La competencia se define como la capacidad de combinar habilidades y conocimientos
para lograr un propósito específico en una situación dada, actuando de manera ética. Para ser competente, es necesario comprender la situación, evaluar las posibilidades y tomar decisiones adecuadas. También se deben combinar características personales y habilidades socioemocionales para interactuar eficazmente con los demás. El desarrollo de las competencias es una construcción constante y consciente, propiciada por docentes e instituciones educativas. Estas competencias se desarrollan a lo largo de la vida y permiten lograr el perfil de egreso (MINEDU – CNEB 2016 p. 21). Las competencias se definen como una combinación compleja de procesos cognitivos, conocimientos, habilidades, comportamientos y actitudes que se utilizan para encontrar soluciones innovadoras a los diferentes desafíos que surgen en la vida humana y en los entornos laborales, Perrenoud (2004). Es una combinación adecuada de habilidades, conocimientos y actitudes que se ajustan al contexto específico en el que se requieren, Unión Europea (2006). Las competencias están condicionadas por factores lingüísticos, sociales, históricos, culturales, etc., que las contextualizan. Por ello, las competencias deben integrar los saberes, y la aplicación práctica de esos saberes a la vida diaria de forma adecuada y en un contexto determinado. Los elementos que integran una competencia en general, son: saber, saber hacer y saber ser. Además, hay que saber estar (Castillo et al. 2010 p. 61). La competencia implica resolver problemas y alcanzar objetivos mediante un enfoque reflexivo y el uso de recursos internos y externos. No se limita a saber hacer algo en un contexto específico, sino que también implica compromiso, disposición, razonamiento, manejo de conceptos y comprensión ética y social (MINEDU - Marco de buen desempeño docente 2012 p. 26) Una competencia es la combinación de capacidades que se utilizan en un contexto específico para resolver problemas y alcanzar objetivos de acuerdo con los estándares establecidos. Un individuo competente puede movilizar recursos para dar una respuesta contextualizada a una situación dada. La competencia profesional implica el uso efectivo de conocimientos y habilidades para lograr objetivos laborales específicos. (Del Pozo 2017 p. 9)