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La oración tiene diversos aspectos, pero una virtud única. De ella emana el
poder que reside dentro de ti. Cuando enfocas ese poder adecuadamente, con
disciplina y fe verdadera, los logros no se hacen esperar.
Estas palabras son una invitación a ese descubrimiento personal del poder. La
oración es patrimonio de la humanidad. Ninguna religión o creencia pueden
sinceramente reclamar la exclusividad y el dominio de la oración y su poder.
La oración es una vía para abrir las puertas de tu ser interno, una manera de
conocer, en la práctica, las potencialidades que te acompañan
permanentemente.
La oración es un arte que logras desarrollar con la práctica. Como todo arte
exige amor, entrega y una dosis de conocimiento de los principios por los
cuales se rige.
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La oración se dirige hacia el Ser Supremo tal como lo concibes. Y se dirige a
través de tu ser interior.
En la oración, das gracias y te contactas con la luz que reside en ti. Sé que
sabes hacerlo. Sin embargo, te sugiero algunas sencillas reglas para organizar
la oración de agradecimiento y petición.
Pero la oración que se traduce en palabras debe, además, procurar que esas
palabras, que suenan en tus oídos o la repites en tu mente, sean fruto de una
reflexión. La oración expresada debe procurar tener sentido.
Las palabras unidas solo porque suenan bien, no llevan a formar una oración
verdadera. Las palabras deben expresarse y organizarse adecuadamente.
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Cuando oras te diriges, te comunicas con el Ser Superior. No importa cómo lo
llames, tu intención es ser escuchado, ser entendido, ser atendido por Alguien
que todo lo puede.
Cuando ores hazlo para algo. Céntrate en un objetivo. Este puede ser de
cualquier tipo: la paz del mundo, la sanación, la prosperidad, el bienestar de tu
alma, la armonía entre las personas.
Piensa en lo que deseas orar. Piensa en la forma en que lo vas a pedir. Siente
con sinceridad y concéntrate en eso que pides.
Cuando logras fijarte el objetivo, puedes repetir con sentido las palabras que lo
formulan, una y otra vez.
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Cuando formules tu oración hazlo en positivo. Cada vez que expresas algo
que no deseas, estás recordando eso que no quieres.
Cuando solicites una gracia mediante la oración, deja que tu conciencia te guíe.
Ella te dictará positivamente lo justo y necesario.
Allí en ese punto de tu ser interior, unirás tus intenciones, tus deseos y tus
palabras en una oración verdadera.
Pero ten en cuenta, siempre, que en algunas ocasiones esos frutos se dan de
un modo distinto al que tu crees que es el mejor.
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En la oración diaria encontrarás un momento de quietud y de encuentro contigo
mismo. Te hallarás frente a tu fuerza interior. Afinarás la comunicación con el
Ser Supremo.
Cuando das gracias por un favor obtenido, cumples con una obligación moral
que nace de tu propio espíritu.
Cuando agradeces por el mismo acto de orar por lo que obtendrás como gracia
o por el apego a la Voluntad Superior, refuerzas en tu ser más íntimo la
convicción y la confianza en Aquel a quien tus palabras van dirigidas.
Pero es importante que formes un conjunto armónico con todos los aspectos
que vas interiorizando. Revisa y suma cada día lo que hayas hecho el día
anterior. Al noveno día tendrás una visión completa y una sensación de
plenitud única.
La novena es aplicable a múltiples fines, pero ten en cuenta que los mismos
siempre deben estar dentro de lo conveniente para tu evolución personal. Si no
es así, pide aprender lo que realmente te conviene.
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Esta novena universal que ahora se presenta ante tus ojos, oídos y
entendimiento, es un modelo, solo un modelo, para construir tu propia oración.
Acepto tu Voluntad.
Amén
Día 1
La petición
Sé que mis deseos son la expresión sincera de lo que creo son mis
necesidades. Más en este momento, reposado de toda preocupación, puedo
contemplarlos y ver si se ajustan a lo que es conveniente, a lo que es justo, a lo
que está en armonía con el orden universal.
Tal vez en mi reflexión solo pueda conocer lo que me es necesario. Pero quiero
extender mi petición y englobar en ella a todo a quien lo necesite.
Quiero reconocer que deseo vivamente hacer esta petición a Quien todo lo
puede.
Lo hago con toda la humildad de la que soy capaz. Lo hago sin condiciones y
con todo el amor que mi ser puede profesar.
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Señor, hoy deseo dejar en tus manos una petición especial. Sé que todo lo
conoces y entiendes mis sentimientos y mi necesidades. Más quiero expresarte
lo que en este momento creo necesitar (se expresa la Petición).
Amén
Día 2
La perseverancia
Sé que esa es mi verdadera necesidad. En ella logro todo lo que está en orden.
En ella logro las maravillas que el Señor promete a sus hijos.
Permíteme, Señor, observar en mis palabras y deseos repetidos ante ti, una
sincera intención y una confianza plena en tu poder.
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Señor, concédeme la gracia de perseverar en la fe, que mantenga la fuerza
viva que infundes en mí, a fin de obtener mediante su ejercicio un encuentro
con el sentido de esta existencia y a través de ella el bienestar espiritual.
Amén.
Día 3
La aceptación
Me doy cuenta que solo asimilando lo que ahora tengo podré ir hacia un mejor
destino.
Permíteme aprender de esta experiencia en la que transito día a día. Que ella
me indique la vía más propicia para avanzar en el camino hacia la verdadera
felicidad que es encontrarte.
Señor, ayúdame a aceptar las pruebas de la vida como un reto para robustecer
mi fe.
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Permíteme que con humildad pueda cambiar lo que esté a mi alcance para
lograr avanzar en el camino. Y también a aceptar gozoso lo que proviene de tu
gracia.
Día 4
La confianza
Confío en que lo que pido me será concedido si está en orden con los
designios superiores.
Confío en que mis deseos provienen de mis sinceros deseos por manifestar el
bien en este plano donde vivo.
Sé que soy escuchado, tanto como escucho mis palabras en el silencio de este
momento.
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Señor, Tú que inspiras la confianza en todo ser y que atiendes las súplicas de
tus hijos, dame la fuerza para entregar en tus manos misericordiosas la petición
que te hago.
Amén
Día 5
La providencia
Abro mi corazón con amor para recibir los bienes que la Providencia me
depara. La vida, la salud, la armonía, el bienestar emocional, la riqueza en
todos los sentidos.
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Obro con rectitud y aguardo porque sé que ella me dará todo lo que necesito
para mi plena felicidad.
Permíteme cada día ser más consciente de ese bien y sus infinitas
posibilidades.
Amén
Día 6
El milagro diario
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Mientras más positivamente me encuentre dispuesto a ver y sentir los
acontecimientos, logro participar en la construcción de los pequeños milagros
en mi vida.
Cuando recobro la esperanza ante la vida porque ella toma rumbos nuevos de
positiva realización, siento la alegría de colaborar con el Ser Superior en la
manifestación de las maravillas.
Señor, hoy que descubro esa fuerza, esa capacidad de colaborar con tu obra,
deseo expresarte amorosamente mi sincera intención (se expresa la intención).
Que la misma se logre en consonancia con tus designios y para gloria de tu
poder milagroso. Amén.
Día 7
Cambios positivos en mí
Hoy experimento que todas mis acciones son una oración. Una petición y un
agradecimiento centrado en el amor.
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Más allá de los deseos circunstanciales y de las necesidades inmediatas que
me impulsan a pedir, encuentro que mi vida tiene sentido en el dar. Cada vez
que doy con desprendimiento recibo infinitamente más de lo que doy.
Cada vez que expreso el amor por mí mismo y por mis semejantes, el amor por
la naturaleza y el universo entero, aprendo más a mar al Ser que se oculta
detrás de todo lo que existe. Y que está a la vista de quien quiere encontrarlo
con sencillez.
Permíteme, la armonía interior para medir mis pasos y para enmendar mis
desaciertos. Para evaluar la construcción de mi ser y compararla con mis
deseos.
Señor, haz que este sea un día de descubrimiento interior. Un día donde
puedaevaluar positivamente que lo que te pido está en concordancia con tu
voluntas. Que sea capaz de encontrar en la intención que te solicito (se hace la
petición), mucho más de o que en principio te rogué.
Concédeme, Señor,
la claridad para ver
en la llama del amor
todas mis acciones.
Y la valentía para quemar
en ella todo lo que me
impida verte y realizarme
según el proyecto de tu
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Voluntad Suprema.
Amén.
Día 8
Los logros del espíritu
Y veo cada vez más, en este y todos los días, la realidad única del espíritu
como dador de todos los dones.
Cada vez que me acerco a las fuerzas y el poder de lo espiritual, voy logrando
lo más valioso, mi realización interior. Ante ella cualquier favor palidece, pues
ella es el máximo favor que puedo alcanzar de la Divinidad.
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Señor, te suplico me concedas la gracia de mirar, más allá de las cosas
materiales, el bien espiritual, la realidad oculta tras las formas. Que en los
embates de una vida signada por el tiempo pueda encontrar la verdad de la
existencia perdurable en Ti.
Señor, que así como te pido la gracia especial (se hace la petición), pueda
obtener el descubrimiento más grande de mi vida, reconociendo la realidad
única y sin par, de donde brota toda posibilidad de realización.
Señor, hazme humilde
ante el encuentro contigo.
Porque sé que de otra manera
tan solo me alejaría de la realidad.
Permíteme crecer espiritualmente,
Para que todo cuanto te pida llegue
a ser solo vivir
simplemente en amor,
según tu voluntad.
Amén.
Día 9
La manifestación de la gracia en mi vida
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Un gran misterio se abre ante esta paradoja. Estoy dispuesto a aceptar lo que
el Supremo Ser me tiene preparado. Sea cual fuera el resultado, sé que es el
mejor. Que es para mi bien y para toda la humanidad que en este momento
represento.
Señor, bien sé que te he solicitado la gracia de una petición particular (se hace
la petición). Concédeme ahora la visión, el sentido, la sensatez suficiente para
apreciar su valor en mi vida.
Cada vez que a tu mente acuda el deseo de orar, de continuar pidiendo el favor
que tanto anhelas, recuerda das inmensas gracias al que concede todos los
bienes.
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Que tus palabras sean sentimiento pleno y sincera acción de gracias. Y que el
Señor te colme de sus abundancias por siempre.
Te doy gracias por los dones especiales que obtengo de tu misericordia a cada
momento de mi vida.
Permíteme, Señor,
darte gracias con mis obras,
con mis pensamientos
y con todo mi ser
en cada instante
del tiempo de mi existencia.
Permíteme darte gracias
con el ejercicio pleno del amor
que eres Tú
Amén.
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