NÚMERO 14 - 7€

JULIO-AGOSTO-SEPTIEMBRE 2022
Publicación trimestral

MONTAIGNE / EMILIO PRADOS

MANUEL RICO / VÍCTOR RODRÍGUEZ NÚÑEZ

LA FILOSOFÍA: EL ARTE DE PREGUNTAR

Entrevista a Eduardo Infante

ISSN 2604-6989
14

EL SABER BIOGRÁFICO DE ANNA CABALLÉ 9 772604 698006

 DIRECCIÓN SUMARIO
Paco González Fuentes
142 Revista Cultural NÚM. 14 Julio | Agosto | Septiembre 2022
Ferran González

CONSEJO DE REDACCIÓN
Ernesto Pérez Zúñiga
Rafael Muñoz Zayas
Marta Sells Cánovas 5 Editorial
Alex Quer Tarrós
Paco González Fuentes
Ferran González 6 La Filosofía: el arte de preguntar
Entrevista a Eduardo Infante
COORDINACIÓN
Esther Paredes
Raquel García
14 Espacio abierto
Entrevista a José Eugenio Sánchez
SECRETARÍA DE REDACCIÓN
Alicia González Fuentes 16 Materia sublevada de Víctor Rodríguez Núñez
Rafael Muñoz Zayas
COLABORADORES PERMANENTES
Anna Miralles 21 Por amor al arte
Marina Casado Entrevista a David Intente y Eva de Aurora
Pilar Lacuna Gran
25 Propuestas de lectura
EQUIPO ASESOR
Mónica Pradas
Mercedes Gómez Blesa 29 Leo Gonçalves. Conciencia negra, palabras que bailan
Cecilia Picún Texto y entrevista de Raquel Zarazaga
Rosario Troncoso
36 El regreso del Festival Iberoamericano de Poesía de Cádiz
SEDES Mabel Caballero y Salvador García
Calle Garraf, 26 Local
08870 SITGES (Barcelona)
y
38 Los Ensayos de Michel de Montaigne
Entrevista a Jaume Casals
EL PUERTO DE SANTA MARÍA (Cádiz)

EDITOR 47 Trazos de Memoria

Ferran González Texto y Fotomontaje de Tino Calabuig

DISEÑO Y MAQUETACIÓN 50 Juana I de Castilla, ¿loca o expoliada?

Cristina Jiménez Entrevista Cristina Fallarás
salu2studio@gmail.com
56 Círculo de Lectores. Historia y trascendencia de un proyecto cultural
IMPRESIÓN Texto de Paco González Fuentes

59 Mi experiencia en Círculo de Lectores

Entrevista a Mónica Pradas

61 Hervaciana. Remembranzas de los años de estudiante de Gonzalo Hidalgo Bayal

Anna Miralles
DISTRIBUCIÓN
SGEL (Kioskos)
SOIDEM (Librerías)
65 Entrevista a Natalia Catalá. XXXII Premio Unicaja de Relatos

DEPÓSITO LEGAL
B 3928 – 2019
68 Emilio Prados. Una visión de la totalidad (Poesía y Biografía. De los orígenes
a la culminación del exilio). Tesis doctoral de Francisco Chica Hermoso
ISSN Paco González Fuentes
2604 – 6989
72 La vida misma. Diarios completos de Manuel Rico
COMPRAS Y SUSCRIPCIONES Aitor Francos
Web: www.142revistacultural.com

CONTACTO
76 El saber biográfico
Entrevista a Anna Caballé
Correo: revistacultural142@gmail.com
 EL SABER BIOGRÁFICO
Entrevista a ANNA CABALLÉ

Paco González Fuentes

Anna Caballé (L’Hospitalet de

Llobregat, 1954), especialista en
biografías, experta en contar la
vida de los otros, es responsable
de la Unidad de Estudios Biográ-
ficos de la Universidad de Barce-
lona. De su extensa obra desta-
camos las biografías de Francisco
Umbral, Carmen Laforet y Concep-
ción Arenal.
Conversamos con ella, entre otras
cuestiones, sobre algunos de los
temas abordados en su último li-
bro “El saber biográfico. Reflexio-
nes de taller” que ha obtenido el
Premio Jovellanos de Ensayo.

En un reciente artículo publi-

cado en el diario El País citas a
Goethe: “Nuestro tiempo -decía-
puede ser tan miserable que el
poeta no logre encontrar en la
sociedad que le rodea las natu-
ralezas humanas que necesita”.
¿Siguen vigentes esas palabras?
En mi opinión, son más vigentes
que nunca. Nuestra naturaleza
tiene una dimensión trascendente
cuyo cultivo nos es imprescindible
para vivir con cierta nobleza. O, por
decirlo de otra manera, hay perso-
nas, ideas, pensamientos, acciones,
obras de arte que por sí mismas
inspiran, estimulan la emulación
porque despiertan en su entorno un
deseo de mejoramiento, una idea
de belleza o de verdad, el anhelo
de una armonía … Cuando el artista
no lo encuentra en sus contempo-
Anna Caballé

76
ENTREVISTA
ráneos lo busca en la tradición, en
el pasado. Esta ha sido la actitud
clásica del humanismo. Pero es una
actitud que también puede supo-
ner un empobrecimiento muy pre-
ocupante, porque significa que el
entorno no empuja a la superación.
En todo caso, hace unos días vi un
documental sobre Alexei Navalny,
dirigido por el canadiense Daniel
Roher y pensé en la deslumbran-
te personalidad de este hombre
que fue capaz de regresar a Rusia
en 2021 después de un intento de
asesinarle, sabiendo que acabaría
en Siberia, seguramente de por
vida. Cuánto valor se necesita para
una acción así… Hay personas que
siempre te sorprenden y que, por
supuesto, son capaces de dejar una
huella importante.
Vivimos tiempos de prolifera-
ción de bulos, tiempos hiper-
textuales, de crisis de la verdad.
¿Buscamos autenticidad en las
biografías o los diarios?
Bueno, los estragos causados por el
relativismo intelectual que, como
actitud ante el conocimiento, dise-
minó la postmodernidad son im-
presionantes. Porque no podemos
pensar que todo vale, que cualquier
hecho puede ser susceptible de opi-
nión y de desacuerdo o que una no-
ticia falsa es aceptable. Ni que todo
juicio sea ideológico. Si pensamos
que todas las opiniones sobre los
hechos, que a veces ni siquiera lo
son, valen lo mismo, la consecuen-
cia es que nos enfrentamos a una
inmensa variedad de criterios y que
cada uno estará convencido de que
el suyo es el verdadero. Es decir,
si no concedemos un respeto a la
noción de verdad nuestro mundo
se convertirá en un caos ingober-
nable. Pero pienso que también
hay que ser sensible a lo que ha
significado la postmodernidad, la
suspicacia, que procede de Nietzs-
che, ante las verdades concebidas
como dogmas inviolables, cuando
lo cierto es que muchas “verdades”
han respondido a unos intereses de
clase y a la defensa de un status
quo que dejaba al margen a amplios
sectores de la población, entre ellos
a las mujeres. Como dice Simon
Blackburn, es un oscuro conflic-
to que desgraciadamente nos ha
conducido a las guerras culturales
del presente. En este contexto, la
literatura de no ficción y muy es-
pecialmente aquella que se detiene
en la observación y comprensión
de las acciones humanas cobra un
valor muy especial. ¿Alguien se
imagina lo que sería de nosotros si
nuestro conocimiento del mundo
y de la vida fuera solo a través de
la ficción? Viviríamos en un es-
tado de alucinación permanente.
¿Las vidas ajenas son escuelas
de vida?
Más que escuelas de vida, son opor-
tunidades abiertas a la reflexión y al
conocimiento sobre la vida y sobre
el pasado. Leyendo una biografía
de Madame de Staël, por ejemplo,
más que ver un modelo de vida, que
también, se conocen y comprenden
las dificultades que una intelectual
de su talento tuvo a principios del
siglo XIX para abrirse camino y de-
fender su derecho a elegir su propio
destino. Y cómo, con qué atrevi-
miento, ejerció la libertad en su
vida privada. Me parece una mujer
admirable y extraordinariamente
inteligente.
Una buena biografía o autobio-
grafía, un buen diario, ¿qué ca-
racterísticas debe tener?
La auto/biografía parte de un prin-
cipio digamos que filosófico-mo-
ral: un individuo es un punto de
vista esencial sobre el mundo, lo
que no significa que todos los pun-
tos de vista tengan la misma legi-
timidad en relación a un aspecto
cualquiera del conocimiento. Son
77
dos cosas distintas. Por tanto, el
valor de una auto/biografía reside,
en mi opinión, en la fidelidad del
sujeto a su propio punto de vista.
La autenticidad me parece una cua-
lidad imprescindible: no utilizar la
escritura sobre uno mismo o sobre
otro como pretexto para la cons-
trucción del mito o del contramito,
sino como una búsqueda de la ver-
dad propia o del personaje sobre el
que se trabaja. Por otra parte, mu-
chos rasgos de estilo que admira-
mos en la novela no funcionan en
la autobiografía. El valor del deta-
lle, por ejemplo, que en una novela
puede resultar farragoso en una
auto/biografía aporta credibilidad.
Pienso en Knausgard, por ejemplo,
y el prodigio de su escritura abru-
madoramente detallista. Como
lectora, me abandono a la potencia
de su evocación. Evidentemente
el puntillismo de Knausgard es un
recurso literario, pero puesto al
servicio de un decir de sí mismo y
de un sufrimiento vital sobre el que
necesita escribir y que en su obra
exuda constantemente. Recuerdo,
por el contrario, las memorias de
Carmen Conde en tres volúmenes,
tan confusas, tan faltas de con-
creción. Después leí la biografía
de José Luis Ferris sobre Conde y
comprendí los motivos ocultos tras
una escritura tan borrosa. Los deta-
lles, es decir su larga relación con
Amanda Junquera, el gran amor de
su vida, estaba silenciada y toda
su autobiografía se resentía de
aquel silencio. Recientemente se
ha publicado la correspondencia
entre las dos mujeres y todavía lo
entiendes mejor.
El franquismo interrumpió el
desarrollo del género biográfico
en España. ¿Vivimos una etapa
de resurgimiento y madurez del
género?
No es que lo interrumpiera, provo-
có su descrédito al poner la escritu-
ENTREVISTA
 ra biográfica al servicio del nacio-
nalcatolicismo. Había tantas cosas
que no podían decirse, de las que
no se podía hablar, tantos perso-
najes vetados por el Régimen que,
finalmente, la biografía resultaba
un muñón de lo que podía y debía
ser. Juan Goytisolo, Terenci Moix,
o Luisgé Martín lo describen muy
bien en relación a la homosexuali-
dad en sus libros más confesiona-
les, pienso en Coto vedado, El cine
de los sábados o en El amor del revés.
Lo mismo ocurrió con temas tabúes
como el exilio republicano o la gue-
rra civil. Recuerdo que mi padre me
trató de azañista cuando yo tenía
unos 15 o 16 años y dije en casa,
mientras almorzábamos, algo así
como que dudaba de la existencia
de Dios. No tenía ni idea del signi-
ficado de la palabra. Desde luego no
sabía quién era Manuel Azaña. Y mi
padre no me lo explicó. Y tampo-
co decía nada el DRAE… Era difícil
hacerse una composición de lugar.
Los géneros auto/biográficos nece-
sitan disponer de una libertad mo-
ral para ser creíbles e interesantes.
Y aquella falta de libertad hizo que
el franquismo perdiera los lectores
que había ganado el género en los
años 20 y 30 con autores formida-
bles, sobre todo europeos, como
Emil Ludwig, Stefan Zweig, Lytton
Strachey, André Maurois... O bien
que los lectores de habla hispana
desplazaran sus intereses hacia la
biografía escrita en otras lenguas,
otras culturas.
Esta situación va cambiando de for-
ma acelerada. Ahora disponemos
de las herramientas y sobre todo de
la sensibilidad imprescindible para
abordar la escritura biográfica con
garantías y toda la sociedad espa-
ñola parece involucrada en favore-
cerlo. Las editoriales se vuelcan en
colecciones dedicadas al género, la
confianza lectora crece y las insti-
tuciones académicas empiezan a
valorar su importancia en la cons-
ENTREVISTA
trucción del tejido cultural.
La tradición diarística española
incluye nombres como los de Max
Aub, Jaime Gil de Biedma, Rosa
Chacel, Pere Gimferrer, Andrés
Trapiello, Rafael Chirbes, Laura
Freixas…¿Cabría clasificar los
diarios en íntimos y públicos, en
verdaderos y publicitarios?
No, no creo que esta sea una divi-
sión muy útil, aunque alguna vez
he pensado que sí lo era. El diario
tiene un origen muy lejano e in-
variable: la anotación del día, del
paso del tiempo. ¿Con qué objeto?
Con cualquiera: los mercaderes ge-
noveses, los curtidores valencianos
o catalanes empezaron anotando
las cuentas de sus negocios porque
resultó ser una necesidad apuntar
qué se ingresaba y qué se gastaba.
Los navegantes llevaban un diario
de a bordo que era una crónica fiel
del trayecto por mar. Poco a poco,
el diario contable, de navegación o
de cabotaje adquirió una dimen-
sión más humanística y pasó a
registrar, entre la gente ilustrada
y más o menos ociosa, el balance
personal de los días. La idea era
llevar la cuenta en un diario del
interés que había ofrecido el día,
que no había transcurrido en bal-
de: se había mantenido una buena
conversación o se había disfrutado
de una buena comida, como con
tanto placer describe el barón de
Maldà en su diario Calaix de sastre.
Es el caso de Jovellanos, de Pepys,
Moratín o tantos otros: son diarios
felices, de hombres que se sienten
satisfechos con su mundo. Poco
a poco, sin embargo, el diario fue
decantándose hacia la expresión
de la intimidad, de lo indecible en
nuestra vida pública, por la razón
que sea. Hasta el punto de que ac-
tualmente identificamos diario con
diario íntimo. Pero no tiene por
qué ser así. Yo lo veo, como sostiene
Philippe Lejeune, más una praxis,
78
una costumbre, incluso una pasión,
que un género literario codificado.
Entonces, hay quien recurre al dia-
rio para hablar de los libros que
lee, los paisajes que le conmueven
o bien para describir sus estados de
ánimo, el desarrollo de una crisis o
simplemente fijar lo vivido a través
de la escritura. Hay que valorarlos
en su unicidad. Otra cosa es que la
lectura de unos nos interese más
que la lectura de otros. Y que en
algunos veamos un exceso de ar-
tificiosidad o de elaboración y re-
escritura -pienso en los diarios de
Ricardo Piglia- y entonces el diario
pierde su cualidad expresiva, pier-
de su encanto.
Apenas hay mujeres biografia-
das hasta bien entrado el siglo
XX.
En efecto. La única épica en la vida
de las mujeres ha sido, hasta fechas
relativamente recientes, la rela-
cionada con la castidad y eso no
da para una biografía. Añadamos a
ello la mirada misógina depositada
tradicionalmente sobre la mujer
que se salía de lo establecido, esto
ha sido muy cruel y ha generado
muchísimo sufrimiento. El femi-
nismo lucha por la resignificación
del pasado incorporando en él la
historia de las mujeres, liberándo-
las de su silencio. Estamos en este
proceso de recuperación e inter-
pretación. Y de hecho la publica-
ción y el rescate de las vidas de las
mujeres es constante, reescribién-
dose amplias etapas de la historio-
grafía literaria, como la generación
del 98 o la del 27 donde hace unos
pocos años no aparecía ni una sola
escritora.
Tu tesis de que “la pasión eru-
dita encubre problemas de más
calado en el seno de la cultura
española”, tiene una interpreta-
ción posible incluso más allá del
tema abordado, las biografías. La
erudición como
ocultamiento de
algo.
Sí, como oculta-
miento de la vida
en su dimensión
más compleja y
moralmente más
comprometida. La
erudición puede
ser un reflejo de
la falta de exigen-
cia intelectual, de
la impotencia por
elevar el nivel del
discurso o de la
censura ejercida
sobre ella, lo men-
cionábamos an-
tes. Yo me puedo
detener en el año
en que Goya llegó
a Madrid porque
dispongo de los
documentos que
lo acreditan y con
eso y todas las Carlos Castilla del Pino.
explicaciones documentales que potencialidad, es muy sugerente. en el que confiesa que no ha sa-
rodean el hecho me contento o Sin duda, Ortega es una figura muy bido encontrar la intimidad de
bien hago el esfuerzo de pensar, de polémica entre nosotros, pero ha su biografiado. ¿Has tenido tú
imaginar qué clase de hombre lle- sido el principal impulsor de una esa sensación alguna vez?
gó a Madrid, en 1775, con 29 años cultura biográfica. Para él resulta Es que la intimidad, que no es más
y qué tipo de Corte le recibió. Mu- imposible explicar a un sujeto his- que el sí mismo del sujeto, su mun-
chos hombres llegarían a Madrid tórico, individual o colectivo, sin do interior, no es una piedra que
aquel año, sin duda, pero lo que tener en cuenta su circunstancia, el pueda encontrarse de pronto en
nos interesa es quién hizo el viaje, entorno que le rodea, que le condi- el camino. Dar cuenta de la intimi-
qué acontecimientos internos lo ciona, le forma y le deforma a la vez. dad de alguien supone el intento de
movieron a viajar y qué ciudad se Si el sujeto ignora su circunstancia objetivar las operaciones mentales,
encontró al llegar. Hay que conocer real será, dice Ortega, un sujeto anímicas, sensoriales, que se pro-
los datos, pero también saber pres- errante, ontológicamente perdido ducen antes y después de actuar
cindir de los materiales que son ante el problema de la vida. Porque el individuo, constantemente, no-
inútiles para la comprensión del para Ortega la vida es ante todo, y che y día, de forma imparable. Si
personaje o de su tiempo y ofrecer desde un punto de vista filosófico, lo pensamos bien, la complejidad
una síntesis que sea significativa de un problema que necesariamente de nuestros procesos psíquicos
lo sucedido. cada existencia humana de una constituye un verdadero espectá-
forma u otra resuelve. En térmi- culo, apasionante además. Impo-
Ortega y Gasset fue un gran ins- nos orteguianos la biografía debe sible pues aprehender la intimidad
pirador de iniciativas culturales. dar cuenta de la forma particular como si fuera un objeto observable
Su concepción de la biografía de de reaccionar al problema de vivir. o aislable de lo que somos. Pero yo
alguien como la de un ser en- sí creo en una especie de unidad se-
frentado a las circunstancias, Jordi Gracia, en su biografía de creta que tiene toda vida humana
como el cumplimento o no de su Ortega, escribe un breve epílogo y cuya identificación constituye,

79
ENTREVISTA
 lógicamente, un desafío para la
biografía. Ya sé que nuestras vidas
están repletas de incoherencia, de
hechos fortuitos, contradictorios,
incluso incomprensibles. Pero hay
patrones de conducta y eso lo ves
cuando el personaje que estudias
da las mismas respuestas a situa-
ciones muy distintas. Es decir que
el campo de la experiencia, de lo
vivido, es susceptible de poder ser
estructurado de algún modo.
En todo caso, esa sensación de im-
potencia por la que preguntas es
constante en todo biógrafo, aunque
poco a poco vayas clarificando los
procesos interiores de tu persona-
je. En mi caso, la mayor dificultad
la tuve con Carmen Laforet, una
personalidad escurridiza y con una
trayectoria declinante muy sor-
prendente. La última etapa de su
vida fue muy dolorosa.
Kafka era un apasionado lec-
tor de biografías. Su biógrafo,
Reiner Stach, menciona la tó-
pica claridad que se les exige a
las biografías, pero se pregun-
ta cómo hacer la biografía de
una conciencia. Es una buena
pregunta.
Bueno, tiene que ver con todo lo
anterior… De los hechos tenemos
rastros, de la conciencia, no. Pero
la conciencia se proyecta en lo que
hacemos, de modo que de algún
modo podemos inferir su modo de
proceder, su naturaleza, a través de
las acciones. En todo caso, Stach
no puede quejarse, dispuso de un
material documental increíble, en
cantidad y calidad, a la hora de es-
cribir su completísima biografía de
Kafka.
”Mientras los adolescentes de
todo el mundo ofrecen unas ca-
racterísticas vitales bastantes
comunes, la vejez presenta una
enorme disparidad de actitu-
des”. ¿Podrías comentarnos esa
ENTREVISTA
afirmación?
Seguro que habrá mucha gente que
no esté de acuerdo, pero, en mi
opinión, es así. Es decir, es mucho
más fácil imaginarse la juventud de
alguien que su vejez. A los veinte
años los jóvenes se parecen mucho
en sus ansias por vivir, el valor de
la amistad, la vivencia del sexo, el
alejamiento emocional de los pa-
dres, la impotencia económica, la
promesa de una felicidad futura …
La vida, como quien dice, está por
hacer todavía, es una promesa. Sin
embargo, entiendo la vejez como
una etapa de una enorme trascen-
dencia cognitiva pues acusa el
impacto de toda una trayectoria
existencial. Hay personas de 75 u
80 años que siguen manteniendo
un atractivo extraordinario, siguen
activas, despiertas, mientras que a
otras les parece que su vida conclu-
yó mucho tiempo atrás y se aban-
donan completamente. Entiendo la
vejez como una última y definitiva
imagen de lo que hemos sido. Pen-
semos en personajes como Cela o,
ahora mismo, en el rey Juan Carlos
y el modo en que ha arruinado su
imagen pública, por tomar decisio-
nes no solo sumamente desacer-
tadas e irresponsables sino que
muestran una gran inmoralidad
por parte del personaje. Da mucho
en qué pensar…
¿Por qué afirmas que “cuando no
hay un punto de vista, la biogra-
fía se derrumba”?
La epistemología de la biografía
contemporánea exige, digámoslo
así, del biógrafo exponer desde
qué lugar escribe. ¿Hay una rela-
ción familiar, de amistad, conoció
a su personaje, tuvo tratos con él,
cuál ha sido su motivación? Es de-
cir la narración omnisciente que la
biografía conserva (frente a la no-
vela que la ha venido sustituyendo
por una omnisciencia restringida
o por el recurso a la primera per-
80
sona) debe quedar compensada, a
mi parecer, por la modestia de ser
consciente de que se escribe desde
un lugar determinado. El biógrafo
no es Dios y por tanto su narración
está sujeta a lo propio de cualquier
trabajo de investigación: puede
verse superado en el futuro por un
trabajo mejor, más completo. Pero
sin punto de vista, sin un lugar
desde el que ver al personaje, no
tenemos una historia y sin una his-
toria la biografía no es más que una
acumulación de datos, de informa-
ción. Claro que esta es mi opinión.
Benito Bermejo, por ejemplo, bió-
grafo de Haro Ibars, de Panero y de
Sánchez Ferlosio cree que la misión
del biógrafo es ofrecer el resultado
de su investigación de la forma más
impersonal y neutra posible.
Destacas la importancia de los
hechos comunes en una biogra-
fía, “mientras que a una novela
le puede interesar sobremanera
la excepcionalidad”.
Sí, para mí es muy importante. Ubi-
car al personaje en su vida diaria:
sus costumbres, sus horarios, sus
pequeños placeres, sus malestares,
la forma de saludar, la entonación
de la voz … A mí me costó muchí-
simo hacerme una idea cabal de
cómo podía ser la vida diaria de
Concepción Arenal porque sus es-
critos públicos no permiten ningún
vuelo de la imaginación. En reali-
dad, nuestro conocimiento de la
intrahistoria española, por decir-
lo en términos unamunianos, es
muy pobre. Hemos perdido mucho
tiempo con un exceso de retórica,
de elogios vacuos que han aportado
muy poco al conocimiento biográ-
fico. Eso ya lo observó Azorín …
Cuando te refieres a las dificulta-
des de tu biografía sobre Umbral
escribes unas palabras inquie-
tantes o misteriosas: “Lo autén-
tico exige sangre. Y lo dejo aquí”.

Sí, no quise ahondar, la verdad,
aunque en un libro colectivo que
va a salir próximamente sí hablo
de ello. Es que para mí escribir El
frío de una vida se convirtió en un
desafío personal, el más importan-
te de mi carrera, porque tuvo un
coste psicológico muy alto. Sentí
que debía demostrarle al escritor
que respetando enormemente su
trabajo él debía respetar el mío
– le gustara o no-, siendo el mío,
obviamente, un trabajo mucho más
modesto que el suyo. Pero Umbral
quería que yo escribiera de él un
elogio constante, una hagiografía
y eso no podía hacerlo. La litera-
tura no tiene por qué escapar al
conocimiento racional. De manera
que todo fue bien entre nosotros
mientras di por buena la lectura
que él proponía de sí mismo y de su
obra. Hasta que me di cuenta de la
necesidad de reconstruir la escena
sobre la cual transcurrió, como fon-
do siempre presente, el drama de
su vida. Él me detestó por hacerlo.
Pero qué clase de biografía habría
sido una que desconociera los ver-
daderos apellidos de Umbral, que
ignorara el año en que nació y dón-
de, cuáles fueron sus estudios, etc.
Al distanciarnos, fruto de la lógica
investigación que empecé a llevar
a cabo por mí misma, la forma de
proceder de Umbral, sus amenazas
81
Anna Caballé
de llevarme a los tribunales, el cer-
co absoluto que me impuso, la frial-
dad que noté en mi entorno cuando
se publicó el libro… Lo recuerdo
todo como una etapa muy dura.
¿Qué estás leyendo en estos
momentos?
Ayer acabé una novela de Iris Mur-
doch, La máquina del amor sagrado
y profano: es una novela muy cerra-
da. Murdoch analiza un triángulo
amoroso conflictivo, como todos,
pero lo hace con una gran profun-
didad psicológica. Aunque, como
cualquiera que se dedica a la críti-
ca, leo varios libros al mismo tiem-
po: estoy también con la biografía
ENTREVISTA
 de la Baronesa de Wilson, de Pura
Fernández, 365 relojes y acabo de
empezar el Cervantes de Santiago
Muñoz Machado.
Leer con la avidez de quien busca
respuestas u orientación o senti-
do. Leer con la perspectiva de la
especialista, de la trabajadora de
la cultura que eres. ¿Son modos
de leer compatibles?
Es imprescindible que lo sean, de
lo contrario pierdes el amor por la
lectura. Pero en mi caso no es nin-
gún mérito, lo veo como vasos co-
municantes, uno enriquece al otro.
Leyendo lo que debo muchas veces
encuentro lo que quiero.
El azar, los factores aleatorios,
las circunstancias, nuestras de-
cisiones. ¿En qué consiste vivir?
Vivir es un quehacer constante.
Una planta gestiona los recursos
que recibe de la propia naturaleza,
y si no los recibe en la proporción
que necesita muere, pero los huma-
nos estamos impelidos a procurar-
nos los recursos, a sostenernos por
nosotros mismos. Y eso requiere de
un enorme esfuerzo, de estrategias
existenciales que varían muchísi-
mo de una persona a otra. Como
decía Emerson, un día es un abismo
de recursos, pero mudo y vacío. Hay
que llenarlo de algún modo. Llenar
los días con acierto, me parece
lo principal.
Permíteme recordar unos ver-
sos de Cristina Peri Rossi: “Uno
aprende que lo imprescindible /
no eran los libros / no eran los
discos / no eran los gatos / no
eran los paraísos en flor… / lo
imprescindible era otra cosa”.
¿Qué es lo imprescindible, Anna?
Lo verdaderamente imprescindi-
ble para mí soy yo. Sin mí no hay
nada, para mí. Y para ti lo impres-
cindible eres tú mismo. A eso le po-
demos añadir muchas cosas, según
ENTREVISTA
nuestro nivel de
exigencia. Como
he dicho algu-
na vez, cuando
era joven me
parecía que lo
imprescindible
era la inteligen-
cia, al menos yo
la he admira-
do muchísimo.
Ahora no la veo
tan imprescin-
dible como otras
cualidades, la
humanidad o un
cierto sentido
del sentido del
bien común, por
ejemplo. Pero
si hay algo que
nos es impres-
cindible para vi-
vir es el amor, el
que damos y el
que recibimos.
¿Quién dijo que
si viviera en
el desierto se
enamoraría de
un ciprés? ¿Fue
Sterne? Creo que sí. Y apostaría que muy lejos porque reunía tres cuali-
es en la fuerza del amor en lo que dades esenciales: inteligencia, vo-
piensa Peri Rossi cuando escribe cación y voluntad.
“Lo imprescindible”. Carmen Laforet: una escritora
que, entre otras dificultades, no
Nos interesaría mucho que escri- pudo soportar el peso del éxito
bieras unas pocas palabras, res- obtenido con Nada, su primera y
puestas telegráficas, acerca de tu maravillosa novela, y acabó rom-
relación u opinión o descripción piéndose por dentro.
de la esencia de estos 5 autores: Concepción Arenal: sin pensar
en ello al principio, descubrí a una
Francisco Umbral: algunos libros pensadora de un fuste formidable.
de Umbral han sido decisivos por Me ha marcado muchísimo.
su ahondamiento poético en la ex- Víctor Català: me parece la es-
presión de la intimidad. Como per- critora más importante en lengua
sona me pareció muy perdido en catalana. Las modulaciones de su
sí mismo. prosa son increíbles y me interesa
Carlos Castilla del Pino: para mí mucho la recurrencia de un tema
ha sido un maestro. Siempre pensé en su obra: la indiferencia con que
que de nacer en otra época, en otro los otros nos causan un dolor a ve-
país, su trabajo podía haber llegado ces invencible.
82