario que no presta una verdadera atención ni menos afecto a sus
hijos. Para el Doctor Hernández (su padre), la respuesta para vivir en familia está en la
disciplina severa con reglas autoritarias, lo cual crea miedo, distancia en la relación
padre e hijos además de un abismo comunicacional. Por otro lado está su madre, la
señora Hernández, quien es una mujer abnegada y llena de amor hacia sus hijos. No
obstante, el amor de madre, ciega a veces la frontera entre los límites del respeto y la
disciplina. Convirtiéndose en un polo opuesto al autoritarismo y con rasgos de debilidad,
para afrontar un rol en el hogar con verdadero carácter.
Las actitudes que más denotan a lo largo de la historia son la falta de atención,
problemas de comunicación entre padres e hijos, factores psicológicos asociados a la
falta de respeto hacia los padres, incomprensión, intriga y conflictos entre hermanos,
además de muchas ofensas verbales.
La obra comienza revelando un trágico suceso cuando la Sra. Helena Yolza (profesora),
es agredida por un alumno (Saúl), trayendo como consecuencia la interrupción de su
embarazo y la pérdida del bebé. Años después, un estudiante de nombre Gerardo
Hernández, narra una historia conmovedora de superación familiar y reencuentro con
Dios.
Cuando un hecho esta contundentemente comprobado, no hay más que aceptar y evitar
las diferencias, que solo empeoraran la situación. Algo que de inmediato entendió el
señor Yolza y de inmediato cambio su postura, para así hacer menos dolorosa la perdida.
Mientras que, en su mente, desfilaban una tras otra las maneras de cómo podía
vengarse de aquel joven.
Era tan grande el odio y el deseo de ajustar cuentas que tenía el señor Yolza, que su
mirada lo delataba, y a su vez impregnaba un sentimiento de preocupación en su esposa.
Ya que en un hogar todos deben estar en armonía y los pilares de la misma ser el ejemplo
para las generaciones inferiores. El miedo era inevitable, al saber que una situación de
este tipo pudiese hasta destruir su familia, y no tanto por el hecho ocurrido. Sino por las
acciones secundarias que desencadenaría la tragedia.
De esa manera, el relato del joven se inicia contando que su hermano mayor Saúl fue
descubierto en un baño del colegio besándose con su novia. Esta situación provocó una
citación en el establecimiento al padre del estudiante. Esto provocó que Hernández
insultara a su hijo y lo agrediera delante de otros compañeros y del director.
Esta situación desencadena una serie de sucesos llenos de ofensas, violencia y huidas,
que terminan en un desenlace fatal con el suicidio de Saúl y la posterior ruptura de su
familia. A pesar de aquello, su hermano menor se aferra a lo que el director Yolza llama
las leyes espirituales para intentar rescatar su hogar.
Tadeo menciona las 5 leyes que se deben cumplir siempre en el hogar para llegar a una
precisa comprensión, respeto y sabiduría para dirigir un hogar:
1. Ley de la ejemplaridad: Los hijos son como esponjas, es decir, absorben todo. Por lo
tanto, la misión del padre no es de levantar la cosecha, sino sembrar la semilla, para
luego recoger lo que ha sembrado.
2. Ley del amor incondicional: La única energía que fortalece verdaderamente al hogar
y a cada uno de sus miembros es el amor sin condiciones.
3. Ley de la disciplina: delimitan la única área confiable sobre la que puede edificarse la
torre del éxito familiar y personal. Estas normas deben ser claras y justas de manera que
los hijos no lo vean como obligado y así las puedan aceptar de buena manera y entienda
que son necesarias en el hogar.
5. Ley de la fuerza espiritual: En la familia debe llevarse bien una religión de amor. Sólo
manteniendo una estrecha y continua relación con Dios puede lograrse la paz interior.
El director en varias oportunidades habla con Gerardo sobre la pérdida del hijo de su
esposa y como ellos superaron esa adversidad con la fe y confianza en Dios, en ellos
mismos y en lo bello de la vida.
A pesar de las dificultades y todo el drama familiar, los Hernández lograron darse una
nueva oportunidad de convivir, reflexionar y perdonarse mutuamente para superar las
barreras del odio, el resentimiento, la falta de comunicación y la ira. Por eso, las
enseñanzas de Tadeo Yolza fueron determinantes en esta historia.
Lamentablemente, tuvo que ocurrir un gran desastre familiar para que pudieran darse
cuenta y recién ahí optar por cambios personales como familia, en particular, por el
padre.
Al leer esta novela, se puede hacer un análisis sobre la juventud actual y de cómo la
sociedad ha ido cambiando, como las familias se ven afectadas todo el tiempo por
factores externos (como la delincuencia, economía, desempleo, etc.) que quizá no
parezcan importantes pero sin duda están directamente relacionados, puesto que estas
problemáticas existen en muchos hogares y son causales de cambios en el núcleo
familiar directa o indirectamente.
Esto es muy cierto, ya que los hijos aprenden lo que ven de sus padres, básicamente son
un espejo de sus propias actitudes; si sus padres son violentos frente a ellos, los hijos
tendrán malas conductas, si golpean a su mujer, es probable que sean machistas y
violentos en sus relaciones, etc.
Otra frase que marca es: "La única energía que fortalece verdaderamente al hogar y a
cada uno de sus miembros es el amor sin condiciones". Esto hace referencia a que los
padres deben dar su apoyo incondicional a cada momento a los hijos; cuando triunfen,
cuando se equivoquen, cuando estén tristes, cuando estén alegres, en fin, en cada
oportunidad que les sea posible.
Conclusión
En esta obra, el autor busca establecer una conexión junto al rescate de valores y
emociones que buscan mejorar de forma urgente la fractura de un núcleo familiar. Para
ello, los hechos se ubican en una historia cruda y a la vez tan cotidiana que le puede
ocurrir a cualquier familia del mundo.
Para cualquier lector proveniente de una familia un tanto disfuncional, puede sentir y
comprender muchos aspectos acerca de la relación familiar existente en la novela,
llegando hasta el punto de sentir una conexión propia.
Si uno observa a su alrededor, hay muchos jóvenes con las características de Saúl, los
cuales no son comprendidos por sus padres y que en muchas ocasiones conlleva al
suicidio de muchos jóvenes a diario por la falta de cariño, atención o solo por no sentirse
suficientes ni menos cumplir las expectativas que sus padres desean.
En la obra, esta secuela de actitudes y emociones se mezclan con otros hechos cargados
de drama y reflexión, que a la larga son un espejo en el alma de muchas familias. El autor
crea las condiciones para mostrar a sus lectores momentos testimoniales que pueden
cambiar la vida de alguien que no la esté pasando bien.
En lo personal, cuando tuve la oportunidad de leer este libro, era aún muy pequeña, a
eso de los 13-14 años aproximadamente, no obstante, mientras más me adentraba en
la lectura, podía sentir como si fuese yo la protagonista, aunque no tuviera esos
problemas familiares, el autor sabía exactamente como llegar a cualquier lector.
Por último, adjunto una de las frases que más me gusto y es lo que Tadeo le dice a su
esposa después de haber perdido a su hijo a causa de un tercero. Puesto que muchas
veces sólo se lamenta a la víctima pero no a los espectadores, y todos tenemos el
derecho de sentir aunque nosotros no hayamos pasado por ello tan directamente. “Sé
que tú fuiste la protagonista central del drama, pero, ¿Te gustaría saber cómo se vio el
espectáculo desde mi butaca?” (C. Sánchez).