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TECNICATURA SUPERIOR EN PRODUCCIÓN INDUSTRIAL DE ALIMENTOS

ESPACIO CURRICULAR: Biología Celular – DOCENTE: Sequeira Virginia

INTRODUCCIÓN

La biología es la ciencia que estudia a los seres vivos. A través de esta disciplina adquirimos conocimientos
sobre qué es un ser vivo, cómo está formado, qué procesos se llevan a cabo dentro de los organismos y la
forma en que estos últimos interactúan entre sí y con el ambiente.
A lo largo de la historia de la humanidad se adquirieron conocimientos acerca de la vida que trajeron consigo
importantes descubrimientos y su posterior aplicación en beneficio de la comunidad. Por ejemplo, el
conocimiento sobre cómo crece una semilla para formar una planta similar a la que le dio origen se empleó
para desarrollar la agricultura. De la misma forma, el conocimiento sobre la reproducción de algunos
animales se aplicó para explotar la ganadería y la avicultura. Simultáneamente se conocieron plantas y
animales que podían ser útiles como alimento, como medicinas o para la elaboración de materiales que
servían para hacer ropa y utensilios, o bien para construcción de viviendas. Con el tiempo se fueron
formalizando los mecanismos de obtención y validación del conocimiento para poder aplicar un método
riguroso y sistemático que validara la información y así desarrollar nuevos conocimientos. De este modo, la
ciencia que estudia la vida fue nombrada por primera vez biología por el naturalista Michael Christoph Hanov,
en su obra Philosophiae naturalis sive phisicae dogmaticae: Geologia, biología, phytologia generalis et
dendrologia. Poco tiempo después Jean Baptiste Lamarck reunió todas las áreas del conocimiento sobre
los seres vivos en una sola ciencia: la biología.
Hoy la biología cuenta con conocimientos acerca de todas las formas de vida que van desde el origen mismo
de ésta, hasta los mecanismos evolutivos que generaron la diversidad biológica, los organismos que han
existido, las interacciones entre las distintas formas de vida en el presente y en el pasado, los procesos
moleculares que se originan en los seres vivos, las formas de vida que representan algún beneficio para el
ser humano, las causas moleculares y genéticas de las enfermedades, los organismos que las provocan, el
mecanismo por el cual se genera el cáncer, la forma en que pueden evitarse las infecciones parasitarias y
otros males como el cáncer o enfermedades hereditarias, la conservación de los ecosistemas, la protección
de las especies, la forma en que afectará el cambio climático a los ecosistemas y a los organismos que los
forman, los mecanismos de recombinación genética que pueden aplicarse a formas de vida para mejorar la
producción de alimentos o para producir sustancias que requiere la industria, la aplicación del conocimiento
acerca del genoma bacteriano y la recombinación génica en la producción de alcohol, enzimas o sustancias
que mejorarían la salud de aquellos que padecen enfermedades hereditarias.

UN PATRÓN EN LA ORGANIZACIÓN DE LA VIDA


Los biólogos examinan todos los aspectos de la vida, tanto pasada como actual, y por medio de su trabajo,
podemos echar un vistazo al gran patrón de organización en la naturaleza. Este patrón se inicia en el nivel
de los átomos, los cuales son los bloques constitutivos fundamentales de todas las sustancias vivas o
inanimadas. En el siguiente nivel de organización, los átomos se unen con otros átomos y forman
moléculas. Entre las moléculas se encuentran carbohidratos y lípidos complejos, proteínas y ácidos
nucleicos. Hoy en día, solo las células vivas fabrican estas “biomoléculas” en la naturaleza. El patrón de
organización cruza el umbral a la vida cuando muchas moléculas son organizadas como células.
Una célula es la unidad más pequeña con vida que puede sobrevivir y reproducirse por sí misma, dadas la
información contenida en el ADN, las fuentes de energía y de materia prima, así como las condiciones
ambientales adecuadas. Un organismo es un individuo que consta de una o más células. En los organismos
multicelulares de gran tamaño, trillones de células se organizan en tejidos, órganos y sistemas de órganos,
interactuando en tareas que mantienen vivo al cuerpo entero.
Las poblaciones se encuentran en un nivel de organización mayor, son un grupo de individuos de la misma
especie que vive en un área determinada, por ejemplo, los lobos de un pelo (Otaria flavescens) que habitan
la Reserva Punta Marques. Las comunidades se encuentran en el siguiente nivel y consta de un conjunto
de poblaciones de especies dentro de un área determinada, por ejemplo, una comunidad submarina de la
costa que incluye muchos tipos de algas, peces, corales, anemonas de mar, camarones y otros organismos
que habitan dentro o encima de esta área. Las comunidades pueden ser grandes o pequeñas, dependiendo
del área definida.

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El siguiente nivel de organización es el ecosistema: una comunidad que interacciona con su entorno físico
y químico. El nivel más inclusivo, la biosfera, abarca todas las regiones de la corteza, las aguas y la
atmosfera de la Tierra en donde viven los organismos.
La vida es algo más que la suma de sus partes individuales. En otras palabras, algunas propiedades
emergentes surgen en cada nivel sucesivo de organización de la vida. Una propiedad emergente es la
característica de un sistema que no aparece en ninguna de las partes que lo componen. Por ejemplo, las
moléculas de vida por sí mismas no están vivas. Al considerarlas por separado, nadie podría predecir que
una cantidad particular y ordenada de moléculas formara una célula viva. La vida -una propiedad emergente-
aparece por primera vez en el nivel de la célula y en ningún otro nivel de organización más bajo en la
naturaleza.

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CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS


De alguna forma todos intuimos qué tiene vida y qué no. Sin embargo, a veces resulta difícil definir en qué
consiste esa diferencia a causa de la enorme variedad de formas, tamaños, colores, texturas o
consistencias, entre otras particularidades, que tienen los seres vivos. A esto se suma la gran diversidad de
medios en los que habita cada una de las miles de especies de organismos. Por lo anterior, resulta
conveniente definir la vida por medio de las características generales que distinguen a todos los seres vivos,
mismas que se exponen a continuación.
Estructura
Todos los seres vivos tienen una estructura organizada y compleja, cuya expresión mínima es la célula.
Ésta, a su vez, se compone de elementos químicos esenciales, conocidos como bioelementos o elementos
biogenésicos. Los bioelementos son elementos químicos naturales que, a través de una combinación
selectiva, participan en la constitución y funcionamiento de los seres vivos. A pesar de ello, no son
exactamente los mismos en las diferentes especies, ni se encuentran en igual proporción, por tanto, existe
una diversidad bioquímica.
Organización
Los bioelementos se organizan en componentes químicos más complejos, que constituyen las bases para
la conformación de carbohidratos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. La materia viva está organizada en
distintos niveles, destacándose el químico, el celular, el tisular, el orgánico y el individual, como vimos
anteriormente. En un individuo, los órganos se distribuyen y se organizan en aparatos y sistemas. Los
niveles ecológicos son la jerarquía superior de organización, pues corresponden a niveles más complejos,
como especie, población, comunidad y ecosistemas. El mayor nivel de organización biológica de la materia
viva en nuestro planeta corresponde a la biosfera, que incluye a todos los niveles de organización biológica
inferior, es decir, a todos los seres vivos de todos los ecosistemas de la Tierra.
Metabolismo
El metabolismo se puede definir como la suma de todas las funciones de los seres vivos, las cuales consisten
en reacciones químicas reguladas por catalizadores químicos llamados enzimas, que actúan de acuerdo
con los principios que rigen el comportamiento de la materia y la energía. Las funciones, como el movimiento,
la nutrición, el crecimiento o la reproducción, requieren energía y materia de manera continua. Cuando estas
reacciones químicas transforman sustancias sencillas en otras de mayor complejidad y comprenden
funciones constructivas que aportan constantemente energía y nutrimentos para la síntesis de nueva materia
viva, se le llama anabolismo. Éste se realiza cuando los seres vivos llevan hacia el interior de sus organismos
los nutrimentos de los alimentos que toman del medio. Por el contrario, las funciones del metabolismo que
implican la degradación de componentes de la materia viva, como moléculas o células y, por consiguiente,
un gasto de energía, reciben el nombre de catabolismo. La digestión es el proceso mediante el cual un
organismo simplifica los nutrimentos que conforman sus alimentos. Las enzimas digestivas transforman los
nutrimentos complejos en moléculas sencillas (como los azúcares simples, aminoácidos y ácidos grasos),
que en la mayoría de los animales son absorbidos y transportados por la sangre para ser adquiridos o
asimilados por las células. Durante el proceso de respiración, los seres vivos liberan la energía contenida
en los enlaces químicos de las moléculas de ATP (adenosín trifosfato), para que las células puedan utilizarla
según sus necesidades de trabajo. El ATP, a su vez, se sintetiza a partir de moléculas contenidas en los
alimentos.
Homeostasis e irritabilidad
La homeostasis es la capacidad que tienen los seres vivos de mantener constante, dentro de cierto intervalo
de variación, el equilibrio biológico de su ambiente interno mediante mecanismos reguladores,
independientemente de las variantes externas e internas.
- Homeostasis en organismos unicelulares: Sucede en la mayoría de las células; los mecanismos
homeostáticos primarios son:
a) Permeabilidad selectiva de la membrana celular. Ésta sólo permite la entrada de productos
útiles para la célula, las vacuolas intervienen principalmente en la excreción de productos de
desecho, el balance hídrico y la tonicidad citoplasmática.
b) Irritabilidad. Es la capacidad para responder a un estímulo externo o interno, es decir, manifiesta
reacciones de aceptación o de rechazo hacia distintos estímulos. Por ejemplo, la atracción química

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entre el óvulo y el espermatozoide, o las respuestas positivas hacia el alimento, el oxígeno o las
temperaturas favorables. Las reacciones de rechazo o negativas generalmente se presentan hacia
factores físicos o químicos que causan daño a los organismos o que les son perjudiciales.

- Homeostasis en organismos pluricelulares. Los mecanismos homeostáticos de los organismos


pluricelulares responden a los estímulos captados por sus órganos especializados con
terminaciones nerviosas, ya sean internos o externos, como la vista, el oído o el olfato. Por tanto,
también se conocen como receptores. En la mayoría de los animales, la información que reciben
los receptores se transmite al sistema nervioso, donde se analiza y procesa para, posteriormente,
ejecutar las respuestas adecuadas a través de órganos nerviosos especializados llamados
efectores. El sistema nervioso actúa en estrecha colaboración con el sistema endocrino en la
búsqueda por mantener el equilibrio biológico del ambiente interno de los organismos pluricelulares.
En el caso de los animales, el aparato excretor juega un papel importante para la homeostasis,
sobre todo mediante la osmorregulación y el balance hídrico. La osmorregulación consiste en
mantener constante la composición química y el volumen de los líquidos internos que se encuentran
fuera de las células de los organismos, y es una forma de eliminar, mediante la excreción, los
productos de desecho que resultan del metabolismo. Por tanto, la regulación del medio interno del
organismo consiste en retener las cantidades apropiadas de agua y mantener las concentraciones
correctas de algunos solutos como el sodio y el potasio.

Nutrición, Crecimiento y Desarrollo


- Nutrición. Los seres vivos interactúan constantemente con el medio, y la luz solar les proporciona
un flujo de energía continuo. A esta interacción se le conoce como sistema abierto de energía, pues
sólo tiene límites geográficos, pero permite que exista intercambio de energía entre el medio y las
fronteras; es decir que en este sistema los seres vivos intercambian materia y energía con el medio.
Por ejemplo, durante la fotosíntesis, las plantas verdes y los microorganismos fotosintéticos captan
la energía de la luz solar para fabricar sus alimentos. A su vez, otros seres vivos que se alimenten
de ellos obtendrán la energía que se encuentra “atrapada” en los enlaces de los compuestos que
los forman.
- Crecimiento. Los seres vivos pueden fabricar o sintetizar materia viva, principalmente proteínas,
gracias a los nutrimentos adquiridos. Con ello, aumentan progresivamente de tamaño hasta
alcanzar los límites característicos de su especie.
- Desarrollo. Además del crecimiento, los seres vivos experimentan una serie de cambios
progresivos ordenados durante las distintas etapas por las que pasan los individuos de cualquier
especie, hasta alcanzar la madurez.

Reproducción
Los seres vivos se autoperpetúan a través de la reproducción, proceso biológico mediante el cual crean
nuevos individuos semejantes a ellos. Las características biológicas se transmiten por medio del material
hereditario que integra los genes de cada especie. Esto significa que la reproducción, además de garantizar
que las especies se perpetúen, también tiene la función de reemplazar a los individuos que mueren. Los
seres vivos necesitan alcanzar la madurez biológica para poder reproducirse, aunque pueden existir algunas
excepciones. Los grupos de seres vivos menos evolucionados, como las bacterias, los arqueos y los
protozoarios, presentan reproducción asexual, la cual se realiza por bipartición o gemación (sin la
participación de gametos o células reproductoras), realizando un intercambio de genes mediante diferentes
mecanismos. Los organismos con un nivel de organización más complejo presentan reproducción sexual,
con la participación de los gametos femenino y masculino, que provienen generalmente de dos progenitores
de distinto sexo. Cuando los gametos se unen mediante la fecundación, forman un huevo o cigoto que da
origen a un nuevo individuo. Algunas especies son capaces de llevar a cabo los dos tipos de reproducción;
por ejemplo, los hongos, musgos, helechos y celenterados, entre muchos otros. Los individuos que tienen
reproducción sexual cuentan con mayores oportunidades para variar sus características debido a la mezcla
del material hereditario de sus progenitores. Esto representa una mayor oportunidad para que se adecuen
o adapten a su medio, para así sobrevivir, reproducirse y evolucionar.

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Adaptación
Es la capacidad de los seres vivos para reacondicionarse o readecuarse a los factores del medio, siempre
que las alteraciones que éste sufra no sean muy drásticas, como ciertos cambios de temperatura, grado de
humedad o de luz. Dicha adaptación es gradual y progresiva, y se manifiesta en los organismos a lo largo
de varias generaciones mediante cambios transitorios o permanentes en sus estructuras, tamaños, colores
o comportamientos, entre varios más. La adaptación es posible gracias a las variaciones genéticas que se
transmiten de padres a hijos, que, si se ven favorecidas por la selección natural, pueden llevar a evolucionar
a la especie mediante pequeños cambios. En general, la selección natural preserva los genes que más
convienen a los organismos para su sobrevivencia y reproducción. Cada organismo parece diseñado
exactamente para las condiciones de su medio; un ejemplo es lo que sucede con las plantas que viven en
lugares secos, las cuales por lo general poseen hojas muy reducidas o transformadas en espinas que les
permiten ahorrar agua y disminuir los efectos de la radiación solar; además, los tejidos de las plantas de
estas zonas están adaptados para retener el agua, cuando cuentan con ella. La evolución es el resultado
de muchos de los cambios mencionados con anterioridad. Sucede mediante una serie de adaptaciones en
las características de los seres vivos a través del tiempo y de su interacción con el medio. La diversidad
comprende la gran variedad de características que presentan los diferentes grupos de organismos en los
distintos niveles de organización, como formas, colores, tamaños, texturas, aspectos o estructuras, entre
otros. La diversidad es resultado de la variabilidad genética y la adaptabilidad de las especies a las diferentes
circunstancias, así como de la evolución. Según su grado de desarrollo evolutivo, los seres vivos se han
clasificado en distintas categorías o jerarquías taxonómicas. Es necesario recordar que, además de la
diversidad biológica, los seres vivos también presentan distintos grados de diversidad bioquímica.

TEORÍA CELULAR
Casi todas las células son tan pequeñas que son invisibles a simple vista. Nadie sabía que existían hasta
que se inventaron los primeros microscopios a fines del siglo XVI. Los primeros microscopios no eran muy
complejos. Hans y Zacharias Janssen, dedicados a fabricar lentes, descubrieron que los objetos se veían
grandes (se amplificaban) al verlos a través de una serie de lentes. Padre e hijo fabricaron el primer
microscopio compuesto (que usa múltiples lentes) en 1590, al montar dos lentes de vidrio dentro de un tubo.
Dada la simplicidad de sus instrumentos, resulta sorprendente que los pioneros en microscopia hayan
observado tantas cosas.
Antoni van Leeuwenhoek, comerciante de telas holandés, tenía particular destreza para construir lentes y
posiblemente su vista era muy buena. A mediados de 1600, se dedicó a observar el mundo microscópico
del agua de lluvia, insectos, telas, los espermatozoides, las heces; esencialmente, cualquier muestra que
pudiera observar con su microscopio. Quedo fascinado por los diminutos organismos que veía moviéndose
en muchas de sus muestras. Por ejemplo, al raspar el sarro de sus dientes y examinarlo, Leeuwenhoek
detecto “muchos animáculos muy pequeños, cuyos movimientos resultan muy agradables de observar”; (de
manera incorrecta) asumió que el movimiento definía a la vida, y (de manera correcta) concluyo que las
“bestiecillas” que se movían estaban vivas. Quizá a Leeuwenhoek le agradaba tanto observar a estos
animáculos porque no comprendía las implicaciones que esto tenía: el mundo y nuestro cuerpo está lleno
de vida microbiana.
Robert Hooke, contemporáneo de Leeuwenhoek, agrego otro lente que permitió que el microscopio fuera
más fácil de emplear. Muchos de los microscopios que se usan en la actualidad aún se basan en este
diseño. Hooke amplificó un pedazo de corcho cortado finamente procedente de un árbol maduro, y detecto
diminutos compartimientos a los cuales les dio el nombre de células (celdas: pequeñas cámaras donde
vivían los monjes) y de ahí se derivó el término “célula”. En realidad, eran células muertas de las plantas,
que es lo que constituye el corcho, pero Hooke no creía que estuviesen muertas porque ni el, ni sus
contemporáneos, sabían que las células estaban vivas. El observo células “llenas de jugos” en los tejidos
de plantas verdes, pero no comprendió que estaban vivas.
Casi 200 años después de haber sido descubiertas las células, se consideró que eran parte de un sistema
continuo de membrana en los organismos multicelulares, no entidades separadas. Al llegar la década de
1820, gracias a los lentes tan mejorados, las células pudieron observarse mejor. Robert Brown, un botánico,
fue el primero en identificar el núcleo de una célula vegetal. Matthias Schleiden, otro botánico, propuso la
hipótesis de que una célula vegetal es una unidad viva independiente, aunque forma parte de una planta.
Schleiden comparo notas con el zoólogo Theodor Schwann, y ambos llegaron a la conclusión de que los

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tejidos de los animales y de los vegetales están formados de células y sus productos. En conjunto, estos
dos científicos reconocieron que las células tienen vida propia, aunque forman parte de un cuerpo
multicelular.
Otro avance se dio gracias al fisiólogo Rudolf Virchow, quien estudio como se reproducen las células, es
decir, como se dividen en células descendientes. El comprendió que cada célula descendía de otra célula
viva. Esta y muchas otras observaciones dieron lugar a cuatro generalizaciones que en la actualidad
constituyen la teoría celular:
1. Todo organismo consta de una o más células.
2. La célula es la unidad estructural y funcional de todos los organismos. La célula es la unidad más
pequeña con vida y esta vive individualmente, aunque forme parte de un organismo multicelular.
3. Todas las células vivas provienen de la división de otras células preexistentes.
4. Las células contienen material hereditario que transmiten a sus descendientes durante la división
celular.
La teoría celular, propuesta por primera vez en 1839 por Schwann y Schleiden, y revisada posteriormente,
sigue constituyendo el fundamento de la biología moderna. Sin embargo, no siempre fue así. Esta teoría
constituyo una nueva interpretación radical de la naturaleza que subrayaba la unidad de los seres vivos.
Como ocurre con cualquier teoría científica, permanecía abierta (y siempre lo estará) a revisión en caso de
que los nuevos datos no la apoyen.

¿Qué es una célula?


La célula es la unidad más pequeña que presenta las propiedades de la vida, lo cual implica que lleva a
cabo el metabolismo, mantiene la homeostasis, crece y se reproduce. El interior de una célula eucarionte
está dividido en varios compartimientos funcionales, incluyendo un núcleo. Las células procariontes suelen
ser más pequeñas y más simples; carecen de núcleo. Las células difieren en tamaño, forma y actividad. Sin
embargo, todas las células se asemejan en tres aspectos: comienzan la vida con membrana plasmática,
una región que contiene ADN y citoplasma.
1. La membrana plasmática es la membrana más externa de la célula que separa sus actividades
metabólicas de los eventos del exterior, pero no aísla el interior de la célula. El agua, el dióxido de
carbono y el oxígeno pueden atravesarla con libertad. Otras sustancias solo la atraviesan con ayuda
de las proteínas de membrana. Otras más, no pueden penetrarla.
2. Todas las células eucariontes comienzan su vida con un núcleo. Este saco de doble membrana
contiene el ADN de la célula eucarionte. El ADN del interior de las células procariontes está
concentrado en una región del citoplasma llamada nucleoide.
3. El citoplasma es una mezcla semi líquida de agua, azúcares, iones y proteínas que se encuentra
entre la membrana plasmática y la región donde está el ADN. Los componentes de las células se
encuentran en suspensión en el citoplasma. Por ejemplo, los ribosomas, estructuras sobre las
cuales se sintetizan las proteínas, están en suspensión en el citoplasma.

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Generalidades sobre la membrana celular


El fundamento estructural de todas las membranas celulares es la bicapa de lípidos, una doble capa de
lípidos organizada de modo que las colas hidrofóbicas forman un emparedado entre las cabezas hidrofílicas.
Los fosfolípidos son el tipo de lípidos más abundante en las membranas celulares. Muchas proteínas
distintas embebidas en la bicapa o unidas a una de sus superficies, efectúan las funciones de membrana.
Por ejemplo, algunas proteínas forman canales a través de la bicapa; mientras que otras bombean
sustancias a través de ella. Además de la membrana plasmática, muchas células también tienen membranas
internas que forman canales o sacos membranosos. Estas estructuras membranosas compartimentalizan
las tareas como síntesis, modificación y almacenamiento de sustancias.

Introducción a las células procariotas


La palabra procarionte significa “antes del núcleo”, lo cual nos recuerda que los primeros procariontes
evolucionaron antes que los primeros eucariontes. Los procariontes son unicelulares, y como grupo
constituyen las formas de vida más pequeñas y de mayor diversidad metabólica conocidas. Los procariontes
habitaron en etapa temprana en casi todos los entornos de la Tierra, incluyendo algunos sitios sumamente
hostiles. Los dominios Bacteria y Archaea incluyen a todos los procariontes. Las células de estos dominios
son similares en apariencia y tamaño, aunque difieren en estructura y detalles metabólicos. Algunas
características de las arqueas, por ejemplo, indican que están relacionadas de manera más cercana con las
células eucariontes que con las bacterias. La mayoría de las células procariontes no son más anchas de un
micrómetro. Las especies con forma de bastón tienen algunos micrómetros de largo. Ninguna tiene marco
interno complejo, aunque hay filamentos proteicos bajo la membrana plasmática que imparten forma a la
célula. Dichos filamentos actúan como sostén para las estructuras internas.

- Una pared celular rígida rodea la membrana plasmática de


casi todos los procariontes. Las sustancias disueltas
atraviesan con facilidad esta capa permeable de camino hacia
la membrana plasmática o procedente a ella. La pared celular
de la mayoría de las bacterias consta de peptidoglicano, el
cual es un polímero que contiene péptidos entrecruzados y
polisacáridos. La pared de la mayoría de las arqueas consta
de proteínas. Algunos tipos de células eucariontes (como las
células vegetales) también tienen pared, aunque
estructuralmente son diferentes de las paredes de las células
procariontes.
- Polisacáridos pegajosos forman una capa resbalosa o
cápsula en torno a la pared de muchos tipos de bacteria. Esta
capa pegajosa ayuda a las células a adherirse a muchos tipos
de superficies (como hojas de espinaca y carne), y también
las protege de los depredadores y las toxinas. La capsula
puede proteger a las bacterias patógenas (causales de
enfermedad) de las defensas del huésped.
- Proyectándose más allá de la pared de muchas células
procariontes, se observan uno o más flagelos: estructuras
celulares delgadas que se emplean para movimiento. El
flagelo bacteriano se mueve como una propela, impulsando a
la célula en los hábitats líquidos, como los líquidos del cuerpo
del huésped. Difiere del flagelo eucarionte, el cual se dobla
como látigo, y tiene una estructura interna distintiva.
- Hay filamentos de proteína llamados pili (pilus en singular)
que se proyectan de la superficie de algunas especies de
bacterias. Los pili ayudan a las células a unirse con superficies
o desplazarse a través de ellas. El pilus “sexual” se une con
otra bacteria y después se acorta, acercándose a la otra célula
para que se produzca la transferencia de material genético
entre ambas a través del pilus.

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La membrana plasmática de todas las bacterias y arqueas controla selectivamente la sustancia que se
desplaza hacia el citoplasma y procede de él, como ocurre en las células eucariontes. La membrana
plasmática está llena de transportadores y receptores; y también incorpora proteínas que efectúan procesos
metabólicos importantes. Por ejemplo, la membrana plasmática de las bacterias fotosintéticas tiene
conjuntos de proteínas que capturan la energía luminosa y la transforman en energía química del ATP, el
cual se emplea para sintetizar azucares. En los eucariontes ocurren procesos metabólicos similares, aunque
tienen lugar en membranas internas especializadas, no en la membrana plasmática.

El citoplasma de los procariontes contiene miles de ribosomas, estructuras sobre las cuales se sintetizan los
polipéptidos. El cromosoma único de la célula procarionte, que es una molécula de ADN circular, está
ubicado en una región de forma irregular llamada nucleoide. La mayoría de los nucleoides no están
circundados de membrana. Muchos procariontes también presentan plásmidos en su citoplasma. Estos
pequeños círculos de ADN llevan algunos genes (unidades de la herencia) que pueden conferirles ventajas,
como resistencia a los antibióticos.

Otro aspecto intrigante: se tiene evidencia de que todos los protistas, plantas, hongos y animales
evolucionaron a partir de algunos tipos de procariontes antiguos. Por ejemplo, el plegamiento de parte de la
membrana plasmática de las cianobacterias hacia el interior del citoplasma, los pigmentos y otras moléculas
que efectúan la fotosíntesis están embebidos en la membrana, al igual que en la membrana interna de los
cloroplastos, estructuras en eucariontes.

Introducción a las células eucariotas


Todas las células eucariontes iniciaron la vida con un núcleo. Eu significa verdadero y karyon, significa
núcleo y se refiere a este. Un núcleo es un tipo de organelo: estructura que lleva a cabo una función
especializada dentro de la célula. Muchos organelos, en particular los de las células eucariontes, están
rodeados de membrana. Como todas las membranas celulares, las que rodean los organelos controlan el
tipo y la cantidad de sustancia que las atraviesan. Dicho control, mantiene un entorno interno especial que
permite que el organelo lleve a cabo su función específica, como aislar algún producto toxico o sustancia
sensitiva del resto de la célula, transportar alguna sustancia a través del citoplasma, mantener el balance
de líquidos, o suministrar un entorno favorable para una reacción que no podría ocurrir en el citoplasma de
otro modo. Por ejemplo, una mitocondria fabrica ATP tras concentrar iones hidrogeno dentro de su sistema
de membranas. Del mismo modo que las interacciones entre los sistemas de órganos mantienen al cuerpo
animal funcionando, las interacciones entre los organelos mantienen la célula funcionando. Las sustancias
van de un tipo de organelo a otro y hacia la membrana plasmática y regresan de ella. Algunas vías
metabólicas se realizan en una serie de organelos distintos. Estas células comienzan todas a vivir con cierto
tipo de organelos como núcleos y ribosomas. También tienen citoesqueleto, un “esqueleto” dinámico de
proteínas (cito significa célula). Las células especializadas contienen organelos adicionales y otras
estructuras.

Los ribosomas fabrican proteínas


Los ribosomas son partículas muy pequeñas que se encuentran libres en el citoplasma o adheridas a ciertas
membranas. Están formados de ARN y proteínas y se sintetizan en el nucleolo. Los ribosomas contienen
las enzimas necesarias para formar enlaces peptídicos, que son los que unen aminoácidos para producir
polipéptidos. Cada ribosoma tiene dos componentes principales: una subunidad grande y una subunidad
pequeña. Cuando las dos subunidades de ribosomas se unen, funcionan como una fábrica que produce
polipéptidos. Las células que producen activamente muchas proteínas pueden tener millones de ribosomas,
y la célula puede cambiar el número de ribosomas presente para cumplir sus necesidades metabólicas.

El retículo endoplásmico es una red de membranas internas


Una de las más prominentes características de la célula es el laberinto de membranas paralelas que rodean
al núcleo y se extienden a muchas regiones del citoplasma. Este complejo de membranas, el retículo
endoplásmico (RE), forma una red que en muchas células constituye una parte considerable del volumen
total del citoplasma. Se tiende a interpretar el RE como una serie de tubos, de hecho, muchas membranas
del RE consisten en una serie de estructuras en forma de saco muy juntas y aplanadas que forman

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compartimentos conectados entre si dentro del citoplasma. El espacio interno que encierra las membranas
se denomina luz del RE. En la mayor parte de las células, la luz del RE forma un único compartimento
interno que tiene continuidad con el compartimento que se forma entre las membranas externa e interna de
la envoltura nuclear. Las membranas de otros orgánulos no tienen conexión directa con el RE; estas forman
compartimentos bien delimitados y separados dentro del citoplasma. Las membranas y la luz del RE
contienen enzimas que catalizan muchos tipos de reacciones químicas. En algunos casos, las membranas
sirven como armazón para las enzimas que llevan a cabo reacciones bioquímicas secuenciales. Las dos
superficies de la membrana contienen diferentes grupos de enzimas y representan regiones de la célula con
distintas capacidades de síntesis, del mismo modo en que distintos departamentos de una fábrica elaboran
partes diferentes de un producto en particular. Dentro de la luz del RE se localizan también otras enzimas.
En las MET se pueden distinguir dos regiones diferentes del RE: el RE rugoso y el RE liso. Aunque estas
regiones tienen diferentes funciones, sus membranas están conectadas y sus espacios internos son
continuos.

- El RE liso sintetiza lípidos. Tiene apariencia tubular y las superficies de su membrana externa
parecen lisas. Las enzimas de las membranas del RE liso catalizan la síntesis de muchos lípidos y
carbohidratos. El RE liso es el sitio principal para la síntesis de fosfolípidos y colesterol necesarios
para la formación de las membranas celulares. El RE liso sintetiza hormonas esteroides, como las
hormonas de la reproducción, a partir del colesterol. En las células hepáticas, el RE liso es
importante para degradar enzimáticamente el glucógeno almacenado (el hígado ayuda a regular la
concentración de glucosa en la sangre). El RE liso también almacena iones de calcio. Mientras que
el RE liso puede ser un componente membranoso secundario en algunas células, otras tienen
cantidades considerables de RE liso.
- El RE rugoso es importante en la síntesis de proteínas. La superficie externa del RE rugoso está
salpicada de ribosomas que aparecen como gránulos oscuros. El lado de la luz del RE rugoso
aparece desnudo, mientras que la superficie externa (el lado citosólico) parece rugosa. Los
ribosomas unidos al RE rugoso se conocen como ribosomas adheridos o asociados; los ribosomas
libres están suspendidos en el citosol. El RE rugoso desempeña un papel central en la síntesis y el
ensamble de proteínas. Muchas proteínas que se exportan desde la célula (como las enzimas
digestivas), y aquellas destinadas a otros orgánulos, se sintetizan en los ribosomas unidos a la
membrana del RE. Las proteínas procesadas adecuadamente se transfieren a otros compartimentos
de la célula por medio de pequeñas vesículas de transporte, que se desprenden en forma de yemas
de la membrana del RE y entonces se fusionan con la membrana del orgánulo de destino.

El complejo de Golgi procesa, clasifica y modifica las proteínas


En muchas células, el complejo de Golgi está formado por pilas de sacos membranosos y aplanados
llamados cisternas. Cada cisterna tiene un espacio interno, o iluminado. En ciertas regiones, las cisternas
pueden distenderse en los extremos, formando bulbos, por estar llenas de productos celulares. Cada uno
de los sacos aplanados tiene un espacio interno o luz. El complejo de Golgi contiene compartimentos
independientes, así como otros interconectados. Cada saco del complejo de Golgi tiene tres áreas, que se
conocen como cara cis y cara trans (o región cis y trans), y la región media entre ambas. Normalmente, la
cara cis (la superficie de entrada) se orienta hacia el núcleo y recibe materiales de las vesículas de transporte
procedentes del RE. La cara trans (la superficie de salida), se orienta hacia la membrana plasmática;
empaqueta moléculas en vesículas y las transporta fuera del complejo de Golgi. En algunas células
animales, el complejo de Golgi se sitúa a un lado del núcleo; otras células animales y vegetales tienen
muchos complejos de Golgi dispersos por toda la célula. Las células que secretan grandes cantidades de
glucoproteínas tienen muchos apilamientos de Golgi. Los complejos de Golgi de las células vegetales
producen polisacáridos extracelulares que se utilizan como componentes de la pared celular. En las células
animales, el complejo de Golgi fabrica los lisosomas. El complejo de Golgi procesa, clasifica y modifica
proteínas y la ruta general es desde los ribosomas a la luz del RE rugoso, después al complejo de Golgi y
de allí a su destino final. Las proteínas que se ensamblan con precisión son transportadas desde el RE
rugoso a la cara cis del complejo de Golgi en pequeñas vesículas de transporte formadas a partir de la
membrana del RE. Las glucoproteínas son empaquetadas en vesículas de transporte en la cara trans, las
vesículas se desprenden de la membrana del complejo de Golgi y transportan su contenido a un destino
especifico.

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Los lisosomas son compartimentos para la digestión


Los lisosomas son pequeños sacos de enzimas digestivas que se dispersan en el citoplasma de la mayoría
de las células animales. Los investigadores han identificado aproximadamente 40 enzimas digestivas
diferentes en los lisosomas. Ya que las enzimas lisosomales son activas en condiciones de preferencia
acidas, los lisosomas mantienen un pH de aproximadamente 5 en su interior. Las potentes enzimas y el bajo
pH que mantiene el lisosoma proporcionan un excelente ejemplo de la importancia de la separación de
funciones dentro de la célula en diferentes compartimentos. Bajo la mayoría de las condiciones normales,
la membrana del lisosoma limita sus enzimas y sus acciones. Sin embargo, algunas formas de daño tisular
están relacionadas con “fugas” de los lisosomas. Los lisosomas primarios se forman mediante la gemación
a partir del complejo de Golgi. Sus enzimas hidrolíticas se sintetizan en el RE rugoso. Las bacterias (o restos
de ellas) ingeridas por los fagocitos son incluidas en una vesícula formada a partir de la membrana
plasmática. Uno o más lisosomas primarios se fusionan con la vesícula que contiene el material ingerido,
formando una vesícula más grande denominada lisosoma secundario. Las potentes enzimas de los
lisosomas secundarios entran en contacto con las moléculas ingeridas y las degradan en sus componentes.
En ciertas condiciones, los lisosomas degradan orgánulos y permiten que sus componentes se reciclen o
se utilicen como fuente de energía.

Las vacuolas son grandes sacos llenos de fluido con diversas funciones
Aunque los lisosomas se han identificado en casi todas las clases de células animales, los biólogos no los
han identificado en células vegetales y de hongos. Muchas de las funciones de los lisosomas en las células
animales, son realizadas en las células vegetales y de los hongos por unos sacos grandes aislados y
rodeados de membrana llamados vacuolas. La membrana de la vacuola, que es parte del sistema
endomembranoso, se llama tonoplasto. El termino vacuola, que significa “vacío”, se refiere al hecho de que
estos orgánulos no tienen estructura interna. Aunque algunos biólogos utilizan el termino vacuola y vesícula
en forma indistinta, las vacuolas normalmente son estructuras más grandes, algunas veces producidas por
la fusión de muchas vesículas. Las vacuolas tienen una función importante en el crecimiento y desarrollo de
las plantas, la célula vegetal aumenta su tamaño principalmente añadiendo agua a su vacuola central. La
vacuola puede servir como un compartimento de almacenamiento de compuestos inorgánicos. Puesto que
la vacuola contiene una alta concentración de solutos (materiales disueltos), toma agua y empuja hacia fuera
la pared celular con una presión hidrostática, llamada presión de turgencia, que proporciona mucha de la
resistencia mecánica de las células vegetales. La vacuola es importante para el mantenimiento de la
homeostasis, ya que ayuda a mantener el pH adecuado captando el exceso de iones hidrogeno, por ejemplo.

Los peroxisomas metabolizan compuestos orgánicos pequeños


Los peroxisomas son orgánulos rodeados con una membrana, contienen enzimas que catalizan una
variedad de reacciones metabólicas en las que el hidrógeno debe ser oxidado en diversos compuestos. Los
peroxisomas reciben su nombre del hecho de que durante estas reacciones de oxidación producen peróxido
de hidrogeno (H2O2). El peróxido de hidrogeno detoxifica determinados compuestos; pero si escapara de
los peroxisomas, dañaría otras membranas de la célula. Los peroxisomas contienen la enzima catalasa, que
rápidamente divide el exceso de peróxido de hidrogeno en agua y oxígeno, haciéndolo inocuo. Los
peroxisomas son abundantes en células que sintetizan, almacenan o degradan lípidos. Una de sus funciones
principales es degradar moléculas de ácidos grasos. Los peroxisomas también sintetizan ciertos fosfolípidos
que son componentes de la cubierta aislante de las células nerviosas. Cuando las células de levadura están
creciendo en un medio rico en alcohol, fabrican peroxisomas grandes que contienen una enzima que
degrada el alcohol.

Las mitocondrias y los cloroplastos son orgánulos que convierten la energía


La energía que una célula obtiene de su entorno normalmente está en forma de energía química en las
moléculas alimenticias (como la glucosa) o en forma de energía de la luz. Estos tipos de energía deben
convertirse en formas que la célula pueda usar de manera conveniente. Parte de la energía se convierte en
el citosol, pero en las mitocondrias y en los cloroplastos (orgánulos especializados en facilitar la conversión
de energía de una forma a otra) tienen lugar otros tipos de conversiones. La energía química se almacena
normalmente en forma de ATP. La energía química del ATP puede utilizarse para diversas reacciones
químicas en la célula.

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Las mitocondrias se encuentran en la mayoría de las células eucariotas (incluso en algas y plantas), y los
cloroplastos, se encuentran solo en las células de algas y de ciertas células vegetales. Las mitocondrias y
los cloroplastos crecen y se reproducen por si solos. Contienen cadenas cortas de ADN que codifican un
pequeño número de proteínas que se encuentran en estos orgánulos. Estas proteínas se sintetizan en los
ribosomas de las mitocondrias o de los cloroplastos, que son similares a los ribosomas de procariotas. La
existencia de un grupo independiente de ribosomas y de moléculas de ADN en mitocondrias y cloroplastos,
y su semejanza en cuanto a tamaño con muchas bacterias, apoya la hipótesis de la endosimbiosis. Según
esta hipótesis, las mitocondrias y los cloroplastos evolucionaron a partir de procariotas que adquirieron como
residencia el interior de células eucariotas más grandes. Finalmente, estas procariotas simbióticas perdieron
la capacidad de funcionar como organismos autónomos.

Las mitocondrias producen ATP a través de la respiración celular


Prácticamente todas las células eucariotas (plantas, animales, hongos y protistas) contienen orgánulos
complejos llamados mitocondrias. En estos orgánulos ocurre la respiración aerobia, proceso que requiere
oxígeno y que incluye la mayoría de las reacciones que convierten la energía química presente en ciertos
alimentos, en ATP. Durante la respiración aerobia, se liberan átomos de carbono y oxigeno de las moléculas
alimenticias como la glucosa, y se convierten en dióxido de carbono y agua. Las mitocondrias son más
numerosas en células muy activas, por tanto, tienen altas necesidades energéticas. En una única célula se
han contado hasta 1000 mitocondrias. Cada mitocondria está rodeada por una membrana doble que forma
dos compartimentos diferentes dentro del orgánulo: el espacio intermembrana y la matriz mitocondrial. El
espacio intermembrana es el compartimento que se forma entre las membranas mitocondriales externa e
interna. La matriz mitocondrial, es el compartimento limitado por la membrana mitocondrial interna, contiene
enzimas que degradan las moléculas alimenticias y convierten su energía a otras formas de energía química.
La membrana mitocondrial externa es lisa y permite el paso de muchas moléculas a través de ella. Por el
contrario, la membrana mitocondrial interna tiene numerosos pliegues y regula estrictamente el tipo de
moléculas que la pueden atravesar. Los pliegues, llamados crestas, se extienden hacia dentro de la matriz.
Las crestas aumentan considerablemente el área superficial de la membrana mitocondrial interna,
proporcionando una mayor superficie para las reacciones químicas que transforman la energía química de
las moléculas alimenticias en energía de ATP. La membrana contiene las enzimas y otras proteínas
necesarias para estas reacciones.

Los cloroplastos convierten la energía de la luz en energía química por medio de la fotosíntesis
Las células de ciertas plantas y de algas realizan la fotosíntesis, un conjunto de reacciones durante las
cuales la energía de la luz se transforma en energía química en forma de glucosa y otros carbohidratos. Los
cloroplastos son orgánulos que contienen clorofila, un pigmento verde que atrapa la energía de la luz para
la fotosíntesis. Los cloroplastos también contienen diversos pigmentos amarillos y anaranjados conocidos
como carotenoides, que absorben la luz. Un alga unicelular puede tener un único cloroplasto grande,
mientras que cada célula de una hoja puede tener de 20 a 100. Los cloroplastos son estructuras con forma
normalmente de disco y, al igual que las mitocondrias, tienen un sistema de membranas plegadas. Las dos
membranas encierran el cloroplasto y lo separan del citosol. La membrana interna rodea un espacio lleno
de líquido llamado estroma, que contiene enzimas. Estas enzimas producen carbohidratos a partir de dióxido
de carbono y agua, utilizando la energía captada por la luz del Sol. Suspendido en el estroma, se encuentra
un sistema de membranas internas que consisten en grupos de sacos aplanados en forma de disco
conectados entre sí llamados tilacoides. Los tilacoides están organizados en pilas llamadas grana. Las
membranas tilacoidales encierran los compartimentos más internos del cloroplasto, la luz del tilacoide. La
clorofila está presente en las membranas tilacoidales que, al igual que las membranas mitocondriales
internas, están implicadas en la formación de ATP. La energía absorbida de la luz solar por las moléculas
de clorofila excita a los electrones; entonces la energía de estos electrones excitados se utiliza para producir
ATP y otras moléculas que transfieren energía química.
Los cloroplastos pertenecen a un grupo de orgánulos, conocidos como plastidios o plastos, que producen y
almacenan materiales alimenticios en las células vegetales y de algas. Son orgánulos extremadamente
versátiles; de hecho, bajo determinadas condiciones, incluso los plastidios maduros pueden cambiar de una
forma a otra. Los cromoplastos contienen pigmentos que dan a ciertas flores y frutos sus colores
característicos; los leucoplastos son plastidios sin pigmento; incluyen amiloplastos, que almacenan almidón
en las células y en muchas semillas, raíces y tubérculos (como las papas).

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ILUSTRACIÓN DE CÉLULA ANIMAL

ILUSTRACIÓN DE CÉLULA VEGETAL

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DISTINTAS ESTRATEGIAS ENERGÉTICAS: HETERÓTROFOS Y AUTÓTROFOS


Cuando aparecieron las primeras células, o estructuras semejantes a células, requirieron un aporte continuo
de energía para mantenerse, crecer y reproducirse. El modo en que estas células obtuvieron la energía es
en la actualidad objeto de una discusión vivaz.
Los organismos modernos y las células que los componen satisfacen sus requerimientos energéticos en
una de dos formas. Algunos incorporan moléculas orgánicas del ambiente exterior, las que degradan para
obtener energía y componentes para su estructura. Estos organismos, que incluyen a todos los animales, a
los hongos, y a muchos unicelulares, se denominan HETERÓTROFOS (del griego, heter “otro” y tropos “el
que se alimenta”). Otros organismos son capaces e sintetizar moléculas orgánicas ricas en energía a partir
e sustancias inorgánicas simples y, por lo tanto, no requieren moléculas orgánicas el exterior. Estos
organismos se denominan AUTÓTROFOS (del griego, auto “propio”). Entre los autótrofos, las plantas y
varios tipos de protistas son fotosintéticos, es decir que utilizan la luz del Sol como fuente de energía para
las reacciones de síntesis química. Por otra parte, ciertos grupos de bacterias llamadas quimiosintéticas
obtienen la energía para sintetizar moléculas orgánicas de la energía liberada por reacciones inorgánicas.
Tanto los heterótrofos como los autótrofos están representados entre los microfósiles más antiguos. Muchos
científicos sostienen que las primeras células vivas fueron heterótrofas, sin embargo, descubrimientos
recientes sugieren que las primeras células podrían haber sido autotróficas, quimiosintéticas o fotosintéticas
antes que heterotróficas, Muchas de las bacterias extremófilas que se han descubierto en los últimos años
habrían sobrevivido cómodamente en las condiciones de la Tierra primitiva. Es probablemente que, sin los
autótrofos, la evolución de la vida en la Tierra pronto habría llegado a un callejón sin salida, ya que, por
medio de procesos como la fotosíntesis, la energía capturada de fuentes como el Sol por los autótrofos
fotosintéticos alcanza y sustenta a todas las otras formas de vida.

Formas de nutrición autótrofa y heterótrofa

Organismos autótrofos
Se dividen en fotosintéticos y quimiosintéticos, según obtengan su energía de la luz solar o por medio
de oxidaciones de productos inorgánicos.

Organismos heterótrofos
La nutrición heterótrofa, de las raíces griegas hetero, diferente, y trophos, alimentar, es aquella que llevan a
cabo las células y los organismos incapaces de fabricar por sí mismos sus alimentos. Estos organismos
requieren compuestos orgánicos ya elaborados, los cuales toman directamente de los organismos
fotosintéticos que son productores de alimento, o a través de otros consumidores, directos o indirectos, de
organismos fotosintéticos. De acuerdo con las particularidades que presentan los distintos tipos de nutrición
heterótrofa, a ésta se le divide principalmente en: holozoica, saprofita y parásita.

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Organismos holozoicos
La nutrición holozoica, de hólos, todo o entero y zoo, animal, es la que efectúan la mayoría de los animales.
En este tipo de nutrición se ingieren y digieren los alimentos. Esto también sucede en algunas células como
amibas y glóbulos blancos, las cuales fagocitan sus alimentos englobándolos con sus pseudópodos. Dichos
alimentos pueden consistir en ciertos microorganismos, células más pequeñas o partículas de materia
orgánica que posteriormente digerirán intracelularmente.

Organismos saprofitos
La nutrición saprofita, de saprós, podrido, y phytón, planta, se efectúa por organismos unicelulares y
pluriceluares heterótrofos que adquieren su alimento orgánico de sustratos muertos, y que, con la ayuda de
los fermentos que secretan, digieren y solubilizan las sustancias antes de absorberlas, pues realizan
digestión extracelular. Este es el caso de muchas bacterias y hongos, que son los principales responsables
de la putrefacción y el reciclamiento de la materia orgánica, sobre todo de deshechos y cadáveres de plantas
y animales, incluyendo los seres humanos. La nutrición saprofita es de enorme importancia en el ciclo de la
materia en la naturaleza, porque gracias a ésta la materia muerta puede ser reaprovechada por otros seres
vivos. A los animales que se alimentan de cualquier tipo de compuesto orgánico en putrefacción se les da
el nombre de saprozoicos.
- De saprofitos a parásitos. Algunos organismos, entre ellos ciertos hongos, primero matan a su
huésped, generalmente plantas, y después viven saprofíticamente sobre ellas, mientras se lleva a
cabo la putrefacción.
- Parásitos-saprofitos. Otros organismos, como las bacterias que producen el tétanos, el carbunco, el
cólera y el tifo, pueden vivir saprofíticamente en el suelo o en el agua, y sólo actúan como parásitos
cuando se les presenta la ocasión. Por ejemplo, el tétanos puede desarrollarse cuando en forma
accidental nos causamos una herida con algún objeto punzocortante (como un clavo o un alambre)
que haya permanecido abandonado en el suelo o en agua contaminados con la bacteria Clostridium
tetani.

Organismos parásitos
De forma general, un parásito es el individuo que vive a expensas de otro organismo, comúnmente de
distinta especie, causándole daño e incluso la muerte, ya que se alimentan de los tejidos y nutrimentos de
éste. Por ejemplo, los ectoparásitos o parásitos externos, como pulgas, piojos, chinches, garrapatas y
algunos moscos, se alimentan de sangre, y para obtenerla a veces dañan tejidos superficiales del huésped,
además de que pueden transmitir, por medio de su picadura, otros parásitos internos o endoparásitos.
Comúnmente los parásitos son mucho más pequeños y numerosos que su huésped, lo que explica que
puedan vivir dentro o fuera de él; por lo general, su ciclo de vida requiere de la invasión a dos o más
huéspedes. Los endoparásitos viven dentro del organismo al que invaden. Por ejemplo, algunas bacterias,
ciertos virus y protozoarios que por lo regular invaden células de algunos tejidos del huésped. Otros
endoparásitos invaden el tubo digestivo de su huésped (ya sea el hombre u otros animales), como lo hacen
ciertos gusanos platelmintos y nematelmintos (lombrices intestinales, oxiuros, solitarias, etcétera) e incluso
ciertos protozarios, como la amiba histolítica, que puede además invadir tejidos de distintos órganos y causar
severos daños. La mayoría de los gusanos parásitos se nutren de los alimentos ya digeridos de su huésped,
quien sufre con frecuencia las consecuencias de una alimentación deficiente debido a sus invasores.

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