Está en la página 1de 172

 

MANUAL DE TEORÍA GENERAL


DEL PROCESO
COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT LO BLANCH

MARÍA JOSÉ AÑÓN ROIG JAVIER DE LUCAS MARTÍN


Catedrática de Filosofía del Derecho de la Catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía
Universidad de Valencia Política de la Universidad de Valencia
ANA CAÑIZARES LASO VÍCTOR MORENO CATENA
Catedrática de Derecho Civil de la Catedrático de Derecho Procesal
Universidad de Málaga de la Universidad Carlos III de Madrid

JORGE A. CERDIO HERRÁN FRANCISCO MUÑOZ CONDE


Catedrático de Teoría y Filosofía de Catedrático de Derecho Penal
Derecho. Instituto Tecnológico de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla
Autónomo de México
ANGELIKA NUSSBERGER
JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ Jueza del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia Catedrática de Derecho Internacional de la
de la Nación y miembro de El Colegio Nacional Universidad de Colonia (Alemania)

EDUARDO FERRER MAC-GREGOR POISOT HÉCTOR OLASOLO ALONSO


Catedrático de Derecho Internacional de la
Presidente de la Corte Interamericana de Derechos
Universidad del Rosario (Colombia) y
Humanos. Investigador del Instituto de
Presidente del Instituto Ibero-Americano de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM
La Haya (Holanda)
OWEN FISS LUCIANO PAREJO ALFONSO
Catedrático emérito de Teoría del Derecho de la
Catedrático de Derecho Administrativo de la
Universidad de Yale (EEUU)
Universidad Carlos III de Madrid
JOSÉ ANTONIO GARCÍA-CRUCES GONZÁLEZ TOMÁS SALA FRANCO
Catedrático de Derecho Mercantil Catedrático de Derecho del Trabajo y de la
de la UNED
Seguridad Social de la Universidad de Valencia
LUIS LÓPEZ GUERRA IGNACIO SANCHO GARGALLO
Catedrático de Derecho Constitucional de la Magistrado de la Sala Primera (Civil) del
Universidad Carlos III de Madrid Tribunal Supremo de España
ÁNGEL M. LÓPEZ Y LÓPEZ TOMÁS S. VIVES ANTÓN
Catedrático de Derecho Civil de la Catedrático de Derecho Penal de la
Universidad de Sevilla Universidad de Valencia
MARTA LORENTE SARIÑENA RUTH ZIMMERLING
Catedrática de Historia del Derecho de la Catedrática de Ciencia Política de la
Universidad Autónoma de Madrid Universidad de Mainz (Alemania)

Procedimiento de selección de originales, ver página web:

www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales
MANUAL DE TEORÍA
GENERAL DEL PROCESO

Julia Victoria Montaño Bedoya

tirant lo blanch
Bogotá, 2020
Copyright ® 2020

Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse
o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotoco-
pia, grabación magnética, o cualquier almacenamiento de información y sistema de
recuperación sin permiso escrito de la autora y del editor.

En caso de erratas y actualizaciones, la Editorial Tirant lo Blanch publicará la perti-


nente corrección en la página web www.tirant.com.

© Julia Victoria Montaño Bedoya

© TIRANT LO BLANCH
EDITA: TIRANT LO BLANCH
C/ 69 A N.º 4-88, Bogotá D.C
TELFS.: 4660171
Email: tlb@tirant.com
www.tirant.com
Librería virtual: www.tirant.es
ISBN: 978-84-9143-204-3
MAQUETA: Innovatext

Si tiene alguna queja o sugerencia, envíenos un mail a: atencioncliente@tirant.com. En caso de no ser


atendida su sugerencia, por favor, lea en www.tirant.net/index.php/empresa/politicas-de-empresa nues-
tro Procedimiento de quejas.
Responsabilidad Social Corporativa: http://www.tirant.net/Docs/RSCTirant.pdf
Chiovenda [Guiseppe, 1872 – 1937]:
El puro teórico en el procedimiento carece de sentido,
pero el puro práctico es una desdicha.
Un trabajo teórico vale en tanto en cuanto pueda ayudar
a resolver problemas prácticos.
Tomado de la presentación que Santiago Sentís Melendo
hace de la obra El Objeto Litigioso en el Proceso Civil
escrita por el profesor Karl Heinz Schwab,
como homenaje al profesor Leo Rosenberg en señal
de respeto y gratitud, al cumplir los 75 años.
Traducida por la casa editorial Argentina Ediciones
Jurídicas Europa-América en 1968
Índice

Convenciones............................................................................................................... 13

1.  LA PRETENSIÓN PROCESAL COMO OBJETO LITIGIOSO


1. LA PRETENSIÓN PROCESAL. CONCEPTO Y ESTRUCTURA DESDE NOR-
MAS REGLAS Y DESDE NORMAS PRINCIPIOS............................................... 16
2. LA INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PRETENSIÓN. DOCTRINA Y REGULA-
CIÓN LEGAL EN COLOMBIA............................................................................ 24
2.1. Teoría de la petición..................................................................................... 24
2.2. Teoría de la petición fundada....................................................................... 25
2.3. Teoría de la petición fundada típica.............................................................. 26
3. PLURALIDAD O ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES................................... 33
3.1. Acumulación objetiva o bilateral.................................................................. 34
3.2. Acumulación subjetiva, plurilateral o litisconsorcial..................................... 35
4. REQUISITOS GENERALES APLICABLES A LA ACUMULACIÓN BILATERAL
Y PLURILATERAL............................................................................................... 36
4.1. Que un mismo juez pueda conocer de todas las pretensiones, sin tener en
cuenta la cuantía.......................................................................................... 36
4.2. Que las pretensiones no sean excluyentes entre sí......................................... 37
4.3. Que todas puedan tramitarse por el mismo procedimiento........................... 39
5 FORMAS DE ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES......................................... 40
5.1. Acumulación de pretensiones de forma principal......................................... 40
5.2. Acumulación de pretensiones de forma subsidiaria...................................... 40
5.2.1. Acumulación subordinada, sucesiva, o consecuencial escalonada..... 40
5.2.2. Acumulación subordinada, sucesiva o consecuencial legal................ 41
5.2.3. Acumulación subordinada, sucesiva o consecuencial eventual o alter-
nativa............................................................................................... 42
5.2.3.1. Con fundamentos jurídicos idénticos................................. 43
5.2.3.2. Con fundamentos jurídicos distintos pero compatibles...... 43
5.2.3.3. Con fundamentos jurídicos incompatibles......................... 43
6. SANCIÓN: REMEDIO PARA LA INDEBIDA INDIVIDUALIZACIÓN DE LA
PRETENSIÓN Y PARA LA INDEBIDA ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES... 46
7. LA PRETENSIÓN COMO OBJETO LITIGIOSO Y SU INCIDENCIA EN COSA
JUZGADA, PLEITO PENDIENTE, PREJUDICIALIDAD Y CONGRUENCIA..... 51
7.1. Cosa juzgada................................................................................................ 51
7.2. Pleito Pendiente............................................................................................ 52
7.3. Prejudicialidad............................................................................................. 52
7.4. Congruencia................................................................................................. 53

2.  LA EXCEPCIÓN PROCESAL Y LA CONTESTACIÓN


DE LA DEMANDA
1. LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA Y OTROS MEDIOS DE DEFENSA
DEL DEMANDADO............................................................................................. 69
10 Índice

1.1. Llamamiento en garantía y su especie la denuncia de pleito......................... 69


1.2. Llamamiento al verdadero poseedor o tenedor............................................. 70
1.3. Reconvención............................................................................................... 70
1.4. Allanamiento................................................................................................ 71
2. CARGAS PROCESALES DEL DEMANDADO: EXCEPCIONES PROPIAS.......... 72

3.  DEL PROCEDIMIENTO AL PROCESO JUDICIAL


1. NATURALEZA JURÍDICA DEL PROCESO......................................................... 76
1.1. Corriente privatista...................................................................................... 76
1.2. Corriente publicista...................................................................................... 76
2. ALCANCES ACTUALES DE LAS TEORÍAS ALEMANAS SOBRE LA NATURA-
LEZA DEL PROCESO.......................................................................................... 77
3. PROCEDIMIENTO, JUICIO Y JURISDICCIÓN................................................... 79

4.  PRESUPUESTOS PROCESALES PARA LA VALIDEZ


DEL PROCESO
1. CAPACIDAD PARA SER PARTE.......................................................................... 81
1.1. Las personas................................................................................................. 81
1.2. Los patrimonios autónomos......................................................................... 82
1.3. El concebido para la defensa de sus derechos: nasciturus ............................ 82
1.4. Los robots humanoides................................................................................ 83
2. CAPACIDAD PARA COMPARECER EN EL PROCESO...................................... 84
2.1. Comparecencia en el proceso de la persona natural...................................... 84
2.2. Comparecencia en el proceso de la persona jurídica..................................... 87
2.3. Comparecencia en el proceso del patrimonio autónomo.............................. 88
2.4. Comparecencia en el proceso del nasciturus................................................. 89
2.5. Comparecencia en el proceso de los robots humanoides............................... 89
3. POSTULACIÓN PARA PEDIR............................................................................. 89
3.1. Otorgamiento del poder............................................................................... 91
3.2. Presentación personal del poder especial por el poderdante.......................... 92
3.3. Aceptación que del poder hace el apoderado................................................ 93
3.4. Reconocimiento de personería que el juez hace al abogado para actuar en el
proceso......................................................................................................... 93
3.5. Facultades conferidas o no al abogado por el acto de apoderamiento............. 93
3.6. Causales de terminación del poder............................................................... 95
3.6.1. Cumplimiento de la gestión de carácter procesal encomendada........ 95
3.6.2. Revocación del poder....................................................................... 95
3.6.3. Renuncia al poder............................................................................ 96
3.6.4. Muerte del mandatario..................................................................... 97
4. PROCEDIMIENTO ADECUADO......................................................................... 97
5. DEBIDA INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PRETENSIÓN..................................... 98
6. NO CADUCIDAD DEL TÉRMINO PARA PROPONER LA PRETENSIÓN........ 98
7. CONTROL DE LEGALIDAD O DE VALIDEZ DEL PROCESO POR PARTE
DEL JUEZ............................................................................................................. 99
Índice 11

5.  PRESUPUESTOS MATERIALES PARA LA SENTENCIA


DE FONDO FAVORABLE
1. LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA......................................................................... 101
1.1. Legitimación en la causa ordinaria............................................................... 101
1.2. Legitimación en la causa extraordinaria....................................................... 102
2. INTERÉS PARA OBRAR EN EL PROCESO......................................................... 104
3. DEBIDA ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES................................................. 106
4. AUSENCIA DE HECHOS CONSTITUTIVOS O NO DE EXCEPCIONES QUE
PONGAN FIN A LA PRETENSIÓN..................................................................... 107

6. PARTES, LITISCONSORTES, OTRAS PARTES Y TERCEROS


EN EL PROCESO
1. PARTE PROCESAL............................................................................................... 109
1.1. Parte litisconsorcial...................................................................................... 109
1.1.1. Clases de litisconsorcio..................................................................... 110
1.1.1.1. Litisconsorcio voluntario, facultativo o útil....................... 110
1.1.1.2. Litisconsorcio necesario, obligatorio o forzoso.................. 111
1.1.1.3. Litisconsorcio cuasi-necesario............................................ 114
2. OTRAS PARTES PROCESALES............................................................................ 115
2.1. Intervención excluyente................................................................................ 115
2.2. Llamamiento en garantía.............................................................................. 116
2.2.1. Denuncia de pleito........................................................................... 117
2.3. Llamamiento al verdadero poseedor o tenedor............................................. 118
3. TERCEROS EN EL PROCESO.............................................................................. 120
3.1. Coadyuvante................................................................................................ 120
3.2. Llamado oficioso.......................................................................................... 121
3.3. Cuadro resumen de otras partes procesales y terceros en el proceso............. 121

7.  PROVIDENCIAS JUDICIALES


1. SENTENCIAS....................................................................................................... 123
2 AUTOS.................................................................................................................. 125

8.  NOTIFICACIÓN DE LAS PROVIDENCIAS JUDICIALES


1. NOTIFICACIÓN PERSONAL.............................................................................. 127
1.1. Formalidades de la notificación personal previstas en el artículo 291 del CGP... 127
1.1.1. Envío de comunicación a la dirección física...................................... 128
1.1.2. Contenido de la comunicación......................................................... 128
1.1.3. Eventos en los que se considera entregada la comunicación............. 128
1.1.4. Práctica de la notificación personal.................................................. 129
1.1.5. ¿Cuándo se entiende que no se pudo hacer la notificación personal?.. 129
1.1.6. Envío comunicación a la dirección electrónica................................. 129
2. NOTIFICACIÓN POR AVISO.............................................................................. 130
2.1. Formalidades de la notificación por aviso previstas en el artículo 292 del CGP. 130
2.1.1. Envío del aviso a la dirección física.................................................. 130
2.1.2. Contenido del aviso......................................................................... 131
12 Índice

2.1.3. ¿Cuándo se entiende surtida la notificación por aviso? .................... 131


2.1.4. Envío del aviso a la dirección electrónica......................................... 131
3. EMPLAZAMIENTO PARA NOTIFICACIÓN PERSONAL.................................. 132
3.1. Contenido del emplazamiento ..................................................................... 133
3.2. Medios en los que se difunde la citación o emplazamiento........................... 133
3.3. ¿Qué contiene la comunicación que se remite al registro nacional de perso-
nas emplazadas?........................................................................................... 133
3.4. ¿Cuándo se entiende surtido el emplazamiento?........................................... 134
3.5. ¿Cuándo procede la designación de curador ad litem?................................. 134
4. NOTIFICACIÓN EN ESTRADOS........................................................................ 134
5. NOTIFICACIÓN POR ESTADO........................................................................... 135
5.1. Formalidades de la notificación por estado................................................... 135
5.1.1. Contenido del estado....................................................................... 135
5.1.2. Inserción y fijación del estado........................................................... 136
6. NOTIFICACIÓN POR CONDUCTA CONCLUYENTE...................................... 136
6.1. Formalidades de la notificación por conducta concluyente........................... 136
6.1.1. Notificación por conducta concluyente en el sistema escrito............. 136
6.1.2. Notificación por conducta concluyente en el sistema oral................. 137

9.  IMPUGNACIÓN DE LAS PROVIDENCIAS JUDICIALES


1. RECURSOS JUDICIALES..................................................................................... 139
1.1. Requisitos generales de los recursos............................................................. 139
1.2. Recursos judiciales ordinarios...................................................................... 140
1.2.1. Recurso ordinario de reposición....................................................... 140
1.2.2. Recurso ordinario de apelación........................................................ 141
1.2.3. Recurso ordinario de súplica............................................................ 142
1.2.4. Recurso ordinario de queja.............................................................. 142
1.3. Recursos judiciales extraordinarios.............................................................. 143
1.3.1. Recurso extraordinario de casación.................................................. 143
1.3.2. Recurso extraordinario de revisión................................................... 144
1.3.3. Recurso extraordinario de anulación................................................ 147
2. TUTELA CONTRA PROVIDENCIAS JUDICIALES............................................. 149
3. NULIDADES PROCESALES................................................................................. 155
3.1. Naturaleza jurídica y estructura de las nulidades.......................................... 157
3.2. Teorías que rigen las nulidades..................................................................... 158
3.3. Nulidades sanables e insanables................................................................... 158
4. COSA JUZGADA: NATURALEZA JURÍDICA, CONCEPTO Y FINALIDAD...... 160
4.1. ¿Existen clases de cosa juzgada?................................................................... 161
4.2. Autos interlocutorios y cosa juzgada............................................................ 162
4.3. La cosa juzgada en el CGP........................................................................... 162
4.4. ¿Sobre quiénes surte efecto la cosa juzgada?................................................. 163
4.5. La cosa juzgada como hecho concomitante y como hecho sobreviniente...... 164
4.6. Diferencias entre cosa juzgada, litigio pendiente y prejudicialidad................ 165
4.7. Limites a la cosa juzgada.............................................................................. 166
4.8. Ejecutoria, cosa juzgada y ejecución............................................................. 166

Bibliografía.................................................................................................................. 169
Convenciones

ART Artículo
CC Código Civil
CPC Constitución Política Colombiana
CADH Convención Americana de Derechos Humanos
CPTSS Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social
CPACA Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso-Admi-
nistrativo
CPP Código de Procedimiento Penal
CGP Código General del Proceso
C de Co Código de Comercio
LEA Ley Estatutaria para la Administración de Justicia
CIA Código de la Infancia y la Adolescencia
Nro. Numeral
SC Sentencia de Control de Constitucionalidad
ST Sentencia de Tutela
SU Sentencia de Unificación de Tutela
1. LA PRETENSIÓN PROCESAL COMO
OBJETO LITIGIOSO

Roma
En Roma las relaciones jurídicas se establecían entre personas en calidad de
libertos o entre cosas cuando el hombre era considerado cosa. El hombre prime-
ro fue objeto y luego sujeto de derecho, en este contexto las relaciones jurídicas
se desenvolvían sobre derechos reales y obligaciones personales (dar, hacer y no
hacer).
En la Roma clásica durante el procedimiento de las acciones de ley, el acreedor
podía apoderarse de la persona del deudor y reducirlo a la esclavitud, es decir,
para esa época los romanos respetaban más la propiedad que el ser humano, así
por ejemplo en lugar de permitir que un hombre fuera despojado de un fundo o
de un caballo, permitían que un hombre libre fuera convertido en esclavo, y luego
el pretor autorizaba al acreedor para venderlo en el mercado.
Así las cosas, en las acciones de ley dominó la venganza privada, se perseguía
el castigo del ofensor por la propia mano del ofendido, limitándose el pretor a
presidir actos para que el lesionado se hiciera justicia por sí mismo, de donde el
objeto litigioso era la satisfacción de la venganza por parte del ofendido.
Siguiendo en la Roma clásica durante el procedimiento el formulario, el objeto
litigioso era el resarcimiento económico. Si alguien era despojado de un caballo o
de un esclavo, no podía aspirar a recuperar el mismo caballo ni el mismo esclavo,
ni siquiera un caballo o un esclavo de la misma calidad o precio, sino el valor que
representara.
En la Roma postclásica, durante el procedimiento extraordinario, bajo el im-
perio de Justiniano, el objeto litigioso es la cosa y no su valor, así por ejemplo se
permitía reivindicar la cosa así haya oposición o resistencia, como lo permite el
derecho procesal moderno.

Italia
Siguiendo los trazos dogmáticos del virtuoso procesalista Francesco Carnelut-
ti, el objeto litigioso es un bien. El conflicto surge porque los bienes son limitados
y los hombres ilimitados, de donde el objeto del conflicto y luego del litigio es un
bien. Mas precisamente los bienes de la vida.
16 Julia Victoria Montaño Bedoya

Alemania
Al decir del gran procesalista Leo Rosenberg, el objeto litigioso es la pretensión
procesal, postura formulada tras la Segunda Guerra Mundial, a mediados del siglo
XX, y vigente hasta nuestros días; entendida ésta, —la pretensión— como “La pe-
tición dirigida a obtener la declaración, susceptible de autoridad de cosa juzgada,
de una consecuencia jurídica, y que es caracterizada por la solicitud presentada,
y en cuanto sea necesario, por el estado de cosas expuesto para fundamentarla”1

1.  LA PRETENSIÓN PROCESAL. CONCEPTO Y ESTRUCTURA


DESDE NORMAS REGLAS Y DESDE NORMAS PRINCIPIOS2
Según el derecho procesal alemán moderno, el objeto del proceso o el objeto
litigioso es la pretensión procesal, la cual a partir de las aportaciones del maestro
Leo Rosenberg, el alemán más destacado en esta temática, y los demás desarrollos
de otros autores alemanes e Italianos, como Stein-Jonas-Schonke para quien la

1
Karl Heinz Sch Wab. El Objeto Litigioso en el proceso civil. Traductor alemán Tomas A. Ban-
zhaf. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América. 1968 p. 39
2
La doctrina procesal europea, de la que derivamos la ciencia del derecho procesal tiene propues-
tas disímiles sobre el concepto y la composición de pretensión, mencionemos por ejemplo algu-
nos procesalistas que sobresalen en el estudio de dicha institución: el italiano Francesco Carnelu-
tti, para quien la pretensión es la exigencia de subordinación de un interés ajeno al interés propio;
mientras que la resistencia es la no adaptación a la subordinación de un interés propio al interés
ajeno. Para llegar a la pretensión se parte de la litis, definida como un conflicto intersubjetivo
de intereses calificado por una pretensión resistida, la cual está compuesta: de dos sujetos, cada
uno de ellos toma el nombre de parte, el objeto que es un bien y la razón, que es su fundamento
según el derecho, es decir la coincidencia entre la pretensión y una relación jurídica. Jaime Guasp
Delgado, español, para quien la pretensión es el objeto del proceso porque engendra el proceso,
lo mantiene funcionalmente con vida, si la pretensión es satisfecha, el proceso ha llegado a su fin.
En cuanto a la estructura de la pretensión, ésta es susceptible de descomponerse en tres grandes
elementos que integran cualquier realidad jurídica: 1) elemento subjetivo, titulares de las conduc-
tas humanas significativas. Sujeto activo pretendiente, que reclama contra alguien para que no
sea una figura lírica. Destinatario, tercero supra ordinado a las partes, tiene por encargo recibir
la pretensión y satisfacerla. Sujeto pasivo, persona frente a quien se formula la pretensión. 2) ele-
mento objetivo, sustrato material sobre el que recaen aquellas conductas, constituido por un bien
de la vida o un bien litigioso apto para satisfacer las necesidades determinables de los sujetos. 3)
actividad, elemento modificativo de la realidad. En definitiva, según Guasp, queda así establecida
que la pretensión procesal, por su estructura, es una declaración de voluntad por lo cual una per-
sona reclama de otra, ante un tercero supraordinado a ambas, un bien de la vida formulando en
torno al mismo una petición fundada, esto es acotada o delimitada, según los acontecimientos de
hecho que expresamente se señalan. No obstante lo cual seguimos los trazos dogmaticos de los
tratadistas Alemanes, por considerar que decantan la doctrina europea y proponen una postura
dogmática que se ajusta a la pragmática procesal de nuestro tiempo.
La pretensión procesal como objeto litigioso 17

pretensión procesal es la “petición del actor de que se pronuncie mediante senten-


cia la consecuencia jurídica de un hecho-tipo (Tatbesttand) material”3. La pode-
mos definir como un acto jurídico o declaración de voluntad emitido por el titular
del derecho sustancial o quien afirma serlo; manifestación de voluntad que asume
la forma de petición de una tutela judicial concreta 1) declaración en cualquiera
de sus modalidades: mero declarativa, constitutiva o de condena, de 2) ejecución
u orden de cumplimiento forzoso de una obligación cierta pero insatisfecha, o de
una 3) cautela o tutela de garantía de cumplimiento efectivo de la sentencia de-
clarativa o ejecutiva; todas las cuales deben estar fundamentadas en hechos tipo.
La pretensión procesal siempre irá contenida en la demanda porque es el con-
tenido esencial de ella o su objeto central. Es decir, la importancia de la demanda
a más de interrumpir el término de prescripción y hacer inoperante el término de
caducidad, radica en contener la pretensión y transportarla hasta el juez; de donde,
demanda y pretensión, aunque están en relación continente-contenido, y ser idén-
ticas por su naturaleza como actos jurídicos, estructural y funcionalmente, son di-
símiles, coincidiendo en ellas únicamente el elemento subjetivo, porque los mismos
sujetos de la demanda lo son de la pretensión. Distan también desde sus efectos,
dado que, el efecto que se persigue con el acto demanda es incoar el proceso.
De este concepto se desprende la estructura de la pretensión, según la cual
está compuesta por un elemento subjetivo trial. Un sujeto activo pretensionante,
o pretensor, persona determinada e individualizada por nombre apellidos e iden-
tificación, quien afirma ser el titular del derecho sustancial violado, cuya tutela
judicial reclama.
Un sujeto pasivo resistente, persona individualizada, determinada o indeter-
minada pero determinable, desde una clase o calidad específica, en los casos pre-
vistos expresamente en la ley4, quien se opone a la pretensión deprecada en su
contra. El sujeto destinatario, juez competente, quien tiene la aptitud legal para
procesar y enjuiciar la pretensión.

3
Karl Heinz Sch Wab. El Objeto Litigioso en el proceso civil. Traducción alemán Tomas A. Ban-
zhaf. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América. 1968 p. 245.
4
En el CGP la demanda se debe dirigir contra personas indeterminadas quienes además deben
ser emplazadas, en los siguientes casos: en los procesos de declaración judicial de pertenencia
(art. 375-CGP), en los procesos de declaración judicial de pertenencia de que trata la Ley 1561
de 2012 (art. 14 ordinal 2), en los procesos de declaración de bienes vacantes y mostrencos
(art. 388 inciso final CGP), cuando se pretenda demandar en proceso declarativo o de ejecu-
ción a los herederos de una persona cuyo proceso de sucesión no se haya iniciado y cuyos nom-
bres se ignoren, la demanda deberá dirigirse indeterminadamente contra todos los que tengan
dicha calidad... (art. 87 CGP). En los procesos de filiación, en los que muerto el presunto padre
la acción de investigación de la paternidad natural podrá adelantarse contra sus herederos y su
cónyuge. Caso en el que los herederos pueden ser indeterminados. (Ley 75 de 1968 art. 7).
18 Julia Victoria Montaño Bedoya

De otro lado, la pretensión está compuesta también por la petición, mas no


toda petición corresponde a una pretensión procesal, pues en estricto sentido la
petición de la pretensión es la consecuencia jurídica de una norma regla, en la que
subyace, expresa o tácitamente una tutela judicial declarativa (merodeclarativa,
constitutiva o de condena) ejecutiva y cautelar. De allí que el objeto de la petición
es la tutela judicial, el pronunciamiento de una sentencia de prestación declarativa
o ejecutiva5 con efectos de cosa juzgada.
En la tutela judicial declarativa o mero declarativa el actor afirma que es titular
de un derecho o que existe una determinada relación, en virtud de lo cual se le
pide al juez que formalice o legalice tal relación fáctica. La relación fenomenológi-
camente existe, pero aún no tiene importancia jurídica, sino hasta tanto el juez, al
constatarla, despliegue su poder judicial, declarando su existencia. Así por ejem-
plo, si al juez se le prueba que Juanito fue concebido por Juan no menos de ciento
ochenta días cabales y ni más de trescientos contados desde la fecha del nacimien-
to (art. 92 CC), el juez declarará en la sentencia a Juan padre extramatrimonial de
Juanito. O el juez al encontrar que María no realizó el hecho punible —homicidio
frente a la persona de Juan—, la absuelve, declaración negativa.
Basta la declaración de la relación jurídica en la sentencia. Las situaciones ju-
rídicas pasivas y activas que se deduzcan de tal relación sustancial, no tienen que
estar contenidas en la sentencia, están consagradas en la ley sustancial y operan
de pleno derecho, así por ejemplo al declararse la relación padre-hijo extramatri-
monial (relación prevista y regulada por la ley sustancial), se derivan los derechos,
obligaciones, deberes y facultades entre otras situaciones jurídicas, que el orde-
namiento jurídico sustancial tiene previsto tanto para el padre como para el hijo.
La sentencia que realiza la tutela declarativa mero-declarativa, produce efectos
ex tunc6 retrotraídos al tiempo de la ocurrencia del hecho, o al origen de la relación
de vida, porque la sentencia no origina la relación, sólo le da importancia jurídica.
En la tutela judicial declarativa constitutiva, el actor reclama a) la extinción o
cesación de efectos de una relación jurídica existente, de un acto jurídico o de una
norma jurídica, o b) la transformación de una relación jurídica concreta, la cual
se fundamenta en un suceso fáctico que, per se, no muta o elimina dicha relación

5
Los doctrinantes alemanes sólo consideraron que el objeto de la petición es la especie de tutela
jurídica declarativa, o sea el pronunciamiento de una sentencia de prestación (condena), decla-
rativa pura o de constitución, no obstante lo cual proponemos incluir también la ejecutiva, por
corresponder también esta tutela a un genuino ejercicio de actividad judicial.
6
La expresión en latín “ex” significa “desde” y el vocablo “ tunc” denota “entonces”, en este
contexto la expresión desde entonces se refiere al momento o al tiempo de ocurrencia de los
hechos. Ver Diccionario Ilustrado Latín. Prólogo de Don Vicente García de Diego. De la RAE.
Barcelona: Vox. 2002
La pretensión procesal como objeto litigioso 19

jurídica, o deja sin efectos el acto, pero si la provoca, de tal manera que la relación
no se modifica, ni se extingue fácticamente y menos aun jurídicamente, con la sola
ocurrencia del hecho.
La sentencia que realiza la tutela judicial constitutiva, declara la transforma-
ción o extinción de la relación jurídica, produciendo efectos ex nunc7,no antes
porque previa la sentencia la relación jurídica es una y otra distinta a partir de la
sentencia. Es decir, que la relación jurídica deja de existir, de tener vida jurídica,
cesa en sus efectos desde la sentencia.
Una de las expresiones de la jurisdicción judicial, en ejercicio de la tutela decla-
rativa constitutiva, es la anulación de actos jurídicos, que no es más que un control
jurídico de normas, normas que están en posiciones jerárquicamente en el ordena-
miento jurídico, donde la inferior debe adecuarse a la superior, es decir, la superior
determina la validez de la inferior; cuando no se adecúa ésta a aquélla, la inferior
debe cesar en sus efectos, siendo el juez el único que puede declarar la anulación,
mas no la nulidad de tal acto, que hasta el momento viene produciendo efectos,
pero no debe seguir produciéndolos, por contrariar el sistema jurídico normativo.
Las leyes, los actos administrativos, los contratos, en general las normas jurídicas
pueden ser nulos o anulables, si son anulables, existen y son válidos, se presumen
válidos hasta que se declare judicialmente lo contrario; la declaración de anulación
no es una declaración de existencia del acto sino de cesación de sus efectos.
Si el acto es nulo, no produce efecto alguno y su formalización entraña la tutela
mero-declarativa; pero si es anulable, los efectos de dicho acto sólo se detienen
con la declaración de anulación. En ejercicio de la tutela declarativa constitutiva
¿cómo borrar o desconocer hacia el pasado los efectos jurídicos que el acto, pre-
sumiblemente válido, produjo?
Un juez constitucional, en ejercicio del control constitucional, equivale a un
juez civil o administrativo al desplegar la tutela declarativa de anulación. El juez
civil controla la norma —contrato frente a la norma ley— ley civil; el juez ad-
ministrativo controla la norma —acto administrativo frente a la norma— ley
administrativa; el juez constitucional controla la norma —ley referida a cualquier
materia, frente a la constitución política o nacional—, todo ello cuando se pide la
tutela judicial declarativa constitutiva de anulación, llamada en Colombia acción
(que debe ser pretensión) de inconstitucionalidad o inexequibilidad, anulación o
ilegitimidad, siguiendo la expresión de los Italianos.

7
La expresión en latín “ex” significa “desde” y el vocablo “nunc” denota “ahora”, en este con-
texto la expresión desde ahora se refiere al momento de la sentencia. Ver: Diccionario Ilustrado
Latín. Prólogo de Don Vicente García de Diego. De la RAE. Barcelona: Vox. 2002
20 Julia Victoria Montaño Bedoya

Si no se declara la anulación del contrato, del acto administrativo, ni de la ley, se


define la apariencia de validez que recae sobre dichos actos, pues el juez, al no reali-
zar la tutela judicial declarativa constitutiva, ratifica la validez normativa, mas, si la
realiza, rompe la presunción de validez, desterrando dichos actos del sistema jurídico
normativo, con efectos ex nunc, pues las especies normativas que no sean encontradas
válidas, no pueden seguir formando parte del panorama jurídico normativo.
El control de la validez de cualquier especie normativa, incluyendo la ley, en
despliegue judicial, no desconoce la dimensión subjetiva trial del ejercicio de la
función judicial, el actor: parte contratante, será quien pida la anulación del con-
trato; el administrado, la del acto administrativo; y cualquier persona la del acto
ley. El sujeto pasivo será la parte contratante; la autoridad administrativa o la au-
toridad legislativa; y el sujeto supra-partes será el juez en concreto, es decir, el juez
civil, el juez administrativo y el juez constitucional. El primero controlará actos
privados; y los segundos, actos públicos, originándose la competencia objetiva en
el acto que controla: el acto contrato, el acto administrativo o el acto ley.
En la tutela judicial declarativa de condena o de prestación, el actor reclama una
prestación de dar, hacer o no hacer como contenido de una obligación, la cual surge
a partir de su imposición en la sentencia, previa comprobación de un acto o de un
hecho calificado por la ley como originario de obligaciones. Se requiere la declara-
ción del juez, previo el acto o el hecho que por sí solo no crea la obligación, pero
si tiene la vocación de generarla como un hecho dañoso o una hipótesis delictiva.
Los efectos de la sentencia que realiza la tutela de condena son ex nunc (expli-
cado en nota anterior), en virtud del cual la obligación sólo tiene vida desde que
se impone, y esto sólo se da a partir de la sentencia.
La sentencia que realiza la tutela declarativa merodeclarativa y constitutiva se
cumple sin que medie la voluntad del vencido, pues bastan actos registrales que
realiza la parte airosa con el ejercicio concreto de la jurisdicción, los cuales se surten
en oficinas de registro de instrumentos públicos y en oficinas notariales, entre otras.
La sentencia que realiza la tutela declarativa de condena se cumple 1) volunta-
riamente por el vencido o 2) forzosamente, a través de la tutela ejecutiva.
En la tutela judicial ejecutiva el juez emite contra una persona determinada e
individualizada, una orden de cumplimiento forzoso de una obligación, siendo su
presupuesto la existencia de una obligación indudable, pero desatendida, conte-
nida en un documento privado como un contrato o un título valor o reconocida
expresamente por el deudor.
Adicionalmente, la obligación objeto de ejecución puede originarse en la ley, en
un acto administrativo o en una sentencia declarativa de condena no cumplida vo-
luntariamente por el condenado, es decir luego de reclamarse el ejercicio de la tutela
La pretensión procesal como objeto litigioso 21

declarativa de condena, si el actor obtiene del juez la declaración de la prestación en


su favor, deberá reclamar la tutela ejecutiva, si la prestación debida no se satisface
por el deudor. Esto es, si el deudor no cumple voluntariamente con la obligación,
contenida en un documento público o privado que se erige en título ejecutivo, se le
ejecuta, es decir el acreedor puede exigir la ejecución forzada de la obligación.
…¿Cuál es la conducta que debe realizar el deudor? No existen sino tres posibilida-
des: dar, hacer o no hacer. Las demás son variaciones de éstas. La fuente de la obliga-
ción nos dirá cuál es el objeto de la prestación:(a) para que sea de dar, necesariamente
debe transferirse el derecho real sobre una cosa; por eso no se puede ejecutar —in
natura— por una obligación de dar si el deudor no puede hacer tradición válida (C.C.,
arts. 740,752 y 1633); (b) será de hacer, cuando deba ejecutarse un hecho que para
nada involucre la tradición del derecho; por ejemplo, construir una casa, elaborar una
escultura o firmar un documento, pero también será de hacer la obligación de entregar
—no dar— un bien o restituirlo, y (c) la de no hacer consiste en un deber de abstención;
aunque el deudor quiera hacer algo, no puede hacerlo, porque su interés fue refrenado
por la apetencia o el egoísmo del acreedor8.
La responsabilidad del deudor ya no compromete, como en el derecho romano
clásico, su persona, ni su libertad, sino su patrimonio.
El acreedor titular del derecho, frente a una obligación insatisfecha, debe poner
en conocimiento del Estado, poder judicial, el incumplimiento de la obligación
desde su específica prestación debida y para provocar la tutela judicial ejecutiva,
deberá presentar una demanda a la que debe anexar un documento cualificado o
título ejecutivo (sentencia de condena, contrato, acto administrativo u otro acto
público o privado, como un título valor o un auto de un juez, que contenga tal
obligación clara, expresa y exigible); lo que nos lleva a afirmar que, por regla ge-
neral, dicha tutela es rogada, tinte dispositivo que corresponde a los procesos que
procesan derechos disponibles, que son los que suele generar esta tutela.
Excepcionalmente, la tutela judicial ejecutiva es oficiosa, como en el caso de la
ejecución de la sentencia declarativa penal, y en el evento de la jurisdicción coactiva.
En síntesis, cada una de dichas tutelas declarativa y ejecutiva, en ocasiones,
se ponen en movimiento por impulso público (no judicial) o privado, según que
se adopte el principio inquisitivo o dispositivo, coincidente con la naturaleza del
derecho sustancial por procesar.
En la tutela judicial cautelar el pretensionante en sede declarativa o ejecutiva, al
mismo tiempo pero en un escrito diferente a la demanda, pide al juez la cautela o
garantía de cumplimiento de la sentencia en caso de acoger la pretensión declarati-

8
Álvarez Gómez, Marco Antonio. Ensayos sobre el código general del proceso. 1ª ed. Bogotá:
Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Ciencias Jurídicas: Editorial Temis, 2014. Colec-
ción Debates (Pontificia Universidad Javeriana). Serie reflexiones normativas; no. 3) p. 23.
22 Julia Victoria Montaño Bedoya

va o ejecutiva; en la pretensión cautelar los sujetos serán los mismos de la declara-


tiva o ejecutiva, cambiando si la causa petendi fáctica y jurídica, pues estos hechos
siempre estarán relacionados con los hechos de aquéllas, pero corresponderán a
supuestos fácticos de normas cuya consecuencia jurídica recae sobre los bienes o
sobre las personas implicadas en las pretensiones; así por ejemplo, si en la petición
de la pretensión se reclama un derecho real como la reivindicación sobre el bien
inmueble X, la cautela será la inscripción de la demanda sobre el bien inmueble X.
Excepcionalmente, la pretensión cautelar será autónoma, es decir no requie-
re simultáneamente la formulación de la pretensión declarativa o ejecutiva; por
ejemplo, la persona víctima de violencia intrafamiliar podrá acudir directamente
a la autoridad competente y pedir que adopte en su favor una cautela o medida
de protección (como el alejamiento del agresor, fijación de alimentos, acompaña-
miento de la policía, entre otras...), con fundamento en el hecho constitutivo de la
violencia, sin que se le exija a la víctima formular al mismo tiempo la pretensión
declarativa de divorcio, o la pretensión ejecutiva por alimentos, e incluso la de-
nuncia por el delito de violencia intrafamiliar, para que con dicha noticia criminal,
el estado fiscal formule la pretensión punitiva.
La causa petendi también integra la pretensión procesal, elemento fundacional
según Rosenberg, o razón de la pretensión al decir de Carnelutti, la cual se divide
en causa petendi fáctica9, acontecimientos fenomenológicos, hechos de la vida pa-
sados o que aún están pasando o acaeciendo, pero que además tengan relevancia
jurídica, lo que constituye la causa petendi jurídica, es decir, que guarden coinci-
dencia con el supuesto jurídico de la norma regla cuya consecuencia jurídica se le
reclama al juez en sede de petición (elemento anterior).
Al abogado encargado de individualizar la pretensión le llega un universo de
hechos, de los cuales éste debe sólo tomar los hechos tipo o jurídicamente rele-
vantes. El parámetro que le permite establecer al abogado qué parte de los hechos
es relevante jurídicamente, lo precisa el mismo ordenamiento jurídico, pues sólo
los hechos que encajen en el supuesto normativo de la respectiva norma jurídica,
cuya consecuencia jurídica es la que se le pide al juez que materialice en la sen-

9
El maestro Leo Rosenberg presentó varias versiones del concepto de pretensión, en las diferen-
tes ediciones que publicó sobre el objeto litigioso. En las ediciones, primera a tercera, consideró
que era indispensable el estado de cosas más la petición o solicitud. En la cuarta edición, sólo
en cuanto sea necesario por el estado de cosas y en su última edición prescindió del estado de
cosas, según la clase de pretensión de que se trate y la exigencia del ordenamiento procesal en
un estado tiempo. Pero siempre estuvo presente en el concepto de pretensión el elemento peti-
ción o solicitud. Lo cual se analizará mejor a continuación, cuando se traten las teorías sobre
la individualización de la pretensión.
La pretensión procesal como objeto litigioso 23

tencia desde una tutela judicial concreta, serán los que le permitan individualizar
científicamente la pretensión.
De lo anterior se colige que la causa petendi jurídica es más que la mención de
una norma jurídica, pues es la debida adecuación típica, es decir, la declaración o
ejecución se pide con fundamento en el estado de cosas o hechos vivos o vivientes,
pero exclusivamente en los que el legislador considera como capaces de producir
dicha consecuencia jurídica en la misma norma jurídica.
Este último elemento estructural de la pretensión configura lo que desde el
constitucionalismo conocemos como la garantía judicial de la legalidad (núcleo
del debido proceso), en su manifestación legalidad sustancial o tipicidad de la
pretensión, que corresponde a la expresión:

Artículo 29 CPC y artículo 8 CADH


Nadie puede ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes
al acto que se le imputa

Si la petición de la pretensión procesal no se fundamenta en normas reglas,


según el esquema antes planteado, sino en normas principios, caracterizados por
ser de estructura abierta y estar consagrados en las constituciones y en tratados
internacionales de derechos humanos, como la igualdad, que goza también del
estatus de derecho fundamental, al ser aplicados de manera general previa inter-
pretación en la sentencia, el juez constitucional crea o construye a partir de ellas,
una regla de derecho que sirve para resolver casos concretos futuros a partir de
hechos semejantes. Es posible, por tanto, predicar que la pretensión también se
puede fundamentar en principios, caso en el cual la adecuación típica se hace con
una regla del juez constitucional creada en una sentencia de la misma naturaleza,
de donde a los hechos similares a los tenidos en cuenta en la sentencia se les reco-
nocerá judicialmente el mismo derecho o la misma regla de derecho (téngase por
consecuencia jurídica) diseñada en tal providencia judicial constitucional10.
Por ejemplo, la Corte Constitucional colombiana, al resolver sobre la demanda
de inconstitucionalidad propuesta contra el artículo primero de la Ley 54 de 1990
—por la cual se definen las uniones maritales de hecho y régimen patrimonial entre
compañeros permanentes—, por considerarse que la expresión hombre y mujer era
lesiva del derecho a la dignidad humana y a la igualdad consagrado en el preámbulo
y artículos 1 y 13 de la CPC, profirió la sentencia C-075 de 2007, creando la regla

10
Caso típico de las sentencias interpretativas que profiere la Corte Constitucional colombiana,
en desarrollo de la teoría de la modulación.
24 Julia Victoria Montaño Bedoya

según la cual el régimen de protección previsto en la Ley 54 de 1990 también se aplica


a parejas homosexuales, luego entonces, con posterioridad a dicho pronunciamiento,
una pareja del mismo sexo al acudir al juez de familia puede pedir la declaración de
la unión marital de hecho y, como consecuencia, la declaración de la conformación de
la sociedad patrimonial, con fundamento en dicha sentencia y fundada fácticamente
en los mismos hechos tipo previstos para parejas heterosexuales, esto es convivencia
singular, exclusiva e ininterrumpida por un lapso no inferior a dos años.

2.  LA INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PRETENSIÓN.


DOCTRINA Y REGULACIÓN LEGAL EN COLOMBIA
La pretensión procesal siempre estará compuesta por el elemento subjetivo, obje-
tivo y causal, con los alcances anteriormente expuestos. Lo que la doctrina alemana
cuestiona o problematiza es el rol o el papel que cumple el pretensionante y el juez,
al momento de la individualización de la pretensión; es decir, la exigencia legal que
se le hace a uno u otro en la estructuración de la pretensión, en punto a establecer si
es necesario o no que el pretensionante le lleve los hechos al juez, con su respectiva
calificación jurídica, o cuál de estos elementos debe ser acotado por el juez.

2.1.  Teoría de la petición


La doctrina alemana coincide en que el objeto litigioso está formado por la
petición o la solicitud, especialmente en las pretensiones declarativas merodecla-
rativas, en las que se declara un derecho o una relación jurídica. Recordemos que
el maestro Leo Rosenberg definió la pretensión como:
“La petición dirigida a obtener la declaración, susceptible de autoridad de cosa juz-
gada, de una consecuencia jurídica, y que es caracterizada por la solicitud presentada, y
en cuanto sea necesario, por el estado de cosas expuesto para fundamentarla”11 (negrilla
extra texto).
De la anterior definición se desprende el interrogante ¿en qué casos no es nece-
sario el estado de cosas? Respondiendo el mismo Rosenberg:
No la necesita en las acciones de declaración de un derecho o de una relación jurídi-
ca… Las acciones de declaración tienen generalmente por objeto la existencia o inexis-
tencia de una relación jurídica, de la propiedad u otro derecho real, del matrimonio o de
una paternidad o filiación, de una relación obligacional, tales como un arrendamiento
urbano o rural y otras semejantes. Esta relación jurídica estará ya suficientemente indi-

11
Karl Heinz Sc h wab. El Objeto Litigioso en el proceso civil. Trd. Alemán Tomas A. Banzhaf.
Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América.1968 p. 39
La pretensión procesal como objeto litigioso 25

vidualizada por la afirmación del derecho presentada en la solicitud, y no necesita una


mayor fundamentación por medio de hechos12.
A partir de la cuarta edición de su tratado, el objeto litigioso tampoco requiere
ser individualizado por el estado de cosas en las pretensiones de condena (pres-
tación) y tampoco en las de constitución, si se ha presentado una sola solicitud13.
A esta teoría se adscriben también el alemán Nikisch, cuando afirma que el
contenido del objeto litigioso está determinado por el estado de cosas y la soli-
citud, pero en las pretensiones de declaración de un derecho o de una relación
jurídica por la solicitud únicamente14; y Schwab para quien la pretensión proce-
sal, como objeto del litigio, se halla representada por la solicitud: “El prozessuale
anspruch (pretensión procesal) se convierte en el antrag (solicitud), que hemos
distinguido del begehren (petición)”15.
Lo anterior coincide con las normas a cuya consecuencia jurídica sólo corres-
ponde un solo estado de cosas, así por ejemplo en materia de filiación en Colom-
bia, bastaría con que el pretensionante (presunto hijo) pida contra el presunto
padre, la declaración de filiación o paternidad, sin que sea necesario una mayor
fundamentación por medio de hechos, toda vez que el artículo 92 del CC le asigna
a dicha consecuencia jurídica (la filiación), los hechos de la concepción ocurrida
entre los ciento ochenta y los trescientos días cabales contados desde la fecha del
nacimiento del hijo. El juez conocedor del ordenamiento jurídico, sabe que a di-
cha consecuencia jurídica, sólo corresponden los supuestos de hechos precitados,
que de aparecer probados, y no desvirtuados por excepciones de mérito, el juez
deberá merodeclarar la filiación extramatrimonial en la sentencia. No obstante
lo cual, el artículo 82 del CGP, exige, sin distinguir según la clase de pretensión,
que ésta la individualice el pretensionante en la demanda desde los sujetos activo
y pasivo (numeral 2), la petición (numeral 4), y la causa petendi no sólo fáctica
(numeral 5), sino también jurídica (numeral 8).

2.2.  Teoría de la petición fundada16


En las ediciones primera, segunda y tercera de su tratado, el maestro Rosen-
berg, precisó que el objeto litigioso se determina, siempre, por el estado de cosas
además de la solicitud a excepción de la declaración de un derecho o de una rela-
ción jurídica cuyo centro de gravedad está colocado en la solicitud, no ocupando

12
Ibíd. p.42
13
Ibíd.
14
Ibíd. p. 62
15
Ibíd. p. XI
16
Conocida también con el nombre de la teoría de la sustanciación fáctica.
26 Julia Victoria Montaño Bedoya

el estado de cosas un papel decisivo en la determinación del objeto litigioso.“Se-


gún Stein-Jones-Schonke, el objeto litigioso consiste, también en este tipo de ac-
ciones, sean positivas o negativas, en la solicitud y el estado de cosas17”, regla que
según este autor no es excepcionada.
Esta teoría tiene plena aplicación en materias como la civil, penal, comercial,
entre otras, en las que a diversas normas reglas sustanciales, con supuestos nor-
mativos diferentes, el legislador le asigna la misma consecuencia jurídica, siendo
necesario, a la hora de individualizar la pretensión, no sólo formular la petición,
sino además el estado de cosas, para que el juez pueda hacer la calificación jurídi-
ca adecuadamente, so pena de incurrir en errores de adecuación típica.
Así por ejemplo, si se pide la condena al pago de una indemnización, no siendo
necesario el estado de cosas, se corre el riesgo de que el juez le atribuya esta con-
secuencia jurídica a un supuesto que no corresponde con el estado de cosas que
efectivamente ocurrió, o acaeció en el mundo real.

2.3.  Teoría de la petición fundada típica


Es la teoría que expone Stein-Jonás-Schonke cuando afirma que el objeto liti-
gioso es:
La petición del actor de que se pronuncie mediante sentencia la consecuencia jurídi-
ca de un hecho-tipo material… El actor no debe contentarse, por supuesto, con alegar el
estado de cosas, sino que debe presentar una solicitud de la cual resulte la consecuencia
jurídica peticionada. Ambos, el estado de cosas y la solicitud, son necesarios en todo
caso para establecer el objeto litigioso18.
Según este autor, en las pretensiones de declaración de un derecho o de una
relación jurídica, sean positivas o negativas, el objeto litigioso consiste en la soli-
citud y el estado de cosas, no admitiéndose excepciones a esta regla.
En esta teoría la tarea del juez consiste en procesar y enjuiciar la pretensión, veri-
ficando que el estado de cosas o el hecho afirmado sea tipo, esto es, que encaje en el
supuesto de la norma cuya consecuencia se le pide realice en la sentencia. Es decir, el
juez está llamado a hacer la declaración o ejecución pedida en la sentencia, aplican-
do la norma desde la calificación jurídica que corresponda. Es la teoría que mayo-
ritariamente acoge la legislación procesal colombiana en las distintas materias, así:

17
Karl Heinz Schwab. El Objeto Litigioso en el proceso civil. Trd. alemán Tomas A. Banzhaf.
Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América.1968 p. 63
18
Ibíd., p. 73
Requisitos formales
CGP CPTSS CPACA CPP
Ley 1564 de 2012 Ley 2158 de 1948 Ley1437 de 2011Art. 162 Ley 906de 2004
Art 82 Art. 25 Arts. 336, 337

Requisitos de la demanda. Salvo dis- Forma y requisitos de la demanda. La Contenido de la demanda.  Toda de- Artículo 336. Presentación de la acusación.
posición en contrario, la demanda con demanda deberá contener: manda deberá dirigirse a quien sea El fiscal presentará el escrito de acusación
que se promueva todo proceso deberá 1. La designación del juez a quien se competente y contendrá: ante el juez competente para adelantar el
reunir los siguientes requisitos: dirige. 1. La designación de las partes y de sus juicio cuando de los elementos materiales
1. La designación del juez a quien se representantes. probatorios, evidencia física o información
2. El nombre de las partes y el de su
dirija. legalmente obtenida, se
representante, si aquéllas no compa- 2. Lo que se pretenda, expresado con
2. El nombre y domicilio de las partes recen o no pueden comparecer por precisión y claridad. Las varias pre- pueda afirmar, con probabilidad de verdad,
y, si no pueden comparecer por sí sí mismas. tensiones se formularán por separa- que la conducta delictiva existió y que el
mismas, los de sus representantes do, con observancia de lo dispuesto imputado es su autor o partícipe.
legales. Se deberá indicar el número 3. El domicilio y la dirección de las
partes, y si se ignora la del deman- en este mismo Código para la acu- Artículo 337. Contenido de la acusación y
de identificación del demandante y mulación de pretensiones. documentos anexos.  El escrito de acusa-
de su representante y el de los de- dado o la de su representante si
mandados si se conoce. Tratándose fuere el caso, se indicará esta cir- 3. Los hechos y omisiones que sirvan ción deberá contener:
de personas jurídicas o de patrimo- cunstancia bajo juramento que se de fundamento a las pretensiones, 1. La individualización concreta de quié-
nios autónomos será el número de entenderá prestado con la presenta- debidamente determinados, clasifi- nes son acusados, incluyendo su nom-
identificación tributaria (NIT). ción de la demanda. cados y numerados. bre, los datos que sirvan para identifi-
3. El nombre del apoderado judicial 4. El nombre, domicilio y dirección del 4. Los fundamentos de derecho de las carlo y el domicilio de citaciones.
del demandante, si fuere el caso. apoderado judicial del demandante, pretensiones. Cuando se trate de la 2. Una relación clara y sucinta de los he-
si fuere el caso. impugnación de un acto administra- chos jurídicamente relevantes, en un
La pretensión procesal como objeto litigioso

4. Lo que se pretenda, expresado con


precisión y claridad. 5. La indicación de la clase de proceso. tivo deberán indicarse las normas lenguaje comprensible.
violadas y explicarse el concepto de 3. El nombre y lugar de citación del abo-
5. Los hechos que le sirven de funda- 6. Lo que se pretenda, expresado con
su violación. gado de confianza o, en su defecto, del
mento a las pretensiones, debida- precisión y claridad. Las varias pre-
mente determinados, clasificados y tensiones se formularán por separa- 5. La petición de las pruebas que el de- que le designe el Sistema Nacional de
numerados. do. mandante pretende hacer valer. En Defensoría Pública.
6. La petición de las pruebas que se pre- todo caso, éste deberá aportar todas 4. La relación de los bienes y recursos
7. Los hechos y omisiones que sirvan
tenda hacer valer, con indicación de las documentales que se encuentren afectados con fines de comiso.
de fundamento a las pretensiones,
los documentos que el demandado en su poder.
clasificados y enumerados.
tiene en su poder, para que los aporte.
27
Requisitos formales 28
7. El juramento estimatorio, cuando 8. Los fundamentos y razones de de- 6. La estimación razonada de la cuan- 5. El descubrimiento de las pruebas. Pa-
sea necesario. recho. tía, cuando sea necesaria para deter- ra este efecto se presentará documento
8. Los fundamentos de derecho. 9. La petición en forma individuali- minar la competencia. anexo que deberá contener:
9. La cuantía del proceso, cuando su zada y concreta de los medios de 7. El lugar y dirección donde las partes a) Los hechos que no requieren prue-
estimación sea necesaria para deter- prueba, y y el apoderado de quien demanda ba.
minar la competencia o el trámite. 10. La cuantía, cuando su estimación recibirán las notificaciones persona- b) La trascripción de las pruebas an-
sea necesaria para fijar la compe- les. Para tal efecto, podrán indicar ticipadas que se quieran aducir al
10. El lugar, la dirección física y elec-
tencia. también su dirección electrónica. juicio, siempre y cuando su práctica
trónica que tengan o estén obliga-
dos a llevar, donde las partes, sus Cuando la parte pueda litigar en causa no pueda repetirse en el mismo.
representantes y el apoderado del propia, no será necesario el requisito c) El nombre, dirección y datos perso-
demandante recibirán notificacio- previsto en el numeral octavo. nales de los testigos o peritos cuya
nes personales. declaración se solicite en el juicio.
11. Los demás que exija la ley. d) Los documentos, objetos u otros
Parágrafo 1º Cuando se desconozca el elementos que quieran aducirse,
domicilio del demandado o el de su re- junto con los respectivos testigos de
presentante legal, o el lugar donde estos acreditación.
recibirán notificaciones, se deberá ex- e) La indicación de los testigos o peri-
presar esa circunstancia. tos de descargo indicando su nom-
Parágrafo Segundo.  Las demandas que bre, dirección y datos personales.
Julia Victoria Montaño Bedoya

se presenten en mensaje de datos no f) Los demás elementos favorables al


requerirán de la firma digital definida acusado en poder de la Fiscalía.
por la Ley 527 de 1999. En estos casos, g) Las declaraciones o deposiciones.
bastará que el suscriptor se identifique
La Fiscalía solamente entregará copia del
con su nombre y documento de identifi-
escrito de acusación con destino al acusa-
cación en el mensaje de datos.
do, al Ministerio Público y a las víctimas,
con fines únicos de información.
Comentarios: La pretensión procesal Comentarios: La pretensión procesal Comentarios: La pretensión procesal Comentarios: La pretensión procesal penal
civil , familia, agraria y mercantil debe- laboral deberá individualizarse desde administrativa deberá individualizarse deberá individualizarse desde los siguientes
rán individualizarse desde los siguientes los siguientes elementos: desde los siguientes elementos: elementos:
elementos:
Requisitos formales
El sujeto activo y pasivo corresponde a El sujeto activo y pasivo corresponde a Los sujetos activo y pasivo están previs- El sujeto activo (fiscal) y el sujeto destina-
los numerales 2 y 3 los numerales 2, 3 y 4 tos en el numeral primero. tario (juez) están previstos en el artículo
El sujeto destinatario: Numeral 1. El sujeto destinatario: Numeral 1. El sujeto destinatario: inciso inicial. 336.
El sujeto pasivo (acusado) lo encontramos
en el Numeral 1.
El petitum está plasmado en el numeral El petitum está plasmado en el numeral El petitum aparece consagrado en el El petitum, el estado de cosas o los hechos,
4, bajo la expresión “lo que se preten- 6, bajo la expresión “lo que se preten- numeral segundo bajo la expresión “lo y la causa petendi jurídica, se exigen en
da”. Que ha dado lugar a que se con- da”. Que ha dado lugar a que se con- que se pretenda”. Se itera, expresión el numeral 2, bajo la expresión “relación
funda petición con pretensión, lo cual funda petición con pretensión, lo cual confusa, que tiende a confundir peti- clara y sucinta de los hechos jurídicamente
difieren según lo expuesto teóricamente difieren según lo expuesto teóricamente ción con pretensión. relevantes”, lo cual implica hacer la califi-
con antelación. con antelación. cación jurìdica desde los dispositivos am-
plificadores del tipo (subraya extra texto)
Expresión que confirma la adopción es esta
área de la teoría de la imputación jurídica.
El estado de cosas o los hechos fun- El estado de cosas o los hechos fundan- El estado de cosas o los hechos fun-
dantes de la petición de la pretensión, tes de la petición de la pretensión, está dantes de la petición de la pretensión,
está previsto en el Nro. 5. El que estén previsto en el Nro. 7 está previsto en el Nro. 3 El que estén
debidamente determinados, clasificados El que estén debidamente determina- debidamente determinados, clasificados
y numerados, corresponde a la exigen- dos, clasificados y numerados, corres- y numerados, corresponde a la exigen-
cia de estar descritos en condiciones de ponde a la exigencia de estar descritos cia de estar descritos en condiciones de
modo tiempo y lugar según el aconteci- en condiciones de modo tiempo y lugar modo tiempo y lugar según el aconteci-
miento real y la exigencia del supuesto según el acontecimiento real y la exi- miento real y la exigencia del supuesto
La pretensión procesal como objeto litigioso

normativo. gencia del supuesto normativo. Los he- normativo. Los hechos incluyen omisio-
chos incluyen omisiones, lo cual en esta nes, lo cual en esta materia se establece
materia se establece expresamente. expresamente.

La causa petendi jurídica está consagra- La causa petendi jurídica está consagra- La causa petendi jurídica está consagra-
da en el numeral 8, bajo la expresión da en el numeral 8, bajo la expresión da en el numeral 4, bajo la expresión
“los fundamentos de derecho”. “los fundamentos de derecho”. Requi- “los fundamentos de derecho”. Impo-
sito que no se exige cuando la parte niendo una exigencia mayor si se pide
puede litigar en causa propia, que en la- en la pretensión la nulidad de un acto
boral correspondería a los procesos de administrativo, caso en el cual el pre-
29
Requisitos formales 30
Los demás, son requisitos formales de la única instancia, lo que significa que en tensionante debe indicar la norma vio-
demanda mas no elementos individuali- estos eventos en materia laboral rige la lada y explicar el concepto de violación.
zantes de la pretensión. teoría de la sustanciación fáctica. Los demás son requisitos formales de la
Los demás son requisitos formales de la demanda mas no elementos individuali-
demanda mas no elementos individuali- zantes de la pretensión.
zantes de la pretensión.

Fuente: Elaboración propia, desde la dogmatica Alemana y la sistemática de las normas que consagran
los requisitos formales de la demanda en la legislación colombiana.
Julia Victoria Montaño Bedoya
La pretensión procesal como objeto litigioso 31

Si bien en Colombia rige la teoría de la imputación jurídica, porque todas las


normas procesales le exigen al pretensionante indicar los hechos y los fundamen-
tos de derecho, es importante aclarar que, de conformidad con el principio iura
novit curia, corresponde al juez la aplicación del derecho con prescindencia del
invocado por las partes, pues es deber del juez la determinación correcta del de-
recho. “debiendo discernir los conflictos litigiosos y dirimirlos según el derecho
vigente, calificando autónomamente, la realidad del hecho y subsumiéndolo en
las normas jurídicas que lo rigen”19. Principio que no habilita al juez a efectuar
interpretaciones más allá de lo probado por las partes, pues también debe respetar
el principio de la congruencia.
Lo anterior significa que, frente a la individualización de la pretensión, el juez
tiene la tarea de precisar el derecho o los fundamentos de derecho que correspon-
dan a los hechos narrados y probados por las partes, cuando el actor incurre en
deficiencias en la formulación de la petición o en la consecuencia jurídica de la
norma a aplicar, lo cual consigue el juez cumpliendo con el deber de interpretar la
demanda, previsto en el art. 42-5 del CGP.
En consecuencia, el principio iura novit curia evita que el juez quede atrapado en
los errores propuestos por las partes fundados en las normas desajustadas con la causa,
pues al fallador le corresponde aplicar las normas jurídicas con prescindencia de los
fundamentos que las partes enuncien, sin que pueda modificar el encuadre fáctico pro-
veniente de la litis20.
La Corte Suprema de justicia se ha pronunciado, en este mismo sentido:
(...) el Juzgador al definir el alcance de una demanda a fin de poder determinar el
curso del litigio y la solución del mismo, está limitado únicamente a no variar la causa
petendi, pero no así el derecho aplicable al juicio la denominación a la acción o tipo de
responsabilidad, dado que en virtud del principio iura novit curia las partes no tienen la
carga de probar el derecho, salvo contadas excepciones como cuando se trata de dere-
cho extranjero o consuetudinario.
(...) La Corte indicó que, «en razón del postulado “da mihi factum et dabo tibi ius” los
jueces no quedan sujetos a las alegaciones o fundamentos jurídicos expresados por el
actor, porque lo que delimita la acción y constituye la causa petendi no es la fundamen-
tación jurídica señalada en la demanda —la cual puede ser muy sucinta y no tiene que
coincidir con lo que el funcionario judicial considere que es el derecho aplicable al ca-
so—, sino la cuestión de hecho que se somete a la consideración del órgano judicial21.

19
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-851. Expediente T-2700.081 (28-octubre-2010).
pág. 21 MP Humberto Antonio Sierra Porto.
Disponible en: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2010/t-851-10.htm).
20
Ibíd. pág. 23
21
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia C 13630 Rad. 2009-00042-01
(7-octubre- 2015). pág. 49. MP Ariel Salazar Ramírez. {en línea}.
Disponible en : www.ramajudicial.gov.co
32 Julia Victoria Montaño Bedoya

Así pues, la postulación del tipo de acción que rige el caso y la identificación
de la correspondiente norma sustancial que ha de tomarse en cuenta para solu-
cionar la controversia jurídica (que presupone necesariamente la interpretación
de la demanda), son actos obligatorios que han de realizar los jueces, pues son
de su exclusiva competencia, tal como lo ha explicado la doctrina académica y la
jurisprudencia de esta Corte. Al respecto, esta Corporación, en sentencia N° 208
de 31 de octubre de 2001, expediente 5906, indicó:
(…) el juez debe interpretar la demanda en su conjunto, con criterio jurídico, pero
no mecánico, auscultando en la causa para pedir su verdadero sentido y alcance, sin
limitarse a un entendimiento literal, porque debe trascenderse su misma redacción, pa-
ra descubrir su naturaleza y esencia, y así por contera superar la indebida calificación
jurídica que eventualmente le haya dado la propia parte demandante. Tales hechos, ha
dicho la Corte, “son los que sirven de fundamento al derecho invocado y es sobre la
comprobación de su existencia y de las circunstancias que los informan sobre que habrá
de rodar la controversia”(Sentencia de 2 de diciembre de 1941).
Si están probados los hechos, anotó en otra ocasión: “Incumbe al juez califi-
carlos en la sentencia y proveer de conformidad, no obstante los errores de las
súplicas: da mihi factum, dabo tibi ius”22
A propósito de la responsabilidad contractual y extracontractual nuestro
máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria, en otro momento consideró:
No se trata de restringir o menoscabar las potestades hermenéuticas del juzgador, ni
mucho menos que al conjuro de un determinado vocablo utilizado por el actor, quede
irremediablemente ligado a esa expresión. Por el contrario, ya se ha recalcado, y nueva-
mente se enfatiza, que el juez tiene el deber de desentrañar el verdadero y más equitativo
sentido de la demanda, por supuesto, sin distorsionarla, labor en cuya realización puede
acontecer que el demandante, descuidada o ambiguamente sitúe su petición en el ám-
bito de la responsabilidad extracontractual, pero al exponer el objeto de su reclamación
o la causa para expedir evidencie con nitidez lo contrario, es decir que su pedimento
se afinca en la responsabilidad derivada del incumplimiento negocial, pues en esa hi-
pótesis deberá el juzgador emprender el ejercicio intelectivo pertinente, enderezado a
establecer el genuino sentido de dicho libelo, sin que necesaria e ineludiblemente deba
atenerse a la denominación que al desgaire le hubiere imprimido el accionante. Otro
tanto ocurrirá en la hipótesis antagónica.
En fin, lo que aquí se quiere significar es que cuando el actor ha explicitado de ma-
nera unívoca y contundente la especie de responsabilidad que quiere hacer valer contra
el demandado, no le es dado al fallador desdeñar esa elección ni alterar a su gusto, sin
importar los móviles que lo alienten, la clara y expresa decisión del demandante23 .

22
Colombia. Corte Suprema de Justicia . Sentencia TC6507. Radicado 00682-01 (1-mayo-2017)
M.P Ariel Salazar Ramírez. {en línea} . En: G.J. No. 2261 a 2264, pág. 137.
Disponible en: www.cortesuprema,gov.co
23
Colombia. Corte Suprema de Justicia . Sentencia SC-071. Expediente No. 1997 0045701 (16-
julio-2008)M.P Pedro Octavio Munar Cadena. {en línea}.
Disponible en: www.cortesuprema,gov.co
La pretensión procesal como objeto litigioso 33

Más recientemente en la SC 5189-2014 con ponencia de la Dra. Margarita


Cabello Blanco, la Corte Suprema de Justicia de Colombia expresó:
La Corte, a partir de señalar que los “hechos que delimitan la causa petendi hacen
parte de la elaboración de la congruencia de la sentencia”, suficientemente ha explicado
que distinto es el “rango de la argumentación jurídica de la parte, porque su omisión o
error, debe ser salvado por el funcionario judicial, puesto que el tipo de juez técnico que
reconoce el sistema procesal vigente en Colombia, que lo presume conocedor de la ley
(…), le impone el deber de aplicar la que corresponda al caso concreto, haciendo un
ejercicio adecuado de subsunción”.
Los hechos, ha reiterado la Sala, “son los que sirven de fundamento al derecho invo-
cado y es sobre la comprobación de su existencia y de las circunstancias que los infor-
man sobre que habrá de rodar la controversia (…)”. Si están probados los hechos (…),
“incumbe al juez calificarlos en la sentencia y proveer de conformidad, no obstante los
errores de las súplicas: da mihi factum, dabo tibi ius”, de ahí que la “desacertada califi-
cación que el libelista le dé en su demanda a las súplicas, no tiene por qué repercutir en
el tratamiento jurídico del caso, puesto que corresponde al juzgador y no a los litigantes,
definir el derecho que se controvierte”.
Es importante anotar24 que los desatinos en la interpretación judicial de la
demanda, se alegan mediante la causal primera de casación, consistente en la vio-
lación indirecta de la ley sustancial, como consecuencia de un error de hecho por
preterición, suposición, cercenamiento o adición.

3.  PLURALIDAD O ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES


La demanda debe contener mínimo una sola pretensión o puede también reu-
nir varias. En este caso estamos ante el fenómeno de la acumulación o agregación
de varias pretensiones en una sola demanda, que expresamente autoriza el artícu-
lo 88 del CGP, la cual depende de la voluntad del demandante, con el propósito
de que se tramiten conjuntamente y se decidan en una misma sentencia.
Con fundamento en el principio jurídico político de economía procesal, es pro-
cedente tramitar y decidir una pluralidad de pretensiones dentro de una unidad de
proceso, siempre que las pretensiones sean conexas entre sí desde sus elementos
estructurales (sujetos, objeto y causa), lo que exige que las pretensiones estén in-
dividualizadas desde tales elementos, luego de lo cual deberán compararse para
colegir si hay conexidades, inicialmente desde el elemento subjetivo, pudiendo ser
esta conexidad subjetiva total, por identidad plena de los sujetos activo y pasivo,
lo cual corresponde a la exigencia del artículo 88 del CGP “El demandante podrá

24
Colombia. Corte Suprema de Justicia . Sentencia SC 15211. Radicado. 00224-01 (26- septiem-
bre-2017) M.P Arnoldo Wilson Quiroz Monsalvo {en línea} . Disponible en: www.cortesupre-
ma,gov.co
34 Julia Victoria Montaño Bedoya

acumular en una misma demanda varias pretensiones contra el demandado…”;


o también puede ser conexidad subjetiva parcial, cuando se trate del mismo pre-
tensionante o del mismo resistente. Exigencia expresada en el artículo 88 como
“También podrán formularse en una demanda pretensiones de uno o varios de-
mandantes o contra uno o varios demandados…”25.

3.1.  Acumulación objetiva o bilateral


Si la conexidad subjetiva es total, no se exige otra conexidad adicional en los
demás elementos estructurales de la pretensión (objeto y causa), siempre que se
cumplan los siguientes requisitos26: que un mismo juez pueda conocer de todas
las pretensiones y que la ley le asigne a todas las pretensiones el mismo proce-
dimiento, luego de lo cual deberán llevarse a la demanda bajo una forma de
acumulación, como principales y como subsidiarias, sean o no excluyentes entre
sí27(numerales 1, 2 y 3 del artículo 88 CGP).Esta acumulación tiene lugar cuando:
1. Varios hechos dan lugar a varias consecuencias jurídicas. Si de las posibi-
lidades que da la norma regla sustancial, el supuesto jurídico es complejo
porque lo integran varios hechos, a los cuales corresponden varias conse-
cuencias jurídicas, se podrá considerar la acumulación objetiva, siempre
que se cumplan los requisitos generales, así por ejemplo: el contrato bilate-
ral incumplido por una parte y cumplido por la otra, legitima al cumplido
para pedir la resolución o el cumplimiento contractual, y si del incumpli-
miento se derivan perjuicios para la parte cumplida, ésta también podrá
pedir la indemnización. (Condición resolutoria tácita art. 1546 del CC).
Si uno cualquiera de varios hechos sirve de fundamento a una sola petición, como
cuando una sola causal de divorcio de las consagradas en el art 154 del CC sirve
de fundamento a la petición de divorcio del matrimonio civil o de cesación de
efectos civiles del matrimonio religioso, no habrá acumulación de pretensiones.
Incluso si la petición se fundamenta en varias causales (varios estados de
cosas), tampoco estaremos ante un fenómeno acumulativo, pues lo que se
presenta es una pretensión con una diversidad de causas.
Declarado el divorcio o la cesación de efectos civiles, el efecto legal es la di-
solución de la sociedad conyugal, cuya declaración judicial opera de mane-
ra oficiosa, no existiendo en estricto sentido acumulación de pretensiones.

25
Artículo 88 CGP
26
A los que llamamos requisitos generales
27
Aunque las pretensiones acumuladas no sean excluyentes entre sí, siempre deberán acumularse
como principales o como subsidiarias.
La pretensión procesal como objeto litigioso 35

Pero si el cónyuge inocente, además de pedir divorcio del matrimonio civil


o la cesación de efectos civiles del matrimonio religioso, pide la declara-
ción de disolución de la sociedad conyugal (art 156 CC), estamos ante
la hipótesis inicialmente planteada, en la que la declaración de divorcio
o cesación, constituye a la vez otro supuesto, del cual se desprende otra
consecuencia, la disolución que se peticiona, en la segunda pretensión acu-
mulada.
2. Un solo hecho da lugar a varias consecuencias jurídicas. Cuando en la nor-
ma regla, el supuesto jurídico sea singular, pero el legislador le atribuye
varias consecuencias jurídicas; surgirá también esta modalidad de acumu-
lación, si además se reúnen los requisitos generales. Así por ejemplo, eje-
cutoriada la sentencia que declara el divorcio (supuesto jurídico singular)
sus efectos (consecuencias jurídicas) son: i) queda disuelto el vínculo en el
matrimonio civil y cesan los efectos civiles del matrimonio religioso, ii) se
disuelve la sociedad conyugal y, según el caso, iii) subsisten los derechos y
obligaciones alimentarias de los cónyuges entre sí.
3. Cuando se acumulen procesos o demandas. En los eventos en los que si lo
prevé la legislación procesal vigente por ejemplo en Colombia en los artícu-
los 148, 463 y 464 del CGP.

3.2.  Acumulación subjetiva, plurilateral o litisconsorcial


Si la conexidad subjetiva es parcial, es decir cuando se trate del mismo pre-
tensionante o del mismo resistente, previsto en el inciso tercero del artículo 88
del CGP, bajo la expresión “También podrán formularse en una demanda preten-
siones de uno o varios demandantes o contra uno o varios demandados…”28 se
exige adicionalmente por la legislación procesal colombiana que esa conexidad se
complete o complemente con otra conexidad adicional, en otro de los elementos
estructurales de la pretensión, esto es, en el objeto29 denominada conexidad pro-
pia o en la causa30 para pedir, nominada como conexidad impropia; o que entre

28
Artículo 88 CGP
29
Conexidad del objeto. v. g., cuando varios coacreedores o deudores de obligación divisible o a
prorrata y obligaciones conjuntas, por economía procesal, aprovechando la acumulación au-
torizada por el legislador, se unen a fin de hacer valer las distintas pretensiones en una misma
demanda.
30
Conexidad de causa. v. g., Cuando en un accidente resultan varias personas lesionadas, y el au-
tor o responsable es uno solo, se presenta la conexión causal, porque existe identidad del hecho
que fundamenta la razón. En este evento demandarán las personas lesionadas (litisconsorcio
facultativo activo en este caso) al responsable o autor del hecho.
36 Julia Victoria Montaño Bedoya

ellas exista relación de dependencia31,o que se sirvan de las mismas pruebas, lo


que se conoce como conexidad instrumental32 (literales a,b,c, d del artículo 88
CGP) y que además se cumplan los requisitos señalados en los numerales 1,2 y
3, del precitado artículo 88 del CGP, que por ser comunes a las dos modalidades
de acumulación —objetiva y subjetiva—, como ya dijimos, los vamos a llamar
requisitos generales33 esta acumulación tiene lugar:
1. En el litisconsorcio activo, pasivo y mixto, así como en los litisconsorcios
necesario, cuasi necesario y facultativo (ver arts. 60, 61, 62 CGP).
2. En la intervención excluyente, esto es, cuando otra parte procesal invoca
una pretensión contra las dos partes principales, o sea, contra actor y opo-
sitor primitivos (ver arts. 63 CGP).
3. En el llamamiento en garantía (ver arts. 64 y ss. CGP).

4.  REQUISITOS GENERALES APLICABLES A LA ACUMULACIÓN


BILATERAL Y PLURILATERAL
Si a la acumulación bilateral consagrada en el primer inciso del artículo 88, se
le exigen los requisitos señalados en los numerales uno a tres; con mayor razón
éstos se exigirán también para la acumulación plurilateral, en la que la conexidad
en los sujetos es apenas parcial. Estos requisitos, antes mencionados, son los que
a continuación se desarrollan:

4.1. Que un mismo juez pueda conocer de todas las pretensiones, sin te-
ner en cuenta la cuantía
Este requisito corresponde a la aplicación del artículo 26-1 del CGP, según el
cual “La cuantía se determinará así: 1. Por el valor de todas las pretensiones al

31
V. g., Cuando las pretensiones acumuladas en un proceso tendiente a obtener la nulidad del
contrato de compraventa, el cual se suscita entre las partes que contrataron. A su vez, en la
misma demanda, se acumula la pretensión tendiente a que el poseedor del bien, lo restituya, en
cuanto la nulidad produce efectos frente a terceros.
32
Por servirse de los mismos medios de prueba el legislador permite la acumulación, en los
eventos de accidentes de aviación para que se demande a la empresa para la indemnización de
perjuicios. Si varios familiares de las personas accidentadas promueven la demanda contra la
empresa, cada una de ellas ha de diferir en cuanto al perjuicio ocasionado a cada cual, es pues
diferente su interés, más las pruebas han de ser en su mayoría casi idénticas, y así se permite la
acumulación de dichas pretensiones para evitar la multiplicidad de procesos.
33
Igual juez competente, igual procedimiento y formular las pretensiones de tal manera que no
se excluyan.
La pretensión procesal como objeto litigioso 37

tiempo de la demanda...”.De donde se colige que si cada una de las pretensiones a


acumular corresponde a diferentes cuantías, los valores de cada una deberán su-
marse al momento de la presentación de la demanda y el total permitirá establecer
el juez competente por el factor objetivo cuantía, lo cual nos permitirá determinar
también la competencia funcional, estando la materia establecida por la natura-
leza del derecho sustancial reclamado en las pretensiones; sólo faltará finalmente
fijar la competencia por el factor territorial.

4.2.  Que las pretensiones no sean excluyentes entre sí


Dos pretensiones se excluyen entre sí, cuando son incompatibles, cuando tie-
nen fundamentos jurídicos contradictorios u opuestos, es decir, cuando teniendo
vida una de las pretensiones, la otra no puede tener existencia. Tal contrariedad
se presenta cuando las pretensiones se deduzcan como principales, siendo depen-
dientes entre sí o cuando las relaciones de dependencia entre ellas no se plantean
debidamente.
La acumulación objetiva consagrada en el artículo 88, sólo deja de ser legal-
mente posible cuando las pretensiones se excluyen entre sí, deducidas como prin-
cipales en forma concurrente las pretensiones respecto de las cuales la elección de
cualquiera de ellas destruye la otra como cuando se depreca:
a. La doble petición alternativa del artículo 1546 del Código Civil, según la
cual elegida la resolución, desaparece la de cumplimiento o viceversa.
b. La pena y la indemnización de perjuicios no pueden pedirse al tiempo, si
no se ha estipulado (1600 del C.C); en tal caso, elegida la pena, queda eli-
minado el resarcimiento y viceversa. No se pueden, pues, invocar, ni aún en
subsidio.
c. Son igualmente incompatibles, deducidas como principales en forma con-
currente las pretensiones sobre la entrega de una especie o cuerpo cierto y
la de pago del precio. Entre la pretensión de nulidad de un contrato por
simulación y la de cumplimiento del mismo.
d. Hay imposibilidad en la acumulación de forma principal de las pretensiones
de simulación y de nulidad del mismo negocio jurídico por tener presupues-
tos opuestos (la una, la inexistencia de la voluntad querida de efecto público
y la otra, la inexistencia de la declaración negocial).
e. Quien pide se le restituya la posesión no puede pedir a la vez que subsidia-
riamente no se le perturbe en la misma, pues al pedir lo primero, es decir,
eligiendo la pretensión por restitución, hace incompatible la pretensión por
perturbación, desde luego que lo segundo no puede pedirse careciendo de
38 Julia Victoria Montaño Bedoya

fundamento de la pretensión en la primera, es decir, la pérdida de la pose-


sión. Luego, las dos pretensiones son incompatibles y eligiéndose conjunta-
mente, ambas se destruyen.
f. También son incompatibles la acumulación de pretensiones de responsabi-
lidad contractual y la extracontractual por un mismo hecho culposo34.
Todo lo anterior quiere significar que la incompatibilidad de pretensiones, co-
mo óbice insalvable para su debida acumulación, puede ser de orden material o
de orden procesal:
Habría incompatibilidad material o natural —y por esto la acumulación deja
de ser lógica y legalmente posible— cuando los efectos jurídicos de dichas preten-
siones no pueden coexistir por ser antagónicos o excluyentes.
Existirá incompatibilidad procesal, que también veda la acumulación, cuan-
do el juez no es competente para conocer de todas las pretensiones agregadas, o
cuando a todas ellas, no les corresponde, según la ley, el mismo e idéntico proce-
dimiento.
Los casos de acumulación para que la demanda que la contenga sea formal-
mente apta, tienen también que señalar los hechos que le sirven de fundamento
a cada una de las pretensiones agregadas; en tal supuesto, la apuntada narración
de hechos, con tanto mayor razón, tiene que hacerse debidamente determinados,
clasificados y numerados (art. 82-5 del CGP).
Es decir, que la demanda debe traer los hechos tipo ordenados o dispuestos en
grupos lógicos y separados según la relación que ellos tengan con la correspondien-
te súplica, a tal punto que en cada uno de los grupos formulados queden excluidas
las afirmaciones que correspondan a situaciones fácticas impertinentes o extrañas
a la pretensión. Así, si se pretende la nulidad absoluta, la simulación y la resolución
de un contrato, acumuladas unas como principales y otras como subsidiarias, es
preciso señalar en la forma atrás indicada la causa de cada una de dichas peticiones,
relacionando cada hecho con la respectiva petición de la pretensión.
Cuando se trata de súplicas que atañen a una dualidad de relaciones jurídicas
que no pueden coexistir por ser anti técnicas, la ley posibilita su acumulación pero
solamente en forma eventual o alternativa, pues en tal hipótesis el demandante
subordina la estimación de una de ellas a la desestimación de la otra. En este
acontecer nada impide, y antes bien la naturaleza de las cosas así lo requiere, que
el demandante determine en su demanda hechos o fundamentos generalmente

34
Cuestión que se subsana por la mecánica de la formulación de pretensiones principales y sub-
sidiarias. Casos en los que además ha hecho carrera, la interpretación de la demanda. Ver
sentencia SC 5289 de 2014. MP. Margarita Cabello Blanco.
La pretensión procesal como objeto litigioso 39

contradictorios o excluyentes; quien pretenda la nulidad de una compraventa y en


subsidio la resolución, por ejemplo, tendrá que hacer afirmaciones que tiendan a
demostrar la ineficacia o invalidez de dicho acto y a la vez, aunque separadamen-
te, las que conduzcan a establecer su incumplimiento35.
En síntesis, la acumulación de pretensiones en la misma demanda es legalmente posible
si se propone subsidiaria y condicionalmente; esto es, cuando la acumulación toma la forma
de eventual o alternativa por proponerse pretensiones para el caso, solamente, de que las
otras sean desestimadas, con la condición, de que es excepción de la excepción, que no se
excluyan entre sí o que por cualquier otro motivo no se consideran incompatibles36.

4.3.  Que todas puedan tramitarse por el mismo procedimiento


Desde el derecho romano canónico se estructuró, al lado del proceso solem-
nis ordo iudiciarum (proceso ordinario), otro proceso más ágil llamado sumario
(plenario rápido), el cual constituía una excepción, de tal manera que, por vía de
remisión, todo asunto que no tuviera señalado un trámite especial, se regía por
las normas de plena cognición, tal y como opera en el derecho procesal actual,
especialmente, en la jurisdicción ordinaria.
La indicación de la clase de proceso (procedimiento) dejó de ser contenido
de la demanda en el código general del proceso37, y por ende, desapareció como
causal de inadmisión de la misma y motivo de nulidad del proceso, toda vez que
es el juez quien tiene el deber de procesar y enjuiciar la pretensión, conforme al
trámite legal, de tal manera que la clase de procedimiento no se tiene que men-
cionar en el libelo demandatorio y, si llegase a invocarse de manera inadecuada o
groseramente equivocada, el juez responderá con la adecuación al trámite legal;
si el juez le asigna a la pretensión el procedimiento diferente al que legalmente
corresponde, el demandante impugnará la providencia judicial o, en su defecto,
el demandado propondrá el hecho que la constituye como excepción previa, de
conformidad con el artículo 100-7 del CGP. De igual manera, si el juez se percata
de este defecto en una etapa posterior al juicio de admisibilidad, pero antes de la
sentencia, deberá corregirlo adecuando el trámite respectivo (art. 132 CGP). De
cumplirse las condiciones generales y la especial de procedibilidad configurada
como:“Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez actuó com-
pletamente al margen del procedimiento establecido”, consagradas en la SC 590
de 2005, podría interponerse la tutela contra la sentencia, si apenas se advierte
este defecto en esta etapa procesal.

35
Ver Cas. Civil de noviembre de 1983. G.J. CLXXX, p. 235, 36).
36
Ver Cas. Civil G.J. t. LCXXI, p. 475.
37
Requisito que sigue existiendo en el código procesal laboral, al tenor del artículo 25-5 .
40 Julia Victoria Montaño Bedoya

5  FORMAS DE ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES


Las formas de acumulación de pretensiones están nombradas en el numeral
tercero, del artículo 88 de CGP, que señala que las pretensiones deben proponerse
como principales o como subsidiarias.

5.1.  Acumulación de pretensiones de forma principal


En la doctrina, se conoce también con el nombre de simple o concurrente, y
se presenta cuando en acumulación objetiva o subjetiva, en una misma demanda,
se presentan varias pretensiones para que todas sean estimadas en la sentencia,
pudiendo ser presentadas por separado, mas sólo se le llevan al juez en una misma
demanda por razones de economía procesal.
Por ejemplo, cuando la entidad financiera como acreedora demanda, ejecutiva-
mente, al deudor para el pago de dos obligaciones, provenientes de sendos títulos
ejecutivos, o de cláusulas diversas de un mismo contrato. (Acumulación bilateral).
De igual manera, deberá acudirse a esta forma de acumulación, cuando con
ocasión de la celebración de diversos contratos de transporte de pasajeros, cada
pasajero en la misma demanda pide al juez la declaración de la responsabilidad
contractual, buscando cada uno la estimación de la pretensión con independencia
de las demás. (Acumulación plurilateral).

5.2.  Acumulación de pretensiones de forma subsidiaria


Bajo esta forma se acumulan varias pretensiones que guarden relaciones de
dependencia o subsidiaridad inclusión o exclusión, no pudiendo ser desligada la
una de la otra, so pena de desnaturalizarse. Ésta se clasifica en:
— Acumulación subordinada, sucesiva o consecuencial escalonada
— Acumulación subordinada, sucesiva o consecuencial legal;
— Acumulación subordinada, sucesiva o consecuencial eventual o alternativa:
Con fundamentos jurídicos idénticos, con fundamentos jurídicos distintos pe-
ro compatibles, con fundamentos jurídicos incompatibles.

5.2.1. Acumulación subordinada, sucesiva, o consecuencial escalonada


Se acumula una pretensión a la antecedente o principal, para que aquélla sea
estimada, en caso de que ésta sea acogida por el juez, con la peculiaridad de que
el interés o el derecho reclamado en la pretensión acumulada, no tiene vida al
La pretensión procesal como objeto litigioso 41

momento de la acumulación, pues ésta sólo cobra vida38 cuando es estimada la


pretensión principal de la cual depende.
Si la entidad financiera acreedora, a la pretensión principal de orden de cum-
plimiento de la obligación de pagar sumas de dinero a título de capital, le acumula
otra pretensión contra el mismo deudor, en la que pide la orden de pago de sumas
de dinero a título de intereses, ésta deberá acumularse de forma consecuencial
escalonada, la cual únicamente estará llamada a prosperar sólo si se acoge la pre-
tensión principal.
Si cada pasajero, además de la declaración de responsabilidad contractual, pide
en otra pretensión, se condene a la compañía transportadora al pago de una suma
de dinero, a título de indemnización, por los perjuicios que dicho incumplimiento
le causare, deberá acumular esta pretensión, de forma consecuencial escalonada,
la cual estará llamada a prosperar si se declara la responsabilidad.

5.2.2.  Acumulación subordinada, sucesiva o consecuencial legal


La demanda puede no contener varias pretensiones o, si las contiene, al ser es-
timadas, la ley le impone expresamente al juez el deber poder de hacer declaracio-
nes adicionales a las pedidas, de manera oficiosa, como consecuencia de declarar
tales derechos reclamados.
Esta modalidad de acumulación se presenta ante los casos en los que la ley
consagra excepciones a la incongruencia por extra y ultra petita, lo cual se da
frente a distintas materias. Por ejemplo, el CGP precisa:
Artículo 281. Congruencias. La sentencia deberá estar en consonancia con los he-
chos y las pretensiones aducidos en la demanda y en las demás oportunidades que este
código contempla y con las excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido ale-
gadas si así lo exige la ley.
No podrá condenarse al demandado por cantidad superior o por objeto distinto del
pretendido en la demanda ni por causa diferente a la invocada en ésta.
Si lo pedido por el demandante excede de lo probado se le reconocerá solamente
lo último.
En la sentencia se tendrá en cuenta cualquier hecho modificativo o extintivo del de-
recho sustancial sobre el cual verse el litigio, ocurrido después de haberse propuesto la
demanda, siempre que aparezca probado y que haya sido alegado por la parte interesada
a más tardar en su alegato de conclusión o que la ley permita considerarlo de oficio.

38
Esta situación constituye una excepción a la regla general según la cual, el interés o el derecho
sustancial reclamado en la petición de la pretensión, debe existir al momento de reclamarlo, es
decir al momento de presentación de la demanda.
42 Julia Victoria Montaño Bedoya

Parágrafo 1º. En los asuntos de familia, el juez podrá fallar ultrapetita y extrapetita,
cuando sea necesario para brindarle protección adecuada a la pareja, al niño, la niña
o adolescente, a la persona con discapacidad mental o de la tercera edad, y prevenir
controversias futuras de la misma índole.
Parágrafo2º. En los procesos agrarios, los jueces aplicarán la ley sustancial teniendo
en cuenta que el objeto de este tipo de procesos es conseguir la plena realización de la
justicia en el campo en consonancia de los fines y principios generales del derecho agra-
rio, especialmente el relativo a la protección del más débil en las relaciones de tenencia
de tierra y producción agraria.
En los procesos agrarios, cuando una de las partes goce del amparo de pobreza, el
juez de primera o de única instancia podrá, en su beneficio, decidir sobre lo controver-
tido o probado aunque la demanda sea defectuosa, siempre que esté relacionado con el
objeto del litigio. Por consiguiente, está facultado para reconocer u ordenar el pago de
derechos e indemnizaciones extra o ultrapetita, siempre que los hechos que los originan
y sustenten estén debidamente controvertidos y probados.
En la interpretación de las disposiciones jurídicas, el juez tendrá en cuenta que el dere-
cho agrario tiene por finalidad tutelar los derechos de los campesinos, de los resguardos o
parcialidades indígenas y de los miembros e integrantes de comunidades civiles indígenas.

5.2.3. Acumulación subordinada, sucesiva o consecuencial eventual o al-


ternativa
Se presentan en una misma demanda varias pretensiones para que, por lo me-
nos, una de ellas sea estimada en la sentencia, excluyéndose la otra o las demás
acumuladas bajo esta misma forma.
Esta acumulación sólo es posible cuando se reclaman obligaciones alterna-
tivas39, en las que el deudor debe una de varias alternativas prestacionales, y el
acreedor las reclama todas judicialmente buscando que, por lo menos, una sola
sea acogida por el juez, exonerándose el deudor de cumplir las demás. Luego
entonces, el acreedor formulará tantas pretensiones, como alternativas prestacio-
nales le ofrezca el derecho sustancial.
Ahora bien, si el orden en el que deben ser estudiadas dichas pretensiones lo es-
tablece el pretensionante, la forma de acumulación será eventual, pero si el orden de
estudio le corresponde al juez, se acumularán como alternativas. Luego, si la pretensión
estudiada en primer lugar está llamada a prosperar, queda excluida la otra o las demás.
La acumulación de pretensiones eventual, ocurre cuando la segunda de las
pretensiones propuestas en la demanda la invoca el demandante, para que el juez

39
Artículo 1556 CC. Definición de obligación alternativa. Obligación alternativa es aquella por
la cual se deben varias cosas, de tal manera que la ejecución de una de ellas exonera de la eje-
cución de las otras.
La pretensión procesal como objeto litigioso 43

la estudie y decida, en el caso de que se rechace la anterior. Y así, como la grada-


ción de las peticiones depende, exclusivamente, del interés del demandante, ese
orden no puede ser variado por el fallador, pues al hacerlo, está modificando los
extremos de la litis, lo que no le está permitido. Entonces, el juez solamente puede
entrar a estudiar la pretensión subsidiaria, para resolverla, en el único evento de
que, previamente, haya desestimado la principal en la sentencia de mérito. En la
acumulación alternativa el juez estima la que considere pertinente, según el recau-
do probatorio.
En los casos de esta acumulación, la pretensión principal y la subordinada o
subsidiaria, puede tener idénticos fundamentos jurídicos, fundamentos jurídicos
diversos pero compatibles o fundamentos jurídicos diversos e incompatibles, co-
mo pasamos a verlo:

5.2.3.1. Con fundamentos jurídicos idénticos.


La pretensión principal y la subordinada tiene causa jurídica común; no hay el
menor inconveniente en acumularlas en forma subsidiaria.

5.2.3.2.  Con fundamentos jurídicos distintos pero compatibles


El actor suplica en el libelo, en primer término, que se declare la resolución de
un contrato de compraventa, y en subsidio, eventualmente, pide que se declare la
rescisión de la venta por lesión enorme.
Suplica el demandante la rescisión de un contrato por error de una de las
partes y, subsidiariamente, la dirigida a obtenerla por dolo sufrido por la misma
parte. Fundamentos diversos de ambas: el error y el dolo, empero son compatibles
por la finalidad que tienen.
De la pretensión de dominio y de la acumulada subordinadamente. Aquélla se
funda en la titulación del derecho, en tanto que ésta se basa en la mera posesión re-
gular. Sin embargo, las causas son compatibles, por el objetivo de recuperar el bien.
En los ejemplos anteriores la pretensión principal y la subordinada eventual tienen
causas jurídicas distintas que no se excluyen entre sí, es decir, que son compatibles.

5.2.3.3.  Con fundamentos jurídicos incompatibles


El actor, en el mismo libelo, pide principalmente la nulidad del acto jurídico y
eventualmente, para el caso de no decretarse la nulidad, solicita que se condene al
cumplimiento de una obligación.
44 Julia Victoria Montaño Bedoya

Pide la nulidad absoluta del contrato y eventualmente la resolución del mismo.


O se le pide la simulación y subordinadamente la resolución.
Es claro que en estos ejemplos, las dos pretensiones acumuladas tienen funda-
mentos absolutamente incompatibles, en uno de ellos: la primera pretensión se
fundamenta en la invalidez del acto y la segunda parte de la validez del mismo.
En el otro caso, la incompatibilidad, resulta que la resolución parte de la validez
del contrato; en tanto que la nulidad absoluta, parte de la invalidez; y en el último
caso la simulación parte de la ineficacia del contrato aparente40.
Tan contrarios son estos fundamentos que si ambas pretensiones se dedujeran
como simples o concurrentes o principales y no en forma eventual o alternativa,
la acumulación sería inadmisible por falta del segundo requisito enumerado en el
artículo 88 del CGP.
Debe advertirse que no todo caso de demanda subordinada implica acumula-
ción de pretensiones, puesto que el demandante presenta a veces peticiones en tal
forma o diversas como cuando solicita el reconocimiento total de la obligación
en la súplica principal y en la subsidiaria, el pago parcial de una parte o cuota
de la misma (en este caso se presenta simplemente una reducción de objeto) o,
cuando la súplica principal se acoge a la existencia de un contrato de mandato o
de gestión de negocios, y en subsidio solicita el mismo pago derivándolo de otro
contrato (arrendamiento de servicios v. g. o por razón del enriquecimiento sin
causa), etc.
Se itera que esta forma de acumulación, se presenta en los casos en que la ley
sustancial reconoce derechos alternativos. Así, v. g. se permite al comprador pedir
la rescisión del contrato de venta, por vicios redhibitorios, o demandar la rebaja
del precio (art. 1917, CC). Igualmente, el artículo 739 del Código Civil, confiere
derechos alternativos al
dueño del terreno en que otra persona, sin su conocimiento, hubiere edificado, plantado
o sembrado, pues en tal tendrá derecho de hacer suyo el edificio, plantación o semente-
ra, mediante las indemnizaciones prescritas a favor de los poseedores de buena o mala
fe en el título de la reivindicación, o de obligar al que edificó, o plantó a pagarle el justo
precio del terreno con los intereses legales, por el tiempo que lo haya tenido en su poder
y al que sembró a pagarle la renta y la indemnización de los perjuicios41
Se permite al contratante cumplido pedir contra el contratante incumplido la
resolución o el cumplimiento contractual, como lo prevé el art. 1546 CC.
Para que el juez pueda apreciar si las pretensiones están acumuladas debida-
mente, según las exigencias del artículo 88 del CGP, en el acápite de peticiones de

40
GJ T. LXXX, p. 110.
41
artículo 739 del Código Civil Colombiano
La pretensión procesal como objeto litigioso 45

la demanda, deberán formularse tantos petitum como pretensiones se acumulen,


utilizando entre ellas conectores lingüísticos que le indiquen al juez la forma de
acumulación. Así por ejemplo, si se acumulan de forma principal, ellas deberán
separarse y enumerarse como primera principal, segunda principal y así sucesi-
vamente. Si se acumulan de forma consecuencial escalonada, deberá conectar-
se la pretensión acumulada a la principal o antecedente mediante la expresión,
consecuencialmente, o como consecuencia de. Si se acumulan de forma eventual
o alternativa, el conector entre éstas será, en el evento de, eventualmente o alter-
nativamente.
En el inciso segundo del artículo 88, se prescribe que en las demandas sobre
prestaciones periódicas, “podrá pedirse que se condene al demandado a las que
se llegaren a causar entre la presentación de aquélla y hasta el cumplimiento de
la sentencia definitiva”42 en procesos declarativos. En los de ejecución ha de so-
licitarse hasta que el pago se efectúe. Se facilita mediante esta norma el pago del
denominado perjuicio futuro, lo relacionado para el caso de préstamos de pago de
cuotas periódicas, cánones de arrendamiento, los que se causen hasta cualquiera
de las instancias del proceso.
Como pretensión accesoria a las principales declarativas acumuladas técnica-
mente, el demandante puede presentar una pretensión cautelar con la finalidad
de asegurar o garantizar el cumplimiento efectivo de la sentencia en caso de que
llegase a estimar la pretensión o las pretensiones declarativas o ejecutivas pro-
puestas, para lo cual se deberá aplicar el código general del proceso art. 588 y
ss., y CPACA art, 229 y ss., en lo atinente a decreto, práctica y levantamiento de
medidas cautelares.
La pretensión cautelar irá contenida en escrito aparte a la demanda y deberá
estructurarse como toda pretensión procesal, esto es el sujeto activo, el pasivo, el
destinatario: juez a quien se dirige la cautela que será el mismo destinatario de la
demanda; la petición será la respectiva medida cautelar (inscripción de demanda,
embargo y secuestro...); la causa petendi fáctica, la constituirá la afirmación de
los hechos que exija la norma, como por ejemplo, que la pretensión versa sobre
derechos reales (art. 590 literal a del CGP), que la pretensión es indemnizatoria
tendiente a obtener el pago de perjuicios derivados de una responsabilidad civil
contractual o extracontractual, entre otras. Así mismo, deberá fundarse jurídica-
mente, esto es, el hecho afirmado y la petición deben corresponder a una norma
regla la cual debe citarse o mejor presentarse la adecuación típica.

42
Artículo 88 del CGP
46 Julia Victoria Montaño Bedoya

6.  SANCIÓN: REMEDIO PARA LA INDEBIDA INDIVIDUALIZACIÓN


DE LA PRETENSIÓN Y PARA INDEBIDA LA ACUMULACIÓN
DE PRETENSIONES
La demanda inepta por indebida individualización de la pretensión y por la
indebida acumulación de pretensiones, constituye un defecto o una irregularidad
formal del proceso, al que la legislación procesal le asigna unas sanciones o con-
secuencias jurídicas, las cuales, a la vez, constituyen remedios a tales irregularida-
des, tales como:
• Cuando la demanda sea inepta por indebida individualización de la preten-
sión, el juez declarará inadmisible la demanda, según el artículo 90-1 del
CGP.
• Cuando la acumulación de pretensiones no reúna los requisitos exigidos en
el art. 88 del CGP, el juez declarará inadmisible la demanda, según el artícu-
lo 90-1del CGP.
• Si el juez no advierte cualquiera de los defectos anteriores en el juicio de
admisibilidad, el demandado invocará este impedimento procesal, mediante
una excepción previa (art. 100, núm. 5º del CGP).
• Si en el juicio de admisibilidad, o en el traslado para contestar la demanda,
no se señalan tales defectos, pero posteriormente las partes o el juez advier-
ten que la demanda contiene pretensiones indebidamente individualizadas
o acumuladas, no sería posible alegar la nulidad de la actuación o decretarla
de oficio, porque esa circunstancia no está comprendida en la enumeración
taxativa de los motivos de invalidez procesal. (Ver art. 133 CGP).
• En la etapa decisoria, antes de que el juez proceda a dictar sentencia de
fondo, deberá analizar la demanda en forma, como presupuesto procesal y,
si encuentra defectos en ésta, concernientes a la individualización de la pre-
tensión o a la acumulación de pretensiones, deberá interpretar la demanda,
como lo exige el artículo 42-5 del CGP, evitando al máximo dictar sentencia
inhibitoria 43.

43
La Corte Suprema, en sentencia de junio 18 de 1975, precisó:
“En cuanto al presupuesto procesal de demanda en forma se refiere y sobre la ineludible base
de qué la actuación esté libre de vicios y de que en el proceso no se hayan empleado los reme-
dios antes indicados, dijo la Corte, que si el juez “en el momento de ir a fallar el negocio se
encuentra una demanda con un defecto de forma de tal índole que haga imposible un pronun-
ciamiento en el fondo del negocio, el deber del juzgador es declarar su inhibición para decidir
la controversia por causa de este impedimento procesal. Tal sería el caso de una demanda en
que ejercitándose una acción real no se han señalado los linderos y demás circunstancias que
La pretensión procesal como objeto litigioso 47

La doctrina de la interpretación de la demanda desarrolla el principio de pre-


valencia del derecho sustancial frente a las actuaciones judiciales, consagrado en
el artículo 228 de la CP. Dicha interpretación debe ser lógica, racional, en conjun-

individualicen el inmueble en que radica el derecho (LXXVIII, p. 349), e igualmente ha expre-


sado:
“(...),tratándose del presupuesto procesal de demanda en forma, la Corte ha precisado que ‘el
defecto que debe presentar una demanda para que se la pueda calificar de inepta o en indebida
forma tiene que ser verdaderamente grave, trascendente y no cualquier informalidad superable
lógicamente, pues bien se sabe que una demanda “…cuando adolece de cierta vaguedad es
susceptible de ser interpretada por el juzgador, con el fin de no sacrificar un derecho y siempre
que la interpretación no varíe los capítulos petitorios del libelo...” “…en la interpretación de
una demanda —afirma categóricamente la Corte— existe el poder necesario para ir tras lo ra-
cional y evitar lo absurdo, (GJ XLIV, p. 439) (CCXXXI, pp. 260 y 261). Y no puede ser de otra
manera, se itera, porque si, como quedó señalado, en las actuaciones judiciales debe prevalecer
el derecho sustancial, no pueden los jueces escudarse en la existencia de cualquier error de la
demanda, para proferir decisión inhibitoria y, por esa vía, lisa y llanamente se señala, abste-
nerse de administrar justicia, lo que constituiría, per se, inaceptable —amén que reprochable—
incumplimiento a sus elevados deberes (...).
Por consiguiente, aunque la medida del derecho litigado contribuye a darle precisión a la pre-
tensión y, en tal virtud, es aconsejable que el demandante establezca —ab initio—el alcance
cuantitativo del derecho cuyo conocimiento persigue, la omisión de ese específico tópico no se
erige en detonante de una decisión inhibitoria, a pretexto de la falta de configuración del pre-
supuesto procesal de demanda en forma, habida cuenta que ‘no es condición para la idoneidad
formal de la demanda el que se puntualicen todos los pormenores que se estimen relevantes en
las súplicas (petitum) o en los hechos que las fundamentan (causa petendi). Sino que basta fijar
‘...los que son primordiales en orden a especificar el origen la identidad de la pretensión...” (GJ
T. CII, p. 38) (CCXL VI, p. 1208). (CS de J, Cas. Civil, sentencia mar. 18 de 2002, expediente
6649, MP. Jaramillo Jaramillo).
Respecto de la acumulación de pretensiones inacumulables,por ser opuestas o contradictorias
en providencia de agosto 14 de 1995, (expediente 4268) con ponencia del doctor Bechara
Simancas, expresó la Corte:
“a) Al momento de decidir, el juez observa que una o alguna de las pretensiones que se someten
a su composición corresponden al conocimiento de otra jurisdicción. En este caso, acorde con
el criterio de la Corte, el juzgador deberá dictar sentencia de mérito parcial respecto de las pre-
tensiones que han sido tramitadas en el proceso de acuerdo al procedimiento que corresponde,
e inhibirse de resolver en relación con las demás.
El anterior pensamiento de la Corte se explica, entre otras cosas, porque delante de esa especí-
fica circunstancia, el proceso no es nulo, toda vez que las causales de este vicio están taxativa-
mente enumeradas en la ley, y entre ellas no se menciona ésta que ahora es objeto de conside-
ración. En efecto, así lo hizo saber la Corte en sentencia del 31 de mayo de 1954, al aseverar
que “por razones de economía procesal que no agravan las condiciones del demandado, la Sala
insiste en que el proceso no es nulo cuando el juez es competente para conocer siquiera de una
de las acciones entre varias propuestas en la demanda. El proceso no es nulo en absoluto ni
puede anularse para unas acciones y ser válido para otras. Porque es claro que, si al pronunciar
la sentencia de instancia el Tribunal...encuentra que no es competente para conocer de algunas
de las actuaciones, pero que si lo es para otras, así debe declararlo en el fallo y proceder en
consecuencia”. (GJ LXXVII, p. 726).
48 Julia Victoria Montaño Bedoya

to y, en todo caso, no caprichosa. El juez tiene el deber de interpretar la demanda,


para desentrañar su genuino sentido, cuando no aparezca de forma clara y de
resolver de fondo la controversia puesta a su consideración. Señala la Corte, se-
gún las sentencias citadas, que interpretar la demanda no constituye modificación

Igual criterio mantuvo posteriormente la Corte al proferir sentencia de 11 de octubre de 1962,


al reiterar que “la incompetencia de jurisdicción respecto a una de las varias acciones que se
acumulan en una misma demanda no genera la nulidad de toda ésta, si el juez o tribunal la
tiene para el conocimiento de las demás...” (GJC, p. 109).
En fallo del 18 de junio de 1975, y perseverando en el mismo esquema apreciativo, la alta Cor-
poración manifestó que “En cambio cuando por no haberse aplicado oportunamente alguno
de los remedios procesales antes comentados, el sentenciador encuentra que la actuación es
válida y está debidamente tramitada pero que carece de competencia para decidir sobre una
o más de las súplicas principales, aunque sí la tiene para pronunciarse sobre las otras, puede
muy bien dictar sentencia y decidir sobre el mérito de las pretensiones respecto de las cuales es
competente e inhibirse parcialmente en cuanto a las demás.
b) Puede suceder también que, sin la observancia del artículo 82 del CPC, las varias preten-
siones de la demanda que se acumulan y que se contradicen a primera vista no se formulen de
manera principal y subsidiaria. De acuerdo con la jurisprudencia de la Corte, aquí también es
posible proferir sentencia de mérito parcial e inhibitoria en lo demás, cuando luego se adelante
el principio de economía de los procesos judiciales, sólo deja de ser legalmente cuando las
acciones contrarias e incompatibles se proponen en forma conjunta o concurrente, como si
simultáneamente se demandaran los dos términos de la opción que consagra el artículo 1546
del Código Civil, o si en la misma forma principal o simultánea se pidiera la declaración de
nulidad absoluta de un contrato en razón de la incapacidad absoluta por demencia de uno de
los contratantes y de la simulación del mismo contrato, caso analizado ya por la Corte. Pero
la acumulación de acciones contrarias e incompatibles en la misma demanda es legalmente
posible si se propone subsidiaria y condicionalmente, esto es, cuando la acumulación toma la
forma de eventual o subsidiaria por proponerse las acciones para el caso solamente de que las
otras sean desestimadas, con la condición, que es excepción de la excepción, de que no se des-
truyan por la elección o que por cualquier otro motivo no se consideren incompatibles. Dentro
de estas normas generales de la ley procesal, el estudio de la cuestión de ineptitud sustantiva de
una demanda por la causa apuntada ha de hacerse circunstancialmente, sobre la forma, senti-
do y alcance de las acciones deducidas en cada caso, y no exclusivamente dentro del esquema
intelectual y rígido del principio lógico de la contradicción, para concluir si los derechos que
se quieren tutelar con la misma demanda son jurídicamente excluyentes e incompatibles” (GJ
LXII. p. 475).
Sostuvo adicionalmente la Corte, en fallo de 21 de julio de 1954, que “si en el momento de pro-
ferir sentencia definitiva, el juez se encuentra con una demanda en que el actor ha acumulado
objetivamente acciones que a primera vista son opuestas entre sí, ¿qué es lo que debe hacer?
Ante todo, aplicar las acciones sobre la interpretación racional de la demanda para ver si esa
oposición o contradicción es meramente aparente: así estará más a la intención del actor que
a lo literal de las palabras, cotejará las distintas partes del libelo apreciándolo en su conjunto,
preferirá el sentido en que una petición puede producir algún efecto a aquél en que no sea capaz
de producir ninguno, etc. De este examen se puede llegar a la conclusión de que la ineptitud de
la demanda es aparente porque las acciones, aunque opuestas entre sí; están formuladas condi-
cional o subsidiariamente en forma sucesiva, eventual o alternativa, y no en forma concurrente,
La pretensión procesal como objeto litigioso 49

a la pretensión, toda vez que el juez no puede enmendar ni resolver pretensiones


no propuestas o considerar hechos no invocados. Probados los hechos, el juez los
califica en la sentencia. El juez siempre debe auscultar en la causa para pedir su
sentido, superando la indebida cualificación del actor.

a pesar de que el actor no lo haya dicho expresamente en el libelo con la técnica adecuada. Mas
si la interpretación es posible y subsiste la ineptitud de la demanda por ésta causa, el deber del
juzgador es inhibirse de fallar el negocio en el fondo y no pronunciar una sentencia absolutoria
declarando una excepción perentoria que no existe” (GJ LXXVII, p. 103).
c) Finalmente, no es extraño que, al momento de fallar, el juzgador se encuentre con pretensio-
nes acumuladas que se han tramitado por la misma cuerda, teniendo asignado distinto proce-
dimiento. En este caso, también lo ha manifestado la Corte, no hay impedimento para que se
profiera sentencia de mérito parcial con relación a aquellas pretensiones que fueron sometidas
al trámite legal correspondiente, e inhibitoria respecto a las demás.
Varias son las razones por las cuales esta Corporación ha sostenido la última tesis. Una de ellas
es sin duda, la de la economía procesal, en sí misma considerada como la justificación de la
consagración legal de la acumulación de pretensiones, y otra la de evitar al máximo la dene-
gación de justicia, que ocurre sin duda cuando se dicta sentencia inhibitoria total frente a un
proceso que ha sido tramitado en forma legal respecto de algunas pretensiones. Así lo expresó
la Corte en sentencia de 12 de agosto de 1984, al afirmar que la generalización del concepto
sobre ineptitud sustantiva de la demanda se presta a errores ocasionados a denegación de jus-
ticia. Aunque se hayan acumulado de hecho dos o más acciones sin tratarse de lo autorizado
por el artículo 209 del Código Judicial (hoy artículo 88 del CGP, se agrega), la secuela del juicio
con la claridad que arrojan las alegaciones y probanzas de las partes puede permitir el fallo de
una de aquéllas, y en tal evento lo procedente es establecer la escogencia y distribución a que
estos elementos dan lugar a decidir el pleito en el fondo, en vez de pronunciar con olvido de
la economía procesal sentencia inhibitoria que anula esfuerzos, expectativas y derogaciones de
los interesados...” (CJ LXIV, p. 706).
La consideración anterior fue reiterada por la Corte en las siguientes sentencias: 25 de sep-
tiembre de 1954 (GJ LXXVIII, p. 677); 16 de agosto de 1955, Sala de Negocios Generales (GJ
LXXXI, p. 317); y 29 de abril de 1958 (CJ LXXXVII, p. 910). En sentencias más recientes de
fechas 18 de junio de 1987 (CJ CLXXXVIII, p. 264) y 13 de junio de 1991, la Corte volvió a
manifestar que cuando, al momento de fallar, el juez observa que se presenta el fenómeno de
la indebida acumulación de pretensiones porque todas las deducidas en la demanda no tienen
el mismo procedimiento debe dictar sentencia de mérito en lo pertinente, es decir, respecto de
las que recibieron trámite legal, e inhibitorio en relación con las demás (CJ CLII, 219 y 220
primera parte) (Corte Suprema de Justicia, sentencia de 14 de agosto de 1995, Magistrado:
Nicolás Bechara Simancas).
En sentencias más recientes —a propósito de la responsabilidad contractual y extracontrac-
tual— como la STC 6507 de 2017 la Corte Suprema de Justicia, citando sentencias de años
anteriores, consideró:
No se trata de restringir o menoscabar las potestades hermenéuticas del juzgador, ni mucho
menos que al conjuro de un determinado vocablo utilizado por el actor, quede irremediable-
mente ligado a esa expresión. Por el contrario, ya se ha recalcado, y nuevamente se enfatiza,
que el juez tiene el deber de desentrañar el verdadero y más equitativo sentido de la demanda,
por supuesto, sin distorsionarla, labor en cuya realización puede acontecer que el demandante,
50 Julia Victoria Montaño Bedoya

En síntesis si hay claridad no se interpreta. Si la oscuridad y confusión no le


permite ver el horizonte, no se interpreta, pues estaría sustituyendo una carga del
actor. Finalmente, si el juez distorsiona la pretensión y dentro de ella cambia los
hechos, se configura un error de hecho recurrible en casación.
El código general del proceso ha recogido esta doctrina probable y la ha mu-
tado a regla igualmente vinculante como la doctrina probable, pero en un grado
diferente, en el artículo 42-5 que a propósito de los deberes del juez prescribe:
Adoptar las medidas autorizadas en este código para sanar los vicios de procedi-
miento o precaverlos, integrar el litisconsorcio necesario e interpretar la demanda de

descuidada o ambiguamente sitúe su petición en el ámbito de la responsabilidad extracon-


tractual, pero al exponer el objeto de su reclamación o la causa para expedir evidencie con
nitidez lo contrario, es decir que su pedimento se afinca en la responsabilidad derivada del
incumplimiento negocial, pues en esa hipótesis deberá el juzgador emprender el ejercicio inte-
lectivo pertinente, enderezado a establecer el genuino sentido de dicho libelo, sin que necesaria
e ineludiblemente deba atenerse a la denominación que al desgaire le hubiere imprimido el
accionante. Otro tanto ocurrirá en la hipótesis antagónica.
En fin, lo que aquí se quiere significar es que cuando el actor ha explicitado de manera unívoca y
contundente la especie de responsabilidad que quiere hacer valer contra el demandado, no le es
dado al fallador desdeñar esa elección ni alterar a su gusto, sin importar los móviles que lo alien-
ten, la clara y expresa decisión del demandante. (CSJ SC-071, 16 julio 2008, Rad. 1997-00457).
Así pues, la postulación del tipo de acción que rige el caso y la identificación de la correspon-
diente norma sustancial que ha de tomarse en cuenta para solucionar la controversia jurídica
(que presupone necesariamente la interpretación de la demanda), son actos obligatorios que
han de realizar los jueces, pues son de su exclusiva competencia, tal como lo ha explicado la
doctrina académica y la jurisprudencia de esta Corte”.
Al respecto, esta Corporación, en sentencia N° 208 de 31 de octubre de 2001, expediente
5906, indicó:
“…el juez debe interpretar la demanda en su conjunto, con criterio jurídico, pero no mecánico,
auscultando en la causa para pedir su verdadero sentido y alcance, sin limitarse a un entendi-
miento literal, porque debe trascenderse su misma redacción, para descubrir su naturaleza y
esencia, y así por contera superar la indebida calificación jurídica que eventualmente le haya
dado la propia parte demandante. Tales hechos, ha dicho la Corte, ‘son los que sirven de funda-
mento al derecho invocado y es sobre la comprobación de su existencia y de las circunstancias
que los informan sobre qué habrá de rodar la controversia’ (Sentencia de 2 de diciembre de
1941). Si están probados los hechos, anotó en otra ocasión, ‘incumbe al juez calificarlos en la
sentencia y proveer de conformidad, no obstante los errores de las súplicas: da mihi factum,
dabo tibi ius’ (GJ No. 2261 a 2264, p. 137).
Sobre interpretación de demanda consultar también las siguientes sentencias proferidas en
sede de casación por la Corte Suprema de Justicia: 12/09/00 MP. Nicolás Bechara Simancas.
24/5/00, y 6/02/01, 1/08/01 MP Jorge Antonio Castillo Rugeles. 31/10/01 MP José Fernan-
do Ramírez Gómez. 19/11/02 MP Jorge Santos Ballesteros. 12/02/03 y 10/06/05 MP José
Fernando Ramírez Gómez. 02/07/05 MP César Julio Valencia Copete. 12/09/05 y 04/11/05
MP Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo. 17/10/06 y 07/13/07 MP Jaime Alberto Arrubla Pau-
car. 28/05/2008 MP Gustavo José Gnecco Mendoza. 27/08/08 MP William Namén Vargas.
30/03/09 MP César Julio Valencia Copete. 06/05/09 MP. William Namén Vargas.
La pretensión procesal como objeto litigioso 51

manera que permita decidir de fondo el asunto. Esta interpretación debe respetar el dere-
cho de contradicción y el principio de congruencia. (Negrilla extra texto)44.
Si el juez en la sentencia incurre en desatinos en la interpretación de la demanda,
éstos deberán alegarse, por medio de la causal primera de casación, consistente en la
violación indirecta de la ley sustancial, como consecuencia de un error de hecho por
preterición, suposición, cercenamiento o adición. (SC 15211-2017 Corte Suprema de
Justicia). Si la disonancia proviene del entendimiento de la demanda, la falencia es fun-
dada en la causal primera de casación por cuanto este yerro es de juicio y no de proce-
dimiento (CCXIIX, Vol. II, 1468. CSJ. SC de 19 de enero de 2005, radicación núm. 7854,
reiterada en sentencia 6795 de 2017).

7.  LA PRETENSIÓN COMO OBJETO LITIGIOSO


Y SU INCIDENCIA EN COSA JUZGADA, PLEITO PENDIENTE,
PREJUDICIALIDAD Y CONGRUENCIA
Si la pretensión es el objeto litigioso, todo lo que sucede en el proceso gravita en
torno a la pretensión procesal, especialmente los institutos procesales de cosa juzga-
da, pleito pendiente, congruencia y prejudicialidad, tal y como pasará a exponerse.

7.1.  Cosa juzgada


La cosa juzgada no es más que el efecto que produce la sentencia ejecutoria-
da. Se configura cuando el nuevo proceso versa sobre el mismo objeto litigioso
resuelto con anterioridad mediante sentencia ejecutoriada45 proferida en pro-
ceso contencioso46, es decir, al compararse desde los elementos estructurales,
(sujetos-partes, objeto y causa petendi fáctica y jurídica), los objetos litigiosos
del proceso nuevo con los del proceso terminado mediante sentencia ejecutoria-
da, se encuentra total identidad en dichos elementos, configurándose así en el
nuevo proceso la cosa juzgada, hecho que deberá ser alegado por el demandado
bajo la forma de una excepción de mérito, o de no ser alegada pero sí probada
en cualquier etapa del proceso, el juez deberá reconocerla oficiosamente por

44
Artículo 42 numeral 5 del CGP.
45
“Las providencias proferidas en audiencia adquieren ejecutoria una vez notificadas, cuando no
sean impugnadas o no admitan recursos.
No obstante, cuando se pida aclaración o complementación de una providencia, sólo quedará
ejecutoriada una vez resuelta la solicitud.
Las que sean proferidas por fuera de audiencia quedan ejecutoriadas tres días después de no-
tificadas, cuando carecen de recursos o han vencido los términos sin haberse interpuesto los
recursos que fueren procedentes, o cuando queda ejecutoriada la providencia que resuelva los
interpuestos”. Artículo 302 CGP.
46
la sentencia proferida en proceso de jurisdicción voluntaria no produce efectos de cosa juzga-
da. Artículo 304 CGP.
52 Julia Victoria Montaño Bedoya

medio de sentencia anticipada (artículo 278-3 CGP). Con la finalidad de dar


seguridad jurídica evitando así la producción de dos sentencias que pudieran ser
contradictorias sobre el mismo objeto litigioso, caso en el cual deberá cumplirse
la sentencia que se profiera en el proceso donde pudiendo ser alegada la cosa
juzgada el demandado no lo hizo. Sobre el particular el profesor Hernán Fabio
López Blanco sostiene que:
... Si el demandado guarda silencio sobre el punto y se produce un nuevo fallo dife-
rente del anterior, debe prevalecer el segundo y ya no se podrá aducir, a manera de ex-
cepción, la existencia de la primera sentencia... En suma, si el demandado ha gozado de
todas las oportunidades para proponer la excepción y para configurarla, de modo que el
juez, aun de oficio, la declare y sin embargo no lo hace, el fallo proferido en el segundo
proceso es el único que puede cumplirse, por cuanto la primera sentencia carece enton-
ces de toda fuerza al dársele prelación a la última, la que sólo con el empleo exitoso del
recurso de revisión puede dejar de ser eficaz para que prime la inicialmente proferida47.

7.2.  Pleito Pendiente


Cuando a la misma persona se le notifique por segunda vez el auto admisorio de
una demanda, que contiene idéntico objeto (pretensión) al que está pendiente de ser
resuelto en otro proceso, se configurará en aquel proceso el pleito pendiente, y dentro
de éste, en el traslado para contestar la demanda, bajo la forma de excepción previa
(art. 100-8 CGP), el demandado tiene la carga de alegar el hecho que lo constituye.
Bastará con comparar los objetos litigiosos de los procesos en curso desde sus elemen-
tos estructurales (sujetos-partes, objeto y causa petendi fáctica y jurídica), y si resultan
idénticos y además probados, el juez declarará terminado el proceso48 .

7.3. Prejudicialidad
Cuando la decisión de un objeto litigioso incida directamente en la decisión de otro
objeto litigioso, estaremos ante una cuestión prejudicial, que puede ser alegada por la
parte que tenga interés en ello, en cualquier etapa del proceso, antes de la sentencia.
El hecho que constituye la prejuicialidad no se alega en forma de excepción,
por cuanto el hecho que la conforma no genera el efecto que la ley le atribuye ni

47
López Blanco, Hernán Fabio. Código General del Proceso. Bogotá: Dupré. 2016. p. 693.
48
En la obra del profesor Pedro Pablo Cardona Galeano denominada Manual de Derecho Proce-
sal Civil parte general en edición se lee “puede alegarse la excepción de cosa juzgada con fun-
damento en una sentencia proferida por tribunal extranjero, si ésta ha obtenido el exequátur,
mas no podría oponerse la excepción previa de pleito pendiente en un segundo proceso que
se siguiera ante un funcionario judicial colombiano, con apoyo en que la misma pretensión se
dedujo por el demandante ante el tribunal de otro país”.
La pretensión procesal como objeto litigioso 53

a las excepciones previas (sanear o terminar el proceso) ni a las excepciones de


mérito (impedir el nacimiento del derecho, modificarlo o extinguirlo), dado que
el ordenamiento procesal le asigna a la prejudicialidad un efecto totalmente dife-
rente, cual es la suspensión del proceso (art. 161-1 CGP), que más que suspender
el proceso, lo que realmente debe suspenderse, es el proferimiento de la sentencia,
hasta tanto no se resuelva el objeto que incida en la decisión de otro objeto liti-
gioso, suspensión que no puede ser superior de dos años siguientes a la fecha en
que empezó la suspensión (art. 163 CGP).

7.4. Congruencia
Consiste en la consonancia que debe guardar la sentencia con el objeto litigio-
so, es decir con la pretensión y además con las excepciones de fondo o de mérito
si son propuestas, o con las que deba resolver el juez de oficio si se lo impone la
ley. De tal manera que las partes con sus actos procesales medulares, establecen
límites a la decisión del juez, no pudiendo éste resolver en la sentencia sino dentro
de los confines propuestos por los justiciables y por la ley.
Incongruencia de la sentencia frente a la pretensión. Si el juez en la sentencia
condena al demandado por cantidad superior a la pedida, la sentencia será incon-
gruente por ultra petita, de tal manera que, para que la sentencia sea congruente,
el juez sólo podrá conceder lo pedido por el sujeto activo siempre que resulte
probado, porque “si lo pedido por el demandante excede de lo probado se le re-
conocerá solamente lo último”. Art. 281 inciso 3º. CGP.
La legislación procesal establece algunas excepciones a esta regla, como la
consagrada en el art. 206 del CGP con ocasión del juramento estimatorio, cuando
precisa en el inciso quinto: “el juez no podrá reconocer suma superior a la indi-
cada en el juramento estimatorio, salvo los perjuicios que se causen con posterio-
ridad a la presentación de la demanda o cuando la parte contraria lo objete”.49
De esta cita se colige que: i) el juez condenará al demandado por una cantidad
superior a la pedida a título de indemnización correspondiente a los perjuicios
causados y probados durante el proceso, y ii) el juez condenará al demandado
por una cantidad superior a la pedida y estimada bajo juramento a título de in-
demnización, compensación, frutos o mejoras, cuando esta cantidad mayor sea el
resultado del recaudo probatorio con ocasión de la objeción.
Las excepciones también están comprendidas en las autorizaciones expresas
que el legislador concede al juez para fallar ultra petita como lo hace en los pará-
grafos 1º y 2º del artículo 281 del CGP.

49
Artículo 206 inciso 5 del CGP
54 Julia Victoria Montaño Bedoya

Si el juez en la sentencia condena al demandado por un objeto distinto del for-


mulado en la pretensión, la sentencia se tornará en incongruente por extra petita.
En este caso el juez no se excede del petitum de la pretensión, sino que muta o
cambia el bien o el objeto sobre el que recae la petición de la pretensión, o cambia
la tutela judicial reclamada en el petitum.
Si el juez en la sentencia omite pronunciarse sobre el objeto litigioso, la incon-
gruencia de la sentencia será por citra petita, que podría tener mayor ocurrencia en
la acumulación de pretensiones como cuando el juez no se pronuncia sobre todas
las pretensiones acumuladas de forma principal; o cuando el juez no se pronuncia
expresamente sobre la pretensión acumulada escalonada así haya estimado o des-
estimado la principal o antecedente; o cuando el juez, al desestimar una pretensión
acumulada como eventual o alternativa, no pasa a estudiar y resolver la otra acu-
mulada bajo esta misma forma, o cuando el juez no hace declaraciones oficiosas
como consecuencia de declarar derechos reclamados en sede de pretensión.
Incongruencia de la sentencia frente a la excepción: Si al estar probada, el juez
no declara una cualquiera de las excepciones consagradas en el artículo 278 nu-
meral 3 del CGP, tales como cosa juzgada, transacción, caducidad, o carencia de
legitimación en la causa, aun cuando no fuere alegada por la parte pasiva, la sen-
tencia será incongruente por citra petita; esta misma incongruencia se presentará
si el juez no reconoce una excepción de mérito impropia, siempre que aparezca
probada, aunque no haya sido alegada (artículo 282 CGP).
Podrá ser también incongruente la sentencia cuando el juez declara probados
los hechos fundentes de excepciones de fondo propias, tales como: nulidad relati-
va, compensación y prescripción50, sin haber sido alegadas por el demandado en
el traslado para contestar la demanda.
¿Existen remedios a la sentencia incongruente? Si la incongruencia de la sen-
tencia, frente a la pretensión o a las excepciones, se origina en la extra o la ultra
petita, el remedio para dicho error judicial, es la impugnación de la sentencia
mediante los recursos judiciales ordinarios o extraordinarios, según la clase de
sentencia de que se trate.
Si la incongruencia de la sentencia, frente a la pretensión o a las excepciones, se
da por citra petita, el remedio ya no será la impugnación recurriendo la providen-
cia ordinaria o extraordinariamente, sino la adición de la sentencia consagrada en
el artículo 287 del CGP.

50
Para que estas sean declaradas por el juez, deben ser alegadas por la parte demanda. Leer el
tema en Rodríguez Lazo, Carlos. Síntesis de la teoría general de las obligaciones. Santiago de
Chile: Nascimimento.
CUADRO RESUMEN

Objeto Forma de alegarla y


Instituto Proceso Sujeto que la alega Efecto
litigioso oportunidad

Cosa juzgada Nuevo proceso y identidad de obje- Excepción de mérito Demandado Terminación del
Proceso termina- tos litigiosos en el traslado para proceso
do contestar la demanda

Pleito pendiente Procesos en curso identidad de obje- Excepción previa en el Demandado Terminación del
tos litigiosos traslado para contes- proceso
tar la demanda

Prejudicialidad Procesos en curso Diversidad de ob- Solicitud antes de la Cualquiera de las Suspensión del
jetos litigiosos sentencia partes proceso (del profe-
rimiento de la sen-
tencia)
La pretensión procesal como objeto litigioso

Incongruencia Proceso en curso Excesos u omisio- Impugnación: recurso Parte afectada con Revocar, reformar,
nes al resolverse judicial o adición de la incongruencia anular o adicionar
el objeto litigioso la sentencia en el tér- la sentencia
mino de ejecutoria de
la sentencia

Fuente: Elaboración propia, a partir de la dogmática y normativa regulatoria de dichas instituciones


55
2. LA EXCEPCIÓN PROCESAL Y LA
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

Demanda y contestación son actos de parte con fines distintos. Los de la de-
manda iniciar el proceso, determinación de la competencia y del procedimiento, e
interrumpir el término de prescripción y hacer inoperante el término de caducida-
d51,entre otros. Los de la contestación: oponerse a la pretensión, citar otras partes
y terceros. Ambas, demanda y contestación, fijar los extremos de la litis.
Los dos actos, demanda y contestación, deben cumplir unos requisitos forma-
les, como contener la pretensión aquélla y la excepción ésta52, contenidos que es-
tructuralmente son idénticos, dado que ambos están compuestos de un elemento
subjetivo, objetivo y causal.
Los sujetos que integran el acto excepción son: el excepcionante, persona de-
terminada e individualizada que coincide con el demandado, como sujeto activo;
sujeto pasivo quien coincide con el demandante pretensionante; y entre ellos, co-
mo sujeto destinatario, el mismo juez competente de la pretensión.
El sujeto pasivo de la relación procesal también formula una petición al juez
cuando presenta la excepción, elemento objetivo de ésta, que corresponde a la
petición de declaración de terminación del proceso o su saneamiento, cuando la
excepción es previa, formal o dilatoria, que corresponde a lo que en doctrina se
entiende por impedimentos procesales. Si lo que se pide es la declaración de extin-
ción del derecho sustancial y de la obligación correlativa, reclamada en la petición
de la pretensión; la modificación del derecho sustancial y de la obligación correla-
tiva reclamada en la petición de la pretensión; o la declaración del no nacimiento
del derecho sustancial y de la obligación correlativa reclamada en la petición de
la pretensión, la excepción será de fondo, mérito o perentoria53.

51
Cuando el auto admisorio de la demanda o el mandamiento ejecutivo se notifica al demandado
dentro del año siguiente a la fecha en que dicha providencia fue notificada al demandante, se
interrumpe la prescripción y se impide que se produzca la caducidad a partir del momento en
que se presentó la demanda.
52
Aun cuando estén formuladas en escritos separados, como es el caso de las excepciones previas.
53
Las excepciones fueron creadas en el derecho Romano. La idea de la excepción nació en el
segundo período del Derecho Procesal Romano, es decir; bajo el sistema formulario creado en
58 Julia Victoria Montaño Bedoya

Dichos pedidos, deben estar contenidos en la consecuencia jurídica de una


norma jurídica; las que corresponden a excepciones previas en normas procesales
y las que correspondan a excepciones de mérito, en una norma sustancial, dado
que el juez sólo puede hacer declaraciones contenidas en normas jurídicas y espe-
cíficamente en la sentencia, sólo puede hacer declaraciones referidas a derechos
sustanciales reconocidos en el ordenamiento jurídico.
Ambas se deben proponer en la misma etapa procesal. El traslado para contes-
tar la demanda, las previas, por su naturaleza procesal, se deben tramitar y resol-
ver inmediatamente son propuestas; las de fondo, dada su naturaleza sustancial,
se resuelven en la sentencia junto con la pretensión.

tiempos de Cicerón y Usar Augusto, por medio de la Ley Aebutia y las dos Leyes Julias, las cua-
les pusieron fin al sistema de acciones de la ley u originaron el sistema de acciones formularias.
En el primer período, o sea bajo el sistema de las acciones de la ley, en todos los casos en que
el actor probaba los extremos de su demanda, aunque la condena fuera injusta o de mala fe,
siempre se ejecutaba: por ejemplo, cuando tenía que resolverse un caso de estricto derecho,
pero viciado de dolo, fuerza o error, aún en tales casos tenía que condenarse al despiadado.
Fue ante esto y cuando el legislador romano se dio cuenta de semejante injusticia, que se creó
el derecho de excepción.
En el período formulario, el pretor autorizaba al actor mediante una fórmula para que pudiera
deducir su derecho ante el juez, pero en la misma fórmula, el magistrado autorizaba al juez,
para resolver el conflicto ya condenando o absolviendo al demandado, absolución que se daba
en los casos en que se comprobaba alguna circunstancia por la que será injustamente condena-
do el demandado.
Debe señalarse, sin embargo, que cuando se trataba de una acción de buena fe, no era necesario
que el magistrado insertara en la fórmula cláusula alguna para absolver al demandado, pues
bastaba que éste expusiera una excepción fundada en la equidad para que se le absolviera; de
tal forma, que podía en tal clase de acciones defenderse el demandado reclamando equidad.
En el Derecho Romano, las defensas en favor del demandado podían ser tomadas por el juez
de oficio en algunas ocasiones.
Éstas eran cuando se trataba de circunstancias que obraban en favor del demandado por sí
mismas, es decir, que operaban de derecho. Y había, por otra parte, defensas que únicamente
podrán hacerse valer a petición del demandado; éstas son las que constituyen un verdadero
derecho de éste.
Justiniano nos define la excepción, como la defensa en favor del demandado, porque sucede
con frecuencia nos dice, que si bien es cierto que la demanda es justa en sí misma, es sin embar-
go injusta respecto a la persona contra quien se intenta, estas excepciones son las que derivan
del miedo, mala fe, dinero no entregado, la cosa juzgada, etc., etc.
Los romanos clasificaban las excepciones así: Primero: Perpetuas o perentorias y temporales
o dilatorias. Segundo: De hecho y de derecho derechos personales y reales. Cuarto: Civiles y
pretorianas. Tomado de: Universidad de El Salvador. Facultad de Jurisprudencia y Ciencias
Sociales. Las excepciones en el derecho procesal civil salvadoreño. Tesis doctoral presentada
por Ricardo Hernán Cortés Martínez. 1974.
http://www.csj.gob.sv/BVirtual.nsf/f8d2a0b5ee4651a386256d44006c123c/6600e15
c8137549b0625776e0058faca
La excepción procesal y la contestación de la demanda 59

La petición de la excepción debe estar fundamentada fáctica y jurídicamente.


Los hechos que le sirven de razones a la petición de la excepción, tanto previa co-
mo de fondo, deben ser vivos y tipo; es decir, pasados o que aún están pasando, y
además deben guardar correspondencia con el supuesto normativo de una norma
regla, de la cual se deriva la consecuencia jurídica, cuya declaración se formula
como petición de la excepción.
De lo anterior se desprende que tanto las pretensiones como las excepciones
deben fundamentarse en hechos y además, los hechos que alega el demandado
deben ser nuevos respecto a los hechos de la pretensión. Si el demandado se limita
a negar los hechos de la pretensión, éstas serán simples defensas.
En las excepciones previas estos hechos son constitutivos de la ausencia de requi-
sitos de validez del proceso o de otro requisito formal, expresamente exigido por el
legislador. Y, en las excepciones de fondo o de mérito, estos hechos serán los constitu-
tivos de causales legales de extinción, modificación o impedimento del nacimiento de
derechos sustanciales, consagrados de manera dispersa en el orden jurídico sustancial.
Son hechos constitutivos de la ausencia de requisitos de validez del proceso o
de otro requisito formal, la falta de jurisdicción o de competencia, incapacidad o
indebida representación del demandante o del demandado, habérsele dado a la
demanda el trámite de un proceso diferente al que corresponde, y los demás pre-
vistos así taxativamente en el artículo 100 numerales 1 a 11 CGP.

Consecuencias jurídicas cuya declaración


Hechos fundantes de excepciones previas
se pide en la excepción previa
(art. 100 CGP)
(art. 101 CGP)
Numeral 1. Falta de jurisdicción o de Remisión del expediente al juez que co-
competencia: Desde el método inductivo rresponda conservando lo actuado su va-
deberá analizarse si el derecho sustancial lidez (numeral 2 inciso 3º)
reclamado en la petición de la pretensión
no está atribuido expresamente por la ley
a la jurisdicción contenciosa administrati-
va, a la jurisdicción constitucional o a una
jurisdicción especial como la indígena o
la de paz, corresponderá a la jurisdicción
ordinaria.
Si el asunto no está atribuido expresamente
por la ley a la jurisdicción ordinaria en su
especialidad laboral, penal, familia o res-
ponsabilidad penal para adolescentes, co-
rresponderá a la especialidad civil. (Ver arts.
15 CGP y Título VIII de la CPC y LEA).
60 Julia Victoria Montaño Bedoya

Consecuencias jurídicas cuya declaración


Hechos fundantes de excepciones previas
se pide en la excepción previa
(art. 100 CGP)
(art. 101 CGP)
La competencia deberá determinarse des-
de los factores objetivo, subjetivo, funcio-
nal y territorial, previstos en cada código
de procedimiento, según la materia.

Numeral 2. Compromiso o cláusula com- Terminación del proceso y devolución al


promisoria: Si el escrito que contiene el demandante de la demanda con sus ane-
negocio jurídico que sirve de antecedente xos. (numeral 2 inciso 4º)
a la pretensión o forma parte de la misma, Terminando el proceso judicial, al decla-
incluye una cláusula compromisoria. rarse probada dicha excepción, la deman-
O cualquiera de las partes acompaña el da arbitral deberá presentarse dentro de
escrito contentivo del compromiso. los veinte días siguientes a la ejecutoria
del auto que da por terminado el proceso,
para que no se torne ineficaz la interrup-
ción de la prescripción ni sea inoperante
la caducidad (parágrafo primero del arts.
90 y 95-4 CGP, estatuto arbitral Ley 1563
de 2012)

Numeral 3. Inexistencia del demandante o Terminación del proceso y devolución de


del demandado: Inexistencia de la perso- la demanda al demandante (numeral 2 in-
na natural o jurídica, del patrimonio au- ciso 1º)
tónomo, o de cualquiera otra categoría a
la que la ley le atribuya la capacidad para
ser parte en el proceso, que constituye la
ausencia de capacidad para ser parte.

Numeral 4. Incapacidad o indebida repre- Saneamiento


sentación del demandante o del demanda- En su defecto
do: Incapacidad de ejercicio de cualquiera
Terminación del proceso y devolución de
de las partes y/o estar representado por
la demanda al demandante (numeral 2 in-
alguien diferente a quien la ley dispone.
ciso 1º)
Art. 58 CGP. Constituye la ausencia de
capacidad para comparecer en el proceso.
Numeral 5. Ineptitud de la demanda por Saneamiento
falta de los requisitos formales o por in- En su defecto
debida acumulación de pretensiones: La
Terminación del proceso y devolución de
demanda y la pretensión debe reunir re-
la demanda al demandante (numeral 2 in-
quisitos formales consagrados en los arts.
ciso 1º)
82, 83 y 88 CGP.
La excepción procesal y la contestación de la demanda 61

Consecuencias jurídicas cuya declaración


Hechos fundantes de excepciones previas
se pide en la excepción previa
(art. 100 CGP)
(art. 101 CGP)
Numeral 6. No haberse presentado prue- Saneamiento
ba de la calidad de heredero, cónyuge o En su defecto
compañero permanente curador de bie-
Terminación del proceso y devolución de
nes, administrador de comunidad, alba-
la demanda al demandante (numeral 2 in-
cea y en general de la calidad en actúe
ciso 1º)
el demandante o se cite al demandado,
cuando a ello hubiere lugar: La prueba de
la existencia y representación de las per-
sonas jurídicas de derecho privado sólo
podrá exigirse cuando dicha información
no conste en las bases de datos de las enti-
dades públicas y privadas que tengan a su
cargo el deber de certificarla. Cuando en
la demanda se exprese que no es posible
acreditar las anteriores circunstancias, se
procederá como lo disponen los numera-
les 1 y 2 del art. 85 del CGP.
Cuando se ignore quién es el representan-
te del demandado se procederá a su em-
plazamiento. Art. 85-4.

Numeral 7. Habérsele dado a la demanda Darle el trámite que legalmente corres-


el trámite de un proceso diferente al que ponda
corresponda. No es un requisito de admi-
sibilidad de la demanda ni causal de nuli-
dad en el CGP

Numeral 8. Pleito pendiente entre las mis- Terminación del proceso y devolución de
mas partes y sobre el mismo asunto. Se la demanda al demandante (numeral 2 in-
configura cuando a la misma persona se le ciso 1º)
notifica por segunda vez, el auto admiso-
rio de la demanda contentiva de la misma
pretensión.

Numeral 9. No comprender la demanda Citar a las personas que deben integrar la


a todos los litisconsortes necesarios. Si la parte como litisconsortes necesarios (art.
parte activa no está integrada por todos 61 inciso 2º)
las personas titulares de la relación sus-
tancial que se invoca o cuando así lo exija
expresamente la ley.
62 Julia Victoria Montaño Bedoya

Consecuencias jurídicas cuya declaración


Hechos fundantes de excepciones previas
se pide en la excepción previa
(art. 100 CGP)
(art. 101 CGP)
Numeral 10.No haberse ordenado la cita- Citar a las personas que la ley dispone
ción de otras personas que la ley dispone (art. 101 inciso 6º)
citar: Como citar a las personas que dis-
pone el art. 68 con ocasión de la sucesión
procesal, citar a las personas que prevé el
artículo 160 ante los eventos que originen
la interrupción del proceso, entre otras.
Numeral 11. Haberse notificado el auto Notificar a las personas que la ley dispone
admisorio de la demanda a persona dis- (art. 101 inciso 6)
tinta de la que fue demandada: Como
cuando se notifica a un homónimo o a
una persona con nombres y apellidos pa-
recidos al verdadero demandado.
Fuente: Elaboración propia, a partir de la normativa colombiana vigente.

Hechos constitutivos de causales legales de extinción de la obligación, son:


el pago, la compensación, la prescripción y, en general, las consagradas en el
artículo 1625 del CC numerales uno al diez, y otros, como la cosa juzgada;
hechos constitutivos de causales legales de modificación de la obligación, como
los que componen la imprevisión y la culpa con sus graduaciones art. 63 CC; y
hechos integrantes de causales legales de impedimento del nacimiento de dere-
chos sustanciales y de sus obligaciones correlativas, como: las causales tanto de
inexistencia como de nulidad del acto o negocio jurídico art. 1741 del CC, la
simulación del contrato y la fuerza mayor, el caso fortuito y la culpa exclusiva
de la víctima, entre otras.
Los efectos de las excepciones de mérito podrán ser temporales, cuando no
obstante ser declaradas por el juez en la sentencia, no impiden la existencia de
un nuevo proceso, cuyo objeto sea la misma pretensión, como cuando para el
momento de la presentación de la demanda, se exige el cumplimiento de una
obligación y, ésta aún no es exigible porque está pendiente del vencimiento de
un plazo, o de que se cumpla una condición o modo; estos hechos serán cons-
titutivos de una excepción de mérito impeditiva de carácter temporal. (Ver art.
304-4 CGP).
Las legislaciones procesales vigentes en Colombia consagran como requisitos
formales de la contestación de la demanda, los siguientes:
La excepción procesal y la contestación de la demanda 63

CGP CPTSS CPACA


Ley 1564 de 2012 Ley 2158 de 1948 Ley 1437 de 2011
Art.96 y 100 Art.31 Art. 175
Contestación de la demanda. Forma y requisitos de la con- Contestación de la demanda. 
Con los siguientes conteni- testación de la deman- Durante el término de trasla-
dos: da (artículo modificado por do, el demandado tendrá
el artículo 18 de la Ley 712 la facultad de contestar la
de 2001). El nuevo texto es: demanda mediante escrito,
La contestación de la de- que contendrá:
manda contendrá:
1. El nombre del demandado, 1. El nombre del demandado, 1. El nombre del demandado,
su domicilio y los de su re- su domicilio y dirección; su domicilio y el de su re-
presentante o apoderado en los de su representante o su presentante o apoderado,
caso de no comparecer por apoderado en caso de no en caso de no comparecer
sí mismo. También deberá comparecer por sí mismo. por sí mismo.
indicar el número de docu-
mento de identificación del
demandado y de su represen-
tante. Tratándose de perso-
nas jurídicas o patrimonios
autónomos deberá indicarse
el número de identificación
tributaria (NIT).
2. pronunciamiento expreso y 2. Un pronunciamiento expreso 2. Un pronunciamiento sobre
concreto sobre las preten- sobre las pretensiones. las pretensiones y los hechos
siones y sobre los hechos de de la demanda.
la demanda, con indicación
de los que se admiten, los
que se niegan y los que no le
constan. En los dos últimos
casos manifestará en forma
precisa y unívoca las razo-
nes de su respuesta. Si no
lo hiciere así, se presumirá
cierto el respectivo hecho.
3. Las excepciones de mérito 3. Un pronunciamiento expre- 3. Las excepciones.
que se quieran proponer so y concreto sobre cada
contra las pretensiones del uno de los hechos de la de-
demandante, con expresión manda, indicando los que se
de su fundamento fáctico, admiten, los que se niegan
el juramento estimatorio y y los que no le constan. En
la alegación del derecho de los dos últimos casos mani-
retención, si fuere el caso. festará las razones de su res-
puesta. Si no lo hiciere así,
se tendrá como probado el
respectivo hecho o hechos.
64 Julia Victoria Montaño Bedoya

CGP CPTSS CPACA


Ley 1564 de 2012 Ley 2158 de 1948 Ley 1437 de 2011
Art.96 y 100 Art.31 Art. 175
4. La petición de las pruebas 4. Los hechos, fundamentos 4. La relación de las pruebas
que el demandado pretenda y razones de derecho de su que se acompañen y la peti-
hacer valer, si no obraren defensa. ción de aquéllas cuya práctica
en el expediente. se solicite. En todo caso, el de-
mandado deberá aportar con
la contestación de la deman-
da todas las pruebas que ten-
ga en su poder y que pretenda
hacer valer en el proceso.
5. El lugar, la dirección física 5. La petición en forma indivi- 5. Los dictámenes periciales que
y de correo electrónico que dualizada y concreta de los considere necesarios para
tengan o estén obligados medios de prueba, y oponerse a las pretensiones
a llevar, donde el deman- de la demanda. Si la parte
dado, su representante o demandada decide aportar la
apoderado recibirán notifi- prueba pericial con la contes-
caciones personales. tación de la demanda, deberá
A la contestación de la deman- manifestarlo al juez dentro
da deberá acompañarse el po- del plazo inicial del traslado
der de quien la suscriba a nom- de la misma establecido en el
bre del demandado, la prueba artículo  172  de este Código,
de su existencia y representa- caso en el cual se ampliará
ción, si a ello hubiere lugar, hasta por treinta días más,
los documentos que estén en contados a partir del venci-
su poder y que hayan sido so- miento del término inicial
licitados por el demandante, o para contestar la demanda.
la manifestación de que no los En este último evento, de no
tiene, y las pruebas que preten- adjuntar el dictamen con la
da hacer valer. contestación, se entenderá
que ésta fue presentada en
forma extemporánea.
6. Las excepciones que pre-
tenda hacer valer debida-
mente fundamentadas.
Parágrafo 1º La contestación de
la demanda deberá ir acompa-
ñada de los siguientes anexos:
1. El poder, si no obra en el
expediente.
2. Las pruebas documentales
pedidas en la contestación
de la demanda y los docu-
mentos relacionados en la
demanda, que se encuen-
tren en su poder.
La excepción procesal y la contestación de la demanda 65

CGP CPTSS CPACA


Ley 1564 de 2012 Ley 2158 de 1948 Ley 1437 de 2011
Art.96 y 100 Art.31 Art. 175
3. Las pruebas anticipadas que 6. La fundamentación fáctica
se encuentren en su poder, y y jurídica de la defensa.
4. La prueba de su existencia
y representación legal, si es
una persona jurídica de de-
recho privado.
Parágrafo 2º  La falta de con-
testación de la demanda den-
tro del término legal se tendrá
como indicio grave en contra
del demandado.
Parágrafo3º Cuando la contes-
tación de la demanda no reúna
los requisitos de este artículo
o no esté acompañada de los
anexos, el juez le señalará los
defectos de que ella adolezca
para que el demandado los
subsane en el término de cinco
días, si no lo hiciere se tendrá
por no contestada en los térmi-
nos del parágrafo anterior.
7. El lugar donde el deman-
dado, su representante o
apoderado recibirán las no-
tificaciones personales y las
comunicaciones procesales.
Para este efecto, cuando la
demandada sea una entidad
pública, deberá incluir su
dirección electrónica. Los
particulares la incluirán en
caso de que la tuvieren.
Parágrafo 1º  Durante el tér-
mino para dar respuesta a la
demanda, la entidad pública
demandada o el particular que
ejerza funciones administrati-
vas demandado deberá allegar
el expediente administrativo
que contenga los antecedentes
de la actuación objeto del pro-
ceso y que se encuentren en su
poder.
66 Julia Victoria Montaño Bedoya

CGP CPTSS CPACA


Ley 1564 de 2012 Ley 2158 de 1948 Ley 1437 de 2011
Art.96 y 100 Art.31 Art. 175
Cuando se trate de demandas
por responsabilidad médi-
ca, con la contestación de la
demanda se deberá adjuntar
copia íntegra y auténtica de
la historia clínica pertinente,
a la cual se agregará la trans-
cripción completa y clara de la
misma, debidamente certifica-
da y firmada por el médico que
haga la transcripción.
La inobservancia de estos de-
beres constituye falta discipli-
naria gravísima del funciona-
rio encargado del asunto.
Parágrafo 2º  Cuando se for-
mulen excepciones se correrá
traslado de las mismas por se-
cretaría, sin necesidad de auto
que lo ordene, por el término
de tres días.
Parágrafo 3º  Cuando se aporte
el dictamen pericial con la con-
testación de la demanda, queda-
rá a disposición del demandante
por secretaría, sin necesidad de
auto que lo ordene.
Comentarios:
Como ya en la demanda consta
la determinación e individuali-
zación del demandante preten-
sionante, el numeral primero
exige para la contestación la in-
dividualización del demandado
según que sea persona natural,
jurídica o patrimonio autóno-
mo, dirigida al juez competen-
te, que no es otro distinto al
sujeto destinatario.
La causa petendi fáctica y ju-
rídica está consagrada en el
numeral 3 y en el primer inciso
del artículo 101, si la excep-
ción es previa.
La excepción procesal y la contestación de la demanda 67

CGP CPTSS CPACA


Ley 1564 de 2012 Ley 2158 de 1948 Ley 1437 de 2011
Art.96 y 100 Art.31 Art. 175
Quizá por falta de técnica, el Comentarios: Comentarios:
petitum de la excepción no es- El numeral primero coincide Los numerales 1, 2, 3 y 4 son
tá previsto expresamente como con el contenido del mismo equivalentes a los del CGP, con
exigencia en esta normativa, numeral en la anotación de que en el CPA-
razón por la cual en la prácti- CA no se exige expresamente
El CGP.
ca siempre es más deficitaria la el fundamento fáctico de las
composición de la excepción El segundo del CGP está desa-
excepciones.
que la de la pretensión, razón gregado en el CPTSS en los
En el Nº 5 se refiere a la apor-
por la cual la excepción se pre- numerales 2 y3
tación de dictámenes, lo cual
sentaba sin fundamentación El cuarto es una reiteración de no está previsto así en el CGP,
fáctica, antes de la entrada en lo anterior. numeral que armoniza con el
vigor de este código, porque
También exige que las excep- parágrafo 3 sobre la misma
el anterior (CPC) ni siquiera
ciones se fundamenten en he- temática.
exigía este elemento. Pero sin
chos (numeral 6). El Nº 6 es equivalente al Nº 4
lugar a dudas deberá pedirse al
juez el efecto que a dichos he- Éste hace alusión a los anexos del CPTSS, mas no en el CGP.
chos le concede el ordenamien- que se deben acompañar con la El Nº 7 hace alusión al lugar
to jurídico antes mencionado. contestación y en el parágrafo donde el demandado recibirá
dos coinciden en parte con el notificaciones como lo estable-
El numeral segundo se refiere:
artículo 97 del CGP. ce así también el CGP.
1) a las confesiones frente a los
hechos que admiten esta prue- Es de avanzada que en el pará- El parágrafo 1º contiene as-
ba (con la expresión los que grafo 3º se consagre la inadmi- pectos especiales de la materia
se admiten); 2) a las defensas sión de la contestación, lo que administrativa
consistentes en la negación de no se consagra expresamente
los hechos fundantes de las en el CGP.
peticiones de las pretensiones
(bajo la expresión, los que
se niegan), y 3) los que serán
tema de prueba en el proceso
(bajo el término los que no le
consten). Estos dos últimos de-
ben estar unívocamente funda-
mentados en hechos, so pena
de presumirse cierto el hecho
fundante de la pretensión.
Los demás numerales exi-
gen requisitos formales que
no integran la estructura de
la excepción tales como: el
juramento estimatorio, si el
demandado reconviene recla-
mando, mejoras, frutos, com-
pensaciones o indemnizacio-
nes (Nº. 3), otros medios de
defensa como la alegación del
68 Julia Victoria Montaño Bedoya

CGP CPTSS CPACA


Ley 1564 de 2012 Ley 2158 de 1948 Ley 1437 de 2011
Art.96 y 100 Art.31 Art. 175
de retención (Nº 3), petición
de pruebas que el demanda-
do pretenda hacer valer sino
obran en el expediente y los
documentos que estén en su
poder solicitados por el de-
mandante (Nº 4 y 5), dirección
física y electrónica donde reci-
birán notificaciones (Nº 5).
Fuente: elaboración propia a partir de la normativa Colombiana vigente

las disposiciones temporales de emergencia dictadas tras el Covid-19, exigen


que la contestación a la demanda y sus anexos se presenten en forma digital.
De no reunir la contestación de la demanda los requisitos formales señalados
por el CGP, ésta deberá ser inadmitida54 de conformidad con la interpretación
sistemática que del art. 321-1 del CGP debe hacerse, concediéndole al demandado
cinco días para su corrección so pena de rechazo55. Así lo ha considerado la doc-
trina de la Corte Constitucional en sentencias como la T-1098, del 28 de octubre
de 2005, con ponencia del magistrado Rodrigo Escobar Gil.

54
La cual está prevista expresamente en el CPTSS, en el art. 31 parágrafo 3.
55
Es importante ver lo que a este respecto dice Miguel Enrique Rojas Gómez, al comentar el
artículo 96 del CGP “... aunque el CGP no contenga una regla que expresamente contemple
la inadmisión o el rechazo de la contestación de la demanda, hay que reconocer que tales op-
ciones subsisten. Ciertamente, al tenor del artículo 321.1 parece innegable que el juez pueda
rechazar la contestación de la demanda, pues si la ley precisa que es apelable el auto que re-
chace la demanda, su reforma o su contestación tiene que ser porque acepta la existencia de un
auto que rechace la contestación de la demanda. Y aunque en ninguna parte el CGP diga que la
contestación de la demanda pueda ser inadmitida, el principio de igualdad (CP, art. 13) obliga
a reconocer que esa opción tiene que existir a semejanza de lo que ocurre con la demanda, pues
si la ley obliga al juez a concederle un término al demandante para corregir su demanda antes
de rechazarla (art. 90),
No obstante que éste podría presentarla de nuevo, al demandado no se le puede rechazar de
plano su contestación sin darle la posibilidad de corregirla, mucho menos a sabiendas de que
la oportunidad para contestar la demanda es única”. Código General del Proceso. Comentado
por Miguel Enrique Rojas Gómez. 2a. ed. Esaju Bogotá. p. 218.
La excepción procesal y la contestación de la demanda 69

1.  LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA Y OTROS MEDIOS


DE DEFENSA DEL DEMANDADO
Además de las simples defensas (negaciones a los hechos fundantes de la pe-
tición de la pretensión) y de las excepciones (introducción de nuevos hechos di-
ferentes a los fundantes de la petición de la pretensión), analizadas en el acápite
anterior, la doctrina procesal y la legislación procesal vigente en Colombia, con-
sagra como actos de defensa del demandado, que deben alegarse en el traslado
de la contestación, la citación de otras partes procesales como el garante que da
lugar al llamamiento en garantía y la denuncia de pleito, así como al llamamiento
al verdadero poseedor o tenedor. (Arts. 64 a 67 del CGP).

1.1.  Llamamiento en garantía y su especie la denuncia de pleito


El llamamiento en garantía sólo procede en procesos declarativos de condena
en los que el demandado, en el término preclusivo de la contestación de la deman-
da, afirme tener derecho derivado de la ley o del contrato de seguro, a exigir de
otro (otra parte procesal-garante) por medio de la pretensión denominada revér-
sica, el pago de la indemnización del perjuicio que haya causado, según condena
impuesta en la sentencia que se dicte en el proceso, originándose con ello una acu-
mulación de pretensiones, la inicial y la revérsica, bajo la modalidad de subjetiva
plurilateral o litisconsorcial facultativa.
Si el sujeto pasivo no ejerce este derecho en el mismo proceso en el que es de-
mandado al pago la indemnización del perjuicio que ocasionó, y, con ocasión a
éste, paga la indemnización a la que fuere condenado; el ordenamiento procesal
le permite posteriormente promover un nuevo proceso en el que afirme tener
derecho legal a exigir de otro, por medio de una pretensión denominada de repe-
tición, el reembolso total o parcial de la indemnización que hubiere pagado como
resultado de la sentencia.
La pretensión revérsica de llamamiento en garantía y la pretensión de repeti-
ción, estarán contenidas en demandas que deben reunir los requisitos del artículo
82 del CGP. (Ver artículos 64 a 66 CGP).
El CGP consagra, como especie del llamamiento en garantía, la denuncia de
pleito que podrá invocar el demandado en la contestación de la demanda, al afir-
mar tener derecho legal de exigir de otro (otra parte procesal-garante) la obliga-
ción de saneamiento por evicción, mediante la pretensión denominada revérsica.
La obligación legal, que se exige mediante la denuncia de pleito, es el saneamiento
por evicción, consistente en que la ley le impone a una parte de una relación
sustancial pagar a la otra parte la suma de dinero equivalente al valor del bien,
70 Julia Victoria Montaño Bedoya

en caso de que resulte evicto por virtud de sentencia judicial, obligación que, por
ejemplo, el código civil y mercantil le impone al vendedor en favor del comprador,
cuando éste promueve una pretensión de dominio o posesoria, o contra él se inicia
una pretensión de la misma naturaleza (art. 1899 CC), reglas de la compraventa
que se extienden también a la permuta. La obligación de saneamiento por evic-
ción, también aplica para la compra venta y la permuta mercantiles. (Arts. 940 y
ss. C de Co).

1.2.  Llamamiento al verdadero poseedor o tenedor


Este llamado sólo procede en procesos declarativos en los que se ejercitan pre-
tensiones posesorias o de restitución de tenencia.
Según el artículo 67 del CGP, quien por tener una cosa a nombre de otro sea
demandado como poseedor o mero tenedor de ella, deberá expresar en el término
de traslado de la demanda, quién es el verdadero poseedor o tenedor, indicando
el sitio donde éstos puedan ser notificados. El ordenamiento procesal prevé dos
actitudes del citado:
1. Que el citado comparece y reconoce la calidad en la que se le cita, esto es
como poseedor o como tenedor, se tendrá como parte en lugar del deman-
dado, quien quedará fuera del proceso
2. Que el citado no comparece, o lo hace pero niega la calidad en la que se le
cita, esto es como poseedor o como tenedor; el proceso continuará con el
demandado, pero la sentencia surtirá efectos respecto de éste y del poseedor
o tenedor por el designado.
Si el verdadero poseedor o tenedor no es el demandado inicial ni el citado por
éste en la contestación de la demanda, sino que aparece prueba, en el curso de la
primera instancia, de que es otra persona diferente, el juez de oficio ordenará su
vinculación, teniendo este citado el mismo término del demandado para contestar
la demanda.
Si el demandado guarda silencio y no expresa que él no es el verdadero po-
seedor o tenedor, causando con dicho silencio perjuicio al demandante, será con-
denado en la sentencia a pagar estos, junto con una multa de quince a treinta
salarios mínimos legales mensuales vigentes. (Ver art. 67 CGP).

1.3. Reconvención
Es una nueva pretensión que introduce el demandado al proceso, trasportada
al juez por una demanda, en la que las partes son las mismas iniciales pero al-
La excepción procesal y la contestación de la demanda 71

teradas, es decir, en la reconvención el demandante es el demandado inicial y el


demandado el actor primigenio. Constituye una de las formas de acumulación
objetiva de pretensiones y sólo tiene cabida en los procesos declarativos de tipo
verbal. Esta pretensión sería admisible si de formularse en proceso separado pro-
cedería la acumulación, teniéndose en cuenta las reglas de los artículos 88 y 148
del CGP, sin que sea indispensable la conexidad propia o impropia, pues la pre-
tensión de reconvención puede no tener ningún nexo con la pretensión principal y
considerarse completamente autónoma. Mas, si se requiere que no esté sometida a
trámite especial y que sea de competencia del mismo juez, salvo la cuantía y el fac-
tor territorial que no son indispensables. A la demanda que contiene la pretensión
de reconvención, se le dará el mismo trámite que se le da a la demanda principal
y ambas se resolverán en la sentencia.
La notificación y el traslado se surten con el demandante y con su apoderado
mediante notificación por estados, concediéndose el traslado por el término es-
tablecido para la demanda inicial, de conformidad con el artículo 371 del CGP.

1.4. Allanamiento
El demandado dentro del traslado para contestar la demanda o en cualquier
momento antes de la sentencia de primera instancia, puede también allanarse a
las pretensiones, que además de ser una forma autocompositiva de resolver la li-
tis, se erige también en una casual de terminación anticipada del proceso, cuando
el polo pasivo de la relación procesal, antes del proferimiento de la sentencia de
primera instancia, emite su voluntad unilateral de aceptación o reconocimiento
total de la petición de la pretensión formulada en su contra, reconociendo expre-
samente sus fundamentos de hecho, lo que produce el efecto de una sentencia de
mérito estimatoria de la pretensión o de condena para el demandado, que será
parcial sólo cuando el allanamiento no se refiera a la totalidad de las pretensiones
o cuando no provenga de todos los demandados.
La manifestación de voluntad unilateral que constituye el allanamiento supone
en quien la emite, el demandado: capacidad dispositiva, facultad, o mejor, autori-
zación expresa (art. 77 inciso 5º CGP) del apoderado, si el demandado se allana
por intermedio de éste, y ser emitida por todas las personas que integran la parte
como litisconsortes necesarios. Debe recaer sobre derechos disponibles y sobre
hechos que sean susceptibles de confesión. Y, finalmente, la sentencia que acoja
el allanamiento no debe producir efectos de cosa juzgada respecto de terceros.
Todo lo anterior es requisito de eficacia del allanamiento de conformidad con los
artículos 77 inciso 5º, 98 y 99 CGP.
72 Julia Victoria Montaño Bedoya

2.  CARGAS PROCESALES DEL DEMANDADO:


EXCEPCIONES PROPIAS
Sin duda alguna, las cargas más importantes que la ley le impone al demandan-
te son: emitir el acto demanda contentivo del acto pretensión, notificar al deman-
dado del auto admisorio de la demanda o del mandamiento ejecutivo, dentro del
año siguiente al de su notificación y en el curso del proceso, realizar los actos que
eviten la caducidad procesal (denominada en nuestra legislación desistimiento
tácito). De igual manera, la carga procesal de mayor relevancia impuesta por la
ley al demandado es la contestación de la demanda, dado que56 la falta de contes-
tación, la contestación deficiente, o las afirmaciones o negaciones contrarias a la
realidad, harán presumir ciertos los hechos susceptibles de confesión contenidos
en la demanda, salvo que la ley les atribuya otro efecto, según lo dispone el artí-
culo 97 del CGP. De lo anterior se colige que los hechos que no sean susceptibles
de probarse por confesión, podrán desvirtuarse por el demandado al ejercitar el
derecho de contradicción frente a las pruebas del demandante. El demandado, al
no contestar la demanda, pierde además la oportunidad para presentar y aportar
pruebas, y objetar el juramento estimatorio consagrado en el artículo 206 del
CGP.
Otra carga procesal impuesta por la ley al demandado, la constituye la for-
mulación de las excepciones de prescripción, compensación y nulidad relativa57,
previstas en el artículo 282 del CGP, las cuales han sido denominadas doctrinaria-

56
Artículo 97 del CGP
57
En relación a la prescripción, adquisitiva o extintiva del derecho de dominio, el CC colombia-
no art. 2513 señala que: “El que quiera aprovecharse de la prescripción debe alegarla, el juez
no puede declararla de oficio”. Se debe alegar en sede de excepción o de pretensión. Frente
a la nulidad relativa, que se produce si en la celebración de un acto jurídico se ha omitido
algún requisito exigido por la ley en consideración al estado o calidad de las partes, teniendo
en cuenta su finalidad, cual es amparar los intereses de los incapaces. Siendo relativa respec-
to a las personas que pueden solicitarla, no a sus efectos que son generales y absolutos. Por
ello, los actos que adolecen de ésta son anulables o rescindibles, ya que los nulos son los que
adolecen de nulidad absoluta. No se pueden declarar de oficio porque no está establecida en
interés de la moral o de la ley, sólo pueden pedirla los favorecidos con ella. Razón por la que
el art. 1743 dispone que “la nulidad relativa no puede ser declarada por el juez o prefecto sino
a pedimento de parte”. Como mira al interés particular, el CC art 1743, también dispone que:
“puede sanearse por el lapso de tiempo o por ratificación de las partes”, ratificación que sig-
nifica renuncia expresa o tácita de la rescisión. La compensación es el pago doble y recíproco
entre personas que se hallan mutuamente obligadas. También debe alegarse pues según el art.
1719 del CC “el deudor que no la alegare, ignorando un crédito que puede oponer a la deuda,
conservará junto con el crédito mismo las fianzas, privilegios, prendas e hipotecas constituidas
para su seguridad”.
La excepción procesal y la contestación de la demanda 73

mente, excepciones de fondo o mérito propias58. Por manera que si el demandado


no alega el hecho que la constituye en la contestación de la demanda, aunque
aparezca probado en el proceso, el juez no podrá declararlas así en la sentencia,
atendiendo al deber de proferir una sentencia congruente, de conformidad con el
inciso primero del artículo 281 del CGP, cuando dispone: “La sentencia deberá
estar en consonancia con los hechos y las pretensiones aducidos en la demanda
y en las demás oportunidades que este código contempla y con las excepciones
que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley”59.(Negrilla
extra texto).
Los demás hechos extintivos, modificativos o impeditivos del derecho sustan-
cial y de su obligación correlativa, se denominan doctrinariamente excepciones de
fondo o de mérito impropias, las cuales deberá el juez reconocer oficiosamente en
la sentencia, so pena de incurrir en una incongruencia por citra petita.
Según el numeral tres del artículo 278 del CGP, cuando en cualquier estado del
proceso los hechos constitutivos de cosa juzgada, transacción, caducidad, pres-
cripción extintiva y carencia de legitimación en la causa, se encuentren probados,
el juez deberá dictar sentencia anticipada, la cual corresponde a una sentencia
de fondo o mérito, desestimatoria de la pretensión, la cual será dictada antes de
agotarse todas las etapas del proceso, por encontrarse probada una excepción
impropia.
Al interpretar sistemáticamente dicho numeral 3 del art. 278 del CGP, y el
art. 282 que le impone al demandado la carga de alegar en la contestación de la
demanda la prescripción, señalando además que “Cuando no se proponga opor-
tunamente la excepción de prescripción extintiva, se entenderá renunciada”. Se
colige que de las excepciones consagradas en el artículo 278, la prescripción ex-
tintiva siempre debe ser alegada, pues aunque resulte probada el juez no la puede
declarar de oficio. Regulación procesal que está acorde con el código civil cuando

En el CPACA se pueden declarar de oficio no sólo las excepciones previas, sino también las de
cosa juzgada, caducidad, transacción conciliación, falta de legitimación en la causa y prescrip-
ción extintiva. (Art. 180-6).
El CPTSS, en su artículo 32, dispone: “También podrá proponerse como previa la excepción
de prescripción cuando no haya discusión sobre la fecha de exigibilidad de la pretensión o de
su interrupción o de su suspensión, y decidir sobre la excepción de cosa juzgada”. 
58
Por eso, la doctrina foránea las ha denominado excepciones propias, que deben ser alegadas
por el demandado en la contestación de la demanda para poder ser declaradas en la sentencia,
a diferencia de las impropias, las cuales basta con demostrar su existencia para que el juez las
declare probadas. Chiovenda, Principios de derecho procesal civil. citado por Devis Echandía,
Hernando, op.cit. p. 24. Rouby Martínez, Said Mohamad. Puesta en práctica del Código Ge-
neral del Proceso. La Capacidad procesal en Colombia. Capítulo 1. p. 34.
59
Artículo 281 del CGP
74 Julia Victoria Montaño Bedoya

prescribe: “Artículo 2513. Necesidad de alegar la prescripción. El que quiera apro-


vecharse de la prescripción debe alegarla; el juez no puede declararla de oficio”.
Prescripción y caducidad son consecuencias jurídicas diversas que el ordena-
miento legal le atribuye a idéntico supuesto fáctico: el transcurso del tiempo.
El derecho civil señala el tiempo durante el cual un poseedor de un bien, ad-
quiere el derecho de dominio y, simultáneamente, durante este mismo período de
tiempo, este derecho sobre el mismo bien, se extingue para el titular inscrito; pres-
cripción adquisitiva y extintiva del derecho de dominio como fenómeno propio
del derecho civil.
El tiempo límite señalado legalmente para reclamar judicialmente un derecho
sustancial cualquiera, sea éste civil, laboral, administrativo, comercial..., constitu-
ye un término de caducidad. Por manera que, el no reclamar oportunamente un
derecho sustancial ante el juez (en sede de pretensión) trae consigo la consecuen-
cia jurídica de la caducidad.
Dado que el ordenamiento sustancial colombiano confunde estas figuras, lla-
mando prescripción a lo que es caducidad del término para proponer la preten-
sión, ejemplo: CC artículos: 2536. “Prescripción de la acción ejecutiva y ordinaria
.La acción ejecutiva se prescribe por cinco años. Y la ordinaria por diez .La ac-
ción ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de cinco años, y convertida
en ordinaria durará solamente otros cinco”. Y, 1954. “Prescripción de la acción
rescisoria. La acción rescisoria por lesión enorme expira en cuatro años, contados
desde la fecha de contrato”60.
Mientras no se modifique dicha normativa se tendrá que alegar como pres-
cripción los hechos configurativos de una caducidad, porque el juez sólo debe
declarar de oficio la caducidad, es decir, lo que el ordenamiento jurídico consagra
como tal.

60
Artículos 2536 y 1954 de CC
3. DEL PROCEDIMIENTO AL PROCESO
JUDICIAL

La Revolución Francesa, en pleno siglo XVIII, hizo aportaciones político jurí-


dicas de gran importancia, especialmente, en materia criminal. Forjó el procedi-
miento penal mixto, que compaginó el sistema acusatorio inglés con el inquisitivo
francés.
Producto también de la Revolución Francesa, durante la primera década del
siglo XIX, surgió en Francia la escuela del “procedimentalismo”, a raíz de la co-
dificación napoleónica que escindió el proceso civil del penal o criminal y, éstos, a
su vez, de las codificaciones sustanciales, producto de lo cual se expidió el código
civil de 1804, el código de procedimiento civil de 1806, el código de instrucción
criminal de 1808 y el código penal de 1810.
En 1903 Chiovenda al presentar en Bolonia la disertación sobre “La acción en
el sistema de los derechos”, dijo que la ciencia del derecho procesal tiene tres par-
tes: la teoría de la acción, la teoría de los presupuestos procesales, que incluye la
jurisdicción, y la teoría del procedimiento. Luego, fue Piero Calamandrei, en 1962,
quien propuso la triada acción, jurisdicción y proceso, al considerarlas como no-
ciones fundamentales de orden sistemático; instituciones que Ramiro Podetti llamó
trilogía estructural del proceso civil en 1963 y que finalmente en 1970 Don Niceto
Alcalá-Zamora y Castillo denominó “trípode desvencijado” 61, en su obra Proceso,
autocomposición y autodefensa. Lo cual explicó de la siguiente manera:
(…) del proceso sabemos dónde está, pero no lo que es (si una relación o una situa-
ción jurídica, etcétera); de la jurisdicción conocemos lo que es, pero no dónde está (si
en el derecho procesal o en el constitucional), y de la acción ignoramos lo que es (pugna
entre las teorías abstractas y las concretas) y dónde está (si en el campo del derecho ma-
terial o en el del derecho procesal).
Sólo se habló de proceso a mediados del siglo XX, cuando los alemanes lo
utilizaron como apelativo de una nueva disciplina que denominaron derecho pro-
cesal o Teoría General del Proceso, dejándose atrás el estudio de los códigos para
comenzar el estudio del proceso.

61
Zamora y Castillo Niceto Alcalá. Proceso, autocomposición y autodefensa (Contribución al
estudio de los fines del proceso) México: Universidad Nacional Autónoma de México. 2000.
pp. 103 a 104
76 Julia Victoria Montaño Bedoya

1.  NATURALEZA JURÍDICA DEL PROCESO


1.1.  Corriente privatista
En el derecho romano clásico, el proceso era considerado producto del acuer-
do de voluntades, en virtud del cual las partes pactaban no sólo iniciar el proceso,
sino además, delimitar el tema de decisión, nombrar al juez, que para la época
era un particular, y acatar o cumplir la decisión de éste, a lo que se le llamó la
litiscontestatio romana.
Esta concepción privatista sobre la naturaleza del proceso la revivieron los
franceses en el siglo XVIII, al considerar que el proceso nacía del acuerdo de
voluntades de las partes conflictuantes, por lo que el mismo correspondía a un
contrato, institución del derecho sustancial civil, que para la época estaba al-
canzando sus máximos desarrollos doctrinarios con pensadores como Rousseau
Demolombe, Pothier, entre otros.
Esta teoría fue perdiendo adeptos por cuenta de críticas, como que el proceso
no es un contrato, pues no es necesaria la presencia del demandado, siendo públi-
ca la función del juez.
Los españoles por su parte, continuaron dicha concepción privatista, pero ex-
plicaron el proceso desde el cuasicontrato, bajo el entendido de que el consenti-
miento del demandado no es del todo libre y aun así crea obligaciones, teoría que
se cuestionó por haber olvidado la ley, como fuente de obligaciones para explicar
la naturaleza jurídica del proceso.

1.2.  Corriente publicista


Los alemanes, a finales del siglo XIX, consideraron el proceso de naturaleza
pública, con base en la concepción pública que de actio ofreció Roma en la época
bizantina, al estimarla como la tutela jurídica dispensada por el Estado romano
a los particulares.
El carácter público del proceso alcanzó sus máximos desarrollos en el siglo
XX, en el marco de la consolidación del debido proceso, la constitucionalización
del derecho y la independencia judicial que permitió la configuración de lo judi-
cial como tercer poder político.
Bajo el amparo de la corriente publicista del proceso fueron los alemanes Kohler,
Bulow y Wach, entre otros, quienes consideraron el proceso como una relación
jurídica. Oscar Bulow, en su obra de las excepciones y los presupuestos procesales,
concibió al proceso como relación jurídica pública existente entre el Estado y las
partes a partir de lo cual llegó al concepto de los presupuestos procesales.
Del procedimiento al proceso judicial 77

En la misma época señalada, es decir en el siglo XX, James Goldschmidt, fun-


dó la teoría de la situación jurídica, entendida como el “estado de una persona
con respecto a su derecho desde el punto de vista de la sentencia judicial que se
espera con arreglo a la ley”62.En un sentido más amplio, la situación jurídica es
definida por el mismo como:
Conjunto de expectativas, perspectivas, posibilidades, cargas y liberación de cargas
de cada una de las partes y que significa el estado de ella desde el punto de vista de la
sentencia judicial que espera conforme a las normas jurídicas. Cada uno de los integran-
tes de la situación jurídica constituye una categoría jurídica procesal63.
Las cargas procesales son imperativos del propio interés bajo amenaza de un
perjuicio, y consisten en:
La necesidad de prevenir un perjuicio procesal y, en último término, una sentencia
desfavorable, mediante la realización de un acto procesal64, a diferencia de los deberes
“que siempre representan imperativos impuestos por el interés de un tercero o de la
comunidad”65.
(…) Existe una relación estrecha entre las cargas procesales y las posibilidades, es de-
cir, los derechos procesales de la misma parte, porque cada posibilidad impone a la parte
la carga de aprovecharla con el objeto de prevenir su pérdida (…) A veces, la posesión
de una posibilidad concurrente con una carga correlativa habilita la parte no sólo para
desembarazarse de la carga, sino para alcanzar por añadidura, una ventaja procesal. Así
la fundamentación de la demanda no sólo desembarazaría al actor de su carga de funda-
mentación, sino también de su carga de prueba, cuando el demandado no se pronuncie
sobre los hechos del actor, en cuyo caso el juez ha de tenerle por confeso66.
Las partes tienen la carga de comparecer, individualizar la pretensión y las ex-
cepciones, y de probar, so pena de sufrir una desventaja procesal; pero además tie-
nen el deber de veracidad, de cuyo incumplimiento se sigue una sanción penal y/o
disciplinaria. La consecuencia jurídica de que el actor no cumpla algunas cargas
es la caducidad. Y, el no aprovecharse por cualquiera de las partes la oportunidad
procesal, genera preclusión.

2.  ALCANCES ACTUALES DE LAS TEORÍAS ALEMANAS


SOBRE LA NATURALEZA DEL PROCESO
Está claro en este momento histórico que el proceso, por su naturaleza, es pú-
blico, regido por normas de igual linaje como lo son las procesales, constituyendo

62
Goldschmidt, James. Principios generales del proceso. México: Editorial Jurídica Universitaria.
2001. p. 95
63
Dorantes Tamayo, Luis. Elementos de la Teoría General del Proceso. México: Porrúa, 1993. p. 214.
64
Ibídem p. 28
65
Ibídem p. 28
66
Ibídem p. 29
78 Julia Victoria Montaño Bedoya

una relación jurídica integrada por los sujetos: juez y partes activa y pasiva, cuya
actividad está regida por el ordenamiento jurídico procesal, que le da dinamismo
a dicha relación hasta su culminación con la sentencia. Dicha actividad proce-
sal es producto del cumplimiento de situaciones jurídicas activas como derechos,
potestades, facultades; pasivas como, deberes, cargas, y mixtas como deberes-po-
deres entre otras; las cuales cumplidas o no, el proceso sigue su marcha sin de-
tenerse, dinamismo dado por la ley que sólo puede pararse, cuando ésta, la ley,
consagra una carga para la parte activa de la cual depende la progresividad del
proceso, configurándose así el fenómeno del desistimiento tácito, consagrado en
el art. 317 del CGP.
Las principales cargas impuestas al demandante son: individualizar la preten-
sión, notificar el auto admisorio de la demanda al demandado, probar los hechos
fundantes de la pretensión, estimar bajo juramento el valor de indemnizaciones,
frutos, compensaciones y mejoras, llamar en garantía, alegar e impugnar.
Las principales cargas impuestas al demandado son: contestar la demanda,
proponer excepciones propias, probar los hechos fundantes de las excepciones
alegadas y los que le correspondan según las cargas dinámicas, citar otras partes
y terceros, alegar e impugnar.
La consecuencia jurídica de que el actor no cumpla algunas cargas es la cadu-
cidad y el no aprovecharse por cualquiera de las partes la oportunidad procesal
genera preclusión.
Al respecto del desistimiento tácito, cabe tener en cuenta que, de conformidad
con el CGP, artículos 316 y 317, se aplicará en los siguientes eventos:
1. Cuando para continuar el trámite de la demanda, del llamamiento en garantía, de
un incidente o de cualquiera otra actuación promovida a instancia de parte, se requiera
el cumplimiento de una carga procesal o de un acto de la parte que haya formulado
aquélla o promovido éstos, el juez le ordenará cumplirlo dentro de los treinta días si-
guientes mediante providencia que se notificará por estado.
Vencido dicho término sin que quien haya promovido el trámite respectivo cumpla
la carga o realice el acto de parte ordenado, el juez tendrá por desistida tácitamente la
respectiva actuación y así lo declarará en providencia en la que además impondrá con-
dena en costas.
El juez no podrá ordenar el requerimiento previsto en este numeral, para que la parte
demandante inicie las diligencias de notificación del auto admisorio de la demanda o del
mandamiento de pago, cuando estén pendientes actuaciones encaminadas a consumar
las medidas cautelares previas.
2. Cuando un proceso o actuación de cualquier naturaleza, en cualquiera de sus
etapas, permanezca inactivo en la secretaría del despacho, porque no se solicita o realiza
ninguna actuación durante el plazo de un año en primera o única instancia, contados
desde el día siguiente a la última notificación o desde la última diligencia o actuación,
a petición de parte o de oficio, se decretará la terminación por desistimiento tácito sin
Del procedimiento al proceso judicial 79

necesidad de requerimiento previo. En este evento no habrá condena en costas “o per-


juicios” a cargo de las partes
El desistimiento tácito se regirá por las siguientes reglas:
a. Para el cómputo de los plazos previstos en este artículo no se contará el tiempo
que el proceso hubiese estado suspendido por acuerdo de las partes;
b. Si el proceso cuenta con sentencia ejecutoriada a favor del demandante o auto
que ordena seguir adelante la ejecución, el plazo previsto en este numeral será de
dos años;
c. Cualquier actuación, de oficio o a petición de parte, de cualquier naturaleza,
interrumpirá los términos previstos en este artículo;
d. Decretado el desistimiento tácito quedará terminado el proceso o la actuación
correspondiente y se ordenará el levantamiento de las medidas cautelares practi-
cadas;
e. La providencia que decrete el desistimiento tácito se notificará por estado y será
susceptible del recurso de apelación en el efecto suspensivo. La providencia que
lo niegue será apelable en el efecto devolutivo;
f. El decreto del desistimiento tácito no impedirá que se presente nuevamente la
demanda transcurridos seis meses contados desde la ejecutoria de la providencia
que así lo haya dispuesto o desde la notificación del auto de obedecimiento de
lo resuelto por el superior, pero serán ineficaces todos los efectos que sobre la
interrupción de la prescripción extintiva o la inoperancia de la caducidad o cual-
quier otra consecuencia que haya producido la presentación y notificación de la
demanda que dio origen al proceso o a la actuación cuya terminación se decreta;
g. Decretado el desistimiento tácito por segunda vez entre las mismas partes y en
ejercicio de las mismas pretensiones, se extinguirá el derecho pretendido. El juez
ordenará la cancelación de los títulos del demandante si a ellos hubiere lugar. Al
decretarse el desistimiento tácito, deben desglosarse los documentos que sirvie-
ron de base para la admisión de la demanda o mandamiento ejecutivo, con las
constancias del caso, para así poder tener conocimiento de ello ante un eventual
nuevo proceso;
h. El presente artículo no se aplicará en contra de los incapaces, cuando carezcan de
apoderado judicial.

3.  PROCEDIMIENTO, JUICIO Y JURISDICCIÓN


A menudo, se confunde proceso con procedimiento, con causa, con juicio y
hasta con jurisdicción, instituciones que aunque relacionadas, emergen como dis-
tintas en la ciencia del derecho procesal. Los distintos modos de obrar del proceso
único constituyen los procedimientos que admiten las mismas clasificaciones de
las pretensiones. Así: desde la tutela que se reclama son declarativos, ejecutivos y
cautelares; desde el derecho sustancial subyacente son civiles, penales, laborales,
mercantiles…; desde el lugar donde se desenvuelven son nacionales o interna-
80 Julia Victoria Montaño Bedoya

cionales; desde la naturaleza del tercero decisor son arbitrales o estatales, entre
otros. El proceso es fuente de producción normativa, dado que lo que produce el
proceso es la sentencia, norma sustancial que crea la regla para el caso concreto,
resultado de un proceso mental y por eso es un juicio. La función política de reali-
zar poderes-tutelas judiciales declarativas, constitutivas y de condena con efectos
de cosa juzgada es la jurisdicción.
Estas cuatro instituciones se han utilizado como apelativos de la disciplina. En
los siglos XII y XIII en Italia se hablaba de juicio como sinónimo de proceso, de
allí la escuela judicialista y de derecho judicial caracterizada por la división del
juicio en tiempos; el procedimentalismo o derecho procedimental, la procédure
surge en Francia en la primera década del siglo XIX, como resultado de la Revo-
lución Francesa, con la expedición por Napoleón de los códigos civil de 1804, de
procedimiento civil de 1806, de instrucción criminal de 1808 y criminal de 1810,
caracterizada por las descripciones y comentarios a dichas codificaciones, siendo
su objeto de estudio las normas procesales. En la segunda mitad del siglo XIX
comienza a surgir en Alemania, el derecho procesal o el procesalismo científico67,
que superando las formas del procedimentalismo, concibió al proceso como re-
lación jurídica que se desenvuelve progresivamente, ofreciendo una explicación
publicista de la naturaleza del mismo, y trayendo consigo los siguientes cambios:
independencia del derecho procesal frente al sustancial, examen de los de los
conceptos fundamentales del derecho procesal conforme a criterios estrictamente
procesales, sustitución del método exegético por el sistemático, surgiendo así una
teoría del derecho procesal68. En el siglo XX doctrinantes como Juan Montero
Aroca en España, propone que la disciplina adopte el nombre del concepto más
importante: la jurisdicción,
(…) el derecho procesal no es sólo el derecho del proceso, pues éste no es ni el único
ni el más importante concepto de aquél, a pesar de lo cual la tradición lleva al sector
mayoritario de la doctrina española a seguir hablando de derecho procesal. Ahora bien,
sí se trata de identificar a una rama jurídica atendiendo a su concepto principal, que es
el poder judicial o jurisdicción, y no al concepto subordinado, que es el proceso, dígase
de una vez: derecho jurisdiccional69. (Negrilla extra texto).

67
Ver: Dorante Tamayo, Luis. Elementos de Teoría General del Proceso. Cuarta edición. México:
Porrúa. 1993 pp. 19 a 36.
68
Desarrollos doctrinarios que surgen con ocasión de obras como: la polémica entre Bernhard
Windschid y Theodor Muther (1856-1857). La Teoría de las excepciones procesales y los pre-
supuestos procesales de Oskar Von Bulow (1868).
69
Montero Aroca, Juan. Gómez Colomer Juan-Luis y otros. Derecho jurisdiccional I. Parte Ge-
neral. 9ª edición. Valencia: Tirant lo Blanch. 1999. p. 23
4. PRESUPUESTOS PROCESALES
PARA LA VALIDEZ DEL PROCESO

No basta llevarle al juez la demanda contentiva de la pretensión mediante la


cual se incoe el proceso, es necesario que éstas reúnan los requisitos legales que
permitan procesar y enjuiciar el objeto litigioso, mediante un proceso válido que
produzca una sentencia de fondo.
Los requisitos de validez del proceso han sido construidos y decantados por la
doctrina de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado, de la República
de Colombia evolución que ha quedado plasmada en las legislaciones procesales,
como pasa a presentarse:

1.  CAPACIDAD PARA SER PARTE


Sólo pueden ser parte de una relación jurídica procesal o lo que es lo mismo,
parte del proceso judicial :

1.1.  Las personas


Según el artículo 33 del Código Civil Colombiano la Palabra persona en su sen-
tido general se aplica a la especie humana, sin distinción de sexo. Dispone además el
73 del mismo estatuto civil, las personas son naturales o jurídicas. Refiriéndose a las
naturales70 nos dice que: “Son personas todos los individuos de la especie humana,
cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición”(art. 74). “Se llama persona
jurídica, una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones civi-
les, y de ser representada judicial y extrajudicialmente”. (art. 633 CC).
El artículo 53 del CGP, expresamente, le atribuye capacidad para ser parte en
el proceso a las personas naturales y jurídicas. Así las cosas, la persona natural o
jurídica podrá ser parte activa o pasiva de la relación procesal.

70
Es más técnico clasificar a las personas en físicas y morales o colectivas. Pero dado que nuestra
legislación colombiana no acogió esta clasificación, nos referiremos a las naturales que corres-
ponderían a las físicas y a las jurídicas equivalen a las morales o colectivas
82 Julia Victoria Montaño Bedoya

1.2.  Los patrimonios autónomos

La universalidad de bienes muebles e inmuebles acéfala o que transitoriamente


no están en cabeza de nadie, que carece de personalidad o personería jurídica,
constituye un patrimonio autónomo.
En todas, casi en todas las áreas del derecho existen hipótesis de patrimonios
autónomos: en el derecho civil la comunidad; en el derecho comercial la quiebra
o los estados de insolvencia económica; en el derecho de familia la herencia y la
sociedad conyugal y patrimonial disueltas aún no liquidadas. En el derecho admi-
nistrativo los consorcios y uniones temporales.
Puede ser parte procesal, tanto por activa como demandante como por pasiva
como demandado, el patrimonio autónomo, es decir, la herencia, la sociedad con-
yugal disuelta e ilíquida, la comunidad, entre otros, por expresa disposición legal
artìculo 53-2 del CGP.

1.3.  El concebido para la defensa de sus derechos: nasciturus

En cuanto a la distinción entre la vida como valor y el derecho a la vida, la


Corte afirmó que la titularidad del derecho a la vida se encuentra en cabeza de
las personas, mientras que la protección como valor cobija a aquéllos que no han
alcanzado esta condición. Igualmente, indicó que así lo sostenía la jurisprudencia
constitucional en las sentencias C-133 de 1994, C-013 de 1997, ya que en estas
decisiones esta Corporación nunca reconoció al nasciturus como persona. Sin
embargo, reiteró que la vida en potencia, por tratarse de vida, exigía la protección
del Estado pero en un nivel diferente que el de las protecciones que se desprenden
del derecho a la vida.
En suma, esta Corporación abordó la cuestión sobre la protección a la vida
prenatal bajo los parámetros del bloque de constitucionalidad y específicamente
del artículo 4.1 de la Convención Americana y concluyó que ésta no tiene la titu-
laridad del derecho a la vida, sino que goza de una protección de distinto orden
constitucional. De este modo, la Corte reiteró que la vida y el derecho a la vida
son categorías axiológicas diferentes, y estableció que ni el valor de la vida, como
bien que el Estado tiene el deber de proteger, ni el derecho a la vida son absolutos
y que admiten un juicio de proporcionalidad cuando existen otros derechos o va-
lores en conflicto. Así, señaló que la vida humana transcurre en distintas etapas y
se manifiesta de diferentes formas, las que a su vez tienen una protección jurídica
distinta. Por esta razón, aunque el ordenamiento jurídico reconoce el deber de
Presupuestos procesales para la validez del proceso 83

protección del que está por nacer, el mismo no se encuentra en el mismo grado e
intensidad que el que se otorga a la persona71.
Según el Código Civil colombiano la existencia legal de la persona se da con
el nacimiento, lo cual lo habilita como sujeto efectivo de derechos, pero ello no
significa que no se proteja al que está por nacer, no obstante su protección es di-
ferente, pues parte del interés del Estado en proteger la vida como valor. A este,
la que está por nacer, llamado nasciturus, en el ámbito procesal se le concede la
capacidad para ser parte en un proceso por activa o por pasiva, para la defensa de
sus derechos, como expresamente lo establece el art. 53-3 del CGP.

1.4.  Los robots humanoides


Máquinas inteligentes, que cada vez tienen más rasgos y comportamientos hu-
manos, tales como autonomía, capacidad de aprendizaje, y toma de decisiones
de conformidad con algoritmos según las circunstancias a las que se enfrentan72.
Estos artefactos humanoides a los que ya se les ha otorgado la ciudadanía
como la concedida en octubre del año 2018 por el gobierno Saudita a la Robot
Sofía, constituyen una categoría diferente a la persona tanto natural como jurí-
dica a la que el derecho deberá reconocerle status jurídico, al punto de otorgarle
derechos, e imponerle obligaciones atribuyéndosele así capacidad para ser parte
de cualquier relación jurídica tanto sustancial como procesal.
Acorde con lo anterior, el Parlamento Europeo emitió propuesta de resolución,
con las siguientes recomendaciones, entre otras, destinadas a la comisión norma-
tiva de derecho civil sobre robótica:
— Considerando que, ahora que la humanidad se encuentra a las puertas de una era
en la que robots, bots, androides y otras formas de inteligencia artificial cada vez
más sofisticadas parecen dispuestas a desencadenar una nueva revolución indus-
trial —que probablemente afecte a todos los estratos de la sociedad—, resulta de
vital importancia que el legislador pondere las consecuencias jurídicas y éticas,
sin obstaculizar con ello la innovación;
— Considerando que, a largo plazo, la tendencia actual que apunta al desarrollo de
máquinas inteligentes y autónomas, con capacidad de ser entrenadas para pensar
y tomar decisiones de manera independiente, no sólo implica ventajas econó-
micas, sino también distintas preocupaciones relativas a sus efectos directos e
indirectos en el conjunto de la sociedad;

71
Colombia. Corte Constitucional. SC-327. Expediente D-11058 (22-junio-2016) MP Gloria
Stella Ortiz Delgado. {en línea}. Disponible en: https://www.corteconstitucional.gov.co/RELA-
TORIA/2016/C-327-16.htm
72
Ver Derechos de los Robots. Telos. Moisés Barrios y La personalidad jurídica de los Robots de
Vila Abogados.
84 Julia Victoria Montaño Bedoya

— Considerando que la tendencia hacia la automatización requiere que los implica-


dos en el desarrollo y comercialización de aplicaciones de inteligencia artificial
incorporen desde el principio características de seguridad y ética, reconociendo
de ese modo que deben estar preparados para aceptar la responsabilidad jurídica
respecto de la calidad de la tecnología que producen;
— Considerando que existe la posibilidad de que a largo plazo la inteligencia artifi-
cial llegue a superar la capacidad intelectual humana;
— Considerando que el desarrollo de toma de decisiones automatizadas y basadas en
algoritmos y su creciente utilización incidirán sin duda en las elecciones de los parti-
culares (por ejemplo, empresas o usuarios de internet) y de las autoridades adminis-
trativas y judiciales u organismos públicos de otro tipo, a la hora de tomar su decisión
final, ya sea de carácter comercial, de ejercicio de la autoridad pública o de consumo;
— Considerando que es necesario integrar salvaguardias y la posibilidad de control
y verificación por parte de las personas en los procesos de toma de decisiones
automatizados y basados en algoritmos;
— Considerando que en varios países extranjeros, como los Estados Unidos, Japón,
China y Corea del Sur, se está planteando adoptar medidas normativas en el ámbi-
to de la robótica y la inteligencia artificial, y que en algunos casos ya han empeza-
do a hacerlo; que algunos Estados miembros han empezado también a reflexionar
sobre la posible elaboración de normas jurídicas o la introducción de cambios le-
gislativos a fin de tener en cuenta las nuevas aplicaciones de dichas tecnologías73.
Acorde con lo anterior, los próximos desarrollos jurisprudenciales, en el ámbi-
to procesal, atinentes a presupuestos procesales tendrán que referirse a esta temá-
tica, ampliándose con ello el presupuesto procesal de la capacidad para ser parte
en el proceso referido a cualquiera de las áreas de enjuiciamiento.

2.  CAPACIDAD PARA COMPARECER EN EL PROCESO


Las diferentes categorías a las que la ley les ha otorgado la capacidad para ser
parte, comparecen al proceso de manera diferenciada, veamos:

2.1.  Comparecencia en el proceso de la persona natural


En Colombia toda persona se presume capaz, incluso la persona natural, ma-
yor de edad en situación de discapacidad se presume legalmente capaz, de confor-
midad con lo cual toda persona natural comparecerá directamente al proceso por
activa o por pasiva.
Si la persona en situación de discapacidad llegare a requerir apoyo para la
realización de actos jurídicos, la persona de apoyo podrá representarlo, si exis-

73
Tomado de la página web del Parlamento Europeo. Informe 27.1.2017
Presupuestos procesales para la validez del proceso 85

te un mandato expreso o si el apoyo se adjudicó por vía judicial, la persona de


apoyo solicitará autorización del juez, para actuar en su representación siempre
que quien ostente la discapacidad se encuentre absolutamente imposibilitado para
manifestar su voluntad por cualquier medio de comunicación ( arts. 6, 47 y 48 ley
1996 de 2019). En estos eventos la persona en situación de discapacidad compa-
recerá al proceso por activa o por pasiva a través del apoyo.
Conforme a lo anterior, las personas en condición de discapacidad auditiva
que puedan darse a entender por cualquier medio, se presumen legalmente capa-
ces, y por ende comparecerán directamente al proceso, pero asistidos siempre de
un intérprete74. Si estas personas no se dan a entender por ningún medio, se pre-
sumen plenamente capaces, pero requieren de apoyo, quien podrá representarlo,
conforme quedó explicado en el párrafo anterior.
Se itera, toda persona se presume capaz, aun si está en condición de discapacidad,
excepto aquellas que la ley declare incapaces (art. 1503 CC), son incapaces absolutos,

74
Bloque de constitucionalidad art. 8 de la Convención Americana de Derechos Humanos
Artículo 8.  Garantías Judiciales
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razona-
ble, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad
por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la deter-
minación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no
se establezca legalmente su culpabilidad.  Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no com-
prende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su
defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su
elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remune-
rado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nom-
brare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la com-
parecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los
mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses
de la justicia.
(negrilla extra texto)
86 Julia Victoria Montaño Bedoya

niños o niñas las personas entre los 0 y los 12 años de edad75. Son incapaces relativos,
los menores adultos adolescentes personas entre los doce y dieciocho años de edad.
“La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma,
sin el ministerio o la autorización de otra”, prescribe el CC en el art. 1502. Si la
persona está inmersa en una de las incapacidades legales antes descritas, para
obligarse en el ámbito sustancial y para comparecer en el proceso por activa o por
pasiva, requiere hacerlo por medio de quien la ley le designe como su representan-
te, según el artículo 54 del CC.
Según el artículo 288 del CC: La patria potestad es el conjunto de derechos
que la ley reconoce a los padres sobre sus hijos no emancipados, corresponde a
los padres conjuntamente, a falta de uno, la ejercerá el otro; no tiene la patria
potestad, ni puede ser nombrado guardador, el padre o la madre declarado tal en
juicio contradictorio, de conformidad con el art. 62 del CC. La patria potestad
es una institución objetiva con connotaciones sólo jurídicas y patrimoniales pues
únicamente incluye representación judicial, usufructo y administración de bienes
(artículos 291, 300 y 306). A cualquiera de los padres corresponde la representa-
ción judicial del hijo, hasta su emancipación, hecho que pone fin a la patria potes-
tad (art. 312 CC). La emancipación será voluntaria si se efectúa por instrumento
público en que los padres declaran emancipar al hijo adulto y éste consiente en
ello (art. 313 CC). Legal, por muerte real o presunta de los padres, por matrimo-
nio del hijo76, por haber cumplido el hijo la mayoría de edad, por el decreto que
da la posesión de los bienes del padre desaparecido (art. 314 CC).
Judicial, por maltrato del hijo, por haber abandonado al hijo, por depravación
que los incapacite de ejercer la patria potestad, por haber sido condenados a pena
privativa de la libertad superior a un año y cuando el adolescente hubiese sido
condenado por ciertos delitos y se compruebe que los padres favorecieron estas
conductas (art. 314 CC).
La medida de protección de los impúberes (niños o niñas las personas entre
los 0 y los 12 años de edad) no sometidos a patria potestad será la curaduría. El
menor adulto (adolescentes personas entre los doce y dieciocho años de edad)
emancipado quedará bajo curaduría. La representación judicial del menor adulto
corresponderá al curador (arts. 53 y 54 de la Ley 1306 de 2009).
De conformidad con lo anterior, todas las personas se presumen legalmente
capaces y por ende comparecerán directamente al proceso por activa y por pasi-

75
Parágrafo del artículo 53 de la ley 1563 de 2009. Para todos los efectos legales el impúber se
equipara al niño y niña definido en el artículo 3o del Código de la Infancia y Adolescencia.
76
En Colombia la edad para contraer matrimonio es los 14 años, tanto para varones como para
las mujeres, según el art. 53 Ley 1306 de 2009.
Presupuestos procesales para la validez del proceso 87

va, salvo los casos en los que dichas personas al padecer una discapacidad deban
comparecer al proceso a través de sus representantes o personas de apoyo ; la
persona natural que se encuentre bajo patria potestad, comparecerá al proceso
por activa o por pasiva a través de cualquiera de sus padres, salvo en el caso de
la declaración judicial de paternidad cuyo ejercicio de la patria potestad corres-
ponde sólo a la madre. La persona impúber (niños o niñas las personas entre los
0 y los 12 años de edad) o menor adulto (adolescentes personas entre los doce y
dieciocho años de edad) emancipado, comparecerá al proceso por activa o por pa-
siva, a través del curador designado judicialmente; Cuando intervenga el defensor
de familia, éste actuará en representación del incapaz (art. 55 CGP).
Si un incapaz haya de comparecer a un proceso en que no deba intervenir el
defensor de familia y carezca de representante legal por cualquier circunstancia o
tenga conflicto de intereses con éste, el juez, de oficio o a petición del Ministerio
público o de uno de los parientes, le designará curador ad litem. (Art. 55 CGP).

2.2.  Comparecencia en el proceso de la persona jurídica


La ley colombiana le concede a la persona jurídica la capacidad de ser repre-
sentada judicial y extrajudicialmente por quien designe la ley (arts. 633 y 639 CC).
La persona jurídica comparecerá por activa o por pasiva al proceso por me-
dio de sus representantes, con arreglo a lo que disponga la Constitución, la ley o
los estatutos.”Cuando la persona jurídica demandada tenga varios representantes
o apoderados distintos de aquéllos, podrá citarse a cualquiera de ellos, aunque
no estén facultados para obrar separadamente. Las personas jurídicas también
podrán comparecer a través de representantes legales para asuntos judiciales o
apoderados generales debidamente inscritos”77.
La persona jurídica, en estado de liquidación, comparecerá al proceso por ac-
tiva o por pasiva por intermedio de su liquidador (art. 54 CGP).
¿Una sucursal de una sociedad extranjera puede comparecer directamente a un
proceso judicial en calidad de demandada? La representación de las sociedades ex-
tranjeras con negocios permanentes en Colombia se regirá por las normas del Código
de Comercio, conforme lo dispuesto en el artículo 58 del Código General del Proceso.
En el acto en que la sociedad extranjera acuerde conforme a la ley de su domicilio
principal establecer negocios en Colombia, deberá designar un mandatario general
que la represente en todos los negocios que se proponga desarrollar en el país, dicho
mandatario tendrá la personería judicial y extrajudicial de la sociedad para todos los

77
Artículo 54 del CGP
88 Julia Victoria Montaño Bedoya

efectos legales, lo anterior en virtud de lo dispuesto en los artículo 472 del Código de
Comercio. Ahora bien, en desarrollo del negocio que pretende adelantar la sociedad
extranjera en nuestro país, el ordenamiento legal ha previsto que el vehículo para
hacerlo, es a través de una sucursal de la misma, la cual tiene la misma connotación,
propósito, finalidad y función que la de un establecimiento de comercio.
En consecuencia, una sucursal de sociedad extranjera puede comparecer a un
proceso judicial por intermedio de sus mandatarios o apoderados conforme lo
prescrito en los arts. 471-5, 472 y 477 del Código de Comercio, y no por sí sola78.
“Las personas jurídicas extranjeras que no tengan negocios permanentes en Colom-
bia estarán representadas en los procesos por el apoderado que constituyan con las
formalidades previstas en este código. Mientras no lo constituyan, llevarán su represen-
tación quienes les administren sus negocios en el país”79.
Las demás personas jurídicas de derecho privado y las organizaciones no guberna-
mentales sin ánimo de lucro con domicilio en el exterior que establezcan negocios o
deseen desarrollar su objeto social en Colombia, constituirán apoderados con capacidad
para representarlas judicialmente. Para tal efecto protocolizarán en una notaría del res-
pectivo circuito la prueba idónea de la existencia y representación de dichas personas
jurídicas y del poder correspondiente. Además, un extracto de los documentos protoco-
lizados se inscribirá en la oficina pública correspondiente80.
Las sociedades domiciliadas en Colombia que cuenten con agencias y sucursa-
les en el país,
deberán constituir apoderados, con capacidad para representarlas, en los lugares en don-
de se establezcan agencias, Para tal efecto, protocolizarán en una notaría del respectivo
circuito la prueba idónea de la existencia y representación de dichas personas jurídicas
y del poder correspondiente. Además, un extracto de los documentos protocolizados se
inscribirá en la oficina pública correspondiente, pero el registro se efectuará en la respec-
tiva Cámara de Comercio. Si no los constituyen llevará su representación quien tenga la
dirección de la respectiva agencia81
“Si dicha sociedad carece de representante en alguna de sus sucursales, será repre-
sentada por el director de ésta82”

2.3.  Comparecencia en el proceso del patrimonio autónomo


El patrimonio autónomo comparece al proceso por medio de las personas que,
según la ley en cada caso, integran la categoría del patrimonio autónomo, en la he-
rencia los asignatarios a título universal herederos, o a título singular legatarios; en

78
Oficio 220-054732 del 18 de abril de 2018 de la Superintendencia de Sociedades.
79
inciso 3º art. 58 CGP
80
(inciso 2º art. 58 CGP).
81
(art. 58 inciso 2º y art. 59 inciso 1º).
82
Inciso final art. 59 CGP
Presupuestos procesales para la validez del proceso 89

la sociedad conyugal disuelta aún no liquidada, los ex cónyuges; en la quiebra o es-


tados de estados de insolvencia económica, los acreedores; en el consorcio o unión
temporal, las personas que lo integran; en la comunidad, los comuneros; quienes a
la vez tienen la vocación de reclamar judicialmente, la repartición y adjudicación,
de los bienes que integran el patrimonio autónomo, en la proporción que también
tiene establecida el legislador; para la herencia, según los órdenes hereditarios; para
la sociedad conyugal disuelta e ilíquida, el 50% a título de gananciales; para los
estados de insolvencia, lo que corresponda según la prelación de créditos; para los
consorcios, su participación económica en éstos; para la comunidad el derecho en
el porcentaje que le corresponda a cada comunero en el bien común.
Los patrimonios autónomos como universalidades de bienes, pueden ser admi-
nistrados por personas, si son administrados por personas naturales, el patrimonio
autónomo puede comparecer al proceso por medio de su administrador: el albacea
como administrador de la herencia o el liquidador, como administrador de los bienes
del deudor. Si el administrador es la persona jurídica, como una sociedad fiduciaria,
el patrimonio autónomo comparecerá al proceso por medio del representante legal
o apoderado de la respectiva sociedad fiduciaria que administra dicho patrimonio
(art. 54 inciso 2ºCGP). En cuanto a la comparecencia en el proceso del nasciturus, se
tendrá en cuenta que los concebidos comparecerán al proceso por medio de quienes
ejercerían su representación si ya hubiesen nacido (Ver el anterior numeral 2.1).

2.4.  Comparecencia en el proceso del nasciturus


Los concebidos comparecerán al proceso por medio de quienes ejercerían su
representación si ya hubiesen nacido. ( ver el anterior numeral 4.2.1)

2.5.  Comparecencia en el proceso de los robots humanoides


Estas máquinas o artefactos deben comparecer al proceso por medio de las
personas naturales y/o jurídicas implicadas en el desarrollo y comercialización de
las aplicaciones de inteligencia artificial. Todo lo cual está por reglamentarse en la
legislación de cada país.

3.  POSTULACIÓN PARA PEDIR


La ley exige postular por activa en sede de pretensión o por pasiva en sede de
excepción, por conducto de un abogado legalmente autorizado, excepto en los
casos en que la ley permita a la parte su intervención directa. (Art. 73 CGP).
90 Julia Victoria Montaño Bedoya

Abogado legalmente autorizado es quien obtiene el correspondiente título


universitario de conformidad con las exigencias académicas y legales, está ins-
crito como abogado y porta su tarjeta profesional (artículos 3 y 4 Decreto 196
de 1971). Adicionalmente el estar legalmente autorizado, supone también que el
abogado no esté inhabilitado para ejercer la profesión. Una sanción disciplinaria
proferida por sentencia debidamente ejecutoriada inhabilitaría al abogado para
ejercer la profesión. Por excepción, se podrá litigar en causa propia, sin ser abo-
gado inscrito, en los siguientes casos:
1. En ejercicio del derecho de petición y de las acciones públicas consagradas
por la Constitución y las leyes.
2. En los procesos de mínima cuantía.
3. En las diligencias administrativas de conciliación y en los procesos de única
instancia en materia laboral.
4. En los actos de oposición en diligencias judiciales o administrativas, tales
como secuestros, entrega o seguridad de bienes, posesión de minas u otros
análogos. Pero la actuación judicial posterior a que dé lugar la oposición
formulada en el momento de la diligencia deberá ser patrocinada por abo-
gado inscrito, si así lo exige la ley. 83
También por excepción se podrá litigar en causa propia o ajena, sin ser aboga-
do inscrito, en los siguientes casos:
1. En los asuntos de que conocen los funcionarios de policía que se ventilen en
municipios que no sean cabecera de circuito y en donde no ejerzan habitual-
mente por lo menos dos abogados inscritos, circunstancia que hará constar
el funcionario en el auto en que admita la personería.
2. En la primera instancia en los procesos de menor cuantía que se ventilen
en municipios que no sean cabecera de circuito y en donde no ejerzan ha-
bitualmente por lo menos dos abogados inscritos. El juez hará constar esta
circunstancia en el auto en que admita la personería84.
Los estudiantes de las facultades de derecho adscritos a los consultorios ju-
rídicos, podrán litigar en causa ajena en los siguientes asuntos, actuando como
abogados de pobres:
1. En los procesos penales de que conocen los jueces municipales y los fiscales
delegados ante éstos, así como las autoridades de policía, en condición de
apoderados de los implicados.

83
Artículo 28 Decreto 196 de 1971
84
Artículo 29 Decreto 196 de 1971
Presupuestos procesales para la validez del proceso 91

2. En los procesos penales de competencia de la jurisdicción ordinaria, como


representantes de la parte civil.
3. De oficio, en los procesos penales como voceros o defensores en audiencia.
4. En los procesos laborales, en que la cuantía de la pretensión no exceda de
veinte salarios mínimos legales mensuales vigentes y en las diligencias admi-
nistrativas de conciliación en materia laboral.
5. En los procesos civiles de que conocen los jueces municipales en única ins-
tancia.
6. En los procesos de alimentos que se adelanten ante los jueces de familia.
7. De oficio, en los procesos disciplinarios de competencia de las personerías
municipales y la Procuraduría General de la Nación.
8. De oficio, en los procesos de responsabilidad fiscal de competencia de las con-
tralorías municipales, distritales, departamentales y General de la República.
9. De oficio, en los procesos administrativos de carácter sancionatorio que
adelanten las autoridades administrativas, los organismos de control y las
entidades constitucionales autónomas85.
La postulación para pedir como presupuesto procesal, se satisface a partir del
cumplimiento de los siguientes requisitos:

3.1. Otorgamiento del poder86


El acto de apoderamiento constituye la celebración de un contrato de mandato
remunerado, consistente en que una persona confía la gestión de uno o más nego-
cios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera, a cambio
de una remuneración.
La persona que concede el encargo se llama poderdante, comitente o mandan-
te, y la que lo acepta apoderado, procurador, y en general mandatario (art. 2142
CC). La parte procesal (poderdante) le confía la gestión de uno o más procesos
judiciales al abogado (apoderado) quien se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo
de la primera. El poderdante se obliga a proveer al apoderado de lo necesario para
la ejecución del mandato y a pagarle la remuneración estipulada. El mandatario
se obliga a gestionar el proceso judicial, servicio para el cual fue contratado (arts.
2142, 2143 y 2184 CC).

85
Artículo 30 Decreto 196 de 1971
86
Ver artículo 74 del CGP
92 Julia Victoria Montaño Bedoya

Si el poder se confiere para toda clase de procesos, se entenderá que es general y sólo
podrá conferirse por escritura pública, como cuando se confiere poder a un abogado
para que gestione los procesos que el poderdante deba promover o contra él se promue-
van de distinta naturaleza, civiles, penales, labores, mercantiles de familia, entre otros.
Si se otorga para uno o varios procesos, éstos deberán estar determinados y
claramente identificados, se entenderá que es especial, y podrá conferirse 1) por
documento privado o memorial dirigido al juez de conocimiento, como cuando se
otorga el poder para promover uno o varios procesos, los cuales deberán determi-
narse desde el tipo de procedimiento y algunos de los elementos de la pretensión
como los sujetos y el petitum. Por ejemplo, Diego Álvarez, confiere poder al abo-
gado Pedro Pérez, para que promueva en su nombre y representación, el proceso
verbal de divorcio del matrimonio civil celebrado con Pepa González. Dicho po-
der especial también podrá conferirse 2) verbalmente en diligencia o audiencia o
3) por mensaje de datos con firma digital.
La persona que integre una parte procesal, puede conferir poder a uno o a
varios abogados personas naturales. O a una persona jurídica cuyo objeto social
principal sea la de prestar servicios jurídicos, la cual debe registrase en Cámara de
Comercio y el certificado de existencia y representación legal que expida esta enti-
dad, deberá contener la lista de profesionales mediante la cual esta sociedad pres-
tará sus servicios jurídicos, a quienes el juez reconocerá personería para actuar en
el proceso. No obstante lo anterior, en ningún caso podrá actuar simultáneamente
más de un apoderado judicial de una misma persona. (Art. 75 CGP)

3.2.  Presentación personal del poder especial por el poderdante


El poder especial debe ser presentado personalmente por el poderdante, comitente
o mandante, ante juez, oficina de apoyo judicial o notario. No es la autenticación
del escrito contentivo del poder, sino la presentación personal que de éste hace el po-
derdante ante los funcionarios ya citados, quienes certifican en el mismo documento
que quien otorga el poder y lo suscribe es el mismo que se presenta personalmente en
ese despacho. Este requisito se exige cuando el poder especial se otorga por escrito
privado o memorial, como cuando se otorga por mensaje de datos, no así cuando se
confiere verbalmente, porque en este caso siempre está presente el juez.
Si el poderdante se encuentra en el extranjero, podrá extenderlo ante cónsul
colombiano o ante el funcionario que la ley local autorice para ello. Si se redacta
en idioma extranjero, el poder debe traducirse por intérprete oficial o por traduc-
tor designado por el juez. Si se otorga en país extranjero:
Por funcionario de este o con su intervención se aportará apostillado conforme a los
tratados internacionales ratificados por Colombia. Si el país extranjero no es parte de dicho
Presupuestos procesales para la validez del proceso 93

instrumento internacional, el poder deberá presentarse autenticado por el cónsul o agente


diplomático de Colombia en dicho país y en su defecto por el de una nación amiga. La fir-
ma del cónsul o agente diplomático se abonará por el Ministerio de Relaciones Exteriores
de Colombia, y si se trata de agentes consulares de un país amigo, se autenticará previa-
mente por el funcionario competente del mismo y los de éste por el cónsul colombiano”87.

3.3.  Aceptación que del poder hace el apoderado


Por ser el mandato un acto jurídico bilateral, debe concurrir también la voluntad
del apoderado, cuyo efecto es aceptar la gestión de uno o más procesos a él encomen-
dados. Dicha manifestación de voluntad será expresa cuando en el escrito contentivo
del poder especial al lado de la firma del poderdante, se plasma la expresión acepto,
seguida de la cual firma el abogado mandatario. Tácita, por su ejercicio, es decir por
iniciar el abogado la gestión para la cual se otorgó el mandado o poder. Si el poder
especial se otorga verbalmente, o por mensaje de datos, la aceptación siempre será
tácita, porque a la audiencia o diligencia debe mínimo concurrir la el apoderado.

3.4. Reconocimiento de personería que el juez hace al abogado para ac-


tuar en el proceso
El juez autorizará al abogado para actuar en nombre y representación de la
parte, luego de comprobar que el abogado esté legalmente autorizado, es decir
que cuente con el respectivo título universitario de conformidad con las exigen-
cias académicas y legales, esté inscrito como tal y porte su tarjeta profesional
(arts. 3 y 4 Decreto 196 de 1971). Adicionalmente, para el juez impartir esta
autorización, debe constatar que no esté inhabilitado88 para ejercer la profesión.
Una sanción disciplinaria proferida por sentencia debidamente ejecutoriada inha-
bilitaría al abogado para ejercer la profesión.

3.5. Facultades conferidas o no al abogado por el acto de apoderamiento


El acto de apoderamiento le confiere, implícitamente, al abogado unas facul-
tades que pueden admitir pacto en contrario, otras que no admiten restricción
alguna; en contraste hay facultades que la ley le reserva a la parte y sólo las tiene
el abogado si ésta se las confiere expresamente.
En general el apoderado está facultado para formular todas las pretensiones
que estime convenientes para beneficio del poderdante y, si es el mandatario de la
parte pasiva, estará habilitado para reconvenir y representar al poderdante en todo

87
Artículo 251 del CGP
88
Consulta que se puede realizar directamente y en tiempo real en la página de la rama judicial
www.ramajudicial.gov.co
94 Julia Victoria Montaño Bedoya

lo relacionado con la reconvención y la intervención de otras partes y de terceros.


Lo cual, técnicamente, no debe quedar expreso en el poder conferido al abogado,
porque se entiende implícito en el mismo, según el inciso 3º del art. 77 del CGP.

Facultades que admiten


Facultades que no Facultades reservadas Facultad que se puede
estipulación en
admiten restricción por la ley a la parte prohibir
contrario

Antes del proceso: Recibir notificación del En general la ley reserva El poder podrá sustituir-
Solicitar medidas caute- auto admisorio de la a la parte los actos de se, siempre que el poder-
lares extraprocesales demanda o del manda- disposición del derecho dante no lo prohíba ex-
miento ejecutivo litigioso, tales como: presamente al momento
Adelantar actos prepara-
Prestar juramento esti- desistir, allanarse, conci- de otorgarse el poder89.
torios del proceso: como
matorio liar, recibir y partir, entre Art. 75 inciso 5 CGP.
conciliaciones extrajudi-
otros señalados por la le-
ciales, pruebas extrapro- Confesar espontánea-
gislación sustancial civil.
cesales, entre otras. mente.
Durante el proceso: “cualquier restricción
Adelantar todo el trámi- sobre tales facultades se
te del proceso tendrá por no escrita”.
Art. 77 inciso 3º
Solicitar medidas caute-
lares
Interponer recursos or-
dinarios
Interponer los recursos
extraordinarios de casa-
ción y anulación (el de
revisión debe pactarse
expresamente)
Después de la sentencia:
Realizar actuaciones pos-
teriores que sean conse-
cuencia de la sentencia y
se cumplan en el mismo
expediente
Cobrar ejecutivamente
las condenas impuestas
en la sentencia
Fuente: Elaboración Propia a partir de la normatividad vigente

89
El verbo sustituir significa poner una cosa en lugar de otra, reemplazar una persona por otra.
En este contexto, denota que el abogado que viene actuando sea reemplazado por un homó-
logo, quien también debe ser abogado legalmente autorizado. Para que el poderdante pueda
ejercer el derecho que le otorga el inciso quinto del art. 75 del CGP a prohibirle al abogado
que sustituya el poder, debe contar con el consentimiento informado que rige también nuestra
profesión como liberal que es, salvo que el mandante conozca sobre dicha prohibición, como
Presupuestos procesales para la validez del proceso 95

3.6.  Causales de terminación del poder


El poder termina por las siguientes causales legales:
— Cumplimiento de la gestión de carácter procesal encomendada
— Revocación del poder
— Renuncia al poder
— Muerte del mandatario
Se desarrollarán en los párrafos siguientes.

3.6.1. Cumplimiento de la gestión de carácter procesal encomendada


Cuando el mandatario desempeñe las facultades implícitas que no pueden res-
tringirse, las que no fueron excluidas, y las autorizadas expresamente, termina el
poder (art. 2189 CC).

3.6.2.  Revocación del poder


La revocación es el acto jurídico unilateral proveniente del poderdante, cuyo
efecto perseguido es la terminación del poder. Puede ser tácita o expresa. Tácita
cuando se designe otro apoderado para que continúe con la gestión inicialmente
encomendada al abogado, para lo cual deben cumplirse todos los requisitos an-

cuando es también abogado; prohibición que en ambos casos debe consignarse de manera
expresa en el poder, porque de lo contrario se entiende que el abogado si ostenta esta facultad.
La sustitución debe reunir los mismos requisitos antes indicados que se exigen para satisfacer
la postulación para pedir, salvo la presentación personal que del poder hace el poderdante,
es decir del abogado que viene actuando, por estar expresamente eximido en la parte final
del inciso segundo del artículo 74 del CGP. De conformidad con lo cual, la sustitución puede
hacerse perfectamente a través de mensaje da datos con firma digital, el apoderado sustituto la
imprime y acude con esta al juzgado a la fecha y hora de la audiencia o diligencia, con lo cual
se entenderá que acepta la misma, debiéndole reconocer el juez personería para actuar, sin más
requisitos.
La sustitución es parcial si solo se da para una actuación específica, para lo cual se entenderá
que quien sustituya el poder podrá reasumirlo, cuando esta termine, quedando revocada así
la sustitución y total o definitiva, para que se gestione lo que reste del proceso, hasta la termi-
nación. Es importante advertir que el abogado que viene actuando es responsable de los actos
que despliegue el abogado sustituto, de conformidad con el art. 2161 del CC., que dispone:”El
mandatario podrá delegar el encargo si no se le ha prohibido; pero no estando expresamente
autorizado para hacerlo, responderá de los hechos del delegado como de los suyos propios”.
Por tal razón, en lugar de sustituirse el poder de manera definitiva, es preferible que se renuncie
al mismo, por razones de responsabilidad jurídica.
96 Julia Victoria Montaño Bedoya

tes expuestos para la satisfacción del presupuesto de la postulación para pedir,


tales como: otorgamiento del poder, presentación personal que del poder hace
el poderdante, la aceptación del poder que corresponde al apoderado y el reco-
nocimiento de personería que hace el juez al abogado para actuar en el proceso.
Si el nuevo apoderado acepta el poder, sin tener el paz y salvo de los honorarios
del abogado anterior, no se afecta la validez del proceso, pero el nuevo abogado
incurre en la siguiente falta a la lealtad y honradez con los colegas, “Aceptar la
gestión profesional a sabiendas de que le fue encomendada a otro abogado, salvo
que medie la renuncia, paz y salvo o autorización del colega reemplazado, o que
se justifique la sustitución”90, descrita en el numeral segundo del artículo 36 de la
Ley 1123 de 2007, por la cual se establece el Código Disciplinario del Abogado,
al desatender el siguiente deber profesional del abogado consagrado en el art.
28 numeral 20 de la citada ley:”Abstenerse de aceptar poder en un asunto hasta
tanto no se haya obtenido el correspondiente paz y salvo de honorarios de quien
venía atendiéndolo, salvo causa justificada”91.
La revocación también podrá ser expresa, cuando la voluntad de revocar el
poder, emitida por el poderdante se plasma en un escrito dirigido al juez com-
petente, revocación que sólo surte efectos cuando se radica dicho escrito en la
secretaría del juzgado. Dentro de los treinta días siguientes al auto que admite la
revocación, el abogado a quien se le haya revocado el poder, o si ha fallecido, sus
herederos y el cónyuge sobreviviente podrán pedirle al juez que le regule sus ho-
norarios el cual se tramitará dentro del mismo proceso, mediante incidente, para
lo cual el juez tendrá en cuenta el contrato de prestación de servicios profesionales
y las regulaciones legales sobre agencias en derecho; al vencerse este término, la
regulación de honorarios corresponde al juez laboral, previa presentación de de-
manda para tales efectos, estando también legitimados para reclamar el derecho
a la regulación de de dichos honorarios también en esta instancia los parientes ya
enunciados92.

3.6.3.  Renuncia al poder


El apoderado podrá también terminar el poder mediante una manifestación
de voluntad unilateral de renuncia, que deberá comunicarla al poderdante a la
dirección postal o electrónica que aparezca oficialmente reportada al juzgado en
la demanda, la contestación u otro escrito remitido al juzgado con estos fines,
comunicación que deberá adjuntar al memorial remitido al juez contentivo de su

90
Ley 1123 de 2007 Código disciplinario el abogado.
91
Ibídem
92
Artículo 76, incisos 1º y 2º del CGP
Presupuestos procesales para la validez del proceso 97

voluntad de renunciar, no obstante lo cual, ésta sólo surte efectos jurídicos cinco
días después de presentado dicho memorial.

3.6.4.  Muerte del mandatario


Por ser el acto de apoderamiento o contrato de mandato para la gestión de
asuntos procesales, un acto en consideración a la persona del abogado, dadas
su condición ética y jurídica, la muerte del abogado es un hecho suficiente para
poner término al poder; mas si se extingue la persona jurídica o muere la persona
natural que en uno u otro caso otorgaron el poder, el acto de apoderamiento no
termina, salvo que el liquidador o los herederos de la persona natural lo revoquen,
siguiendo los requisitos consagrados en el inciso segundo del art. 76 CGP.
La muerte del mandatario constituye además una causal de interrupción del
proceso, para permitirle al mandante constituir un nuevo acto de apoderamiento
con otro abogado (art. 159-2 CGP).
El decreto 806 de 2020 dictado en Colombia con ocasión de la emergencia
económica generada por el Covid-19 en su artículo quinto (5) flexibilizo las for-
malidades del acto de apoderamiento, permitiendo que el poder especial se pueda
conferir mediante mensaje de datos, sin firma manuscrita o digital, con la sola
antefirma, presumièndolo auténtico y sin necesidad de presentación personal o
reconocimiento. Con lo cual queda modificado temporalmente (mientras dure la
emergencia) el presupuesto procesal de la postulación para pedir, que constituye
un requisito de validez del proceso analizado por el juez al emprender el juicio de
admisibilidad.

4.  PROCEDIMIENTO ADECUADO


Si el procedimiento es la manera de actuar del proceso único, podrá clasificarse
desde distintos punto de vista. Por ejemplo, desde la naturaleza del derecho sustan-
cial a procesar, será civil, administrativo o de familia; desde la tutela judicial recla-
mada en la pretensión, el procedimiento será declarativo, ejecutivo o cautelar; desde
la naturaleza del sujeto destinatario de la pretensión, el procedimiento será estatal
o arbitral; desde el espacio donde se llevará a cabo, será nacional o internacional.
Con la instauración del imperio de la ley en el mundo jurídico occidental, a
partir del siglo XIX, los procedimientos comenzaron a ser establecidos por el le-
gislador, razón por la que en nuestros códigos de procedimiento se tiene previsto
para cada pretensión el procedimiento que corresponde.
98 Julia Victoria Montaño Bedoya

Siguiendo la tradición romanista al lado del procedimiento tipo, común, ge-


neral, paradigmático, declarativo, según las necesidades específicas, el legislador
también prevé unos procedimientos especiales, por manera que si el legislador no
consagra expresamente un procedimiento especial, la pretensión se tramitará por
el general en el área respectiva, lo que no es más que aplicar el método inductivo
al respecto.
En el código general del proceso es tarea del juez al admitir la demanda, in-
dicar el trámite que legalmente le corresponda a la pretensión(art. 90 inciso 1º
CGP), no siendo ya requisito formal de la demanda, ni causal de inadmisión de
la misma, tampoco causal de nulidad procesal; pero, si el procedimiento señalado
por el demandante y el que efectivamente en la admisión de la demanda ordena
darle el juez es el inadecuado, será motivo de excepción previa (art. 100-7 CGP),
de impugnación del auto admisorio de la demanda o de la sentencia según el caso,
y hasta condición de procedibilidad de tutela contra providencias judiciales (ver
sentencia C 590 de 2005).

5.  DEBIDA INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PRETENSIÓN


Constituirá un requisito de validez del proceso llevar a la demanda una preten-
sión que, desde su estructura, esté completa, según la teoría que sobre la individua-
lización de la pretensión, planteada por la doctrina alemana, acoja la legislación
procesal vigente en cada materia y país. Para lograr este propósito en Colombia
debe individualizarse como quedó establecido en el acápite 2 de esta obra.

6.  NO CADUCIDAD DEL TÉRMINO PARA PROPONER


LA PRETENSIÓN
El tiempo límite señalado legalmente para reclamar judicialmente un derecho
sustancial cualquiera, sea este civil, laboral, administrativo, comercial..., constitu-
ye un término de caducidad. Por manera que, el no reclamar oportunamente un
derecho sustancial ante el juez (en sede de pretensión) trae consigo la consecuen-
cia jurídica de la caducidad.
Para cada derecho sustancial vulnerado, el legislador tiene previsto un término
límite dentro del cual debe reclamarse judicialmente su protección o reparación,
so pena de que se rechace la demanda (inciso 2º art. 90 CGP), el demando alegue
el hecho que la constituye como excepción de mérito extintiva impropia o el juez
dicte sentencia desestimatoria anticipada o al final del proceso, según el momento
donde aparezca probada.
Presupuestos procesales para la validez del proceso 99

Las legislaciones procesales en Colombia suelen nombrar como prescripción


a lo que es propiamente caducidad, lo que conduce a que el demandado tenga la
carga de alegarla por exigencia expresa consagrada en el artículo 28293.

7.  CONTROL DE LEGALIDAD O DE VALIDEZ


DEL PROCESO POR PARTE DEL JUEZ
El juez deberá hacer control de legalidad o de validez del proceso, permanente-
mente, desde el juicio de admisibilidad, buscando sanear o corregir los vicios que
puedan constituir, en la etapa liminar del proceso, excepciones previas, en una
etapa más avanzada nulidades procesales, o, peor aún, en la etapa final, sentencias
inhibitorias, salvo que se presenten hechos sobrevinientes como cosa juzgada y
litigio pendiente, entre otras.
Si el juez, al estudiar la demanda, encuentra un defecto formal como la ope-
rancia de la caducidad, así como la falta de jurisdicción o de competencia, deberá
rechazar la demanda; la ausencia de los demás presupuestos procesales detectados
en el juicio de admisibilidad dan lugar a la inadmisión de la demanda, salvo el
de procedimiento inadecuado que deberá ser ajustado por el juez en la admisión
(art. 90 CGP).
Si el juez no los detecta en el examen inicial, el demandado alegará la ausencia
de cualquiera de ellos mediante una excepción previa (art. 100 CGP),salvo la de
caducidad que se deberá alegar como excepción de mérito. Y, en todo caso de apa-
recer probada la caducidad en cualquier estado del proceso, el juez deberá dictar
sentencia anticipada (art. 278 CGP).
Al final del proceso, el juez, como lo ha debido hacer permanentemente, debe
realizar control de legalidad con la tranquilidad de contar con la presencia de
todos los presupuestos procesales generadores de un proceso válido capaz de pro-
cesar y enjuiciar la pretensión.
Pero si, infortunadamente, en esta etapa advierte la presencia de un defecto
formal por el abandono oportuno del análisis de uno de dichos presupuestos,
deberá declarar la nulidad procesal cuando encuentre que se ha actuado después
de declarar la falta de jurisdicción o de competencia, o cuando encuentre déficit
formal en la capacidad para comparecer en el proceso y en la postulación para
pedir (art. 133 numerales 1 y 4); no constituye nulidad procesal haberle dado a la
pretensión un trámite diferente al que legalmente le corresponda, porque el juez

93
Al respecto leer lo planteado sobre este asunto en el numeral 2 Cargas procesales del deman-
dado: excepciones propias de esta obra.
100 Julia Victoria Montaño Bedoya

lo adecuará en cualquier etapa del proceso, pero si dicta sentencia, ésta se podrá
impugnar ordinariamente o en sede de tutela (ver sentencia C 590 de 2005).
Dictará sentencia de fondo desestimatoria de la pretensión si encuentra pro-
bada la caducidad. Si se encuentra con la inexistencia de una de las partes, dictará
sentencia inhibitoria, la misma que dictará si la inepta demanda, por indebida
individualización de la pretensión, no es susceptible de ser interpretada como se
analizó en esta obra, numeral 6 Sanción-remedio para la indebida individualiza-
ción de la pretensión o para indebida acumulación de pretensiones.
5. PRESUPUESTOS MATERIALES PARA LA
SENTENCIA DE FONDO FAVORABLE

En la etapa decisoria y luego de resultar exitoso el último control de legalidad,


el juez procede a estudiar el objeto litigioso, las pretensiones y además, las excep-
ciones de mérito propuestas en la etapa liminar del proceso, o las que de oficio
deba reconocer en cumplimiento de deberes poderes impuestos por la ley, estudio
que emprende desde los denominados presupuestos materiales para la sentencia
de fondo, los cuales van a determinar el juicio de favorabilidad de la pretensión o
de las excepciones de fondo o mérito.
Según la doctrina y la jurisprudencia colombiana, los presupuestos materiales
para la sentencia de fondo favorable son:

1.  LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA


La dogmática procesal nos ofrece unas teorías, desde donde se debe abordar
la legitimación en la causa. La primera teoría94, asimila legitimación y mérito, es
decir confunde relación procesal (legitimación) con relación sustancial (mérito) y
por ende las titularidades de dichas relaciones, en virtud de lo cual los titulares de
la relación procesal son los mismos titulares de la relación sustancial. La segunda
teoría95, escinde legitimación y mérito, a partir de lo cual, dada la independencia
de dichas relaciones jurídicas, sus titulares son diferentes, pero pueden llegar a
coincidir. La legitimación en la causa se clasifica en ordinaria y extraordinaria,
categorización que es posible a partir de esta segunda teoría.

1.1.  Legitimación en la causa ordinaria


Consiste en que el demandante en la demanda y el demandado en la contesta-
ción a la demanda, afirman la coincidencia de las titularidades de las relaciones
jurídicas procesal y sustancial.

94
De ésta son partidarios: Calamandrei, Kisch, Guasp y Couture.
95
Esta teoría la sostienen: Rosenberg, Chiovenda, Redenti, Allorio, Carnelutti y Rocco.
102 Julia Victoria Montaño Bedoya

Llegar ante el juez como demandante lo hace titular de la relación procesal


por activa, quien debe afirmar que también es titular de la relación sustancial que
integra la pretensión o le sirve de fundamento a la misma. Si en el proceso no
aparece probada la coincidencia de las titularidades, la sentencia será de fondo
desestimatoria de la pretensión.
Contra quien se dirige la demanda es ya titular de la relación procesal por pa-
siva, quien en la contestación deberá afirmar que también es titular de la relación
sustancial fundante de la pretensión, de no ser así, alegará en el traslado para
contestar la demanda, no ser parte de la relación sustancial de la que se deriva el
derecho sustancial reclamado contra él, hecho nuevo fundante de una excepción
de fondo o de mérito impropia; no obstante lo cual, si la carencia de legitimación
en la causa por pasiva no se alega como excepción, pero aparece probado el hecho
que la constituye, en cualquier estado del proceso el juez debe reconocerlo, oficio-
samente, dictando sentencia anticipada; de la misma manera procederá el juez, si
encuentra probada la carencia de legitimación en la causa por activa.
Esta legitimación es ordinaria, porque precisamente es la habitual, es la común
o frecuente, dado que los titulares de la relación sustancial comprador-vendedor,
titular del derecho de dominio-poseedor, empleador-empleado, contratante-con-
tratista, arrendador-arrendatario..., al resultar conflictiva dicha relación sustan-
cial, son quienes la deben llevar al juez a través de la pretensión, con lo cual se
hacen también titulares de la relación procesal en calidad de partes, demandante
y demandado.

1.2.  Legitimación en la causa extraordinaria


Consiste en afirmar la no coincidencia de las titularidades de la relación proce-
sal y la sustancial, es decir, el demandante que ya es titular de la relación procesal
por activa, en la demanda invoca una relación sustancial ajena y la hace valer
contra quien sí es su titular, o afirma ser titular de dicha relación sustancial, pero
la hace valer contra quien no es su titular. Para que se satisfaga este presupuesto
material, no basta la sola afirmación de la no coincidencia de las titularidades, es
necesario además que se afirme y pruebe la calidad, en virtud de la cual una nor-
ma jurídica vigente, —que además le sirve de fundamento a su legitimación—1)
lo autorice o lo legitime, para invocar una relación sustancial ajena que hace valer
contra quien es su titular; o, 2) lo autorice o lo legitime, para invocar una relación
sustancial de la que es titular, contra quien no es parte de la misma. Dicho presu-
puesto material no queda satisfecho si no se cumplen todos y cada uno de estos
requisitos: afirmar la no coincidencia de las titularidades, invocar la calidad en
virtud de la cual la ley lo legitima extraordinariamente y probarla.
Presupuestos materiales para la sentencia de fondo favorable 103

Esta legitimación por ser extraordinaria, por regla general resulta extraña en la
praxis, dado que es insólito que se reclame un derecho del que no se es titular o se
haga valer contra quien no es parte del mismo; por ello requiere mayores requisitos
como expresa autorización legal. Por ejemplo, en materia civil, el legislador legitima
extraordinariamente al acreedor para pedir en favor de su deudor la declaración de
partencia de un bien frente al cual el deudor ejerce actos de posesión96.
En el derecho de familia, de conformidad con el artículo 135 de la ley 1098 de
2016, están legitimados ordinariamente para hacer efectivo el pago de la cuota
alimentaria cualquiera de los representantes legales del niño, niña o adolescente y
extraordinariamente el defensor de familia.
Con el propósito de hacer efectivo el pago de la cuota alimentaria, cualquiera de
los representantes legales del niño, niña o adolescente o el Defensor de Familia podrán
promover, ante los jueces competentes, los procesos que sean necesarios, inclusive los
encaminados a la revocación o declaración de la simulación97
Cuando el Ministerio Público obra como demandante en un proceso declara-
tivo, en los casos autorizados por la ley, está legitimado extraordinariamente por
ser titular de un interés general en protección de sujetos desaventajados. Mientras
que cuando se demanda o se cita al Ministerio Público, su legitimación en la causa
será ordinaria porque la ley exige que con su comparecencia se decida sobre el
derecho sustancial cuya declaración se pide.
En materia penal siempre la legitimación en la causa será extraordinaria, dado
que el titular de la pretensión penal es el Estado fiscal, lo que lo hace titular de la
relación procesal por activa, quien invoca siempre un derecho sustancial del cual
no es titular, pero lo hace valer contra quien sí es su titular, el acusado, parte de la
relación procesal por pasiva.
En las pretensiones mero-declarativas, la legitimación en la causa por activa
consiste en que éste sea titular del derecho sustancial que invoca; y por pasiva,

96
En Colombia la acción oblicua no tiene una expresa consagración legal, pero su presencia pue-
de inferirse de varias normas del ordenamiento jurídico. Estas normas son: (i) el artículo 407
numeral 2 del CPC (hoy el artículo 375 del CGP); (ii) el artículo 1295 del CC; (iii) el artículo
1451 del CC; (iv) el inciso final del artículo 1468 del CC; y (v) el artículo 2513 del CC.
97
Dicho lo anterior, la acción oblicua es aquella que intenta el acreedor contra el deudor de su
deudor, en nombre de este último.  Esto quiere decir que el acreedor ejerce los derechos en
cabeza su deudor frente a terceros, los cuales no han sido ejercidos por éste por descuido, des-
interés, malicia o desidia de su parte.
La acción oblicua es de contenido variable pues busca: (i) prevenir el eventual deterioro de la
prenda general del deudor debido al no ejercicio de sus derechos; y (ii) recomponer la prenda
general mediante el ejercicio de derechos a los cuales ya ha renunciado el deudor. Tomado
de:http://hipertexto-obligaciones.uniandes.edu.co/doku.php?id=accion_oblicia
Ley 1098 de 2016. ARTÍCULO 135.
104 Julia Victoria Montaño Bedoya

consiste en que el demandado sea la persona contra quien deba hacerse la decla-
ración. En las pretensiones constitutivas, existirá legitimación en el demandante,
cuando éste sea titular del derecho cuya modificación o extinción pide se declare
en la sentencia; y por pasiva, cuando contra él, la ley permita dicha declaración.
La legitimación en la causa, por activa, en las pretensiones de condena, consistirá
en la titularidad que el demandante ostente del derecho que reclama para sí (le-
gitimación ordinaria) o para otro (legitimación extraordinaria), pero en beneficio
propio. Y, la legitimación en la causa del demandado, consistirá en ser sujeto pa-
sivo de las prestaciones reclamadas. En las pretensiones ejecutivas, la legitimación
por activa corresponderá al titular del derecho cierto frente al que exige el cumpli-
miento de la obligación correlativa; y, la legitimación por pasiva, corresponderá a
la persona contra quien conforme a la ley se ordene la prestación debida.
La carencia de legitimación en la causa producirá sentencia de fondo desfavo-
rable a la pretensión, no obstante la sentencia puede ser desfavorable al deman-
dante a pesar de que esté satisfecha la legitimación en la causa pasiva y activa,
por carencia del derecho sustancial, o por falta de prueba de los hechos tipo que
le sirven de fundamento, por ausencia de otro presupuesto material, o por el reco-
nocimiento de una excepción de fondo o mérito.

2.  INTERÉS PARA OBRAR EN EL PROCESO


La expresión interés hace referencia a derecho sustancial. Así las cosas, el interés
—derecho sustancial que reclama el pretensionante en la petición de la pretensión98—
debe ser concreto, serio y actual. Este mismo interés es al que se opone el demandado
al ejercer el derecho de defensa, especialmente mediante las excepciones de fondo o
mérito, no pudiendo oponerse a un interés distinto al propuesto en la pretensión.
Que el interés o derecho sustancial para obrar en el proceso sea concreto signi-
fica que el derecho pretendido no sea general ni abstracto, sino delimitado a partir
de los hechos tipo en que se fundamenta, respecto de una determinada relación
jurídico material, como cuando pido que se me declare dueño de un determinado
bien desde su ubicación, folio de matrícula inmobiliaria, nomenclatura y linderos;
no tendría interés para obrar si pido que se me declare dueño de cualquier bien
inmueble.

98
A este presupuesto el gran maestro Hernando Devis Echandía le llamó “interés en la preten-
sión, o interés en la sentencia de fondo o mérito, o facultad para gestionar la sentencia de fon-
do o mérito, o interés para la pretensión y la excepción”. Devis Echandía, Hernando. Nociones
Generales de Derecho Procesal Civil. Madrid: Aguilar. 1966. p. 233 y 256.
Presupuestos materiales para la sentencia de fondo favorable 105

Que el interés para obrar en el proceso sea serio, representa que debe tener
relevancia jurídica, es decir, debe estar reconocido en una sentencia de un juez
constitucional o previsto en la consecuencia de una norma regla. Por ejemplo, si le
pido al juez que declare que tengo derecho a atravesar el rio Amazonas, sin duda
es un interés, pero no jurídico; distinto sería si le pido al juez que proteja el dere-
cho de todos a gozar del rio Amazonas descontaminado, dando órdenes concretas
por ejemplo de disminuir la reforestación.
La doctrina italiana, en cabeza del célebre Rocco, considera además que para
determinar si el interés es serio, el juez debe analizar si al acceder a las preten-
siones se obtiene un beneficio o si al desestimarlas se produce un perjuicio al
demandante o al demandado, lo cual no es del todo absoluto, porque aun sin
obtener perjuicio, en ciertas ocasiones, se tiene interés para obrar. El beneficio o el
perjuicio que se deduzca de la sentencia puede ser posible y futuro, y entonces el
interés para obrar será suficiente.
Finalmente, el interés debe ser actual, lo cual constituye que el derecho sustancial
que se pretende o contra el que se ha de oponer el demandado, debe ser exigible pa-
ra el momento de la presentación de la demanda, es decir, no puede estar sometido
a plazo, condición o modo, caso en el cual no tengo el derecho sino una expectativa
frente al mismo; el interés para obrar en ambas partes, es condición sine quanon
para que el juez dicte una sentencia de fondo estimatoria de la pretensión.
El interés para obrar debe ser examinado por el juez en la sentencia, no siendo
motivo de sentencia anticipada, por lo menos, en la actual legislación procesal
vigente en Colombia.
Se puede ser titular del derecho sustancial o de la obligación correlativa y carecer
de interés para obrar en el proceso, porque además éste debe ser actual, como cuan-
do una persona pretende ser titular del derecho a heredar a otra y reclamar para
sí la herencia, pero si el supuesto causante vive o no se le ha declarado muerto por
desaparecimiento, su interés no es actual, caso en el cual el hijo estará legitimado
en la causa, por ser titular del derecho sustancial de herencia que reclama, pero no
tendrá interés para obrar en el proceso porque el derecho herencial no es actual.
Quien carezca de legitimación en la causa no puede tener interés serio y actual
para obrar en el proceso. Así mismo, el demandado puede tener interés para obrar
procesalmente porque contra él se pretende la declaración objeto de oposición,
pero carecer sin embargo, de legitimación en la causa por no ser la persona obli-
gada a responder por los hechos que afirma el demandante.
En las pretensiones declarativas puras el interés para obrar, se determina ante
la existencia del estado de incertidumbre del derecho sustancial, cuya mero-decla-
ración se pretende.
106 Julia Victoria Montaño Bedoya

En las pretensiones declarativas constitutivas el pretender que el derecho sus-


tancial y la obligación correlativa que se exige se extingan o se modifiquen es ya
configurativa del interés para obrar.
En las pretensiones de condena el interés para obrar se da con la sola petición
de imposición de la obligación, ante la existencia de hechos presentes o pasados,
aunque el beneficio o el perjuicio sean inciertos y futuros, y constituye para la otra
parte, un beneficio en términos de la prestación debida.
En la pretensión ejecutiva:
El demandante tendrá interés para obrar siempre que ostente legitimación, porque
pretende un derecho exigible, aun cuando esté sujeto a condición suspensiva o plazo
pendiente (lo que constituirá excepción oponible); y el demandado también tendrá in-
terés para obrar siempre que esté legitimado, porque existe el peligro de que por error
se le imponga el pago aun cuando el demandante no tenga legitimación o carezca de
interés serio y actual.99
La existencia del interés para obrar serio y legítimo, en el demandante, cons-
tituye a la vez legitimación en la causa por activa, en las pretensiones tanto de-
clarativas como ejecutivas. Pero, si falta la legitimación activa, el interés no será
serio ni actual.
La existencia del interés para obrar en el demandado constituirá legitimación
en la causa por pasiva, pero sólo en las pretensiones mero-declarativas y constitu-
tivas, mas no en las de condena ni ejecutivas.
La carencia de legitimación en la causa en el demandado, impide que el interés
sea serio y actual en las pretensiones mero-declarativas y constitutivas, mas en las
pretensiones de condena y ejecutivas tiene el suficiente interés para obrar por el
solo hecho de ser demandado.
Contrario a lo anterior, la falta de interés para obrar en el proceso en el deman-
dante, no implica que carezca de legitimación en la causa, salvo en los ejecutivos,
en los que no se concibe lo uno sin lo otro. Si falta el interés para obrar en el
demandado, igualmente carecería de legitimación en la causa, ya que si existe su
legitimación, tiene interés para controvertirla.

3.  DEBIDA ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES


Este presupuesto material para la sentencia de fondo favorable queda satis-
fecho a partir del cumplimiento de los requisitos consagrados por el artículo 88
del CGP desarrollados en el acápite 3 de esta obra, bajo el título de “pluralidad

99
Ibíd. p. 254
Presupuestos materiales para la sentencia de fondo favorable 107

o acumulación de pretensiones”, el cual debe estudiarse nuevamente para estos


efectos y, en complemento, también deberá examinarse “la sanción-remedio para
la indebida individualización de la pretensión y para la indebida acumulación de
la pretensiones”, abordada en el numeral 6, para entender que a diferencia de los
anteriores, sin este presupuesto no habrá sentencia de fondo sino inhibitoria, si
tal defecto en la pretensión no es posible de ser enmendado mediante la interpre-
tación100 que de ella corresponde al juez.

4.  AUSENCIA DE HECHOS CONSTITUTIVOS O NO DE


EXCEPCIONES QUE PONGAN FIN A LA PRETENSIÓN
Si durante el traslado para contestar la demanda el demandado propone he-
chos fundentes de excepciones de mérito como la caducidad o la cosa juzgada que
resulten probados, el juez, al final del proceso, en la sentencia desestimará la pre-
tensión, porque el derecho sustancial, en el primer caso se reclamó judicialmente
por fuera del término legal; y en el segundo caso ya fue resuelto con anterioridad
mediante una sentencia que se encuentra ejecutoriada; o si en el curso del pro-
ceso sobrevienen hechos constitutivos de excepciones de fondo que el juez deba
reconocer de oficio tales como la caducidad, la cosa juzgada, la transacción y la
carencia de legitimación en la causa, ya analizada, el juez se
anticipará a dictar la sentencia de fondo desestimatoria de la pretensión, por
expresa disposición legal (art. 278 CGP), todo lo cual se fundamenta en poner
fin a la pretensión: la pretensión se propuso extemporáneamente (caducidad),
la pretensión ya fue resulta con anterioridad por una sentencia que se encuentra
ejecutoriada (cosa juzgada), la pretensión ya fue resulta por las partes (transac-
ción), el demandante no es titular de la relación sustancial en que fundamenta su
pretensión (carecería de legitimación en la causa).
El litigio pendiente es un hecho fundante de una excepción previa que, aun
cuando produce la consecuencia jurídica de terminar el proceso (arts. 100-8 y
101-2), por su naturaleza mira al fondo del proceso y no a la validez del mismo,
porque este hecho corresponde a que la pretensión contenida en la demanda, cuya
admisión se notifica por segunda vez a la misma persona como demandado, está
pendiente de ser resuelta en otro proceso.
En el proceso pueden surgir otros hechos que, si bien por su naturaleza y es-
tructura, no constituyen excepciones ni previas ni de mérito, al aparecer proba-
dos, determinan el proferimiento de una sentencia de fondo desestimatoria de la

100
Ver estos criterios de interpretación en el mismo numeral indicado.
108 Julia Victoria Montaño Bedoya

pretensión. Éstos son: la conciliación y el desistimiento, por cuanto la pretensión


ya está resuelta por las partes con la ayuda de un tercero, o la pretensión ha sido
abandonada por el demandante. La prejudicialidad suspende el proferimiento de
la sentencia de fondo pero no determina el juicio de favorabilidad que realiza el
juez.
6. PARTES, LITISCONSORTES, OTRAS PARTES
Y TERCEROS EN EL PROCESO

Entre las partes procesales que pueden ser singulares o litisconsorciales y los
terceros en el proceso, están las otras partes procesales, reguladas así por primera
vez en Colombia a partir de la entrada en vigor del CGP adoptado mediante la ley
1564 de 2012, en la Sección Segunda, Título único, Capítulo II, artículos 60 y ss.

1.  PARTE PROCESAL


La relación jurídica procesal la integran los sujetos procesales juez como su-
praordinado y partes, ambas en pie de igualdad ante la ley pero subordinadas
frente al juez.
Es parte procesal el sujeto procesal que integra la relación procesal en con-
dición de demandante-pretensionante (activa) y demandado-resistente (pasiva),
sean ambos o uno de ellos titulares de la relación sustancial de la cual deriva el de-
recho que es objeto de invocación y de oposición. La ley que regula dicha relación
concede capacidad para ser parte procesal a las personas, los patrimonios autó-
nomos y al que está por nacer. Si la parte procesal está ocupada por una persona,
ésta será singular o simple; pero, si la parte procesal es plural o pluripersonal, es
decir, si está ocupada por varias personas naturales o jurídicas, se configura un
litisconsorcio o lo que es lo mismo, la parte será litisconsorcial.

1.1. Parte litisconsorcial
Una parte procesal con pluralidad de personas conforma un litisconsorcio. Si
la parte demandante-pretensionante es plural, el litisconsorcioserá activo o por
activa. Si la parte demandada-resistente es plural, el litisconsorcio será pasivo o
por pasiva. Si ambos extremos de la relación procesal están compuestos por varias
personas, el litisconsorcio será mixto o recíproco.
Si bien la condición de partes procesales la da la titularidad de la relación
procesal como demandante y como demandado, es la titularidad de la relación
sustancial subyacente, y su naturaleza misma, la que determina la conformación
110 Julia Victoria Montaño Bedoya

de un litisconsorcio, como cuando la relación sustancial está en cabeza de varias


personas; o, por acumulación de pretensiones subjetiva o por acumulación de
procesos. Así mismo, en la medida que lleguen a la relación procesal o al proceso,
otras personas pretendiendo el mismo derecho sustancial controvertido mediante
la intervención de otra parte procesal-interviniente principal; o cuando por virtud
de la intervención de otra parte procesal llamado en garantía, se agreguen otras
relaciones sustanciales sobre las que el juez deba pronunciarse en la sentencia,
la parte procesal dejará de ser singular para ser plural. Así mismo, un fenómeno
de sucesión procesal (art. 68 CGP) dará lugar a un litisconsorcio, siempre que el
lugar de la parte procesal inicial, persona natural fallecida, o declarada ausente,
lo ocupen varias personas con quienes continuará el proceso; porque si la parte
fallecida, o declarada ausente es sustituida o reemplazada por una sola persona,
habrá sucesión procesal pero no litisconsorcio.

1.1.1.  Clases de litisconsorcio


Desde el punto vista de la relación sustancial que se debate en el proceso o que
se agrega al mismo por la llegada a éste de otra parte procesal, el litisconsorcio
es necesario, obligatorio o forzoso; voluntario, facultativo o útil y cuasinecesario.
Desde el punto de vista del momento en que se conforma101 el litisconsorcio es
inicial u originario, así como posterior o sucesivo.
Desde el punto de vista de la parte procesal, que es múltiple o plural, el litis-
consorcio es activo, pasivo o mixto (ver numeral 6.1.1).
Siempre será necesario integrar los tres puntos de vista, para precisar en cada
caso si el litisconsorcio es voluntario, necesario o cuasinecesario, inicial o poste-
rior, activo, pasivo o mixto.

1.1.1.1.  Litisconsorcio voluntario, facultativo o útil


Si al proceso se llevan varias relaciones sustanciales cuyos titulares son diferen-
tes personas, algunas de las cuales son coincidentes, estando facultadas por la ley
para reclamar conjuntamente o por separado los derechos que se deriven de ca-
da relación sustancial, se conformará un litisconsorcio voluntario, si en ejercicio
de dicha facultad legal invocan conjuntamente su respectivo derecho sustancial,
formulando varias pretensiones acumuladas en una misma demanda, siguiendo
los requisitos del art. 88 del CGP. Caso en el que el litisconsorcio será voluntario,

101
Con la demanda o en el curso del proceso
Partes, litisconsortes, otras partes y terceros en el proceso 111

activo, inicial u originario. Si en cambio cada titular de la relación sustancial la


invoca por separado promoviendo cada una un proceso, éstos luego se pueden
acumular por voluntad de las partes cumpliendo las reglas del artículo 148 CGP,
caso en el cual el litisconsorcio sería voluntario por activa, posterior.
Así por ejemplo, los pasajeros de cualquier medio de transporte están faculta-
dos por la ley para demandar separada o conjuntamente a la empresa transpor-
tadora, pretendiendo que se declare responsable y consecuencialmente que se le
condene al pago de la indemnización con fundamento en los daños sufridos por
cada pasajeros (art. 1003 C de Co).
Si en presencia de varias relaciones sustanciales la ley faculta a sus titulares
para hacerlas valer o reclamar contra varias personas por separado o en una
misma demanda, los derechos que de ellas se derivan, y en ejercicio de dicha fa-
cultad legal se demanda a cada uno en una misma demanda, el litisconsorcio será
voluntario, pasivo originario. Por ejemplo, un mismo acreedor con base en dos
relaciones sustanciales diferentes, la que sostiene con el deudor y la que tiene con
el fiador, voluntariamente dirige la demanda contra ambos, siempre que persiga
los mismos bienes.
Esta clase de litisconsorcio puede ser simple o recíproco. Simple cuando no hay
pretensiones de un litisconsorte voluntario respecto de los demás, lo cual aplica
para los ejemplos planteados. Recíproco cuando una parte procesal la integran
parejas de parte, entre quienes hay pretensiones entre sí, como las que surgen con
ocasión del llamamiento en garantía.
En esta clase de litisconsorcio cada litigante se favorece o perjudica según la
actividad procesal que despliegue para sí en cumplimiento de las cargas procesa-
les, incluyendo los actos de disposición del derecho, sin que por ello se afecte la
unidad del proceso, lo cual no significa que la decisión contenida en la sentencia
deba ser siempre igual para todos, pues sus distintas pretensiones pueden correr
suertes diferentes, favorable a uno o varios y desfavorable a los demás, igual su-
cedería si hubieran demandado por separado.

1.1.1.2.  Litisconsorcio necesario, obligatorio o forzoso


Si al proceso se lleva una sola relación sustancial de la cual son titulares varias
personas, la ley exige que los derechos, que de esta se deriven, se invoquen por
todos o se reclamen contra todos sus titulares; siendo necesaria la comparecencia
de todos los titulares de dicha relación sustancial en el proceso, como condición
para que el juez pueda decidir de fondo uniformemente dicha relación sustancial
respecto de todos. En últimas, las problemáticas, que surgen con ocasión de esta
clase de litisconsorcio, tienen su origen en una falta de legitimación en la causa.
112 Julia Victoria Montaño Bedoya

Si falta una o algunas de las personas que como titulares de la relación invo-
cada deban componer la parte pasiva de la relación procesal, mientras no se haya
dictado sentencia de primera instancia, el juez tiene el deber de integrar el contra-
dictorio, para lo cual debe citarlas de oficio o a petición de parte, a fin de ordenar
el traslado respectivo.
La falta de integración del contradictorio, en la legislación procesal colom-
biana vigente, no es causal de nulidad procesal, pero en todo caso el juez, antes
de dictar sentencia de primera instancia, debe cumplir con esta imposición legal;
si no lo hace y dicta sentencia de fondo, este error será motivo de impugnación
mediante recurso que si es apelación el ad quem anulará la sentencia dictada102.

102
La Corte Suprema de Justicia siguiendo a los maestros Hernando Devis Echandía (compendio
de derecho procesal civil Tomo I) y Hernando Morales Molina (curso de derecho procesal
civil) en la década de los 70 y 80 (Cas. jun.30 de 1970 G.J.T CXXXIV, 170; enero 15 de
1971, G.J.T. CXXXVIII, 28/29 junio de 1975 C.L.I. (72 enero 9 de 1982 29 de sep. de 1980)
sostuvo que la sentencia debía ser inhibitoria cuando por inadvertencia del juez y de las partes
se hubiese proferido sentencia de primera instancia encontrando el ad-quem al momento de
decidir la falta de un contradictor necesario, no pudiendo el juez en esta instancia hacer uso
de los poderes de saneamiento consagrados en el art. 61 del CGP, por cuanto estos se agotan
en la decisión de primera instancia no pudiendo ser en todo caso la sentencia de fondo, pues si
llega a dictarla sin la presencia de todos los sujetos de la relación jurídica sustancial, carecería
de efectividad porque no podría obligar a unos y a otros no.
Para la época (1984) se generó frente a la sentencia cuyo ponente fue Horacio Montoya Gil, un
salvamento de voto del Dr. Humberto Murcia Ballén, quien al analizar el art. 83 del CPC hoy
art. 61 del CGP, consideró que desde el punto de vista práctico la decisión tendiente a poner en
conocimiento una nulidad saneable es preferible a una sentencia inhibitoria, pues con esta so-
lución puede obtenerse un saneamiento de la irregularidad y por tanto el proceso se convalida
y aunque se declare la nulidad del proceso, queda viva la demanda, frente a la cual el juez tiene
que proceder a integrar el contradictorio, mientras que con la inhibición nada se conserva y si
el demandante lo quiere, tendrá que surtir nuevamente y en todas sus etapas el proceso.
Acogiendo esta tesis expuesta en el salvamento de voto, la Corte Suprema de Justicia en sentencia
de octubre de 1999 expediente 5224 con ponencia del Dr. Silvio Fernando Trejos Bueno, expresó:
“Ahora bien, la medida procesal que le corresponde adoptar al fallador de segunda instancia está
dada por la consagración de la causal 9 del artículo 140 del CPC, (hoy art. 133 causal 8 CGP) la
cual se produce, entre otros eventos, cuando se deje de notificar o emplazar a una de las demás
personas que deben ser citadas como parte, situación que atañe con los litisconsortes necesarios,
quienes deben ser citados al proceso justamente para que se pueda resolver de mérito sobre la
cuestión litigiosa; situación que se da tanto frente a aquellos litisconsortes que mencionamos en
la demanda y en el auto admisorio de la misma que no fueron notificados de ste;como frente a
quienes deben ser citados y no lo han sido, a pesar de que por la ley o por la naturaleza del litigio
deben demandar o ser demandados; todo en aplicación de lo dispuesto en el art. 83 del CPC”.
“Desde luego, que cuando así suceda, el decreto de la nulidad sólo comprenderá el trámite ade-
lantado en la segunda instancia y la sentencia apelada u objeto de consulta, puesto que abolida
ésta se restituye la posibilidad de disponer la citación oportuna de las personas que debieron
formular la demanda o contra quienes se debió dirigir ésta, para los fines que atañen con la
defensa de sus intereses; se dan así unas ventajas prácticas de valor apreciable, con relación al
Partes, litisconsortes, otras partes y terceros en el proceso 113

Si por el contrario, alguno de los litisconsortes necesarios del demandante no


figure en la demanda, bastará con que le pida al juez su vinculación acompañando
la prueba de dicho litsconsorcio.
Así por ejemplo, si A, B y C prometen vender a D,E y F el bien inmueble X, y
entre ellas surge un conflicto con ocasión del cumplimiento contractual, la parte
contratante cumplida o que se allanó a cumplir, será la legitimada, ordinariamen-
te, para demandar a la parte incumplida, siendo necesaria la comparecencia de
todos para que el juez resuelva, de fondo uniformemente, frente a todos sobre el
mismo derecho sustancial. En este caso el litiscorsorcio será necesario, originario,
mixto. Pero podrá ser posterior si en el curso del proceso, siendo la parte singular,
interviene un litisconsorte necesario del demandante o antes de que se dicte la
sentencia de primera instancia, el juez integre el contradictorio.
Cuando independiente de la relación sustancial, la ley exija que la demanda la
deban proponer varias personas o se deba dirigir contra varias personas, también
se conformará un litisconsorcio necesario, ejemplo: cuando se pretenda demandar
en proceso declarativo o de ejecución a los herederos de una persona cuyo proce-
so de sucesión no se haya iniciado y cuyos nombres se ignoren, el art. 87 del CGP
exige dirigir la demanda indeterminadamente contra todos los que tengan dicha
calidad. Si se conoce a alguno de los herederos, la demanda se dirigirá contra estos
y los indeterminados.
La actividad procesal que despliegue un litisconsorte necesario, provenga de
uno o algunos, favorecerá a los demás, no así los actos de disposición del derecho

fallo inhibitorio, consistentes en que subsiste el mismo proceso, se evita que se pierda tiempo
y la actividad procesal producida hasta ese momento, se mantienen los efectos consumados de
las normas sobre interrupción de la caducidad y prescripción; y por sobre todo, se propende
porque de todos modos se llegue al final de la composición del litigio”.
Este criterio se mantiene también en vigencia del CGP, pues se conserva la misma causal que
dio lugar al pronunciamiento emitido en el año de 1999 comentado, la que corresponde en la
legislación procesal actual a la causal 8 del art. 133 del CGP.
Adicionalmente, en vigencia del CGP, la máxima Corporación de la jurisdicción ordinaria ha
considerado a demás: “... que en materia de nulidades, pese a la existencia de litisconsorcio
necesario, la invalidación de la actuación frente a uno, no conlleva automáticamente a abolir
toda la actuación frente a todos (…)”.
Al respecto, consultar Sentencia Corte Suprema de Justicia Sala de casación civil del 22 de
marzo de 2018, Rad. 11001-02-03-000-2012-02174-00 M.P. Álvaro Fernando García Res-
trepo. En este mismo sentido: Sentencia CSJ SC de 4 de julio de 2012, rad. 2010-00904-00.
M.P. Fernando Giraldo Gutiérrez. (Comentario y sentencias citadas en el Boletín virtual 2 de
mayo de 2019. Nulidad por indebida integración del contradictorio y advertencia de nulidad
por el Dr. Diego Fernando Rojas Vásquez. Departamento de Derecho Procesal, Universidad
Externado de Colombia. Blog de la Facultad de derecho. https://procesal.uexternado.edu.co/
nulidad-por-indebida-integracion-del-contradictorio-y-advertencia-de-nulidad/
114 Julia Victoria Montaño Bedoya

litigioso que deben provenir de todos de consuno como uno, por ser todos titula-
res de un mismo derecho sustancial que es indivisible o inescindible. Por expresa
exigencia del artículo 192 del CGP “la confesión que no provenga de todos los
litisconsortes necesarios tendrá valor de testimonio de tercero”.

1.1.1.3.  Litisconsorcio cuasi-necesario


Si al proceso se lleva una relación sustancial de la cual son titulares varias per-
sonas, facultando la ley a uno, alguno o a todos sus titulares para invocarla o para
que se reclame o se haga valer contra uno, algunos o todos sus titulares, estaremos
ante esta clase de litisconsorcio.
Las siguientes son algunas de las relaciones sustanciales que dan lugar al litis-
consorcio cuasi-necesario: i) las obligaciones solidarias: la ley faculta al acreedor
para exigir a uno, algunos o a todos los deudores solidarios el cumplimiento de
la prestación contenida en la obligación solidaria. Caso en el cual el litisconsor-
cio será cuasi-necesario, pasivo originario. Como en materia mercantil, en la que
la solidaridad se presume, así por ejemplo, art. 991 referido a la solidaridad en
el contrato de transporte. ii) los patrimonios autónomos: por activa siempre un
patrimonio autónomo se comporta como un litisconsorcio cuasi-necesario, caso
en el cual será activo. Así por ejemplo, uno, alguno o todos los herederos están
legitimados para abrir el proceso sucesorio y pedir, para todos los que integran
la categoría del patrimonio autónomo, la repartición y adjudicación de los bienes
sucesorales en las proporciones legales, según el orden hereditario y las disposi-
ciones testamentarias, si las hay. Por pasiva, el patrimonio autónomo se comporta
como un litisconsorcio necesario, pues la ley exige que la demanda se dirija contra
todos los que hacen parte de la categoría del patrimonio autónomo; en este caso,
contra todos los herederos. iii) Los derechos colectivos o intereses difusos: la ley
faculta a uno, alguno o a cualquiera de los titulares del derecho colectivo a recla-
marlo no sólo para sí, sino para todos o en beneficio de todos, como en el caso
de las acciones populares en las que se conforma un litisconsorcio cuasinecesario,
activo originario. iv) La sucesión procesal: si ante el fenómeno de la sucesión
procesal, se conforma un litisconsorcio, este será cuasinecesario activo y/o pasivo
pero siempre posterior. Como cuando en el curso del proceso muere la persona
natural activa y/o pasiva, continuando este con sus herederos.
Si quienes siendo titulares de una determinada relación sustancial a la cual se
extiendan los efectos jurídicos de la sentencia, y que estando legitimados para
demandar o ser demandados en el proceso, solo decidan intervenir en el curso del
proceso serán litisconsortes cuasinecesarios posteriores, a quienes también se les
denomina intervinientes litisconsorciales cualificados, quienes estando facultados
Partes, litisconsortes, otras partes y terceros en el proceso 115

legalmente para intervenir en el proceso por activa o por pasiva en calidad de


litisconsortes cuasinecesarios, voluntariamente no ejerzan dicha facultad y inter-
vengan en el proceso, la sentencia que se dicte en este, se extiende a ellos, quienes
siendo partes sustanciales no intervinieron, a lo que se le conoce también como
los efectos reflejos de la sentencia.

2.  OTRAS PARTES PROCESALES


La intervención de otras partes en el proceso, supone unas premisas: 1) para
hablar de otra parte procesal en el proceso, es preciso que existan partes procesa-
les demandante y demandada; 2) sólo tienen cabida en procesos declarativos, es
decir aquellos que surgen con ocasión de pretensiones declarativas puras, consti-
tutivas o de condena; 3) la otra parte procesal deberá ser sujeto activo o pasivo de
una pretensión procesal; 4) la intervención de otra parte procesal se da en una eta-
pa inicial del proceso, porque éste pretende el mismo derecho controvertido o al
proceso se introduce otra relación sustancial, ampliándose así el debate de fondo.
Según el CGP, son otras partes procesales, las que surgen con ocasión de: la
intervención excluyente, el llamamiento en garantía del cual se deriva la denuncia
de pleito, y el llamamiento al verdadero poseedor o tenedor.

2.1.  Intervención excluyente


En la doctrina se le conoce también como intervención principal, exclusiva o
ad excludendum. El excluyente sólo puede intervenir hasta la audiencia inicial,
formulando una pretensión que debe dirigir contra la partes procesales iniciales,
demandante y demandado, pidiendo contra ellas en todo o en parte el mismo bien
o el mismo derecho sustancial controvertido, es decir la pretensión que introduce
al proceso este interviniente tiene el mismo petitum e idéntica causa petendi fác-
tica y jurídica que la pretensión inicial, pues siendo diferentes los sujetos, el inter-
viniente afirma que es el protagonista de los hechos tipo y merecedor del derecho,
buscando así excluir al demandante inicial. La pretensión que introdujo la parte
inicial demandante y la pretensión que introdujo la otra parte procesal-intervi-
niente principal, se procesarán conjuntamente, debiendo resolver el juez, en pri-
mer lugar, la pretensión principal, luego de lo cual se pronunciará sobre la inicial.
La intervención de la otra parte procesal interviniente principal, dará lugar a
un litisconsorcio voluntario pasivo posterior, la cual sólo tiene cabida en los pro-
cesos declarativos civiles que surgen con ocasión de los conflictos derivados de la
venta de cosa ajena autorizada en Colombia. Así por ejemplo, A llega por activa
116 Julia Victoria Montaño Bedoya

como parte inicial demandante quien afirma ser titular del derecho de dominio
sobre el bien X y pide contra B poseedor se le condene a reivindicarle dicho bien,
proceso en el que intervienen C, D y E, quienes afirmando ser dueños, pretenden
la reivindicación del mismo bien X contra el poseedor B.
Esta modalidad de intervención se ha extendido a los procesos declarativos
laborales originados en conflictos entre compañeros y/o cónyuges, quienes preten-
den, en todo o en parte, el derecho a la pensión de sobreviviente103.

2.2.  Llamamiento en garantía


Surge cuando la parte procesal demandante o demandada está en condiciones
de afirmar tener derecho derivado de la ley o de un contrato a exigir de otro (el
garante) la indemnización (por un perjuicio causado) que el juez imponga en di-
cho proceso, mediante sentencia.
La relación sustancial de la que surge dicho derecho legal será aquella en la
que, en virtud de la subordinación, una parte garantiza y paga la indemnización
del perjuicio que cause quien está bajo su cuidado o subordinación, como la rela-
ción padre-hijo, empleador-empleado, Estado-servidor público.
El contrato al que se refiere este artículo es el de seguro, en virtud del cual la
aseguradora garantiza y paga la indemnización del perjuicio que cause el asegura-
do, ante la ocurrencia del hecho asegurado.
La oportunidad para ejercer el derecho a exigir al garante la obligación de la
indemnización, es la demanda si el titular del derecho es el demandante, o, el tras-
lado para contestar la demanda si el titular del derecho referido es el demandado.
La forma para ejercer dicho derecho es la pretensión revérsica, (contendida
en una demanda), denominación que la doctrina da a esta intervención procesal.
El sujeto activo de dicha pretensión es el titular del derecho a reclamar, del otro
garante, la indemnización del perjuicio por reconocerse en la sentencia; el sujeto
pasivo el garante, la petición, la condena a pagar la indemnización que fuere im-
puesta en la sentencia y la causa petendi fáctica y jurídica es la relación sustancial
(relación de subordinación o contrato de seguro) y su fundamento normativo, de
la cual se deriva la posición de garante de la otra parte procesal.
Se itera, la forma como se ejerce dicho derecho es la pretensión revérsica y la
oportunidad procesal para proponerla es la demanda, si quien afirma tener este
derecho es el demandante o el traslado para contestar la demanda, si quien afirma

103
Ver al respecto SL18102-2016. Radicación Nro. 45585 Corte Suprema de Justicia. MP. Jorge
Mauricio Burgos Ruiz.
Partes, litisconsortes, otras partes y terceros en el proceso 117

tener este derecho es el demandado, es decir el demandante debe presentar dos de-
mandas porque no es posible proponer la pretensión inicial y la revérsica en la mis-
ma demanda, dado que no se cumplen los requisitos del artículo 88 del CGP sobre
acumulación de pretensiones, lo que da lugar a un proceso complejo que debe pro-
cesar la pretensión inicial y la revérsica, ambas sostenidas en relaciones sustanciales
diversas, aquélla en la relación víctima-causante del daño o perjuicio y la segunda,
que da lugar a la posición de garante, sobre las cuales debe pronunciarse el juez en
la sentencia, debiendo resolver el juez, en primer lugar, la inicial y, sólo si ésta pros-
pera, pasará a estudiar la revérsica para condenar, en el mismo proceso, al garante
quien, en virtud de la ley o el contrato, debe responder por la indemnización.
Al llamado en garantía, como otra parte procesal en calidad de demandado,
se le debe notificar, personalmente, dentro de los seis meses siguientes el auto
admisorio de la demanda revérsica o el llamamiento en garantía, y se le correrá
traslado por el término de la demanda inicial; garante que está autorizado a con-
testar tanto la demanda inicial como la demanda revérsica, debiendo resolver el
juez, al final, en primer lugar, la pretensión inicial y posteriormente la revérsica,
trasladándole al garante el pago de la indemnización sólo si el perjuicio aparece
probado y no desvirtuado.
Como el llamado al garante, por la parte procesal que ostenta el derecho a exi-
gir de otro garante la indemnización, es voluntaria, con dicho llamado se confor-
ma un litisconsorcio voluntario, posterior recíproco, como se explicó en el acápite
correspondiente a esta clase de litisconsorcio.
Si la parte procesal demandante o demandada no ejerce el derecho a pedir que el
garante sea condenado en el mismo proceso a la indemnización, la ley le otorga una
segunda oportunidad, consistente en exigir de otro (garante) la obligación de reem-
bolsar total o parcialmente el pago que tuviere que hacer como resultado de la sen-
tencia. Lo cual hará en proceso separado, por medio de la pretensión de repetición.

2.2.1.  Denuncia de pleito


Es una especie del llamamiento en garantía, y consiste en que la parte procesal
demandante o demandada, de acuerdo con la ley sustancial, tiene derecho de exi-
gir de otro garante la obligación de saneamiento por evicción.
El derecho sustancial consagra las relaciones sustanciales en las que una parte
tiene el derecho de exigir de la otra parte la obligación de saneamiento por evic-
ción, que consiste en que ésta debe garantizar y pagar la suma de dinero equivalen-
te al bien, en caso de perderse o de resultar evicto por virtud de sentencia judicial.
Por ejemplo, en la compraventa, el código civil le impone a la parte vendedora la
obligación de garantizar al comprador el pago de la suma de dinero (que equivale
118 Julia Victoria Montaño Bedoya

a una indemnización) en caso de que el bien objeto de la compraventa resultare


evicto, derecho que aquél el comprador ejerce denunciado el pleito al vendedor,
mediante una pretensión que, para distinguirla de otras, se le denomina revérsica.
Se itera, la forma como se ejerce dicho derecho es la pretensión revérsica y la
oportunidad procesal para proponerla es la demanda, si quien afirma tener este
derecho es el demandante o el traslado para contestar la demanda, si quien afirma
tener este derecho es el demandado, es decir, el demandante debe presentar dos de-
mandas porque no es posible proponer la pretensión inicial y la revérsica en la mis-
ma demanda, dado que no se cumplen los requisitos del artículo. 88 del CGP sobre
acumulación de pretensiones, lo que da lugar a un proceso complejo que debe pro-
cesar la pretensión inicial y la revérsica, ambas sostenidas en relaciones sustanciales
diversas, aquélla en la relación en la que se sostiene una pretensión declarativa y, la
segunda, que da lugar a la posición de garante, sobre las cuales debe pronunciarse
el juez en la sentencia; debiendo resolver el juez, en primer lugar, la inicial y, sólo si
ésta prospera, pasará a estudiar la revérsica para condenar en el mismo proceso al
garante quien, en virtud de la ley, debe responder por el valor del bien evicto.
El titular de dicho derecho legal no tiene más opción que ejercerlo en el mismo
proceso en el que la cosa resultare evicta, en consecuencia, sino ejerce dicho dere-
cho, pierde el derecho a pedir dicho saneamiento. Es decir, en este caso no existe
una segunda oportunidad como si existe en el llamamiento en garantía, mediante
la pretensión de repetición.
Ejemplo de esta intervención la encontramos sólo en materia civil y comercial en
los siguientes casos:1) el partícipe que sea molestado en la posesión del objeto que le
tocó en la partición o que haya sufrido evicción de él, a los otros copartícipes para
que concurran a hacer cesar la molestia o le saneen la evicción, de acuerdo con el
artículo 1402 de CC;2) el donatario de una donación, con causa onerosa, al donando
cuando éste le donó la cosa a sabiendas de que era ajena (1480 CC); 3) el comprador
al vendedor, cuando el primero promueve una pretensión de dominio o posesoria, o
contra él se inicia una pretensión de la misma naturaleza (art. 1899 CC) para recobrar
la posesión de la misma cosa, cuando la ha perdido sin su culpa, tiene que presentarse
como demandante en el proceso correspondiente (art. 1900 CC); y 4) en comercial
en la compraventa, y la permuta de conformidad con los arts. 940 y ss., del C de Co.

2.3.  Llamamiento al verdadero poseedor o tenedor


Sólo tiene cabida en procesos declarativos civiles y comerciales cuya demanda
deba dirigirse contra un poseedor o tenedor de un bien objeto de una pretensión
de restitución de tenencia o posesoria. O cuando la demanda daba dirigirse contra
un poseedor en pretensiones reivindicatorias.
Partes, litisconsortes, otras partes y terceros en el proceso 119

El demandante en la demanda afirma (porque es su creencia o convicción) que


la persona contra quien dirige la demanda es el poseedor o tenedor del bien objeto
de la pretensión, no obstante lo cual por no ostentar tal calidad, en el traslado
para contestar la demanda el demandado debe manifestarle al juez que él no es
el verdadero poseedor o tenedor, debe decir quién es y donde está, con esta infor-
mación el juez ordena citarlo para notificarle por estado104 el auto admisorio de
la demanda en calidad de titular de la relación sustancial, quien al atender dicha
citación y reconocer ser el verdadero poseedor o tenedor (según el caso), interven-
drá en el proceso como otra parte procesal, saliendo de la escena del proceso la
parte procesal demanda, por no ser titular del derecho que contra él se reclama.
“Si el citado no comparece o niega su calidad de poseedor, el proceso conti-
nuará con el demandado, pero la sentencia surtirá efectos respecto de éste y del
poseedor por él designado”105.
Si en el proceso aparece prueba de que el verdadero poseedor o tenedor es
persona diferente del demandado o del llamado, el juez de primera instancia, de
oficio, ordenará su vinculación, y este contará con el mismo término del deman-
dado para contestar la demanda.
El juez en la sentencia, además de resolver sobre el derecho sustancial recla-
mado condenará al demandado a pagar los perjuicios que con su silencio cause al
demandante por no expresar que él no es y no decir quién es el verdadero posee-
dor o tenedor y a pagar multa entre quince y treinta salarios mínimos mensuales
vigentes.
En últimas, el dirigir la demanda contra un seudo poseedor o un seudo tenedor
da lugar a la ausencia de legitimación en la causa por pasiva, presupuesto material
para la sentencia de fondo favorable, que da al traste con la sentencia estimatoria
de la pretensión.
Dado lo anterior, el demandado tiene dos medios de ejercer el derecho de
defensa en la etapa de traslado para contestar la demanda: 1) propiciar el lla-
mamiento al verdadero poseedor o tenedor según lo analizado de conformidad
con el art. 67 del CGP; o 2) proponer la excepción de fondo o mérito de falta de
legitimación en la causa por pasiva, siempre que esté en condiciones de afirmar y
probar el hecho fundante de la misma. Por ejemplo, A celebra con B un contrato
de arrendamiento sobre un local comercial, en el cual B como arrendatario pone
a funcionar su establecimiento de comercio, el cual posteriormente enajena a C,
sin cumplir los requisitos que para tales efectos exigen los artículos 525 y ss.,

104
Excepción al numeral 1 del artículo 290 del CGP
105
Artículo 67 inciso 3 del CGP
120 Julia Victoria Montaño Bedoya

del C de Co, razón por la que A no se enteró de la cesión del contrato, y ante
el no pago de los cánones de arrendamiento, demanda a B pidiendo la termina-
ción del contrato y como consecuencia la restitución del inmueble arrendando
(local comercial) por el incumplimiento contractual. En este caso, B sólo podrá
defenderse propiciando el llamamiento al verdadero tenedor C, mas no está en
situación de proponer la excepción de fondo o mérito de falta de legitimación
en la causa por pasiva, porque no podrá probarla ante el no cumplimiento de
los requisitos exigidos por el C de Co, específicamente, el no haber cumplido
con las formalidades que permitieran que A se enterara de la existencia del ver-
dadero tenedor.

3.  TERCEROS EN EL PROCESO


En el proceso no sólo hay partes singulares y litisconsorciales, también llegan
otras partes procesales como quedó ya expuesto, e igualmente terceros como el
coadyuvante y el llamado oficioso.

3.1. Coadyuvante
Se le conoce también en la doctrina como adhesivo, adherente, adyuvante o in-
terviniente simple. Es tercero porque no integra la relación procesal ni como parte
ni cómo otra parte procesal. Consiste en que una parte procesal, demandante o
demandada tiene con un tercero una determinada relación sustancial a la cual no
se extienden los efectos jurídicos de la sentencia, por ser diferente a la relación
subyacente en el proceso, que es sobre la que el juez debe resolver en la sentencia,
pero la relación que tiene el tercero con la parte se puede ver afectada, si la parte
con la que tiene dicha relación es vencida en el proceso.
La forma como este tercero interviene es mediante una solicitud que dirige al
juez en cualquier instancia del proceso, en la que afirmará y probará la relación
sustancial que tiene con la parte a la que busca coadyuvar o adyuvar, la cual será
aceptada siempre que el juez concluya que esta relación se verá afectada, si la
sentencia es adversa a la parte.
Aceptada la intervención del tercero coadyuvante en el proceso, este tomará el
proceso en el estado en que se encuentre, pudiendo efectuar los actos procesales
permitidos a la parte que coadyuva, siempre que no esté en oposición a los de ésta
y no impliquen disposición del derecho litigioso106. Es decir, está facultado para

106
Artículo 71 inciso 2 del CGP
Partes, litisconsortes, otras partes y terceros en el proceso 121

interponer recursos o coadyuvar los propuestos por la parte a la que coadyuva,


mas una vez interpuestos, no podrá desistir de ellos. De igual manera, no podrá
desistir o allanarse a la pretensión.
En un proceso donde el demandante A, afirmando ser titular del derecho de
dominio, pide al juez la reivindicación del bien X de manos del poseedor B. C (ter-
cero en el proceso), tiene interés en solicitarle al juez le autorice intervenir como
coadyuvante de A por tener con esta parte procesal una relación sustancial en la
que A es promitente vendedor y C promitente comprador del bien X. Relación
que siendo diferente a la subyacente (dominio-posesión) resultaría afectada si la
sentencia desestima la pretensión reivindicatoria.

3.2. Llamado oficioso

Se presenta cuando en cualquiera de las instancias el juez advierta que el pro-


ceso se ha entablado para defraudar a personas que no estando en el proceso
puedan resultar perjudicadas, razón por la cual ordenará citarlas con la finalidad
de que éstas hagan valer sus derechos.
Intervención que es de exigua ocurrencia no sólo porque el juez debe tener
certeza del fraude o colusión, sino también porque debe contar con información
precisa de quiénes son esos terceros a quienes debe citar de oficio y el lugar donde
se encuentran.

3.3. Cuadro resumen de otras partes procesales y terceros en el proceso

Forma Calidad en la Litisconsorcio


Intervención Oportunidad
de intervención que interviene que se conforma

Principal Hasta la audien- Voluntaria con de- Otra parte procesal Voluntario, posterior
cia inicial manda (pretensión por pasiva
principal)
Llamamiento en Demanda o con- Llamado del deman- Otra parte procesal Voluntario posterior
garantía testación de la de- dante o demandado recíproco
manda con demanda (pre-
tensión revérsica)
Denuncia de pleito Demanda o con- Llamado del deman- Otra parte procesal Voluntario posterior
testación de la de- dante o demandado recíproco
manda con demanda (pre-
tensión revérsica)
122 Julia Victoria Montaño Bedoya

Forma Calidad en la Litisconsorcio


Intervención Oportunidad
de intervención que interviene que se conforma

Llamamiento al Traslado de la de- Llamado del juez Otra parte procesa. Ninguno
verdadero posee- manda (parte) por información del Si el citado compa-
dor o tenedor o demandado rece y reconoce la
juez de primera (contestación deman- calidad de posee-
instancia da) dor o tenedor
o de oficio por el juez Parte procesal: el Cuasinecesario:
seudo poseedor o
tenedor, si el cita-
do no comparece o
comparece y niega
ser el poseedor o
tenedor
Coadyuvante Durante única, Solicitud Tercero Ninguno
primera o segunda
instancia, antes de
dictar sentencia
Llamado de oficio Cualquiera de las Llamado de oficio Tercero Ninguno
instancias por el juez
(defiende sus dere-
chos)
Fuente: Elaboración propia teniendo como referencia la dogmatica y la legislación procesal
7.  PROVIDENCIAS JUDICIALES

Los sujetos que integran la relación procesal juez y partes se comunican


por medio de actos jurídicos que al producir efectos exclusivamente en el pro-
ceso, son actos procesales. A los actos procesales de parte se les da diferentes
denominaciones, así por ejemplo, al acto por medio del cual se reclama la
declaración de un concreto derecho sustancial, se le llama pretensión; al acto
que persigue impedir el nacimiento del derecho sustancial, su modificación o
extinción, se le denomina excepción de mérito . Al acto cuyo efecto persegui-
do es el abandono de la pretensión, se le llama desistimiento; pero el que la
acepta, allanamiento; y así sucesivamente, cada acto de parte tiene una deno-
minación específica.
Por el contrario, a los actos del juez se les denomina genéricamente providen-
cias o resoluciones judiciales, género de cuyas especies se derivan las sentencias y
los autos, las cuales se diferencian desde los efectos que producen como se discri-
mina en los numerales siguientes.

1. SENTENCIAS
Son las providencias judiciales mediante las cuales se resuelve: i) el objeto li-
tigioso, es decir, la pretensión y la excepción de fondo, en cualquiera de las eta-
pas del proceso, como el caso de la sentencia anticipada que el juez debe dictar
cuando las partes o sus apoderados de común acuerdo lo soliciten, por iniciativa
propia o del juez; cuando no hubieren pruebas para practicar o cuando aparezca
probada la cosa juzgada, la transacción, la caducidad, la prescripción extintiva y
la carencia de legitimación en la causa107. ii)También es sentencia, el acto del juez
mediante el cual se resuelven los recursos extraordinarios de casación, revisión y
anulación, toda vez que dichos recursos asumen la forma de una demanda que
contiene una pretensión fundada en un hecho tipo que es la causal taxativa, pre-
tensión que debe ser resuelta por el juez mediante sentencia. iii) Las que deciden
el incidente de liquidación de perjuicios.

107
Numerales 1 a 3 del artículo 278 del CGP.
124 Julia Victoria Montaño Bedoya

Toda sentencia está compuesta por dos partes. Una, la parte motiva108 en la
que deberá incluirse una síntesis de la demanda y de la contestación, sólo cuan-
do la sentencia sea escrita. Y, en ambos casos, es decir sea escrita o dictada en
audiencia, incluirá la valoración de las pruebas de los hechos alegados y los que
deba el juez reconocer de oficio, con explicación razonada de las conclusiones
sobre ellas; los fundamentos normativos, indicando concretamente las disposi-
ciones aplicadas, que no podrán ser otras diferentes a aquéllas en cuyo supuesto
encajen los hechos probados y en cuya consecuencia jurídica, encuadre la peti-
ción contenida en la excepción y en la pretensión, así como la conducta procesal
de las partes, y los indicios que de ésta deba deducir. Por ejemplo, consagra el
artículo 97 del CGP:
La falta de contestación de la demanda o de pronunciamiento expreso sobre los
hechos y pretensiones de ella, o las afirmaciones o negaciones contrarias a la realidad,
harán presumir ciertos los hechos susceptibles de confesión contenidos en la demanda,
salvo que la ley le atribuya otro efecto.
La falta del juramento estimatorio impedirá que sea considerada la respectiva recla-
mación del demandado, salvo que concrete la estimación juramentada dentro de los
cinco días siguientes a la notificación del requerimiento que para tal efecto le haga el
juez109.
Y, dos, la parte resolutiva guardando simetría con la excepción de fondo y
la pretensión, debe resolver en clave de la misma tutela judicial reclamada, es
decir el juez declarará que el derecho no ha nacido, o declarará su modificación
o extinción al estimar la excepción, o declarará el derecho mero-declarándolo,
constituyendo o condenando si la que está llamada a prosperar es la pretensión,
cumpliendo así con la congruencia110 la misma que se está flexibilizado cada vez
más atendiendo a las tendencias del activismo judicial, en virtud de lo cual el juez
debe hacer declaraciones oficiosas reconociendo hechos sobrevinientes como la
cosa juzgada, dado que:
En la sentencia se tendrá en cuenta cualquier hecho modificativo o extintivo del dere-
cho sustancial sobre el cual verse el litigio, ocurrido después de haberse propuesto la de-
manda, siempre que aparezca probado y que haya sido alegado por la parte interesada,
a más tardar, en su alegato de conclusión o que la ley permita considerarlo de oficio111.
O, amparando así sujetos de especial protección constitucional, como lo preci-
sa el mismo artículo en el parágrafo primero:

108
La deficiencia en la motivación de la sentencia es causal revisión, causal octava. Corte Suprema
de Justicia SC 54082018.
109
Artículo 87 del CGP
110
Sobre congruencia ver el acápite 7.4 de esta obra.
111
Inciso 4ºart. 281 del CGP
 Providencias judiciales 125

La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las pretensiones aduci-
das en la demanda y en las demás oportunidades que este código contempla y con las
excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley…
Parágrafo1º. En los asuntos de familia, el juez podrá fallar ultrapetita y extrapetita,
cuando sea necesario para brindarle protección adecuada a la pareja, al niño, la niña
o adolescente, a la persona con discapacidad mental o de la tercera edad, y prevenir
controversias futuras de la misma índole112.
En la parte resolutiva el juez también se pronunciará sobre perjuicios a cargo
de las partes y sus apoderados. Así por ejemplo, al demandado que en el traslado
de la demanda omitió expresar no ser el verdadero poseedor o tenedor, lo con-
denará a pagar al demandante los perjuicios que con dicha omisión o silencio
le cause (art. 67 CGP). De igual manera, el juez decidirá sobre costas, las cuales
constituyen el derecho para la parte airosa en el proceso, y correlativamente la
obligación en cabeza del vencido en el proceso113. Las costas están integradas por
los gastos del proceso y las agencias en derecho que corresponden a los hono-
rarios del abogado, que deberá reconocerle el vencido a la parte triunfal, quien
además de atender esta obligación, no recuperará los gastos ni los honorarios que
él pagó con ocasión del proceso.

2 AUTOS
Son actos que el juez dicta desde que admite la demanda, hasta antes de pro-
ferir sentencia, son de dos clases y se distinguen según el efecto que producen,
si el efecto perseguido es impulsar el proceso, el auto será de trámite o de sus-
tanciación; si éstos sólo dan órdenes operativas, serán autos de cúmplase, pero
siguen correspondiendo a esta clase y si deciden aspectos medulares del proceso,
contingentes pero aledaños al objeto litigioso, sin que con ello se decida éste, el
auto será interlocutorio.

112
Artículo 281 del CGP
113
También en contra de quien se resuelva desfavorablemente el recurso de apelación, casación,
queja, súplica, anulación o revisión.
8. NOTIFICACIÓN DE LAS PROVIDENCIAS
JUDICIALES

Si las providencias judiciales son actos jurídicos, sus efectos no se producen


hasta que dichos actos no se den a conocer a las partes y demás interesados, por
medio de las notificaciones. Por excepción, algunas providencias por su naturale-
za misma están eximidas de dicha notificación, como los autos de cúmplase que
constituyen una subespecie de los de trámite (art. 299 CGP).
Es la legislación procesal la que establece las clases de notificaciones, siendo
éstas la personal, por aviso, en estado, por estado, y por conducta concluyente;
así como las formalidades que corresponden a cada una de ellas cuya finalidad es
garantizar el derecho de defensa. La ley señala para cada providencia judicial un
medio de notificación.

1.  NOTIFICACIÓN PERSONAL


La ley dispone que la primera providencia que se dicte en un proceso, esto es,
el auto admisorio de la demanda o su equivalente, debe notificarse personalmente
al demandado o a su representante o apoderado judicial114.
El auto que ordene citar al tercero en virtud del llamado oficioso115 (art. 72CGP)
debe notificarse personalmente por expresa disposición legal (290-2 CGP); al lla-
mado en garantía y al denunciado en el pleito, se le debe notificar, personalmente,
el auto admisorio de la demanda contentiva de la pretensión revérsica (arts. 290-2
y 66 CGP). El auto que ordene citar a servidores públicos en su carácter de tales
debe notificárseles personalmente (art. 290-2).

1.1. Formalidades de la notificación personal previstas en el artículo 291


del CGP
Este medio de notificación, así como los demás, debe cumplir con unas for-
malidades señaladas por la ley, las cuales no perseguirán una finalidad distinta a
garantizar el derecho de defensa. El demandante en la demanda deberá indicar:

114
El poder para actuar en un proceso habilita al apoderado para recibir la notificación del auto
admisorio de la demanda o del mandamiento ejecutivo...art. 77 CGP
115
No al coadyuvante porque éste interviene voluntariamente, no por citación o llamado de algu-
nos de los sujetos procesales: el juez o las partes.
128 Julia Victoria Montaño Bedoya

El lugar, la dirección física y electrónica que tengan o estén obligados a llevar, donde las
partes, sus representantes y el apoderado del demandante recibirán notificaciones personales.
El interesado podrá solicitar al juez que se oficie a determinadas entidades públicas o
privadas que cuenten con bases de datos para que suministren la información que sirva
para localizar al demandado116
Las personas jurídicas de derecho privado y los comerciantes inscritos en el
registro mercantil, deberán registrar en la Cámara de Comercio o en la oficina de
registro correspondiente, la dirección postal y electrónica donde recibirán notifi-
caciones judiciales, pudiendo surtirse la notificación en cualquiera de ellas.

1.1.1.  Envío de comunicación a la dirección física


El interesado en la notificación personal deberá enviar una comunicación a la
dirección física (la indicada en el párrafo anterior) de quien deba ser notificado,
a su representante o apoderado, por conducto de una empresa de servicio postal
autorizado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicacio-
nes, podrá hacerse también por un empleado del juzgado, cuando en el lugar no se
cuente con esta empresa de servicio postal o cuando el juez lo estime aconsejable
para agilizar o viabilizar el trámite de notificación117.

1.1.2.  Contenido de la comunicación


La comunicación antes aludida contendrá la información sobre la existencia del
proceso, su naturaleza y la fecha de la providencia que deba ser notificada, previnién-
dolo o mejor citándolo para que comparezca al juzgado a recibir notificación dentro
de los cinco días siguientes a la fecha de su entrega en el lugar de destino. Dentro de
los diez días cuando la comunicación deba ser entregada en municipio distinto al de
la sede del juzgado. O treinta días si fuere en el exterior (art. 291-3 CGP).

1.1.3.  Eventos en los que se considera entregada la comunicación


a) Cuando la dirección del destinatario se encuentre en una unidad inmobilia-
ria cerrada, la entrega podrá realizarse a quien atienda la recepción118 ;
b) Cuando en el lugar de destino rehusaren recibir la comunicación, la empre-
sa de servicio postal la dejará en el lugar y emitirá constancia de ello. La
cual se entenderá entregada para todos los efectos legales119 .

116
Artículo 82-10 y numeral 6 parágrafo 2º art. 291 CGP
117
Numerales 3 y 6, parágrafo 1º, art. 291 CGP.
118
inciso 3 Nro. 3 art. 291 CGP
119
inciso 2ºnumeral 4 art. 291 CGP
 Notificación de las providencias judiciales 129

La empresa de servicio postal deberá cotejar y sellar una copia de la comunica-


ción, y expedir constancia sobre la entrega de esta en la dirección correspondien-
te. Ambos documentos deberán ser incorporados al expediente120 .

1.1.4.  Práctica de la notificación personal


Si el citado comparece al juzgado dentro del término legal (cinco, diez, o trein-
ta días antes señalados) deberá identificarse mediante cualquier medio idóneo,
para notificarle personalmente la providencia judicial, extendiéndose un acta que
contendrá: la fecha en que se practique la notificación, el nombre del notificado,
la providencia que se notifica y la firma el notificado y el empleado que haga la
notificación. Si el notificado no sabe, no quiere o no puede firmar, el notificador
expresará esa circunstancia en el acta, pero en todo caso se entiende notificado121 .

1.1.5.  ¿Cuándo se entiende que no se pudo hacer la notificación personal?


Cuando el citado no comparezca al juzgado dentro del término legal (cinco,
diez, o treinta días antes señalados), se entiende que no se pudo hacer la notifica-
ción personal, en vista de lo cual, el interesado, procederá a practicar la notifica-
ción por aviso .(art. 291-6 CGP).

1.1.6.  Envío comunicación a la dirección electrónica


El interesado cuenta también con la posibilidad de enviar la comunicación de
que trata el numeral tres del artículo 291 a la dirección electrónica de quien deba
ser notificado. El contenido de esta comunicación será el mismo previsto en el
acápite contenido de la comunicación de esta obra, el cual podrá ser remitido por
el secretario o el interesado por medio del correo electrónico. En este caso, cambia
el verbo, pues el legislador no habla de entrega de la comunicación sino del reci-
bido de la misma, el cual va acompañado de una presunción, que admite prueba
en contrario, lo que no ocurre con la entrega de la comunicación a la dirección
física, pues el legislador dispone: “Se presumirá que el destinatario ha recibido la
comunicación cuando el iniciador recepcione (sic) acuse de recibo”, lo cual impli-
ca que el iniciador o remitente disponga de un correo electrónico certificado, que
le asegure tener el acuse de recibo, si el destinatario voluntariamente no responde
manifestando expresa o tácitamente que lo ha recibido. En cualquiera de los dos
casos se dejará constancia del acuse de recibo en el expediente y se adjuntará una
impresión del mansaje de datos (inciso 5 del numeral 3 art. 291 CGP).

120
inciso 4ºnumeral 3, art. 291 CGP
121
Artículo 291-5 CGP
130 Julia Victoria Montaño Bedoya

Una vez se entienda que fue recibida la comunicación, el citado comparecerá al


juzgado dentro del término legal a recibir la notificación personal, de no poderse
cumplir la misma ante su incomparecencia, se procederá a la notificación por
aviso, tal y como quedó descrito en el acápite en el cual líneas arriba se responde
la pregunta ¿cuándo se entiende que no se pudo hacer la notificación personal?
La ventaja de remitir la comunicación al correo electrónico es la disminución
de costos y la celeridad en el envío, la desventaja es que el recibido de dicha comu-
nicación por el destinatario sólo se presume, pudiendo ser discutido o desvirtuado
por el destinatario, lo cual supone contar con fortalezas digitales para enfrentar
probatoriamente esta discusión.

2.  NOTIFICACIÓN POR AVISO


Este medio de notificación procede cuando el citado no comparece al juzgado a
recibir notificación personal de la providencia judicial que la ley disponga se haga
por este medio, lo cual equivale a la expresión, no se pudo hacer la notificación
personal. Es decir las providencias que la ley ordene notificar personalmente de-
berán notificarse por aviso cuando no se puedo hacer la notificación personal (art.
291-6 e inciso 1º del art. 292 CGP). También procede la notificación por aviso, si al
intentarse por un empleado del juzgado, la entrega de la comunicación de que trata
el art. 291 del CGP, la persona no fuere encontrada. (Art. 291 parágrafo 1º Nro. 6).

2.1. Formalidades de la notificación por aviso previstas en el artículo 292


del CGP
La legislación prevé unas formalidades que deben cumplirse para que se en-
tienda surtido este medio de notificación, y son las siguientes: envío del aviso a la
dirección física; el contenido del aviso; las condiciones según las cuales se entiende
surtida la notificación por aviso; y finalmente, envío del aviso a la dirección elec-
trónica. Se enuncian a continuación.

2.1.1.  Envío del aviso a la dirección física


El interesado elaborará el aviso que deberá remitir por medio de una empresa
de servicio postal autorizado a la misma dirección a la que haya sido enviada la
comunicación a que se refiere el numeral 3 del art. 291 del CGP. Tiene sentido que
el legislador disponga que el aviso se remita a esta misma dirección, por cuanto
se tiene certeza de que allí está la persona que debe ser notificada, sólo que fue
 Notificación de las providencias judiciales 131

rebelde a comparecer al juzgado a tomar notificación personal de la providencia


respectiva.
Al aviso se le acompañará copia informal del auto admisorio de la demanda,
del mandamiento ejecutivo o su equivalente, cuando sea ésta la providencia obje-
to de notificación. (Inciso 2º art. 292 CGP).

2.1.2.  Contenido del aviso


El escrito que corresponde a este medio de notificación debe contener la fecha
del aviso, la fecha de la providencia que se notifica, el juzgado que conoce del pro-
ceso, su naturaleza, el nombre de las partes y la advertencia de que la notificación
se considerará surtida al finalizar el día siguiente al de la entrega del aviso en el
lugar de destino. (Inciso 1º art. 292 CGP).

2.1.3.  ¿Cuándo se entiende surtida la notificación por aviso?


La notificación por aviso se considerará surtida al finalizar el día122 siguiente al
de la entrega del aviso en el lugar de destino, es decir en la dirección antes aludida.
Para tales efectos, la empresa de servicio postal autorizado expedirá constancia de
haber sido entregado el aviso en la respectiva dirección, la cual se incorporará al
expediente, junto con la copia del aviso debidamente cotejada y sellada123.

2.1.4.  Envío del aviso a la dirección electrónica.


El secretario o el interesado cuentan también con la posibilidad de enviar el
aviso y la providencia que se notifica a la dirección electrónica de quien deba ser

122
Al respecto debe tenerse en cuenta el artículo 67 del CC cuando dice: Artículo 67. plazos. To-
dos los plazos de días, meses o años de que se haga mención en las leyes o en los decretos del
Presidente de la Unión, de los Tribunales o Juzgados, se entenderá que han de ser completos y
correrán, además, hasta la media noche del último día de plazo.
El primero y último día de un plazo de meses o años deberán tener un mismo número en los
respectivos meses. El plazo de un mes podrá ser, por consiguiente, de 28, 29, 30 o 31 días, y el
plazo de un año de 365 o 366 días, según los casos.
Si el mes en que ha de principiar un plazo de meses o años constare de más días que el mes en
que ha de terminar el plazo, y si el plazo corriere desde alguno de los días en que el primero de
dichos meses excede al segundo, el último día del plazo será el último día de este segundo mes.
Se aplicarán estas reglas a las prescripciones, a las calificaciones de edad, y en general a cua-
lesquiera plazos o términos prescritos en las leyes o en los actos de las autoridades nacionales,
salvo que en las mismas leyes o actos se disponga expresamente otra cosa.
123
Artículo 292 CGP
132 Julia Victoria Montaño Bedoya

notificado, estableciendo la ley para estos efectos una presunción de que el desti-
natario ha recibido el aviso cuando el iniciador recepcione (sic) acuse de recibo,
del cual se dejará constancia en el expediente y adjudicará124.
La ventaja de remitir el aviso al correo electrónico es la disminución de costos
y la celeridad en el envío, la desventaja es que el recibido de dicho aviso por el
destinatario sólo se presume, pudiendo ser discutido o desvirtuado por el desti-
natario, lo cual supone contar con fortalezas digitales para enfrentar, probatoria-
mente, esta discusión.

3.  EMPLAZAMIENTO PARA NOTIFICACIÓN PERSONAL


El emplazamiento no es un medio de notificación sino un mecanismo de cita-
ción por medios masivos de comunicación a personas que daban ser notificadas
personalmente, el cual reemplaza o sustituye la comunicación que no puede en-
viárseporque no se cuenta con una dirección concreta para su remisión, a partir
de lo cual, varios son los eventos en los que según el código general del proceso
procede el emplazamiento para notificación personal, y estos son:
a. Cuando el demandante desde el momento mismo de la presentación de la
demanda desconozca el domicilio del demandado o el de su representante
legal, o el lugar donde estos recibirán notificaciones, lo cual deberá expre-
sarlo en el acápite de direcciones para efectos de notificaciones. (Parágrafo
1º, art. 82 CGP).
b. Cuando la empresa de servicio postal devuelva al interesado en la notifica-
ción personal, la comunicación de que trata el numeral 3 del art. 291, con
la anotación de que la dirección no existe o que la persona no reside o no
trabaja en el lugar125.
c. Cuando el demandante o el interesado en la notificación personal manifies-
te que ignora el lugar donde puede ser citado el demandado o quién debe
ser notificado personalmente. Manifestación que se entiende surtida bajo
juramento, la cual puede hacerse desde el momento de la presentación de
la demanda, como ya se indicó en el literal a; o después de la devolución de
la comunicación a la que alude el anterior literal b, cuando el interesado no
cuente con otra dirección física ni electrónica de quien deba ser notificado
personalmente126.

124
Inciso final art. 292 CGP
125
Artículo 291 numeral 4 CGP
126
Artículo 293 del CGP
 Notificación de las providencias judiciales 133

3.1.  Contenido del emplazamiento


El juez será quien ordene el emplazamiento previa solicitud del interesado.
Cuando se ordene el emplazamiento a personas determinadas como las que deban
ser notificadas personalmente, éste deberá contener: nombre del sujeto emplaza-
do, las partes, la clase de proceso y el juzgado que lo requiere.

3.2.  Medios en los que se difunde la citación o emplazamiento


El juez indicará, al menos, dos medios de comunicación y el interesado es-
cogerá uno de ellos, en él se publicará o difundirá el emplazamiento por una
sola vez, pudiendo ser —según indicación del juez— un medio escrito de amplia
circulación nacional o local como la prensa o cualquier otro medio masivo de co-
municación, como la radio, mas no la televisión por razones de costos. Pudiendo
ser las redes sociales, cuando se presenten en los funcionarios judiciales relevos
generacionales y el mundo digital haya alcanzado mayores desarrollos (arts. 103
y 108 inciso 1º CGP).
Si el juez ordena la publicación en un medio escrito, ésta se hará el domingo,
para lo cual el interesado allegará al juzgado la copia informal de la página
donde conste la publicación; si la ordena en otro medio de comunicación podrá
hacerse cualquier día, pero en la franja horaria entre las seis de la mañana y las
once de la noche, debiendo allegarse al expediente la constancia de su emisión
o transmisión suscrita por el administrador o funcionario (art. 108 incisos 2º,
3º y 4º CGP).

3.3. ¿Qué contiene la comunicación que se remite al registro nacional de


personas emplazadas?
Efectuada la publicación o emisión del emplazamiento en el medio masivo de
comunicación indicado por el juez, la parte interesada o un empleado del juzgado
remitirá al Registro Nacional de Personas Emplazadas una comunicación que
esta agencia publicará publicación que contendrá: nombre del sujeto emplazado,
su número de identificación si se conoce, las partes del proceso, su naturaleza y el
juzgado que lo requiere, es decir esta comunicación tiene el mismo contenido del
emplazamiento salvo el número de identificación127

127
Artículo 108 inciso 5 CGP
134 Julia Victoria Montaño Bedoya

3.4.  ¿Cuándo se entiende surtido el emplazamiento?


El emplazamiento se entenderá surtido quince días después de que el Registro
Nacional de Personas Emplazadas publique la información o comunicación a la
que hace referencia el numeral anterior .(Artículo 108 inciso 6 CGP)

3.5.  ¿Cuándo procede la designación de curador ad litem?


Si surtido el emplazamiento, el citado o emplazado, comparece al juzgado en
el término legal (art. 291 numeral 3 CGP), se le notificará personalmente la pro-
videncia respectiva como lo indica el numeral 5 del art. 291 del CGP (ver acápite
Práctica de la notificación personal, líneas arriba de este mismo capítulo).
Si el citado o emplazado no comparece en el término legal (art. 291 numeral
3 CGP), se le designará curador ad litem, auxiliar de la justicia que deberá ser un
abogado que ejerza la profesión, quien deberá aceptar la designación y desem-
peñar el cargo gratuitamente, salvo que acredite estar actuando en más de cinco
procesos como defensor de oficio (art. 48 numeral 7 CGP).
Al curador ad litem designado se le notificará la providencia judicial respecti-
va, desplegará la actividad procesal que no esté reservada a la parte misma y no
podrá disponer del derecho litigioso. El curador ad litem actuará en el proceso
hasta cuando concurra la persona a quien representa, o un representante de ésta
(arts. 55 y 77 CGP).

4.  NOTIFICACIÓN EN ESTRADOS


Las actuales reformas procesales apuntan tanto a la digitalización de los pro-
cesos como a la celeridad de los mismos, para lo cual se ha implantado el sistema
procesal oral o de la oralidad, el cual no es más que un proceso por audiencias, en
el que las actuaciones verbales deben quedar consignadas en documentos como
audios y actas.
Si rige la oralidad en los procesos judiciales colombianos, éstos deben desarro-
llarse en audiencias dentro de las cuales han de dictarse las providencias judicia-
les, quedando éstas notificadas inmediatamente después de proferidas, aunque no
hayan concurrido las partes, constituyendo éste, el medio general de notificación,
salvo las providencias que se deben notificar personalmente que, básicamente, se
limitan a la primera que se dicte en todo proceso y las que citan a terceros y otras
partes procesales; y las que se notifican por estado, que sería la excepción, por ser
las providencias que se dicten fuera de audiencia.
 Notificación de las providencias judiciales 135

5.  NOTIFICACIÓN POR ESTADO


Si la providencia no es de aquellas que la ley dispone expresamente notificar
personalmente, o si no se dicta en audiencia, debe notificarse entonces por estado.
En los procesos regidos por el código general del proceso, civiles, de familia,
comerciales, agrarios, y en los que por expresa remisión también se apliquen,
las disposiciones del CGP encontramos que la demanda y la contestación son
escritas, lo que implica que la primera providencia judicial se dicta por fuera de
audiencia y por ende debe ser notificada personalmente al demandado128 quien
no está al tanto del proceso, y por estado al demandante quien está expectante del
pronunciamiento del juez y por ende está en condiciones de revisar los estados, a
lo cual se le conoce con el nombre de notificación mixta (art. 296 CGP).
De lo anterior se colige que, salvo el auto admisorio de la demanda, ninguna
otra providencia se le notificará personalmente al demandado, pues ya vinculado
al proceso está en condiciones de enterarse de las providencias mediante los esta-
dos que se fijen en el despacho judicial, como la que señala la primera audiencia
en la cual quedará notificado en estrados si no comparece.

5.1.  Formalidades de la notificación por estado


Es la ley procesal la que precisa quién elaborará el estado y su contenido o las
formalidades que deben cumplirse para que se entienda surtida la notificación por
este medio.

5.1.1.  Contenido del estado


El secretario elaborará el estado el cual debe contener según el art. 295 del
CGP:
1. La determinación de cada proceso por su clase.
2. La indicación de los nombres del demandante y el demandado, o de las per-
sonas interesadas en el proceso o diligencia. Si varias personas integran una
parte bastará la designación de la primera de ellas añadiendo la expresión
“y otros”.
3. La fecha de la providencia.

128
a la otra parte procesal, llamado como verdadero poseedor o tenedor por expresa disposición
legal (inciso 2ºart. 67), se le notificará por estado el auto que ordena correrle traslado.
136 Julia Victoria Montaño Bedoya

4. La fecha del estado y la firma del secretario.


El secretario no sólo firmará el estado, sino también dejará constancia con su
firma al pie de la providencia notificada. Así mismo, dejará un duplicado del esta-
do, el original y el duplicado se coleccionará por separado en orden cronológico,
para que uno de éstos pueda ser examinado por las partes o sus apoderados bajo
la vigilancia del secretario, cuando sea necesario ante discusiones atinentes a la
violación del derecho de defensa(Incisos 3º y 4º art. 295 del CGP).
La firma del secretario no será necesaria cuando los estados se publiquen por
mensaje de datos (parágrafo art. 295 CGP).

5.1.2.  Inserción y fijación del estado


La inserción en el estado se hará al día siguiente a la fecha de la providencia y
se fijará en un lugar visible de la secretaría, al comenzar la primera hora hábil del
respectivo día, y se desfijará al finalizar la última hora hábil del mismo (Incisos 1º
y 2º art. 295 del CGP).

6.  NOTIFICACIÓN POR CONDUCTA CONCLUYENTE


Sin ser la notificación personal surte los mismos efectos de ésta. Es el medio de
notificación menos frecuente, pero resulta útil cuando una providencia aún no se
ha notificado por uno cualquiera de los otros medios ya vistos, y su destinatario
al enterarse de la providencia, cumpla con los requisitos o las formalidades que a
continuación se señalan.

6.1.  Formalidades de la notificación por conducta concluyente


Para que se surta esta forma de notificación debe cumplirse con unas formali-
dades que resultan diferentes según que se presente en un proceso regido bajo el
sistema oral o en un proceso regido bajo el sistema procesal escrito o de la escritura.

6.1.1.  Notificación por conducta concluyente en el sistema escrito


Se surte cuando la parte procesal o un tercero en un escrito que lleve su firma, le
manifiesta al juez competente que conoce determinada providencia o la mencione.
Se considerará notificado por conducta concluyente de dicha providencia en la
fecha de presentación de dicho escrito.
 Notificación de las providencias judiciales 137

6.1.2.  Notificación por conducta concluyente en el sistema oral


“Cuando la parte procesal o un tercero verbalmente durante una audiencia o
diligencia manifiesta a viva voz que conoce determinada providencia o la mencio-
ne, siempre que quede registro de ello, no solo en el audio, sino en el acta que se
levante al final de la misma”129.
Se considerará notificado por conducta concluyente de dicha providencia en
la fecha de la manifestación verbal, es decir, en la misma fecha de la audiencia o
diligencia.
Con ocasión del Covid-19, como medida de emergencia, en Colombia se dicto
el decreto 806 de 2020 el cual flexibiliza aspectos de la notificación como a con-
tinuación se detalla:
En cualquiera la actuación o tipo de trámite, para la notificación personal no
se exige citación previa, basta que la providencia que se deba notificar personal-
mente, se envíe como mensaje de datos a la dirección electrónica. Si lo que se
notifica es el auto admisorio de la demanda, los anexos que deban entregarse para
el traslado, se enviaran también por ese medio.
Si el demandante ya remitió copia de la demanda y sus anexos al demandado,
al admitirse la demanda la notificación personal se limitará al envío del auto ad-
misorio de la demanda130.
El interesado en la notificación personal de una providencia judicial, deberá
afirmar bajo la gravedad de juramento que la dirección electrónica es la utilizada
por la persona a notificar, lo cual se entenderá prestado al suministrase tal infor-
mación. Cambia el verbo entregar y recibir, por el verbo realizar, al disponer que
“la notificación personal se entenderá realizada una vez transcurridos dos días
hábiles siguientes al envío del mensaje y los términos empezarán a correr a partir
del día siguiente al de la notificación”131.
Resulta útil como lo precisa la disposición precitada utilizar sistemas de confir-
mación del recibo de los correos electrónicos o mensajes de datos, lo cual se logra
con la adquisición de un software especial para tales efectos.
Si surgen disconformidades sobre la forma de practicar la notificación perso-
nal, la persona afectada invocará la nulidad, fundada en el hecho de que no se
enteró de la providencia, manifestado bajo la gravedad de juramento, nulidad que
se rige por las normas que la regulan en el CGP, de los artículos 132 a 138.

129
Artículo 301 del CGP
130
Artículo 6 decreto 806 de 2020
131
Artículo 8 inciso tercero decreto 806 de 2020
138 Julia Victoria Montaño Bedoya

No solo la parte interesada tiene la carga de suministrar la dirección elec-


trónica de quien deba ser notificado personalmente, también el juez de oficio o
a petición de parte tiene la facultad de solicitar información de las direcciones
electrónicas que reposen en entidades públicas, privadas o registradas en páginas
web o redes sociales.
El emplazamiento a quien deba ser notificado personalmente se hará única-
mente en el registro nacional de personas emplazadas, sin necesidad de publica-
ción en un medio escrito132.
De otro lado se empezará a cumplir lo previsto por el parágrafo del artículo
295 del CGP en cuanto a la publicación de estados por mensaje de datos sin
necesidad de imprimirse ni firmarse por el secretario, salvo las providencias que
decreten medidas cautelares, mencionen menores o tengan reserva legal por dis-
posición legal.
Los traslados que deban surtirse fuera de audiencia también se fijarán virtual-
mente. Los estados y traslados virtuales se conservarán en línea para ser consulta-
dos en cualquier momento por los interesados.

132
Artículo 10 decreto 806 de 2020
9. IMPUGNACIÓN DE LAS PROVIDENCIAS
JUDICIALES

El verbo impugnar nombra un derecho que integra una garantía judicial me-
dular: la defensa, prevista no sólo en las constituciones políticas progresistas de
esta época, sino además en los tratados internacionales de derechos humanos del
sistema universal y del sistema interamericano. Éste, como todos los derechos, se
ejerce por medio de actos jurídicos, en este caso, nulidades procesales y recursos
judiciales.

1.  RECURSOS JUDICIALES


Los recursos judiciales son actos jurídicos de parte en ejercicio del derecho
de impugnación, el cual integra un derecho más amplio y autónomo, cual es la
defensa, garantía judicial medular o núcleo del debido proceso consagrado así en
nuestra constitución política art. 29 y en el art. 8 de la Convención Americana de
Derechos Humanos.
El efecto que las partes persiguen, con el acto jurídico recurso judicial, es que se
enmienden los errores en que pudo incurrir el funcionario al dictar la providencia
judicial. Por medio de los recursos judiciales, como medios o expresiones de im-
pugnación, las partes controlan la legalidad de los actos del juez, o providencias
judiciales.
Las clases de recursos judiciales están previstos en la legislación procesal, la
cual distingue entre recursos ordinarios y recursos extraordinarios, y establece
cuáles de éstos proceden contra las diferentes providencias judiciales con las for-
malidades que corresponden a cada uno. Éstos se distinguen desde los efectos
específicos que se persiguen por la parte con cada uno de ellos.

1.1.  Requisitos generales de los recursos

Los recursos judiciales, sean ordinarios o extraordinarios, deben cumplir unos


requisitos. Son:
140 Julia Victoria Montaño Bedoya

— La legitimación para recurrir: Están legitimados para interponer recursos


judiciales las partes y los demás interesados autorizados, expresamente, por
la ley como los coadyuvantes (art. 71 CP).
— Interés para recurrir: Quien esté legitimado, además debe tener interés para
recurrir la providencia judicial, interés que se traduce en el agravio, perjui-
cio o desfavorecimiento que debe sufrir, derivado directamente del error en
el que incurrió el funcionario al dictar la providencia judicial.
— Sustentación del recurso: El recurso como acto jurídico debe fundamentarse
o sustentarse fáctica y jurídicamente, con más o menos formalidades según
que sea ordinario o extraordinario.

1.2.  Recursos judiciales ordinarios


Se agrupan en la categoría de recursos ordinarios los de reposición, apelación,
súplica y queja.
Reciben esta denominación dado que son los más comunes, habituales o fre-
cuentes, no sólo porque proceden contra un mayor número de providencias, sino
también porque son de libre configuración, es decir se fundamentan en hechos
que constituyen cualquier error judicial por aplicación, interpretación o descono-
cimiento del ordenamiento jurídico. Son informales porque no asumen la forma
de una demanda, basta con que se le plantee al juez el problema jurídico es decir el
error, la tesis en la que afirmo el cumplimiento de la carga procesal, el argumento
normativo y el argumento fáctico, mostrando que la conclusión a la que llegó el
juez fue errada y por ello debe corregirse el yerro.

1.2.1.  Recurso ordinario de reposición


Procede sólo contra autos proferidos por los jueces singulares o pluripersona-
les dictados en las distintas instancias, este recurso debe presentarse e interponer-
se ante el mismo funcionario que dictó la providencia judicial, quien lo concederá,
admitirá, tramitará y resolverá, si es del caso acogiendo el efecto perseguido por
el recurrente, que no es otro distinto a que la providencia judicial se reforme o
revoque.
En la jurisdicción ordinaria este recurso no procede contra los autos del magis-
trado sustanciador susceptibles de súplica, ni contra los autos que dicten las salas
de decisión, ni contra los autos que resuelven el recurso de apelación, una súplica
o una queja, ni contra el auto que decida la reposición.
 Impugnación de las providencias judiciales 141

1.2.2.  Recurso ordinario de apelación


Procede contra las sentencias de primera instancia, salvo las que se dicten en
equidad. También procede contra los autos interlocutorios proferidos en primera
instancia autorizado así expresamente por el legislador. Así por ejemplo, el código
general del proceso, artículo 321, autoriza la apelación contra los siguientes autos
interlocutorios:
También son apelables los siguientes autos proferidos en primera instancia:
1. El que rechace la demanda, su reforma o la contestación a cualquiera de
ellas.
2. El que niegue la intervención de sucesores procesales o de terceros.
3. El que niegue el decreto o la práctica de pruebas.
4. El que niegue total o parcialmente el mandamiento de pago y el que recha-
ce de plano las excepciones de mérito en el proceso ejecutivo.
5. El que rechace de plano un incidente y el que lo resuelva.
6. El que niegue el trámite de una nulidad procesal y el que la resuelva.
7. El que por cualquier causa le ponga fin al proceso.
8. El que resuelva sobre una medida cautelar, o fije el monto de la caución
para decretarla, impedirla o levantarla.
9. El que resuelva sobre la oposición a la entrega de bienes, y el que la rechace
de plano.
10. Los demás expresamente señalados en este código.
Dicho recurso deberá presentarse ante el funcionario de primera instancia que
dictó la providencia impugnada a quien se le denomina a-quo, pero deberá inter-
ponerse ante el juez de segunda instancia, conocido también como juez de apela-
ción, juez de alzada o ad-quem. Aquél deberá concederlo y remitirlo al ad-quem,
quien deberá admitirlo en caso que se cumplan los requisitos de admisión del
mismo, luego de lo cual deberá tramitarlo y resolverlo.
El a-quo deberá denegar la apelación si el recurrente no cumple con los requi-
sitos que para tales efectos exige la ley.
Con el recurso ordinario de apelación el recurrente persigue como efecto que
el ad-quem revoque o reforme la providencia que dictó el a-quo, dicho juez de se-
gunda instancia, al resolver la apelación, tiene como limitaciones i) el principio de
la no reformatio in pejus, así como, ii) el principio del tantum appellattum quan-
tum devolutum, aquél consiste en que el juez al resolver la apelación no podrá
agravar la situación del apelante; el segundo consiste en ad quem sólo examinará
142 Julia Victoria Montaño Bedoya

los reparos concretos formulados por el apelante, ambos principios constituyen la


regla general pero la legislación y la jurisprudencia han consagrado excepciones
a éstos.

1.2.3.  Recurso ordinario de súplica


Procede contra autos que por su naturaleza serían apelables, apelación que
no es posible tramitar dada la estructura piramidal de la función judicial, según
la cual a los jueces pluripersonales que conocen en segunda instancia (tribunales
de apelación) y en única instancia (corporaciones judiciales de cierre), en virtud
del trámite de los recursos extraordinarios, no le siguen otros funcionarios cuyo
grado de conocimiento corresponda a la segunda instancia para tramitar la ape-
lación, en su lugar la legislación estableció la súplica.
Como lo establece la legislación procesal133, este recurso sólo procede contra
autos que serían apelables, dictados por el magistrado sustanciador en el curso
de la segunda o única instancia, o durante el trámite de la apelación de un auto.
Procede también contra el auto que resuelve sobre la admisión de la apelación
y la casación y contra los autos que en el trámite de la casación y la revisión pro-
fiera el magistrado sustanciador.
Se presenta ante el magistrado sustanciador pero el secretario pasará el expe-
diente al despacho del magistrado que sigue en turno al que dictó la providencia
quien actuará como ponente para resolver134.
El efecto perseguido por el recurrente es el mismo que se persigue con la repo-
sición y la apelación, es decir que la providencia impugnada se revoque o reforme
por los demás magistrados que integran la sala.

1.2.4.  Recurso ordinario de queja


Procede contra el auto mediante el cual el a-quo deniegue el recurso de apela-
ción o contra el acto mediante el cual el ad-quem deniegue la casación.
El efecto que persigue el recurrente es que se conceda la apelación denegada
por el a-quo o que se le conceda la casación denegada por el ad-quem, para lo cual
deberá interponer contra el auto que denegó la apelación o la casación, la queja
en subsidio del recurso de reposición, si se repone la providencia y, en su lugar, se

133
Artículo 331 del CGP.
134
Artículo 332 del CGP
 Impugnación de las providencias judiciales 143

concede la apelación o la casación según el caso, ya no será necesario darle trámi-


te a la queja propiamente tal.
Denegada la reposición o interpuesta la queja, será directamente el juez de
apelación o el juez de casación quien resuelva, si concede o no la apelación o la
casación, si lo concede prosigue con el estudio de admisibilidad y comunicará su
decisión al respectivo juez que denegó. Luego, se tramitarán y se resolverán dichos
recursos como antes quedó expuesto.

1.3.  Recursos judiciales extraordinarios


Son recursos extraordinarios los de casación, revisión y anulación del laudo
arbitral.
Son extraordinarios por cuanto: sólo proceden contra ciertas providencias ju-
diciales, siempre asumen la forma de una demanda contentiva de una pretensión
fundamentada en hechos tipo, que consagran taxativamente los errores judiciales,
conocidas con el nombre de causales, lo cual supone el cumplimiento de unos re-
quisitos formales especiales. La condición de extraordinario también puede estar
enmarcada en la cuantía del interés para recurrir, como ocurre con la casación
que sólo procede cuando las pretensiones siendo económicas, el valor actual de
la resolución desfavorable al recurrente sea superior a un mil salarios mínimos
legales mensuales vigentes.

1.3.1.  Recurso extraordinario de casación


En un Estado unitario como el colombiano, los fines de la casación serán: de-
fender la unidad e integridad del ordenamiento jurídico, así como unificar la juris-
prudencia nacional haciendo eficaz los instrumentos internacionales suscritos por
Colombia en el derecho interno y protegiendo los derechos constitucionales, con
lo cual se asegura que todos los jueces ordinarios asentados en cualquier lugar del
territorio nacional, apliquen e interpreten el ordenamiento jurídico sustancial y
procesal nacional, siguiendo la doctrina probable dictada por el juez de casación.
Dichos fines inspiran las causales legales taxativas de casación referidas, entre
otras, a la violación de normas sustanciales, así como a la incongruencia de la
sentencia, que como hechos tipo deben servir de fundamento a la pretensión de
casación, cuya petición corresponde al efecto perseguido por el recurrente, cual es
que se case o anule la providencia recurrida.
Solo la jurisdicción ordinaria contempla este recurso, el cual procede contra
algunas sentencias de segunda instancia proferidas por tribunales superiores de
144 Julia Victoria Montaño Bedoya

distrito judicial (ver art. 334 CGP). El equivalente de este recurso, en la jurisdic-
ción contenciosa administrativa es la unificación de la jurisprudencia del Consejo
de Estado previsto en el art. 256 del CPACA.
El recurso de casación se presenta ante el ad-quem o juez de segunda instancia
y se interpone ante la Corte Suprema de Justicia. Aquél se encarga de concederlo o
denegarlo y ésta, una vez concedido se encarga de admitirlo, tramitarlo y resolver-
lo si es del caso, casando la sentencia de segunda instancia dictando, en su lugar,
la sentencia acorde con el ordenamiento jurídico nacional.

1.3.2.  Recurso extraordinario de revisión


El medio de impugnación, que procede contra la sentencia ejecutoriada, es el
recurso extraordinario de revisión. Nos referimos genéricamente a sentencias de
todas las materias proferidas en única, primera y segunda instancia, de anulación
y de casación. No cabe contra sentencias de revisión ni contra sentencias que
no hagan tránsito a cosa juzgada, tampoco procede contra el auto que declara
terminado el proceso por conciliación o transacción135. Para el caso del proceso
arbitral, el recurso extraordinario de revisión procede tanto contra el laudo arbi-
tral, como contra la sentencia que resuelve la anulación del laudo, una vez ejecu-
toriadas, y sólo a partir del acaecimiento de los hechos tipo más conocidos como
causales taxativas, expresamente, consagradas por la ley, huelga decir no por el
estatuto arbitral sino por el código general del proceso (art. 355)136, por expresa
remisión del art. 45 del estatuto arbitral, cualquiera sea la materia o derecho al
que se refiera, esto es, civil o administrativo.
Los hechos tipo fundantes de la pretensión de revisión serán siempre sobrevi-
nientes, es decir han de manifestarse necesariamente en relación con situaciones o
hechos producidos o conocidos con posterioridad a la providencia decisoria; pre-
cisamente, porque el desconocimiento de esas situaciones o hechos por el juez al
dirimir el conflicto le impidió dictar una resolución justa (sentencia agosto 22 de
1978, aún no publicada, reiterada en sentencia de enero 26 de 1982, G.J. í. CÍ.XV,
p. 36). Para la Corte Suprema de Justicia, los hechos fundantes de la revisión de-

135
Mediante la sentencia No. 5020 del 22 de noviembre de 1999, con ponencia del magistrado
José Fernando Ramírez Gómez, la Sala de Casación Civil de la CS de J consideró que, en
materia de conciliación, de entrada, se descarta el recurso extraordinario de revisión por ser
exclusivo de la providencia que formal y materialmente es sentencia.
136
La procedencia y causales del recurso extraordinario de revisión se encuentran reguladas: i)
en materia civil en el CGP arts. 354 a 360; ii) en materia laboral, en la Ley 712 de 2001 arts.
30 y 31; iii) en el ámbito penal en la Ley 600 de 2000 art. 220; y iv) en materia contenciosa
administrativa en el CCA art 248.
 Impugnación de las providencias judiciales 145

ben ser auténticas novedades procesales, es decir, circunstancias ajenas al proceso


en el que se profirió la sentencia. Por ser aspectos novedosos, cuya inexistencia o
desconocimiento influyen en la decisión.
Los hechos fundamento de revisión configuran una flagrante violación al de-
recho de defensa, como uno de los núcleos del debido proceso, los cuales deben
ser alegados y probados por el recurrente (actor) no pudiendo proceder el juez de
oficio (art. 45 de la Ley 1563 de 2012). Dicha pretensión se justifica en que, en el
ordenamiento jurídico, no pueden tolerarse decisiones inconstitucionales.
A pesar de la presunción de legalidad que petrifica las sentencias amparadas
por la cosa juzgada, ellas no pueden subsistir cuando han sido producidas con
grave desconocimiento de los principios basilares del proceso, pues la defensa a
ultranza de la cosa juzgada, sin mirar la manera irregular como a ella se llegó,
causaría más desasosiego que seguridad jurídica, habida cuenta de que el recurso
de revisión guarda correspondencia con la dimensión descomunal del agravio
que, para el ordenamiento, acarrearía una sentencia inicua, iniquidad que define
el propio legislador al trazar con precisión los motivos por los cuales puede aba-
tirse un fallo en firme.
La revisión se hará valer en sede de pretensión cuyo petitum será la anula-
ción —rescisión— de una sentencia ejecutoriada, laudo arbitral o sentencia que
resuelva el recurso de anulación del laudo, que hará nacer un proceso de idéntica
naturaleza, declarativo constitutivo de revisión (anulación). La diferencia entre
uno y otro (anulación y revisión) está en las providencias contra las que procede,
las causales o hechos fundantes y el trámite. Ambos recursos también cuentan con
la característica de la irrenunciabilidad: si por su naturaleza, la revisión entraña
una nueva pretensión diferente a la resuelta mediante la sentencia frente a la que
no caben recursos ordinarios, no puede hablarse de cosa juzgada137.
No obstante que para nosotros es claro que, por su naturaleza, la revisión
entraña un proceso judicial, que nace de una pretensión que se ejercita autó-
nomamente (Víctor Fairén Guillén, Hernando Morales Molina, Hernando Devis
Echandía, tesis que acoge la Corte Suprema de Justicia138), las posturas están

137
El art. 303 del CGP dispone: “La sentencia ejecutoriada proferida en proceso contencioso
tiene fuerza de cosa juzgada; siempre que el nuevo proceso verse sobre el mismo objeto, y se
funde en la misma causa que el anterior, y que entre ambos procesos haya identidad jurídica
de partes”. Es menester precisar que la cosa juzgada sólo es posible predicarla de dos preten-
siones que al compararlas resultan idénticas a partir de los sujetos activo y pasivo, el petitum y
el objeto sobre el que este recaiga, y la causa petendi no sólo fáctica sino también jurídica. Es
decir, su análisis incluye todos los elementos de la pretensión.
138
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 21/08/1998, expediente 6253. CXLVI, p.
91. CSJ Cas. Civil, Sentencia enero 15 de 2009. Expediente 2005-00997. M.P. Edgardo Villa-
146 Julia Victoria Montaño Bedoya

divididas pues, para otros, sí corresponde a un verdadero recurso (Hernán Fabio


López Blanco y la legislación procesal vigente).
Desde vieja data, la H. Corporación ha expresado que el recurso de revisión
no apunta a permitir un replanteamiento de los asuntos litigados y decididos
previamente, o a ofrecer un medio para mejorar la prueba mal aportada o dejada
de aducir, o para variar la causa petendi, permitiendo la alegación de hechos ini-
cialmente no comprendidos en ella; o a dar una nueva oportunidad de proponer
excepciones no alegadas en el lapso debido; o a impedir la ejecución de la sen-
tencia... es decir, el recurso de revisión no está instituido por la ley para que los
litigantes remedien errores cometidos en el proceso en que se dictó la sentencia
recurrida (ver sentencia del 11 de junio de 1976, citada en G.J. CLXV, p. 35) y
con mayor razón hay que decir que jamás puede ser vía expedita para remediar
los errores cometidos en la formulación de la demanda de casación, ni para revivir
el examen de los cargos entonces propuestos y después declarados no prósperos.
Así la Corte ha expresado que la revisión “no franquea la puerta para tomar el
replanteamiento de temas ya litigados y decididos en proceso anterior, ni es la vía
normal para corregir los yerros jurídicos o probatorios que hayan cometido las
partes en litigio precedente, ni es camino para mejorar la prueba mal aducida o
dejada de aportar, ni sirve para encontrar una nueva oportunidad para proponer
excepciones o para alegar hechos no expuestos en la causa petendi”, pues tal
recurso “no se instituyó para que los litigantes vencidos remedien los errores co-
metidos en el proceso en que se dictó la sentencia que se impugna”139.
El efecto perseguido con la revisión en algunos casos es igual al de la casación,
esto es, que se anule la providencia recurrida, pero los fines son diferentes por
cuanto con la revisión se busca salvaguardar el derecho de defensa conculcado o
amenazado en una sentencia ejecutoriada.
Los hechos que le sirven de fundamento a la petición de la pretensión de revi-
sión son hechos sobrevinientes, es decir surgen o se conocen después de la ejecu-
toria de la sentencia, hechos que de haber acaecido antes o de conocerse antes de
dicha ejecutoria, el contenido de la sentencia hubiese sido otro y, en todo caso, no
desfavorable al recurrente.
Los hechos tipo constitutivos de causales de revisión se refieren a encontrarse
después de la sentencia documentos que habrían variado la decisión y que el re-
currente no pudo aportarlos al proceso por fuerza mayor o caso fortuito o por

mil Portilla.
139
Colombia. Corte Suprema de Justicia. sentencia de 24 de abril de 1980, reiterada el 1 de
Julio de 1988 (G.J. T. CXCII, Nro. 2431, segundo semestre, 1988, p. 9;sentencia de 1976. V.
G.J.C.L.V. p. 35, G.J. XCLVIII).
 Impugnación de las providencias judiciales 147

obra de la parte contraria140 , o haberse basado la sentencia en declaraciones de


personas que fueron condenadas por falso testimonio en razón de ellas 141 razón
por la cual el término para interponer este recurso es el más amplio de todos,
correspondiente no a días sino a años (dos en la jurisdicción ordinaria, tres en la
jurisdicción contencioso administrativa) término amplio considerado por la ley
para que se configure el hecho sobreviniente, o para que se conozca por la parte
perjudicada con la sentencia, término que, en algunos casos, corresponde al des-
envolvimiento de un proceso penal.

1.3.3.  Recurso extraordinario de anulación


La anulación es un acto jurídico del juez por medio del cual realiza uno de sus
poderes jurisdiccionales o tutelas judiciales, la declarativa constitutiva.
La anulación es de la esencia de la jurisdicción judicial. Por ello, la anulación
de todos los actos particulares y públicos, incluyendo el mismo acto judicial pro-
tagónico, la sentencia, ha sido encargada a los jueces, en sede declarativa constitu-
tiva, por medio de los recursos extraordinarios de casación, revisión y anulación
del laudo arbitral. Si la sentencia proviene de un juez privado árbitro, procederá
la tutela contra ésta, que equivale a la anulación del laudo que ha conculcado
derechos humanos mediante la aplicación de normas reglas.
El juez interviene para declarar cesados o extinguidos los efectos de un ac-
to jurídico, en este caso del laudo arbitral, con fundamento en la ocurrencia de
un hecho tipo (causal taxativa de anulación)142 que encarna defectos formales
no de fondo o concernientes al derecho sustancial sometidos al proceso arbitral.
Defectos formales que constituyen la ausencia de un presupuesto procesal o de
requisitos de validez del proceso arbitral y del laudo mismo que, a la vez, tienen
un entronque en el debido proceso constitucional.
La anulación, que del laudo arbitral hace el juez-Estado, no es más que un
control de legalidad, un control jurídico de normas, que están en diferentes po-
siciones jerárquicas en el ordenamiento jurídico, donde la inferior (laudo), debe
adecuarse a la superior (ley y constitución política). Es decir, la superior determina
la validez de la inferior según la conformidad de aquélla en ésta. Cuando el laudo
no se adecua a los requisitos formales legales y constitucionales, debe cesar en sus
efectos, siendo el juez-Estado el único que puede declarar la anulación del laudo

140
Artículo 355 CGP causal de revisión.
141
Ibídem
142
La declaración de nulidad o rescisión es una sanción impuesta por la ley cuando falta un requi-
sito de validez de los actos jurídicos.
148 Julia Victoria Montaño Bedoya

que, hasta el momento, viene produciendo efectos, pero no debe seguir producién-
dolos, por conculcar el sistema jurídico normativo.
Por manera que la anulación se hace valer en sede de pretensión. Dicho de otra
manera, los recursos extraordinarios como la anulación, por su naturaleza jurí-
dica son verdaderas pretensiones, por estar fundadas en hechos tipo y contener
peticiones declarativas. No obstante lo cual deben asumir la forma de recursos
judiciales, porque es la manera como el legislador los ha regulado, sin importar
que en su contenido y estructura corresponden a una pretensión que da lugar a un
proceso judicial que culmina con una sentencia de casación, anulación y revisión
respectivamente.
El sujeto activo de la pretensión de anulación es la parte del proceso arbitral
desfavorecida o agraviada, con el error formal en el que incurrió el árbitro al pro-
ferir el laudo: el sujeto pasivo es el árbitro; el sujeto destinatario es el Juez-Estado
tribunal superior de distrito judicial o el Consejo de Estado, según el derecho
sustancial resuelto (civil o comercial y administrativo). La petición es la anulación
que se traduce en la declaración de cesación de efectos jurídicos del laudo; el fun-
damento fáctico o de hecho es el supuesto consagrado, taxativamente, en la Ley
1563 de 2012 (estatuto arbitral) bajo la denominación de “causales del recurso
de anulación” (art. 41), configurando así un hecho complejo integrado por varios
hechos (nueve causales), bastando la afirmación y prueba de una de ellas para que
el juez declare en la sentencia la única consecuencia jurídica prevista en la norma:
anulación; y el fundamento jurídico, es la norma precitada acotándose el respec-
tivo numeral contentivo de la causal alegada.
Las normas procesales son las que establecen los efectos en los cuales se conce-
den los recursos judiciales. Y, es precisamente la Ley 1563 de 2012 art. 42 la que
dispone que la interposición y el trámite del recurso extraordinario de anulación
no suspende el cumplimiento de lo resuelto en el laudo, salvo cuando la entidad
pública condenada solicite la suspensión.
Por ser la sentencia de anulación declarativa constitutiva, sus efectos se pro-
ducen hacia el futuro, ex nunc, es decir, sólo a partir del laudo y por venir; y no
retroactivos, como los que produce la declaración de inexistencia de un acto.
Las causales del recurso de anulación, esto es, los hechos en los que se puede
fundamentar la petición de anulación del acto jurídico laudo arbitral, están pre-
vistos en el art. 41 de la Ley 1563 de 2012.
Según el art. 43 de la Ley 1563 de 2012 debe declararse la nulidad del lau-
do arbitral por la ocurrencia y prueba de los siguientes hechos: la inexistencia,
invalidez absoluta o relativa e inoponibilidad del pacto arbitral (art. 41-1); la
caducidad de la acción, la falta de jurisdicción o de competencia (art. 41-2); la
 Impugnación de las providencias judiciales 149

constitución de tribunal en forma ilegal (art. 41-3); la indebida representación, la


falta de notificación o emplazamiento (art. 43-4); la negación del decreto de prue-
bas oportunamente pedidas, o haberse dejado de practicar una prueba decretada
sin fundamento legal (art. 41-5); haberse proferido el laudo o la decisión sobre su
aclaración, adición o corrección después del vencimiento del término fijado para
el proceso arbitral (art. 41-6); y haberse fallado en conciencia o equidad, debien-
do ser en derecho, siempre que esta circunstancia aparezca manifiesta en el laudo
(art. 41-7). Como consecuencia de tal declaración de nulidad del laudo arbitral,
de manera oficiosa el juez condenará a las restituciones a que hubiere lugar.
Mas según el mismo art. 43 precitado, se ordenará la corrección o adición ante
la ocurrencia de hechos como: contener el laudo disposiciones contradictorias,
errores aritméticos o errores por omisión, cambio de palabras o alteración de
éstas, siempre que estén comprendidas en la parte resolutiva o influyan en ella y
hubieran sido alegados oportunamente ante el tribunal arbitral (art. 41-8); haber
recaído el laudo sobre aspectos no sujetos a la decisión de los árbitros, haber
concedido más de lo pedido o no haber decidido sobre cuestiones sujetas a arbi-
tramento (art. 41-9).

2.  TUTELA CONTRA PROVIDENCIAS JUDICIALES


Una lectura simple del art. 86143 de la Constitución Política colombiana per-
mite concluir, sin mayor dificultad, que el ámbito constitucional de aplicación
de la acción de amparo incluye la tutela contra decisiones judiciales. En efecto,
si se acepta que las autoridades judiciales son autoridades públicas, no cabe du-

143
Artículo  86. Constitución Política colombiana. Toda persona tendrá acción de tutela para
reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y
sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos
constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados
por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública. (Negrilla extra texto)
La protección consistirá en una orden para que aquel respecto de quien se solicita la tutela,
actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá impugnar-
se ante el juez competente y, en todo caso, éste lo remitirá a la Corte Constitucional para su
eventual revisión.
Esta acción sólo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial,
salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable.
En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de tutela y su resolución.
La ley establecerá los casos en los que la acción de tutela procede contra particulares encar-
gados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y directamente el
interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o
indefensión.
150 Julia Victoria Montaño Bedoya

da alguna sobre la procedencia de la acción de tutela para proteger, de manera


subsidiaria, los derechos fundamentales que puedan resultar vulnerados o sen-
tido amenazados por cualquier acción u omisión de los jueces de la República.
En este, la tutela en Colombia. —como el amparo en España o el recurso de
constitucionalidad en Alemania—, es una acción (pretensión) judicial autónoma,
residual y subsidiaria, creada para asegurar la eficacia prevalente de los derechos
fundamentales en todos los ámbitos en los cuales dichos derechos puedan resultar
vulnerados —incluyendo el ámbito judicial— que procederá sólo cuando se hu-
bieren agotado todos los medios ordinarios o extraordinarios para su defensa o,
excepcionalmente, cuando la protección resulte urgente para evitar un perjuicio
irremediable.
La acción de tutela no sólo se encuentra respaldada en el artículo 86 de la
Carta sino también en los artículos 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos incorpo-
rados a la Constitución por vía del artículo 93 de la Carta según la técnica del blo-
que de constitucionalidad. Dichas normas establecen la obligación de los Estados
partes de implantar un recurso sencillo, efectivo y breve de protección efectiva de
los derechos fundamentales contra cualquier acción u omisión de las autoridades
públicas que pudiera vulnerarlos.
Actualmente, casi la totalidad de los Estados que adoptaron en la segunda
mitad del siglo XX el sistema de control de constitucionalidad mixto, incorporan
un mecanismo que sirve para que el juez constitucional —usualmente el máximo
tribunal constitucional— pueda controlar la constitucionalidad de las decisiones
judiciales de última instancia, proferidas en las restantes jurisdicciones144 y pueda
garantizar, simultáneamente, la defensa de los derechos subjetivos y la primacía
de la Constitución en el ordenamiento jurídico.
En la mayoría de los casos se trata de un recurso, o mejor, de una pretensión
judicial subsidiaria, residual, autónoma y expedita que se encuentra limitada, ex-
clusivamente, al estudio de las cuestiones iusfundamentales relevantes y que per-
mite que el juez constitucional revoque una decisión judicial de última instancia,
siempre que encuentre que la misma vulnera los derechos fundamentales.
La tutela es una revisión-control constitucional, absolutamente extraordinario
y excepcional y de muy corta duración, consagrado por la propia Constitución
para asegurar la vigencia del principio de igualdad y del importante valor de la
seguridad jurídica, permitiendo garantizar la unidad de la interpretación judicial

144
En algunos casos se establecen causales específicas de procedibilidad como en los casos de
Chile y Perú. En el caso de Ecuador no hay tutela contra sentencias.
 Impugnación de las providencias judiciales 151

de los derechos y las garantías fundamentales, en particular, la garantía del debido


proceso constitucional.
Se trata de una distribución de competencias pues resulta indudable que quien
debe definir el alcance de todas las áreas del derecho ordinario es la Corte Supre-
ma de Justicia y que corresponde al Consejo de Estado establecer el alcance de las
normas que integran el derecho contencioso administrativo.
Sin embargo, compete a la Corte Constitucional la tarea de establecer, en úl-
tima instancia, el contenido constitucionalmente vinculante de los derechos fun-
damentales, derechos que deben ser tenidos en cuenta por los jueces ordinarios y
contenciosos a la hora de definir los asuntos a ellos asignados, lo cual justifica que
la acción de tutela pueda interponerse contra sentencias judiciales de última ins-
tancia y que las tutelas contra sentencias puedan llegar a la Corte Constitucional
para que sea esta Corporación, en su calidad de intérprete supremo de la Carta,
quien defina finalmente el alcance de los derechos fundamentales en las distintas
áreas del derecho legislado145.
En Colombia, la procedencia de la tutela contra providencias judiciales se lo-
gró después de largos y enconados debates jurídico políticos. Primero fue la Sen-
tencia C-593-92, que declaró la inexequibilidad de varias disposiciones legales
que permitían la tutela contra sentencia.
Posteriormente, en la  sentencia C-543/92 (1 octubre 1992) la Corte Consti-
tucional declaró la inconstitucionalidad de los artículos 11, 12 y 40 del Decreto
2591 de 1991, disposiciones que consagraban la acción de tutela contra deci-
siones judiciales. No obstante, en esa oportunidad la Corte indicó, de manera
expresa, que la acción de tutela sí podía proceder contra dilaciones injustificadas
o actuaciones de hecho de los funcionarios judiciales, cuando quiera que las mis-
mas desconozcan o vulneraren los derechos fundamentales, o cuando la decisión
pueda causar un perjuicio irremediable; es decir excluyó del ordenamiento jurí-
dico unos preceptos normativos que afirmaban la procedencia de ese mecanismo
contra las sentencias como regla general y no como excepción. 
Luego, en la Sentencia SU-1184-01 se expuso: coincide parcialmente esta Sala
de Revisión de la Corte Constitucional con la Sala de Casación Laboral en reco-
nocer la obligatoriedad que tienen en el sistema jurídico colombiano las senten-
cias de constitucionalidad, específicamente la sentencia C-543 de 1992, pero no
comparte el criterio según el cual en dicha sentencia se decidió que era contrario
a la Constitución Política de 1991 el que proceda una acción de tutela contra una
actuación judicial, incluso cuando ésta configure una vía de hecho, o conlleve la

145
SC 590 de 2005 M.P. Jaime Córdoba Triviño.
152 Julia Victoria Montaño Bedoya

amenaza de un perjuicio irremediable. En cambio, coincide plenamente esta Sala


de Revisión con la decisión adoptada por la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia dentro del proceso T-600048, la cual, en lugar de descartar
de manera absoluta la procedencia de la acción de tutela contra providencias ju-
diciales, verificó si en el caso concreto ésta era procedente.
La diferencia entre la posición adoptada por la Sala de Casación Laboral, por
un lado, y la Sala de Casación Civil, por otro, estriba en que mientras la primera
sostiene que la acción de tutela nunca procede contra providencias judiciales, la
segunda estima que en ciertos casos excepcionales, cuando se reúnen estrictos
requisitos analizados por la jurisprudencia de la Corte Constitucional, ella sí pro-
cede contra providencias judiciales.
El magistrado Manuel José Cepeda Espinosa en la sentencia T-774 de 2004
consideró más adecuado utilizar el concepto de “causales genéricas de procedi-
bilidad de la acción” que el de “vía de hecho” acuñado en la sentencia C-543/92.
Fue sólo en el año 2005, cuando mediante la sentencia SC-591 la Corte Cons-
titucional colombiana consagró, sin más titubeos, los casos en que procede la ac-
ción de tutela contra decisiones judiciales, dados los desarrollos por la doctrina de
esta Corporación tanto en fallos de Constitucionalidad, como en fallos de tutela.
Esta línea jurisprudencial, que se reafirma por la Corte en esta oportunidad, ha
sido objeto de detenidos desarrollos. En virtud de ellos, la Corporación ha enten-
dido que la tutela sólo puede proceder si se cumplen ciertos y rigurosos requisitos
de procedibilidad. Dentro de estos pueden distinguirse unos de carácter general,
que habilitan la interposición de la tutela, y otros de carácter específico, que tocan
con la procedencia misma del amparo, una vez interpuesto.
Los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela contra decisiones
judiciales son los siguientes:
a. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia constitucional.
El juez constitucional no puede entrar a estudiar cuestiones que no tienen
una clara y marcada importancia constitucional so pena de involucrarse en
asuntos que corresponde definir a otras jurisdicciones. En consecuencia, el
juez de tutela debe indicar con toda claridad y de forma expresa porqué la
cuestión que entra a resolver es genuinamente una cuestión de relevancia
constitucional que afecta los derechos fundamentales de las partes.
b. Que se hayan agotado todos los medios —ordinarios y extraordinarios—
de defensa judicial al alcance de la persona afectada, salvo que se trate de
evitar la consumación de un perjuicio iusfundamental  irremediable. De allí
que sea un deber del actor desplegar todos los mecanismos judiciales ordi-
narios que el sistema jurídico le otorga para la defensa de sus derechos. De
 Impugnación de las providencias judiciales 153

no ser así, esto es, de no asumirse la acción de tutela como un mecanismo


de protección alternativo, se correría el riesgo de vaciar las competencias de
las distintas autoridades judiciales, de concentrar en la jurisdicción consti-
tucional todas las decisiones inherentes a ellas y de propiciar un desborde
institucional en el cumplimiento de las funciones de esta última.
c. Que se cumpla el requisito de la inmediatez, es decir, que la tutela se hubiere
interpuesto en un término razonable y proporcionado a partir del hecho
que originó la vulneración. De lo contrario, esto es, de permitir que la ac-
ción de tutela proceda meses o aún años después de proferida la decisión,
se sacrificarían los principios de cosa juzgada y seguridad jurídica ya que
sobre todas las decisiones judiciales se cerniría una absoluta incertidumbre
que las desdibujaría como mecanismos institucionales legítimos de resolu-
ción de conflictos.
d. Cuando se trate de una irregularidad procesal, debe quedar claro que la
misma tiene un efecto decisivo o determinante en la sentencia que se impug-
na y que afecta los derechos fundamentales de la parte actora. No obstante,
de acuerdo con la doctrina fijada en la Sentencia C-591-05, si la irregulari-
dad comporta una grave lesión de derechos fundamentales, tal como ocurre
con los casos de pruebas ilícitas, la protección de tales derechos se genera
independientemente de la incidencia que tengan en el litigio y por ello hay
lugar a la anulación del juicio.
e. Que la parte actora identifique de manera razonable tanto los hechos que
generaron la vulneración como los derechos vulnerados y que hubiere ale-
gado tal vulneración en el proceso judicial siempre que esto hubiere sido
posible. Esta exigencia es comprensible pues, sin que la acción de tutela lle-
gue a rodearse de unas exigencias formales contrarias a su naturaleza y no
previstas por el constituyente, sí es menester que el actor tenga claridad en
cuanto al fundamento de la afectación de derechos que imputa a la decisión
judicial, que la haya planteado dentro del proceso y que dé cuenta de todo
ello al momento de pretender la protección constitucional de sus derechos.
f. Que no se trate de sentencias de tutela. Esto por cuanto los debates sobre la
protección de los derechos fundamentales no pueden prolongarse de mane-
ra indefinida, mucho más si todas las sentencias proferidas son sometidas a
un riguroso proceso de selección ante la Corte Constitucional, proceso en
virtud del cual las sentencias no seleccionadas para revisión, por decisión de
la sala respectiva, se tornan definitivas.
Además de los requisitos generales mencionados, según la Corte Constitucio-
nal colombiana, para que proceda una acción de tutela contra una sentencia ju-
dicial es necesario acreditar la existencia de requisitos o causales especiales de
154 Julia Victoria Montaño Bedoya

procedibilidad, las que deben quedar plenamente demostradas. En este sentido,


como lo ha señalado la Corte, para que proceda una tutela contra una sentencia
se requiere que se presente, al menos, uno de los vicios o defectos que adelante se
explican.
a. Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial que profi-
rió la providencia impugnada, carece, absolutamente, de competencia para
ello.
b. Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez actuó com-
pletamente al margen del procedimiento establecido.
c. Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo probatorio que
permita la aplicación del supuesto legal en el que se sustenta la decisión.
d. Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se decide con base
en normas inexistentes o inconstitucionales o que presentan una evidente y
grosera contradicción entre los fundamentos y la decisión.
e. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima de
un engaño por parte de terceros y ese engaño lo condujo a la toma de una
decisión que afecta derechos fundamentales.
f. Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los servidores
judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus de-
cisiones en el entendido de que precisamente en esa motivación reposa la
legitimidad de su órbita funcional.
g. Desconocimiento del precedente, hipótesis que se presenta, por ejemplo,
cuando la Corte Constitucional establece el alcance de un derecho funda-
mental y el juez ordinario aplica una ley limitando sustancialmente dicho
alcance. En estos casos, la tutela procede como mecanismo para garantizar
la eficacia jurídica del contenido constitucionalmente vinculante del dere-
cho fundamental vulnerado146.
h. Más recientemente147 la Corte Constitucional manifestó: “La acción de tu-
tela contra providencias judiciales es un juicio de validez y no un juicio de
corrección del fallo cuestionado, porque no es un recurso judicial y para
ello están establecidos los recursos judiciales, pero si agotados persiste la

146
Lo correspondiente a los anteriores acápites referidos al recurso de anulación y a la tutela con-
tra providencias judiciales fue tomado de la obra que escrita junto con mi mentor y maestro
Pedro Pablo Cardona Galeano denominada Arbitraje Nacional editada por la casa editorial
Librería del profesional en el año 2017.
147
ST 348 de 2018.
 Impugnación de las providencias judiciales 155

arbitrariedad judicial, en esos especiales casos se habilita el amparo consti-


tucional tutela”.

3.  NULIDADES PROCESALES


Las nulidades son sanciones que el ordenamiento jurídico impone ante la au-
sencia de requisitos de validez de los actos jurídicos. Es el ordenamiento jurídico
el que establece los requisitos de validez de los actos jurídicos; así por ejemplo, el
código civil consagra los siguientes requisitos de validez de los actos o negocios
civiles:
Artículo 1502. Requisitos para obligarse. Para que una persona se obligue a otra por
un acto o declaración de voluntad, es necesario:
1. Que sea legalmente capaz.
2. Que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no adolezca de vicio.
3. Que recaiga sobre un objeto lícito.
4. Que tenga una causa lícita.
La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma, sin el
ministerio o la autorización de otra.
En consecuencia, dispone el artículo1741,lanulidad producida por un objeto o
causa ilícita, y la nulidad producida por la omisión de algún requisito o formali-
dad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en conside-
ración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los
ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas.
Hay así mismo nulidad absoluta en los actos y contratos de personas absolu-
tamente incapaces. Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad relativa, y da
derecho a la rescisión del acto o contrato148.
El código general del proceso, aunque no sistemáticamente sino de manera
diseminada, establece los requisitos de validez del proceso: jurisdicción y compe-
tencia, art. 15 y ss.; capacidad para ser parte, art. 53; capacidad para comparecer
en el proceso, art 54; derecho de postulación, art 73; demanda en forma, art 82; el
procedimiento adecuado, disgregado a lo largo del código para cada pretensión,
art. 368 y ss.; y la no caducidad del término para proponer la pretensión, previsto
para cada derecho sustancial en el ordenamiento jurídico; los cuales coinciden
con las garantías judiciales consagrados en el art. 29 de la CP y en el art. 8 de la
CADH.

148
Artículo 1741 del CC
156 Julia Victoria Montaño Bedoya

La ausencia de uno cualquiera de dichos requisitos afecta la validez del pro-


ceso, produciendo la consecuencia jurídica de la nulidad procesal, cuyas causales
taxativas están previstas en el CGP.
Artículo 133. Causales de nulidad. El proceso es nulo, en todo o en parte, solamente
en los siguientes casos:
1. Cuando el juez actúe en el proceso después de declarar la falta de jurisdicción o
de competencia.
2. Cuando el juez procede contra providencia ejecutoriada del superior, revive un
proceso legalmente concluido o pretermite íntegramente la respectiva instancia.
3. Cuando se adelanta después de ocurrida cualquiera de las causales legales de
interrupción o de suspensión, o si, en estos casos, se reanuda antes de la oportunidad
debida.
4. Cuando es indebida la representación de alguna de las partes, o cuando quien
actúa como su apoderado judicial carece íntegramente de poder.
5. Cuando se omiten las oportunidades para solicitar, decretar o practicar pruebas,
o cuando se omite la práctica de una prueba que de acuerdo con la ley sea obligatoria.
6. Cuando se omita la oportunidad para alegar de conclusión o para sustentar un
recurso o descorrer su traslado.
7. Cuando la sentencia se profiera por un juez distinto del que escuchó los alegatos
de conclusión o la sustentación del recurso de apelación.
8. Cuando no se practica en legal forma la notificación del auto admisorio de la
demanda a personas determinadas, o el emplazamiento de las demás personas aunque
sean indeterminadas, que deban ser citadas como partes, o de aquellas que deban suce-
der en el proceso a cualquiera de las partes, cuando la ley así lo ordena, o no se cita en
debida forma al Ministerio Público o a cualquier otra persona o entidad que de acuerdo
con la ley debió ser citado.
Cuando en el curso del proceso se advierta que se ha dejado de notificar una provi-
dencia distinta del auto admisorio de la demanda o del mandamiento de pago, el defecto
se corregirá practicando la notificación omitida, pero será nula la actuación posterior
que dependa de dicha providencia, salvo que se haya saneado en la forma establecida
en este código.
Parágrafo. Las demás irregularidades del proceso se tendrán por subsanadas si no se
impugnan oportunamente por los mecanismos que este código establece.
La diferencia, entre una nulidad sustancial y una nulidad procesal, se encuen-
tra en las causales, porque los requisitos de validez de los actos procesales son
muy diferentes a los requisitos de validez de los actos sustanciales, pero desde la
teoría general, por su naturaleza, la nulidad es una sanción que los ordenamientos
imponen ante la ausencia de un requisito formal o de validez de un acto jurídico.
Las causales de nulidad procesal coinciden no sólo con el abandono de un pre-
supuesto procesal o requisito de validez del proceso sino además con la ausencia o
desconocimiento de una garantía judicial prevista en el art. 29 de la CP y en el art.
8 de la CADH. Así por ejemplo, la causal de nulidad procesal consagrada en el nu-
 Impugnación de las providencias judiciales 157

meral 1 del art. 133 compromete la garantía judicial del juez natural, las causales
de nulidad procesal previstas en los numerales 2 y 3 implican un desconocimiento
a la legalidad formal o legalidad de las formas y las demás causales de nulidad
consagradas en los numerales 4-8 lo son por desconocer el derecho de defensa.
En el proceso cada vez deben estar en vía de extinción no sólo las sentencias
inhibitorias y también las nulidades procesales, dado que agotada cada etapa del
proceso, el juez tiene el deber de realizar control de legalidad para corregir o sanar
los vicios que configuren nulidades e irregularidades del proceso.
Para cada etapa procesal la ley tiene previsto, para cada sujeto procesal,
especialmente para el juez —en manos de quien está el control terapéutico del
proceso— un mecanismo de saneamiento, así: en la demanda, el demandante
debe cumplir con todos los presupuestos procesales para garantizar, desde di-
cho momento, todas las garantías judiciales; en el juicio de admisibilidad, si el
juez advierte defectos formales debe según la ley procesal indamitir o rechazar
la demanda; en el traslado de la demanda, el demandado debe proponer los
impedimentos procesales alegando, de acuerdo con las excepciones previas, he-
chos nuevos que constituyen defectos formales; en la primera audiencia que se
celebra en toda clase de procesos, el legislador dispone que el juez debe, en pri-
mer lugar, verificar el cumplimiento de los requisitos de validez del mismo para
proseguir con los demás puntos de la audiencia; avanzado el proceso y ante la
ocurrencia de un hecho sobreviniente, el juez debe terminar el proceso dictando
sentencia anticipada. Cuando el proceso ha avanzado, e incluso llega al estado
de dictar sentencia, sin la presencia de un requisito de validez, se configurará
una nulidad procesal.

3.1.  Naturaleza jurídica y estructura de las nulidades


Las nulidades procesales hacen parte de las especies del género impugnaciones.
Son actos jurídicos, tanto de parte como del juez, porque, a diferencia de los re-
cursos judiciales, la nulidad procesal no sólo la puede proponer la parte —legiti-
mada para alegarla—, sino también la declara el juez, cuando esta es insanable. Se
diferencia de los recursos judiciales en los efectos que con cada acto se persigue.
Con el acto recurso judicial, la parte procesal persigue que se enmienden los erro-
res de las providencias judiciales; con el acto nulidad procesal, la parte procesal o
el juez, buscan enmendar las irregularidades formales del proceso.
Los elementos estructurales del acto nulidad son a más de los sujetos, es decir,
quien la propone —que es la parte legitimada y el juez destinatario de la misma—
debe afirmar además el hecho, es decir, invocar la causal y el hecho concreto que
la configura, la prueba de éste y la petición de declaración de nulidad.
158 Julia Victoria Montaño Bedoya

Sólo está legitimada para alegar la nulidad procesal: i) la parte afectada con la
irregularidad que no haya dado lugar al hecho que la origina, porque nadie puede
alegar su propio error; ii) ni quien pudo alegar en el traslado de la demanda el
hecho que la constituye como excepción previa, iii) ni quien después de ocurrida
la causal haya actuado en el proceso sin proponerla (art. 135 CGP).

3.2.  Teorías que rigen las nulidades

Al estar sometidos al imperio de la ley, es el ordenamiento jurídico el que esta-


blece los hechos conocidos como casuales, a los que se les atribuye como conse-
cuencia jurídica la nulidad.
Si los hechos que invalidan el acto jurídico, o las causales de nulidad están
previstas de manera exclusiva, estaremos frente a la teoría de la taxatividad, pero
si el legislador consagra los hechos que invalidan el acto jurídico, o las causales de
nulidad de manera abierta, estará acogiendo la teoría de la enunciatividad.
El código general del proceso acoge la teoría de la taxatividad, cuando en el
artículo 133 dispone:”El proceso es nulo, en todo o en parte, solamente en los
siguientes casos:...” (Negrilla extra texto )y, a renglón seguido, establece las cau-
sales de nulidad, para luego finalizar diciendo en el parágrafo del mismo artículo
133: “Las demás irregularidades del proceso se tendrán por subsanadas si no se
impugnan oportunamente por los mecanismos que este código establece”. Es de-
cir, cualquier otro defecto formal del proceso no constituye nulidad procesal, pero
se puede sanear o remediar por medio de los recursos judiciales, la proposición
de excepciones previas, o la interposición de acciones de tutela, o, simplemente, la
ausencia de impugnación constituye una circunstancia de saneamiento del proce-
so, cuando la causal es saneable.

3.3.  Nulidades sanables e insanables

No sólo el legislador consagra las causales de nulidad en general sino, en parti-


cular, las que corresponden al ámbito procesal de manera enunciativa o taxativa;
además, dispone cuáles de dichas nulidades son susceptibles de ser o no sanadas.
Por ejemplo, en el ámbito sustancial civil, las llamadas causales de nulidad relati-
va lo son porque es posible sanarlas por oposición a las nulidades absolutas que
no tienen cómo remediarse.
En el derecho procesal, el código general del proceso habla genéricamente de
causales de nulidad, disponiendo expresamente cuáles de ellas son “insaneables”.
 Impugnación de las providencias judiciales 159

Específicamente, es causal de nulidad procesal insanable el que el juez proceda


contra providencia ejecutoriada del superior, reviva un proceso legalmente con-
cluido o pretermita íntegramente la respectiva instancia (art. 133-2 CGP).
La nulidad procesal insanable, a diferencia de la saneable, debe ser declarada
de oficio por el juez, es decir, el juez no espera a que la parte la alegue, la de-
clarará así no sea propuesta, por cuanto el hecho que la constituye tiene tanto
efectos o repercusiones en la parte afectada, como también en el proceso, que
es una institución cuya naturaleza es pública, que mira al orden público y al
interés colectivo.
Las demás causales de nulidad son sanables, cuando no sean alegadas oportu-
namente por la parte legitimada que, padeciéndola no dio lugar a ella, con lo cual
se entiende que la condona o la convalida y por esa vía queda sanada la irregula-
ridad formal del proceso.
La nulidad procesal es sanable también cuando, a pesar del vicio o la irregu-
laridad procesal, el acto cumplió la finalidad y, por ende, permaneció a salvo el
derecho de defensa, posibilidad de saneamiento que corresponde a la aplicación
de la teoría finalista o de elasticidad o idoneidad de las formas, prevista en el
artículo 229 de la Constitución Política colombiana, cuando a propósito de
los principios que rigen la función judicial consagra la prevalencia del derecho
sustancial bajo la expresión: en las actuaciones judiciales prevalecerá el derecho
sustancial, según el cual, a pesar de que una formalidad procesal no se haya
cumplido, si la exigencia de dicha formalidad pone al derecho sustancial en
riesgo de fenecer, el juez en el caso concreto debe optar por darle prevalencia
a éste y hacer a un lado la formalidad, siempre que la finalidad prevista por el
legislador al consagrar tal formalidad se haya cumplido, la cual corresponde a
garantizar el derecho de defensa, garantía que no admite ni siquiera amenaza de
vulneración o desconocimiento, si ésta —la finalidad— en cambio, no se cum-
plió, no podrá darle prevalencia al derecho sustancial porque falta el blindaje o
la garantía del mismo. Lo anterior está previsto en el artículo 136, Saneamiento
de la nulidad:
La nulidad se considerará saneada en los siguientes casos:
1. Cuando la parte que podía alegarla no lo hizo oportunamente o actuó sin
proponerla.
2. Cuando la parte que podía alegarla la convalidó en forma expresa antes de
haber sido renovada la actuación anulada.
3. Cuando se origine en la interrupción o suspensión del proceso y no se ale-
gue dentro de los cinco días siguientes a la fecha en que haya cesado la
causa.
160 Julia Victoria Montaño Bedoya

4. Cuando a pesar del vicio el acto procesal cumplió su finalidad y no se violó


el derecho de defensa149.
La nulidad procesal insanable, a diferencia de la anterior, debe ser declarada
de oficio por el juez, es decir, el juez no espera a que la parte la alegue y ante la
no proposición de la misma observará su sanación, por cuanto el hecho que la
constituye tiene tanto efectos o repercusiones en la parte afectada, como también
en el proceso, que es una institución cuya naturaleza es pública, que mira al orden
público y al interés colectivo.

4.  COSA JUZGADA: NATURALEZA JURÍDICA,


CONCEPTO Y FINALIDAD
La cosa juzgada es un atributo de la sentencia. No es una garantía judicial, ni
un principio procesal, porque no forma parte del elenco de garantías que integran
la defensa, la legalidad, ni el juez natural150. La cosa juzgada es un efecto de la
sentencia que, cuando se produce, contiene en sí misma la preclusión151. No obs-
tante lo cual, es diferente al fenómeno de preclusión, que consiste en la pérdida,
extinción o consumación de una facultad procesal.
Podemos definir la cosa juzgada como la materia, asunto o derecho sustancial,
procesado y enjuiciado con vocación de certeza.
Son finalidades de la cosa juzgada: dar seguridad y certeza con presunción
de verdad a los derechos sustanciales, así como evitar sentencias contradictorias
frente al mismo derecho sustancial.

149
Artículo 136 del CGP
150
Defensa, legalidad y juez natural son las garantías judiciales medulares, o los núcleos del de-
bido proceso, los cuales encierran como contenido una red de principios o garantías, así, La
defensa: contradicción, plazo razonable, non bis in eadem, defensa técnica, derecho a un intér-
prete y a un traductor, derecho a impugnar (nulidades y recursos judiciales), derecho a la prue-
ba (aportar, solicitar y contradecir la allegadas en su contra). La legalidad: legalidad sustancial
o tipicidad de la pretensión y legalidad formal o legalidad de las formas de los procedimientos
y de los actos procesales. Juez natural: jurisdicción, competencia e imparcialidad (art. 29 CP y
art. 8 CADH).
151
La preclusión tiene aplicación general en el proceso frente a diferentes instituciones procesales,
no sólo frente a la cosa juzgada, que es la máxima preclusión, y ambas nociones estarían vin-
culadas por la preclusión de impugnaciones.
La preclusión es una regla o máxima procesal que tiende a impedir que el proceso retroceda a
puntos de partida ya cumplidos o que se reproduzcan actos procesales ya cumplidos o que no
tuvieron cumplimiento en el orden establecido por la ley.
 Impugnación de las providencias judiciales 161

Las que se profieran por fuera de audiencia quedan ejecutoriadas tres días
después de notificadas, cuando carecen de recursos o han vencido los términos sin
haberse interpuesto los recursos que fueren procedentes, o cuando queda ejecuto-
riada la providencia que resuelva los interpuestos (ver artículo 302 CGP).

4.1.  ¿Existen clases de cosa juzgada?


La doctrina universal ha reconocido dos clases de cosa juzgada: la material y
la formal. Habrá cosa juzgada material si la sentencia proyecta sus efectos no sólo
en el proceso en que se profirió sino que trasciende sus propios límites. La cosa
juzgada formal, se dará si la sentencia proyecta sus efectos sólo en el proceso en
que se profirió152.
A pesar de que esta clasificación es aceptada por buena parte de la doctrina, se
concluye después de su análisis, que la cosa juzgada es sólo una y consiste en el
efecto que produce la sentencia ejecutoriada de la que se deriva su carácter defi-
nitivo e inmutabilidad, la cual debe ceder para realizar el valor justicia, en virtud
de la revisión que de ella se haga en un nuevo proceso153, en el que, al anularse
la sentencia, se debe producir una nueva que atienda el valor constitucional de la
justicia, lo cual corresponde al predicado contenido en la parte final del art. 303
del CGG “La cosa juzgada no se opone al recurso extraordinario de revisión”.
Si los hechos que invalidan la sentencia constitutivos de las causales del recurso
extraordinario de revisión, no se configuran por ser éstos taxativos; buscando dejar
incólume el valor justicia, la sentencia injusta también podría anularse por medio de
la acción de tutela, si se cumplen todas las condiciones generales de procedibilidad
y, por lo menos, una de las condiciones de especiales de procedibilidad de tutela
contra providencias judiciales, contempladas en la sentencia S-590 de 2005.
Las sentencias están llamadas a producir el efecto de cosa juzgada, no obstante
lo cual, por excepción, hay sentencias que no causan este efecto, porque la ley
autoriza que lo decidido sea modificado en un proceso posterior. De allí que el
artículo 304 del CGP consagra las sentencias que no constituyen cosa juzgada:
1. Las sentencias inhibitorias154 proferidas, ante la ausencia del presupuesto
procesal de la capacidad para ser parte, y la demanda en forma por la debida

152
Ésta es la diferencia que entre cosa juzgada material y cosa juzgada formal propone el ex
magistrado de la Corte Suprema de Justicia Humberto Murcia Ballen en su obra Recurso de
Revisión Civil, 3a. ed. Bogotá: Ibáñez. 2006.
153
Recurso extraordinario de revisión.
154
Antes del juez dictar sentencia inhibitoria, debe cumplir con el deber de interpretar la demanda
impuesto según en el artículo 42-5 del CGP (ver numeral 6 en esta misma obra).
162 Julia Victoria Montaño Bedoya

individualización de la pretensión. Esta seudo sentencia no resuelve el objeto


litigioso, dejando abierta la posibilidad de que se proponga nuevamente la
pretensión en un nuevo proceso, con el único límite de la caducidad.
2. Las que se dicten en procesos de jurisdicción voluntaria, por no existir en
estos procesos una pretensión en la que se pida la declaración de un derecho
sustancial, sino una solicitud de protección frente a un sujeto de especial
amparo constitucional, que pueden plantearse tantas veces como cambien
las circunstancias de protección, salvo que por su naturaleza no sean sus-
ceptibles de ser modificadas.
3. Las que se dicten en procesos contenciosos en las que se decidan situaciones
susceptibles de modificación mediante proceso posterior, por autorización
expresa de la ley, como asuntos de familia relativos a custodia regulación de
visitas y fijación de alimentos.
4. Las que declaran probada una excepción de carácter temporal que no im-
pida iniciar otro proceso, al desaparecer la causa que dio lugar a su recono-
cimiento, como la falta de interés para obrar en el proceso, por no ser éste
actual, por depender el derecho sustancial reclamado, del vencimiento de un
plazo, o de la ocurrencia de una condición o modo.

4.2.  Autos interlocutorios y cosa juzgada


Si bien la cosa juzgada es un atributo de la sentencia, por excepción, hay otras
providencias, como los autos interlocutorios, mediante los cuales se resuelven
asuntos medulares del proceso —aledaños al objeto litigioso, sin que con ello se
esté resolviendo éste— de forma definitiva e inmutable, que producen los efectos
de cosa juzgada. Así por ejemplo, el auto mediante el cual se imparte aprobación
a la conciliación, es una providencia que produce los efectos de la sentencia, esto
es, cosa juzgada y mérito ejecutivo. Lo mismo se predica del auto que imparte
aprobación a la transacción, y para algunos, el auto que ordena seguir adelante
la ejecución.

4.3.  La cosa juzgada en el CGP


De conformidad con el artículo 303 del CGP la cosa juzgada se constituye a
partir de la identidad de objeto, causa y partes; exigencia que podríamos sinte-
tizar en la expresión identidad de objeto litigioso. Es decir, habrá cosa juzgada
cuando el nuevo proceso verse sobre el mismo objeto litigioso (pretensión) resuel-
to con anterioridad mediante sentencia ejecutoriada. Lo cual implica por parte
del juez una tarea de comparación de identidad de objetos litigiosos (el resuelto
 Impugnación de las providencias judiciales 163

en sentencia anterior ejecutoriada y el que está contenido en la demanda con la


que se promueve el nuevo proceso), o sea, comparar las pretensiones desde los
elementos estructurales propuestos por la teoría de la imputación jurídica esto es
sujetos-partes, petitum y causa petendi, tanto fáctica como jurídica, que es la que
consideramos, rige por regla general en la legislación procesal vigente en Colom-
bia (art. 82 CGP).
La identidad de partes no es una identidad física sino jurídica, lo que se con-
figura cuando las partes del segundo proceso son sucesores, por causa de muerte
de las que figuraron en el primero, o causahabientes suyos por acto entre vivos,
celebrado con posterioridad al registro de la demanda, si se trata de derechos su-
jetos a registro, y al secuestro en los demás casos155. Artículo 303 inciso 2º CGP.
La identidad de objeto se refiere al petitum de la pretensión en términos del
reclamo del ejercicio de la tutela judicial concreta y del bien material o inmaterial
sobre la que ésta recae.
Si los hechos tipo fundantes de la pretensión resuelta y propuesta en el nuevo
proceso son idénticos, habrá entonces identidad de causa que se erige en otra
exigencia legal.
Por manera que, si existiendo identidad de partes se pide la misma tutela ju-
dicial respecto del mismo bien con fundamento en hechos y fundamentos de de-
recho distintos, no habrá cosa juzgada. O, si en relación a las mismas partes, se
piden diferentes tutelas judiciales en relación al mismo bien con fundamento en
hechos y fundamentos de derecho distintos, no habrá cosa juzgada.

4.4.  ¿Sobre quiénes surte efecto la cosa juzgada?


El inciso tercero del art. 303 del CGP dispone que en los procesos en que se
emplace a personas indeterminadas para que comparezcan como parte, incluidos
los de filiación, la cosa juzgada surtirá efectos en relación con todas las compren-
didas en el emplazamiento156.
En concordancia con lo que dispone el inciso primero del artículo 87:
Cuando se pretenda demandar en proceso declarativo o de ejecución a los herederos
de una persona cuyo proceso de sucesión no se haya iniciado y cuyos nombres se igno-
ren, la demanda deberá dirigirse indeterminadamente contra todos los que tengan dicha

155
Artículo 303 inciso 2º CGP.
156
Se emplaza a personas indeterminadas en los procesos de declaración judicial de pertenencia
(art. 375-6 CGP), en los procesos de declaración de bienes vacantes y mostrencos art. 388 in-
ciso final. En el proceso de declaración de pertenencia consignado en la Ley 1561 de 2012 art.
14 ordinal 2.
164 Julia Victoria Montaño Bedoya

calidad, y el auto admisorio ordenará emplazarlos en la forma y para los fines previstos
en este código. Si se conoce a alguno de los herederos, la demanda se dirigirá contra
éstos y los indeterminados.
Con base en lo cual se tiene que los efectos personales de la sentencia del
estado civil son absolutos o erga omnes, esto es, produce efectos frente a los ci-
tados y no citados. Así por ejemplo, fallecido el padre (legitimo contradictor)A
demanda la filiación paterna, sólo frente a uno de sus hijos, una vez declarada la
filiación, será hermano no sólo del demandado, sino también de los otros hijos
que no fueron citados al proceso, por la indivisibilidad del estado civil, es decir, A
es hijo frente a todos, aunque todos los herederos no hayan acudido al proceso.
Mas los efectos patrimoniales de la sentencia del estado civil son relativos, esto
es, pudiéndose demandar a todos o sólo a algunos, —quienes además conforman
un litisconsorcio voluntario pasivo— la sentencia de filiación —diferente para
los diversos demandados—, producirá sólo efectos frente a quienes fueron parte
en el proceso por haber sido demandados dentro de los dos años siguientes a la
defunción del presunto padre, y notificados del auto admisorio de la demanda
dentro del término de un año, contado a partir del día siguiente a la notificación
de dicho auto al demandante (art. 404 CC derogado por el 626 CGP, art. 10 Ley
75 de 1968 y art. 94 CGP).

4.5. La cosa juzgada como hecho concomitante y como hecho sobrevi-


niente
Antes del proceso judicial, suelen ocurrir los hechos constitutivos del derecho
que sirven de fundamento a la pretensión y, en ocasiones simultáneamente, con la
relación sustancial o después de ella, pero antes del proceso, suceden otros factos,
a los que bien podemos llamar concomitantes.
Los hechos concomitantes son generalmente impeditivos. Obstruyen el naci-
miento del derecho y de la obligación correlativa deprecada en la petición de pre-
tensión. Por su naturaleza misma —obstaculizar el derecho sustancial— deben ser
propuestos por el demandado, bajo la fisonomía y la estructura de una excepción
de fondo o mérito en una oportunidad procesal preclusiva, el traslado, pues sólo
el polo pasivo, está en condiciones de invocarlos en dicha etapa procesal, habida
cuenta de que estos hechos —que le benefician— han acaecido antes de la presen-
tación de la demanda, de manera sincrónica a la relación jurídica sustancial o, en
veces, con posterioridad a ella, pero en todo caso antes del proceso judicial.
Los hechos concomitantes también pueden ser extintivos del derecho sustan-
cial que, por ser tales, se consolidan antes del proceso, y por ende deben presen-
tarse en la contestación de la demanda, como el hecho de la cosa juzgada, que
 Impugnación de las providencias judiciales 165

debe alegarse como excepción de fondo o mérito impropia, siempre que el hecho
haya pasado, es decir, si la pretensión procesal ya se despachó por sentencia ejecu-
toriada, no hay razón para que el demandado no lo alegue en dicha oportunidad
procesal.
Los llamados hechos extintivos, desde los que se fundan excepciones de mérito
del mismo nombre, pueden acontecer, antes de la presentación de la demanda (en
tal caso deben ser propuestas en el traslado), pero por su misma naturaleza suelen
ser posteriores a ella, y por ello pueden ser rotulados, hechos sobrevinientes, esto
es, aparecen después de la demanda, más aun después del traslado para contestar
la demanda, en cualquier momento del proceso judicial.
Los conocidos como hechos sobrevinientes del derecho sustancial pueden ser
alegados a lo largo del proceso (cuando aparezca el hecho o cuando se conozca)
a más tardar en el alegato de conclusión (art. 281 inciso 4º).
La cosa juzgada, cuando no la alegue el demandado en el traslado de la de-
manda ni en cualquier etapa posterior del proceso, a más tardar en el alegato de
conclusión, el juez debe declararla de oficio, dictando sentencia anticipada por
expresa imposición legal (art. 278-3), con lo cual estará reconociendo un hecho
sobreviniente.
Dichos pronunciamientos oficiosos, para nada, conculcan la congruencia, todo
lo contrario, corresponden a suflexibilización, que constituye una de las tenden-
cias actuales del procesalismo como parte del activismo judicial, en virtud de lo
cual, la falta de dicho pronunciamiento genera incongruencia por citra petita.
En síntesis, el demandado que ya lo fue en proceso anterior, alegará el hecho
que configura la cosa juzgada con fundamento en la identidad de partes, de objeto
y causa, bajo la forma de una excepción de fondo o mérito impropia, la cual será
resuelta por el juez en la sentencia, constituyendo una sentencia desfavorable a
la pretensión. Si la cosa juzgada no fue alegada por el demandado en el traslado
para contestar la demanda, pero aparece como hecho sobreviniente, éste lo puede
proponer a más tardar en el alegato de conclusión o, en su defecto, el juez lo reco-
nocerá como hecho sobreviniente en la sentencia anticipada o, al final, del proceso
en la sentencia, si sólo se conoce o aparece probada la cosa juzgada en esta etapa.

4.6. Diferencias entre cosa juzgada, litigio pendiente y prejudicialidad


Litigio pendiente y cosa juzgada tienen en común identidad de objetos litigio-
sos, es decir de pretensiones. Pero, se diferencian en que el litigio pendiente supone
procesos en curso, mientras la cosa juzgada presupone un proceso terminado con
sentencia ejecutoriada y un proceso en curso, además distan en que aquélla se
166 Julia Victoria Montaño Bedoya

alega como excepción previa el artículo 100-8 del CGP y ésta se propone como
excepción de fondo o mérito, aunque en la misma etapa procesal, traslado para
contestar la demanda. A demás la cosa juzgada puede dar lugar a sentencia anti-
cipada mientras que el litigio pendiente no.
La prejudicialidad consiste en la incidencia directa de la decisión de un objeto
litigioso en otro. Se acerca al litigio pendiente en cuanto ambas suponen procesos
en curso, pero se aleja de ésta y de la cosa juzgada, en que los objetos litigiosos
de dichos procesos son diferentes. La prejudialidad se propone como una simple
solicitud por cualquiera de las partes procesales, y no se alega como excepción
porque la consecuencia que el legislador le atribuye a este hecho no es la termi-
nación del proceso, como ocurre con el litigio pendiente, ni la extinción del de-
recho sustancial como ocurre con la cosa juzgada, pues al hecho que constituye
la prejudicialidad, el ordenamiento procesal le asigna la consecuencia jurídica de
la suspensión que, más que del proceso, lo será del proferimiento de la sentencia,
según el artículo 161 del CGP.

4.7.  Limites a la cosa juzgada


Recurso extraordinario de revisión. La revisión es un remedio a la sentencia
injusta que aunque esté ejecutoriada debe ser anulada. El fundamento de la
anulación de la sentencia es un hecho que la invalida, producido o conocido
después de la sentencia ejecutoriada, que se pretende demoler. Su finalidad es
hacer prevalecer la verdad y la justicia, porque la cosa juzgada debe ceder ante
la justicia.
Sobre su naturaleza hay coincidencias en la jurisprudencia nacional, aunque no
pacíficas, en sostener que es un recurso contra la sentencia ejecutoriada; no obs-
tante lo cual, también se ha considerado que corresponde a un nuevo proceso que
surge a partir de una nueva pretensión. Como recurso, es extraordinario, procede
sólo contra sentencias ejecutoriadas, proferidas en cualquiera de las instancias en
la jurisdicción ordinaria, como en la jurisdicción contenciosa administrativa.

4.8.  Ejecutoria, cosa juzgada y ejecución


La providencia proferida en audiencia se notifica en estrados, luego de lo cual
queda ejecutoriada si no es susceptible de ser impugnada y, si lo es, sólo queda
ejecutoriada cuando interpuestos éstos se resuelvan o cuando los recursos no se
interpongan en la misma audiencia.
“Las providencias que se profieran por fuera de audiencia quedan ejecutoria-
das tres días después de notificadas, cuando carecen de recursos o han vencido los
 Impugnación de las providencias judiciales 167

términos sin haberse interpuesto los recursos que fueren procedentes, o cuando
queda ejecutoriada la providencia que resuelva los interpuestos”157 .
Cuando la providencia queda ejecutoriada158, inmediatamente, produce un
efecto, la cosa juzgada, ¿qué sigue después?, su cumplimiento o ejecución. Sólo es
posible ejecutar la providencia, y para el caso que nos ocupa la sentencia, siempre
que sea declarativa de condena, y ésta no se cumpla voluntariamente por el venci-
do, es decir, si por ejemplo el juez en la sentencia declarativa de condena impone
a una parte la obligación de pagar una suma de dinero, si esta prestación no la
satisface el vencido en el término de ejecutoria de la sentencia, la parte titular del
derecho en favor de quien se impuso la obligación, deberá acudir nuevamente al
juez reclamándole la tutela judicial ejecutiva en la que pide se ordene el pago de
dicha suma de dinero; por cuanto las sentencias declarativas mero-declarativas y
constitutivas se cumplen mediante actos registrales, así por ejemplo, la sentencia
declarativa constitutiva de divorcio se cumple mediante la inscripción de la mis-
ma en la notaría donde está registrado el matrimonio y el nacimiento de los ex
cónyuges. La sentencia mero-declarativa de prescripción adquisitiva de dominio,
se cumple mediante la inscripción de la sentencia en la oficina de registro de ins-
trumentos públicos del lugar de ubicación del bien inmueble.

157
Artículo 302 CGP
158
Por excepción aunque no esté ejecutoriada se ejecuta, porque contra ella se concedió apelación
en el efecto devolutivo
Bibliografía

AZULA CAMACHO, Jaime. Teoría General del proceso. Tomo I. 11ª edición. Bogotá:
Temis. 2016. 468 p.
CALAMANDREI, Piero. Instituciones de derecho Procesal Civil. Trad. Santiago Sentis
Melendo. Buenos Aires: Europa-América,1962. 417 p.
CARDONA GALEANO, Pedro Pablo. Manual de Derecho Procesal Civil. Tomo I. En
edición.
CARDONA GALEANO, Pedro Pablo. Medios de impugnación. Bogotá: Leyer. 2010.
CARNELUTTI, Francesco, Sistema de derecho procesal civil, Traducción de Niceto Al-
calá-Zamora y Castillo y Santiago Sentís Melendo, Buenos Aires, Unión tipográfica
editorial Hispano América, 593 p.
CARNELUTTI, Francesco, Teoría general del derecho, serie C. Vol. XVII. 373 p.
CUENCA, Humberto. Proceso civil Romsno. Buenos Aires: Europa-América, 1957. 363
p.
DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Nociones Generales de Derecho Procesal Civil. Madrid:
Aguilar. 1966. p. 233 y 256.
DEVIS ECHANDÍA, Hernando, Compendio de derecho procesal, Teoría general del pro-
ceso, 13ª edición. Medellín: Diké, 1993. 626 p.
DIAZ, Clemente Aníbal. Instituciones de Derecho Procesal. Parte general. Buenos Aires:
Abeledo-Perrot. 470 p.
Diccionario Ilustrado Latín. Prólogo de Don Vicente García de Diego. De la RAE. Barce-
lona: Vox. 2002.
DORANTES TAMAYO, Luis. Elementos de la Teoría General del proceso. 4ª edición.
México: Porrúa, 1993. 364 p.
GOLDSCHMID, James. Principios generales del proceso. México: editorial jurídica Uni-
versitaria. 2001. p. 95.
GUASP DELGADO, Jaime, Derecho procesal civil, Tomo I, 3ª edición, introducción y
parte general, Madrid: Instituto de Estudios Políticos, 1968. 593 p.
KARL HEINZ, Schwab. El Objeto Litigioso en el proceso civil. Trd. Alemán Tomas A.
Banzhaf. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América.1968 p. 39.
LÓPEZ BLANCO, Hernán Fabio. Instituciones de derecho procesal civil Colombiano.
Tomo I. Parte General. 10a edición. Dupré: Bogotá. 2009. 1115 p. ISBN 978-958-
98790-1-6
170 Bibliografía

LÓPEZ BLANCO. Hernán Fabio. Procedimiento civil. 10a edición. Tomo uno. Dupré:
Bogotá. 1116 p.
LÓPEZ BLANCO, Hernán Fabio. Código General del Proceso. Bogotá: Dupré. 2016. p. 693.
MARTÍNEZ Roub y MOHAMAD Said. Puesta en práctica del Código General del Pro-
ceso. La Capacidad procesal en Colombia. Capítulo 1. p. 34.
MONTAÑO DE CARDONA, Julia Victoria Montaño. Instituciones Procesales desde el
Constitucionalismo. Leyer: Bogotá. 2002. 159 p. ISBN 958-690-386-9.
MONTAÑO BEDOYA, Julia Victoria. Jurisdicción Judicial. En: Ratio Juris. Universidad
Autónoma Latinoamericana. Junio de 2005. p. 55.
MONTAÑO BEDOYA, Julia Victoria y CARDONA GALEANO, Pedro Pablo. Bogotá:
Arbitraje Nacional. Librería del profesional. 2017. 284 p.
MONTAÑO BEDOYA, Julia Victoria. Constructo teórico sobre el hecho sobreviniente en
el proceso civil. En: “La fe del Hombre en sí mismo o la lucha por la libertad a través
del proceso”. El Mundo procesal rinde homenaje al maestro. Lima: Editorial San Mar-
cos. 2008 553 a 563.
MONTERO AROCA, Juan. GÓMEZ COLOMER Juan-Luis y otros. Derecho jurisdic-
cional I. Parte General. 9ª edición. Valencia: Tirant lo Blanch. 1999. p. 23.
MURCIA BALLEN, Humberto. Recurso de revisión civil. 2ª edición. Bogotá: Ediciones
Librería del Profesional. 1997. 322 p.
RICO PUERTA, Luis Alonso. Teoría General del proceso. 3ª ed. Bogotá: Leyer. 2013. 728 p.
RODRÍGUEZ LAZO, Carlos. Síntesis de la teoría general de las obligaciones. Nacimien-
to: Chile. 1937. 180 p.
ROJAS GÓMEZ, Miguel Enrique. Salto al Código General del Proceso. Esaju: Bogotá.
2016. 98p.
ROJAS GÓMEZ, Miguel Enrique. Código General del Proceso. Ley 1564 de 2012. Co-
mentado 2a. ed. Esaju Bogotá. 2013. p. 218.
WINDSCEID, Bernhard y MUTHER Theodor. Polémica sobre la “Actio”, Traducido del ale-
mán por Tomás A. Banzhaf, Buenos Aires: Ediciones jurídicas Europa-América, 355 p.
ZAMORA y CASTILLO Niceto Alcalá. Proceso, autocomposición y autodefensa (Contri-
bución al estudio de los fines del proceso) México: Universidad Nacional Autónoma
de México. 2000. pp. 103-104
Apuesta por Tirant Online Colombia,
la base de datos jurídica innovadora
del mercado

Biblioteca Virtual Revistas Jurídicas


Traductor jurídico Gestión de despachos
Legislación internacional Biblioteca GPS
Tirant TV Tirant Derechos Humanos
Personalización Novedades
Jurisprudencia altas cortes Conceptos de Superintendencias
y tribunales y órganos de control

atencionalcliente@tirantonline.com
Comunícate en Bogotá 4660171
www.tirantonline.com

También podría gustarte