Magazín literario

n a a a
Número 05. Junio de 2023 Dagua, Colombia
Edición dedicada a la memoria de Rodrigo Vásquez Buitrago
MAGAZÍN LITERARIO
TREN DE PAPAGAYOS

Número 05
11 de Junio de 2023
Publicación independiente y autogestionada
con fines culturales y literarios
Proyecto sin ánimo de lucro
Dagua, Colombia

Director
Saúl Antonio Munévar

Diagramación y edición
Saúl Antonio Munévar

Imágenes de portada y contraportada

Que alguien me enseñe el camino (13/11/22 )
Adaptándonos al entorno (14/11/22 )
Colección: Sinergia poética del sentimiento a la imagen
Artista: Ana Meléndez Rodríguez (Tunja, 19 de abril de 1996)

PROHIBIDA SU VENTA
Se prohíbe la reproducción total o parcial de este producto
sin el permiso explícito de los autores.

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 CONTENIDO

LA EDITORIAL 1
De grafitis y manuscritos callejeros
LA SEMBLANZA 3
Rodrigo Vásquez Benítez (q.e.p.d.)
 Semblanza de Juan Carlos Daza Badillo
 Semblanza de Yadin Antonio Moreno
 Semblanza de Libardo Perlazza-Tello
LA ENTREVISTA 9
Yesid Muñoz García
Promotor de la etnoeducación en el municipio de Dagua
Ana Meléndez Rodríguez 15
Fundadora del Centro Creativo Inyky We
LA REFLEXIÓN 18
La soledad de los caballos
Por Daviana Suárez (Miza Marqueliz)
La vida, la literatura, la muerte y la gloria 19
“Valor para una decisión cobarde”
A Luis Andrés Caicedo Estela (1951-1977)
Por Juan Carlos Daza Badillo
EL RELATO 22
Dagua, Jorge Isaacs y María - Historia del pandebono
Parte III
Por Alberto Montoya Montoya
El charco del muerto 25
Por Ricardo Alberto González Santamaría
LA CRÓNICA 29
Una simple historia de amor en nuestro tiempo
Por Libardo Perlazza-Tello
EL POEMA 31
Insectario de trenes
Por Eduardo Bechara Navratilova
EL ENSAYO 33
Reconstruyendo la historia de Dagua, Valle del Cauca
Por Juan Carlos Echeverry Narváez
EL MANUSCRITO 39
Informe de lectura
Cuaderno de poemas, autor: Antidio Erazo Gaviria
Informe de lectura 45
Amorología, texto de Duván Velasco
CONTENIDO

EL ARTÍCULO DE OPINIÓN 49
Donde a hierro matan, la muerte será el olvido
Por Juan Holguín
LA CITA MUSICAL 51
Dagua presente
Por Juan Morales
LOS TIPS HISTÓRICOS 53
A propósito de la canción Dagua presente de Juan Morales

EL POEMA CITADO 56
El último poema
Por Darío Lemos
EL CUENTO CITADO 58
Métale punk
Por Carolina Suarez Latorre
LA NOVELA CITADA 61
Inútiles formas de domar la miseria
Por Nélfer Velilla
EL ESCUCHATORIO 64
Los espíritus escribientes
Por Jairo Corrales Melo
EL CUESTIONARIO 71
¿Qué tan dagüeño es usted?
 LA EDITORIAL

De grafitis y manuscritos callejeros

as paredes en Dagua no hablan poesía. Son paredes mudas, sin reflejo. Se han encontra-
do algunos intentos de grafitos, pintas o grafitis. En algunos casos, están ubicados en pa-
redes escondidas, sitios de poco tránsito o poco visibles, como si la palabra estuviera
prohibida. Un desafío encontrar poesía, arte o grafiti en las calles, sobre todo, letras aco-
tadas en una cita, un aforismo, un verso o un mensaje de amor. Falta la acción poética, necesaria, es-
tética y resignificativa del espacio público. Frases que ofrezcan una experiencia estética o un estre-
mecimiento mental para el lector ocasional. Las paredes comunican, trasmiten, hablan. Sin embargo,
a través de letreros escritos de cualquier manera, por el afán, por la violencia de tres o cuatro siglas
quedan para la historia. Pero no queremos que este sea el caso, la palabra cuando no da vida, mata.
En redes sociales suelen compartirse paredes de fondo blanco y letras negras de un verso, a veces de
autoría anónima, firmado por Acción poética – Ciudad. “La poesía es algo que anda en la calle” dijo
el poeta García Lorca.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano recopila varias frases, grafitos o pintas, en su obra “El libro
de los abrazos”, en el texto titulado: Ventana sobre las paredes, referencia algunas de ellas y su ori-
gen: En Buenos Aires: Tengo ambre. Ya me comí la h; También en Buenos Aires: ¡Resucitaremos
aunque nos cueste la vida!; En Quito: Cuando teníamos todas las respuestas, nos cambiaron las
preguntas. ¿Puede emularse un proyecto de escritura fugaz en Dagua? Es muy posible. Sin caer en
vandalismo se pueden plagar las paredes de frases cortas y fugaces con el objetivo de la trascenden-
cia. Esta trascendencia por lo que se apuesta puede depender de la durabilidad, la controversia o el
nivel de tráfico del lugar. Las frases cortas pueden ser rápidamente quitadas o tapadas. Hay frases
que podrían calar en el imaginario colectivo y tener un tipo de influencia en la realidad de manera
reflexiva o cómica, por ejemplo: “Ser o no ser dagüeño, esa es la estación.”; “No se dice ‘Chupar pi-
ña’, se dice ‘Beso dagüeño’”; “Más diurético que un dagüeño.”

Mientras llegan estas y otras frases hasta las paredes, por ahora están apareciendo manuscritos.
Textos autógrafos escritos a la antigua manera del puño y la letra, como una forma de nostalgia de la
caligrafía o una forma de resistencia de no restarle pulso de humanidad a la letra elaborada bajo la
punta de la tinta o el lápiz. Entre los descubrimientos está el relato Amorología, del cronista nativo
de su territorio Duván Velasco. Un poemario del docente Antidio Erazo, quien ha dedicado más de
30 años a la enseñanza. Su Cuaderno de poemas tiene 55 textos escritos autógrafos. El texto más an-
tiguo trata de 2004. Otros textos autógrafos que se han logrado obtener vienen de la mano del autor
inédito Rodrigo Vásquez, del poeta Juan Carlos Daza y del autor Guillermo Becerra Collazos. Alguna
vez, estas letras volarán en frases a posarse sobre las paredes del Dagua y cantarán la palabra.

1
2
 LA SEMBLANZA
Rodrigo Vásquez Buitrago*
(q.e.p.d)
Por Saúl Munévar
Foto de Rodrigo Vasquez Buitrago. Enviada por su hija Diana Vásquez.
E
n el día del cierre del I Concurso Nacio-
nal de Poesía, Dagua Escribe, homenaje
a Rodrigo Vásquez Buitrago, se cum-
plen 6 años de la partida de nuestro au-
tor inédito. Se han continuado las indagaciones
sobre la vida y obra de este autor dagüeño. Hasta
el momento, algunos testimonios recogidos so-
bre Rodrigo apuntan a que era un hombre muy
brillante, de una inteligencia admirable y con un
discurso de léxico muy amplio. En algunos casos,
le aconsejaban encausar su potencial intelectual
en una rama del conocimiento o una profesión
en específico. Su formación en filosofía en la
Universidad del Valle, además de tener un hábi-
to lector, lo llevó a incursionar en diferentes ofi-
cios e iniciativas movidas por la curiosidad fren-
te a temas específicos por su municipio. Entre
los oficios que se han logrado averiguar con algu-
nos coterráneos está la de encuadernador, profe-
sor de encuadernación, fabricante y vendedor de
empanadas de cambray y el tradicional pande-
3
bono (con la fórmula original), veedor público,
diseñador de carteles y avisos, escritor inédito e
investigador. Con respecto a esto último, tuvo
tres preocupaciones importantes. La primera, la
búsqueda de una dagüeñidad, o mejor, la bús-
queda de una identidad para Dagua. Segundo, el
rescate de la idea de Dagua como cuna del pan-
debono. Y tercero, aportar a la historia local fun-
dada en la tradición oral sobre el tema de los
predios de la antigua hacienda El Cogollo, cuan-
do el representante de la familia propietaria Val-
dés Figueroa, Manuel Blanco, disputó la venta de
los terrenos con el estado, disputa que se exten-
dió por 10 años y al final pudo llegarse a un
acuerdo de venta. Hubo un testigo que de niño
presenció esta situación, se llamó Jorge Carvajal,
antes de morir en el 2001, en el corregimiento de
Loboguerrero, le concedió una entrevista a Ro-
drigo Vásquez, fuente narrativa que posterior-
mente sería utilizado por Ana Beiba Martínez en
su libro sobre el origen de Dagua.
4
 Otros testimonios afirman que no todas las
personas podían sostener una conversación larga
con Rodrigo, debido a su nivel de cultura general
y las citas constantes de libros que alimentaban
su diálogo. Situación que no pasaba con todos,
siempre había alguien que escuchaba al hombre
que pensaba, escribía y manejaba un discurso
frente a las letras. Ejemplos, Yadin Moreno, Die-
go Uribe o Juan Carlos Daza, entre otros, con
quienes sostuvo tertulias casuales que se repe-
tían cada tanto. Uno de sus temas favoritos era el
libro El Profeta, de Jalil Gibran, del cual sabía
varios pasajes de memoria. A continuación, com-
partimos algunas semblanzas dadas por quienes
fueron los interlocutores ocasionales y quienes
rememoran algunos momentos compartidos con
Rodrigo Vásquez.
Semblanza de Juan Carlos Daza
Badillo
(Poeta y emprendedor dagüeño)
T
odas las tardes Yadin Moreno y mi per-
sona nos sentábamos sobre bultos de
mogolla a hablar de la vida. En el depó-
sito La Cosecha, negocio de la familia de
él. Una de esas tardes llegó Rodrigo Vásquez con
su delantal blanco y su canasta de carrizo cubier-
ta con una tela blanca, su pantalón de dril y sus
zapatos serios. «Ve, Rodrigo, este man también
escribe», dijo Yadin. Después de dar un largo
sermón sobre el difícil oficio de escribir, me dijo
que le dijera algo de mi autoría. Escuchó atenta-
mente y dijo «Está bueno» junto con mil peros.
Yo le dije «Lo bueno es que a mí me gusta lo que
escribo». A partir de ese día ya era una tertulia
de tres con algún otro que llegaba por un corto
tiempo ya que les aburría nuestra conversación y
terminaba por irse.
Un día me invitó a su casa no sé por qué.
Atrás, después de pasar un pequeño patio, tenía
un cuarto lleno de libros y un cerro de escritos de
su autoría, unos a mano y otros a máquina. El
mejor poema que conozco de su autoría se llama
Diana, poema lleno de fantasía y dulzura. En su
casa se sentía un ambiente fantástico olía a sabi-
duría..., ese día que me invitó, creo que me brin-
dó comida.
Su escritura era directa, según recuerdo, de-
cía las verdades sin ser grosero. Él siempre me
5
dijo que yo era un pésimo escritor, a lo que yo
respondía tranquilo, que cuando gane el Nobel te
voy a mencionar en mi discurso, el simplemente
reía con su sonrisa gruesa y sarcástica.
No recuerdo donde estaba el día que me di
cuenta de la noticia de lo sucedido pero sé que
no quise ir a ningún evento relacionado, seguro
por el dolor de ver a un colega atrapado en lo que
nos atormenta a nosotros los que nos expresa-
mos por medio de la palabra escrita.
Para mí él está en el reposadero del alma de
cada uno de los que cruzamos caminos con él.
«El reposadero del alma», frase que nos decía
siempre. Yadin, si te acordás cuál es el reposade-
ro del alma, te invito un helado. Rodrigo Vásquez
no solo está en la memoria, también está en el
paladar y en cada esquina.
Él era un espíritu revolucionario, un libre
pensador. Directo, decía las cosas sin una pizca
de hipocresía. Hablábamos de la vida y de la
muerte. De Dios y del Diablo. En algún momento
invitamos a ambos a tomar café pero ningún se
presentó, con la excusa de no saber nosotros del
lado de cual estábamos.
Semblanza de Yadin Antonio
Moreno
(Comunicador social y escritor dagüeño)
A
mí Rodrigo Vásquez me regaló una
versión muy buena de El Profeta, de
Jalil Gibran, no le bastó regalármelo,
el mismo lo empastó y lo marcó con mi
nombre, en letras doradas, ese es uno de los re-
cuerdos más bonitos que yo tengo con Rodrigo. Y
creo que ese libro era de la biblioteca de él. Ha-
blábamos, discutíamos mucho sobre la poesía de
Gibran Jalil.
*Nota: En el Número 03 de Tren de Papagayos
aparece el perfil inicial de Rodrigo Vásquez Bui-
trago. Link aquí: https://drive.google.com/file/
d/1vJIQL0veg15o1gk8_zlwgqlhBjWdFP1f/view?
usp=sharing
6
 Semblanza de Libardo Perlazza-Tello
(Cronista nativo de su territorio)

Como yo lo conocí

U
na tarde de marzo en 1982, se reunie-
ron los profesores del colegio Gimna-
sio del Dagua para discutir el futuro de
un alumno, a quien tildaban de dísco-
lo, conflictivo y anárquico en el salón de clase.
Los argumentos pidiendo severas sanciones para
él eran mayoría, solo unas pocas, tibias defensas
a su favor se escucharon. Finalmente, en el cierre
de la reunión el profesor Héctor Rizo Moreno,
orientador de física y matemáticas pidió la pala-
bra y sus palabras equilibraron la balanza:
«Todas las razones expuestas pueden ser válidas,
pero déjenme decirles que, este muchacho, tiene
un potencial que no lo he visto en alumnos más
dedicados y seguidores al pie de la letra del ma-
nual de convivencia. En ocasiones, hemos llega-
do, me incluyo, a un callejón sin salida cuando
intentamos resolver un problema matemático y
de la nada este estudiante dilucida la respuesta
con precisión totalmente quirúrgica. Por eso creo
que no se deban cortar las alas y lo más sensato
es hablar con sus padres porque este estudiante
Rodrigo Vásquez Buitrago ha sido bendecido con
el regalo de poder ver más allá de lo que parecen
a simple vista las cosas.»
Así era mi vecino de barrio, una persona con
una extraña personalidad, como todos los genios.
Escribía poemas y prosa plenos de adjetivos, epí-
tetos y florituras como en La Ilíada y La Odisea.
Me los leía y pedía mi opinión. Yo lo alentaba a
seguir escribiendo con la recomendación que ad-
jetivara menos, eludiera los epítetos y que el pie-
dra- cielismo había sido condenado al ostracis-
mo.
Pero no se rendía y refutaba mis conclusiones
y recomendaciones con un argumento muy sim-
ple: «Porque ya no se usen, no dejan de ser her-
mosos.»
esas charlas deberían ser declaradas patrimonio
histórico municipal.
Cuando estudiaba en la Universidad del Valle,
llevó a varios compañeros a las ferias de Dagua,
todos, algunos extranjeros, exaltaban su perso-
nalidad en el aula, los debates, sus argumentos y
razonamientos enriquecían el aprendizaje. Des-
afortunadamente, esos brillantes momentos des-
aparecían tan inesperadamente como habían lle-
gado: la visita de la musa de la inspiración no es
permanente. Nos visita, pero no se queda.
En una de nuestras últimas charlas le hablé
de la extraña coincidencia que en un noventa por
ciento, las personas mueren antes de los treinta
días del cumpleaños o dentro de los treinta días
siguientes. No quedó muy convencido y prometió
leer estadísticas acerca de esa teoría. No supe si
lo hizo, no volvimos a vernos y después me al-
canzó la noticia, que como José Asunción Silva,
Alfonsina Storni, Horacio Quiroga y otros poetas
más, Rodrigo emprendió un viaje a su Dagua na-
tal el 10 de junio del 2017 y al amanecer del día
siguiente, dos semanas antes de su cumpleaños
número 56, se adentró en la eternidad. Había na-
cido el 23 de junio de 1961.
Londres 11 de junio 2023

Rodrigo era un amante de la historia local.

Sus charlas con don Jorge Carvajal eran de una
profundidad absoluta. Asistí a una de las muchas
que sostuvieron sobre los orígenes de los asenta-
mientos en el Dagua actual. Las grabaciones de

7
8
 LA ENTREVISTA

Yesid Muñoz García

Promotor de la etnoeducación en el municipio de Dagua
Por Saúl Munévar

Foto: Profesor Yesid Muñoz García. Tomada de su Facebook.

E
ntrevista realizada al docente Yesid Muñoz García, profesor de español e inglés, en la Ins-
titución Educativa del Dagua. Yesid ha estado desarrollando el PEC (Proyecto Educativo
Comunitario) para la institución educativa, con el principal objetivo de referenciar al te-
rritorio y las distintas etnias para reformar el discurso pedagógico de la educación pública
donde la comunidad tenga una importante participación de acuerdo a sus saberes culturales y nece-
sidades de progreso para los jóvenes.

Saúl: ¿Cuál es su área educativa y cuántos años en la docencia?

Yesid: Me desempeño en el área de humanidades (español e inglés) ya que soy licenciado en

Lenguas Modernas, pero debido a mi experiencia académica en bellas artes, también enseño artísti-
ca. Llevo 22 años en la práctica pedagógica con la población Dagüeña y unos 5 años más trabajando
en el sector privado, en colegios y universidades.

9

1- ¿Qué es la etnoeducación en el aula?
La etnoeducación en el aula es el acercamien-
to con las raíces ancestrales, es hacer que el otro
se descubra y llegue a ser lo que siempre ha que-
rido ser; es tener un apego por lo propio, una
identidad desde lo que somos como territorio y
como ciudadanos del mundo. Las aulas de clase
son la excusa perfecta para enseñar y aprender
en medio de la diversidad y en medio de las dife-
rencias culturales; es aquí donde convergen to-
dos los colores, las estirpes y la riqueza de lo bio-
diverso que aparece en cada escena de la memo-
ria colectiva. La etnoeducación en el aula es en-
señar a valorar y respetar lo autóctono y la otre-
dad.
2- ¿Por qué y para qué la etnoeduca-
ción en Dagua?
La etnoeducación como diálogo de saberes
ancestrales propicia las relaciones multiétnicas,
pluriculturales e interculturales desde el poder
que está consagrado en nuestra Constitución Po-
lítica y demás leyes concordantes para dar así
una identidad como nación colombiana que tie-
ne un pasado, un presente y un futuro inmerso
en lo que somos como dagüeños y dar respuesta
a cómo nos ven en el mundo global, es decir, que
los jóvenes y familias de este municipio aprove-
chen su contexto geográfico y cultural en pro de
una mejor economía personal, regional y social.
3- ¿Desde la influencia indígena y nati-
va cómo abordar la etnoeducación en Da-
gua?
Nuestras raíces identitarias como nativos de
Dagua se remonta a un pasado histórico de his-
panidad, indigenidad y africanidad; la indigeni-
dad por su parte es más pronunciada en este te-
rritorio que se remonta a casi tres periodos mile-
narios de diferentes culturas desde la prehisto-
ria, cada periodo ha ido avanzando a partir del
mestizaje y aún hoy día se conservan rasgos úni-
cos que nos hacen diferentes de las otras pobla-
ciones: nuestro arraigo por la tierra, las formas
de conservación y equilibrio por los recursos na-
turales, la unidad como fuerza de protección so-
cial, entre otras . Es necesario empezar a descu-
brir esas particularidades para reafirmar una
identidad que se aculturiza por la influencia de
temas como los medios de comunicación, fenó-
10
menos como la globalización y el mercado mun-
dial que hacen crecer a unas sociedades y empo-
brecen a otras porque en medio del subdesarro-
llo perdemos hasta lo más vital que es nuestro
medio ambiente y la subsistencia vital de tener
una mejor calidad de vida.
4- ¿Desde la influencia afro cómo abor-
dar la etnoeducación en Dagua?
La etnia afro llega a nuestro territorio a partir
de la gran influencia que tiene Dagua con el mar
pacífico, la construcción del ferrocarril que tuvo
auge en el siglo pasado hizo que fluctuara la po-
blación afro en grandes cantidades y con ellos
empezara a poblarse gran parte del territorio;
además, desde el inicio de las haciendas el muni-
cipio de Dagua fue un paso obligado para llevar
comercio con el resto del país. La etnia negra se
mezcla con la población indígena existente y for-
ma el caserío que hoy conocemos cada vez con
más estilo y sofisticación como urbe, la escuela y
la sociedad no pueden desconocer esos aportes
culturales que trajo el negro a cada uno de los
territorios: minería, agricultura, caza, recolec-
ción, mano de obra bien calificada como es el ca-
so de la torre mudéjar que es patrimonio de la
humanidad declarada por la UNESCO, y que su
construcción es propia de los moros africanos de
1600, también la literatura, la oralidad, entre
otros grandes aportes, por ello, desde la institu-
ción se lleva a la comunidad todo este conoci-
miento a partir de variadas actividades donde se
involucra a entidades del municipio logrando un
impacto comunitario.
5- ¿Cuáles han sido los mayores retos
para aplicar un modelo pedagógico que
tenga en cuenta el discurso etnoeducativo
en Dagua?
Los mayores retos para aplicar el modelo
educativo de la etnoeducación ha sido el conven-
cer a los mismos maestros y directivos docentes
y a la escuela, pues hay maestros que no dispo-
nen de una mente abierta para el cambio; maes-
tros que, a través de su trayectoria cargada de
años en las escuelas no les interesa otros discur-
sos de su práctica didáctica y pedagógica, ya que
algunos están en su zona de confort y para estas
temáticas es necesario ‘aprender a desaprender’.
El Ministerio de Educación Nacional por su par-
te, inicia un proceso de la etnoeducación, pero
11
no hace el respectivo seguimiento con relación al
acompañamiento, recursos y deja sueltas las po-
líticas públicas para que las secretarias de educa-
ción resuelvan a tientas un modelo que se inicia
desde hace 30 años desde la ley 115 del 94 y des-
de la constitución política como ley de leyes.
6- Respecto al lenguaje originario,
¿hay algún idioma distinto al español
prospecto para implementar en Dagua?
Desde las posibilidades comunicativas, nues-
tro idioma castellano es rico no solo en variantes
dialectales, sino en cultura y composición de tér-
minos que siguen en uso de nuestra forma diaria
de hablar, escribir y comprender. Un gran por-
centaje de nuestra comunicación diaria proviene
del idioma indígena, otro tanto del afro, del rom,
y hasta de otros idiomas como el inglés y el fran-
cés.
Cuando en un restaurante pedimos un
‘sancocho’, estamos reproduciendo una palabra
que proviene de las mismas entrañas del África
que significa: sopa de todo; es usual que en algu-
nas sopas le agreguen achiote o chachafruto: esto
en lengua nativa significa color natural y fruto
para el hombre” (debido a su poder afrodisiaco)
o pedir un “mondongo” que proviene de cabo
verde África y que significa sopa de vísceras.
Ejemplos como estos nos indican que es necesa-
rio ir desglosando nuestra habla desde la etimo-
logía, desde las variantes fonéticas y desde la
pertinencia cultural del discurso, pero en la prác-
tica diaria no podemos olvidar que en las aulas
de clase también hay indígenas nativos que pro-
vienen de los 5 cabildos existentes y ellos tam-
bién tienen su propio lenguaje y formas de ex-
presarse que serían su primera lengua y el espa-
ñol la segunda. Sería pertinente que el gobierno
o MEN bridara capacitaciones para que los
maestros puedan interactuar con estas lenguas
para hacer más inclusivo el proceso enseñanza
aprendizaje, no solo para las etnias, sino para
comprendernos e interactuar desde la diferencia
del lenguaje.
7- ¿Por qué no se ha construido una
historia contada desde lo netamente indí-
gena y nativo en Dagua?
Las políticas mundiales y la supremacía que
buscan ciertas sociedades para dominar a otras
12
desde lo político y económico han hecho que las
etnias se invisibilicen, que se cuente otra historia
donde nuestros opresores sean nuestros héroes;
Colombia es un país que busca a tientas nuestra
verdadera identidad. Son muchísimos los apor-
tes que forjaron los nativos americanos y los ne-
gros afro en lo que es la construcción de nación y
son los mismos hacendados esclavistas quienes
hoy dominan la política y el poder del estado,
son 5 ò 6 familias dueños de los ingenios y de la
banca quienes tienen el poder incluso el educati-
vo. Hoy nuestro país empieza a despertar, a te-
ner nuevas ideas, a innovar y por ello debe estar
presente la etnoeducación para que forme al
hombre de manera integral en su ser, saber y sa-
ber hacer, es por eso que debe indagar por los
verdaderos procesos históricos, políticos, socia-
les y sus repercusiones económicas que hemos
soportado los colombianos a partir de los cu-
rrículos impuestos que van más allá de ocultar la
verdad para lograr supremacía y poder sobre las
mal llamadas minorías.
8- Para este año 2023, ¿cómo se pro-
yecta la cátedra etnoeducativa en Dagua?
Para el año 2023 se inicia un proceso concer-
tado por la comunidad educativa en donde hay
participación de las comunidades indígenas, afro
y mestizas propias del territorio; este periodo ha
sido propuesto por la secretaria de educación de-
partamental en lo que refiere a la oficina de
asuntos étnicos. El proyecto por desarrollar se ha
denominado “transición del PEI al PEC”
Proyecto Educativo Institucional al Proyecto
Educativo Comunitario), para ello se cuenta con
un cronograma de trabajo de manera institucio-
nal donde se integran todos las entidades muni-
cipales con seguimiento a la Secretaria de Educa-
ción del Valle del Cauca.
9- ¿Hasta el momento cuáles han sido
los resultados de la cátedra etnoeducativa
en el aula?
Desde que la Institución Educativa del Dagua
fue denominada como etnoeducativa por resolu-
ción número 1613 de 2015, se nombran 28 maes-
tros en propiedad con el propósito de fortalecer
el carácter étnico en la región; para ello cada
maestro implementa un proyecto propio que
propicie el fortalecimiento y la visibilización del
territorio bajo el marco del concurso afro. Los 11- ¿Qué mensaje o consejo le dejaría a
proyectos causan impacto en la Institución Edu- la juventud dagüeña?
cativa del Dagua dada la concientización en dife- Las tecnologías de la comunicación han he-
rentes ámbitos del aula de clase, se permea un cho del mundo una verdadera revolución, la
poco el currículo, los planes de aula y área, los educación no puede quedarse a la margen por
indicadores de competencia y sobre todo se im- ejemplo de las “inteligencias artificiales” y esto
plementa la cátedra de estudios afrocolombianos ya es un reto para los maestros y por supuesto,
en la cual se empieza a contar una parte de la para las instituciones educativas; este reto nos
historia que había permanecido oculta en la pe- lleva a pensar que la transferencia del conoci-
dagogía del mundo occidental, es decir, se em- miento pasa a un segundo plano y nos dice que
pieza una nueva forma de inclusión desde el len- ese conocimiento cooperativo a través de la web,
guaje, literatura, oraliteratura, se ponen en el es- debe ser implementado como una nueva forma
cenario los mitos, los cuentos, las leyendas, los de hallar la reingeniería creativa como forma de
refranes que dan cuenta de la comunidad del pa- innovación en procura de una mejor calidad de
cífico colombiano. Cada 21 de mayo los maestros vida de los y las ciudadanas dagüeñas; por ello se
evidencian, exhiben y manifiestan a la comuni- pretende encontrar en la etnoeducación, un ca-
dad el trabajo elaborado con los estudiantes, rea- mino que sea capaz de integrar todos esos sabe-
lizando todo un carnaval como gesto simbólico res que han perdurado milenios y que fueron exi-
que nos recuerda la fecha de abolición de la es- tosos, tal caso de la convivencia con el medio
clavitud en el territorio y es allí donde está pre- ambiente, la seguridad alimentaria y otros que
sente toda la manifestación cultural que poseen han perdurado como ejemplo de superación de
las etnias en su imaginario colectivo. vida de las comunidades para ponerlos al servi-
cio de la ciencia y la tecnología y así proyectarlos
10- ¿Ha habido más aceptación o re- de manera sustentable como forma de expresión
chazo por parte de alumnos, docentes y vital que nos impulse encontrar nuestra verdade-
padres? ra pervivencia identitaria, como territorio inmer-
La manera simple y pedagógica como hemos so en una verdadera cosmovisión del planeta.
abordado la catedra de estudios afrocolombianos (Muñoz Y. 2023).
y la etnoeducación en general han sido bien reci-
bidas por los estudiantes, padres, acudientes y
comunidad en general; es por ello que se han in-
tegrado a cada una de las actividades, incluso
con sus propios recursos financieros, ya que, por
tratarse de un proyecto no terminado aún, la Se-
cretaría de Educación no destina los recursos su-
ficientes para que este proyecto marche como
debiera. Las comunidades indígenas por su parte
han hecho un buen acercamiento a participar en
las mesas de trabajo de manera organizada y con
mucha disposición para que el Proyecto Educati-
vo Comunitario (PEC) salga adelante. Ahora, es
necesario fortalecer a una comunidad desde los
espacios políticos para que se forme el consejo
comunitario como órgano de control, supervi-
sión y gestión de recursos que den vida al desa-
rrollo de los proyectos productivos que son vita-
les para mejorar la calidad de vida de los ciuda-
danos dagüeños que pertenecerán a la clase
mundial, no solo por sus saberes, sino por sus
haceres integrales con las exigencias del mundo
actual.

13
14
 Ana Meléndez Rodríguez
Fundadora del Centro Creativo Inyky We
Por Saúl Munévar

Ana Meléndez Rodríguez (Tunja, 19 de abril de 1996) Comunicadora Social egresada de la Universi-
dad de Boyacá. Artista de collage y acuarela en sus tiempos libres. Trabaja como freelance en crea-
ción de contenido y postproducción audiovisual. A finales de mayo del 2023 abrió el Estudio Creati-
vo Inyky We, con el que pretende impulsar las artes y la cultura en el municipio que la vio crecer y
que tantas alegrías le ha regalado.

Foto: Ana Meléndez. Aportada por la artista.

1
. ¿Por qué escogiste el collage como medio de expresión artística?
Siempre he pensado que todo ser humano debe encontrar una forma de expresión artística en
la que pueda imprimir todos sus sentimientos y aquello que lleva adentro. Es importante para
hallarse a uno mismo y leer respuestas que a veces están por ahí perdidas y llegan a nuestras
vidas en múltiples formas. Es conocerse y explotar de una manera honesta con uno mismo, incluso
sin la necesidad de que las personas que ven nuestras creaciones puedan entender lo que nos sucede.
Además, le damos una oportunidad a todo aquello que está condenado a ser destruido o que, para
muchos, es basura. Lo he elegido por la serenidad y la introspección que trae a mis días el hecho de
encontrar la imagen perfecta, cortar, pegar y darle forma a una composición que me llena de paz.

15
 2 - ¿En qué te inspiras o te basas al mo-
mento de crear un collage?
Creo que mi inspiración más importante es la
vida misma, todas las circunstancias por las que
pasamos nos pueden dejar una linda sensación
en el corazón o un sinsabor en la garganta y qué
más bonito que expresar todo esto por la vía del
arte. Sin embargo, dependo mucho de lo que los
recortes me quieran regalar en su momento, han
habido ocasiones en las que mis ideas se ven
transformadas por las imágenes que encuentro
en el papel. Lo que había imaginado ya no es
exactamente lo mismo que obtuve en el resulta-
do y eso a la final es también una respuesta muy
valiosa.
3 - ¿Qué es el Estudio Creativo Inyky
We?
Inyky We es un estudio creativo que nace con
el fin de impulsar el arte y la cultura en el Muni-
cipio de Paipa, Boyacá. Es la casa de todos y un
espacio para la creación, la fluidez y la (re)
evolución de las ideas. Es; al mismo tiempo, li-
brería, galería de arte y la mesa en donde se sirve
el conocimiento y el aprendizaje a través de dife-
rentes iniciativas desde el saber de artistas y ges-
tores culturales. También tiene un enfoque social
con el que pretendemos llegar a comunidades
vulnerables, teniendo en cuenta que la infancia
es el punto de partida al desarrollo de seres bri-
llantes con una gran capacidad intelectual y crea-
tiva.
5 - ¿Qué desafíos se han presentado pa-
ra el Estudio Creativo?
Creo que el primer desafío está en darle a co-
nocer a los paipanos y a la comunidad boyacense
que hay un espacio cultural al que pueden acudir
a admirar el arte y también a crear. Que hay dife-
rentes formas de entretenerse más allá de estar
sometidos por la tecnología. Hay que generar un
recordatorio de que la esencia humana está en la
evolución de las ideas por medio de procesos ar-
tísticos.
6 - ¿Dónde pueden encontrar tu traba-
jo de collage y de Inyky We?
Mis collages los pueden encontrar en mi per-
fil de Instagram @anami_art96 allí estoy subien-
do los trabajos que hago y los lugares de arte a
los que acudo para inspirarme también. Si al-
guien desea hacer una colaboración o un encargo
para algo en especial me pueden contactar por
ahí o a través de mi número 3208275035.
El Estudio Creativo Inyky We está ubicado en
el Centro Comercial y Profesional Paso Real, en
la Carrera 20 #21-28, Local 218 en Paipa, Boyacá
(Al frente del Hospital San Vicente de Paúl) tam-
bién nos pueden encontrar en redes sociales co-
mo Instagram @inykywe o Facebook Estudio
Creativo Inyky We.

4 - ¿Qué significa Inyky We?

En algún momento tuve la oportunidad de
sentarme a dialogar con un gran músico colom-
biano quien me mostró una iniciativa de la Fun-
dación Zaquenzipa, enfocada en la recuperación
de las lenguas ancestrales en nuestro país. Gra-
cias a la intención de reafirmar los vínculos con
nuestros antepasados, se despertó el deseo de
hablar en muisca, lengua ya extinta. Es por esto
que, basándose en varias investigaciones y te-
niendo en cuenta el conocimiento de lingüistas y
expertos en la materia, se crea una cartilla de en-
señanza y aprendizaje de lo que pudo haber sido
esta lengua. Es de allí que yo extraigo el nombre
este estudio creativo. Inyky We significa ¨La ca-
sa de mi hermano¨ y es precisamente ese men-
saje de vivir en comunidad y de entender que los
espacios culturales son un hogar para todos.

16
17
 LA REFLEXIÓN

Daviana Suárez
(Miza Marqueliz)

Mi nombre es Daviana Marqueliz Suárez Ferrer, la mayoría de las personas en mis relaciones socia-
les me dicen Miza que significa “Bonita Flor”, nací en la capital de Venezuela, tengo 20 años. Mi ma-
dre es colombiana y mi padre venezolano, me mudé a una hermosa zona costeña de Colombia hace 2
años, huyendo de la situación del país y por mi terrible estado emocional. Actualmente, estudio en-
fermería y soy modelo fotográfica, amante desde pequeña del arte de la escritura, la lectura, la poesía
y la naturaleza.

Foto: Daviana Suárez (Miza Marqueliz). Proporcionada por la autora.

La soledad de los caballos

I
magínense, ser creados con la capacidad de una comunicación sofisticada y que puedan en-
tender emociones a través de la expresión facial de sus compañeros, alcanzar velocidades de
70km/h, que al trote solo serían 15km/h, tener una visión casi completamente periférica de
350°. Adaptándose a casi cualquier hábitat (solamente excluyendo las zonas frías), ser socia-
ble, firme pero muy territorial sin importar tu género, sin siquiera ser agresivo o violento. Todo esto
y mucho más.
Has estado en este mundo a lo largo de muchísimos años, de especie salvaje y “libre”. Nuestro
amigo el caballo, fiel compañero, fuerte y capaz de recorrer tantos kilómetros, utilizado cómo medio
de transporte para fines ganaderos, batallas, guerras e incluso deportes, básicamente utilizado

18
como un medio de trabajo pero algunos corren con la suerte de tener una relación muy estrecha con
su cuidador.

Lastimosamente has demostrado ser sensible a las emociones humanas y te topaste en un lugar
donde no te dan un valor merecido, transmitiendo en tus grandes ojos una soledad y eternidad de
sufrimiento que pasará de generación a generación.

Te he visto de todos los tonos de piel posibles, con hermosos pelajes. He visto tus heridas, cómo
las moscas molestan tu hocico y tus ojos, cómo el sol te asolea, y el riesgo de perder tu pequeña vida
por culpa de un verdadero animal. Algunos luchan por tus derechos, pero parecen que se cansan.
¡Ojalá!, yo tuviese el poder de hacerte libre de una vez por todas, pero te necesitan por qué por ti
subsisten algunos; tengo que ser empática por ambos lados. Mi molestia es que no te cuidan y solo te
hieren, no sacan el verdadero provecho y cariño de ti, me toca recomendar como cuidarte y a veces
simplemente verte sufrir. Y ser hembra es un calvario, ya que a tu pequeño enseguida le toca apren-
der el trabajo duro.

¡La soledad de los caballos!, nacidos para correr en campos, para ser amados, sentirse seguros y
libres. Pasan los días en su eternidad labor llena de maltrato y sin esperanzas, una de las tantas his-
torias del maltrato animal.

Yo solo soy un alma dolida en un rinconcito de soledad.

La vida, la literatura, la muerte y la gloria

“Valor para una decisión cobarde”
A Luis Andrés Caicedo Estela (1951-1977)
En mi nombre
Por Juan Carlos Daza Badillo

L
a mayoría somos el resultado de una mezcla de arrechera, descuido e irresponsabilidad.
Pocos, por no decir que ninguno, fueron un plan estratégicamente diseñado, de ahí que
nuestra vida sea una completa mierda, con prejuicios, miedos, traumas y desequilibrios
emocionales. Nos aterra la idea de ser padres, celebramos y expresamos felicidad. Porque
esa es la moda. Reímos de alegría, de una alegría fingida porque en el fondo sentimos tristeza y mie-
do. Somos seres vacíos, que nos aferramos a todo lo material que el sistema nos ofrece. Algunos se
vuelven religiosos, alcohólicos, fumadores y unos pocos artistas. En mi caso escritores.

Buscamos escapar de nuestros demonios y nos refugiamos donde nos sentimos más seguros, es-
cribimos sin cesar días y noches enteras, plasmamos nuestras angustias sobre el papel mientras el
insomnio nos abraza para después abandonarnos a nuestra suerte. Todo por unos cuantos aplausos
ya que la sociedad no nos puede ofrecer nada más a cambio de nuestros sublimes pensamientos.

Le somos infieles a la vida, mientras coqueteamos con la muerte y cuando damos el salto al vacío,
es cuando le dan un valor incalculable a nuestras vidas, nuestros nombres son pronunciados en cada
rincón, todos hablan de lo bueno que fuimos, de los momentos que junto con nosotros compartieron
y cuando ya no hay aire en nuestros pulmones es cuando gracias a la muerte alcanzamos la gloria.
Todos nos tildan de cobardes y hablan de las mil soluciones que pudieron evitar el fatal desenlace
de nuestra vida pero en el fondo consciente o inconscientemente todos hemos sentido la miseria
atravesar nuestro pecho, ahondarse en el alma y desgarrar los sentidos. Es entonces cuando nos con-
vertimos en el vivo ejemplo para valorar la vida y todo lo que el mundo nos ofrece, cuando por un

19
momento podemos acariciar la gloria. Y de repente nos damos cuenta que nunca vivimos como real-
mente quisimos, solo fuimos presa del capricho del mundo, embriagados de una supuesta alegría y
libertad.
Posdata: Nosotros los escritores en cada escrito buscamos desesperadamente despertar de este
sueño llamado vida.
Solo deseo vivir lo suficiente para aprender a no morir.
JCDB

Foto: Juan Carlos Daza Badillo, vereda El Piñal, Dagua

20
21
 EL RELATO
Aclaración de la editorial. El siguiente texto se había clasificado en anteriores números como
un ensayo este escrito del dagüeño Alberto Montoya Montoya, al ser un texto híbrido lo hemos de-
cidido moverlo a la categoría de relato, aclaramos que es un relato histórico con tintes de ensayo.
Histórico porque usa elementos simbólicos de la realidad dagüeña, como la Hacienda el Bono, cu-
na del famoso panecillo. Además, de hacer hincapié en la familia Reza Montoya, una familia con
ascendencia iraní, primeros habitantes del actual corregimiento El Limonar. Ensayístico, por pre-
tender explicar el origen del pandebono, la historia de la mencionada hacienda, los principios de
escritura de María y el vínculo de Jorge Isaacs con Dagua.

Foto tomada de la página de Facebook Hacienda Recreativa El Bono

Dagua, Jorge Isaacs y María

Historia del pandebono
Parte III
Por Alberto Montoya Montoya

A
firmaba jactancioso, que la Persia
es el país del pan. Allí se horneaba
desde hace más de 7000 años ela-
borándolo con una gramínea lla-
mada la espelta o escanda, similar al trigo desti-
nada a las clases pudientes. Los imperios egipcio
y chino la utilizaron por el reconocimiento de sus
múltiples cualidades nutricionales. Recordaba
también el uso del pan de pita relleno de queso o
el taftun, llamado el “pan de cada día”, debida-
mente horneados que se acompaña con todas las
comidas. Por esa experiencia heredada de su
pueblo, preparó pan con almidón de yuca y maíz,
queso molido, mantequilla y azúcar y de esa
combinación se originó el pandebono.
José Amador Reza y Leonisa Vergara, pro-
crearon a Genoveva Reza, María Antonia, Bea-
triz, Luisa Adelaida, Celia, Olga y Ana Isabel. Ge-
noveva se casó con Francisco Montoya y, de esa
rama, nació una familia de educadores y férvidos
poetas, a saber: Jorge, Efraín, Luis Hernando,
Bertha Susana, Pedronel, Alberto, Graciela y Te-
resa. Esta familia, precisamente es la cultivadora
de la tradición del pandebono.
22
Nunca se imaginó José Amador Reza, que
ese pan, se constituiría en uno de los manjares
más deliciosos para ser degustado con café, cho-
colate, té y, que se vendería por la ciudad de Cali,
a finales del siglo XIX. De la hacienda El Bono,
todos los días se enviaban peones a venderlo en
canastos cargados al hombro o a lomo de mula,
anunciándolo como el “pan de la hacienda de El
Bono”. Esa tradición familiar la heredó Genove-
va Reza de Montoya, quien en sus hornos de El
Limonar y Dagua a principios y mediados del si-
glo XX, los preparaba y les enseñaba a sus hijos
la receta y el modo en que se realizaba la horna-
da. En los años 50, Luis Hernando Montoya Re-
za y su esposa Alicia Guevara, fieles a ese legado,
internacionalizaron el Pandebono en su negocio
Tardes Caleñas, al frente de la Plaza de Toros, en
la ciudad de Santiago de Cali. En ese sitio comer-
cial, los clientes hacían largas colas para adqui-
rirlo, especialmente el que preparaba sus hijos:
Francisco, Gustavo Humberto, Nidya, Genoveva
y Enrique, que eran unas tiras largas deliciosa-
mente horneadas que se degustaba con gaseosa.
 En la ruta Cali, Buenaventura, los buses de
las flotas Magdalena y Expreso Palmira hacían
sus paradas en Dagua en sendas estaciones orga-
nizadas para ese descanso. Una estación estaba a
cargo de Teresa Montoya y, la otra, a cargo de
Jorge Montoya Reza, atendida por su hijo Carlos
Montoya Paz. En esos sitios, se vendía un deli-
cioso pandebono de rosca a los pasajeros de ese
trayecto. Raúl Montoya Montoya, prepara en la
actualidad el pandebono para degustarlo con su
familia. En la Hacienda El Bono, la tradición
continuó con don Pedro Collazos Rodríguez y
hoy con su hijo Pedro Collazos, quien atiende a
la clientela desde 2017. Gustavo Humberto Mon-
toya Guevara y su esposa, Martha Lucía Quintero
Escobar construyeron en el kilómetro 26 en Da-
gua, una sucursal de Tardes Caleñas para ofrecer
a sus visitantes colombianos y extranjeros, el na-
tural y auténtico pandebono, legado de la familia
Reza Montoya.
Regresando al pasado, nuevamente toma la
palabra Amador Reza, para expresar que la fami-
lia Reza, llegó a España proveniente de Irán an-
tes de que los expulsaran en el año 1609. En esa
reconquista, se vieron forzados a emigrar, unos a
México y otras a La Nueva Granada. A México
llegaron en 1570, Antonio de Guerra Reza, que
venía de Castilla La Mancha en compañía de su
hijo Juan, quien se casó a los tres años siguientes
con Ana de Zaldívar. Esta dama era descendiente
de los Zaldívar y los Mendoza de Salazar que
eran vascos ricos y quien junto a los Oñate fun-
daron la ciudad de Zacatecas. Esta estirpe pro-
creó tres hijos: Antonio de Reza y Ana de Zaldí-
var, Juan Guerra de Reza, Diego de Reza, Vicen-
te de Zaldívar y Reza. Estas familias se extendie-
ron por Zacatecas, Durango y Chihuahua. Los
que se dirigieron a la Nueva Granada fueron los
ancestros de Miguel Antonio Fernández de Navia
y Reza Montoya y sus hermanos José Joaquín
que era presbítero, María Francisca, Nicolás y
María Martina Reza y Montoya, quienes residían
en Popayán en los años 1743.
Afirma que fueron musulmanes conversos al
cristianismo, sin que tuvieran que abandonar su
cultura, su lengua, sus costumbres. Coloca como
ejemplo, el caso de Zaida, que por su amor a Al-
fonso VI, se convirtió, tal como lo cuentan los
cantares de gestas. En siglos posteriores, los
mudéjares y los moriscos como mozárabes se
23
vieron forzados a renunciar a sus tradiciones.
Como consecuencia, de la reconquista española,
muchos árabes y musulmanes abandonaron las
tierras españolas para emigrar hacia el virreinato
de la Nueva Granada.
Perfecto Elías, interrumpe la conversación
para ordenar a sus peones que alistaran la yegua-
da, la cual pastaba en un valle cercano en medio
de las colinas verdes, en el preciso momento, en
que se asomaba el sol mañanero. La caballeriza
de la hacienda era numerosa y estaba catalogada
como la mejor de la región. Perfecto Elías Verga-
ra y Amador Reza, les ordenaron a los ujieres de
arriería que les trajeran a sus caballos, el macho
rucio y su castaño coral. Marcelino Montoya, pi-
de al raso negro y Jorge Isaacs su caballo negro.
Los peones ensillan los caballos de los invitados
pertenecientes a prestantes familias de la región,
todas emparentadas entre sí, como los Paz, los
Ramos, los Ramírez, los Vivas, los Cardona, los
Zamorano y la extensa familia de los Vergara que
se extendió por esas tierras, que no envidiaban el
Paraíso.
La fría neblina que se extendía por las azula-
das cumbres de Santa María, esperaban expec-
tantes a los jinetes. En esas crestas altísimas de
las montañas, rodeadas de robles negros, comi-
nos, aguacatillos, balsos, helechos y ortigas, en
las últimas colinas, sobre las sierras de occiden-
te, se observaba el vuelo majestuoso de las águi-
las. ¡Cuántas veces Isaacs, había soñado divisar
aquellas montañas de cúspides cubiertas de res-
plandores de roció, a la vista de las cuales, profe-
saba reverdecer apacibles expectaciones! ¡Se
imaginaba y hablaba de sueños propagados por
pueriles quimeras, que el viento inconstante se
llevaba hacia esas cumbres radiantes del Dagua!
(…)
24
 EL RELATO
El Charco del muerto*
Por Ricardo Alberto González Santamaría
Foto: El Charco del muerto en el río Dagua. 1990. Créditos a quien corresponda.
C
uando por primera vez se abría paso
la civilización con el tronar desbor-
dante de las locomotoras, nació en
medio de las montañas desoladas y
arrullado por el río, un pueblito que debía llevar
el nombre de las aguas que lo adormecían con su
suave murmullo.
Este pueblito tranquilo y despreocupado vio
correr por primera vez a Jorge Alberto. Su paisa-
je arisco y ardiente fue escenario de sus travesu-
ras de niño ágil y retozón. Su libertad no tenía
límites y muy pronto su curiosidad lo llevó a mi-
rar con nostalgia y placidez las corrientes canta-
rías del río, que parecía invitarlo a viajar muy
lejos y a conocer el mundo.
Cuando el niño se detenía descuidadamente,
recostando el mentón sobre las manos apoyadas
sobre las burdas barandas de madera del viejo
25
puentecillo, se quedaba pensativo sintiendo por
efecto del desplazamiento de las aguas como el
puente parecía viajar en sentido inverso de la co-
rriente, tan rápido como era el paso de las aguas.
Jorge Alberto debía atravesar el puente todos
los días para irse a la escuela y solía salir unos
minutos antes de su casa para tener tiempo de
detenerse a mirar las aguas cristalinas del río
Dagua y hacer su acostumbrado viaje con la rapi-
dez que deseara su imaginación. El tiempo de las
clases pasaba velozmente y las labores escolares
no eran para él penosas. Pasaba siempre en el
descanso del mediodía, tiempo que aprovechaba
para almorzar y salir rápidamente llevando un
pañuelo grande junto con su bolso de tela que
llenaba de cuadernos y terciaba como un carriel
al lado derecho de su cintura.
 Todos los días iba al charco de confianza, de
aguas tranquilas y nada peligrosas. Aguas que en
ciertas épocas del año eran transparentes, tan
limpias que el niño podría abrir los ojos dentro y
ver las arenas multicolores del fondo, los pececi-
llos y miles de burbujas en los remolinos donde
iban a refugiarse cuando eran perseguidos.
Jorge Alberto no recuerda cuándo aprendió a
nadar, su memoria no es muy precisa por estos
años, pero puede aseverar que cuando fue por
primera vez a la escuela ya era nadador con bue-
nos recursos. Su madre, confiada en la habilidad
que demostraba, le permitía ir todos los días a
nadar, pero le había notificado que no debía, por
ningún motivo, aventurarse hasta el Charco del
Muerto, sitio este peligroso y distante, en donde
según decían se había ahogado una persona en
circunstancias un poco extrañas. Algunos, abo-
nando material a la leyenda, afirmaban que se
trataba de un pobre hombre que iba por el ca-
mino de arriba hacia su finca, y había rodado por
la montaña rocosa hasta las aguas del río.
El sitio era peligroso, la montaña le restaba
luz al paraje y en la parte de abajo del remanso
había un remolino que podía ser fatal para el na-
dador inexperto.
Jorge Alberto sabía todo esto, pero las aguas
eran tan cristalinas y serenas que no resistía la
tentación de sumergirse en ellas y sentirse a sus
anchas buceando y aumentando cada vez más el
tiempo de permanencia bajo el agua. Así pues,
en una ocasión decidió llegarse hasta el sitio
prohibido y trazó su plan: esta vez sería de los
primeros en abandonar la escuela al finalizar las
labores de la mañana llegaría a casa presuroso,
almorzaría rápidamente y en esta forma tendría
tiempo para llegar al Charco del Muerto, nadar
un rato y alcanzar las clases de la tarde.
Cuando llegó al charco vio únicamente a un
muchacho a quien nunca había dirigido la pala-
bra, por la diferencia de edades que los separaba.
Pensó que antes de estar completamente solo,
era la conveniente la presencia de esta persona
por si algo inesperado pudiera ocurrir. El mu-
chacho permanecía indiferente, recostado sobre
la peña, recibiendo el sol sobre sus espaldas y ni
siquiera parecía haberse enterado de su presen-
cia.
26
Comenzó a nadar, como quien suelta un pez
al agua. En corto tiempo reconoció el charco a
todo lo ancho y profundidad, delimitó claramen-
te hasta donde podía aproximarse sin ser sor-
prendido por el remolino y calculó, con cierto
instinto temeroso, desde qué altura podría lan-
zarse de la roca. Quiso hacer esta última expe-
riencia pero la presencia del desconocido inhibió
y prefirió probar mejor con el buceo. Decidió
atravesar el río a lo ancho, por debajo del agua,
sus pulmones debían estar bien entrenados por-
que llegó a la orilla opuesta con suficiente reser-
va de oxígeno. Comenzó a ascender suavemente
con mínimos movimientos de las extremidades.
Cuando casi alcanzaba la superficie, sintió
que algo se posaba sobre su cabeza y lo impulsa-
ba fuertemente hacia la profundidad. El niño no
hizo mayor resistencia y permitió que su cuerpo
bajara, abrió perfectamente los ojos y reconoció
el pie del muchacho. Entonces se desplazó hacia
un lado e intentó nuevamente respirar, pero en-
contró una fuerza suficiente de retrocederlo has-
ta el fondo.
Quiso salir por tercera vez, desplazándose ha-
cia el lado contrario y con angustia sintió la mis-
ma resistencia que se le impedía. En medio de la
desesperación que le faltaba la falta de oxígeno,
veía cómo el malvado se desplazaba de un lado
para otro siguiéndolo y regocijándose de su su-
frimiento.
Por su mente confundida pasaron en esos se-
gundos, innumerables pensamientos: veía a su
madre recriminándole la desobediencia; a sus
compañeros de clase parecía estarlos viendo por
última vez y los pececillos y las hojas sueltas de
los cuadernos se mezclaba con las burbujas de
las aguas arremolinándose en una sola confusión
de objetos y de ideas. En su desespero pensó en
la inestabilidad en que encontraba su malhechor
y decidió aprovechar este último recurso; cuando
hizo otro intento y tuvo sobre la cabeza el pie del
agresor agarro este con ambas manos y tiró hacia
abajo con todas sus fuerzas. Pretendía hacer per-
der la estabilidad al muchacho y alcanzar la su-
perficie de las aguas para respirar. Consiguiendo
esto, Jorge Alberto se sintió otra persona, capaz
de nadar mucho y de correr varias leguas.
 Pero también en este preciso momento el te-
mor loa cometió nuevamente, pues se dio cuenta
que el malvado al perder el equilibrio se había
lacerado la espalda contra la roca y la sangre co-
menzaba a enrojecer el agua cristalina. El niño
sabía que esta lesión no era suficiente para dete-
ner la furia del muchacho, así que decidió alcan-
zar rápidamente la orilla, recoger sus ropas y co-
rrer con la velocidad de una gacela sin volver la
mirada, ya que cada vez sentía más cerca las zan-
cadas de su perseguidor.

Llegó a la escuela con los ojos más enrojeci-

dos que de costumbre, pero más temprano que
nunca y esa tarde tuvo oportunidad de hacer so-
nar el trozo de riel suspendido que por orden del
maestro indicaba la iniciación de clases.

*Tomado de Monografía y semblanzas

de Dagua, de Guillermo Becerra Collazos, pági-
na 277, tercera edición, 1994.

27
28
 LA CRÓNICA

Una simple historia de amor en nuestro tiempo

Por Libardo Perlazza-Tello

McCollum podía atesorar sus memorias, era la

de Embankment. Por eso llegó a ser una figura
familiar para los usuarios, la mujer sentada en el
banco, esperando el momento que las puertas
abrieran para reconfortarse con la voz amada.
Pero eso cambió el pasado noviembre, el trans-
porte de Londres retiró el anuncio y lo reemplazó
con uno moderno. Con el corazón roto, la viuda
escribió al sistema solicitando una copia de la
grabación para escucharla en casa. Para su sor-
presa en diciembre un disco compacto con la voz
llegó como regalo de navidad. Aunque fuera del
ambiente natural de las estaciones y no sonara
igual, era un gran consuelo.

Sin embargo la saga tendrá un final feliz: la

Foto: Margaret McCollum. Créditos a quien corres-
ponda.
historia de la viuda sentada en un banco, miran-
do los trenes de la línea Nothern, para recrearse
l tablero electrónico que anuncia la en los recuerdos de un amor más allá de la muer-
llegada de los trenes a la estación de te, se filtró a la opinión y se peticionó al trans-
Embankment, en Londres, se ilumina porte de Londres, aceptaron reinstalar el anun-
con las letras “Tren aproximándose cio en la voz del actor en la estación de Embank-
permanezca detrás de la línea amarilla”. Los pa- ment. La próxima vez que utilicen la línea negra
sajeros se aprestan a abordarlo, solo una mujer no se sorprendan si una ronda de aplausos salu-
permanece sentada. Cuando abren las puertas dan el brillo de los ojos de la mujer en el banco,
por los altavoces un voz clara, sin acento, pro- cuando las puertas del metro abran y el altavoz
nuncia las tres palabras que son parte de la cul- repita “Mind the Gap, Mind the Gap”.
tura del tren subterráneo más antiguo del mun-
do: Mind the gap (Cuidado con el hueco). La mu-
jer en el banco sonríe, un brillo de felicidad irra-
dia de sus ojos. El tren se marcha. Ella mira el
tablero y sabe que el próximo arribará en cuatro
minutos. Mientras espera sus pensamientos se
pierden en el pasado. Es la doctora Margaret
McCollum, médica jubilada de 65 años, viuda
desde 2007, la voz en los altavoces es la de su di-
funto esposo, Oswald Laurence, un antiguo ac-
tor, que grabó el mensaje para prevenir a los via-
jeros de los peligros de los espacios entre los va-
gones y las plataformas. Por muchos años, la voz
prístina fue parte del metro en las estaciones de
Londres. El paso del tiempo trajo nuevas tecno-
logías y con ellas la voz del actor fue desapare-
ciendo, reemplazada por anuncios sintetizados.
Finalmente, la única estación donde la doctora
29
30
 EL POEMA

Insectario de trenes
Por Eduardo Bechara Navratilova

Foto: Eduardo Bechara entre rieles, San Joaquín, Dagua

A Saul Munevar llevas entre tus páginas

las prisas blancas,
rrumpe, hojas de un lienzo
hipopótamo al borde del abismo, entregado a lo posible.
locomotora de los tiempos, Tren de los papagayos,
entre las montañas. muéstranos tu soplido de viento,
Contigo viaja la imaginación, el bufido que emana
el transcurrir de los siglos, de tu vientre;
la literatura dile a estas personas:
los libros que cruzaron continentes, aquí vengo con mis hierros
el cambio de luces en las tardes. vueltos óxido,
Nadie sabe tu nombre; con los versos
te pareces a la poesía que alumbran el camino.
en su actitud taciturna,
y sin embargo Dagua, octubre 10, 2022

31
32
 EL ENSAYO

Reconstruyendo la historia de Dagua, Valle del Cauca

Por Juan Carlos Echeverry Narváez
Abogado y Actor popular

Mapa manuscrito de la región del río Dagua, 1764. Fuente: www.loc.gov/item/2001622517/

omo lo he venido significando en cacicazgos la Cordillera Occidental y las tierras

otros ensayos sobre la Fundación de
Dagua, es claro que el actual Muni-
cipio de Dagua, Valle, no inicia su
poblamiento territorial con la llegada de los pri-
meros conquistadores españoles al litoral Pacífi-
co y a las cuencas hidrográficas de los ríos San
Juan, Raposo, Dagua y Anchicayá, en el siglo
XVI. Pues, en realidad, nuestros territorios co-
lectivos indígenas ancestrales se remontan por
lo menos al 3000 a. de C., cuando los primeros
grupos de cazadores y recolectores poblaron con
bajas del litoral Pacífico.
Ahora bien, recordemos que en el año de
1535 y provenientes de Quito, las expediciones
militares españolas al mando de Sebastián de
Belalcázar, fueron los primeros conquistadores
españoles que entraron al valle del río Cauca y
quienes el día 25 de julio de 1536 fundaron el
distrito de Santiago de Cali. En ese año de 1536,
el adelantado Don Sebastián de Belalcázar con-
quistó y despojó de sus territorios colectivos in-
dígenas ancestrales a los pueblos indígenas de la

33
nación Calima, por medio de las famosas capitu-
laciones; pues, el conquistador invertía recursos
financieros como adelantado en la conquista de
territorios con poblaciones indígenas; y, en con-
traprestación, el Rey le entregaba los títulos de
unos territorios en propiedad y unos indígenas
para explotarlos en encomienda, a cambio de
elevados tributos a la corona española. En razón
de lo anterior, en el año de 1538, Cieza de León,
que fue el único cronista de la conquista del valle
del río Cauca, al respecto escribió que: “Los in-
dios y los caciques que sirven a señores en enco-
mienda, se encuentran en la sierra”.
Ahora bien, en el año de 1540, el marqués
Don Francisco Pizarro, realizó la primera delimi-
tación de Santiago de Cali, hasta la denominada
Lengua de Dagua, fijando el límite territorial oc-
cidental de Santiago de Cali, hasta el reciente-
mente fundado puerto marítimo de San Juan de
la Buenaventura. Recordemos que en el año de
1540, el también adelantado Don Pascual de An-
dagoya, ordenó a su capitán Juan de Ladrillero,
la fundación de la población de San Juan de la
Buenaventura y partiendo desde el mar pacífico
atravesó toda la cuenca hidrográfica del río Da-
gua, derrotando, despojando y esclavizando a los
cacicazgos indígenas de Antucetas y Daguas, per-
tenecientes a la nación Calima, hasta arribar a
los Farallones del Villorrio de Santiago de Cali.
En el año de 1552, el oidor Don Francisco Bri-
ceño, por orden de la corona española, crea el
primer censo poblacional de todos los indígenas
en encomienda, existente en el límite territorial
occidental de la denominada Lengua de Dagua.
El oidor Don Francisco Briceño, después de la
reglamentación del trabajo de los indios cargue-
ros o tamemes, fue enviado por la gobernación
de la Nueva Castilla del Perú, para comenzar a
rendir un informe al Virreinato de Perú y a la co-
rona española, de la administración de aduanas
y los impuestos generados por las exportaciones
e importaciones de la encomienda de la Lengua
de Dagua, entre el Villorrio de Santiago de Cali y
el ya construido puerto marítimo de San Juan de
la Buena Ventura.
Por lo anterior, el oidor Don Francisco Brice-
ño fue quien desarrolló la primera encomienda
de transporte indígena de la Lengua de Dagua y
el primer modelo occidental de ordenamiento
34
territorial en el valle del río Cauca, que hacía
parte de la gobernación de la Provincia de Popa-
yán, en la Nueva Granada del Virreinato de Perú.
Creando para efectos políticos, administrati-
vos y fiscales, tres nuevas provincias de la gober-
nación de Popayán; la Provincia del Mar, cuyo
centro administrativo era el Distrito portuario de
San Juan de la Buenaventura y cuyo primer al-
calde fue el capitán Juan de Ladrillero; la Pro-
vincia de los Indios Cargueros de la Montaña,
cuyo centro administrativo era el Distrito de Pa-
pagayeros y cuyo primer Alcalde fue el capitán
Don Alonso de Fuenmayor; y la Provincia del Va-
lle, cuyo centro administrativo fue el Distrito de
Santiago de Cali, cuyo primer alcalde fue el capi-
tán Don Pedro de Ayala.
Es decir, en el año de 1552, se nombró como
primer adelantado y encomendero de la Provin-
cia de los Indios Cargueros de la Montaña al ca-
pitán del ejército Don Alonso de Fuenmayor,
quien fue nombrado para administrar la aduana
de las primeras encomiendas de Indios Tame-
mes, desde el ancestral cacicazgo de los Indios
Papagayeros, el cual, hoy en día corresponde
exactamente al casco urbano del municipio de
Dagua, Valle. Posteriormente, en el año de 1559,
el licenciado Don Tomás López, por las constan-
tes quejas de los frailes dominicos en contra de
los esclavistas mercedarios; fue nombrado por la
corona española como oidor indígena de la real
audiencia de los confines en Perú. Y fue especial-
mente designado como visitador de la provincia
de los indios montañeses, por lo cual, realizó el
segundo censo y el segundo modelo de ordena-
miento territorial, de la encomienda” de la pro-
vincia de los indios de la montaña, la cual ya
abarcaba en sus límites territoriales las cuatro
inmensas cuencas hidrográficas de los ríos Rapo-
so, San Juan, Anchicayá y Dagua.
Posteriormente, en el año de 1563, la corona
española y el papado romano, crean una sola in-
mensa encomienda indígena denominada la doc-
trina de los indios montañeses, que se entrega en
su totalidad y con sus territorios colectivos indí-
genas ancestrales, a los frailes mercedarios del
convento de la Merced. En el año de 1596 y en
razón a que continúan las constantes quejas de
35
los frailes dominicos en contra de los frailes mer-
cedarios y sus esclavistas encomiendas indíge-
nas, se crean legalmente por disposición de la
corona española, los denominados resguardos
indígenas coloniales. La institución jurídica y
agraria del resguardo, fue adoptada por la coro-
na española, como medida protectora de los pue-
blos indígenas conquistados, después del fracaso
de la encomienda como política pública esclavis-
ta. Estas asignaciones de tierras colectivas se
realizaron a algunos ancestrales pueblos indíge-
nas sobrevivientes a las guerras de conquista,
con prohibición a la venta y cualquier otro tipo
de negocio, además de la negativa a que la tierra
así formada fuese poblada por gente distinta a
los naturales.
Estos nuevos resguardos indígenas, anterio-
res encomiendas, servían como agencias de la
iglesia y el estado para difundir la fe a los nativos
y también para apaciguarlos para los propósitos
estatales. Su misión era educar a los indígenas en
las costumbres occidentales y continuar con la
misión de la Iglesia Católica. Pero, tras de todo
ello, se encubrió la explotación de minas de oro
para ser saqueados sus tesoros hacia España con
el fin de financiar las guerras contra Inglaterra y
Francia. Esta explotación de minas de oro, el tra-
bajo como cargueros y las enfermedades de los
conquistadores, exterminaron a la mayor parte
de la población indígena esclavizada en el res-
guardo de la provincia de la montaña, anterior
encomienda de los indios montañeses, por lo
cual, los frailes mercedarios comenzaron a im-
portar por el puerto de Buenaventura miles de
esclavos negros de África.
Ahora bien, recordemos que en el año de
1810, se produce la guerra de independencia de
América, donde lucharon con el Libertador Don
Simón Bolívar, todos los pueblos indígenas y
afrodescendientes que se encontraban inhuma-
namente esclavizados como cargueros y mineros
en los ancestrales territorios colectivos indígenas
de Raposo, Anchicayá, Dagua y el Puerto de Bue-
na Ventura. Ellos fueron quienes realmente im-
pidieron, desde sus ancestrales poblaciones indí-
genas, que el ejército español pudiera entrar por
las cuencas hidrográficas de los ríos Dagua, Ra-
poso y Anchicayá, nuevos hombres, armamentos
36
y avituallamientos desde Panamá, ocasionando
la derrota del ejército español y la victoria del
ejército libertador, en el primer grito de indepen-
dencia que se produce precisamente en Cali, Va-
lle, el día 3 de julio de 1810, donde se convierte el
cuartel militar el convento de La Merced, destru-
yendo a su huida los frailes mercedarios todo el
archivo histórico y los títulos coloniales del res-
guardo indígena de la doctrina de la montaña.
En el año de 1821, se crea la primera Consti-
tución de Colombia y la primera Ley de manumi-
sión de Esclavos. Por lo cual, todos los hijos de
indígenas y afrodescendientes nacerían ya libres,
aunque miles de sus padres y abuelos debían
continuar bajo inhumana esclavitud. En éste
mismo año de 1821, se expide por parte del pri-
mer congreso de la república, la Ley de manos
muertas o Ley de supresión de los conventos me-
nores, que fue la primer reforma agraria rural
del país; pues, por medio de ella, se le expropió a
la iglesia católica todos los territorios colectivos
indígenas ancestrales, que manejaban primero
como encomiendas y posteriormente al años de
1559 como resguardos esclavistas.
Terrenos que desde 1821 pasaron a ser consi-
derados como territorios nacionales o bienes bal-
díos del estado, que serían entregados a los pue-
blos indígenas y afrodescendientes liberados, pa-
ra establecer sus nuevos resguardos, cabildos y
palenques, como territorios nacionales con las
características de ser inajenables, imprescripti-
bles e inembargables.
La supresión de los bienes inmuebles y mue-
bles de todos los conventos menores, incluyendo
los territorios colectivos indígenas ancestrales de
sus antiguas encomiendas indígenas y posterio-
res resguardos indígenas coloniales; fue en reali-
dad la primer reforma agraria rural integral, en
la nueva república de Colombia, que legalmente
le expropia, suprime o le quita a la iglesia católi-
ca, todos los bienes inmuebles de sus misiones,
resguardos y/o encomiendas, para dejarlos como
nuevos territorios nacionales y/o terrenos bal-
díos del estado, a donde regresarían a vivir nues-
tros ancestrales pueblos indígenas y afrodescen-
dientes que lograron sobrevivir valientemente a
más de 300 años de salvaje esclavitud.
Estos nuevos territorios nacionales y/o terrenos
baldíos del estado, se crearon precisamente para
devolvérselos a los pueblos indígenas y afrodes-
cendientes que lograron sobrevivir valientemen-
te a más de 300 años de salvaje esclavitud; y po-
der determinar legalmente, la manera como de-
berían gobernarse hacía el futuro los entonces
mal llamados indios salvajes, que fueron incor-
porándose y reduciéndose nuevamente con todas
sus costumbres, cultura y cosmovisión, a sus te-
rritorios colectivos indígenas ancestrales.
En el año de 1859 y después de vencer en la
famosa guerra de los conventillos, a las esclavis-
tas congregaciones religiosas mercedarias, el
congreso de la república ordena definitivamente
la libertad de todos los esclavos y la indemniza-
ción a todos los colonos españoles propietarios
de indígenas y negros esclavos. Posteriormente,
en la Constitución Política de 1886, el constitu-
yente Don Rafael Núñez, crea el primer modelo
de ordenamiento territorial de Colombia, como
una república unitaria. Ordenando en su Artícu-
lo 4to, que; “El territorio, con los bienes públicos
que de él forman parte, pertenece únicamente a
la nación”. Y, que los antiguos territorios nacio-
nales quedaban incorporados en las secciones a
que primitivamente pertenecieron.
Posteriormente, mediante la Ley 89 de 1890,
“Por la cual se determina la manera como deben
ser gobernados los salvajes que vayan reducién-
dose a la vida civilizada”, se ordenó que:
“Artículo 3. En todos los lugares en
que se encuentre establecida una parciali-
dad de indígenas habrá un pequeño cabil-
do nombrado por éstos conforme a sus
costumbres.”
“Artículo 14. Cuando no se pueda ave-
riguar o descubrir cuáles son los indíge-
nas o sus descendientes que tienen dere-
cho al Resguardo, el Prefecto de la Provin-
cia respectiva, hechas las indagaciones
convenientes, declarará que tales resguar-
dos pertenecen como ejidos a la población
que en ellos o a sus inmediaciones esté
situada.”
En razón de lo anterior, los pueblos indígenas
liberados regresaron masivamente a vivir en sus
saqueados territorios colectivos indígenas ances-
37
trales, ahora denominados territorios ejidales y
territorios nacionales; y, los afrodescendientes,
que habían sido secuestrados de África para
traerlos a trabajar a la Nueva Granada como es-
clavos, se vieron obligados a tener que quedarse
viviendo en las costas del mar Pacífico y en las
costas del mar Atlántico, ocupando las cuencas
hidrográficas de sus principales ríos afluentes,
como el San Juan, el Dagua y el Anchicayá, don-
de habían vivido por más de 300 años encadena-
dos como esclavos cargueros.
Lamentablemente, mediante Ordenanza 022
de 1904, con el fin de desaparecer cualquier re-
cuerdo histórico de que todo el territorio del ac-
tual Municipio de Dagua Valle, fue primero un
ancestral territorio colectivo indígena y poste-
riormente un esclavista resguardo indígena colo-
nial; y, para poder privatizarlo como simples bie-
nes baldíos adjudicables a los nuevos colonos re-
publicanos, se le cambio simplemente el nombre
al ancestral distrito indígena de Papagayeros,
para renombrarlo como el nuevo distrito de Da-
gua. Y, para acabar de borrar cualquier recuerdo
histórico de nuestra valiente nación indígena Ca-
lima, que fue brutalmente esclavizada y saquea-
da en el esclavista resguardo indígena de la mon-
taña; en año de 1909, se inventó una falsa histo-
ria consistente en que el Municipio de Dagua,
Valle, fue recientemente fundado por la Compa-
ñía Constructora del Ferrocarril del Pacífico, que
supuestamente le compró nuestros territorios
colectivos indígenas ancestrales a un hacendado
particular y posteriormente de manera generosa
los donó como ejidos para fundar al distrito de
Dagua, Valle.
38
 EL MANUSCRITO

Informe de lectura
Cuaderno de poemas, autor: Antidio Erazo
Por Saúl Munévar

Imágenes escaneadas del manuscrito de Cuaderno de poemas

C
uaderno de poemas es un manuscrito compuesto de 55 textos con una intención poética
y una temática variada. El autor es el docente Antidio Erazo, Licenciado en Física de la
Universidad Libre y quien ha dedicado más de 30 años a la docencia en el municipio de
Dagua. El tópico predominante es el amor de pareja correspondiente a 22 textos, 13 con
temática paisajística, 6 de tema reflexivo, 5 de tema social, 3 de tema familiar, 2 de tema de exalta-
ción, 1 de alusivo, 1 de epistolar, 1 de tema zoomórfico y 1 de intimista. Al parecer, todos correspon-
den a una primera escritura, es decir, son la primera versión, lo cual sugiere necesario que haya nue-
vas reescrituras con el fin que se acerquen a un fin poético. Como se suele decir en la jerga literaria
“escribir es reescribir”. Predominantemente, los textos son escritos en prosa y verso libre. Infortuna-
damente, hay poca exploración de herramientas y figuras literarias. El más común o de uso frecuente
en los textos es el símil, donde se usa el comparativo “como” en algunas construcciones de frases. A
continuación, se comparte una tabla donde se propone una clasificación temática de los 55 textos
analizados.

39
 Título Temática Título Temática
1.La luna Paisajístico 29. Negros nubarrones Paisajístico
2. Amor sublime Amor de pareja 30. La música Reflexivo
3. Éxtasis de amor Amor de pareja 31. Rosa, flor maravillosa Paisajístico
4. Amor inolvidable Amor de pareja 32. Estrella Alusivo
5. Manantial de ilusión Amor de pareja 33. Sueño Exaltación
6. A mis hijos Familiar 34. Amor sin barreras Amor de pareja
7. El día en que te conocí Amor de pareja 35. Embrujo de amor Amor de pareja
8. Maravillas de Dios Paisajístico 36. El preso Social
9. Amor imposible Amor de pareja 37. El mar Reflexivo
10. Amor a primera vista Amor de pareja 38. Colombia Social
11. Amor tormentoso Amor de pareja 39. La felicidad Reflexivo
12. Gotas de lluvia Paisajístico 40. A qué juegas Amor de pareja
13. El arte de ser maestro Social 41. Amor adolescente Amor de pareja
14. Cuando yo nací Familiar 42. Mujer especial Amor de pareja
15. Lluvia celestial Amor de pareja 43. Carta a mi profesora Epistolar
16. Aroma de mujer Amor de pareja 44. El paisaje Paisajístico
17. Cuando hacemos el amor Amor de pareja 45. Ojos Exaltación
18. A solas Intimista 46. Arco iris Paisajístico
19. Madre Familiar 47. Quisiera Amor de pareja
20. La magia de la noche Paisajístico 48. El campo Paisajístico
21. La pobreza Social 49. El samán Paisajístico
22. La tristeza Reflexivo 50. Quisiera ser ave Zoomórfico
23. Cuando te beso Amor de pareja 51. Lágrimas de sol Paisajístico
24. El atardecer Paisajístico 52. Las gotas de amor Amor de pareja
25. Piel desnuda Amor de pareja 53. La soledad Reflexivo
26. Tú y yo Amor de pareja 54. Dónde están mis valores Social
27. El amanecer Paisajístico 55. Tu amor me pertenece Amor de pareja
28. La vida Reflexivo

Tabla de clasificación temática de Cuaderno de poemas

Se puede hacer una trazabilidad de los textos
con cada tema predominante, los cuales obede-
cen a la ruta común de un iniciado en la escritura
poética. El primero es “Amor de pareja”, los pri-
meros escritos suelen obedecer a sentimientos
predominantes (de hecho, la poesía puede ser
muy emocional), por esta razón, aparecen poe-
mas donde el sentimiento imperante es el amor;
la primera mirada del poeta suele ser hacia aden-
tro, hacia nosotros mismos. La segunda línea es
“paisajística”, algo recurrente en los iniciados en
la escritura poética, nuestro entorno (incluida a
las personas) suele ser la primera y principal
fuente de inspiración. Hay 6 textos reflexivos,
que por su característica de reflexión se alejan un
poco de una intención poética al acercarse más a
una opinión.
Hay dos textos que se acercan mucho a la fi-
nalidad de un poema, el titulado “La pobreza”, el

40
41
cual tiene un tópico social, y el titulado “Quisiera
ser ave”, este último tiende a un deseo zoomórfi-
co de la voz narrativa de habitar el cuerpo de un
ave para eliminar la fronteras humanas. Ambos
rompen con la temática predominante y ambos
se acercan a un efecto que en poesía se conoce
como “extrañamiento”, un efecto que rompe con
la lógica del lector, un efecto estético que no se
experimenta con una lectura común. El primero
es un cuadro pintado con palabras, lo que en
poesía se llama écfrasis (una representación ver-
bal de una representación visual). En el texto se
puede ver a un niño con cartones y un costal
deambulando en la calle; es una imagen cruda,
fuerte, real y tristemente icónica. A continua-
ción, se transcribe el poema y se hacen algunas
recomendaciones (R) para una segunda reescri-
tura y las que sean necesarias:
La pobreza
(R: Puedes optar por dejar los artículos a un
lado y solo titular “Tristeza”. Ahora bien, incluso
puede ser un título cargado de ironía para crear
contraste entre el título y el contenido del texto,
por ejemplo: “Cajita feliz”.)
La niebla en forma de manto
(R: El manto de la niebla)
Cubre con sus tentáculos las exuberantes co-
linas,
(R: Cubre con sus tentáculos las colinas)
A lo lejos,
En la selva de concreto,
(R: “selva de concreto” es un lugar común, es
decir, es una figura muy recurrente, podría bus-
carse un juego de palabras para esta. Por ejem-
plo: En el ajedrez de concreto, sobre un retazo de
concreto, sobre el despertar del concreto…)
Un niño abre sus ojos.
La pobreza carcome su piel,
(Aquí estás utilizando el recurso de la metáfo-
ra y la prosopopeya (darle vida a un concepto o
un ser inanimado). ¿Cómo puede la pobreza car-
comer la piel? Aquí puede suceder eso que lla-
mamos “extrañamiento” o experiencia poética.
De manera metafórica, quieres decir que al niño
se le nota el estado de abandono y carencia.)
El colchón donde descansa cada noche
Son tres cartones
(R: Es muy explicativa, obvia y evidente la
frase. Cuando esto sucede la intención estética y
42
poética se disminuye o se pierde. Aquí se puede
proponer un juego de palabras o recurrir a una
figura literaria. Por ejemplo: De la noche recicla
un colchón de tres cartones, Tres alas de cartón
son su lecho, Su noche es de cartón y cemento…)
Y la cobija un costal viejo recogido en la ca-
lle.
(R: Igual que en el verso anterior, es muy evi-
dente y explicativo. Se puede hacer un nuevo jue-
go de palabras aquí. Por ejemplo: En una cobija
de costal recicla su sueño, Su cobija es un viejo
sueño recogido en la calle, En lo profundo del
sueño su costal es un alto techo…)
La vida es incomprensible,
La riqueza la disfrutan unos pocos
Y la pobreza muchos.
(R: Es una frase muy reflexiva, casi que una
opinión, ¿por qué no decirlo de otra manera? Por
ejemplo: En una balanza de cartón y cemento
pesan menos los sueños, Con la cajita feliz, unos
llenan su hambre y otros cobijan sus sueños…)
La tristeza se refleja en su mirada
Y la angustia recorre su cuerpo
Al no saber qué sucederá mañana.
(R: Este final puede funcionar, pero ¿te ima-
ginas intercambiar algunas palabras para causar
un mayor efecto poético? Por ejemplo:
La tristeza se refleja en su mañana
Y la angustia despierta su cuerpo
Al no saber qué sucederá.
¿Qué tal?)
Quisiera ser ave
Las aves viajan de un sitio a otro,
No se preocupan del pasaporte ni de la visa
Para ir a otro lugar.
Nosotros no podemos ingresar
Sin ningún problema a otro país,
Pues existen fronteras
Que cortan nuestra libertad
Impidiendo el paso al caminante.
Quisiera ser ave
Para disfrutar de los diferentes paisajes
Que existen en todo el mundo,
Embriagándome de placer
Al contemplar tanta hermosura.
Quisiera ser ave para visitar a mi amada
Que se encuentra lejos de mi alcance
En un hermoso paisaje junto al mar.
R: El tema propuesto por el autor es interesante
y puede encontrarse referencias en otros mitos,
íconos o canciones, como el mito de Ícaro o le-
tras como “Ayer me dijo un ave”, de Caifánes o
“Halcón a medias”, de Gianluca Grignani. Cómo
no recordar el verso de Raul Gómez Jattin: Vigi-
lo el cielo con ojos de gavilán y lo nombro en
mis versos. O canciones que hace alusión al te-
ma de la migración y las fronteras, como
“Mojado” o “Pal Norte”. Sin embargo, “Quisiera
ser ave” todavía es un texto muy aproximado a la
prosa y la descripción, pero a partir de este ha-
llazgo hombre-ave-frontera puede proponerse
una nueva versión minimalista del escrito con
una estética poética usando las palabras claves,
por ejemplo:
Viento pasaporte de ave,
No hay frontera en tu sombra.
Extraño pasado de ángel,
Soy foráneo en tu cielo.
Ojos es un texto con una intención poética,
pero hay recurrencia de lugares comunes, por
ejemplo, “Ojos como luceros”, “Ojos de arrullo”,
“Ojos de pasión”, “Ojos cautivos”, “Ojos de
amor”; hay que recordar aquí que cuando el ad-
jetivo no da vida al poema, lo mata. Se puede re-
comendar un referente de un poema construido
a partir del tema de los ojos de un autor mexi-
cano, Mares, de Jorge Leroux, un bello texto que
habla de los ojos sin mencionarlos, predomina la
figura del sinécdoque, la parte por el todo:
Había caracoles en sus pestañas,
Había una proa muerta,
Había en sus mejillas un fango de hombres y
sirenas,
Había botellas rotas,
Había llorado.
Con respecto al primer texto del cuaderno,
Luna, se puede recomendar leer al poeta mexi-
cano Jaime Sabines, quien le escribió un poema
a este astro, la cual la convierte en un objeto ma-
nipulable y le confiere otra materia y otras fun-
ciones en su texto.
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
43
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
(…)
Recomendaciones generales
Evitar en lo posible no usar el artículo El o La
para titular los textos.
Evitar el uso de adjetivos y los adverbios ter-
minados en –mente.
Permitirse juegos de palabras, alternarlas. El
desafío aquí es acercar palabras que aparente-
mente son contrarias o no guardarían relación,
pero cuando el poeta las logra comunicar, enton-
ces es muy posible que acontezca un hecho poéti-
co.
Permitirse alternar versos (líneas) y encon-
trar más posibilidades de expresar de manera
poética saliéndose de la escritura en prosa y ex-
plicativa.
Permitirse la reescritura de los textos usando
más figuras literarias, como la metáfora, la hi-
pérbole, la sinécdoque, la écfrasis, el oxímoron,
etc.
Si es el caso, se sugiere una exploración en
otros autores que hayan escrito sobre la misma
temática, leer o escuchar cómo abordan el tema
o qué juego de palabras o metáforas proponen
para tomar la referencia de su propuesta poética
o estética.
En cada texto hay una intención poética, una
exploración, un querer decir, un hallazgo estéti-
co, una propuesta… Lo que te convierte en un
poeta es romper con la forma común de decir las
cosas o evitar las mismas estrategias con las que
otros poetas ya lo han dicho, cuando encuentras
una forma nueva o poca convencional de expre-
sar y decantar en letras los paisajes, el amor, la
pareja, la familia, lo social, etc., una experiencia
poética y literaria empieza a nacer. Lo invitamos
a reescribir.
44
 Informe de lectura
Amorología, texto de Duván Velasco
Por Saúl Munévar

Imagen escaneada del manuscrito original de Amorología

A
morología es un relato de argumento amoroso. El autor es Duván Velasco, un líder cam-
pesino y un cronista nativo de su territorio de la vereda Las Camelias, del municipio de
Dagua. El relato narra la historia de amor entre dos personajes llamados Isamar y Tony.
Se conocen en la escuela, llevan una amistad muy cercana, dentro de su ingenuidad se de-
claran novios, relación que se continúa en el colegio, la universidad para reencontrarse por casuali-
dad después de la graduación y reiniciar el compromiso hasta el matrimonio y constituir una familia.
Es una primera escritura, un primer borrador, por lo tanto se recomienda una reescritura y las que
sean necesarias hasta que el texto adquiera una alta calidad literaria. El texto puede clasificarse como
un relato pero aún no alcanza el nivel de cuento debido a que no hay un conflicto (nudo) claramente
definido que exija una solución o desenlace contundente. A lo largo de la narración no se presenta
conflicto alguno o ningún problema para la pareja, además que la narración es una historia sencilla
(simple), ya que está atravesada por el amor romántico e idealizado que suele ser común con casi to-
das las historias de amor. Su narración es lineal y va con una cronología de crecimiento: niñez-
juventud-adultez (escuela-colegio-universidad).

45
 Se recomienda replantear la historia y propo-
ner un conflicto que obligue a la narración llegar
a una solución. A continuación, se proponen tres
diseños (o maquetas) para reescribir Amorolo-
gía. Para darte una idea general de qué es un di-
seño, o una maqueta, es un breve texto que resu-
me un gran escrito en pocas palabras con tres
hechos fundamentales, por ejemplo, Tierra de
cuervos, de Tatik Carrión, se podrían destacar
tres momentos importantes en secuencia de
acuerdo a la historia de la novela, por ejemplo:
1- Una niña vive con su padre, madre y her-
mana en una zona rural donde hay indicios de
violencia.
2- El padre sufre amenazas hasta que lo ase-
sinan.
3- De manera solitaria, la niña se ve obligada
a desplazarse e iniciar un viaje hacia la ciudad.
Hay cuentos breves que cuentas historias de
parejas de las cuales puedes basarte en su estruc-
tura e identificar cuál es el conflicto principal del
o los protagonistas. Las historias de amor tienen
algo muy particular, repiten muchas cosas que
en casi todas las historias de amor aparecen, co-
mo el amor imposible, el amor prohibido, el
amor frustrado, el amor idealizado, la separa-
ción, las crisis de pareja, la infidelidad, el matri-
monio, la familia, etc. Entonces, la pregunta para
Amorología sería ¿qué tiene de único, particular
y especial esta historia que no tengan las demás
historias de amor? Historias sobre niños que se
creen enamorados hay muchas, estudiantes del
bachillerato que se enamoran hay más, viejos
amores que se reencuentran y reviven su pasada
relación, abundan. ¿Qué toque especial le pode-
mos dar a Amorología? ¿Qué gran desafío les
podemos dar a los protagonistas? ¿Cómo supe-
ran ellos este desafío? Hay un microcuento del
escritor Eduardo Galeano, en su libro Memorias
del fuego, de una historia de amor prohibido ba-
sada en un hecho real y él lo cuenta de la siguien-
te manera: “Ellos son dos por error que la noche
corrige”. Hay un bello relato del mismo Eduardo
Galeano titulado “Las cartas de amor”, es exten-
so así que lo resumo aquí. Una pareja se conoce
en un bar, se enamoran y tienen una experiencia
de amor. La mujer tiene que viajar a otro país y
quedan en que ella le va a escribir una carta cada
inicio de mes. Y así sucedió, en cada carta ella le
prometía que dentro de poco estarían juntos;
46
hasta que ella no volvió a escribir. El hombre su-
frió mucho por esta incomunicación. El hombre
leía y releía las cartas para guardar la esperanza.
El las guardaba en una caja fuerte como su ma-
yor tesoro. Un día los ladrones se meten a su ca-
sa y le roban la caja fuerte. Los ladrones se de-
cepcionaron cuando la abrieron. Uno de ellos de-
cidió empezarle a enviar las cartas al hombre
una por una cada primero de mes y el hombre
revivió la esperanza de que algún día ella volve-
ría. Para cerrar con otra historia de amor del
mismo escritor, esta sucede en Cali, cuyo prota-
gonista es uno de los grandes representantes del
teatro experimental: Enrique Buenaventura.
Para la cátedra de literatura
Enrique Buenaventura estaba bebiendo ron en una
taberna de Cali, cuando un desconocido se acercó
a la mesa. El hombre se presentó, era de oficio al-
bañil, a sus órdenes, para servirlo:
—Necesito que me escriba una carta. Una carta
de amor.
— ¿Yo?
—Me han dicho que usted puede.
Enrique no era especialista, pero hinchó el pecho.
El albañil aclaró que él no era analfabeto:
—Yo puedo escribir. Pero una carta así, no puedo.
— ¿Y para quién es la carta?
—Para… ella.
— ¿Y usted qué quiere decirle?
—Si lo sé, no le pido.
Enrique se rascó la cabeza.
Esa noche, puso manos a la obra. Al día siguiente,
el albañil leyó la carta:
—Eso —dijo, y le brillaron los ojos—. Eso era.
Pero yo no sabía que era eso lo que yo quería de-
cir.
Se dejan algunas maquetas aquí, propuestas
para una o varias reescrituras para Amorología:
Maqueta uno
1-Isamar y Tony se conocen en la escuela.
2-Sucede una toma guerrillera en el pueblo y
ambas familias deben desplazarse a diferentes
ciudades.
3- Isamar y Tony se reencuentran en la adul-
tez y cada cuenta la historia de qué sucedió cuan-
do ellos se separaron y todo lo que tuvieron que
pasar por culpa de la violencia.
Maqueta dos
1- Isamar y Tony se hacen novios en el cole-
gio.
 2- Isamar y Tony son secuestrados, liberados
a distintos tiempos y salen del país.
3- Se reencuentran años después y renace un
viejo sentimiento atravesado por los traumas del
secuestro.
Maqueta tres
1- Isamar estudia y Tony trabaja desde joven
para ayudar a su familia. Tony trabajó por mu-
chos años para la familia de Isamar.
2- Años después se reencuentran y Tony le
cuenta la historia de superación que tuvo que pa-
sar para salir adelante, además de revelarle cier-
tos secretos oscuros de los negocios del padre de
Isamar.
3- Isamar es salvada de un ataque sicarial por
Tony y este muere.
Recomendaciones generales
Replantear el título del cuento, Amorología
es un título rebuscado para este cuento y creo
que no es coherente con la historia propuesta.
No hay como tal una definición clara de este
“concepto”, pero se podría entender como una
“ciencia” que estudia los tipos de amor. En el re-
lato solo hay un tipo de amor expuesto, y es el
amor de pareja.
del amor, el amor que no se comunica. ¿Qué tal
si lo intentas? Puede ser algo como esto: Tony e
Isamar son los mejores amigos en la escuela y en
inicios del bachillerato. Ambos son muy buenos
estudiantes y tienen personalidades muy contra-
rias. Tony es muy tímido e introvertido, la cuesta
socializar con la demás gente; Isamar es un poco
más extrovertida y sociable, más de una vez ha
salvado y defendido a Tony del matoneo que le
suelen hacer por su sobrepeso. Ambas familias y
compañeros saben que a Tony le gusta mucho
Isamar, pero Isamar no se entera y Tony no es
capaz de decírselo. Isamar se empieza a enredar
con chicos que no la valoran o la toman como un
pasatiempo, mientras Tony soporta cada despe-
cho de su amiga. Tony desarrolla un cáncer ter-
minal y tiene una recaída el día de su graduación
de bachiller, lo cual le impide asistir al evento.
Isamar va a visitarlo a su casa al otro día y se en-
tera que Tony murió esa noche en el hospital. De
pronto, a su celular le entra un mensaje de texto
de Tony donde le dice que él está bien, que no se
preocupe y que ahora él va a cuidar de ella.

Evita las descripciones, decir que Tony es

buen estudiante o que Isamar es una niña dulce,
como lector no me está diciendo mucho al res-
pecto. Las descripciones no van muy bien dentro
de los cuentos, que pretenden ser breves, conci-
sos y contundentes. Ahora bien, si esas descrip-
ciones de Tony e Isamar serán fundamentales
para el desarrollo de la historia ya que ayudarán
a resolver el conflicto, tienen toda la razón de ir
en el cuento.

Inserta un conflicto dentro del cuento, Amo-

rología es exageradamente dulce, romántico e
idealizado, y volver a reunir a la pareja después
de años solo para justificar la palabra
“Amorología” no es un buen final. Sugiero re-
plantear este final una vez hayas definido un
conflicto.

Sugerencia de conflicto: No todas las histo-

rias de amor tienen que tener un final feliz, no
siempre funciona así en la realidad. Un posible
conflicto para tu historia es la incomunicación

47
48
 hoy ese matadero no funciona. Ahora, es un lu-
gar lleno de rastrojo, maleza y cuya estructura se
está cayendo a pedazos. Los postes sobre las ta-
pias están llenos de moho y musgo. El piso es un
tierrero agrietado con un intento de arbustos que
se abrieron paso por el concreto, muestra de que
la naturaleza es capaz de regenerarse.

Las puertas, unas abiertas y otras entreabier-

Antiguo matadero municipal. Foto de Juan Holguín
EL ARTÍCULO DE OPINIÓN
tas, parecen invitar a un viaje de ultratumba al
estilo de la película de terror El otro lado de la
puerta. Hay algunos muros con textos bíblicos y
faltas de ortografía: “Yo soy la luz del mundo el
que me sigue no andará en tinieblas” (Juan 8.
12); “Busqué a Jehova, y él me oyó” (Salmos 34:
4), citas que empiezan a ser ilegibles.

Reitero la pregunta y agrego: ¿podría un lu-

Donde a hierro matan, la muerte
gar como ese ser otra cosa? ¿Podría ser una ex-
será el olvido
tensión del parque del Llanito? ¿Podría un lugar
Por Juan Holguín
donde solo se generaba muerte llegar a ser un

¿
Puede un lugar donde se ha sacrificado a espacio para la vida? Lo cierto es que por allí pa-
tantos animales no más que para el consu- saron muchos animales para vivir sus últimos y
mo y disfrute humano ser algo diferente? angustiosos momentos, pero ahora ese mismo
Con total desconocimiento de la situación lugar está en el olvido más absoluto y silencioso.
jurídica, administrativa o propietaria del predio,
me he puesto a pensar en algo así.

Recuerdo cuando tenía escasos ocho años pa-

saba por ese lugar tratando de mirar por la ven-
tana con curiosidad. El piso era liso, los garfios
colgaban del techo y hubo una que otra vaca des-
tinada al sacrificio, esperando pacientemente su
cruel destino.

También recuerdo el desfile de animales que

iban al matadero y la diferencia entre ellos.
Cuando pasaban vacas, lloraban, pero iban pa-
cientemente dirigidas por su posible verdugo en
instantes posteriores. Cuando pasaban los cer-
dos, iban haciendo un escándalo por toda la Ca-
lle 13 hasta llegar al sitio de su sacrificio en nom-
bre de la gastronomía y la nutrición.

El lugar siempre me pareció tenebroso, oscu-

ro y no recuerdo ver el rostro de ningún hombre
que matara a los animales. Pero era un poco ate-
rrador el pensar que después ese animal que es-
taba allí iba a ser colgado de esos garfios.

Han pasado unos 25 años desde ese entonces;

49
50
 LA CITA MUSICAL

Dagua presente
Por Juan Morales

Foto: Juan Morales. Tomada de su Facebook.

E
l 26 de mayo de 2023 en el parque Ricaurte en un evento de música urbana se presentó el
joven dagüeño Juan Morales, con la bandera de Dagua al cuello cantó el tema titulado Da-
gua presente una canción inspirada en la historia del municipio, que toca varios temas y
resumen en frases de rap referencias al territorio con su geografía, su cultura, su realidad
social y los nombres que tuvo antes Dagua, como Papagayeros y Caldas. A continuación, comparti-
mos una breve reseñar biográfica aportada por el autor:

Mi nombre es Juan Fernando Morales Escobar. Nací el 17 julio de 1999 en el municipio de Da-
gua, Valle del Cauca. Desde chico soy apasionado por la música del rap y hip hop. Soy graduado de
la Institución Educativa del Dagua, sede Gimnasio, en la cabecera municipal. Vengo de una hermo-
sa familia compuesta por cuatro hermanos y mis padres que siempre me inculcaron los buenos ca-
minos. Mi padre que, aparte de Dios, ha sido mi mentor en todo lo que he podido emprender. Dedi-
qué parte de mi vida al fútbol, algo que por voluntad de mi Dios no se dio. Estudié cierta parte de
Teología pero no pude terminar. Hoy en día, gracias a Dios, soy amante de la música, del arte, la
cultura y la revolución.

51
 Dagua presente
Dagua es un municipio del departamento del Va-
lle del Cauca,
fundado en 1909
Es un pueblo guerrero que siempre ha echado
pa’adelante,
Que nunca se ha rendido
Juan Morales
Coro
Victoria en mente
Dagua presente
Pa to’a la gente del viejo occidente (x2)
Yo represento aquel pueblo guerrero
Que puso a Dios como primero
Letras de júbilo por un pueblo sincero
Antes conocido como pueblo de papagayeros
Mi Dagua y su historia quedó escrita
Deportistas que la sudan por la causa bendita
Tuvimos el campeón mundial en boxeo y se lla-
ma Dinamita
Piropos y sonrisas para la niña
A nivel nacional Dagua el máximo productor de
piña
Bienvenidos a la feria y capital de la piña
Una tarde con un cofi, un buen blond y un buen
pandebono
Escuchando a Saboreo Manzini
Y un paseo en el tiempo por la Hacienda El Bono
Genoveva Genoveva
Te marchaste pero la magia de tus manos siempre
queda
En la antigua vía junto a la marea
Esta es la historia pa’que usted abra los ojos y vea
Dagua es el manantial que todos los dioses
desean
Coro
Victoria en mente
Dagua presente
Pa’to’a la gente del viejo occidente (x2)
Yo represento aquel pueblo guerrero
Que puso a Dios como primero
Viejo poeta Juan Diomedes Navia
Visualizaste un caserío con la flor y su magia
“Trinan las aves dulces canciones
Cantas las ninfas del manantial
Y hay en mi pecho palpitaciones
Con la fragancia del Queremal”
Mi chica esperando en casa para que la invite y
cene
Quiero enamorarla por eso le traigo una flor del
quereme
Su fragancia es tanta que hizo que la virgen se
52
paseara por sus andenes
Ahora escucha esto y que no salga de tu cerebro
No censures la cultura pues es la esencia de tu
pueblo
Ese fue un gran consejo que me dio mi viejo
— ¡Buena Fercho!
¿Y en el 2003 qué paso?
Guerras y conflictos sin cesar
Tanta violencia entre guerrillas y paramilitares
que mi gente de sus tierras tuvo que emigrar
Variedad de climas en mi Dagua lo vas a notar
Tenemos patrimonios coloniales como la Torre
mudéjar
Mientras llueve la sangre por medio de la guerra
Juan de Ladrillero pasa y se enamora de mis tie-
rras
Jose Rufino Vivas hombre de buen corazón
Donó su gran terreno para que el hospital tuviera
su creación
Bendito Dagua te llevo en todo mi corazón
Floras y faunas colorean tu andar
El mejor Festival de música andina lo encuentras
en el Queremal
Las estaciones del ferrocarril camino histórico
territorial
Pues fueron declarados monumento nacional
Raíces de mi pueblo yo siempre voy a representar
Mi Dagua es esbelta su gente y sus velos
campesinos bajo el cielo
Sus ríos y sus suelos
Sus cultivos son tan melos
Sus mujeres sus encantos
Sus bailes y sus mantos
Sus leyendas y sus llantos
Sus mitos como el guando
Los culos que estremecen
Los años se envejecen
Pasa el tiempo y las costumbres poco a poco se
desaparecen
Melodías perfectas como ninfas en el cielo
Amarillo blanco y verde viva Dagua te llevo en mi
corazón entero
Dagua guerreros con peso en sus espaldas
No la conocías
Bienvenido a la Estación Caldas
Juan Morales
Diez mil sentimientos
Para Dagua lo llevamos en nuestros corazones
Pueblo guerrero
 LOS TIPS HISTÓRICOS
A propósito de la canción Dagua presente de Juan Morales
“fundado en 1909”
 Aunque no hay una fecha oficial de funda-
ción, se toma el 20 de julio de 1909 como fe-
cha fundacional aceptada socialmente.
“Que puso a Dios como primero”
 Hay tres símbolos religiosos sobresalientes en
el municipio. Primero, la torre Mudejar en
San José del Salado, del siglo XVIII. Segundo,
la parroquia Nuestra Señora de Los Reme-
dios”, la segunda iglesia más antigua de Da-
gua, posiblemente construida en el siglo XIX,
que en un principio fue una capilla con el fin
de “pacificar” a los indios papagayeros, y el 15
de abril de 1858 adquirió el nombre de San
Juan Bautista y nuestra señora de Los Reme-
dios. Las campanas originales se encuentran
en la iglesia de San Cayetano. La estatua de la
virgen patrona de la parroquia se encuentra
en la iglesia La Merced, originalmente encon-
trada en la zona del Queremal por indios
montañeses, en 1580.
“Tuvimos el campeón mundial en boxeo
y se llama Dinamita”
 Su nombre es José Herley “Dinamita” Zúñiga.
Nació el 22 de noviembre de 1972, en el mu-
nicipio de Dagua. Su carrera deportiva empe-
zó a los 13 años. Ejerció por 34 años y alcanzó
en el 2001 un título mundial en la categoría
Welter Junior de la UBC.
“A nivel nacional Dagua el máximo pro-
ductor de piña”
 La economía de Dagua ha sido principalmen-
te la agricultura. En el año 2000 la piña em-
pezó a volverse un monocultivo. Desde enton-
ces, se convirtió en un importante biosimbo-
lo.
“Bienvenidos a la feria y capital de la pi-
ña”
 La primera feria de Dagua se llamó “1ra. Jor-
nada Regional del Folclor y Los Deportes”
Fue del 10 al 14 de noviembre de 1982. Con la
sobreproducción de piña a inicio de los 2000
se toma esta fruta como biosímbolo e icono
de muchas campañas y eventos; pasando a
llamarse Feria de La Piña.
53
“Escuchando a Saboreo Manzini”
 Nace como un proyecto de La Casa de La Cul-
tura de Dagua, en el 2001, dirigido por Jaime
Manzi. Es una orquesta de música dagüeña
de géneros como el tropical y la salsa, cuenta
con una trayectoria de más de 23 años. Com-
puesta por jóvenes talentos y músicos de más
larga trayectoria de la escena local. Tiempo
después, Jaime Manzi se retira y la orquesta
queda a cargo de Alfonso Polanco.
“Y un paseo en el tiempo por la Hacienda
El Bono
Genoveva Genoveva”
 Genoveva es hija de Amadeo Reza (de ascen-
dencia iraní) y Eloiza Vergara. Amadeo era un
comerciante que se estableció en el siglo XIX
en la mencionada hacienda. Al ser paso obli-
gado de arrieros y mercancías hacia Cali, Ge-
noveva Reza horneaba el famoso panecillo
para los peones y viajeros. Dagua es reconoci-
da nacionalmente como la cuna del pande-
bono, pero fue popularizado en la ciudad de
Cali.
« Viejo poeta Juan Diomedes Navia
Visualizaste un caserío con la flor y su
magia
“Trinan las aves dulces canciones
Cantas las ninfas del manantial
Y hay en mi pecho palpitaciones
Con la fragancia del Queremal”»
 Juan Diomedes Navia llegó al Queremal en
1920. Iba en busca del Digua y divisó el valle
del río San Juan. De ahí se inspiró para esta
estrofa que quedó inmortalizada para la pos-
teridad en el Himno del Queremal, compues-
to por David Zabala, mismo escritor del
Himno a Dagua.
«¿Y en el 2003 qué paso?
Guerras y conflictos sin cesar
Tanta violencia entre guerrillas y para-
militares que mi gente de sus tierras tu-
vo que emigrar.»
 En Dagua se han registrado dos tomas guerri-
lleras. Una en 1996 y otra en 1999, siendo es-
ta última la que más presento daños materia-
-les a entidades del estado. La llegada de los pa-
ramilitares se registra en el 2000. No hay cifras
exactas de desplazados en el municipio de Da-
gua.
«Quiero enamorarla por eso le traigo
una flor del quereme
Su fragancia es tanta que hizo que la vir-
gen se paseara por sus andenes»
 La flor del quereme eran el tributo que los
indios montañeses le ofrendaban a La Señora
de Los Remedios, pues consideraban que ella
los cuidaba y los curaba. Alrededor de esta
flor se tiene la creencia que tiene poderes má-
gicos para el enamoramiento. La virgen refe-
renciada era llamada “La montañerita cima-
rrona”, luego su nombre y símbolo fuero ca-
tolizados.
«Variedad de climas en mi Dagua lo vas
a notar»
 La variada altitud en la geografía le propor-
ciona a Dagua dos climas que le permiten te-
ner un desierto subxerofítico, ubicado en el
corregimiento de Atuncela; y un bosque de
niebla ubicado en el Kilómetro 18, límite con
Cali.
«Tenemos patrimonios coloniales como
la Torre mudéjar»
 La Torre mudéjar tiene como año de cons-
trucción el año de 1770, es contemporánea
con la Torre mudéjar de Cali. Fue construida
en la hacienda El Salado, propiedad de An-
drés Guillermo de Collazos y Esquivel, vecino
de Cali.
«Juan de Ladrillero pasa y se enamora
de mis tierras»
 Respecto a esto, el abogado Juan Carlos
Echeverry Narváez, en su ensayo Reconstru-
yendo la historia de Dagua, Valle del Cauca,
dice lo siguiente: «Recordemos que en el año
de 1540, el también adelantado Don Pascual
de Andagoya, ordenó a su capitán Juan de
Ladrillero, la fundación de la población de
San Juan de la Buenaventura y partiendo
desde el mar pacífico atravesó toda la cuenca
hidrográfica del río Dagua, derrotando, des-
pojando y esclavizando a los cacicazgos indí-
genas de Antucetas y Daguas, pertenecientes
a la nación Calima, hasta arribar a los Fara-
llones del Villorrio de Santiago de Cali.»
«Jose Rufino Vivas hombre de buen cora-
zón / Donó su gran terreno para que el
hospital tuviera su creación»
54
 José Rufino Vivas fue hijo de campesinos y
un humilde constructor, famoso por su técni-
ca y rapidez en levantar construcciones en
tiempos muy cortos. Fama sobre la que se es-
peculaba recibir cierta ayuda paranormal.
Donó su única propiedad con la única condi-
ción de que el hospital llevara su nombre.
Murió en la absoluta pobreza.
“El mejor Festival de música andina lo
encuentras en el Queremal”
 El 30 de agosto de 1987, la líder comunitaria
Amparo Muñoz, junto a la directora de la bi-
blioteca de Bellas Artes Dora Inés Marín, lan-
zan el Primer Encuentro de Conjuntos de
Música Andina Colombiana, al que asistieron
solo dos grupos, Minga y Mestizaje.
«Las estaciones del ferrocarril camino
histórico territorial»
 De las pocas estaciones de las que se tiene
registro fotográfico está la de Cisneros; loa
cual tenía dos pisos. La Estación Caldas, alza-
da para la víspera de la llegada del tren el 20
de julio de 1920, cuyo primer nombre para la
población fue el mismo de la misma estación.
Había una tercera estación llamada San Joa-
quín, vereda en la cual existió un primer cam-
pamento y un primer acueducto para Papaga-
yeros. Actualmente, existe la estación del Ki-
lómetro 95, vereda Las Camelias, cuya casa
sigue en pie y está habitada.
«Amarillo, blanco y verde viva Dagua te
llevo en mi corazón entero.»
 Bandera diseñada por el dagüeño Miguel Án-
gel Jaramillo Díaz y dada a conocer el 6 de
mayo de 1975. El amarillo simboliza la rique-
za aurífera, el blanco la paz y el verde las
montañas.
«Dagua guerreros con peso en sus espal-
das»
 Entre Cali y Buenaventuraa existieron ocho
cacicazgos, descendiente de la cultura Cali-
ma: Micó, Cavá, Chicayá, Anchicayá, Raposo,
Bono, Digüita y Dagua. En el siglo XVI todos
fueron agrupados bajo el nombre de Provin-
cia de los indios montañenses, por la Congre-
gación Religiosa y Militar Mercederaria, per-
teneciente a Cali. En su mayoría fueron so-
metidos como indios cargueros o acémilas, y
obligados a transportar en hombros pesadas
mercancías. Esto diezmó y exterminó a gran
parte de la población.
55
 EL POEMA CITADO

El último poema*
Por Darío Lemos

Foto: Libro Sinfonías para máquina de escribir. Dagua

A
hora que puedo no solo mirar sino
«ver» desde mi cama
Las aguas de un mar sin sal y sin ahoga-
dos;
Ahora que puedo guardar esas montañas en el
bolsillo
Donde guardaba los cigarrillos amargos;
Ahora que ya casi viajo donde el animal tiene que
viajar,
Voy a mirarlo todo con sonrisa de armonía san-
grante,
Voy a ponerme nuevamente la pierna derecha,
Voy a poner un serrucho en cada encía
Y voy a «vivir» hasta que muera,
Y posiblemente amaré las mañanas
Y nuevamente algún crepúsculo peinará mis ce-
jas,
¿crees alma mía que este cuerpo fatigado y rebel-
de,
Medio cuerpo que antes fuera armónico,
Quiera soportar más esta tierra deslucida y cruel?
¿O mi cuerpo agrietado permanecerá eterna tea?
¿Llegarán los vientos como las argollas
Que llegaban a mi niñez de pececito sabio
A refrescar los latigazos de bambulina
Con que mis padres y sacerdotes españoles
Castigaban mi manera de mirar azul?
(Santa Elena, 1987)
*Último poema que Darío Lemos escribió y
que dejó sobre su cama, rescatado por Sarah Bea-
triz Posada.
Tomado de Sinfonías para máquina de
escribir – Edición Homenaje: Obra com-
pleta, cartas, testimonios, videoteca y
manifiesto. Página 189. Publicado por Abisinia
Editorial, 2023. Disponible en
www.abisiniareview.com

56
57
 EL CUENTO CITADO

Métale punk
Por Carolina Suarez Latorre

Foto: Libro Métale punk. Dagua

Cosas que hacemos y que no decimos que hacemos

(Fragmento)

M
i mamá decía que los hombres son como los perros: se entrenan. ¿Para qué?, para vol-
ver a casa, para hacer pipí, para dar la mano, para amar, sobre todo para eso, para
amar. Las bestias, que son los hombres repletos de testosterona y semen, se les entrena
también para el amor, para que no se vayan. Así decía mi mamá: “para que no se va-
yan”.

Mi mamá también hablaba de las mujeres, decía que éramos brujas, todas bien brujas, listas para
hechizar a las bestias y a los perros, a las bestias perros. Decía que el arte amatorio estaba en la coci-
na y en la cama. El entrenamiento de la bestia era sencillo, había que hacerle creer que uno era una
buena presa, una presa jugosa, deliciosa e indefensa; sobre todo, decía que debíamos parecer buenas,
con las faldas debajo de las rodillas. Con eso la bestia perro en su cuatro patas se acercaba, olfateaba,
gruñía, se hacía grande, abría de par en par el hocico, mostraba los colmillos, soltaba la baba, babea-
ba a su presa. La presa, la bruja, en la cocina y en la cama fingía no querer mientras evaluaba el paso
a seguir, mientras encontraba cómo llegar al cuello de la bestia sin antes ser mordida.

58
 El juego entre la presa y la bestia perro es un arte, un legendario arte que las brujas saben muy
bien. Primero se debe domar a la bestia, una agacha la cabeza, se hace inferior, indefensa, pequeñita.
La bestia perro, entonces, comienza a olfatear, empieza por las tetas y el culo y le huele rico, luego
lame para conocer el sabor de su presa y si le gusta prepara el hocico, lo agranda. Toda bruja sabe
que antes de que la muerda, ella debe sujetarse a su cuello. Si no lo hace, no es bruja, solo bruja.

Luego, ahí en el cuello, se agarra la bruja como las garrapatas, se acerca a las orejas y le recita he-
chizos, embrujos sucios, enfermos y bajitos; le dice palabritas podridas casi invisibles que se derriten
entre sus orejas, infectan el cerebro y ensucian el corazón. Aquellas mismas palabras que hicieron
que el Diablo bajara del cielo; la Biblia no lo dice, pero todas las mujeres sabemos que el Diablo trai-
cionó a Dios por una bruja que se amarró a su cuello y le dijo así: “eres más grande que el mismo
Dios”. Y el Diablo, embriagado de poder, se lanzó cuesta abajo, perdiendo sus alas en el descenso,
pero las palabras de la bruja lo hicieron más bestia, más perro, más grande. Unos cachos hermosos y
perfectos se erguían de la enfermedad de su cerebro.

Mientras que arriba, la bruja, ya colgada y bien amarrada a otro cuello repetía: “¿viste, Dios?,
¿viste cómo te ha traicionado tu amigo?”.

(…)

Tomado de: Métale Punk, de la escritora colombiana Carolina Suárez Latorre, páginas 11 a 12.
Publicado por Escarabajo Editorial, 2022. Disponible en www.escarabajoeditorial.com

59
60
 LA NOVELA CITADA

Inútiles formas de domar la miseria

Por Nélfer Velilla

Foto: Inútiles formas de domar la miseria, en Dagua.

Abarcas desgastadas
(Fragmento)

— Hay algo que se cae, Sico.

— ¿Cómo así?
— Pues así. Visto de cierta manera siempre hay algo que cae.
— Ya va a salir usted con sus inventos.
— No, hombre. Preste atención. Si uno para bolas, se da cuenta de cómo caen las cosas. Vea no más
las palmas de esta casa. Siempre van cayendo. Y no hablemos de la lluvia.
— ¿Qué lluvia? No me joda. Las palmas se caen de la resequedad.
— O tal vez es como yo lo pensaba antes, Sico…, las cosas no caen, sino que el mundo se eleva y deja
algo atrás, en el fondo. Entonces nosotros lo olvidamos porque de todas maneras seguimos subiendo.
Pero eso es ser optimista, ¿no cree usted?
— A mí una vez se me cayó una billetera. Y esa sí la dejé atrás. Tenía plata, pero eso no me dolió co-
mo me dolió una cartica que me había escrito mi hijo.
— ¿Cuál de los hijos?
—Su ahijado
— ¿Y para qué carajos le dio una carta si usted no sabe leer?
—No sé. Me dijo, mira papito, te escribí el secreto del mundo en este papel, ahora te toca aprender a
leer para descubrirlo.

61
— Tremendo el pelao ese. Dios lo tenga en su gloria.
— Amén.
— ¿Si ve? Hay cosas importantes que caen, casi a cada segundo. Como esa carta que a usted ahora le
duele, ¿no cree?
— Vea, se nos está haciendo tarde para ir a la gallera, digo, ya nos deben estar esperando. Camine.
— Cuando usted habla es como si cantara un vallenato. ¿Usted se da cuenta?
—…
— Dígame, Sico.
— Deje la mamadera de gallo y más bien camine, hombre.

(…)

Tomado de Inútiles formas de domar la miseria, de Nélfer Velilla. Páginas 23 a 24. Publicado
por Escarabajo Editorial, 2023. Disponible en www.escarabajoeditorial.com

62
63
 EL ESCUCHATORIO

Los espíritus escribientes

Por Jairo Corrales Melo
Nativo raizal del municipio de Dagua

Foto: Jairo Corrales Melo. En su casa bario Ricaurte, Dagua

E
ntrevista realizada el 04 de agosto
de 2021
1. ¿Cuál es su primer recuerdo de Da-
gua?
Cuando yo lo principié a conocer Dagua era
muy despoblado. Había muy pocas casas, los ba-
rrios que hay actualmente, denominado Bellavis-
ta, Buenos Aires, etc., no existían. Todo era puro
potrero aquí. La parte baja, la parte alta eran pu-
ro potrero. Ni siquiera el parque existía cuando
yo tenía cinco años. Eso allí era un bloque de po-
trero que era en bajada, tuvieron que hacer re-
lleno del municipio para hacer ese parque. Mi
mamá me contó en las historias de antes, ellos
hicieron un parque de pura mata, lo sembraron,
lo encerraron en alambre, hicieron las banquitas
en guadua, hicieron las bancas. Muy bonito el
parque. Eso se deterioró un tiempo. Después ese
parque se volvió sesteadero de ganado. Andaba
el ganado suelto por todo el pueblo. Nadie tenía
cercos, nadie peleaba por un lindero, “que yo me
voy a robar esto”. Nada de esto existía. Entonces
el parque era eso. Cuando yo tenía siete años,
estaba en tercero de primaria, nos trajeron de la
escuela ahí en el parque a hacer el relleno. A ha-
cer allí para hacer el nuevo parque. El primer
modelo de parque que hicieron aquí, el primer
modelo estructural, ya con bancas, dado por el
municipio, el alcalde señor Laercio Zúñiga en
aquel tiempo, que duró como quince años sir-
viendo de alcalde aquí en Dagua, que era nom-
brado por decreto de gobernación en aquel tiem-
po. Ese tipo andaba muy empinado (risas), a mí
me daba mucha risa ese señor. Ese fue el que
más descrestó a Dagua, creo yo. Y ahí estaban las

64
bancas marcaditas ahí con “Laercio Zúñiga”. Ya
cuando hicieron el primer parque hicieron una
fuente luminosa muy bonita en el centro. Ese fue
el primer modelo del parque cuando yo tenía
diez años a quince años.
Y de ese tiempo cuando principiaron las his-
torias a contar de entierros, muertos, visiones y
todas esas cosas. Yo me fui interesando en el te-
ma. Y me fui metiendo por ahí escuchado todas
estas historias. Lo que nunca creí fue cuando me
hablaban de la Pata sola, La Mano y todas esas
cosas, yo decía, ah, eso sino, no existía, no lo
acepté. Pero ya así espiritualmente sí, porque ya
uno veía los bultos y todas esas cosas, que en ese
tiempo, cuando yo estaba niño, si se presentaban
mucho este tipo de presentaciones, que salían
espiritualmente, que hablaban de entierros, gua-
cas y todas esas cosas.
Cuando yo tenía 10 años, que mucho recuer-
do, era que los viejitos que vivían aquí en el par-
que, que eran familia Ramos, un viejito Gabino,
que él participó en la Guerra de Los Mil Días,
que fue el que sembró ese árbol allí. El árbol que
está allí de la Ceiba el viejito me contó cuando yo
tenía nueve años que él había sembrado ese ár-
bol. Él decía que todo eso era potrero, la única
casa era allí donde ellos vivían, yo al conocí al
casa. A ese árbol le calculan más de 200 años
porque ya en la Guerra de Los Mil Días ya le ár-
bol existía allí.
Así ya Dagua se fue agrandando, agrandando
y agrandando. Hacía el año 78 yo ya tenía 17
años, ya en ese tiempo el parque existía. Cuando
se fueron formando los nuevos barrios que fue
primero Pueblo e Lata, Porvenir, Provivienda.
Después Bellavista.
2. ¿Cuántas Ceibas originalmente ha-
bían en ese parque?
En este parque estaban la Ceiba y dos Sama-
nes grandes, no sé qué especie eran, igualitico al
del enfrente de la alcaldía. Eran tres árboles
grandes. Uno estaba en la esquina del parque
donde está la pata del puente, en ese árbol yo me
la pasaba sentado a los 14. Tenía un espesor de
un diámetro como de 80 centímetros al abrazar.
Cuando yo tenía nueve años era la oficina de Ex-
preso Palmira allí donde es Nativa ahora. Allí se
65
quemó un Expreso Palmira, eso fue una desgra-
cia total en aquel tiempo, un día de fiesta de la
madre, no se me olvida nunca, a la seis de la tar-
de, no había energía ese día. Se prendió ese bus
ahí, menos mal no hubieron muertes ni nada.
Ese árbol se quemó todo. Se chamuscó ese árbol,
yo tenía nueve años, y no se secó. Al tiempo el
volvió y retoñó. Ya al tiempo se secó solo. El otro
árbol estaba acá, al otro extremo, hacia el hospi-
tal. Habían no más tres árboles grandes y todos
esos que hay ahora no existían, esos son nuevos.
Los dos samanes que eran sembrados caso de la
misma época, yo creo que esos árboles más de
150 años cuando se secaron.
3. Me contaste de la desaparición de
uno. ¿Qué pasó con el otro?
El otro también se secó. Ese secó y por eso les
tocó derribarlos que ambos se secaron. Daban
una sombra espectacular los tres árboles allí en
ese parque.
4. Dos anécdotas que siempre recuer-
das de tu vida
De niño. Yo fui muy asequible a la casa, estu-
diando, obediente y todo. A mí no me gustó mu-
cho la gaminiadera de muy niño porque siempre
la educación de nosotros fue un poco restringida.
Tampoco me gustó llevarle la contraía a mis pa-
dres, ni nada, la desobediencia. Ya después de
los 15 y los 20 si ya a mi trago, mi licor, mi rum-
ba, paseos y de todo. Que yo tuviera algo de pro-
blemas. Casi nunca tuve cosas malas que pasa-
ran en mi vida. Todo se elevó por lo regular, por
lo bueno. Y anécdota, pues, gamín. Caminando
pal río, paseando, porque me gustaron fueron los
paseos y la rumba.
5. ¿Cómo eran las rumbas de tu época?
Las rumbas mías si fueron unas rumbas muy
sanas. Eso me gustó el baile. Anduve de paseo.
Me conocí todas las veredas de Dagua andando
de paseo con los amigos. Todas las veredas las
caminé. Nos íbamos a las cuatro de la mañana a
pasear. Pero todos paseos sanos. Las rumbas
aquí eran muy buenas. Yo ya estaba rumbeando
en los ochenta a los 20 años. Aquí las rumbas
eran muy sanas, el pueblo era muy lleno. La can-
tidad de gente que se ve ahora ni comparación a
la que se veía en el tiempo de antes. Ahoritica ha
aumentado mucha la población aquí en Dagua,
pero no se ve la multitud de gente que yo vi en
mi época, a los 20 aquí, cuando Cachipay… Uno
bajaba un domingo ¿Te acuerdas las Ferias aquí
en Dagua el gentío que veías el sábado o el vier-
nes allá abajo? Ese mismo gentío se formaba ca-
da ocho días, sábado y domingo, al frente de Ca-
chipay, haciendo cola para subir a ese bailadero.
Que fue el bailadero que tuvo mucha fama aquí
en Dagua, y aún, todavía, mucha gente pasa de
Cali, Buenaventura a Dagua, preguntan “¿Aquí
es donde estaba Cachipay?” Porque venían de
Cali, de toda parte, a bailar aquí a Dagua. Ese
bailadero se nombró casi por todo el Valle. Los
sábados y domingos había que hacer fila para
subir. Lo que era él y don Milton Casanova,
cuando se llamaba Casanova, me gustaba mante-
nerme en Casanova mucho, también. Las rum-
bas eran buenísimas, hasta las cuatro de la ma-
ñana.
La primera Feria de la Piña aquí en Dagua,
cuando yo tenía siete años, era arriba y abajo, era
en las dos partes, gentío abajo en el hueco y gen-
tío en este parque acá arriba. Y todo el pueblo se
la gozaba. Después, la primera Feria aquí en Da-
gua, una que se formaron cuando ya las retoma-
ron otra vez, se formaron de niños. Que ganó
una niña de Bellavista, que no recuerdo el nom-
bre, ganó el reinado de la feria, una niña como
de diez años, que por las preguntas que le hicie-
ron ella respondió muy bien. Ya después la hicie-
ron de mujeres adultas interbarrios, se recolecta-
ba fondos para la reina y siempre ganábamos Ri-
caurte por barra, por más plata, y los del hueco
siempre p*tos. Y como la caravana en gallada, de
hinchada, de barra, la más grande era Ricaurte y
siempre ganábamos nosotros que nos gozába-
mos abajo. Recuerdo mucho la de Carmenza, la
vecina aquí, la de arriba, la Ríos que ganó el
reinado. Siempre eran unas ferias muy elegantes
aquí en Dagua. Venía mucha gente. Como será
que una vez esa Feria, te digo que había gente
desde allá de Cachipay y llegaba el gentío hasta
Fátima, toda esa Diez, vos te parabas en Fátima,
bajábamos nosotros: “uy, juepucha y por dónde
vamos a pasar ahora”. Y tenía que empezar a
abrir campo así como hormiga para llegar al otro
lado porque tenía mucha gente. En cambio, las
últimas de los últimos diez años son un poquitico
de gente que en una media hora le daba tres
66
vueltas a la tarima yo. Ni comparación cuando yo
la principié a vivir. Cuando celebraron los 80
años de Dagua bailamos ocho días, se hicieron
las Ferias ocho días el cumpleaños de Dagua.
Juepucha, salió basura en esa semana aquí por-
que el alcalde de esa época dio semana cultural.
Esa fiesta no se me olvida a mí, nunca. También,
esa me la rumbié, llegaba aquí a las ocho de la
mañana, lleno de harina, me bañaba, me cam-
biaba y a las 10 estaba abajo bailando otra vez.
Yo salí muy rumbero. A las diez estaba allá abajo
bailando y subía a las siete de la noche. Me baña-
ba me cambiaba y vuela pa abajo a bailar otra
vez y llegaba al otro día a las seis de la mañana. A
mí lo único que me gustó fue el baile, de todos
los deportes a practicar el baile fue lo que me
gustó a mí.
6. Me gustaría que me contaras la his-
toria del accidente de la bomba de gasoli-
na.
Yo venía de trabajar, yo administraba una
finca en ese tiempo, y no encuentro a nadie en el
parque. No pillé a nadie de gente aquí. Cuando
yo salgo ahí a la esquina cuando veo toda la lla-
marada. Los muchachos que trabajaban ahí te-
nían muchas pipetas adentro que dejaban llenas
de gasolina, ACPM y petróleo a parte de todo lo
que se vendía, aceites y toda esa cosa, y eso era
muy estrecho. Ya llegando las seis de la tarde el
señor que administraba allí, el dizque fue a pren-
der el bombillo, no tenía el suiche sino los dos
cables pelados y hacía el contacto. Él estaba lleno
de gasolina porque él estaba vaciando la gasolina
y se había chorreado. A lo que el cogió los dos
cables e hizo el contacto allí hizo la chispa y la
chispa lo prendió y de una se prendió todo aden-
tro. El salió corriendo de la pieza de él ardiendo
en llamas, atravesó la carretera toda, allí, a don-
de don Eliecer y cayó más abajo donde los níspe-
ros, allí quedaron las marcas pegadas en el piso.
Ahí lo apagaron a él y lo echaron para el hospital
y de todas maneras se murió.
Don Arcesio Salinas, el viejito también traba-
jaba allí con el hijo de él, que era Juan Carlos y
Juan Carlos ese día estaba en Cali. Eso exacta-
mente fue en el 90. En ese tiempo estábamos
aquí, bajábamos los espíritus, estábamos traba-
jando aquí las guacas, había un montón de tie-
rra. Estábamos trabajando los huecos aquí con
una médium que venía.
67
 A nosotros no nos dejaban meter allá. Yo no
había visto tanto espectáculo. Yo veía las pelícu-
las y salían esas explosiones de esas bombas de
fuego hacia el cielo. Yo decía ¿Eso será posible
que ese pueda ver algún día? Cuando explotaban
esas tinas de gasolina eso salía una bombarada
de fuego hacia arriba, inmensas. Dos casas más
se quemaron hacia allá. Hasta los bomberos casi
se queman con esa explosión. Todo el mundo
pensaba que todo el pueblo iba a estallar. Casi
que se prende el carro que estaba allí con la ga-
solina descargando el hueco. Como yo les decía:
el tanque estaba abajo enterrado en el piso, a eso
no le pasaba nada, estaba a dos metros, casi tres
metros de la casa. Todas las explosiones eran de
las pimpinas que estaban dentro de la casa. Esas
eran las explosiones. Pensaban que el tanque que
estaba abajo iba a explotar.
7. ¿Desde cuándo empiezas a despertar
tu inquietud por la guaquería y cómo lle-
gas al mundo espiritual?
Yo desde niño he sido muy espiritual, porque
a nosotros nos enseñaron eso, desde los siete
años empecé a practicar la Biblia, ya después es-
cuchando a mi abuelo hablando de entierros y de
toda esa vaina. Mi hermano el mayor es médium.
En ese tiempo él trabajaba con un señor don
Cándido, que ellos bajaban los espíritus escri-
bientes, ellos ponían una hoja ahí, se sentaban,
cogían un lápiz y escribía, una letra que no era
parecida a la de nosotros, eran unos garabatos
que mi hermano los entendía. Ya en el año 90
aquí con un amigo, porque aquí asustaban, noso-
tros escuchábamos cosas, vino mi hermano con
una amiga que era médium, ya me metí en el
cuento de dialogar con hermanos espirituales.
Ella se puso en el trance cuando ella bajó un es-
píritu, un indio, un cacique, que tiene un entie-
rro aquí, una huaca. Aquí hay tres huacas en este
terreno; aquí en el frente de mi pieza, que es de
un español; allá en el corredor hay de un español
y de un cacique, el cacique se llamaba Toro blan-
co. Cuando el espíritu de él entraba a mirar es
bacano verlo, porque la persona se pone en tran-
ce, entonces ella cierra los ojos y empieza a tem-
blar las manos, en ese instante el espíritu de ella
se hace a un lado, se sale al vacío y dentra uno,
cambia su voz, se pronunciaba, “Yo soy el caci-
que Toro blanco”, que pertenecía a esta región, él
nos contó que ellos enterraron ahí con un rinoce-
68
ronte, entonces el allí nos contó lo que tenía: te-
nía un olletón lleno de oro, estaba enterrada una
cacica que se llamaba Samara, dijo “Saquen los
restos de Samara, ella tiene el cabello sumamen-
te largo”. Le creció o los indios en ese tiempo no
se cortaban el cabello, eso creo yo. Ellos se ente-
rraron allí con todo. Porque ellos hicieron aquí
muchas cavernas, porque esto en aquel tiempo
esto era selva, ellos habitaban aquí, esto era un
cementerio indígena en aquella época, me constó
el cacique Toro Blanco. En aquel tiempo cuando
él nos habló de los españoles que venían, según
la historia que yo ay estando en la escuela, los
españoles llegaron aquí hacia 1492, cuando los
españoles habitaron aquí, esto era habitado por
indios, fueron tan malos que ellos cogieron a los
indios a bala, los mataban, los indios se defen-
dían con sus flechas, sus cosas envenenadas,
ellos mataron muchos españoles y los españoles
mataron muchos indios. Eran tan malos, nos
contó el cacique, que cogían a las indias y las col-
gaban de los senos, les hacían oprobios. Ellos se
escondieron porque ellos tenían muchas cuevas
aquí por debajo, se trasladaban por túneles, aquí
hay muchos túneles enterrados, que ellos se
transportaban de un lado al otro. Cuando ellos se
enterraron y los españoles llegaron, para no de-
jarse robar el oro, metieron un rinoceronte, tapa-
ron la boca con palos y pieles de animales, ellos
se enterraron con un rinoceronte, que fueron los
huesos que nosotros sacamos, por ahí tengo
unos huesitos de indios que están todos desbara-
tos, las canillas, los dientes. Los españoles los
desterraron a ellos, yo creo que en ese tiempo los
españoles se quedaron muchos viviendo acá, en-
tre ellos el que tiene el guardado allá, que se lla-
ma Abraham, y uno que tiene un entierro aquí
que se llama Benjamín. Él nos hizo un croquis y
él vivía por acá arriba en una casa, en ese tiem-
po, por este lado, por aquí donde está mi casa
donde estamos ubicados bajaba un río, ese río
desapareció, yo creo que ese río está enterrado,
subterráneo, ¿por qué?, porque vos aquí haces
un hueco y a un metro encontrás agua, aquí re-
sume mucha agua, pero es una tierra firme. El
hermano que también vino y que tiene el entie-
rro aquí, él tiene diamantes en un olletón. Él hizo
tres huecos, en ese tiempo aquí había tres árbo-
les grandes cuando los españoles invadieron esta
tierra, había tres árboles y por ahí transcurría ese
río. Y a un lado del río hizo ese hueco y metió eso
ahí. Ellos se regresaron para España y murieron
en España y acá quedó el tesoro. Inclusive, el de
allá, en la sala, es un baúl que está lleno de libras
esterlinas, y allí están las escrituras de este señor
Abraham, en papel pergamino. Él nos ordenó
que sacáramos eso pero no los hemos podido,
estuvimos en ese tiempo covando. En algo espiri-
tual que yo me di cuenta y lo entendí que si no-
sotros tenemos una rivalidad en esta tierra, por
ejemplo, los españoles y los indios fueron enemi-
gos, ese odio, para mi concepto, como que queda
reconcentrado en el más allá, en la vida espiri-
tual. Porque nosotros nos pusimos a trabajar allí,
el entierro del español, pero como ya se iba a sa-
car el baúl de los españoles, el premio, él lo lla-
maban premio; los indios esa noche se llenaron
de odio, de rabia, porque el español iba a descan-
sar, íbamos a sacar lo que él nos había entrega-
do. Entonces, ¿qué hicieron la tribu indígena esa
noche?, la tribu indígena esa noche, ellos tienen
allí enterrado un manantial de agua, allí sale
agua al piso, ese manantial de agua fue hecho
por los indios que corre por debajo de aquí; por
eso yo les digo, allí en la cocina tenemos una alji-
be hecho. La gente por aquí dice “el agua se va
acabar algún día”, si el agua se acaba yo abro el
hueco allí y les vendo el agua. Al otro día cuando
bajamos al hueco, el hueco estaba tapado, se ha-
bía desboronado, no se pudo bajar a trabajar, hi-
cimos la sesión y cuando vino el hermano del es-
pañol, dijo que lo que había pasado que la tribu
indígena se había enojado por lo que el español
iba a descansar. Ellos picaron y echaron el agua
de ellos para acá, desboronaron para que no lo
sacáramos. Le hicieron la maldad y taparon el
hueco. Nosotros ya no lo quisimos seguir traba-
jando más. Y allá se quedó enterrado un ventila-
dor pequeño mío, unas tablas, y tengo que sacar
eso porque me muero yo y quedo asustando acá.
Después, cuando en eso, el español se fue, el
cacique no vino a hablar con nosotros ese día, no
apareció. Pasaron ocho días contados aquí en la
tierra. A los ocho días volvimos a la sesión, el ca-
cique Toro blanco, el jefe de la tribu, se hizo pre-
sente. Él nos contó la verdad, lo que te acabo de
decir; les dio rabia porque el cacique iba a des-
cansar. El padre celestial los habían castigado
siete lunas llenas, cogió a toda la tribu indígena y
los metió a la cárcel, a lo que nosotros llamamos
cárcel, y allá estuvieron castigados por tres luna
llenas, o sea tres luna llenas contados acá en la
tierra, siete por tres son 21 días, espiritualmente
69
no fueron 21 días sino ocho días, yo saco deduc-
ción que el tiempo aquí en la tierra y espiritual se
cuenta de otra manera. Nos pidió disculpas, que
el premio estaba allí para que nosotros ayudára-
mos a sacar, porque ellos se encuentran cansa-
dos de cuidar eso y tiene que entregar todo lo
que tienen enterrado, darlos a quienes estamos
acá en la tierra para ellos poder descansar. Otro
hermano también nos contó que el peso de todo
lo que ellos tienen guardado lo llevan en la espal-
da, espiritualmente, por eso se sientes cansados.
Ellos hacen esas apariciones para que nosotros
caigamos en cuenta y les ayudemos, pero qué pa-
sa, que nosotros acá, como nos dijo el hermano,
nos asustamos. Esa historia nos las contó un her-
mano espiritual que vino también, un monje que
a él le mocharon la cabeza, por qué, en aquel
tiempo de los años 1400, también en esa época
había un monasterio, por las cruces, ¿te acuerdas
allá la Virgen que queda por allá abajo? Todos
hemos viajado a la Virgen. Ese día nos dice la
médium que un monje la estaba llamando, al río,
en Las Ángelas. Que allí en Las Ángelas aparece
un monje, pero el monje se hace presente con
una túnica café y un cinturón blanco, pero sale
sin cabeza, mucha gente lo ha visto y lo ven y sa-
len corriendo. Ay, dizque miren al descabezado,
dicen, pero él se hace presente es para decirle a
la gente que allí en el río tiene un guardado, un
tesoro. Y ese monje se la pasa cuidando ese teso-
ro para que el río no se lo lleve. Había un monas-
terio por la loma de la Virgen, una choza y allá
vivía el monje, entonces llegaron unos negros a
robarlo, el monje salió con una pala y el baúl que
tenía unos copones de oro, les dio la vuelta por la
casa y se le escapó a los ladrones y llegó hasta el
río rápidamente a un metro escarbó la arena y
enterró allí, y dio la vuelta y salió por otro lado,
cuando el sale lo pillan los negros, como no lle-
vaba el baúl ni nada los negros le mocharon la
cabeza; y ese tipo sale allí. Y él nos dio también
la autorización de que fuéramos y lo ayudára-
mos, que buscáramos eso que está allí. Y nos hi-
zo el croquis, hasta yo tengo un papel pergamino
allí, yo tengo los dibujos que lo hicieron con la
misma mano de ellos, tengo el dibujo de aquí, el
de allí y el del río. Allí el dibujó el río, dibujó
unos árboles y dijo aquí está el tesoro. Y dijo “Y
cada que llueve yo me la paso allí teniendo eso
para que la crecentada no se lo lleve”. Pero allá
son terrenos ajenos, uno no se puede meter,
¿cómo hace uno para ayudar a esa gente?
70
 EL CUESTIONARIO

¿Qué tan dagüeño es usted?

Q
uerido lector: Este cuestionario va dirigido a todas personas del municipio (sin restric-
ción) que residan o hayan residido en este o que hayan desempeñado cargos o labores o
proyectos importantes con impacto a nivel micro o macro en la sociedad. Impactos que ha-
yan contribuido en el municipio a nivel histórico, educativo, cultural, artístico, literario, po-
lítico o económico. El principal objetivo que persigue esta matriz de preguntas es compilar un mate-
rial suficiente como testimonio para la memoria colectiva y lograr la ubicación del municipio dentro
del mapa literario del suroccidente colombiano. Herramientas como la memoria y la narración oral y
los discursos desde el Yo (diarios, fotos, biografías, autobiografías, cartas, filmes, audios, etc.) contri-
buyen a la construcción y promoción de la cultura y de la historia local. Se resalta la pregunta en
negrilla si desea pasar directamente a las preguntas y contestar.

Si usted quiere contestar y compartir una o varias de sus respuestas con la revista para que se publi-
quen en el siguiente número, por favor enviarlas con su nombre completo, edad y profesión al correo
daguaescribe@gmail.com o al WhatsApp 317 755 17 47.

1- Uno de los versos del himno a Dagua reza así:
“Dulce hogar de nativos y extraños”. El verso es
claro en su intención de hablar de los antiguos
residentes y los que fueron llegando poco a poco,
por medio de los trabajos del ferrocarril o por ser
desplazados de otros lugares. A partir de este
verso ¿Cuánto hace que reside usted en el
pueblo o municipio? ¿Es usted migrante u
oriundo de este? ¿Cómo llegó usted o su
familia al municipio? ¿Cómo era el pueblo
de su infancia o al momento de su llegada
en el aspecto educativo, urbano, social,
político, cultural, económico o histórico?
2- Dagua es un municipio relativamente reciente
fundado casi a la par con los municipios limítro-
fes de Restrepo (1913), La cumbre (1913) y Cali-
ma-Darién (1907). Según la Red Cultural Del
Banco de la República “La geografía es la cien-
cia que estudia las características de la tierra en
relación con la sociedad. Por esta razón, sus ob-
jetos de estudio son los fenómenos físicos, bioló-
gicos, culturales, económicos y sociales, consi-
derados a partir de su distribución en la super-
ficie terrestre y sus interrelaciones.” De acuerdo
a su experiencia o experiencias de cercanos a ni-
vel geográfico ¿Qué diferencias y similitu-
des encuentra usted entre el Dagua del
pasado (hasta donde usted sabe o conoce)
y la del presente? ¿Qué grandes cambios a
nivel histórico, social, económico, políti-
co, urbano o cultural puede usted identifi-
car en el municipio?
3- Dagua fue creado y fundado por distintas co-
lonias de todo el país. Entre las más menciona-
das están la colonia antioqueña, pastusa, toli-
mense, caucana, bogotana, santandereana, bo-
naverense, entre otras. ¿Su familia o usted
pertenecen a alguna de estas y cuál cree
que ha sido su influencia sobre el pueblo?
De las distintas colonias cofundadoras del
municipio qué características de estas co-
lonias identifica usted en la ecléctica cul-
tura de Dagua.
4- El término piña fue acuñado por los españoles
a nuestra fruta insigne al tener un parecido con
el cono de una conífera o semilla de pino. El ter-
mino ananá, latinización de naná naná, que
quiere decir “perfume de los perfumes”, es de
origen guaraní. Al ser nativa de América del sur
y cultivada en varios países del mundo. A parte
de la Torre Mudéjar de El Salado, la Flor del
Quereme, el pez nayo, el río, las montañas o el
tren ¿Qué otro símbolo o símbolos consi-
dera usted que puedan representar al mu-
nicipio y que puedan cobrar más o tanta
fuerza como el de la fruta mencionada?
¿Por qué?

71
5- Así como las distintas culturas del país puede
identificarse arquetipos de mujer u hombre como
los paisas, santandereanos, vallunos, afros, etc. A
los cuales se les atribuyen cualidades únicas inhe-
rentes a su fenotipo, como el acento, el color de
piel, el color o forma de los ojos, la estatura, el
tipo de cabello. También se caracterizan por las
costumbres como su alimentación, música, fol-
klor, leyendas, mitos, danzas, etc. ¿Cuál cree
usted que sería el arquetipo de la mujer y
el hombre dagüeño y cuáles serían sus ca-
racterísticas propias?
6- En la historia del bandolerismo, la guerra bi-
partidista y las acciones de grupos armados han
tenido hechos en distintos lugares del municipio.
Figuras como el bandolero Obdulio Pérez, alias
Ñaringo, o el bandolero Gilberto Cuetia Bolaños,
alias Caballito, o los integrantes de Los Pájaros,
o los milicianos de los distintos grupos armados
al margen de la ley protagonizaron hechos de vio-
lencia que marcaron la historia del municipio.
Dagua nunca fue ajeno a hechos importantes de
violencia. ¿Cuál es el hecho de violencia más
antiguo o reciente que usted recuerda a
nivel general o particular y qué afectacio-
nes trajo para el pueblo, municipio, círcu-
lo social cercano o su círculo vital?
7- Dagua no ha estado exenta a los desastres na-
turales como inundaciones, deslizamientos, fuer-
tes lluvias, vendavales, derrumbes, etc. Eventos
que han cobrado vidas, desplazamientos, aisla-
miento, taponamientos de vía, destrucciones de
puentes, viviendas, vías y calzadas ¿Cuál es el
desastre natural más antiguo o reciente
que usted recuerda a nivel general o parti-
cular y qué afectaciones trajo para el pue-
blo, municipio, círculo social cercano o su
círculo vital?
8- A parte de María, de Jorge Isaac, hay otros
referentes literarios que referencian al municipio
de Dagua. Uno de ellos es la novela Empresas y
tribulaciones de Maqroll el Gaviero, de Álvaro
Mutis, quien se inspira en un viaje desde Buena-
ventura a Cali, pasando por Dagua: “Al salir del
puerto, el camino atraviesa primero, durante
una veintena de kilómetros, por una monótona
planicie sembrada de plátanos y algunos otros
árboles frutales de nombres difícilmente pronun-
72
ciables. Comienza, luego, a subir en un cerrado
zigzag hasta alcanzar los tres mil metros de al-
tura. Allá, arriba, entre una espesa niebla que se
viene encima de repente y hace casi imposible
avanzar, comienza el lento descenso…” Otro refe-
rente aparece en el cuento “Agua de Lluvia”, del
libro “La sonrisa trocada”, de José Zuleta:
“Pasaron por los cultivos de Piña y el olor de la
fruta produjo un bienestar extraño en Raúl. En-
tonces pensó que era un anuncio de buena suer-
te: algo grato, acidulce le esperaba. Miró los pi-
ñales y le asombraron esas grandes flores rugo-
sas y cobrizas que parecían tener el cabello cogi-
do en una moña alta y puntiaguda. –Estamos en
Dagua –comentó el Capi.” Otros libros que hacen
mención de dicho lugar es El demonio en la proa,
de Edgar Collazos. Y El fundador Santiago M.
Eder, de Phanor James Eder. ¿Conoce usted
algún libro o bibliografía (sea novela,
cuento, poema, artículo, ensayo, tesis, in-
vestigación, monografía, texto científico o
de otro campo) que trate o se refiera al
municipio de Dagua? ¿Podría citar el o los
títulos al respecto y sus autores y comen-
tar si hay la posibilidad de acceder a dicho
material?
9- Muchos de los trabajadores del ferrocarril de-
cidieron quedarse a cofundar o vivir en la aldea
de Caldas o Remedios, primeros caseríos que lue-
go se unirían para conformar lo que hoy se cono-
ce como municipio de Dagua ¿Dentro de su fa-
milia o fuera de ella hay alguien que haya
trabajado directamente con los Ferroca-
rriles Nacionales de Colombia y haya deci-
dido quedarse a vivir y establecerse defini-
tivamente o temporalmente? ¿Cuál era su
cargo, oficio u ocupación dentro de los fe-
rrocarriles? ¿Podría citar el nombre y ha-
blar algo particular sobre él o ella?
10- Unas de los tantos obstáculos que presentó la
construcción del ferrocarril fue el acontecimiento
de La Guerra de Los Mil Días (17 oct 1899 – 21
nov 1902) Durante este periodo muchos de los
zapadores y trabajadores decidieron ir a combatir
en alguno de los dos bandos políticos. De los so-
brevivientes algunos regresaron y se establecie-
ron definitivamente o por un tiempo en la aldea
de Caldas o Remedios ¿Dentro de su familia,
o fuera de ella, hay alguien cercano que
haya participado en la Guerra de los Mil
Días o en alguna otra guerra civil del pasa-
do colombiano? ¿Tiene descendencia en
Dagua o es conocida su descendencia?
¿Podría citar su nombre y narrar algo so-
bre el particular al respecto?
11- El escritor estadounidense, radicado en Co-
lombia, Tim Keppel escribió un cuento intitulado
El Robo, de su libro Alerta de terremoto, publica-
do en el 2006. Dicho cuento se desarrolla en el
municipio de Dagua: “En la foto ella se veía son-
riente y sostenía las flores como si la acabaran
de coronar Reina de la Piña”. (P.20) ¿Es usted
o conoce a alguien cercano del municipio
(que resida o haya residido) con ascenden-
cia estadounidense, judía, árabe, gitana,
china, japonesa u otra nacionalidad?
¿Podría citar su nombre y apellido y si tie-
ne algún tipo de reconocimiento o algún
tipo de participación importante en algún
campo del desarrollo del municipio?
tivas pueden llegar a instalarse en el imaginario
colectivo y hacer parte de la cultura. Conoce o
tiene usted alguna anécdota, cuento, rela-
to o historia personal acontecida en Dagua
que pudiera compartir aquí.
14. ¿Posee usted o conoce a alguien que
tenga en su poder alguna clase de material
gráfico (fotos antiguas, pinturas, graba-
dos, filmes, artículos o recortes de revista
o periódico, etc.); o material audiovisual
(grabaciones, videos caseros, audios); o
escritos (diarios, relatos, autobiografías)
que retraten o hablen del Dagua (Caldas,
papagayeros o Remedios) de inicios y me-
diados del siglo XX (1900-1999) o épocas
anteriores? ¿Hay posibilidad de acceder a
ese material?
15. ¿Teniendo en cuenta las temáticas to-
cadas en las anteriores preguntas le gusta-
ría aportar un comentario como informa-
ción adicional?

12- En el coro del himno a Dagua rezan los si-

guientes versos: Pueblo amigo/ Que siembra y
cultiva/ Granos de oro... Los afros tuvieron una
participación importante en la historia de lo que
hoy se conoce como el municipio de Dagua. Fue-
ron esclavizados en varias minas de oro ubicadas
sobre la margen del río. Minas pertenecientes a la
familia Caicedo (entre ellos varios alférez de Ca-
li). Antes de un camino carreteable desde Juntas
Dagua (hoy Cisneros) hasta la desembocadura del
río, los bogas eran quienes se encargaban de lle-
var y traer mercancías y pasajeros. En enero de
1878 se registró una de las primeras huelgas de
trabajadores por pérdida de empleo y avances
tecnológicos. 115 bogas pusieron en jaque el inicio
de la construcción de las vías férreas y sabotearon
muchas veces la construcción de este al no recibir
soluciones de parte del gobierno. A su criterio o
conocimiento ¿Qué otros papeles importan-
tes han aportado al municipio las comuni-
dades afro y como han repercutido estos
en la cultura dagüeña?

13- En toda sociedad el cuento, el relato, la anéc-

dota son estructuras narrativas que se sostienen
en la oralidad o en la escritura y que suelen trans-
mitirse de generación en generación. Tales narra-
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