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Universidad Nacional de Asunción

Facultad de Filosofía
ÉTICA
Unidad II

2. Fundamentos éticos
2.1. Ética y Moral
La ética es la parte de la filosofía que estudia los fundamentos de la moralidad de los
actos humanos, es decir, aquellos en virtud de lo cual éstos pueden ser considerados
buenos o malos.
La ética también designa el conjunto de valores que gobiernan la conducta individual y
colectiva, los cuales orientan a las personas y a los grupos a comportarse de acuerdo con
lo que se puede considerar «el bien» o «la moral».
La palabra ética muchas veces se ha confundido con la de moral, que hace referencia a la
manera como las personas ponen en práctica sus criterios éticos. Así, por ejemplo, las
personas decimos que una persona «no tiene ética» o bien que es una persona es «amoral»
o «de moral irreprochable».
La moral existe antes de que los individuos la conozcan. Estas normas y reglas las
aprendemos de distintas fuentes: la familia, la nacionalidad, la religión, la organización
social, la escuela, etc. Son normas morales que se transmiten de generación en generación,
frecuentemente de manera implícita, con el resto de las normas sociales. Por el contrario,
las normas morales de las profesiones, entre las cuales se incluye la psicología, se
aprenden durante los años de formación académica y el ejercicio profesional.
Cada sociedad establece unas normas que hacen posible la convivencia. En nuestra
sociedad occidental la separación entre sociedad y religión, la pluralidad de culturas y
la política basada en la democracia marcan unas bases para entender la moral imperante.
Podemos tratar de entender los criterios morales tan diferentes que pueden tener
personas que sigan los principios de la moral judía, católica, musulmana, etc.
Difícilmente personas de culturas diferentes se pondrán de acuerdo en identificar sus
criterios morales individuales.
Como podemos apreciar, la ética se manifiesta en unos comportamientos que desde el
punto de vista social pueden ser considerados moralmente aceptables o no. En todo caso,
esta diferenciación entre ética y moralidad desde un punto de vista práctico se ha diluido
y algunos teóricos optan por referirse únicamente a la ética.
Aunque pueda parecer que la ética tiene como objeto de análisis aspectos subjetivos,
como si un comportamiento es ético o no para una determinada persona o sociedad, no es
así. Lo que trata de hacer la ética es evaluar la objetividad de las acciones de las personas;
por lo tanto, no se trata de analizar éticas individuales diferentes, sino los criterios
universales que pueden ser considerados buenos para cualquier humano. Los principios
éticos universales son: la justicia, la libertad, la honestidad y la verdad. Estos principios
nos dan las razones para actuar personalmente y profesionalmente con criterios que van
más allá de las creencias personales de cada persona y cada psicólogo.

2.2. Normas morales


La moral es el conjunto de normas basadas en principios éticos que, aceptadas libre y
conscientemente, regulan la conducta individual y social del ser humano.
La moral es el objeto de la ética; esta se concreta en las normas morales. En este sentido,
la moral sería un saber práctico; la ética un saber teórico.
Para construir un sistema de moralidad; esto es, un conjunto de normas morales, es
necesario el concurso de todos los miembros de la sociedad y reconocer que todos somos
autónomos, dada nuestra dignidad humana.
Las normas morales nacen por consenso, de un acuerdo colectivo que debe introspectarse
por convicción y que limita al ser humano por propia decisión y no por convicción
externa.
Las normas morales no ponen el acento en el deber, en la obligación, sino en el fin
(TELOS). La moral no puede volverse un conjunto de normas que deben seguirse por
obligación sino más bien como un medio para vivir felices. De ahí que, las normas
morales son buenas cuando permiten el desarrollo integral del ser humano y son malas
cuando deshumanizan al ser humano.
Las normas morales poseen historia, por ello puede hablarse de una moral primitiva,
moral antigua, moral feudal, moral burguesa, moral moderna, entre otras.

2.3. Acciones Morales


Para que un acto sea humano en el sentido estricto de la palabra debe tener dos
condiciones:
 Conciencia psicológica, cuando la persona conoce el acto, los medios, los fines
y las consecuencias de lo que está ejecutando y para tener esta conciencia se
requiere integridad de la psiquis y del sistema nervioso.
 La libertad entendida en el sentido de autorrealización y de respeto de la dignidad
de sí mismo y de los demás.
Otro aspecto a tener en cuenta en las acciones morales es la conciencia moral; ésta es la
capacidad de juzgar un acto humano propio o ajeno con relación a una norma moral.
Mediante esa conciencia moral el ser humano se percibe como sujeto moral y responsable
de sus actos; a esto se agrega, que la conciencia moral está condicionada por la genética
y el ambiente físico y cultural.
Las acciones morales son actos humanos relacionados con normas morales y como tal
requieren de conciencia y libertad. De ahí que las acciones morales necesitan dos
condiciones: que sean actos humanos y que el sujeto tenga introspectada la norma o
normas morales.

2.4. Responsabilidad Moral


La responsabilidad moral es una condición que se desprende de la autonomía del ser
humano. Por ser autónomos, somos responsables de nuestros actos.
El ejercicio de la responsabilidad sólo se da si el ser humano actúa como persona y para
esto es necesario tener personalidad, es decir, capacidad de autoconocerse y
autodeterminarse. Ahora bien, muchos seres humanos, por causas diversas, no pueden
desarrollar su personalidad y por ende no tienen la capacidad de autodeterminarse y en
consecuencia no puede imputársele responsabilidad moral.
La responsabilidad moral está, basada en la libertad; sin la una no puede darse la otra. Si
creemos en un determinismo absoluto, es claro que no puede sostenerse la
responsabilidad moral del ser humano.
Para que podamos decir que una persona es responsable moralmente, debemos saber que
es capaz de hacer actos humanos, es decir, actuar con conciencia y libertad; y que ha
introspectado las normas morales. Si estas dos condiciones no se cumplen, no puede
hablarse de responsabilidad moral.
La responsabilidad moral debe formarse, y es la tarea más importante de la educación. La
Sociedad y el individuo deben asumir esta tarea como necesaria para que la sociedad viva
los valores éticos.
2.5. Obligación moral
El ser humano es un ser que tiene conciencia, es decir, desde el punto de vista ético
reflexiona sobre sus acciones y se cuestiona si ha obrado correctamente o no lo ha hecho.
Cada ser humano tiene valores personales que se convierten en normas de actuación
correcta, en una brújula para diferenciar entre aquello que es correcto y aquello que no lo
es. Dichos valores morales marcan el plano teórico de una acción, sin embargo, la vida
es práctica, y en ocasiones, el ser humano experimenta una oposición entre el plano
teórico y la acción práctica del día a día.
Las personas sienten que deben ser fieles a esas normas morales para poder ser felices
de verdad. De aquí se deduce la conciencia de la obligación moral, es decir, de la
necesidad de ser coherente y consecuente con esos valores personales. En la mayoría de
las ocasiones, esta obligación moral no es impuesta de forma externa, sino que la persona
es fiel a ese deber interno que se ha marcado.
Lo que sí es cierto es que los valores de una persona también están muy influidos por el
contexto social en el que ha nacido y vive una persona, además, también deben sus raíces
a la educación que ha recibido en su familia y en su formación académica. Aquello que
para una persona es correcto puede no serlo para otra, de ahí que incluso el plano ético,
en algunos casos, parece susceptible a cierto relativismo (aunque a rasgos generales existe
un consenso general sobre aquello que es correcto o no lo es).

2.6. Necesidad y utilidad de la Ética.


El ser humano es el único ser en la naturaleza que necesita de una ética; los animales al
obrar se guían por los instintos. Para poder transgredir los instintos con su conducta, los
seres humanos tienen la posibilidad de trastornar y dañar su entorno, a otros seres
humanos y a sí mismo.
La necesidad de una ética es consecuencia de la libertad que posee el hombre, mientras
haya personas libres, habrá necesidad de construir unas normas morales para una
convivencia pacífica.
La ética es subjetiva e intersubjetiva; esto quiere decir que tiene que ver con el
comportamiento del ser humano consigo mismo y con relación a los demás.
Se hace mucho énfasis en la utilidad de la ética para el comportamiento social; esto es,
sin moral es imposible una vida social humana y digna, no hay confianza, ni solidaridad
posible. Toda profesión, que es un servicio, no puede ejercerse si no está basado en una
moral.
La ética es útil para regular el comportamiento del hombre en beneficio de sí mismo, la
ética evita que el ser humano pueda hacerse daño a sí mismo; esto es, la moral con sus
imperativos ayuda a que el obrar tenga coherencia y sirva para el desarrollo del hombre.
Hace que la conducta sea concorde con la opción fundamental escogida por la persona.

Referencia Bibliográfica

 Chamorro Lusar, Andres (Coord). (2007) Ética del Psicólogo. Editorial UOC.
Barcelona, España.
 Pastor, M, J & Sánchez, C. (2018) Ética profesional en salud mental. Anaya.
Madrid.

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