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Universidad Nacional de ingeniería

Facultad de ciencias y sistemas


Departamento de ciencias sociales

Docente: Lic. Zabrina Gutiérrez molina.

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Tema: Cultura politica nicaragüense.
✓ Definición de cultura politica y comportamiento político.
✓ Influencia de la cultura politica en el comportamiento.

• Definición de cultura politica.


La cultura politica abarca la dimensión subjetiva de la politica y cada sociedad
está marcada por una cultura politica dominante.

Algunos autores definen la cultura politica como “la construcción social


particular en cada sociedad de lo que cuenta como político”. De esta forma,
señalan, la cultura politica es el dominio de prácticas e instituciones,
grabadas en la totalidad de la realidad, que históricamente llega a ser
considerado como propiamente político.

Giacomo Sani señala que se ha ido difundiendo el uso de la expresión


“cultura politica” para designar el conjunto de actitudes, normas y creencias
compartidas en una determinada sociedad y que tienen como objeto
fenómenos políticos. Así, forman parte de la cultura politica los conocimientos
relativos a la politica, las orientaciones (cinismo, rigidez, dogmatismo o bien,
confianza, adhesión, tolerancia) y las normas (derechos y deberes de
participación, la obligación de aceptar las decisiones de la mayoría, la
exclusión o no del recurso a formas violentas de acción.

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Comportamiento político y electoral

El comportamiento político es la rama de la ciencia política orientada a estudiar,


explicar, analizar y medir las conductas que relacionan a los individuos con la
política en sus diferentes manifestaciones. Aunque dichas conductas abarcan todo
aquello relacionado con la política y el poder, como el interés por la política, la
manifestación más clara del comportamiento político es el comportamiento
electoral.
Se entiende por comportamiento electoral todas aquellas conductas que relacionan
a los ciudadanos con el poder político, a través del proceso electoral, y que culminan
en el momento de emitir el voto o de decidir abstenerse en unas elecciones. El
comportamiento electoral se realiza en el marco de un proceso altamente
institucional y regulado, y se caracteriza por ser un comportamiento con posibilidad
de cambio entre elección y elección.
Los ciudadanos/electores tienen cuatro opciones de comportamiento: votar a una
candidatura, votar en blanco, votar nulo, o abstenerse. El voto es el derecho político
por excelencia y como derecho jurídico puede tener un carácter activo, lo que se
refiere al derecho de los ciudadanos a votar en unas elecciones; o un carácter
pasivo, referido al derecho a ser votado (seleccionado) en unos comicios. Si bien el
comportamiento electoral puede sintetizarse en el voto, la Participación electoral es
una forma más de Participación política, entre las que podemos encontrar otras
formas, como colaborar en una Campaña electoral, participar en manifestaciones o
actos de protesta, participar activamente en una asociación de carácter político,
entre otras.
Desde los comienzos de la extensión del sufragio, durante el siglo XIX, el estudio
del comportamiento electoral ha sido una preocupación para los partidos políticos,
los medios de comunicación y la academia. El estudio del comportamiento electoral
centra su interés en indagar las causas y condicionantes del voto. Desde el punto
de vista metodológico lo óptimo sería realizar el análisis electoral a partir de la
asociación entre individuo y el voto, pero el carácter secreto del mismo impide que
este análisis pueda realizarse con éxito. Así, el principal problema de los primeros
estudios electorales, que fueron análisis agregados a partir de los resultados
electorales, fue lo que Robinson denominó en 1950 «falacia ecológica», para
referirse a la imposibilidad de asumir que lo que sucede a nivel agregado sucede
también a nivel individual.
Con el objeto de poder relacionar las conductas electorales de los individuos con
los factores o conductas que determinan dichas preferencias, surgieron las primeras
investigaciones de carácter cuantitativo, impulsadas por los avances en el campo
de la estadística y la inferencia, con metodología de encuesta. El estudio seminal
en este sentido se realizó en el Estado de Erie (Ohio), durante la campaña de 1940,
que enfrentaba al republicano Wendell L. Willkie y al demócrata, Franklin D.

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Rossevelt, dando lugar al libro más conocido de Lazarsfeld: «The people’s choice
How the vote makes up his mind in a presidential campaign» (Lazarsfeld, Berelson
y Gaudet, 1944)[1], donde se aborda el estudio de los efectos de la propaganda en
la intención de voto.
• http://www.alice-
comunicacionpolitica.com/wikialice/index.php/Comportamiento_pol%C3%ADtico_y_elect
oral

Influencia de la cultura politica en el


comportamiento.

• Cultura politica nicaragüense.

El problema de la cultura politica en nicaragua es que el nicaragüense no tiene o


tiene poca cultura politica. Es por eso que el nicaragüense ha carecido de
democracia y fácilmente es sometido por un caudillo o una dictadura.

Emilio Álvarez Montalván es uno de los mejores investigadores de la historia de la


cultura de nicaragua, pero es el mayor investigador de su cultura politica, en la que
pocos se atreven a incursionar, pues tal incursión es un vuelo de águilas,
principalmente remontada por el humanismo de Pablo Antonio Cuadra, las
reflexiones de José Coronel Urtecho y la filosofia de Alejandro Serrano Caldera.

Para Alvarez Montalvan la cultura democrática no es un concepto abstracto, sino


que se apoya en lo que se llama “cultura civica”, que según autores clásicos
proporcionan valores que integran una sociedad en democracia, estos son:”manejo
del tiempo, visión del trabajo, la frugalidad, la educación, el merito, la comunidad, el
código de etica, la justicia,la autoridad y el secularismo”, el desempeño o no de
estos valores forman o deforman el espíritu y la identidad de la persona y la
sociedad.

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Los estudios pioneros en este ámbito(cultura politica nicaragüense) fueron
elaborados por los politólogos norteamericanos Gabriel Almond y Sydney
Verba quienes sostienen que la cultura política nacional ejerce una influencia
sobre las conductas de los ciudadanos. Los autores definen la cultura política a
orientaciones específicas que hacen relación al sistema político y sus varias partes,
orientaciones o internalización de aspectos y sus relaciones en forma de
cogniciones, sentimientos y evoluciones de la población, pero también a las
actitudes y el rol de uno mismo en el sistema político. Las relaciones entre cultura
política y sistema social son de interdependencia como aclaran Almond y Verba:
“Está claro que la cultura política se trata como variable independiente y también
dependiente; como algo que causa la estructura y que es causado por ella.”
En Nicaragua podemos distinguir tres tipos de estudios que se han realizado sobre
la cultura política nicaragüense: uno de carácter historiográfico, otro de ensayos
interpretativos y un sector de investigaciones empíricas.
En el primer grupo, ubicamos las investigaciones históricas de alto rigor
metodológico que enfocan elementos constitutivos de la cultura política nacional,
destacándose los trabajos de Bradford Burns, Frances Kinloch y Karlos Navarro.
Los historiadores muestran que el proceso de formación de la cultura política
nicaragüense se remonta al pasado colonial con un perfil claramente autoritaria.

Kinloch argumenta que la conformación de una identidad nacional ha sido


fuertemente limitada debido a la forma de organización del poder político durante la
colonia que generaron intensos localismos. Luego de la independencia de España,
encontramos una elite criolla embebida del pensamiento ilustrado que propugnaba
el patriotismo, la integración social, la igualdad y una identidad regional. Sin
embargo, “El evolucionismo progresista, que inspiraba las grandiosas visiones de
prosperidad de los intelectuales y políticos ilustrados, era completamente ajeno a la
mentalidad popular. Por el contrario, las esperanzas del campesinado en el
advenimiento de un orden social más justo encontraron su principal marco de
referencia en la religión e idealización del pasado.”

El carácter patriarcal de la sociedad y la cultura política legado de la época colonial,


ha sido analizado por B. Burns quien destaca su rol clave en mantener el orden
social durante el conflictivo periodo posterior a la independencia de España. “la
familia patriarcal lleno, en alguna medida, el vacío político y se constituyó en un
factor vital para la conservación de la sociedad.”

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Los rasgos distintivos de este sistema patriarcal serian la supremacía del padre en
la estructura jerárquica de la familia y del espacio político, subordinando a mujeres,
hijos, familiares y trabajadores que debían fidelidad personal y política al caudillo-
patriarca.
Por su parte, el historiador Karlos Navarro ha estudiado el proceso de construcción
de la cultura política de las elites de poder influenciado por las ideologías liberales
y conservadoras, diferenciadas en sus fundamentos filosóficos y en sus enfoques
sobre el ejercicio del poder. Sin embargo, el autor releva un proceso de confluencia
ideología en la segunda mitad del siglo XIX gestándose un pensamiento llamado
“conservadorismo liberal,” que enfatizaba un gobierno centralizado y un orden social
tradicional, al mismo tiempo que retomaba el paradigma del progreso y la
modernidad identificado con los países de Europa occidental y Estados Unidos.
Igualmente centrados en el estudio de las elites políticas, encontramos un segundo
tipo de estudios o ensayos recientes sobre la cultura política nicaragüense que
tratan de identificar sus rasgos distintivos conformados históricamente y que se
reproducen hasta la actualidad condicionando las prácticas políticas y las
concepciones predominantes. Un precursor de esta perspectiva de abordaje de la
cultura política que enfatiza la determinación del pasado ha sido el reconocido poeta
Pablo Antonio Cuadra, quien planteo que los “rasgos” definitorios del ser
nicaragüense se explican en la historia de nuestro mestizaje, así el origen de la
violencia y la crueldad en la política nicaragüense provendrían del militarismo
náhuatl sumado al autoritarismo hispánico.

El politólogo E. Álvarez Montalván considera que la cultura es un conjunto


estructurado de principios, ideales, leyendas, experiencias, folclore, mitos y utopías,
que condicionan el desenvolvimiento económico de una nación y la calidad de su
régimen político. Basado en una definición de cultura política como “posición o
actitud que determinado grupo social adopta y expresa sobre asuntos relacionados
con la política”, el autor considera que Nicaragua atraviesa una transición de una
sociedad tradicional oligárquica hacia una sociedad democrática, observándose un
panorama heterogéneo de valores y concepciones, predominando en las elites una
cultura política caracterizada históricamente por los siguientes rasgos:
1.El autoritarismo expresado a través de caudillos o caciques.
2. La intolerancia política y la violencia que se alternan con los pactos entre
líderes.
3. El nepotismo, amiguismo y el compadrazgo.

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4. El patrimonialismo y corrupción en el manejo de bienes públicos.

5. El cortoplacismo y la improvisación política.

En una perspectiva similar, el economista y sociólogo O. René Vargas enfatiza la


influencia del legado colonial sintetizado en un mito político “El síndrome de
Pedrarias,” que ha sido reproducido sistemáticamente por las elites dominantes
hasta el presente. El autor coincide con Montalván en los rasgos de la cultura
política nicaragüense, destacando el presidencialismo e incorporando otros
elementos como el desprecio a la ley; la manipulación y la mentira como
instrumentos políticos, la injerencia eclesiástica en la política, la mezcla de interés
partidarios e interés de estado, y en definitiva, Nicaragua sería una sociedad
dominada por el pasado y sin visión de futuro.

Otro grupo de estudios realizados en las últimas décadas sobre la cultura política
corresponde a investigadores que han realizado estudios empíricos,
predominantemente cuantitativos basados en un marco teórico-conceptual sobre la
cultura política, la participación ciudadana y la democracia.
En los años 80s se destacan los estudios de Francois Houtart y Genevieve
Lemercinier sobre las transformaciones culturales en Nicaragua, basados en
conceptualización de la cultura como “el conjunto de representaciones producidas
por el pensamiento en condiciones sociales precisas, que introduce, a la vez, la
realidad natural o social en el campo de la conciencia, y permite, simultáneamente,
la reproducción de las prácticas necesarias para la dominación de la naturaleza y
para la construcción de las relaciones sociales.” Estos estudios sostienen que en la
sociedad nicaragüense se encuentra en un proceso de transición entre una
categoría de “pensamiento mítico” típico de sociedades tradicionales que explican
la realidad en función de fenómenos sobrenaturales, y una categoría de
“pensamiento analítico,” característico de las sociedades modernas que enfoca la
realidad en términos interrelaciones causales de sus componentes. Entre los
factores dinamizadores de esa transición cultural, los autores destacan la
gasificación de la educación, el impacto nacional de la guerra que acelera la
migración hacia las ciudades, el elevado crecimiento demográfico y la movilidad
social ascendente de clases populares beneficiadas por el proceso revolucionario
sandinista.
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Nicaragua/dcs-uca/20120807033306/01contexto.pdf

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Características de la cultura politica nicaragüense.

✓ Elementos básicos de la cultura politica en nicaragua.


• Heterónoma
• Desconfianza
• Exclusión
• Sentido mágico de la vida.

✓ Características de la cultura politica nicaragüense.

Cuatro rasgos históricos


Para hacer una reforma de la administración pública nicaragüense hay que tener
en cuenta cuatro rasgos de la realidad concreta que tienen antecedentes
históricos:

*Falta una cultura política democrática.


La cultura política tradicional nicaragüense es hegemónica, excluyente y
conflictiva. Esta cultura política condiciona seriamente a la administración pública y
la convierte en instrumento para los proyectos hegemónicos y excluyentes del
grupo en el poder. Esto reduce la legitimidad y credibilidad de la administración
pública y vuelve automáticamente conflictivas sus relaciones con las fuerzas
políticas de oposición. El buen funcionamiento de una administración pública
moderna requiere de estos valores: tolerancia, inclusión y resolución pacífica de
las controversias, valores todos de una cultura politica democrática.

*Se dan cambios de régimen en vez de cambios de gobierno.


Como consecuencia de la cultura política tradicional, la dinámica hegemónica y
excluyente convierte cada cambio de gobierno en un cambio de régimen. Esto
tiene altos costos en la continuidad de las tareas de profesionales y técnicos
altamente calificados, en la continuidad de las políticas y hasta de las
instituciones.

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Nicaragua dispone solamente de un reducido grupo de profesionales altamente
calificados en cada esfera gubernamental. Parte de este grupo trabaja en el
exterior o en el sector privado, lo que reduce aún más el personal potencialmente
disponible para el Estado. Con cada cambio de régimen se excluye personal a
causa de las discriminaciones políticas, aunque posteriormente se contraten en
consultorías los conocimientos de los excluidos. Así, la administración pública
pierde periódicamente personal altamente calificado y pierde los conocimientos del
personal con mayor experiencia.

También se descontinúan los sistemas institucionales.


- Al llegar al poder el sandinismo, la institución élite de la administración pública
nacional era el Banco Central. El somocismo había concentrado en ese banco a la
mayoría de los elementos que requería para manejar la economía. El sandinismo
creó un Ministerio de Planificación y tomó la decisión de incorporar a este nuevo
Ministerio el corazón del Banco Central en materia de políticas económicas: la
unidad de Estudios Económicos. Esta unidad estaba formada por un grupo de élite
altamente calificado, con post-grados y doctorados en Estados Unidos y con
beneficios especiales. La incorporación llevó a un conflicto de culturas
organizacionales diferentes y a los dos años se había desarticulado por completo la
unidad de Estudios Económicos. En este proceso se perdió la capacidad de llevar
las cuentas nacionales con base en datos, capacidad que sólo se logró reconstruir
en el Ministerio de Planificación hasta finales de los 80 y con el apoyo de un proyecto
de Naciones Unidas.

Con el cambio de 1990, el nuevo gobierno abolió el Ministerio de Planificación,


redistribuyendo algunas de sus funciones entre diferentes ministerios. También se
abolieron las divisiones de planificación que tenían los restantes ministerios.
Incluso, en los primeros años del gobierno Chamorro estaba mal visto hablar de
"planificación".

Así, y por causa de mentalidades altamente ideologizadas, tanto el sandinismo


como el gobierno Chamorro cometieron el mismo error en el mismo país en el
período de diez años. En los dos casos se perdieron varios años en la capacidad
nacional de formular e implementar políticas económicas.

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*Impera el feudalismo institucional.

El somocismo se caracterizó por ministerios prácticamente autónomos que


determinaban sus propias políticas y manejaban sus propios sistemas. La única
excepción se hacía con cualquier asunto que afectara directamente los intereses de
la familia Somoza, que estaban todos centralizados en la Presidencia.

Uno de los problemas administrativos más criticados al sandinismo fue el


"feudalismo institucional". Los ministerios y otras instituciones fueron agrupados
bajo los diferentes dirigentes del FSLN, quienes los manejaban con gran
independencia y que en algunos casos buscaban activamente la autarquía para sus
operaciones. Esto sólo se superaba en ocasión de las movilizaciones
extraordinarias que realizó la revolución. El funcionamiento cotidiano estaba
dominado por el feudalismo institucional.

En el gobierno de Violeta Chamorro se critica la dispersión y la falta de disciplina de


los ministerios y de otras entidades oficiales, la falta de coherencia en los procesos
de formulaciones e implementación de políticas y los vacíos que existen en las
políticas y de los que ninguna institución se preocupa.

Dada la existencia del mismo fenómeno en tres gobiernos de características tan


diferentes, se puede plantear como hipótesis que estamos en presencia de otra
característica de la cultura política tradicional. Su base es el caudillismo y la
dificultad de que coincida más de un líder en una misma institución, lo que lleva a
diferenciar y hasta a crear instituciones para acomodar en ellas a los caudillos.

*Impera la ideología.

El somocismo no tenía ideología articulada, pero sí una línea y valores de lealtad


política dinástica. Estos formaban la columna vertebral del gobierno y eran más
poderosos que las instituciones mismas. Es esto lo que explica la virtual
desbandada, tanto del gobierno como de la Guardia Nacional, con la salida del
país de Anastasio Somoza Debayle en 1979. Sin un Somoza a la cabeza, el
aparato de poder no funcionaba.

Una de las principales fuerzas de cohesión del gobierno sandinista fue


precisamente su ideología. Esta abarcaba al gobierno, a las fuerzas armadas, al
partido oficial y a las organizaciones de masas controladas por el sandinismo. Era

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esto lo que permitía unificar a los diversos grupos sandinistas para las grandes
movilizaciones de los 80: alfabetización, campañas de salud, trabajo voluntario,
recolección de cosechas y sobre todo, los múltiples esfuerzos colectivos
asociados con la guerra.

No era la administración pública la que permitía las grandes movilizaciones. La


administración pública era débil y estaba relativamente desarticulada, como hoy en
día. Era más bien la combinación y sinergia entre las diversas fuerzas la que
permitió al sandinismo lograr sus grandes objetivos. La gran capacidad movilizativa
se basaba en recursos no convencionales: organización social y participación local,
liderazgo, fraternidad, solidaridad y una alta valoración del bien común.

El gobierno de Violeta Chamorro aparenta no tener una base ideológica y antes de


la formación del partido Proyecto Nacional ni siquiera una base política. Sin
embargo, es la ideología neoliberal, en la forma extrema del llamado Consenso de
Washington, la que ha dado base al actuar político del gobierno. Y así, el "cambio
de régimen" del 90 no llevó a un cambio del estilo de planificación sino al intento de
abolir la planificación como función científico-administrativa.

La ideologización es otro rasgo de la cultura política tradicional nicaragüense. Esto


ha privado al país del beneficio de un estilo de gerencia pública altamente
pragmática, orientada al logro de objetivos, al aprovechamiento de oportunidades y
a la resolución de problemas. No disponer de enfoques gerenciales modernos sino
de orientaciones ideológicas ha tenido un alto costo para la eficacia de la
administración pública nicaragüense.

El reto: una agenda nacional


Las perspectivas políticas de 1996 indican que es muy difícil avanzar con
la agenda de reformas que requiere Nicaragua, incluyendo en ella la
reforma de la administración pública. La agenda de las élites
gubernamentales y partidarias es otra. A la vez, la sociedad civil es en
extremo débil para articular hilos conductores de demandas y de procesos
propositivos integrados. Esto limita las posibilidades de establecer una
agenda nacional alternativa que, aunque sin gran incidencia en la agenda
de las élites, tuviera su propia fuerza.

Transformar la actual realidad es absolutamente clave para un país que ya


ha perdido casi todo un siglo de posibilidades de desarrollo. Hay que evitar
que las perspectivas de Nicaragua en el siglo XXI sean sombrías, lo que

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afectaría también inevitablemente a los otros países centroamericanos, en
un mundo de regiones y hasta de continentes cada vez más integrados.
Unir esfuerzos para lograr una programática nacional consensuada para la
salida a la crisis integral del país es esencial. Ahí está nuestro reto histórico.

• https://www.envio.org.ni/articulo/190

Elementos básicos de la cultura politica en nicaragua.


➢ Heterónoma
➢ Desconfianza
➢ Exclusión
➢ Sentido mágico de la vida

En el pasado histórico el autor Emilio Álvarez Montalván encuentra cuatro


elementos básicos de nuestra cultura que han sido negativos a la independencia y
desarrollo:
1. Heteronomía, significa buscar siempre las soluciones a nuestros problemas
en el exterior, por ejemplo, Adolfo Diaz solicitando la intervención
norteamericana en 1927, “condición mental que nos entume para tomar
decisiones”.
2. La desconfianza, muy común en nuestra cultura que ha provocado violencia,
experiencias traumáticas que al repetirse nos hace creer en una sociedad
donde el delito es impune, la autoridad es arbitraria, por tanto, no hay respeto
a la ley.
3. La exclusión, el antivalor mas frecuente, el mecanismo usado para apartar a
un competidor de la arena, Somoza eliminando a Sandino.
4. Sentido mágico de la vida, cuando trasponemos los hechos objetivos de la
vida a la fantasía y viceversa, se evidencia en el trato con el caudillo
carismático, con su personalidad poderosa, confianza ciega en su “olfato
político”. “Se trata pues de una tendencia a comprar y vender ilusiones, cuyo
mecanismo se repite en cada generación.

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https://www.laprensa.com.ni/2010/07/19/opinion/431679-cultura-politica-nicaraguense

✓ Algunos rasgos de la cultura politica nicaragüense.

En el perfil del nicaragüense, Álvarez establece sus rasgos positivos y negativos.


Rasgos positivos:
a) Facilidad verbal para comunicar y viva imaginación;
b) Voluntarioso al trabajo rudo
c) Hospitalario, solidario con la familia
d) Trato sencillo y amistoso.

Rasgos negativos:
a) Impuntualidad
b) Fabulación y mentira
c) Trato confianzudo
d) Inconstancia y oportunismo.

El doctor Álvarez Montalván desarrolla ampliamente y con ejemplos


históricos los elementos de la cultura politica nicaragüense, que son sus
contravalores:
1. Personalismo y sus consecuencias
2. Amiguismo
3. Caciquismo
4. Autoritarismo y centralismo
5. Dictadura
6. Caudillismo
7. Familismo y sus consecuencias:
a) La familia extensa
b) Paternalismo
c) Nepotismo
d) Patrimonialismo( corrupción);
e) Cortoplacismo y arreglismo
f) Autoritarismo y violencia
g) Inhibiciones.

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“ Necesitamos una mutación cultural que reemplace los valores
tradicionales de nuestra cultura por otros modernos y eficientes,
fortalecer nuestra débil democracia, aumentar la producción para luchar
contra la miseria, incrementar el nivel de educación y la organización
social, un Estado de Derecho reestructurando el poder judicial.
https://www.laprensa.com.ni/2010/07/19/opinion/431679-cultura-politica- nicaraguense

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Asignatura: Sociología
Carrera: Ingeniería en computación
Unidad III: Sociedad y cultura nicaragüense en el contexto
latinoamericano.

Objetivos particulares:
1. Comprender la importancia del Estado como forma de organización social e
identificar su rol como ciudadano en la construcción y funcionamiento del
mismo para alcanzar un funcionamiento de la sociedad.
2. Recoger los elementos esenciales de la cultura nacional que le permitan
reafirmar su identidad.
3. Descubrir las características de la cultura politica latinoamericana y en
particular Nicaragua.

Contenido
✓ Cultura politica nicaragüense
✓ Definición de cultura politica y comportamiento político
✓ Influencia de la cultura politica en el comportamiento

✓ Características de la cultura politica nicaragüense

✓ Elementos básicos de la cultura politica en nicaragua


. Heterónoma
. Desconfianza
. Exclusión
. Sentido mágico de la vida.

✓ Algunos rasgos de la cultura


politica nicaragüense.

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Actividad:
• En base a lo leído en el documento realizar un ensayo de dos páginas
sobre el tema: Cultura politica nicaragüense.
• Recuerden hacer hoja de presentación.
• El ensayo lo realizaran de manera individual. Valor: 10 ptos

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