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LA EDUCACIÓN EN TIEMPO DE

CORONAVIRUS EN GUATEMALA
La pandemia de COVID-19 en Guatemala, como en otros países, ha agravado los
problemas sociales, la educación es uno de ellos. El presidente Alejandro
Giammattei declaró el 14 de marzo el cierre de los establecimientos educativos tanto
públicos como privados.

El 31 de marzo el Mineduc inició un programa televisivo para que se pudiera dar


continuidad a clases de preprimaria, primaria y secundaria, pero no todos los estudiantes
tienen acceso a telecomunicaciones y tecnología. 

Varios docentes están impartiendo sus clases mediante las diferentes plataformas, pero
muchos otros están perdiendo su rol como profesores sólo mandado las tareas sin
explicar mayor contenido, haciendo que muchos de los estudiantes nos sintamos
preocupados y estresados ya que al final entregamos las tareas pero no estamos
aprendiendo al 100%. Algunos de los problemas son:

 Insuficiente dominio de las habilidades informáticas en los estudiantes.


 La motivación del alumno puede ser complicada. Si en la enseñanza presencial
ya es complicado poder estimular actitudes emotivas positivas que mejoren el
rendimiento académico, en la enseñanza a distancia el problema adquiere dimensiones
mayores.
 Se reducen el tipo de relaciones sociales que se establecen en las aulas
tradicionales.
 La disponibilidad de las computadoras en tiempo y espacio. Según el censo de la
población realizado en 2018 en Guatemala, el 68% no tiene acceso a internet y el 78%
no cuentan con una computadora. Solo el 16% de los estudiantes del sector público
tiene acceso a internet, lo que limita su acceso a la formación en línea durante la crisis. 

Dentro de los programas que el gobierno implementó sobresalen como temas


positivos: el aumento de la inversión en la alimentación escolar, que se ejecuta de
forma descentralizada, transfiriendo recursos a las organizaciones de padres de
familia, OPF.  Estas  reciben 4 quetzales diarios por cada estudiante de la
preprimaria y primaria, contándose con menús regionalizados que buscan
cumplir con una adecuada nutrición, ya que muchos de los niños y niñas era el
único alimento que recibían al día, y sin una buena alimentación hay un déficit de
atención.
La educación en línea tanto a docentes como a estudiantes  nos ha sido complicada,
hemos tenido que liderar con problemas de conexión, y se requiere de una buena
tecnología y a lo que llamo buena tecnología es tener un ordenador y wifi, pero, aunque
ambas cosas son cada vez más habituales no todo el mundo tiene la posibilidad de tener
un ordenador y wifi. 
Sé que esto no me sucede únicamente a mí, le está pasando a la mayoría de los
estudiantes, tengo demasiadas dudas sin resolver, las clases virtuales tienen un tiempo
muy corto de duración, todo es explicado muy rápido y, muchas otras tareas son
enviadas sin darnos mayor explicación, haciendo que nos frustremos todo el tiempo
porque no estamos aprendiendo. 
 
Poco se está hablando sobre el impacto que tiene la crisis del
COVID-19 sobre el sector educativo y sobre las metas educativas de
las naciones. Según la UNESCO, el 90% de los países del mundo han
cerrado sus escuelas, en un esfuerzo por detener el avance de esta
enfermedad, que sí bien parece ser benigna con el segmento
poblacional que asiste a los establecimientos educativos, es todavía
una enfermedad nueva que presenta retos importantes para el futuro
cercano.
Este cierre afecta a más de 1,500 millones de niños y jóvenes de todo
el mundo, retrasando su educación y poniendo en un riesgo muy
grande el futuro de la educación de niños y jóvenes en regiones de
gran precariedad económica.
Las niñas son las principales víctimas
La Fundación Malala, presenta algunos datos preocupantes que
recabaron durante la crisis del Ébola en Sierra Leona, Guinea y
Liberia que provocó el cierre de escuelas por 6 u 8 meses. El efecto
más visible de esta crisis fue el incremento de 19% en niñas entre 12
y 17 años que comenzaron a trabajar; la mayoría de estas niñas
nunca regresaron a la escuela al terminar la crisis, pues la idea de
que continúen sus estudios pierde prioridad frente a la ayuda
económica que su trabajo representa para las familias.
En países pobres, en los que existen grandes rezagos educativos para
la niñez y las niñas en particular, una crisis como la del Ébola o la
del Coronavirus puede provocar las que niñas pierdan el 50% de sus
años totales de educación.
En Guatemala, 141,337 menores de edad que están fuera del sistema
educativo, de esos, 91,869 (65%) son niñas, según el censo 2017-
2018 del Ministerio de Educación.
Un riesgo muy grande en la caída de la escolaridad
El 79.5% de los niños en edad escolar no asisten a la escuela por
razones socioeconómicas, ya sea porque los padres no tienen dinero
para enviarlos, viven en lugares muy alejados o trabajan; y la tasa
neta de cobertura para el nivel primario, viene cayendo desde 2009
cuando alcanzó su punto más alto de 98.7%  a 77.9% en 2018.
Con esos datos es lógico asumir que si la situación económica de las
familias empeora, como consecuencia de la crisis económica
provocada por el virus, muchos niños en edad escolar podrían
quedar fuera del sistema educativo por un tiempo y lo que es peor,
algunos podrían quedar fuera permanentemente ante la necesidad
que tengan las familias de contar con más manos para ganar el
sustento diario.
En ese sentido, las proyecciones del BID sobre desempleo del sector
formal para Guatemala presentan un cuadro poco alentador; según
sus análisis, si la crisis sigue (todo apunta que así será), el desempleo
podría caer 7.5% en el corto plazo, esos son 97,500 empleos
formales. En el largo plazo el desempleo podría caer 13.6%, que
representa 176,800 empleos formales; y si se llega a un proceso de
recesión prolongada, la caída podría ser de 21.1%, que son 274,300
empleos formales. Este análisis deja de fuera el empleo informal, por
no tener datos, pero podemos suponer que también se vería
seriamente afectado por la crisis económica.
Estos datos impactarían severamente en la posibilidad que puedan
tener las familias de poner a sus hijos a estudiar, tanto en el sector
público como el privado. De hecho, muchos establecimientos
educativos privados comienzan a reportar extraoficialmente una
baja importante en los pagos mensuales por colegiatura.
¿Educación online como solución para Guatemala?
 Para el sector público la educación online es un tema materialmente
imposible de implementar. La situación socioeconómica de docentes
y alumnos, le impide a una gran mayoría tener acceso a equipo de
cómputo e internet para poder hacer educación online; el Censo
Nacional de Población y Vivienda 2018 reveló que en Guatemala el
78% de la población no usa computadora y que el 69% no usa
internet.
La educación por televisión o radio fue la opción implementada por
el gobierno de Guatemala, pues el 71% de los hogares guatemaltecos
cuentan con al menos una televisión y el 65% cuenta con al menos
un receptor de radio. Sin embargo, esta metodología no permite una
diferenciación de niveles educativos y en hogares en donde muchos
miembros de la familia deben compartir un televisor, es difícil que
este se destine para la educación.
 Ni siquiera en la educación privada se está teniendo el éxito
esperado con la educación online. Las instituciones educativas
privadas ya reportan las quejas de muchos padres que están
inconformes por las metodologías, pues consideran que no llena sus
expectativas. Esto está provocando que muchas familias suspendan
el pago del colegio de sus hijos, mientras otros que han perdido su
empleo también tengan problemas para realizar los pagos.
Problemas en la educación superior
En Guatemala la educación superior es privilegio de pocos. Según la
UNESCO solo 2.6% de la población entre 18 y 26 años ha iniciado
estudios universitarios. Se pensaría que en ese grupo tan pequeño de
población, el acceso a internet y computadoras es casi generalizado.
Sin embargo, estudiantes de la Universidad de San Carlos
denunciaban que muchos alumnos deben asistir a cafés internet o
laboratorios de computación para poder acceder a la red. También
denunciaban que existen catedráticos universitarios que no cuentan
con acceso a estas herramientas vitales para la educación de este
siglo.
En ese contexto la aplicación de metodologías online en la única
universidad pública del país, dejaría por fuera a algunos alumnos y
profesores que no tienen acceso a las herramientas que la
metodología necesita.
Por otro lado, la pérdida de empleos ya está afectando a las 16
universidades del país, quienes ya reportan, de manera no oficial, un
aumento en el número de deserciones y de moras en la población
estudiantil.
La crisis del Coronavirus presenta retos importantes para Guatemala
en todos los frentes posibles; pero casi ninguno tendrá un impacto
tan duradero para el futuro del país como el cierre de
establecimientos educativos y la pérdida de capacidad de las familias
para enviar a sus hijos a estudiar.
COVID-19 y Educación
¿Cómo prepararse para la reapertura de escuelas?

FECHA DE PUBLICACIÓN: 15-05-20

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Por: Roberto Moreno Godoy
Nuestras concepciones sobre la escuela han variado dramáticamente debido al
confinamiento provocado por el coronavirus. La presión por contener la
pandemia hizo que los centros educativos y universidades cerraran sus
puertas, trasladando el epicentro del proceso de enseñanza-aprendizaje fuera
de las instalaciones educativas. Esto propició distintas formas de educación
virtual y a distancia, las cuales tienen como principal escenario las casas de los
estudiantes y de los profesores. Cientos de miles de personas han debido
acoplarse a nuevas formas de reunirse, de hacer las cosas y de evaluar lo
aprendido, que ha exigido gran flexibilidad y capacidad de adaptación. Se
identifican varias lagunas que todavía no se sabe cómo llenar.

Ayer el Banco Interamericano de Desarrollo realizó una videoconferencia con la


participación de especialistas de Alemania, Dinamarca y Uruguay para discutir
los esquemas que los países están adoptando al prepararse para la reapertura
de los centros educativos. Según señalaron los expertos, aún prevalece mucha
incertidumbre en el ambiente y un eventual regreso a clases presenciales
genera muchas inquietudes: ¿Cómo lograr que los alumnos y docentes vuelvan
y se mantengan en clase de manera saludable? ¿Cómo se preparan las
escuelas para la reapertura en términos de infraestructura,
enseñanza/aprendizaje, transporte? ¿Cuáles son las normas/protocolos que se
definen para reabrir las escuelas para asegurar que se apliquen los criterios
sanitarios claves? ¿Cómo comunicarse con los maestros, los padres, los
estudiantes y el público en general?

El webinar permitió compartir las experiencias de tres países que ya han dado
los primeros pasos para reabrir escuelas. Fue interesante apreciar que todos,
indistintamente del nivel de desarrollo de sus sociedades, enfrentan retos y
limitaciones similares. La imperante necesidad de cumplir con el
distanciamiento social ha hecho que se haya optado por una reapertura
escalonada, en donde sólo algunos centros, estudiantes y profesores tienen
actividades presenciales (por ciertas horas y algunos días de la semana),
mientras que los demás estudiantes se mantienen en casa, continuando con
actividades virtuales o a distancia. Esto está teniendo repercusiones directas
en la planificación de honorarios, en el tamaño de las clases, en el currículo, en
estrategias de acceso a conectividad y a plataformas digitales y en la
evaluación de los aprendizajes.  Además, la logística para abrir muestra varias
aristas, que no sólo contempla lo anterior, sino tiene implicaciones para el
transporte y el programa de alimentación escolar,  la higiene y limpieza
constante de las instalaciones y en la comunicación con los miembros de la
comunidad educativa. Sin duda, el regreso a la normalidad presenta grandes
retos y requerirá muchos ajustes sobre la marcha.
Educación desde casa, ventajas y desventajas
Estamos en medio de una situación sanitaria que ha impactado en todos los
aspectos. El cierre de las escuelas en todo el mundo ha afectado a millones de
niños y jóvenes en 185 países, perjudicando al 89.4% de la población estudiantil
del planeta, según información proporcionada por la UNESCO el 31 de Marzo
2020.

Sabemos que la epidemia del coronavirus empezó en China, donde se originó el


brote, pero la velocidad ha sido tan rápida que en las primeras semanas de marzo
de 2020, tanto escuelas como universidades cerraron sus puertas, siendo un
suceso inusual e histórico.

Jacob Kierkegaard del Instituto Peterson para la Economía Internacional de


Washington, mencionó: “No tengo datos que ofrecer, pero no se me ocurre ningún
ejemplo de algún otro momento en la época moderna en que las economías
avanzadas hayan cerrado escuelas a nivel nacional durante períodos muy
prologados”

Miles de escuelas han recurrido al uso de tecnología para hacer frente a esta crisis
y han implementado diversas opciones digitales para poder continuar desde casa
con los procesos de enseñanza, llegando de esta manera a unificar las funciones
de la escuela en un mismo lugar: “la casa”.

La familia ha sido afectada en muchos rubros, el impacto social de las madres


trabajadoras, las desventajas en el acceso tecnológico en los hogares, por
mencionar algunos, tema extenso a tratar en otro momento.

El hecho hoy, es que la mayoría de las personas continúan con sus estudios desde
casa, por lo que citaré algunas de  las ventajas y desventajas de esta realidad.
Ventajas de estudiar en casa

 La responsabilidad del alumno es incrementada, ya que no depende del


timbre escolar o de la llamada del profesor para asistir a sus clases.
 El acceso al material escolar y la mejora en el espacio, suele ser mejor en
el hogar. En casa, además de ocupar una mesa, puede tener un espacio
más amplio que el asignado en el aula. De igual forma, en casa puede tener
acceso a cartulinas, reglas, hojas para anotar tareas, que suele olvidar para
su clase cuando acude a la escuela. Usar espacios anexos, incluso el mismo
piso, también es algo que favorece la enseñanza.
 El avance de objetivos que se da a nivel individual, evitando la presión de
competir con el resto de su clase.
 El acoso escolar llega a reducirse, debido a que no está sujeto a las críticas
de sus compañeros sobre la forma de vestir, de hablar y demás.
 La reducción de alianzas o grupos de exclusión entre estudiantes.
 El apoyo entre hermanos en algunos aspectos, por ejemplo, los más
grandes pueden ayudar a los más pequeños.
 La disminución del desorden grupal, con los debidos controles.
 Los padres de familia pueden involucrarse más en las actividades escolares
de los estudiantes que requieran apoyo. Por ejemplo, la madre que no se
daba cuenta de que su hijo tiene dificultades para tomar el lápiz y por
consecuencia escribe más despacio, puede ayudarle en buscar alternativas
de solución.
 Los padres pueden ver el nivel de dominio de contenido y manejo de grupo
por parte del profesor, así como supervisar la información que reciben por
parte de los maestros en ciertas áreas y platicar con sus hijos adecuándola a
sus valores familiares.
 Los padres y/o madres pueden observar:
 Estilo de aprendizaje (estudiante).
 Nivel de atención (estudiante).
 Nivel de compromiso, entre otros aspectos.
Todo esto con un objetivo de mejora, ya que puede ayudar a su hijo, o en su
caso buscar ayuda especializada.
Desventajas de la educación desde casa

 El aumento en el índice de ausentismo, en caso de que el alumno se quede


solo en casa sin supervisión de adultos.
 La elección de un lugar inadecuado por parte del alumno para seguir las
clases virtuales ya que, puede tomar la clase desde sitios como la habitación
e incluso desde la cama.
 La distracción por parte del alumno derivada del movimiento en casa, el
ruido y demás, puede afectar a su nivel de atención.
 Los limitantes en el uso de técnicas lúdicas para el aprendizaje.
 Los limitantes en el desarrollo y corrección del ejercicio físico en materias
que lo requieren necesariamente como danza, educación física, etc.
 Aislamiento social.
 La supervisión simultanea por parte de los padres, en caso de varios hijos
trabajando.
 La falta de supervisión directa por parte del profesor para detectar a los
alumnos distraídos.
 La premura en la selección de plataformas digitales (en caso de que no
contaran previamente con este recurso) y por consecuencia, la falta de
dominio en el acceso y la navegación.
Aunque estas únicamente son algunas de las ventajas y desventajas que se
pueden encontrar en realizar las clases desde casa, cabe mencionar que todo
depende mucho de las condiciones económicas, geográficas, sociales o culturales
de las familias.

Por ahora, sabemos que después de esto, ampliaremos nuestra visión,


dependiendo del rol vivido, padre/madre de familia, profesorado o alumno.

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