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evolución histórica de la salud mental


 Salud mental época primitiva
La preocupación del ser humano por la salud mental no es cosa del siglo XXI, como
muchos creen. Durante una gran parte de la prehistoria humana, en todas partes del
mundo se practicaba la trepanación de cráneos: un procedimiento quirúrgico que
consiste en hacer un agujero en el cráneo de una persona viva. La evidencia más
temprana de la trepanación de cráneos data de hace aproximadamente 7.000 años.
Esta era la manera de las culturas primitivas de encontrar respuestas a las conductas
que hoy en día llamaríamos psicopatológicas y de tratar de curar a las personas que
las padecían. Se hacía desde una concepción mágica y sobrenatural de los fenómenos
que observaban. A menudo se creía que estas personas estaban endemoniadas o
poseídas por un ser maléfico que controlaba su conducta. Se cree que uno de los
motivos por los que se practicaba la trepanación era para liberar al sujeto de espíritus
malignos, en definitiva como práctica terapéutica.

cráneo trepanado
En las sociedades preclásicas, las conductas anormales seguían interpretándose según
la concepción demonológica y sobrenatural. Se consideraba que el trastorno mental
era un castigo divino o la acción de algún demonio. El tratamiento para este tipo de
conductas desviadas se basaba en oraciones, fórmulas mágicas o sacrificios, siempre
de la mano de un sacerdote que hacía de intermediario entre las personas y los dioses.
 Salud mental Greco-Romana
En culturas muy diversas entre sí (antiguos hebreos, griegos, chinos y egipcios) se
intentaba expulsar a los espíritus del cuerpo del enfermo a través de exorcismos,
realizados por hechiceros o sacerdotes.
En el mundo occidental, la concepción sobrenatural de las enfermedades mentales se
mantiene hasta la figura del médico Hipócrates de Cos (460-377 a.C.) que fue el
primero en señalar el origen natural de tales trastornos.
la clasificación de los trastornos mentales en tres categorías: Manía, Melancolía y
Frenitis, clasificación pionera que con escasas modificaciones se mantiene durante
toda la civilización griega y también en la romana.
El pensamiento de Hipócrates y sus seguidores se recoge en el llamado Corpus
Hipocraticum, colección de unas setenta obras médicas de la antigua Grecia escritas
en griego jónico. Aunque en la antigüedad eran totalmente atribuidos a Hipócrates,
tanto por los estilos de escritura como por los temas se cree que fueron escritos por
diecinueve autores diferentes, el propio maestro y algunos de sus estudiantes y
discípulos.
La medicina hipocrática destacaba por su estricto profesionalismo, caracterizado por
una disciplina y práctica rigurosas. En su escrito “Sobre el médico” recomienda que
éstos siempre fueran bien aseados, fueran honestos, tranquilos, comprensivos y serios.
El médico hipocrático daba especial atención a todos los aspectos de su práctica, debía
seguir especificaciones detalladas para la iluminación, los instrumentos, la posición
del paciente y las técnicas que utilizaba el médico. También se hacía hincapié a la
observación y a la documentación, debiendo registrar sus descubrimientos y métodos
medicinales de manera muy clara y objetiva, a fin de que estos registros se puedan
transmitir y utilizar.
Sorano (120 d.C.) revisó y amplió la clasificación hipocrática de los trastornos
mentales, incluyendo en ella la histeria y la hipocondría (relacionando la primera con
trastornos uterinos y la segunda como base en el hipocondrio).
Y finalmente llegamos a Galeno de Pérgamo (130-200 d.C.) que realizó una labor de
síntesis de los conocimientos existentes, y dividió las causas de los trastornos psíquicos
en orgánicos (como lesiones craneales, alcoholismo) y mentales (temores,
contratiempos económicos, desengaños amorosos). Galeno sostenía que la salud
psíquica dependía de la armonía adecuada de las partes racional, irracional y sensual
del alma.
 salud mental edad media
En la Edad Media, la Iglesia tuvo una enorme influencia en la cultura occidental y en
la concepción de los trastornos mentales, que estaban muy relacionados con conceptos
como el pecado y la culpa. Las conductas desviadas se interpretaban como efecto de la
brujería y de la posesión de algún demonio. En esta época la intervención sobre estas
personas con este tipo de comportamientos era la de mantenerlas alejadas del resto de
la sociedad, encerrándolas.
No es hasta el siglo XVIII, cuando se produce el cambio de mentalidad y empieza a
abogarse por un trato más humano para el enfermo mental.
En el Renacimiento y la Ilustración, fueron aumentando progresivamente las voces que
cuestionan duramente la visión demonológica, y cogió fuerza la concepción (heredada
de la cultura grecorromana) de que la enfermedad mental se podía explicar por causas
naturales. Aparecieron los primeros estudios de anatomía del sistema nervioso y se
hacen las primeras descripciones clínicas de los diferentes trastornos. A pesar de todo,
la tendencia más generalizada seguía siendo la de recluir a estas personas con
trastornos mentales en instituciones como los famosos manicomios o en instituciones
similares a hospitales con regímenes carcelarios. No es hasta el siglo XVIII, cuando se
produce el cambio de mentalidad y empieza a abogarse por un trato más humano para
el enfermo mental.
En los siglos XIX Y XX vemos ya una gran evolución respeto a la salud mental. Aunque
se impone el modelo orgánico que afirma que las enfermedades mentales son causadas
por lesiones anatómicas en el sistema nervioso central, no se puede desestimar en esta
época la importancia de otra perspectiva: la psicologista, que considera que el origen
del trastorno mental era una causa psicológica. En cuanto a la consideración del
enfermo, en estos siglos se busca “normalizarlo”, es decir, tratarlo y curarlo para
poder volver a integrarlo en la sociedad. Se impone un trato más humano al enfermo.
La salud se entiende como un proceso o estado dinámico, la salud estándar no existe,
sino que es relativa a cada persona y en una misma persona depende de en qué época
de la vida se encuentre. Por lo que desde el ciclo vital pueden observarse las
diferencias en cognición, comportamiento y funcionamiento emocional entre niños,
adolescentes y adultos y advertir cómo la salud mental se manifiesta, cómo se altera a
lo largo de la vida y cómo además va vinculada no solo al estado biológico del ser
humano sino que comprende todos los planos que están en constante interacción, ya
que no se puede separar lo que es producto del pensamiento, creencias, sentimientos de
su entorno social.
Otra dificultad importante que complica la definición del término salud mental es el
concepto que cada cultura o sociedad tiene sobre la salud y la enfermedad mental. Lo
que en una cultura puede ser considerado como normal y sano en otro contexto
cultural o en otro momento social puede ser tomado por anormal o patológico. Así, se
ha definido salud mental en la sociedad como la ausencia de la dolencia llamada
enfermedad mental; como el polo positivo de un proceso continuo cuyo polo opuesto es
la enfermedad; como cualidades personales observables tales como lo son la
capacidad intelectual e interpersonal (social), compatibles con la edad y dones
naturales que faltan en el enfermo mental; la conducta social de adaptación
manifestada en una familia sana que vive en una sociedad “sana”; las habilidades
definidas mediante conceptos de eficacia, lucha y capacidad de relación social,
considerando la salud mental como lo opuesto a incapacidad, resignación
desesperanza y egocentrismo. En las diferentes culturas el concepto abarca, entre otros
aspectos, el bienestar subjetivo, la percepción de la propia eficacia, la autonomía, la
competencia, la dependencia intergeneracional y la autorrealización de las
capacidades intelectuales y emocionales.
 Philippe Pinel

Ante y después de Pinel


Durante la época de la Ilustración, fenómeno cultural que se desarrolló en Europa y en
América bajo el dominio de diferentes imperios coloniales, durante el siglo XVIII, la
suerte de los enfermos mentales era aún lamentable. Eso sí, ya no eran quemados en la
hoguera como en la Edad Media, pero se encontraban internados en hospitales,
vagaban solitarios por las calles siendo objeto de burlas y malos tratos.
En 1656, un edicto en Francia estableció asilos para insanos, donde los enfermos eran
encerrados junto a indigentes, prostitutas, homosexuales, ancianos y enfermos crónicos
por tiempo indefinido, a lo que se sumaba que debían soportar tratos inhumanos.
A partir del siglo XIX, en el país galo comienza un movimiento que se conoce como
Psiquiatría Científica, gracias al trabajo del médico Philippe Pinel, quien postulaba
que no debían construirse nuevas hipótesis para trabajar con los enfermos, sino que se
debían limitar a la observación y descripción de los hechos. Esta nueva concepción
hizo cambiar la actitud de la sociedad hacia los enfermos mentales, quienes
comenzaron a ser vistos como seres humanos que merecían un tratamiento médico
acorde con el problema.
Gracias a este nuevo espíritu, se desarrollaron interesantes progresos en psiquiatría y
surgió una real preocupación por los aspectos éticos de la medicina. La antigua
concepción de que las alteraciones mentales eran causadas porque el demonio había
tomado posesión del enfermo y, por tanto, debían vivir en condiciones miserables,
desapareció. Las perturbaciones de la mente se transformaron en enfermedades, lo
cual fue un gran progreso impuesto por los aportes de Pinel, reconocido como uno de
los precursores de la medicina social y nosología, que desarrolló sus teorías en medio
de la agitación de la Revolución Francesa y el Imperio. Sus esfuerzos tuvieron por
objeto la curación integral del ser humano. Es por eso por lo que se le ha considerado
como uno de los innovadores más importantes de la medicina occidental.
Pinel se comenzó a preguntar la razón del por qué esos enfermos estaban encerrados
en Bicêtre. A los pocos días, recibió una tabla con comentarios del celador del recinto,
Jean Baptiste Pussin, donde comprendió la importancia del tratamiento moral en su
dimensión institucional. En aquel lugar espantoso, que sirvió de escena al famoso mito
de la liberación de los alienados de sus cadenas, al parecer se contentó con un papel
de observador prudente, dejando a su Pussin las iniciativas terapéuticas y
administrativas más numerosas.
Pinel se dedicó a observar y tomar nota de los progresos de los pacientes. Su objetivo
era detallar, de manera específica, las enfermedades de cada enfermo. Pinel llamó a su
labor tratamiento moral, y muchos de sus principios conservan su valor hasta hoy.
En su obra Tratado de la Insania (1801), clasificó las enfermedades mentales en cuatro
tipos: manía, melancolía, idiotez y demencia, explicando su origen por la herencia y las
influencias ambientales. Con la obra de Pinel y sus seguidores, la psiquiatría sustituyó
la especulación por la observación empírica.
A pesar de haber desarrollado el tratamiento moral, anteriormente aplicado por los
médicos ingleses, pudo demostrar que siempre hay en el alienado trazas de razón que
permiten restablecer el diálogo interrumpido por la locura. Se interesó en la
reglamentación de la institución hospitalaria psiquiátrica, a la que se llamó "asilo".
Pudo demostrar la importancia de las relaciones con el ambiente familiar, el medio, los
otros enfermos, en el desencadenamiento, la persistencia, el agravamiento de la
enfermedad mental. Se ocupó de la disciplina, la regulación de la vida de los enfermos,
su clasificación rigurosa, el aislamiento de los más peligrosos. Insistió en la necesidad
de que el médico participase en la administración hospitalaria.
 Salud mental en la actualidad
Hoy día es difícil separar los conceptos de salud física y salud mental, de hecho se sabe
que todo aquello que pasa en el ámbito físico tiene una repercusión en el ámbito
psíquico de la persona, y al revés. Así, una enfermedad física puede alterar nuestras
funciones psicológicas y la manera de relacionarnos con los demás y muchos
trastornos como la ansiedad o la depresión se expresa también corporalmente con
cefaleas, contracturas, fatiga etc.
La salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales. Se da en un
proceso complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente, con
diversos grados de dificultad y angustia y resultados sociales y clínicos que pueden ser
muy diferentes.
Las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades
psicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia,
discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva. Las personas que las padecen
son más propensas a experimentar niveles más bajos de bienestar mental, aunque no
siempre es necesariamente así.
Entre los tratamientos actuales tenemos:
 Psicoterapia o terapia
 Medicamentos recetados
 Grupos de apoyo
 Otras terapias especificas
 TEC u otra terapia de estimulación cerebral
 Terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares
(EMDR, por sus siglas en inglés)
 Programa de tratamiento hospitalario o residencial

Psiquiatría en Rep. Dom.


Según informes de la OMS, en la República Dominicana un 4.7% de la población
padece de trastornos depresivos, mientras que un 5.7% sufre de trastornos de ansiedad
(OMS, 2017). Estas cifras han aumentado en los últimos 15 años, pero podrían
duplicarse en los próximos meses por la pandemia que estamos viviendo, según
publicaciones recientes. Además, la depresión es ya la primera causa de discapacidad.
Esto representa un reto para los centros y servicios de salud mental de América Latina
y el Caribe, que han tenido que adaptarse a la nueva realidad, afrontando una
demanda creciente con recursos menguados.
Las limitaciones existentes en el sistema de salud mental de la República Dominicana
fueron confirmadas mediante los resultados de la aplicación del Instrumento de
Evaluación para Sistemas de Salud Mental de la OMS (IEMS-OMS). La falta de
recursos financieros y humanos, deficiencias en la protección de los derechos de salud,
la falta de atención a la salud mental y la poca participación de la sociedad civil, entre
otras, representaron las principales limitaciones. De igual forma, la escasez de
establecimientos con personal debidamente entrenado para abordar los trastornos
mentales, la baja importancia brindada por los profesionales de la salud al aspecto
psicológico del individuo, los estigmas sociales ante las enfermedades mentales, así
como la baja comprensión de la relevancia del trabajo en equipo y la atención
escalonada que se requiere para el buen tratamiento de trastornos mentales, son
puntos importantes que perjudican la atención de la salud mental en la nación.
Todo esto puede provocar que se brinden diagnósticos inadecuados de la enfermedad
que presenta el paciente. Por ejemplo, puede que se aborden continuamente
sintomatologías a nivel físico sin que se trate la causa psicológica que realmente las
está provocando. El diagnóstico y, en consecuencia, la intervención y el tratamiento
inadecuados provocan que los pacientes frecuenten más los centros de atención
primaria, se realicen pruebas innecesarias, se cronifique y agrave el desorden o
enfermedad mental, se incrementen los gastos tanto para el paciente como para el
sector de salud, entre otros efectos negativos adicionales.
En la actualidad, el sistema social y de salud de la República Dominicana se encuentra
aún en una etapa temprana de evolución y no son fácilmente accesibles las técnicas y
tecnologías para el tratamiento de trastornos psicológicos. Es por esto por lo que se
hace necesario realizar nuevas investigaciones para comprender mejor la forma de
abordar eficazmente los trastornos de salud mental en esta región caribeña y que
permitan a su vez mejorar las herramientas de salud mental disponibles en la
actualidad para la población necesitada. Sin embargo, los proyectos y estudios en los
que se han desarrollado e implementado protocolos de tratamiento basados en la
evidencia para la salud mental pública nacional son nulos.

Fuentes bibliográficas:
 Aldara Martitegui, De la perforación de cráneos como terapia, a la
normalización de los trastornos: la evolución de la salud mental, NIUS,
10/10/2020, https://www.niusdiario.es/salud-y-bienestar/coaching/como-ha-
evolucionado-la-salud-mental_18_3024270195.html

 Soledad Humbert, La Psiquiatría en el Mundo Antiguo, CdN 200, 05/10/2014,


https://www.drahumbert-psiquiatria.es/la-psiquiatria-en-el-mundo-antiguo/
 Mundo médico, Philippe Pinel: pionero francés de la psiquiatría, SAVAL Net,
13/o6/2005,
https://www.savalnet.cl/mundo-medico/reportajes/5202.html#:~:text=Pudo
%20demostrar%20la%20importancia%20de,aislamiento%20de%20los%20m
%C3%A1s%20peligrosos.
 Zoilo Emilio García Batista, Salud mental en Rep. Dom.: Retos y
oportunidades,PUCMM, 2020,
https://investigacion.pucmm.edu.do/noticias/Lists/EntradasDeBlog/Post.aspx?
List=56eb4e50%2D9bb6%2D4d80%2D8f5d
%2D3386abaae4b0&ID=68&Web=3f3045bd%2D995e%2D46ab%2Dbb0d
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