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REVISTA DE POESÍA
CIUDAD
TERCERA EDICIÓN
ENERO 2023
"Los Enjambres"
Revista poética
Publicación digital
LOS ENJAMBRES
Tercera edición
Lanzamiento en enero 2023
colmenadeescritoras@gmail.com
www.colmenadeescritores.com
Editora Ejecutiva
Laura Cárdenas Armas
laura.cardenas.armas@gmail.com
Directora creativa
Laura Mendoza
lau@boldinary.life
REVISTA DE POESÍA
Editora sección "La poesía es hembra"
Gabriela Rosas
gabrielarosastalleres@gmail.com
Laura Cárdenas
LOS ENJAMBRES
REVISTA DE POESÍA
LOS ENJAMBRES
REVISTA DE POESÍA
ÍNDICE
Sección Cuentahilos 31
Olga Orozco: Un acercamiento
a la imagen poética
La sinécdoque
ÍNDICE
Sección Polen 76
Alejandra Garibay
Sin título
Eduardo Segura
Ciudad silencio
Elena González
Meditación de banqueta
Eloisa Soto
Caballo final
Felipe Ezeiza
Sobre escribir
amor criatura amor
José Rosales
In The City
Juan Calera
Las Ciudades
Ciudad X
Laulico
Chapultepec, 5:00 a.m.
María José Mures
Las afueras De Dios
Paola De Andrade
danza macabra
Rubén Décrit
Beatus Ille
Éxodo
Recomendación 97
Concursos 98
Convocatoria 108
próxima edición
Editores 111
TERCERA EDICIÓN
Enero de 2023
CIUDAD
No es lo que hay en esta isla, sino lo que es está debajo de ella, lo que me interesa.
Julio Verne, Viaje al centro de la tierra (1864)
(...)
(...)
"Un día, la semana pasada", continúa, "hubo un atardecer muy agradable, y para
la puesta del sol le dije que fuéramos al techo porque tal vez podríamos ver el
volcán, ya que a veces se puede ver desde el techo". Zambrano habla del
Popocatépetl, que en lengua náhuatl significa “montaña humeante”. El hermoso
volcán cubierto de nieve, a unos setenta y tantos kilómetros al sur, se eleva
sobre la ciudad, y si la contaminación del aire no es mucha o las nubes no lo
bloquean, sirve como telón de fondo. Zambrano me aclara que la subida a la
azotea no es fácil, que es un poco peligrosa y que su hija nunca había estado allí
antes. Cuando llegaron a la azotea, ella sonrió.
ANDREA D'MARCO
Editora de la sección
LAURA SAYÁN
Ubicación: Caracas, Venezuela
ZORIÁN RAMÍREZ
Y
LEONARDO ALMAO
VERSO LIDIO
Collage por
SIMÓN HERMIDA
LARA BLACKLOCK
SECCIÓN POR:
GABRIELA ROSAS
Poesía escrita por mujeres.
Urbe
Ya no hay hilos,
ni mendrugos que indiquen el camino de vuelta.
Ahora son balas
las que fabrican la salida brutal
del laberinto.
Becaria seleccionada para formar parte de los Talleres de POESÍA con Luis Alberto Crespo,
Armando Rojas Guardia y Rafael Castillo Zapata en la Fundación CELARG; CRÓNICA con
Rafael Osio Cabrices en la Fundación para la Cultura Urbana; NARRATIVA y PERIODISMO
con Milagros Socorro, en la Fundación Polar y UCAB.
Ha publicado los libros Nada que ver (1986), Último trecho (1998), El viaje (2001), Caracas
mortal (2015) y Bajo Infinito (2017).
Su trabajo se encuentra en las Antologías: Voces nuevas (Fundación Celarg, 1986); XII
Aniversario de la Maja Desnuda (Universidad Metropolitana, 2000);101 Poetas Jamming
(Todtmann Editores, 2015); Fervor de Caracas: una antología literaria de la ciudad(Fundavag,
2015); Cien mujeres contra la violencia (Fundavag, 2016);Todas las mujeres: Fulanas y
menganas, (CAAW Ediciones, USA, 2018); EL Puente es la palabra: escritores en la diáspora
(Cáritas Venezuela, 2019);Antología de poesía actual escrita por mujeres (I), (Revista 142 de
España, 2019); La Floresta interminable, poetas de Miami (Editorial ArtesMiami, 2019),
Hacedoras: antología con mil autoras venezolanas (Lector cómplice, 2021); Antología en
tiempos de pandemia (Círculo de Escritores de Venezuela, 2021).
Su libro “Contra el olvido” fue finalista en el Premio de poesía Octavio Paz 2021-2022,
convocado por el National Poetry Series, la Feria del Libro de Miami y el Miami Dade
College.
CUENTAHILOS
Contenidos técnicos sobre poesía.
Editor de la sección:
Johann Romero
CUENTAHILOS
DIFUSIÓN DE CONTENIDOS TÉCNICOS SOBRE POESÍA
Un día de diciembre llegaron los versos de Olga Orozco bajo la luz y el frío de la mañana.
El verso «el amor reposa su gastado ademán sobre las hierbas cenicientas», suspendió el
tiempo y, poco a poco, uno a uno, los poemas de Olga fueron apareciendo…
Cada uno ha sentido tristeza o amor, pero cada voz es distinta (y aún así, se
acompañan). En la voz de Olga Orozco yace la infancia, Dios, la ausencia y la idea de que
el pasado, en muchas ocasiones, se vuelve presente. Me gustaría que en esta ocasión
pudiéramos ver cómo, en uno de sus poemas, se va construyendo esa voz a través de la
imagen poética, esto es, a partir de su manera de ver el mundo.
Observemos, en primer lugar, la mezcla de sentidos y realidades. Los recuerdos, que son
“este leve polvillo de violetas” caen en las fechas. Un ente tangible, como es el polvo de
violetas, cae en un ente abstracto como son las fechas. Bella manera de nombrar que la
presencia de alguien reposa en los días de un año lejano. Además, tenemos aquí un
recurso frecuente en la poesía: la sinécdoque, (una de sus variantes pues existen más de
doce), esta refiere a: la parte por el todo. Decir “este leve polvillo de violetas” engloba lo
que puede ser: el jardín o la naturaleza.
El cuarto verso se encuentra solo, pareciera que esa estructura exige un espacio, un respiro.
Para después volver con un énfasis “el persistente nombre que abandonó tu mano entre las
piedras”. Vaya manera de expresar la ausencia. Pues sin nombre, el cuerpo comienza a
desaparecer también. Y como todos sabemos, los nombres son de las palabras que más
evocan recuerdos afectivos. Por ello, cuando un nombre abandona una mano, es, a mi parecer,
más doloroso.
A partir del siguiente verso el poema enumera una serie de escenas que remiten a la familia y
a la infancia, esto nos permite suponer que de la persona para quien está dirigido este texto es
a su hermano. En una entrevista realizada por Jorge Boccanera, Olga nos dice:
[…] éramos seis hermanos pero a dos no los conocí, dos chiquitas que fallecieron
antes de que yo naciera; luego un hermano varón que murió a los 19 años, y la
hermana mayor que me llevaba diez años murió cuando yo era bastante joven.
Yola y yo teníamos edades muy cercanas, compartíamos los juegos, las fiestas,
las mismas cosas. 1
Tenemos ante nosotros un retrato de la memoria. Pero no está escrito en pasado, más bien,
en presente: “Aquí están tus dominios, pulido adolescente”. Olga Orozco ha dicho que: “Yo
tengo una memoria como si actualizara todo; de pronto como si todo fuera presente” 2 . Pero
esta memoria viva se percibe como un muro. Una metáfora de los recuerdos de la infancia, de
la adolescencia.
1 Olga Orozco, “Siempre tuve relámpagos”, entrevista realizada por Jorge Boccanera, Aldea Abisinia, Julio 15, 2021.
2 Ibidem
Las casas pierden su sentido cuando nadie las habita. Los espacios perciben la
ausencia y la siguiente estrofa así lo atestigua:
En este punto del poema, la voz de Olga se sabe lejana, ausente… triste, por ello,
pienso que en la última estrofa hay una petición de espera y, como en un acto de
resistencia al olvido, la llegada de esos recuerdos que uno jamás dejará como es
el grito de la abuela, el sonido de la verja:
Olga Orozco decía: “Creo, con Cioran, que una de las tareas del hombre
consiste en violentar el tiempo: traer el pasado al presente y éste al porvenir,
mezclar una y otra cosa y en ese trámite hacerle una jugarreta al tiempo. Una
jugarreta que no sirve demasiado. El tiempo siempre gana.”. Y, sin embargo, por
breves momentos, el pasado se vuelve presente y hay quien puede volver a la
infancia…para estar con su hermano.
Este fue un breve acercamiento a la obra de Olga Orozco, poeta quien nació en
1920, en La Pampa, Argentina y falleció en 1999, en Buenos Aires. La intención
de este ensayo fue explorar las maneras en que se va construyendo un poema,
con los diferentes recursos tanto formales, como semánticos de la obra. Aunque
en este caso, se le dio un mayor peso al aspecto semántico; debo recalcar que,
en poesía, todo está entrelazado, tanto la forma como el contenido.
Bibliografía
Orozco, Olga, Relámpagos de lo invisible. Antología, Fondo de Cultura Económica, México, 2009.
Sinécdoque 1
Johann Romero
María Luisa Puga tiene un precioso texto que titula “El rostro infinito de las manos”,
dividido en breves, digámoslo así, cuadros poéticos. En cada cuadro dibuja el sentir de
una emoción a través de la descripción y el movimiento de las manos. Están las manos
que luchan, las manos que esperan, las manos que aman, las manos que odian… las manos
que buscan. ¿Por qué digo esto? Porque si contemplamos las manos de una persona
podemos mirar su emoción, su ansiedad, su lucha. Y la sinécdoque es, en palabras
técnicas, la relación que existe entre la parte con el todo. Las manos, en este caso, con el
sentimiento:
¿También lo miras? Las manos son la persona. Como menciona Coll y Vehí “una
idea debe de formar parte de la otra”.2 Este tipo de sinécdoque se le conoce como
inductiva, ya que por medio de lo particular expresa lo general; Helena Beristáin escribe
que “por medio de lo menos, lo más; por medio de la especie, el género; por medio de lo
singular, el plural” (1985: 474).
1 Hay que advertir que, para algunos teóricos, la sinécdoque se le considera un tipo de metonimia.
2 Citado por Helena Beristáin en su Diccionario de retórica y poética (1985:474).
Parece que uno puede mirar en cámara lenta esa caída del cabello, que, al mismo
tiempo, nos habla de un rostro que se mira ante el espejo, una mañana quizá, del día a día de
dos personas. A mi parecer, lo increíble de la sinécdoque es llevarnos, con un detalle a la
profundidad una historia; de hablarnos de algo más.
Un último ejemplo. Hay quien por medio de mirar las nubes ya sabe cómo será el
tiempo; hay quien por medio de sentir la textura y el peso de una fruta conoce si está madura
o no; hay quien tan sólo con sentir un pedazo de tierra puede conocer si es buen momento
para cosechar; cuentan, que hubo un rey que para conocer a alguien le pedía jugar con él una
partida de ajedrez. A lo que voy con esto es que hay detalles y hechos que nos dicen más de
alguien o de algo. Es en esos detalles donde se sintetiza y refleja lo que hay en un todo.
Bibliografía
Castellanos, Rosario, 2002. “Lo cotidiano”, en Poesía. Raúl Ortiz y Ortiz (prólogo y
selección). México: UNAM, colección Voz Viva.
Puga, María Luisa, 2020. “El rostro infinito de las manos”, en Signos de identidad, Carlos
Martínez Assad (coord..). México: Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM.
Todos mis sueños ocurren en la ciudad donde crecí, sin embargo, no fue ahí donde
nací, ni tampoco es la ciudad en la que me hice adulta, pero, sin duda, quedé
impregnada en mango y néctar de flor de ixora. A veces despierto con el sol pulsante
en la nuca, con la frente sudada y los pelos pegados al cuello, el llano se guarda las
nubes y la brisa, pero comparte estrellas y silencio, nada que envidiarle a la capital.
En ocasiones, camino los pasillos del liceo, escucho los gritos que vienen del patio
central, me tropiezo con niñas corriendo para esconderse y retomo conversaciones
con mis amigos sobre fantasmas y supuestas apariciones en el último salón del
segundo piso, sonrió al ver a Yaremi asustarse y pedir que hablemos de otra cosa,
extraño a Yaremi. A veces despierto con la angustia de una tarea olvidada o de un
examen para el cual no estudié. De vez cuando sueño con la cancha, con mis botas de
básquet, con Julio y con mi primer uniforme. Odio cuando sueño que juego y mis
brazos no tienen la fuerza suficiente como para llegar el balón al aro, lo intento de
nuevo, se pone peor, ahora mis brazos también son lentos, me desespero y lo intento,
lo intento, intento, hasta que el rendirme es igual a despertarme.
Me gusta cuando sueño con mi casa, la que nunca lo fue, la casita del medio, a veces
converso con Candela en el mueble de la sala mientras mi madre habla desde la
cocina, escucho a mi papá estacionar el carro y puedo oler el cigarro en su ropa
cuando cruza la puerta, aunque de este lado de lo sensible ya tenga más de 10 años
sin fumar.
He soñado con todas las formas en las que se puede acabar el mundo, el apocalipsis,
invasión extraterrestre, la caída de un meteorito, un tsunami gigante, guerras
nucleares y virus letales, extrañamente todos empiezan en los llanos occidentales de
Venezuela, siempre pregunto por mi hermano menor, nunca está cerca y corro a
buscarlo, en mis sueños eternamente es un niño, tierno y con miedo a los ruidos altos.
Cuando sueño, nunca me veo a mí misma en tercer plano y casi siempre sé que estoy
soñando, pero aun así no puedo elegir en qué lugar estar, siempre el mismo techo
machimbrado, la misma palma, la misma acera, supongo que las pesadillas y las dichas
a veces comparten escenarios.
Edni López
Julio, creo que no tolero más las perras palabras. La locura, la muerte.
Nadja no escribe. Don Quijote, tampoco.
Alejandra
Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya
de regreso en tu casa.
Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal,
un accidente de auto que estuvo a punto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta
de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto
así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del
lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y
no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también
vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es
falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo
sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese
poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos,
hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial,
queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que
nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la
tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva,
sólo te quiero Alejandra. Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te
bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada
chicotazo.
Julio
A veces me escapo tratando de llegar hasta dónde estás. Me dice Google Maps que en línea recta son
4899 kilómetros, pero le pregunto una ruta real y se ríe: Entre nosotros hay 7173 kilómetros, a pie,
que tardaría mil cuatrocientas horas en salvar.
En nueve horas con cincuenta minutos de avión me sentaría a tu lado. Pero además de las infinitas
subdivisiones decimales que caben en el infinito espacio entre un kilómetro y el siguiente, la distancia
mía también se fabrica de burocracias, calendarios, flaquezas y anhelos.
Para ti, los kilómetros hasta acá están hechos de distinta materia y esta ciudad ya no acoge lo que
dejaste. Mutante disfrazada, se maquilla en locales nuevos y se descascara en edificios viejos.
Un irremediable me voy.
Al abrirse las puertas del vagón, se anegó todo afuera, se anegó todo adentro.
Allá tienes 641 kilómetros cuadrados donde ser un tú diferente. Una ciudad donde armarte de nuevo.
Cultivo con esmero la esperanza de ir a re-conocerte. Sé que cuando vuelva de esa visita, en esquinas,
locales y calles te rebotarán las nuevas risas, las viejas canciones, las nuevas palabras.
Con los nuevos recuerdos podremos deshacer, uno a uno, más de siete mil kilómetros.
Lennis Rojas
Los Enjambres Revista Poética 45
Tono
detonante
La escritura es la práctica y el borrado.
Compartimos contigo ejercicios prácticos que
puedes integrar a tu rutina de escritura.
ical
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m
ón
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In s pi ra
Ciudades
oído.
ca
fé
En cuanto a la soledad,
ella sí permanece;
no me pide máscaras,
se adhiere a mí como la única compañera.
Ella sabe de la vergüenza,
aunque a ratos solapa mi necesidad de comer cosas prohibidas,
me vigila.
También ha publicado los libros de poesía Quién Vive, Entre mares alados, ¿No
habrá puerta de salida?, La costumbre del vacío y La espera y la memoria.
Caracas es Caracas.
Ellas hacen la tarea cuando escuchan un grito, una sirena, una multitud.
Él iba cruzando y lo mataron.
Nunca hace frío, nunca hace calor. Sudar es rico. El sol es rico. La
humedad me embellece. 16 grados es invierno.
Estamos muy flacos, la ropa nos queda grande. La cola para comprar
harina pan. La cola para comprar leche. La cola para la gasolina.
Caracas es Caracas.
Se quema la duda
se queda muda
ha pasado de todo
Así crucé
con la violencia salvadora con que recibe el mar a las tortugas
con fuegos de azar
intenté romper tus confines solares
arrasar con tu regalo doloroso
marejada partida de espejos
Entonces
súbitamente
aprendiste todos los dialectos
hablaste la jerga de los animales
cada lengua en remotos orígenes de las razas
Tanta fricción
tanto alarido
para que al final tu heno en ceremonia de huracanes
acabara por recordarme
que en cualquier latitud
todos los gallos cantan en el mismo idioma.
Reservo deseos.
Créditos retrato:
Fotos de Marienna García Gallo
Yo te recuerdo, Caracas
Con la derrota en mis labios
A pesar de los calvarios
A pesar del vendaval
Yo te contemplo, Caracas
Con tu sonata de ocasos
Refugiada en el desvelo
Fantasía de un consuelo
Prometido
No sé por qué te espero
No sé por qué te añoro
Aurora de atabales, silencio en mi candil
Asumo que te quiero, asumo que te lloro
Oigo tu voz en la sombra
Pero sé que te perdí
Yo no sé por qué te espero
Y no sé por qué te añoro
Aurora de atabales, silencio en mi candil
Asumo que te quiero, asumo que te lloro
Oigo tu voz en la sombra
Oigo tu voz en la sombra
Oigo tu voz en la sombra
Pero sé que te perdí
Yo te recuerdo, Caracas
Augusto Bracho
Ciudad de México, enero de 2023
«En Chapellín» es una de las nueve canciones contenidas en Música moderna, o
boleros actuales sobre la fantasía de un migrante, álbum del artista
latinoamericano Augusto Bracho y publicado en febrero de 2022.
Texto extraído de www.augustobracho.com
62
AUGUSTO
BRACHO
Cantautor latinoamericano
https://augustobracho.com
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OLA LENGUA: MI PAÍS
La lengua: mi país
donde anochecer
rima con esclarecer, y expiración
con respiración.
El perro emite
Pétalos y copos de ladridos
Que flotan hacia arriba desde la calle
Hacia donde otra víctima está sentada
Pasando de mano
en mano.
Camino de a ratos
sobre planchas que marcan
mi peso, pero lo cargan
Ahí puedes ir
despojado de nombre y estatus
de todas las otras cosas
con las que te casaste
en vano
–hijos de esclavos & inmigrantes & adictos & exiliados– que salvan a la ciudad
de dinosaurios de verdad. No quiero que sea una de esas película de policías
con un sex symbol vietnamita cursi pero progre de protagonista que tiene una compañera
negra graciosa aunque mandona. Ésta no es ocasión para que se luzcan Will Smith
& Sofía Vergara. Quiero abuelas sentadas en el porche bajando dinosaurios a los tiros
con armas escondidas en la pared & abajo del colchón. Quiero esos dinosaurios
babosos & gritones. Quiero que Cicely Tyson dé un discurso, tal vez dos.
Quiero que Viola Davis salve a la ciudad en la última escena clavándole en el largo
cuello al último dinosaurio una peineta afro. Pero no puede ser
una película negra. No puede ser una película negra. No puede ser que la ninguneen
que no sea capaz de decírmelo en público en la cara. Nada de chistes de pollo en la película.
Nada de protagonistas baleados. & nadie mata al nene negro. & nadie mata
al nene negro. & nadie mata al nene negro. De todos modos,
sólo quiero que se haga por la primera escena: el nene negro
en el colectivo con el dinosaurio de juguete, los ojos bien abiertos & infinitos
y él mencionaba la Casa de
los Niños, y yo preguntaba, ¿Qué
Calle gris.
Nací y me críe en tierras
cuyo nombre es el de un poeta.
Nezahualcóyotl.
¡Y qué poeta!
¿Qué otro escondite podría ser el mío,
si no es la palabra?
Es lo único que tengo,
la conexión de lo que soy con mi lengua.
I
Dos niñas cabalgan sobre Thalía.
Una levanta sus brazos para agitar las trinitarias que cuelgan de la alambrada,
la otra contempla el camino de flores coloradas tras las huellas.
Thalía,
vuelve para descosernos
hasta encontrar algún pequeñísimo signo de pureza
y poder montar en tu lomo
y pasear entre la ciudad en llamas.
Thalía,
No seas dócil
que te lleva el fuego
que te arrollan las máquinas
que se levanta otra torre sobre tu cuerpo inerte.
Todas las calles nos arrastran al ojo de la tormenta
navegamos en corrientes circulares
y hay quienes mueren por la repetición de este delirio.
Nosotras,
entreveradas en tu pelaje marrón
nos hicimos tormenta.
¿Recuerdas, Thalía?
Alguna vez dije que nuestras almas serán caballos de agua.
A esta hora
escucho los cascos de un ciervo
en medio de la calle
es un viajero enrarecido
al cruzar por la garganta de la noche
también distingo
a través de la oscuridad
el lugar de la emboscada
y el canto que le da muerte
creo
que los versos del pasado
continúan hambrientos
toma mi mano
yo cuidaré de ti
en lo alto de la sombra
tendré
ojos más certeros
Recorrimos el pueblo
alrededor de las gentes y sus cosas
un anciano dormitaba en la esquina de la
catedral con un gesto tristísimo
también en la grama de la plaza vimos a un
escarabajo Hércules
con sensación de irrealidad
El circo tétrico,
mancomunadas escenas
pálidas
[En fotogramas]
sobre
ojos
[Escabrosos]
conduciendo
al sujeto
del poema,
en disección
por escalpelos
a la realidad
(Extraviada)
en la latitud
del pasamanos,
como catamarán
a la deriva
y este nudo
que crepita
al instrumento musical
(Sin documentación)
a la sombra
de un árbol plástico
rozando lo inconveniente,
en un fondo oscuro
a la posterioridad de la luz...
[Del vértigo]
en el canto
[Del pájaro],
anónimo
El riel de un tren,
como el lenguaje
insospechado
de un palomar.
y la naftalina
en los labriegos
de esta tierra
custodiada
por la nada
en cada vocablo
al escarnio de la entraña...
o la armónica desentrañando
a Dios
a Bestia,
para derrumbar
en esta
exposición de vísceras
al aliento del esqueleto
en un helecho cautivo
en la precariedad
de una selva atestada
por petróleo.
Hay ciudades
que aspiran la arena y digieren el asfalto
¿Cómo nombraré
la siguiente ciudad?
Tal vez la ciudad del cálido abrazo,
con su ausencia total de goteo, danza
y aullido (¿sirena?) a los flancos
de las brújulas.
Pero no sería esta más
que la extensa palpación de una piedra
hasta ocultar el frío,
con imposibilidad total de abrasión
y torno (en silencio), de riego escarchado
y opio controlado en la estatua.
La ciudad del abrazo de la ortiga cálida.
La ciudad firme,
la ciudad cuyo único tendón
capaz de asumir batalla
está situado en la frente,
una frente estéril, sin remisión,
ciudad del conocimiento.
La ciudad evolucionada de los ángeles ya, finalmente,
levantados,
contemplando eternamente —finalmente— el hálito,
la ceguera.
Y es entonces, ahora, cuando yo recuerdo el sur de
Alemania,
limpio y amplio
hasta temerlo.
no se trata de otra
sino de la ciudad falsa, habitada por aquellos
que ni han nacido
ni debieron hacerlo nunca —y que, pese a todo,
pueblan secos y adorados todos los anaqueles—,
la ciudad incapaz
de engendrar cuerpos
y que este hombre está nombrando
mientras dura el temor
al último verso involuntario.
Cuando muero
pedaleo al vientre de la ciudad
Pedaleo
La Ciudad de México
por mi decisión,
me lleva en sus entrañas
los demás no parecen migrantes
Pedaleo
Me apuro
siento mi cuerpo
Salir
estar viva
sudo un poco más
Pedaleo
Duele
y cuando por fin se asoma el mundo
allí estoy:
volví a la vida,
llegué a Reforma.
danza macabra
Paola De Andrade
el vacío de un pueblo
pare dos voces
la otra suspira
por la repetición de un tren
devorado
que no encuentra vértigo ni
salvación
en el acto de volver a casa
lengua de gólem
que conduce
un carruaje
de dientes punzantes
su danza
empuja las llamas
al abismo
Yo arrullo en mi mano
el azul de la tierra,
el nombre palpable y cierto, el consabido rostro.
Habito
la morada del sol solamente.
Creedme:
El sur es un silencioso hallazgo
al que se llega por entre agitadas olas.
No hay camino, sino tiempo.
Después de la urbe, de la tierra, del siglo:
el nudo deshecho de los azules;
después de la deriva, tras los contornos
se halla el cálido susurro
de unas islas
que nadie habita.
Es un acogedor y delicado espacio ubicado en la Condesa, CDMX Además de los delicados y agradables
fundado por dos amigas; Jenny y Sara, quienes comparten la pasión bocadillos y
por la lectura y el buen café, rituales que consideran inseparables. la buena selección de tés Quinto que hacen
querer regresar, para nosotras el hito de
Tuvimos la oportunidad de que Jenny nos contara un poco sobre el Clarice es la posibilidad de encontrar libros
inicio su proyecto cuya motivación inicial era crear un lugar donde leídos y recomendados por Jenny a través
ambas quisieran ir como consumidoras. Sus gustos guiaron la creación de una pequeña nota reseña en ciertos
textos.
del menú y la selección de textos que encontramos en Clarice,
selección caracterizada por la variedad y presencia de algunas rarezas
Esperamos muy pronto organizar una íntima
fuera de los catálogos literarios más frecuentes.
tarde de poesía, café y té en Clarice junto a
Jenny y Sara.
También están abiertas a recibir obras independientes y de pequeñas
editoriales por lo que puedes encontrar textos que se invisibilizan en
las grandes librerías.
Punto de Partida
UNAM
http://www.puntodepartida.unam.mx/
https://eventos.uaemex.mx/poesiaynarrativa/
https://www.udg.mx/es/convocatorias/convocatoria-2022-premio-de-
literatura-ciudad-y-naturaleza-jose-emilio-pacheco-en
Libros
digitales
Listado de obras disponibles para
descarga a través de nuestro sitio
web: www.colmenadeescritores.com
Libros digitales
Cartas para soltar
Cartas en prosa poética por Arantxa Castillo
Flores o Nada
Versos de Caracas a la CDMX: mano de turquesa, peces flores,
caracoles-astros, arrecifes de cabello. Por Laura Cecilia
Cárdenas. Descarga gratuita.
Territorio Encendido
Muestra del taller Horizontes Poéticos, impartido por Gabriela
Rosas y Ana Jimena Sánchez. Un libro digital gratuito, publicado
por La Hoja Poesía Viva.
Bernabé
Lo femenino se encuentra con lo masculino en la poesía de Natalia
Gorrito (España, 1983) de manera que el equilibrio busca marcar un
hito en la historia personal de la poeta y presenta de manera directa
los estragos de la transexualidad en una sociedad que poco se hace a
la idea del florecimiento del verdadero yo.
Imaginario
Con su estilo único e irreverente, Daniel Tobar Ugalde nos
introduce en un trabajo poético maduro, lleno de matices diversos
que visita la imagen del ser amado, la pérdida y el encuentro
propio desde diversas miradas.
Intervenciones a la luz
La fotocomposición y la poesía se encuentran en este volumen
que Thalía Sánchez propone como vínculo entre la luz y la vida.
Liminares y Transversales
Con pluma voraz y precisa, Leonardo Rivas nos introduce en la
memoria de los Andes. A través de pasajes que el recuerdo trae
consigo, apoyado en un formato y estilo marcado, el poeta
marideño consigue balance entre las imágenes poéticas y el
acontecer diario del pueblo y su gente.
Mirada De Espejo
María Luisa Angarita nos regala un nuevo título cargado de
observaciones meditabundas de la condición humana, con todos
los contrastes posibles, se adueña de ella una construcción poética
delicada, reivindicativa y emocionante.
Nené
Al tocar temas del quehacer diario de un país caribeño, Pacheco-
D’Andrea nos permite adentrarnos en las perversiones de las
personas, autoridades o no, involucradas en esta historia única.
«Nené» es una pieza dramática, reflejo de una crónica diaria del
país y una sociedad indolente con la participación de cinco actores
en escena.
Parvulario de heridas
En este libro, nada es lo que parece. Por ende, no te puedes fiar de
lo que una descripción te puede decir. ¿Confías en estas palabras
para decidir si leer este libro o no?
Si lo lees es bajo tu propio riesgo, porque de algo estamos seguros
(¿o no?): las historias que Wilfrido Rodríguez Orozco, ganador del
II Premio Palíndromus de Cuento, ha creado harán que dudes de lo
que, hasta el momento de leerlas, has creído.
Resonancias triviales
La palabra se encuentra con la imagen en este libro-hogar.
Mediante el ejercicio poético sostenido de Milagro Meleán, el
lector descubrirá el universo de las pequeñas cosas, lo cotidiano
descrito a través de lo extraordinario.
Vestigios
José Manuel López D’Jesús nos propone un libro constituido por
¡un solo poema! Nos sumerge en las aguas del tiempo y crea un
texto poético poblado de voces, pasajes de la memoria y diversos
lugares.
Puedes participar desde donde estés y en todas las secciones que desees con
un máximo de tres aplicaciones por sección, no es necesario que sean obras
inéditas.
RIA
PRÓXIMA EDICIÓN ABRIL 2023
PRÓXIMA
EDICIÓN
MANOS
SECCIONES DENTRO DE LA REVISTA
CUENTAHILOS POLEN
Espacio para difusión de información técnica Sección dedicada a poemas libres elegidos
sobre poesía. entre las obras enviadas de los participantes.
Los poemas o prosas deben ser de 4 a 35
Especificaciones: versos.
Artículo de 150 a 300 palabras sobre
figuras retóricas, estructuras y movimientos
poéticos-literarios, entre otros.
Cápsula de “Sabías qué” sobre curiosidades POSTALES DE CERA
o datos históricos de la poesía con un Sección dedicada a cartas en prosa poética
máximo de 100 palabras. relacionadas al tema de cada edición de la
revista. Las cartas deben de 150 a 450 palabras.
(Caracas, 1993) Comunicadora Social, Universidad Monteávila 2016, es fotógrafa y artista visual formada
en Roberto Mata Taller de Fotografía, y también, autodidacta.Su trabajo se centra en el autorretrato,
naturaleza muerta y retrato donde mezcla fotografía documental y de moda. Sus principales temas a
explorar son la identidad, feminidad, duelo, y más recientemente la migración y sus procesos identitarios,
todo esto a través de metáforas y el uso activo del color para poder describir estás imágenes y los
procesos emocionales detrás de sus inspiraciones. Ha obtenido Mención de Honor en los concursos “The
Woman I Will Become” (2022) y “El Salon Nacional de la Coexistencia” (2022) con dos exposiciones en
Caracas y una Nueva York. Su trabajo ha sido publicado en las revistas, Los Enjambres, Goji Magazine,
Dreamingless, Selin Magazine y Mob Journal. Está basada en Ciudad de México desde 2019.
Editor de Cuentahilos, contenidos técnicos relacionados con la literatura y poesía, en la Revista Los
Enjambres.
Colaborador del taller de Creación Literaria del Centro de Enseñanza para Extranjeros, UNAM. Coeditor
del libro Atlas. Ciudades Invisibles con la colaboración de la maestra Shekufeh Mohammadi, Giuditta
Cavaletti y Verónica Soto. Tallerista independiente de los libros (en proceso de publicación): Espacio, de
Luz Elena Reyes, Cabeza de Pico, de Elías Galindo y Antología de Poemas, de Aliria Morales Balcázar.
Comunicador social por la Universidad Católica Andrés Bello. Fue ganador del primer lugar en el 6º
Concurso Poesía Joven Rafael Cadenas organizado por La Poeteca. Ha sido publicado en la revista
mexicana Aliterante del Colegio de Escritores de Latinoamérica y en la Revista Los Enjambres, donde lleva
una sección de traducción de poesía llamada De otra lengua.
Creció en la ciudad de Barinas y se mudó a Caracas en 2009 para cursar estudios en la Universidad
Central de Venezuela. Se licenció en Ciencias Políticas en 2014 y posteriormente
obtuvo el título de Magister en Gerencia Pública –IESA. Actualmente, se desenvuelve
como Gerente de Programas de una fundación humanitaria en Venezuela. Posee
poemas publicados en las antologías "Antropología del Fuego Vol.II" de Ediciones
Palindromus (Venezuela, 2020), "El Paisaje que Soy" de Editorial La Hoja Poesía Viva
(México, 2021), Hacedoras Tomo I de Editorial Lector Cómplice (Venezuela, 2021),
Agua n°16 de la Revista Agua Poesía Líquida (España, 2021), en la 6° Antología del
Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas (Venezuela, 2021) y en ¨Nueva
lengua guarida¨ de Ediciones Palimdromus (2022). Ha realizado cursos de iniciación
poética en la Fundación La Poeteca dictados por Gabriela Rosas y forma parte de los
alumnos permanentes de la poeta desde 2019, de creación poética con Editorial La
Hoja Poesía Viva a cargo de las poetas Gabriela Rosas y Ana Jimena Sánchez, al igual
que con el poeta mexicano Paco Rubín, tuvo el placer de formar parte del último grupo
de alumnos del maestro Armando Rojas Guardia en su taller Mística y Poesía y cursó
el primer Diplomado en Reflexión y Creación Poética de Fundación La Poeteca.
Es pisciana, vegetariana, amante de los deportes y la filosofía, cantante de ducha y fiel creyente del amor.
Editora de La poesía es hembra, poesía escrita por mujeres, en la Revista Los Enjambres.
Poeta, aforista, narradora y editora. Ha publicado los poemarios La mudanza (1999), Agosto
interminable (2008) Editorial Eclepsidra, Venezuela. Blandos (2013) Editorial El Pez Soluble,
Venezuela, reeditado en 2021 por la Editorial Petalurgia, Madrid. Quebrantos (2015) Ediciones
del Movimiento, reeditado en 2018 por La Bienal de Literatura Lydda Franco Farías. La entrega
de aforismos Descarrilada (2022) Editorial Petalurgia, Madrid. Sus cuentos han sido
compilados en la Antología de Cuentos Postmodernistas (2014) NSB Ediciones. Ganadora del
Primer Premio Nacional de Poesía para Jóvenes Juan Antonio Pérez Bonalde (1995), ganadora
de la Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías (2014) mención poesía. Forma parte de
diversas antologías en Venezuela y otros países. Recientemente incluida en Nubes-Poesía
hispanoamericana, publicada por la editorial Pre-textos. España (2019) y Poesía en el pecho,
La Hoja Poesía Viva. México (2021). Ha sido traducida a varios idiomas. Desde el año 2015 lleva
adelante el programa Poesía en el aula, iniciativa sin fines de lucro, que busca promover la
lectura de poesía en las aulas venezolanas desde temprana edad, como eje transformador en
la educación. Es editora de la sección Joven Poesía de Venezuela en la revista Letralia y dicta
en ella talleres de poesía on line.
Twitter: @magarosas
YouTube: Magarosas
Finalista y mención publicación en la 6ta (2021) y 7ma (2022) Edición Premio Nacional de Poesía Joven
Rafael Cadenas y en el concurso Antropología del fuego 2021 de editorial Palíndromus. Algunos de sus
poemas fueron seleccionados para Poesía Joven de Venezuela de la revista Letralia así como en
publicaciones colectivas: Hacedoras de la editorial “Lector Cómplice” y El Paisaje Que Soy publicado por
la editorial La Hoja Poesía Viva (México). Autora de Flores o Nada, 2020, reeditado en 2022.
@piesdepaginas
Algunos de sus textos fueron publicados en el poemario Territorio Encendido publicado por la editorial La
Hoja Poesía Viva (México).
Vegana apasionada por el café de especialidad y la historias que cada taza tiene para contar.
LOS ENJAMBRES
REVISTA DE POESÍA