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La fiebre se produce como resultado de la exposición a microorganismos u otros agentes que estimulan la producción de citoquinas y otras sustancias pirogénicas endógenas. Estas sustancias actúan sobre el centro termorregulador del hipotálamo, elevando el punto de regulación de la temperatura y desencadenando procesos como la vasoconstricción para conservar el calor. La fiebre se mantiene hasta que la sangre que irriga el hipotálamo alcanza el nuevo punto de corte, pudiendo
La fiebre se produce como resultado de la exposición a microorganismos u otros agentes que estimulan la producción de citoquinas y otras sustancias pirogénicas endógenas. Estas sustancias actúan sobre el centro termorregulador del hipotálamo, elevando el punto de regulación de la temperatura y desencadenando procesos como la vasoconstricción para conservar el calor. La fiebre se mantiene hasta que la sangre que irriga el hipotálamo alcanza el nuevo punto de corte, pudiendo
La fiebre se produce como resultado de la exposición a microorganismos u otros agentes que estimulan la producción de citoquinas y otras sustancias pirogénicas endógenas. Estas sustancias actúan sobre el centro termorregulador del hipotálamo, elevando el punto de regulación de la temperatura y desencadenando procesos como la vasoconstricción para conservar el calor. La fiebre se mantiene hasta que la sangre que irriga el hipotálamo alcanza el nuevo punto de corte, pudiendo
La reacción febril suele presentarse como resultado de la exposición del cuerpo a
microorganismos infectantes, complejos inmunitarios u otras causas de inflamación. Asimismo esta reacción suele iniciarse por aquellas consecuencias de agentes incitadores externos como: bacterias, polen, polvos, vacunas, cuerpos nitrados de fenol, proteínas o productos que estas desintegran, de igual manera toxinas polisacáridas, que son causadas por las bacterias. Los mencionados anteriormente, estimulan la producción de pirógenos endógenos, bien sea que se trate de mediadores solubles o citoquinas, o por células de la línea monocito-macrofágica, linfocitos o células neoplasicas, que están infectadas por virus y otras. Ahora bien, las citoquinas circulantes en acción pirogénica son: la interluquina 1 a y β (IL1), la interluquina 6 (IL6), el factor de necrosis tumoral a y β. El interferón a y β y la proteína a1 inflamatoria del macrófago. Por lo mismo y tanto los pirógenos son los causantes de la fiebre, mediante el proceso o resultado de pirógenos exógenos que inducen la liberación de pirógenos endógenos.
Es importante mencionar que la temperatura del cuerpo está determinada por un
equilibrio entre la producción de calor en los tejidos, en especial el hígado y los músculos, y la pérdida de calor en la periferia. Normalmente, el centro termorregulador del hipotálamo mantiene la temperatura interna entre 37° y 38° C. La fiebre se produce cuando algo aumenta el punto de regulación del hipotálamo, lo que desencadena la vasoconstricción y el alejamiento de la sangre desde la periferia para disminuir la pérdida de calor. Estos procesos continúan hasta que la temperatura de la sangre que irriga el hipotálamo alcanza el nuevo punto de corte fijado. Al modificar este valor de corte del hipotálamo y disminuirlo, por ejemplo con un medicamento antipirético, se inicia la pérdida de calor mediante la sudoración y la vasodilatación, expulsando así el síndrome febril del cuerpo.