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Universidad Viña Del Mar

Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales

Psicología

Análisis reflexivo: sobre Plan Nacional de Salud Mental y Ley N° 21.330

Integrante

María Esperanza García Idiarte

Asignatura

Políticas Públicas y Desarrollo

Docente

Jessica Ortega Valencia


En primer lugar una política pública se refiere a las acciones y decisiones que toma un
gobierno o institución pública para abordar una problemática social, las cuales tienen la
finalidad de buscar soluciones con el objetivo de fomentar el bienestar o alcanzar un
objetivo específico en beneficio de la sociedad, por lo tanto estas herramientas se pueden
orientar a diversas áreas, tal como la salud, en esta ocasión me enfocaré en el plan
nacional de salud mental 2017-2025 y en la ley N° 21.331 “Del reconocimiento y protección
de los derechos de las personas en la atención de salud mental”, la cual fue promulgada en
el año 2021, y es mayormente conocida como la “Ley de Salud Mental”. La Organización
Mundial de la Salud en 1948 define salud como “un estado de completo bienestar físico,
mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” y en cuanto a la
salud mental menciona que es “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla
su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y
fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”. (World Health Organization: WHO, 2022)

El Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025 fue elaborado por el Ministerio de Salud en
Chile, el cual establece los lineamientos y estrategias para abordar las problemáticas de
salud mental centrándose en la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación. Para
lograr lo antes mencionado, este plan tiene por objetivo la promoción de la salud mental y
prevención de los trastornos mentales, busca al mismo tiempo fortalecer la atención en la
red de salud mental, al mismo tiempo, propone que se garantice la rehabilitación psicosocial
y que se promueva la coordinación intersectorial y que la participación ciudadana y el
enfoque de derechos se vea fortalecido, es decir, tiene como propósito el “Contribuir a
mejorar la salud mental de las personas, mediante estrategias sectoriales e intersectoriales,
para la promoción de la salud mental, prevención de los trastornos mentales, atención
garantizada de salud mental e inclusión social, en el marco del modelo de salud integral con
enfoque familiar y comunitario.”(MINSAL, 2017)

Este Plan Nacional de Salud Mental, destaca la importancia de la implementación del


enfoque de derechos, puesto que la calidad de vida e integración de “las personas con
discapacidad mental depende de la inclusión social y el ejercicio de la ciudadanía más que
de la atención psiquiátrica” (MINSAL, 2017), por ende, “se reconoce a las personas como
sujetos titulares de derechos” (MINSAL, 2017). En esta misma línea, se ha buscado
desarrollar estrategias desde un modelo comunitario, el cual incentive la participación de los
usuarios y familia, otorgándoles a éstos un rol activo en el manejo de sus enfermedades y
psicopatologías, además del fortalecimiento de la atención en salud mental en el territorio
chileno.
Lo mencionado anteriormente, nace de la reforma realizada en 2005, en donde el sistema
de salud se organizó en cuanto al modelo integral de salud familiar y comunitaria, el cual,
“sitúa a las personas y sus necesidades como el eje central del quehacer del Sistema de
Salud y se sustenta en el modelo ecológico de Bronfenbrenner” (MINSAL, 2017), resulta
relevante resaltar que, en el medio que se desarrolla la persona existen condicionantes o
factores que pueden llegar a complejizar y/o agravar el proceso de recuperación, tales como
“el estigma, la marginación social o laboral, el desarraigo social con la pérdida de redes y
vínculos, la falta de autonomía para tomar decisiones y ejercer sus derechos de ciudadanía,
la negación de la sociedad a reconocerlos como actores de su vida o los sentimientos
diversos y a veces contradictorios que despiertan en el resto de la población… todos ellos
fenómenos sociales que requieren ser reconocidos y abordados en la atención de toda
persona que tenga un trastorno mental grave” (MINSAL,2017).

Tanto el Modelo Integral de Salud Familiar y Comunitaria como el Modelo Comunitario de


Atención en Salud Mental comparten la visión de que la salud es un bien social. En ambos
modelos, se busca establecer una relación basada en poner a las personas, sus familias y
la comunidad en el centro de la toma de decisiones. Se reconoce que forman parte de un
sistema sociocultural diverso y complejo, en el cual se espera que sean participantes
activos en el cuidado de su salud.

Por otro lado, la Ley N° 21.331, establece el marco normativo para la protección de los
derechos de las personas en cuanto a su atención en salud mental, por lo tanto, esta ley
busca garantizar el respeto a la dignidad, autonomía y participación de las personas en su
atención, así como fomentar la igualdad de oportunidades y promover la eliminación de la
discriminación hacia las personas con psicopatologías o con alguna discapacidad psíquica o
intelectual.

Esta Ley entiende la salud mental como un “estado de bienestar en el que la persona es
consciente de sus propias capacidades, puede realizarlas, puede afrontar las tensiones
normales de la vida, trabajar y contribuir a su comunidad” (BCN, 2021) y menciona que esta
es determinada por diversos factores, ya sean estos culturales, históricos, socioeconómicos,
biológicos y psicológicos, entre otros.

Algunos de los nudos críticos planteados en el Plan Nacional de Salud Mental específicos
para cada línea de acción son los siguientes:

Relacionado a la línea de acción respecto de la “regulación y derechos humanos”, se


manifiesta que a pesar de Chile estar suscrito a varios acuerdos internacionales, tal como la
Convención Internacional para los Derechos de las Personas con Discapacidad ratificada el
año 2008, así mismo se creó el Observatorio de Derechos Humanos de las Personas con
Discapacidad Mental el año 2014, aun así existe cierta disonancia entre la normativa
internacional con el marco legislativo nacional, por ende se produce una desactualización, la
cual se espera regularizar mediante la implementación de la Ley N° 21.331, cabe destacar
que el desarrollo de esta está estipulado en el plan para el año 2020. Por otro lado, se
encuentra la línea de “provisión de servicios en salud mental”, algunos de los nudos críticos
planteados en esta temática corresponden a la insuficiencia de la calidad de atención, en la
atención ambulatoria, además de la dificultad de acceso a la red de servicios, ya que en
relación a la demanda no hay suficientes centros para dar una respuesta satisfactoria a la
población. En cuanto a la línea de “financiación”, la brecha existente en cuanto a la
información disponible relacionada a los recursos de salud mental y el escaso presupuesto
de salud mental conforman algunos de los nudos críticos, en este mismo sentido la línea de
“gestión de la calidad, sistemas de información e investigación” destaca la necesidad de
generar un indicador que dé cuenta del cumplimiento de la calidad del Modelo de Gestión
de la Red Temática de Salud Mental, además de disminuir la falta de información existente
en torno a la salud mental en el país, para así poder identificar la situación actual y en
consecuencia de aquello desarrollar e implementar políticas públicas orientadas a mejorar
dicho aspecto. Relacionado a lo anterior, la línea de “recursos humanos y formación”
destaca que es relevante aumentar y mejorar la vinculación de los profesionales, tanto entre
ellos mismos como con la comunidad, además de mejorar las condiciones laborales dentro
del área de la salud mental, por su parte el Plan hace hincapié en la capacitación y
actualización que debería generarse para poder dar una atención de calidad. En cuanto a la
línea de “participación” se busca propiciar una mayor participación social, a través de
distintos canales de difusión, como por ejemplo agrupaciones, para con ello poder lograr
que las personas puedan hacer valer su derecho a la toma de decisiones concernientes a
su salud mental, finalmente la línea de “intersectorialidad” destaca que es necesario generar
estrategias que abarquen las problemáticas desde una visión biopsicosocial, con la finalidad
de reducir las inequidades existentes dando especial énfasis a las personas pertenecientes
a poblaciones específicas que se encuentren en una situación de mayor vulnerabilidad,
tales como niños, niñas y adolescentes (NNA), personas mayores, adultos privados de
libertad, población perteneciente a pueblos indígenas, población migrante, entre otros.

Teniendo en cuenta lo anterior, si bien es un avance el que se haya promulgado la ley


N°21.331, todavía queda un largo camino en cuanto al desarrollo o mejoras legislativas en
el ámbito de la salud mental.
En primer lugar, es necesario que el Estado asigne mayores recursos, dado que “Chile
continúa presentando un significativo déficit en su financiamiento de salud mental si se le
compara con el promedio mundial. El presupuesto fiscal destinado a la salud mental apenas
supera el 2% del total del presupuesto en Salud” (Jiménez, 2021), sin embargo, el
presupuesto para el 2023 se incrementó hasta un 4,2% del total destinado a salud, por lo
tanto falta un 0.8% para alcanzar el objetivo de 5% propuesto en el Plan Nacional de Salud
Mental y Psiquiatría del año 2000.

Finalmente, otro aspecto a considerar es la voluntad política ya que, se necesita que los
actores de poder se comprometan a legislar en cuanto a esta problemática social, y al
mismo tiempo el Estado debería hacer hincapié en la descentralización de la atención en
salud mental, debido que los sectores rurales del país aún no están cubiertos del todo, en
este sentido, a pesar de que es positivo contar con el Plan Nacional de Salud Mental antes
mencionado y con la ley N° 21.331 estos no son suficiente por sí solos, la implementación
efectiva, el seguimiento constante, la capacitación de los profesionales y la difusión de
información son fundamentales para que las metas y los objetivos establecidos se
conviertan en una realidad.
Referencias Bibliográficas:

Ministerio de Salud (Chile). Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025.


https://www.minsal.cl/wp-content/uploads/2017/12/PDF-PLAN-NACIONAL-SALUD-
MENTAL-2017-A-2025.-7-dic-2017.pdf

Ley N° 21.331. Diario Oficial de la República de Chile, 11 de mayo de 2021.


https://bcn.cl/2pad3

OMS. (2023). Constitución. Organización Mundial de la Salud.


https://www.who.int/es/about/governance/constitution

World Health Organization: WHO. (2022, 3 junio). Por qué la salud mental debe ser una
prioridad al adoptar medidas relacionadas con el cambio climático. Organización
Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/news/item/03-06-2022-why-mental-
health-is-a-priority-for-action-on-climate-change#:~:text=La%20OMS%20define
%20la%20salud,aportar%20algo%20a%20su%20comunidad%C2%BB.

Jiménez, J. P. (2021). Salud mental en Chile: urgencias, desafíos y silencios. CIPER Chile.
https://www.ciperchile.cl/2021/11/08/salud-mental-en-chile-urgencias-desafios-y-
silencios/

24 horas. (2022, 29 septiembre). Presupuesto 2023: $19 mil millones serán utilizados para
reforzar salud mental. 24 horas. https://www.24horas.cl/actualidad/politica/19-mil-
millones-seran-utilizados-para-reforzar-salud-mental#:~:text=Inicio
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