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El embarazo en la adolescencia constituye un problema social vigente y en ascenso, con serias afectaciones
sobre la salud y calidad de vida de este grupo poblacional, cuyo impacto es psicosocial, por lo que se
necesita un abordaje integral por un equipo interdisciplinario capacitado en la atención de los adolescentes,
en específico, de la maternidad-paternidad responsable. Este se produce cuando ni su cuerpo ni su mente
están preparados para ello; entre la adolescencia inicial o pubertad o comienzo de la edad fértil y el final de
la adolescencia, que la OMS establece en los 19 años. Puede ocurrir por múltiples razones, algunas de ellas
son: - Abuso, violación o explotación sexual.
Como les perjudica
Las niñas pobres, sin educación, de minorías étnicas o de grupos marginados, y de áreas remotas y rurales,
tienen tres veces más riesgo de quedar embarazadas que sus pares educadas y de las zonas urbanas.
Las madres adolescentes (de 10 a 19 años) tienen mayor riesgo de eclampsia, endometritis puerperal e
infecciones sistémicas que las mujeres de 20 a 24 años, y los bebés de madres adolescentes tienen un mayor
riesgo de padecer bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y afección neonatal grave.
Defectos de nacimiento, incluidos ceguera, sordera, deformidades óseas y discapacidad intelectual.
Mortinatalidad (a las 20 semanas de embarazo o después) Enfermedad durante el período neonatal (primer
mes de vida)
Cuáles son las debilidades/ desventajas de esto
En el caso de los embarazos precoces, esta realidad se hace añicos, pero eso no es lo peor: cuanto más
joven es la madre, más peligrosa es esta situación: malnutrición, partos prematuros, niños y niñas con
trastornos en el desarrollo y malformaciones, así como un 50 % de probabilidades más de morir en las
primeras semanas de vida; en la madre: todas las complicaciones médicas del feto en desarrollo también le
afectan a nivel físico, pero, además, en muchos casos suponen:
Los padres deben hablar de sexualidad a sus hijos ya que es la mejor manera de prevenir conductas
inadecuadas y en última instancia embarazos no deseados. La educación sexual también está incluida, en
numerosos países, en el currículum escolar. Puede llevarse a cabo por profesores u otros profesionales de la
sanidad. La clave de la prevención del embarazo está en garantizar que adolescentes y jóvenes tengan
participación real, no sólo en cuanto a sus derechos sexuales y derechos reproductivos, sino también dentro
de la sociedad y la economía del país.