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Reflexiones sobre las sociedades cooperativas

Francisco Hung Vaillant*

Sumario:
1. Marco constitucional. 2. Derecho Cooperativo o Derecho de las Cooperativas.
2.1. Surgimiento del Cooperativismo. 2.2. El nacimiento de las Cooperativas.
2.3. La función de las Cooperativas en el entorno económico actual. 3. El
Derecho Cooperativo actual. 4. La actual proliferación de Sociedades
Cooperativas. 5. La posibilidad de que estemos en presencia de un gran fraude a
la Ley. 6. Características esenciales de nuestra Sociedad Cooperativa. 6.1. El
principio mutualista. 6.2. El trabajo asociado. 6.3. La intervención del asociado
en la organización, gestión y administración de la Sociedad Cooperativa. 6.4.
La constitución de reservas legales con finalidades específicas e indisponibilidad
de las mismas. 6.5. La distribución de los excedentes. 7. Conclusión previa. 8.
Los efectos colaterales. 9. El posible lado luminoso de la luna.

1. Marco constitucional.

De conformidad con lo que expresa el artículo 2 CRVB, el Estado


venezolano es un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia' y
como tal propugna como «valores superiores de su ordenamiento jurídico y
de su actuación» —entre otros valores mencionados en el texto— la solidaridad,
la democracia, la responsabilidad social, la preeminencia de los derechos
humanos y el pluralismo político. A su vez, el Artículo 3 eiusdem señala -
entre otros fines— como fines esenciales del Estado: la defensa y desarrollo de
la persona ye! respeto a su dignidad, la promoción de la prosperidad y bienestar
y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos
y consagrados por la Constitución.

Sobre el Estado Social de Derecho, ver: RONDON DE SANSÓ, Hildegaíd. Análisis de


la Constitución Venezolana de 1999. Parte Orgánica y Sistemas. Caracas (2000) 44-
59. Acerca de la evolución de la doctrina alemana en torno al Estado Social de
Derecho, informa útilmente: BENDA, Ernesto. «El Estado Social de derecho» en
Manual de Derecho Constitucional. (BENDA, MAIHOFER, VOGEL, HESSE, HEYDE).
Madrid-Barcelona, Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales. S.A. (2001) 487-559.
Segunda Edición. En particular pp. 521 y ss.
* Profesor de Derecho Mercantil de la Universidad Central de Venezuela y Universidad
Metropolitana (UNIMET).
Recibido: 17-06-2005 Aceptado: 11-07-2005
Ética y jurisprudencia n° 4,2005 lssn: 1690-6330 33-62
Francisco Hung Vaillant

Cuando el texto Constitucional procede a regular los derechos humanos


y las garantías de la persona, la primera referencia a tales derechos la formula
expresando que todas las personas tienen el derecho-al libre desenvolvimiento
de su personalidad (Art. 20 CRBV); derecho considerado por la generalidad
de la doctrina como puntal fundamental del principio de respeto a la dignidad
de la persona 2. Por otra parte, integrando el conjunto de los derechos civiles,
el texto Constitucional reconoce expresamente el derecho de toda persona de
asociarse con fines lícitos (Art. 52 CRBV).
Dentro de la enumeración de los derechos sociales y de las familias, el
Artículo 87 Constitucional cita el derecho al trabajo y garantiza que toda persona
podrá obtener una ocupación productiva que le proporcione una existencia
digna y decorosa. Por otra parte, el Artículo 118 Constitucional reconoce a
los trabajadores el derecho a desarrollar «asociaciones de carácter social y
participativo, como las Cooperativas»; entidades que actuando conforme a la
ley, podrán desarrollar cualquier tipo de actividad económica. Además, el
Estado se compromete a promover y proteger dichos entes a fin de que ellos
sirvan de medios para mejorar la economía popular y dispone que la ley
reconocerá el «carácter generador de beneficios colectivos» que tienen las
«asociaciones de carácter social y participativo», entre las cuales hace
expresa mención a la necesidad de amparar el «acto cooperativo».

En relación a los denominados «derechos económicos», el texto


Constitucional reconoce el derecho de toda persona a dedicarse libremente a
la actividad económica de su preferencia, con las limitaciones prescritas en la
Constitución y aquellas consagradas en las leyes, cuando tales limitaciones
estén justificadas por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad,
protección del ambiente u otras de interés social'. En tal orden de ideas, el
Estado se compromete a promover la iniciativa privada sin perjuicio de su

Con respecto al concepto de «dignidad de la persona» y los derechos fundamentales


ver: BENDA, Ernesto. «Dignidad humana y derechos de la personalidad» en Manual
de Derecho Constitucional (BENDA, MAIHOFER, VOGEL, HESSE, HEYDE), citado
pp. 117-144.
La doctrina especializada, argumentando sobre la base del citado Art. 112 CRBV, afirma que cualquier
limitación al derecho ala libre actividad económica debe estar avalado, so pena de resultar inconstitucional,
con la justificación de las razones mencionadas en la norma. En general, se afirma (Con relación a la
Constitución Española .de 1978, en opinión aplicable al caso venezolano) que el reconocimiento del
derecho a la empresa no debe ser coartado por intervenciones públicas limitativas de dicho derecho: que
tales restricciones deben tener siempre carácter restrictivo y que en caso de que sean vanas las medidas
de intervención admisibles, se elegirá siempre la menos restrictiva para la libertad. Ver: MARTIN-
RETORTILLO, Sebastián. «La Constitución Económica» en el texto de la Constitución Española de
1978 en Constitución y Constitucionalismo hoy. Caracas, Fundación Manuel García Pelayo (2000)
167.
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Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

facultad de planificación, racionalización y regulación de la economía a fin de


manipular el desarrollo integral del país (Art. 112 CRBV).

Finalmente, como uno de los medios para promover la descentralización


de la función pública a que se compromete el Estado en el Artículo 6
Constitucional, el Artículo 184 eiusden2 establece que la ley deberá crear
mecanismos abiertos y flexibles para que los Estados y los Municipios
transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados —cuando
éstos demuestren capacidad para ello—, la prestación de ciertos servicios
públicos. En esta dirección, el numeral 3 de la norma citada señala que Estados
y Municipios deben promover la participación de las comunidades en los
procesos económicos utilizando la vía de estimular las «expresiones de la
economía social»; aludiendo con dicha frase a las Cooperativas, cajas de ahorro,
sociedades mutualistas y otras formas asociativas.

En el mismo orden de ideas, el numeral 5 del citado Artículo, impone a


los Estados y Municipios el deber de crear organizaciones, Cooperativas y
empresas comunales de servicios; ene! entendido de que tal acción constituye
una vía para generar fuentes de empleo y bienestar social. Igualmente, los
Estados y los Municipios tienen el deber de diseñar políticas a fin de que
dichas organizaciones tengan participación en la prestación de servicios
públicos.

Finalmente, al establecer la Constitución vigente el marco general del


sistema socioeconómico, y en particular el régimen socioeconómico y la
función del Estado en la economía, el Artículo 308 Constitucional se
compromete a proteger y promover a la pequeña y mediana industria, las
Cooperativas, las cajas de ahorro y cualquier otra forma de asociación
comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo; todo ello con el objeto de
fortalecer el desarrollo económico del país, persiguiendo sustentar tal desarrollo
en la iniciativa popular. Dentro del amplio marco Constitucional que he
resumido en rasgos bastante gruesos, se inscribe —al menos en el aspecto
teórico general— el acto cooperativo.

En efecto, el sistema cooperativo a nivel mundial, aún cuando con


diferencias de matices, es considerado como una excelente fórmula que permite
a los individuos participar en la actividad económica en forma eficiente 4; pero

El columnista de «El Nacional»; Fausto Massó cita que la mayor empresa mundial
productora de leche es una Cooperativa de Nueva Zelanda. «El Nacional» 30-04-05
p.A-6.
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Francisco Hung Vaillant

—lo que es mas importante a los efectos del desarrollo—, en forma comprometida;
es decir, en estrecho compromiso con las comunidades, propiciando una vía
hacia una sociedad más participativa. En este sentido, se afirma que la Sociedad
Cooperativa puede ser un instrumento apto para ofrecer solución a los
problemas de relevancia social que no han podido resolver las empresas
capitalistas convencionales, ni el sector público que, generalmente, funciona
en el hecho económico con características similares a la empresa capitalista'.

En el contexto indicado y con una adecuada coordinación del acto


cooperativo, es posible atender las demandas sociales de solidaridad y a través
de su utilización masiva; establecer una fórmula generadora de puestos de
trabajo bajo la modalidad del autoempleo, facilitando la inserción social de
aquellos colectivos con dificultades de inserción laboral. Desde este punto de
vista, la promoción de las Sociedades Cooperativas y las políticas públicas
orientadas a facilitar su inserción en la economía, «en particular admitiéndolas
como próveedores de bienes y servicios para el sector público», constituye
un paso en la dirección de potenciar la actualización de la solidaridad, la
democracia, la responsabilidad social y el pluralismo político como valores
superiores de la actuación del Estado (Art. 2 CRBV); así corno la defensa y
desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad (Arts. 3, 20, 52, 87, 112 y
118 CRBV).

No obstante, para que el acto cooperativo cumpla los mencionados


objetivos es indispensable que las Cooperativas tengan un funcionamiento
adecuado como empresas; funcionamiento adecuado que requiere como punto
de apoyo fundamental, al menos dos elementos básicos: 1) ¡acaba¡ comprensión
del «acto cooperativo»; y, u) el conocimiento de la forma en la cual debe
ser gestionado este tipo de organización. En esta sede se ha afirmado que el
escaso compromiso de los socios, la falta de dirección profesional de la
organización y la inadecuada interpretación de los Principios Cooperativos,
constituyen las principales causas del fracaso de las Cooperativas cuando
éste se produce. Por contra, se dice que al corregir dichas tres debilidades
principales, se propende a que las Sociedades Cooperativas sean empresas
excelentes.

MOYANO FUENTES, José. Presentación a la obra colectiva la Sociedad Cooperativa:


Un análisis de sus características societarias y empresariales (José Moyano Fuentes,
Coordinador). Universidad de Jaén (2001) 17.
VARGAS SÁNCHEZ, Alfonso. «Los emprendedores y los valores cooperativos.
Consideraciones del papel de la información en el desarrollo de redes de empresas en
democracia» en La Sociedad Cooperativa: Un análisis de sus características societarias
y empresariales (José Moyano Fuentes, Coordinador) pp. 28-29.
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Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

La obtención de esa aptitud y actitud con respecto al acto cooperativo


no es algo que derive o pueda derivar directamente de la ley. En efecto, no
basta con la existencia de una ley que ordene o permita; sino que es necesario
todo un proceso cultural que forme Valores Cooperativos; proceso que sólo
se logra a través de la educación y el trabajo yno deviene del carácter mágico
de la ley; es decir, de aquella actitud que piensa que para resolver un problema
basta la promulgación de una ley que lo regule.

Desde hace algún tiempo en nuestro país estamos asistiendo a una


especie de resurgimiento del acto cooperativo. El Estado parece haber tomado
en serio las previsiones del Artículo 184 Constitucional y diversas dependencias
públicas favorecen la contratación a través de Sociedades Cooperativas. Esta
posición, aunada al hecho de que la LEAC facilita en grado superlativo la
constitución de dichos entes, ha originado su proliferación como hongos en
un prado fértil. Es de.esperar que el producto sea digerible y no venenoso'.

Esta proliferación de Sociedades Cooperativas sin la existencia de una


cultura previa y generalizada llama la atención. Ante esta realidad me pregunto
si en verdad estamos ante un asombroso —casi mágico- auge de la Sociedad
Cooperativa, o si estamos ante la utilización de una simple forma desprovista
de substancia; ante una inera utilización de la forma vacía de contenido para
aprovechar con la viveza criolla que nos caracteriza y con el «alma Caribe»,
las oportunidades de contratación con el Estado y sus dependencias; las
oportunidades de financiación barata; los beneficios fiscales, etc.

Si esto último forma parte de nuestra realidad actual, cabe preguntarse


si quienes aparecen como socios de estos entes y los abogados que los
patrocinaron están conscientes de que en definitiva debe privar la sustancia
sobre la forma y que existe una responsabilidad civil y administrativa y en
algunos casos penal.

2. Derecho Cooperativo o Derecho de las Cooperativas.

2.1. Surgimiento del Cooperativismo.

Posiblemente todos los presentes conocemos —por supuesto, como


dicen: «de oídas»—, el origen de las Cooperativas. No obstante parece útil
recordarlo.

Esta proliferación ha sido anunciada por PROVEA en su informe de fecha octubre


2003 - septiembre 2004 que más adelante comento. Ver: www.L)rovea.org .-Ve
Francisco Hung Vaillant

Allá por el año 1845, en pleno auge de la revolución industrial, en una


ciudad de Inglaterra, Charles Howard y veintisiete compañeros obreros de
telares se enfrentaban a una huelga y contaban, con muy pocos recursos para
sostener su posición: apenas 100 chelines que habían reunido entre todos
corno «fondo de resistencia».

En ese contexto Howard tuvo la idea de buscar un mecanismo que le


permitiera hacer «rendir» el fondo y se le ocurrió que la vía adecuada podía
ser eliminar a los intermediarios en la compra de los alimentos necesarios para
la subsistencia. Para ello utilizó el fondo de resistencia en la compra directa a
los proveedores y pretendió vender los productos a los huelguistas a precios
más bajos que los del mercado. No obstante, los comerciantes de la zona los
obligaron a igualar los precios del mercado por cuestiones de competencia
mercantil. Al vender a los precios del mercado se produjo una ganancia: un
excedente que los pioneros resolvieron distribuir entre quienes formaron el
«fondo», pero sin utilizar el principio capitalista de distribución de utilidades.
Howard y sus compañeros decidieron que los «excedentes» retornaran en
proporción a la contribución de cada cual a la formación de ellos; esto es, en
proporción a las compras realizadas. Había nacido la «Cooperativa de
Consumo» moderna y con ella un amplio movimiento que se difundió por
toda Europa y luego cruzó el Atlántico.

Los Pioneros de Rochdale, entusiasmados con su éxito, elaboraron una


serie de reglas básicas que debían ordenar el nuevo tipo de negocio asociativo.
Estos Principios que con ligeras variantes han sido acogidos en todos los
sitios en los cuales las Cooperativas se han desarrollado, pueden ser expresados
--de acuerdo a la versión que de ellos acordó la ASOCIACIÓN COOPERATIVA
INTERNACIONAL (ACE) en su Congreso de Manchester en 1995—, en la
forma siguiente:

i) Principio mutualista: las prestaciones Cooperativas son ejecutadas a


favor de los asociados y para estos son también los beneficios que produce la
actividad desarrollada por la Cooperativa. Este principio ha sido morigerado
con el tiempo permitiendo que terceros puedan participar en las prestaciones
Cooperativas; mecanismo que permite la inserción exitosa de este tipo de ente
en la economía.

u) Principio de puerta abierta: consiste en otorgar la mayor facilidad


tanto para el ingreso como para el retiro de los asociados; siempre y cuando
en cualquiera de dichos supuestos se cumplan los requisitos previstos en los
Estatutos.

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Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

iii) Principios del capital variable: este principio es una consecuencia del
anterior ya que la variabilidad del capital armoniza o es corolario del principio
de libre acceso y egreso en la Cooperativa.

iv) Principio democrático: a los asociados corresponde la gestión y


dirección de la Cooperativa y tal actividad se ejerce mediante el esquema «un
hombre, un voto», independientemente de la cuantía de su participación en los
fondos de la entidad.

y) Principio del retorno cooperativo: los beneficios producidos por la


Cooperativa no son para la entidad, sino en y para los asociados, y los mismos
son repartidos en proporción a los servicios que cada asociado haya
cooperativizado.

Por lo demás, la ACI ha propugnado una serie de Valores Cooperativos:


la autoayuda, la autorresponsabilidad, la democracia, la igualdad, la equidad y
la solidaridad. En atención a tales Valores Cooperativos ha establecido en
cabeza de los asociados el deber de cumplir con ciertos valores éticos: la
honestidad, la transparencia, la responsabilidad y la vocación social8.

2.2. El nacimiento de las Cooperativas.

Algunos autores —en mi parecer con razón— han hecho notar la


coincidencia de la fuente de origen de dos instituciones que puede decirse
revolucionaron la moderna relación trabajador-empresario. En efecto, han
señalado que las penurias de que fue víctima la clase obrera como consecuencia
directa de la revolución industrial, propiciaron el nacimiento de los Sindicatos
y las Cooperativas9. Los primeros dedicaron sus esfuerzos al logro de
reivindicaciones laborales persiguiendo la humanización de la relación de trabajo.
Los segundos crearon una nueva forma de empresa al introducir el humanismo
en la actividad de la producción e intercambio de bienes y servicios. En este
último aspecto se dice que «la Sociedad Cooperativa es la empresa personalista
por excelencia, donde el elemento humano priva sobre el resto de los factores
productivos»°. En fin, la Cooperativa es, en palabras de MORALES

Cfr. GARCÍA SÁNCHEZ, José Aristónico Introducción a la obra colectiva:


Cooperativas. Comentarios a la ley 2711999 de 16 de julio. Madrid, Colegios Notariales
de España, Tomo 1 (2001) 20-21.
9 GARCIA SÁNCHEZ, José Aristónico. Ob. Cit., p16.
o MOYANO FUENTES, José. Presentación a la obra: La Sociedad Cooperativa: Un
análisis de sus características societarias y empresariales. (José Moyano Fuentes,
Coordinador). Citada. p17.
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Francisco Hung Vaillani
1
GUTIERREZ: «...un modelo empresarial configurado en torno a un valor básico:
la soberanía de la persona sobre el resto de los factores productivos»".

Los Principios originales del Cooperativismo elaborados por los Pioneros


de Rochdale, han sido desde entonces objeto de permanentes revisiones por
parte de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI). Su última revisión -
como antes indiqué— data del Congreso de Manchester celebrado en 1995 en
el cual, además de los Principios Cooperativos, se reformularon los Valores
del Cooperativismo.

La conjunción de los Principios y Valores del Cooperativismo dotan a


los entes derivados del Sistema Cooperativo de una fuerte vocación de éxito
empresarial, al establecer en forma definitiva un claro esquema de valores
compartidos en la organización; característica ésta comúnmente citada dentro
de los rasgos que distinguen a las «empresas excelentes». En este sentido,
el ideal del ente cooperativo debe ser organizado dentro de los parámetros
siguientes:

i) Ser una forma de agrupación societaria con un claro tinte personalista


en la cual el factor humano prima sobre el factor capital. Desde este punto de
vista entran en juego los Principios de «participación del socio» y de
«educación y formación del socio» (Artículos 2, 3, 4, 21, 41, 54 LEAC,
entre otros).

ji) Otra de las características que le dan el toque diferencial al acto


cooperativo lo constituye el contar con Valores y Principios universales que
definen la institución y orientan el comportamiento de sus miembros; tanto
desde el punto de vista individual, como desde el enfoque grupa¡ o colectivo.
Estos Principios y Valores conforman —como antes he mencionado— una
específica cultura concretada en una singular manera de pensar y de hacer.
(Artículos 3 y 4 LEAC).

iii) En tercer lugar, se cita como parte de ese conjunto de factores, el


hecho de la condición democrática de los líderes de las Cooperativas"
11 MORALES GUTIERREZ, A.C. Ineficiencias del mercado y eficiencia de las
cooperativas. Valencia, CIRIEC - España (1996), citado por VARGAS SÁNCHEZ,
Alfonso: «Los emprendedores y los valores cooperativos. Consideración del papel de
la información en el desarrollo de redes de empresa en democracia» en la Sociedad
Cooperativa: Un análisis de sus características societarias y empresaria/es. p28.
12 VARGAS SÁNCHEZ, Alfonso. «Los emprendedores y los valores cooperativos.
Consideraciones del papel de la información en el desarrollo de redes de empresas en
democracia» en la Sociedad Cooperativa: Un análisis de sus características societarias
y empresariales. Citada. pp. 28-29.
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Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

(Artículos 3, 4, 21, 25, 27 LEAC, entre otros).

2.3. La función de las Cooperativas en el entorno económico actual.

No obstante los diferentes matices que en los diversos lugares colorean


la regulación del acto cooperativo, en general, la idea rectora que prevalece en
el Derecho Comparado es la de subrayar la «aptitud de cooperación» como
fórmula para la acción colectiva de ayuda mutua y autoayuda; acción orientada
en forma prevaleciente hacia los propios asociados y proscribiendo de su
seno al denominado «socio pasivo» o socio de capital. Ello por el hecho de
que al fenómeno cooperativo interesa -como valor intrínseco del sistema- la
efectiva puesta en práctica de la cooperación como método de obtención de
logros.

La exclusión de la figura del asociado pasivo se perfila como un


exponente claro de la primacía de la persona sobre el capital; constituye un
modelo empresarial configurado en torno a un valor básico: la soberanía de la
persona sobre el resto de los factores productivos"`.

Paralelamente a su función económica, existe en el fenómeno


cooperativo una función, de igual rango e importancia, orientada a lo
estrictamente social; por ello se habla de la naturaleza y función económico-
social de las Cooperativas, la cual responde a la lógica del surgimiento del
fenómeno cooperativo: nace con ocasión de la puesta en común de esfuerzos
personales y no de capital 14.

Hoy día -no cabe duda alguna-, las Cooperativas son verdaderas
empresas que realizan su actividad en el mundo económico. Su integración,
organización y funcionamiento, responde plenamente a las características que
comúnmente y en forma generalizada son señaladas como notas distintivas de
la empresa: empresario, capital, trabajo y organización empresariaP5.
13 Cfr. VARGAS SÁNCHEZ, Alfonso. Ob. Cit., p28.
14 GARCÍA SÁNCHEZ, José Aristónico. Introducción a la obra colectiva. Cooperativas.
Comentarios a la ley 2711999 de 16 de julio. Madrid, Colegios Notariales de Espaia.
Tomo 1(2001) p19.
,s Para el Profesor MORLES HERNÁNDEZ, la empresa es un «conjunto organizado de
elementos heterogéneos, los cuáles no se funden entre sí perdiendo su individualidad en
la nueva unidad, sino que la conserva como objeto de distintos derechos». Corno
corolario de esta opinión, el autor citado afirma que «la empresa es ante todo un
círculo de actividades regido por la idea organizadora del empresario actuando sobre un
patrimonio y dando lugar a relaciones jurídicas y a otras de puro hecho». Ver: MORLES
HERNÁNDEZ, Alfredo. Curso de Derecho Mercantil. Caracas, UCAB, Cuarta Edición
Tomo 1(1998) p216.
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Francisco Hung Vailant

En nuestro sistema positivo no cabe plantear el problema, fuertemente


debatido en el exterior, en torno a determinar, en primer lugar, si las Cooperativas
responden o no al tipo de la Sociedad y, en segundo lugar, si la actividad de las
Cooperativas puede ser catalogada como actividad mercantil.

Desde el primer punto de vista, hay que señalar que el Artículo 1649
CC caracteriza a la Sociedad por la «realización» de un «fin económico común»;
concepto que ha sido interpretado —a mi entender correctamente— con una
connotación que excede del simple concepto de lucro y por ello incluye la
obtención de ahorros o economías 16.

Por otra parte, en nuestro sistema se ha interpretado que las Asociaciones


a que se refiere el Artículo 19 CC en su ordinal 3° son agrupaciones de personas
que persiguen fines no económicos, tales como los artísticos, científicos,
benéficos, religiosos, deportivos, etc17.

Desde el punto de vista indicado, se debe destacar que nuestra LEAC


admite tanto las Cooperativas con fines económicos como las Cooperativas
con fines no económicos (Artículos 5 y 6 LEAC); de lo cual deducimos que
en nuestro sistema positivo pueden existir tanto Asociaciones Cooperativas,
como Sociedades Cooperativas; razón por la que habría resultado —en mi
opinión— más acertado titular la ley: Ley Especial de Sociedades y Asociaciones
Cooperativas; o simplemente: Ley de Sociedades y Asociaciones Cooperativas.

En el segundo aspecto antes señalado, debe apuntarse que gran parte


de las Sociedades Cooperativas realizan una actividad que puede ser encuadrada,
sin dificultad alguna, en los supuestos de hecho contenidos en ciertos ordinales
del Artículo 2 del CCo; circunstancia que conduciría a afirmar que en tales
casos la actividad realizada por la Cooperativa es una actividad mercantil. No
obstante, hay que acotar que la ley especial sustrae la actividad Cooperativa de
la Jurisdicción Mercantil (Artículos 7 y Disposición Transitoria Cuarta, LEAC)
y del régimen del atraso y quiebra previsto en el CCo. para aquellas situaciones
de estado patrimonial anómalo (Artículos 67 a 69 LEAC).

De todo lo expresado se deduce que la gran mayoría de Sociedades


Cooperativas existentes en nuestro medio se dedican a actividades económicas
conforme les permite el Artículo 5 LEAC y si su desarrollo es el esperado -
como ha sucedido en muchos países europeos—, parece que puede afirmarse

6 Cfr. GOLDSCHMIDT, Roberto. Curso de Derecho Mercantil. Caracas, UCV. Segunda


Edición (1979) 207.
17 Cfr. GOLDSCHMIDT, Roberto. Ob. Cit., p208.
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Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

que llenarán un extenso e importante espacio en la vida de la sociedad y que es


muy posible —como afirma JACQUES ATTALI— que tendrían la tarea de hacerse
cargo de todo aquello que los Estados y la gestión privada serán ya incapaces
de garantizar18.

3. El Derecho Cooperativo actual.

Cumpliendo el mandato contenido en el Artículo 184 Constitucional y


en el marco de la llamada Ley Habilitante: Ley que autoriza al Presidente de la
República para Dictar Decretos con Fuerza de Ley en materias que se delegan,
de 13 de noviembre de 2000,19 fue dictado el Decreto No.] 440 de 30 de
agosto de 2001, denominado Decreto con Fuerza de Ley Especial de
Asociaciones Cooperativas, (LEAC), 2 ° la cual entró en vigencia en la última
fecha citada y derogó tanto la Ley General de Asociaciones Cooperativas del
16 de marzo de 1975 (LGAC), como la casi totalidad del articulado del
Reglamento de la LGAC de fecha 6 de febrero de 1979, del cual la LEAC
mantuvo en vigencia los Artículos 106, 107 (con excepción del literal «e»),
108 y 110 (Disposición Derogatoria única de la LEAC).

La LEAC manifiesta su objetivo de crear mecanismos que posibiliten y


potencien la interrelación, la participación e integración de empresas de carácter
asociativo que se gestionen en forma democrática para que actúen en lo que
denomina «Economía Social y Participativa», a fin de que tales entes puedan
interactuar en los procesos comunitarios con los Sectores Público y Privado
(Artículo 10).

El nuevo texto regulatorio tiene como característica específica la


eliminación de los complicados requisitos de constitución antiguamente exigidos
por la LGAC; simplificando al máximo la Constitución de las Cooperativas.

En segundo lugar, la nueva ley flexibiliza a los entes que se constituyen


al amparo de sus disposiciones; dejando un amplio margen a la autonomía
privada para la organización y funcionamiento de las Cooperativas (Artículos
2 y 24 LEAC).

En tercer lugar, la LEAC enurnera los Valores Cooperativos: i) Ayuda


mutua; Ii) Esfuerzo propio o autoayuda; iii) Responsabilidad; iv) Democracia;
18 Citado por GARCÍA SÁNCHEZ, José Aristónico. Introducción a la obra colectiva:
Cooperativas. Comentarios a la ley 2711999 de 16 de julio. Citada. Tomo 1. p.2 1.
19 Gaceta Oficial NO.37.076 del 13 de noviembre de 2000.
20 Gaceta Oficial N°37.285 del 18 de Septiembre de 2001.

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y) Igualdad; vi) Equidad y vi¡) Solidaridad (Artículo 3) y los Principios


Cooperativos: i) Asociación abierta y voluntaria —«puerta abierta»—; Ii)
Gestión democrática por los, asociados;.¡¡¡) Autonomía e independencia; iv)
Educación, entretenimiento e información; y) Cooperación entre Cooperativas
y vi) Compromiso con la comunidad (Artículo 4).

En cuarto lugar, la ley establece un conjunto de normas que pretenden


fortalecer y concretar la función contralora de la Superintendencia Nacional
de Cooperativas; así como la función contralora interna que corresponde al
propio sector cooperativo (Artículos 77 a 114 y 68 a 66).

En quinto lugar, hay que señalar la manifestación expresa de crear


Cooperativas totalmente diversas en cuanto a su finalidad; esto es, Cooperativas
con claros fines económicos y Cooperativas de interés general y fines no
económicos (Artículos 2 y 5 LEAC). En este mismo orden de ideas, es
conveniente repetir que algunas Cooperativas (dependiendo de su objeto),
realizan verdaderos actos de comercio; pero quedan sujetas a unajurisdicción
especial (Artículo 7 y Cuarta Disposición Transitoria LEAC) y en caso de
caer en estado patrimonial anómalo, no estarán sujetas a los regímenes de
Atraso y Quiebra previstos en CCo.; sino a un régimen especial (Artículos 67
a 69 LEAC).

En sexto lugar, el Estado alienta la participación en el acto cooperativo


e incentiva la constitución de este tipo asociativo empresarial y su participación
en el hecho económico. Los incentivos son de dos órdenes diversos; a saber:
i) Haciendo a las Cooperativas sujetos activos de beneficios fiscales (Arts.
89.11 LEAC) y u) Dando preferencia a los entes con forma de Cooperativas
en la contratación con la Nación y sus dependencias, y con los Estados y los
Municipios (Artículos 184.3, 184.4, 184.5 y 308 y Artículos 106, 107, 108 y
110 del Reglamento LGAC de 6 de febrero de 1979). Esta última fórmula no
es novedosa ya que se encontraba en los Artículos 106, 107, 108 y 110 del
Reglamento de la LGAC de 1975; normaséstasque la LEAC declaró
expresamente excluidas (salvo el contenido del literal «e» del Art. 107) de la
abrogación en virtud de la Disposición Derogatoria única de la LEAC.

Sería necesario hacer una gran cantidad de comentarios y observaciones


adicionales; pero ello me pondría fuera de los específicos límites de este trabajo.
No obstante, considero que se debe al menos dejar constancia que la LEAC
regula el llamado «trabajo asociado», y dispone en forma expresa y clara
que los asociados que «aportan su trabajo en las cooperativas no tienen vínculo
de dependencia con la Cooperativa y que los anticipos societarios no tienen la
condición o carácter de salario» (Artículo 34 LEAC).
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Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

No debo terminar este panorama general (muy general) de la LEAC sin


hacer referencia a dos puntos adicionales: i) Hasta donde llega mi conocimiento,
la LEAC y la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros (Artículos 156, 158,
162 y 163) ,21 son los únicos textos de nuestro sistema positivo que regulan la
figura de la escisión (Artículos 3.13; 26.8; 70; 71.4 y 72 LEAC); u) La LEAC
—también hasta donde llega mi conocimiento—, es el único texto de nuestro
sistema positivo en el cual se regulan los grupos de empresas con estipulaciones
de carácter no punitivo (Artículos 7, 5, 7, 8, 13.11, 26.7, 38, 44, en especial
Artículos 55 al 61).

4. La actual proliferación de Sociedades Cooperativas.

La observación del acontecer económico ratificada por algunas noticias


aparecidas en los medios, me han comunicado la percepción —no corroborada
empíricamente—, de una reciente proliferación de las Sociedades Cooperativas
en nuestro medio. Esta percepción intuitiva ha sido igualmente sentida por
una ONG que realiza su actividad en el campo de la protección de los Derechos
Humanos. Con posterioridad a la elaboración del primer borrador de este
trabajo, tuve oportunidad de leer en un trabajo de un columnista del Diario «El
Nacional» una afirmación similar. En efecto, Fausto Massó escribe: «En
lugares tan distintos como Estados Unidos y España las Cooperativas
demostraron que además de combatir la pobreza son eficientes. Esa es la
palabra clave, eficiencia, productividad; Una Cooperativa no es un sistema
para distribuir plata ni para hacer obras de beneficio social; sino para producir
beneficios, que se distribuyen entre sus asociados... El Gobierno supone que
las Cooperativas estarán dirigidas por el famoso hombre nuevo del Che Guevara,
por ese camino las convierte en albergue en ocasiones de hampones, hasta de
empresarios vivos que quieren agarrar «mangos bajitos»22.

En el Informe de la Organización no Gubernamental «Programa


Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA), de fecha
octubre 2003 - septiembre 2004 se lee: «El Sector de Cooperativas también se
ha visto favorecido con las políticas del Estado. De 4.079 Cooperativas el año
2002, para julio de 2003 ese número ascendía a 10.032, lo que significa un
aumento del 159.35% en solo seis meses. La mayoría de las Cooperativas
que han contratado con el Estado lo han hecho para trabajar en PDVSA,

21 G.O. N0.5.561 Extraordinario del 28 de noviembre de 2001.


22 Ver: «El Método del Discurso», El Nacional del 30-04-2005. p.A-6.
45
Francisco Hung Vaillant

Cadafe y la Compañía Metro de Caracas, en funciones que usualmente


realizaban personas que trabajaban en calidad de contratados».23 24

En el mismo sentido, un cuadro denominado «Asociaciones Cooperativas


por Actividad Económica», señala la escala de Cooperativas con el incremento
siguiente: Año 1998, 820: año 1991, 61; año 2000, 144; año 2001, 993; año
2002, 2.132; año 2003, 8.069 y año 2004 (noviembre), 21.78425.

Obviamente, el incremento es inusual aún en los lugares en los cuales


se haya producido un adoctrinamiento intensivo de los Valores Cooperativos;
preparación que —hasta donde alcanza mi conocimiento— no ha ocurrido en
nuestro medio: una popularización de los Valores y Principios Cooperativos
habría dejado rastros publicitarios evidentes.

Por otra parte, las actividades desarrolladas por las nuevas Cooperativas
—conforme indica el Informe de PROVEA que he citado—, señala la extraña
coincidencia de que dichas actividades abarcan servicios prestados por personal
contratado; esto es, sustituyen servicios personales prestados por personas
físicas antes vinculadas a las compañías recipendarias de los servicios mediante
relaciones laborales; es decir, mediante relaciones reguladas por la Ley Orgánica
del Trabajo (LOT).

En el orden de ideas indicado, PROVEA manifiesta temer que bajo el


ropaje de una supuesta actividad Cooperativa se esté enmascarando la prestación
de servicios personales que necesariamente deberían estar regulados por las
normas del Derecho Laboral. En este sentido, PROVEA expresa —y al respecto
alerta— que «... bajo esta positiva modalidad del acceso al derecho de empleo,
se podría estar presentando casos de simulación o fraude en la relación laboral,
lo que significa que bajo la apariencia de contratos mercantiles se lleva a cabo
una relación de tipo laboral»26.

23 Ver: www. provea.org.ve . Informe octubre 2003 - septiembre 2004. p88.


24 Esta cifra de Sociedades Cooperativas contrasta con otra información referida a la
Unión Europea. En efecto se ha indicado que para el año 2001 existían en la Unión
Europea, aproximadamente, 115.000 Sociedades Cooperativas que agrupaban a más de
70 millones de ciudadanos europeos. De responder las estadísticas citadas a una realidad
cooperativa, tendríamos que las Sociedades Cooperativas venezolanas equivalen a casi
el 10% de las Cooperativas de la Unión Europea. Ver: GARCIA MARTI, Elia. «El
socio proveedor de bienes y servicios de la Sociedad Cooperativa» en la Sociedad
Cooperativa: Un análisis de sus características societarias y empresariales. Citada
p183.
25 Ver: Ministerio de la Economía Popular. Superintendencia Nacional de Cooperativas:
http://sunacoop.gov.ve .
26 Consultar: Informe de PROVEA octubre 2003 - septiembre 2004. Citado. p . 88.
46
Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

De ser ello así; los propios organismos y Empresas del Estado, serían
quienes están violando y propiciando la violación de disposiciones de orden
público que amparan a los trabajadores.

Es innegable que el repunte de la actividad Cooperativa —siempre que


sea real, bien entendido y bien aplicado—, revierte en progreso social y
económico. En efecto, el verdadero Movimiento Cooperativo desarrolla en el
colectivo valores altamente deseables para nuestro entorno social y económico:
proliferación del empresariado privado; autoayuda y ayuda mutua; solidaridad;
participación y educación por y para la democracia y, sobre todo, la exaltación
de Valores Éticos específicos y de los cuales el país está urgido: honestidad,
transparencia, responsabilidad social y compromiso con el prójimo.

Como razonablemente teme PROVEA —en percepción que comparto—,


existe la posibilidad de que estemos en presencia de un masivo fraude a la ley
con la apariencia de un asombroso repunte del Cooperativismo. Es posible
que pequeños y medianos empresarios hayan descubierto una fórmula más
fácil y lucrativa de hacer negocios; en cuyo caso, de no poner remedio a la
situación, el Estado, sus dependencias y sus empresas estarían cohonestando
con tal praxis.

Parece que en la actualidad algunos profesionales del Derecho -


aparentemente actuando de buena fe—, han recomendado a pequeños y medianos
empresarios la utilización de la forma Cooperativa para sus negocios; señalando
como ventaja nada desdeñable, la apertura del Sector Público hacia la
contratación con tal tipo de entes y la exoneración impositiva.

S. La posibilidad de que estemos en presencia de un gran fraude a la


Ley.

En nuestro Derecho vigente —y esa es la tendencia en el Derecho


Comparado— existe una gran flexibilidad en la constitución y organización de
las Sociedades Cooperativas (Artículos 2 y 8 LEAC). Esta flexibilidad es
beneficiosa para el sistema por cuanto permite adaptar cada ente particular a
las cambiantes necesidades de la economía actual globalizada. La Cooperativa
—a nivel mundial— es una verdadera empresa y corno tal funciona y actúa en el
medio social y económico. Nuestra propia ley reconoce paladinamente este
hecho expresando, como obligación del Estado, garantizar el «libre
desenvolvimiento y la autonomía de las Cooperativas»; y además —lo que es
más importante— reconoce el derecho de las Cooperativas para «el desarrollo
de cualquier tipo de actividad económica y social» (Artículo 5 LEAC).
47
Francisco Hung Val//ant

Excepción hecha de aquellas Cooperativas cuya actividad se circunscribe


a las acciones de contenido no económico; esto es, a actividades de carácter
social e interés general (fines benéficos, artísticos, religiosos, deportivos,
etc.), las Cooperativas tienen la organización y actividad de verdaderas
empresas. En este orden de ideas se han considerado compatibles los Valores
Cooperativos con los requisitos de rentabilidad y competitividad que son
característicos de las economías altamente desarrolladas. Siguiendo este hilo,
la Exposición de Motivos de la española Ley 27/1999 de 16 dejulio expresa:
.que los Valores que encama la forma del Cooperativismo.., sean compatibles
y guarden un adecuado equilibrio con el fin último del conjunto de socios, que
es la rentabilidad económica y el éxito de su proyecto empresarial »21.

En efecto, la Sociedad Cooperativa ha evolucionado de su concepción


inicial «como entidad satisfactora de las necesidades no cubiertas de sus
miembros, en las más variopintas facetas de la vida» ' 21 a entes que tienen por
objeto —entre otros—: proporcionar empleo a personas con problemas de
inserción laboral; la necesidad de competir en el ramo de comercio de productos
y servicios con empresas de corte típicamente capitalista; así como ofrecer la
prestación de servicios en espacios importantes para la comunidad como lo
son la educación y la sanidad 2 '. En este orden de ideas se cita que en España,
para el año 1995, las Cooperativas de Trabajo Asociado «constituían el 46.6
por 100 del total de Cooperativas, teniendo una cifra de ventas, según el mismo
autor, que alcanzaba casi el 50 por 100 del total de ventas de las cooperativas
de España»`.

Si en su proyección externa; esto es, en relación a su actividad en el


ámbito económico, la Sociedad Cooperativa tiene poca diferencia con la
empresa capitalista tradicional y por cuanto la Sociedad Cooperativa goza de
incentivos y ventajas especiales que la colocan en posibilidad de competir
deslealmente en el mercado, creo urgente y necesario establecer y precisar
aquellas características específicas que pueden tener el poder de legitimar un
tratamiento preferente a las Sociedades Cooperativas frente a los demás

27 PIERA RODRÍGUEZ, Francisco Javier. «Del Régimen Económico» en Cooperativas.


Comentarios a la Ley 27/1999 de 16 de julio. Citada—, orno 1. p201.
28 PRIETO JUÁREZ, José Antonio. «La participación de los socios en los procesos de
producción y de distribución de la sociedad Cooperativa: los socios consumidores de
bienes y/o servicios» en la Sociedad Cooperativa: Un análisis de sus características
societarias y empresariales. Citada. p. 165.
29 Cfr. PRIETO Juárez, José Antonio. Loc. cit.
30 SANCHÍS PALACIO, citado por CHAVES RIVAS, Antonio. «De las clases de
Cooperativas» en Cooperativas. Comentarios a la Ley 2711999 de 16 de julio.
Citada. Torno 1. p573.
48
Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

competidores; en particular frente a aquellas empresas que conforman las


denominadas «pequeña y mediana industria»".

La mencionada flexibilidad organizativa no puede convertirse en la


práctica en una anarquía organizativa. La Sociedad Cooperativa —no obstante
las variantes en la organización—, tiene un conjunto de características específicas
que permiten encuadrar a cada ente concreto dentro del tipo definido por la
ley. En consecuencia, es posible afirmar que cada vez que un ente carece de
los elementos que le configuran dentro del tipo legal, tal ente no debe ni puede
ser considerado como una Sociedad Cooperativa y, consecuenciaimente, sus
promotores y asociados no pueden gozar legítimamente de los beneficios que
la ley establece para el tipo específico. Dicho de otra manera, en todos aquellos
supuestos en los cuales una empresa, actuando bajo el amparo de la LEAC,
goce de los privilegios y beneficios establecidos en la ley, pero no responda al
tipo legal de Sociedad Cooperativa, nos encontraremos frente a un caso de
fraude a la ley que debe ser declarado y sancionado debidamente.

En esta sede, recordemos que además de la preferencia para la


contratación con el Estado y sus dependencias, con los Estados, los Municipios
y con las Empresas del Estado, la Sociedad Cooperativa goza de exención del
pago de tasas de inscripción registral (Artículos 12 y 89.11 LEAC); la ventaja
de no cobrar ni enterar Impuesto al Valor Agregado (IVA) (Artículo 16.4
LLVA)32 ; así como ventajas en ordena! financiamiento de su actividad (Artículos
89. 10 89.12 LEAC) y exención del pago de Impuesto Sobre la Renta (Artículo
14.11 LISR) 33.

6. Características esenciales de nuestra Sociedad Cooperativa.

Un análisis de nuestra Ley Especial de Asociaciones Cooperativas indica


como notas características de este tipo de agrupación asociativa, las siguientes:

6.1. El principio mutualista.

La formulación, vigencia y aplicación de los Principios Cooperativos


señalan, como una de las características esenciales de la Sociedad Cooperativa,
31 Ver Decreto con Fuerza de Ley para promulgación y desarrollo de la Pequeña y Mediana
Industria. G.O NO.5.552 Extraordinario del 12-11-2001.
32 Ver Ley de Impuesto al Valor Agregado. G. O. NO.37.480 del 09-07-02, reimpresa
por error de copia en G. 0. N°5.600 Extraordinario del 26-08-2002.
33 Ver Ley de Impuesto sobre la Renta. G. O. NO.5.566 Extraordinario del 28-12-2001.
49
Francisco Hung Vaillani

la vigencia en su seno del principio mutualista. Este principio fue originalmente


concebido en el sentido de que la Cooperativa era un ente creado para satisfacer
las necesidades no cubiertas de sus miembros: la Cooperativa existía por y
para sus asociados. Dicho de otro modo, el socio se convierte en proveedor—
consumidor para atender a sus propias expectativas y necesidades. En este
sentido se ha señalado que el común denominador del proceso cooperativo
consiste en: «... que en todos y cada uno de ellos el socio es consumidor, es
decir, demandante de los productos o servicios ofrecidos por la sociedad
cooperativa con carácter restringido a sus miembros y quizá parcial o
totalmente a terceros»34.

Conforme apunta PRIETO JUÁREZ, como razones primordiales del


nacimiento de la Cooperativa se encuentran: i) La eliminación de intermediarios
entre la Cooperativa como distribuidora y los asociados como consumidores;
u) La defensa del poder adquisitivo del socio consumidor; iii) La mejora de la
situación socio-económica del socio; especialmente en el ámbito de la
dignificación de las condiciones laborales de prestación de sus servicios35.

La circunstancia de que el socio de la Cooperativa sea a la vez proveedor


y consumidor de los bienes oservicios cuya producción, venta o suministro
constituye la actividad de la Cooperativa, es reconocida doctrinalmente, en
forma pacífica, como «elemento consustancial e imprescindible en la
existencia de la entidad»36 . Por ello, el autor citado acota el hecho de que en
la medida en la cual la persona adquiere fa condición de socio, se genera el
derecho subjetivo de participar activamente en la actividad cooperativizada37.
Particularmente encuentro que este principio está contenido en los Artículos
2, 3, 4, 6, 18.1, 18.3, 21.1, 21.4 LEAC, entre otros. En efecto, el Artículo 2,
menciona que los asociados se unen «para hacer frente a sus necesidades y
aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes»; el Artículo 3 señala,
entre los Valores en los cuales se fundamentan las Cooperativas, la «ayuda
mutua»; el Artículo 4 menciona entre los Principios Cooperativos la
«participación económica igualitaria de los asociados»; el Artículo 6 dispone
que las actividades de las Cooperativas deben cumplirse «con fines de interés
social y beneficio colectivo, sin privilegios para ninguno de sus miembros»,
el Artículo 18.1 requiere —como condiciones de las personas naturales para

34 PRIETO JUÁREZ, José Antonio. «La participación de los socios en los procesos de
producción y de distribución de la Sociedad Cooperativa: los socios consumidores de
bienes y servicios». En la Sociedad Cooperativa: Un análisis de sus características
societarias y, empresariales. Citada. p166.
35 PRIETO JUAREZ, José Antonio. Ob. Cit., p. 168-169.
36 PRIETO JUÁREZ, José Antonio. Ob. Cit., p169.
37 PRIETO JUÁREZ, José Antonio. Ob. Cit., p170.
50
Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

ser asociadas en las Cooperativas—, que «sean trabajadores o trabajadoras


productores primarios de bienes o servicios, o consumidores o usuarios
primarios», y el Artículo 18.3 prevé que quienes (por vía excepcional) prestan
sus servicios laborales a las Cooperativas pueden «gozar de los beneficios
de la Cooperativa de conformidad con sus estatutos» ; el Artículo 21.1 señala,
como deber—derecho de los asociados, el participar, sobre base de igualdad en
el trabajo y otras actividades, de la Cooperativa y el 21.4 señala —igualmente
como derecho-deber— el de «utilizar los servicios [de la Cooperativa] en las
condiciones establecidas».

Hoy día, el principio mutualista ha evolucionado por mor de las


necesidades de crecimiento y productividad de las empresas Cooperativas
como consecuencia de las exigencias del mercado y la globalización. En este
sentido, se observa en la realidad cotidiana una extensión de las operaciones
de las Cooperativas que excede de las fronteras mutualistas; esto es, las
Cooperativas invaden el ámbito general de la actividad económica realizando
actividades mercantiles extrañas a la mutualidad 38. Esta posibilidad aparece
claramente consagrada en el Artículo 5 LEAC que permite a las Cooperativas
el ejercicio de «cualquier tipo de actividad económica». La norma legal
mencionada denota un movimiento de apertura y flexibilidad que se encuadra
en dirección a aumentar la eficacia competitiva de las Cooperativas y a
permitirles la obtención de beneficios de signo económico o patrimonial, con
lo cual las Cooperativas salen del estrecho límite de ser entes con una vocación
de simple ahorro en el gasto.

Esta posibilidad de apertura al mercado y a la obtención de beneficios


repartibles que acercan la figura de las Cooperativas a la empresa capitalista
tradicional, tiene una nota diferencial específica: la distribución de los resultados
debe ser realizada en forma ponderada y equitativa entre las personas que han
contribuido a su obtención o consecución con su esfuerzo personal y directo;
esto es, entre los asociados. Debe ser notado Lsin embargo— que los asociados
deben haber contribuido en forma personal y directa a la ejecución o realización
de la actividad cooperativizada; lo que excluye de la distribución al socio
pasivo o simplemente capitalista («socio colaborador»). El socio colaborador
solo tiene derecho a la percepción de un interés sobre su aporte; interés cuya
tasa y límites deberán ser establecidos en el estatuto de la Cooperativa (Artículo
46 LEAC).

Los beneficios o excedentes que produzca el cumplimiento del objeto


del ente, hechas las deducciones para las reservas obligatorias especiales

38 PRIETO JUÁREZ, José Antonio. Ob. Cit., p171.


51
Francisco Hung Vaillant

previstas en la ley (Artículo 54 LEAC), podrán ser destinadas a su repartición


entre los asociados en una de las fórmulas siguientes: i) Por partes iguales
como reconocimiento al esfuerzo colectivo; y,ii) En proporción a las
operaciones que cada asociado haya realizado con la Cooperativa, al trabajo
realizado en ella y a sus aportaciones al fondo social.

De lo expuesto es posible concluir que en aquellos casos en los cuales


el socio de la Cooperativa no interviene activamente en la denominada
«actividad cooperativizada» 39 y además tal participación no se manifiesta
como real ejercicio de un «derecho-deber», no se estará en presencia de
una Sociedad Cooperativa no obstante que el ente respectivo haya sido
formalmente constituido al inicial amparo de la LEAC.

6 .2. El trabajo asociado.

Se ha afirmado con razón que otro de los elementos determinantes para


calificar una empresa como Sociedad Cooperativa es la «configuración de los
recursos humanos que la integran» 40; esto es, la especialísima relación que
debe existir entre el socio y la Sociedad Cooperativa. Desde el punto de vista
indicado resalta, en primer lugar, la exigencia legal de que las Cooperativas
son «empresas de propiedad colectiva» (Artículos 2 y 43 LEAC); locución
que entiendo como un intento de exclusión de lo que podría ser el «socio
pasivo» o simplemente capitalista.

En efecto, por una parte, el recurso humano que moviliza o activa al


ente cooperativo para que cumpla su objeto social debe ser propietario del
capital de la Cooperativa; pero, por la otra, ese mismo socio debe contribuir
con su trabajo personal al cumplimiento de ese objeto social. El mencionado
principio queda garantizado con una prohibición general, en cabeza de las
Sociedades Cooperativas, de utilizar trabajo ajeno (de no-socios) en la
consecución del objeto social. En este orden de ideas, debo destacar que sólo
por vía excepcional se permite a las Sociedades Cooperativas la contratación
de no-asociados para la prestación de servicios personales. El régimen de

39 Generalmente se entiende con la expresión «actividades cooperativizadas», a aquellas


prestaciones y servicios que realiza la Cooperativa a favor se sus socios y en
cumplimiento del fin social; esto es, aquellos realizados entre las Cooperativas y sus
asociados, o por las Cooperativas entre si, o por las Cooperativas y otros entes, en
cumplimiento del objeto social de las Cooperativas.
40 GARCÍA MARTI, Elia. «El socio proveedor de bienes y servicios de la Sociedad
Cooperativa» en la Sociedad Cooperativa: Un análisis de sus características societarias
y empresariales. Citada. p.184.
52
Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

excepción está acotado por la temporalidad de trabajo a ejecutar (no puede ser
una labor de necesidad permanente para la consecución del objeto de la
Cooperativa), y por el hecho de que los asociados estén impedidos para realizar
dicha prestación. Estos dos requisitos son concurrentes y son tan esenciales
que la ley consagra, para aquellos trabajadores que excepcionalmente presten
servicios personales por más de seis meses a la Cooperativa, el derecho a
solicitar su ingreso como asociados a la Cooperativa (Artículo 36 LEAC);
derecho que la ley garantiza regulando el procedimiento respectivo (Artículo
20 LEAC).

La característica antes indicada se refleja en la doble condición de


«trabajador y empresario» que tienen los asociados en la Cooperativa y que
—como ha sido destacado— «diferencia al socio de una sociedad cooperativa
de los partícipes de otro tipo de empresas propias de la realidad económica... »41

Esta particular posición del asociado en la Sociedad Cooperativa


comporta dentro de nuestro sistema positivo una característica que resulta
necesario e indispensable destacar: la relación de prestación de servicios
personales por parte del asociado a la Sociedad Cooperativa está excluida de
ser considerada como una relación laboral regida por las disposiciones que
integran el Derecho Laboral. En este sentido, no son aplicables a dicha relación,
ni las disposiciones de la Ley Orgánica del Trabajo, ni cualquier otra ley que
tenga por finalidad regular las relaciones laborales propiamente tales, o partir
de tales relaciones para exigir a las empresas el pago de tasas o contribuciones
específicas; tales como la Ley del INCE, la Ley del SSO; la Ley que Regula el
Sistema de Paro Forzoso y Capacitación", la Ley que regula el Subsistema de
Vivienda y Política Habitacional43, etc. Nuestra LEAC destaca esta característica
al reconocer «el carácter específico del trabajo asociado» (Artículo 30
LEAC); carácter que resulta apuntalado y clarificado en el Artículo 34 eiusdein
que dispone expresamente que los «anticipos societarios» recibidos por el
asociado como contraprestación por sus servicios, no tienen «condición de
salario» y «no estarán sujetos a la legislación laboral aplicable a los
trabajadores dependientes»..

41 GARCÍA MARTÍ, Elia. Ob. Cit., p185.


42 G. O. NO.5.392 Extraordinario del 22-10-1999.
43 G. O. NO.37.066 del 30-10-2000.
53
Francisco Hung Vailant

6.3. La intervención del asociado en la organización, gestión y


administración de la Sociedad Cooperativa.

Las Sociedades Cooperativas están imbuidas por el denominado


«principio democrático». Así, no basta que exista una actividad
cooperativizada que se cumpla realmente; es necesario además que el asociado
participe en la organización y administración del ente. A este efecto, el Artículo
2 LEAC estipula que las Sociedades Cooperativas deben estar «gestionadas
y controladas dna occam ente». A su vez, el A rtícu10 3 eiusdem —al
enumerar los Valores Cooperativos— señala que, entre otros valores, las
Cooperativas se fundamentan en la democracia, y cuando el Artículo 4 del
mismo texto legal enumera los Principios Cooperativos, menciona en segundo
término la «gestión democrática» de los asociados.

A fin de propiciar la mencionada gestión democrática, se establece una


mayoría calificada (75% de los asociados) para la adopción de decisiones
importantes en la Asamblea de Asociados (Artículos 17, 70 y 71 LEAC) y se
establecen como derechos-deberes de los asociados: i) La concurrencia y
participación en todas las decisiones que se tomen en las Reuniones Generales
de Asociados, en las Asambleas y en las demás instancias organizativas; todo
ello sobre la base de la igualdad (Artículo 21.1); u) Solicitar y recibir información
sobre la marcha de la Cooperativa (Artículo 21.5) y iii) Participar en las
decisiones sobre el destino de los excedentes. (Artículo 21.6).

6.4. La constitución de reservas legales con finalidades especificas e


indisponibilidad de las mismas.

Si bien en la sociedad capitalista por antonomasia la ley impone la


obligación de crear una reserva mínima (Artículo 262 CCo.), la LEAC obliga
—además de la creación de reservas—, a destinar éstas a fines específicos. En
este orden de ideas, el Artículo 54 LEAC dispone la creación de tres fondos de
reserva; fondos que se formarán con el sobrante o excedente del producto de
las operaciones totales de la Cooperativa, una vez deducidos: i) Costos y gastos
generales; u) Depreciaciones y provisiones; iii) Los anticipos societarios después
de ajustados, si fuere procedente 44.

Del monto neto que resulte después de las deducciones indicadas, se


tomará —como mínimo— el treinta por ciento que será destinado a los objetivos
44 El Artículo 54 LEAC seflala la necesidad de deducción de un 1% pero no indica el
destino que debe dársele al monto correspondiente.
54
Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

siguientes: 1) Diez por ciento a «reserva de emergencia» para cubrir


situaciones no previstas y pérdidas en la operación; 2) Diez por ciento para
«fondo de protección social» que se destinará a atender situaciones especiales
de asociados trabajadores y de asociados en general; y, 3) Diez por ciento
para el «fondo de educación»; a ser utilizado en actividades educativas y en el
Sistema de Reconocimiento y Acreditación.

La Asamblea General de Asociados podrá destinar el excedente restante


—después de las reservas obligatorias—, a ser repartido entre los asociados.
También podrá utilizar todo o parte del excedente para incrementar recursos
destinados al desarrollo de fondos y proyectos que redunden en beneficio de
los asociados, de la acción cooperativa y del sector cooperativo.

Las pérdidas de cualquier ejercicio deberán ser cubiertas con el «fondo


de emergencia» y si el monto de éste no fuere suficiente, las pérdidas deberán
ser enjugadas con aportaciones de los asociados (Artículo 54, último aparte,
LEAC).

Los fondos de reserva antes mencionados son tan importantes que la


ley los ha convertido en fondos irrepartibles; es decir, no distribilibles entre
los asociados bajo ningún título. Los montos correspondientes no acrecientan
las aportaciones individuales de los asociados (Artículo 51 LEAC). De otra
parte, una vez establecidos, los montos de los fondos salen de la esfera de
disponibilidad de los asociados.

Siempre en esta sede, debe destacarse que el incumplimiento de la


obligación de establecer los referidos fondos está penalizado con multas que
alcanzan hasta el equivalente de 1.500 Unidades Tributarias (Artículo 94.1
LEAC). Igual sanción corresponde en caso de incumplimiento del
procedimiento relacionado con el correcto destino de los fondos irrepartibles
(Artículo 94.3 eiusdem).

A mi modo de ver, las reservas previstas en el Artículo 54 LEAC tienen


carácter obligatorio; en consecuencia, los asociados no podrían dejar de hacer
reservas bajo la excusa de repartirse el ciento por ciento del ingreso bajo el
rubro de los llamados «anticipos societarios» de que trata el Artículo 35
eiusdem. Si tales reservas no tuvieren el mencionado carácter obligatorio
resultaría sumamente dificil explicar la condición de irrepartibles que les
asigna el Artículo 51 del mismo texto legal. Desde otro punto de vista, la
circunstancia de que existan, previstos en la ley, la creación de fondos
obligatorios que devienen en irrepartibles, no se vuelca en perjuicio de los
asociados por cuanto los montos correspondientes, por una parte, se acercan
55
Francisco Hung Vaillant

en su cantidad al equivalente de Impuesto sobre la Renta que debería pagar el


ente si no estuviere exonerado; y, por otra parte, el destino del «fondo de
protección social» y del «fondo de educación», revierten directamente
en los asociados y el «fondo de emergencia» directamente sobre el ente
(para eliminar eventuales pérdidas) e indirectamente en los asociados.

6.5. La distribución de los excedentes.

Estrechamente vinculada a las demás características que constituyen


la tipología específica de las Sociedades Cooperativas, es posible señalar en
quinto lugar —pero no por ello menos importante—, el sistema de distribución
de excedentes previsto en la LEAC.

La moderna Sociedad Cooperativa ha sido adaptada en su organización


y función para comunicarle posibilidad de actuar con éxito en el mercado
actual. Por ello se reconoce y alienta el carácter empresarial de estos entes.

La actuación en el mercado con una nueva concepción del principio


mutualista (principio seudo-mutualista lo denominan algunos autores), da pie
para que las Sociedades Cooperativas se conviertan en entes aptos para producir
excedentes en el desarrollo de su actividad: Se espera y aspira a que la
agrupación sea exitosa y en consecuencia origine tales excedentes tal como
ocurre con la empresa capitalista tradicional.

La diferencia básica entre ambos tipos de empresa consiste en que en


la empresa tradicional se parte del concepto de que los beneficios o utilidades
corresponden a la entidad y pasan como derecho al socio cuando se cumplen
las condiciones que al efecto prevean tos estatutos o la ley; mientras que en las
Sociedades Cooperativas se parte de la idea de que el beneficio o utilidad
derivado de la ejecución de la actividad de la Cooperativa no corresponde a
ésta sino al asociado45 . No obstante, por ser esta la opinión doctrinaria más
generalizada hay que acotar que, al menos en nuestro sistema positivo, él
texto de la ley contrasta con dicha posición. En efecto, el Artículo 54 LEAC
establece que la Asamblea General de Asociados «podrá destinar el excedente
restante [deducidos los fondos obligatorios] a incrementar los recursos para
el desarrollo de fondos y proyectos que redunden en beneficio de los asociados,
la acción de la cooperativa y el sector cooperativo y podrán destinarlos a ser
repartidos entre los asociados por partes iguales como reconocimiento al

45 GARCÍA SÁNCHEZ, José Aristónico. Introducción a la obra colectiva: Cooperativas.


Comentarios a la Ley 2711999 de 16 de julio. Citada. Tomo 1. p20.
56
Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

esfuerzo colectivo o en proporción a las operaciones efectuadas con la


Cooperativa, al trabajo realizado en ella y a sus aportaciones».

La fórmula empleada por el citado Artículo 54 LEAC es, a mi entender,


una manifestación clara de que el asociado sólo tiene derecho a su porción del
excedente cuando el órgano competente acuerde su distribución (tal corno
sucede en la empresa capitalista tradicional). La diferencia esencial estriba -
a mi juicio—, en que en la Sociedad Cooperativa una parte importante del
excedente (el 30%) es drenado obligatoriamente hacia fondos que quedan
fuera de la esfera de disponibilidad de los asociados, y quedan constituidos en
fondos irrepartibles (Artículo 51 LEAC); irrepartibilidad garantizada con la
consagración de sanciones específicas para el supuesto de violación de las
normas pertinentes (Artículo 94.1 y 94.3 eiusdem). La otra característica
específica en relación al excedente, estriba en su forma de repartición. En
efecto, la distribución del excedente entre los asociados debe hacerse bajo
uno cualquiera de los siguientes parámetros: i) Por partes iguales corno
reconocimiento al esfuerzo colectivo; o, u) En proporción a las operaciones
efectuadas por el socio con la Cooperativa y al trabajo realizado en ella.
(Aplicación del principio Cooperativo 3°, Artículo 4 LEAC).

Dicho de otra manera, la distribución del excedente está reñida con la


proporcionalidad a la aportación del capital. Los aportes especiales de capital,
no pueden generar dividendos u otorgar un mayor derecho a la participación
en el excedente ni en el control del ente; tan solo puede dar lugar al cobro de
intereses cuya tasa y límites de ésta deberán ser estipulados en el estatuto de
la Cooperativa (Artículo 46 LEAC). Es de recordar aquí que uno de los más
observados Principios Cooperativos lo constituye el Principio Democrático,
el cual se manifiesta bajo la expresión «un hombre un voto» y que constituye
la máxima manifestación de la preeminencia del factor humano sobre el factor
capital en la Sociedad Cooperativa.

7. Conclusión previa.

Si los temores de PROVEA a los cuales he hecho anteriormente


referencia —y los que comparto—, resultan fundados, nos encontramos en
presencia de un megafraude. En efecto, estaríamos frente a una clara y
fraudulenta violación de la totalidad de los derechos de los trabajadores que
prestan sus servicios a la Cooperativa cuestionada. Además de la vulneración
impune de los derechos que a su favor consagra la Ley Orgánica del Trabajo
(LOT), se estarían vulnerando derechos Constitucionales; en particular: i) El
Artículo 89.1 CRBV que prohibe establecer leyes que «alteren la intangibilidad
57
Francisco Hung Vailant

y progresividad de los derechos y beneficios laborales»; u) El Artículo 89.4


eiusdem que señala que toda medida .o acto del patrono contrario a la
Constitución «es nulo y no genera efecto algunó» 46 ; iii) El Artículo 90
Constitucional en su último aparte, que reconoce a los trabajadores vacaciones
remuneradas47 ; iv) el Artículo 92 del mismo texto que reconoce a los
trabajadores el derecho a prestaciones sociales que les compensen la antigüedad
en el servicio y los ampare en la cesantía; y y) el Artíáulo 93 Constitucional
que garantiza la estabilidad laboral.

Por otra parte, en esta sede resulta obligado citar textualmente el contenido
del Artículo 94 Constitucional, el cual es del tenor siguiente: La ley determinará
la responsabilidad que corresponda a la persona natural o jurídica en cuyo
provecho se presta el servicio mediante intermediario o contratista, sin perjuicio
de la responsabilidad solidaria de éstos. El Estado establecerá, a través del
órgano competente, la responsabilidad que corresponda a los patronos o
patronas en general, en caso de simulación o fraude, con el propósito de
desvirtuar, desconocer u obstaculizar la aplicación de la legislación
laboral".

Adicionalmente a la violación de derechos y garantías Constitucionales,


se estarían violando gravemente disposiciones Fiscales y contributivas (UVA,
LISR, LINCE, LSSO, LSVPH, LSPFC); pudiendo tal vez existir en algunos
casos la figura de la «defraudación fiscal».

Visto lo anterior, pienso que ante cualquier duda acerca del verdadero
carácter de una entidad que haya sido organizada y constituida al amparo de la
LAEC y como tal pretenda disfrutar de las ventajas que la calificación como
Sociedad Cooperativa origina, debe hacerse el test antes señalado y la
agrupación bajo análisis debe superar las interrogantes respectivas. En este
sentido, creemos que es indispensable que la pretendida Sociedad Cooperativa
refleje, en forma concurrente, cada una de las características que a grandes
rasgos he expuesto. En caso de que no supere dicho test, el ente bajo estudio
debería ser considerado como una empresa tradicional.

En el sentido antes indicado, si la Sociedad tiene por objeto la ejecución


de actos que puedan ser considerados dentro de la enumeración de actos

46 Es de recordar igualmente que la disposición final del Artículo 89.1 Constitucional


expresamente dispone que en las relaciones laborales prevalece la realidad sobre las
formas o apariencias.
47 Si no se les considera trabajadores es predecible que tampoco se les estarán otorgando
vacaciones.
48 Enfasis añadidos.
58
Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

objetivos de comercio prevista en el Artículo 2 CCo., la solución debería ser la


aplicación analógica de las normas contenidas en dicho Código a propósito de
las sociedades de personas no regularmente constituidas (Artículos 219 y
220 CC0.); ya que efectivamente, tal sociedad ha incumplido las formalidades
registrales y de publicidad que les concierne *a: lás sociedades mercantiles.

En el caso de que del objeto social del ente se deduzca claramente que
el fin perseguido por los asociados es un fin no económico, deberán aplicarse
al respecto las reglas contenidas en los Artículos 1.671 y 1.672 CC. Lo antes
expresado debe funcionar —en mi criterio—, en lo relativo a la responsabilidad
del ente y de los asociados por las obligaciones contraídas por el ente para con
terceros.

Desde otro punto de vista, la escogencia de una forma societaria que


no responde a la verdadera intención de las partes y que por tanto no ha
superado el test a que antes he hecho referencia, debería aparejar consecuencias
adicionales.

En efecto, pienso que adicionalmente sería procedente un reparo —y las


correspondientes sanciones—, por los impuestos que el Estado haya dejado de
percibir, tanto por las tasas registrales, como por el Impuesto sobre el Valor
Agregado (IVA) y el Impuesto sobre La Renta dejado de enterar y pagar,
respectivamente.

8. Los efectos colaterales.

Siempre y cuando estemos bajo el supuesto de un gran fraude a la ley,


además de las violaciones a derechos a que antes he hecho referencia, la
situación analizada estaría —a mi modo de ver—, causando un efecto dañino
mucho más grave que los ya mencionados.

En efecto, aún cuando no soy un experto en el tema de las Sociedades


Cooperativas, si me debo declarar un convencido confeso del efecto benéfico
que para la comunidad y para el sistema económico tiene la existencia de un
robusto y sano Sistema de Cooperativas.

El Sistema Cooperativo entendido y aplicado como debe ser, es un


mecanismo que partiendo de la autoayuda y de la ayuda mutua desarrolla al
individuo en lo personal yen lo colectivo. Su práctica correcta desarrolla los
valores democráticos; dignifica el trabajo como hecho social; entrena para la
libre empresa y para los proyectos emprendedores; estimula la solidaridad y la
59
Francisco Hung Vaillant

responsabilidad social y, ciertamente, promueve entre sus miembros —y a través


de ellos produce un efecto multiplicador en la comunidad—, ciertos Valores
Éticos de los cuales está urgida la sociedad venezolana: la honestidad, la
transparencia, la responsabilidad social y el compromiso con el prójimo
(Artículo 3 LEAC).

Creo en los Valores y Principios Cooperativos y en los beneficios que


apareja el Sistema Cooperativo. Por ello, ante los hechos que han provocado
las reflexiones que aquí me atrevo a compartir con ustedes, debo señalar que
el peor mal de todos los que está originando el temido indebido uso del Sistema
—en caso de que ello esté ocurriendo—, lo constituye la perversión del Sistema
Cooperativo; la contaminación de una excelente herramienta para elevar la
comunidad; contaminación que se estaría originando por la codicia de unos
pocos y la ineptitud o ceguera de unos muchos. Esta observación me lleva a
una reflexión final en forma de pregunta: ¿Será que ciertos procesos funcionan
como un «Midas en reversa» que todo lo que toca, o lo destruye, o lo pervierte?.

9. El posible lado luminoso de la luna.

Hasta aquí me he referido a lo que es posible que esté sucediendo. De


ser ello así, ese sería lo que podríamos denominar «el lado oscuro de la
luna». Pero —como todos sabemos— la luna tiene además un lado luminoso.

Creo que a esta altura estamos convencidos de las bondades del


Cooperativismo. Creo que todos los aquí presentes podemos compartir la
común idea de que el Cooperativismo moderno es un excelente mecanismo
para la inserción laboral y social; para la educación y la formación; para el
entrenamiento en la autogestión y en la democracia; para practicar la libre
empresa y creer en ella; para dignificar a la persona y obtener lo mejor de ella.
Creo igualmente que la Escuela de Derecho en la cual hoy me encuentro
compartiendo unas horas con ustedes, siente su deber hacia la comunidad en
la cual existe y que considera que una de las formas de volcar sus aulas, sus
profesores y estudiantes, hacia la realidad cotidiana y hacer profesión de fe
activa en la importancia y valor de la responsabilidad social, lo constituye -
precisamente— adiestrar y habilitar a su comunidad en las ventajas de crear
empresas que respeten y resalten los Principios y Valores Cooperativos.

Este objetivo se puede cumplir de dos formas específicas: i) Dando


espacio en los planes de estudio al análisis e investigación —teórico y empírico—
del fenómeno Cooperativo; preparando a estudiantes y profesionales en el
buen uso del tipo legal y u) Volcando a la Escuela hacia la comunidad para
60
Reflexiones sobre las Sociedades Cooperativas

difundir el sistema y ayudar a quienes tienen problemas de inserción laboral a


bien utilizar las ventajas que la Ley ha puesto en sus manos.

Dentro del ámbito de dar cabida a la preparación profesional en el campo


del movimiento Cooperativo deben tenerse presente los aspectos siguientes:

Es de señalar que con fundamento en la labor contralora del


funcionamiento de las Sociedades Cooperativas que la LEAC otorga a la
Superintendencia Nacional de Cooperativas (SNC) (Artículos 62 a 67 y 77 a
84 LEAC; en particular el Artículo 82), este organismo ha dictado hasta la
fecha seis Providencias Administrativas. Entre tales Providencias se cuenta la
PA No.004 del 15 de agosto de 2003 (PA4) 49 que tiende a regular la calificación
de las personas que aspiren a ocupar cargos en las Instancias de Dirección de
las Cooperativas y en los Organismos de Integración, Comités y Gerencia. A
los efectos indicados, la PA4 dispone que tales personas, además de cumplir
con los requisitos que al efecto exijan los estatutos de la Cooperativa de que se
trate, deberán cumplir con «la preparación académica requerida y los
conocimientos técnicos necesarios conforme a los programas de evaluación
cooperativa continua» en los términos que allí se indican (Artículo 1 PA4).

Después de definir lo que se entiende por «Educación Cooperativa


Continua», «Actividades de Educación Cooperativa Continua» e
«Institución autorizada» (Artículo 2 PA4) y exigir que todo miembro de los
cuerpos directivos de una Cooperativa o de un Organismo de Integración
Cooperativa, debe cursar y aprobar Actividades de Educación Cooperativa,
como mínimo, por treinta (30) horas durante el primer año de su nombramiento,
y de por lo menos diez(10) horas en los siguientes períodos (Artículo 3
PA4)50 , e imponer, tanto a las Cooperativas como a los Organismos de
Integración Cooperativa, el deber de consignar ante la SNC los documentos
que demuestren el cumplimiento de los requisitos de Educación Cooperativa
Continua (Artículo 4 PA4), la citada Providencia Administrativa expresa que
la SNC reconocerá como Actividades de Educación Cooperativa «entre otros»
los cursos ofrecidos por instituciones educativas debidamente acreditadas ante
el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, para obtener grados
académicos tales como bachiller, técnicos universitarios, maestrías y/o
doctorados (Artículo 5 PA4). De acuerdo a lo expuesto, la citada Providencia
Administrativa abre las puertas «al menos en el papel» para que esta casa de
estudios pueda contribuir al esfuerzo de creación de una Cultura Cooperativa
en la región.
G. O. NO.37.766 del 2 de septiembre de 2003.
o El no cumplimiento del mencionado tiempo mínimo de Actividades de Educación
Cooperativa Continua está penalizado con la remoción del cargo.
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Francisco Hung Vaillant

Resumen:

Ante cualquier duda acerca del verdadero carácter de una entidad que haya sido
organizada y constituida al amparo de la LAEC y como tal pretenda disfrutar de las
ventajas que la calificación como Sociedad Cooperativa origina, debe hacerse el test antes
señalado y la agrupación bajo análisis debe superar las interrogantes respectivas. En este
sentido, creemos que es indispensable que la pretendida Sociedad Cooperativa refleje, en
forma concurrente, cada una de las características que a grandes rasgos he expuesto. En caso
de que no supere dicho test, el ente bajo estudio debería ser considerado como una empresa
tradicional.

Palabras claves:

Cooperativas Rol institucional Principios cooperativos Derecho cooperativo

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