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En la década de los 90, tras dos años de persecución, la policía colombiana dio
por fin caza a la Bestia, un asesino en serie que dejaba decenas de niños muertos
a su paso.
Luis Garavito, confesó haber atacado a 172 niños. Su historia es bien conocida
gracias al testimonio que dio durante se juicio. En él, se evidencia el doloroso
surgimiento de una mente criminal.
Su paso por la escuela no fue fácil. Era un niño introvertido e irritable, objeto
recurrente de las burlas de sus compañeros, y tampoco contaba con la simpatía
de los profesores. Abandonó los estudios a los 10 años.
La situación en casa no era mejor. Durante el juicio, Garavito explicó que su padre
era un hombre rígido, que golpeaba constantemente a su madre y abusaba
sexualmente de él.
Antes de cumplir los 18 años, fue detenido por la policía al intentar abusar de un
niño. Fue liberado rápidamente, pero su padre lo echó de casa.
A los 23 años, acudió por primera vez al psiquiatra. Fue diagnosticado con
depresión y no recibió tratamiento. Ese mismo año, empezó a violar niños. Fue así
como descubrió que obtenía placer de la sodomía infantil.
Entre 1980 y 1993, fue miembro de Alcohólicos Anónimos y fue internado varias
veces en hospitales psiquiátricos. A pesar de ello, siguió violando y torturando a
decenas de niños.
EL NACIMIENTO DE LA BESTIA
A los 36 años, cometió su primer asesinato. Según, una vez más, su propio
testimonio, Luis Alfredo estaba en un bar en un pueblo cerca de Trujillo cuando se
obsesionó con un niño que pasó cerca suyo. Esta obsesión le llevó a seguirle y
engañarle para que le acompañase al bosque donde entre su ritual de violación
habitual y la luna de la noche, se vió transportado a su infancia. El dolor de este
recuerdo terminó de romper la mente de Garavito quien, consumido por el odio,
acuchilló al pequeño Juan Carlos al tiempo que lo sodomizaba.
JUICIO Y CONDENA
La única defensa de Garavito fue el testimonio de los tormentos sufridos durante
su infancia. En sus palabras se revela el resultado de una historia de abusos
recurrentes y profundamente sádicos. Un psicópata de perfil inestable, dominado
por ataques de odio y culpabilidad.
Las condenas de Garavito sumaron 1.853 años y nueve días. Fue sentenciado
con la pena máxima, que en Colombia es de 60 años.
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