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El caos vehicular empeora y afecta

la salud de la gente
(Santa Cruz - El Nuevo Día)

El desmesurado crecimiento del parque automotor cruceño, la ineficiente


estructura vial y la imprudencia de los conductores, son los principales
aspectos que contribuyen al caos en calles y avenidas de la ciudad.

Tal es el aumento de vehículos, que ni las propias autoridades encargadas de


controlarlos cuentan con un registro real de éstos. La Unidad de Registros de la
Policía tiene anotados 166.000 vehículos, la Alcaldía registró cerca de 130.000
y la empresa recaudadora Servicio de Impuestos (SIO) habla de 115.000
unidades.

Teniendo en cuenta que Santa Cruz tiene 12.000 rutas, según Tránsito, existe
un promedio de 14 vehículos por vía y aunque el número no es alarmante, lo
que provoca el caos es la concentración de los motorizados en puntos 

conflictos como el centro, los accesos a mercados y las salidas a carreteras.

El coronel Humberto Gutiérrez, jefe de Tránsito, y el director de Tráfico y


Transporte de la Alcaldía, Enrique Coronel, coinciden que la falta de educación
vial es uno de las principales causas del caos. Según Gutiérrez, ninguna de las
instituciones encargadas del ordenamiento vehicular tienen un presupuesto
para educación vial. “Este año realizamos algunas campañas con la ayuda de
amigos y periodistas que apoyan esta labor, sin embargo, ni Tránsito ni la
Alcaldía tienen un monto para esa tarea”, aseguró. También admitió que la
cantidad de efectivos bajo su mando, 260 hombres, no son suficientes para
atender los requerimientos de la ciudad.

Todos estos factores 


han convertido a los cruces de avenidas en los puntos más peligrosos.

Las estadísticas de Tránsito muestran que entre enero y septiembre de este


año, 1.400 accidentes se registraron en esos lugares, de un total de 2.263, lo
que representa un 62%. En segundo lugar están los cruces de calles con 562
accidentes, las zonas comerciales con 54, los accesos a carreteras con 129,
las vías preferenciales con 21 y las zonas periféricas con 97 casos.

A todo esto se suma la contaminación. Este año, la Aduana Nacional registró


50 mil vehículos a nivel nacional, de los cuales sólo 3.500 son cero kilómetros y
el resto, reacondicionados.

El precio cada vez más bajo, facilita la compra de vehículos. Por ejemplo, un
Gran Vitara ‘99, cero Kms, se lo obtiene hasta en $us 15.000, cuando en una
importadora su precio llega hasta $us 29.500.

Los choferes cometen infracciones a sabiendas

“Manejo hace 10 años, tengo categoría C. Sé que está mal estacionar en doble
fila, pero como había otro auto delante mío, simplemente me paré. Fue un
segundo”. (Alberto Barba, chofer)

Alcides sandóval
Chofer

“Hace 10 años que conduzco, tengo licencia categoría C, sabía que estaba mal
lo que estaba haciendo, pero era sólo unos minutitos. Sé que no se puede
estacionar en la vereda, pero lo hice”.

”Tengo licencia de categoría A, estacioné en la esquina porque trabajo en la


Monseñor Rivero, estaba esperando que se desocupe un lugar para estacionar
bien mi auto”. (Leo, conductor particular)

El caos vehicular empeora y afecta

la salud de la gente

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