La Pobreza en el Perú y su impacto en la educación

Según el INEI, en el año 2021, el 20.1% de la población peruana se

encontraba en pobreza y el 3.8% en pobreza extrema. Estas estadísticas no
son muy satisfactorias a pesar de que nuestro país ha experimentado un
notable crecimiento económico en las últimas décadas. Si bien se ha
avanzado mucho en la reducción de la pobreza en las últimas décadas,
existen diferencias significativas entre los grupos socioeconómicos en el
acceso a una educación de calidad.
Una de las principales consecuencias de la pobreza en la educación es la falta
de acceso a los recursos básicos. Muchas familias pobres no tienen los
medios para proporcionar a sus hijos una alimentación adecuada, atención
médica y una vivienda digna. Estas condiciones llegan a afectar
negativamente el rendimiento académico, la capacidad de aprender y la
asistencia a la escuela de un niño.
Además, la pobreza a menudo los obliga a abandonar la escuela antes de
tiempo para mantener a sus familias. Tener que trabajar para satisfacer las
necesidades básicas puede interrumpir el aprendizaje y limitar futuras
oportunidades de empleo y crecimiento.
En el Perú, el 60% de jóvenes que abandonan sus estudios se dedican a
trabajar y el 21% que completó el nivel secundario no tiene metas
educativas, revela un estudio realizado por Trendsity, empresa internacional
especializada en el estudio de tendencias sociales, por encargo de
McDonald’s.
Para este problema debemos tener en cuenta que lograr un cambio
significativo y duradero requiere una planificación compleja y a largo plazo,
así como la cooperación de muchas partes diferentes, incluido el gobierno,
los docentes, los padres y la sociedad en general.