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DE LA SUSPENSION CONDICIONAL DEL PROCESO, Y LA PROCEDENCIA DE LA SOLICITUD

QUE HA SIDO PLANTEADA

EN LA PRESENTE CAUSA

El instituto de la Suspensión Condicional del Proceso, constituye una de las formulas


alternativas a la prosecución del proceso, cuya finalidad, es facilitar la resolución del
conflicto penal que surge con ocasión del delito sin acudir a la aplicación efectiva de la
pena. Su origen se halla en la institución anglosajona de la “diversión”, a la cual se asemeja
en virtud de dirigirse a impedir la realización total del proceso, y cuyo fundamento es el
principio de subsidiariedad que implica que una pena sólo puede ser legítimamente
aplicada cuando no puede ser sustituida por una medida más eficaz.

Esta suspensión capaz de detener definitivamente el desarrollo del proceso en sus etapas
iniciales, descarta la persecución penal, obviando el juicio oral y evitando que se produzca
una sentencia condenatoria generadora de un antecedente penal; lo que en síntesis,
comporta una renuncia condicionada del Estado al ejercicio del ius puniendi, como una
suerte de adelanto de la suspensión condicional de la pena, prescindiendo de un juicio oral
que a la larga podría conducir a ella.

Por ello, la suspensión condicional del proceso trata del derecho de toda persona sometida
a proceso, a solicitar su suspensión, cuando se reúnan las condiciones legales para su
admisibilidad, lo que a su vez, genera el deber estatal de reconocerlo ante cualquier
solicitud correctamente fundada en la ley. (Vid. Sentencia 232 de fecha 10.03.2005, la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia)

En tal sentido, el Dr. P.B. precisa:


...Es preciso delimitar si la suspensión condicional del proceso configura un mero beneficio, un acto
discrecional del juez no sometido a pautas de ninguna naturaleza, o, si por el contrario, se trata de
un derecho del imputado.

Definitivamente, ninguna de las dos primeras posiciones puede resultar cierta. La concurrencia de
todos y cada uno de los requisitos de procedencia, hace nacer para el imputado el derecho a
solicitarla y para el juez, la obligación de concederla.

No se trata de una mera facultad arbitraria del juez ni de un simple beneficio que el Estado acuerda
a las personas sometidas a proceso, a título de gracia o favor. Por el contrario, se trata de un
derecho de toda persona sometida a proceso, que reúne las condiciones comunes y propias de
admisibilidad, que genera el deber estatal de reconocerlo ante cualquier solicitud correctamente
fundada en la ley...

. (Idem. Pág. (s). 66 y 67 ).

Ahora bien, delimitada como ha sido su noción y su naturaleza jurídica, como derecho que
asiste al acusado; observa esta Instancia, que la solicitud de la referida medidas alternativas
a la prosecución del proceso, resulta procedente en derecho, pues el delito de
CONTRABANDO EN LA MODALIDAD DE TRANSPORTE AGRAVADO, previsto y sancionado
en el artículo 13 de la Ley Contra el Contrabando, en perjuicio del ESTADO VENEZOLANO.

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