Está en la página 1de 1

PRÀCTICA DEL LENGUAJE Profesora Díaz

EL SUBRAYADO

El subrayado es la primera técnica que debe aplicarse cuando se trabaja con un texto.
El subrayado consiste en señalar con alguna marca las ideas más importantes para, así, distinguirlas del
resto. Con esta técnica se concretan tres objetivos fundamentales: se llama la atención del lector hacia las
partes señaladas, se favorece su fijación en la memoria y se facilita la tarea de repaso al reducir el tiempo
que insumen las posteriores lecturas. Por otra parte, se evitan distracciones ya que el hecho de subrayar
impone la concentración en lo que lee.
Al acceder al texto por primera vez, el lector sol hace un relevo informativo de sus contenidos; recién al
recorrerlo por segunda vez, puede decirse que la lectura es comprensiva. En esta etapa corresponde aplicar
la técnica del subrayado, puesto que solo entonces se puede saber que es lo importante y que no.
Las marcas se colocan solamente en las palabras clave y teniendo en cuenta que a lectura de los elementos
señalados debe tener sentido por sí misma, sin necesidad de acudir a las palabras no subrayadas. En textos
de mucha densidad conceptual, en los que la información secundaria resulta ineludible, puede aplicarse
un subrayado diferencial conceptual, en los que la información secundaria resulta ineludible, pude
aplicarse un subrayado diferencial que jerarquice los contenidos.

Clases de subrayado
El subrayado permite un desarrollo bastante personal respecto de los estilos de aplicación. Las que siguen
son variedades más típicas.
∙ Subrayado lineal: consiste en hacer una marca debajo de la palabra que se desea destacar. Es el más
útil para armar guías de clases o exposiciones orales.
∙ Subrayado vertical: consiste en colocar una línea vertical en el margen del texto para resaltar
párrafos o frases enteras. Es conveniente para señalar definiciones, citas o ejemplos.
Resulta útil acompañar el subrayado con subrayado con sintética notas marginales que expresen la
evolución del lector sobre os contenidos del textos.

Actividad: aplicar la técnica del subrayado al texto que se transcribe a continuación. Jerarquicen los
distintos niveles de contenidos apelando a diferentes tipos de marcas.
“El Facundo es una biografía y asimismo una autobiografía, una sociología y una obra literaria y un
fragmento de historia, una acusación de defensor de pobres y un capítulo de antropología cultural”.
Esta definición de Ezequiel Martínez Estrada pone el acento en un aspecto fundamental de la conocida
obra de Sarmiento: su carácter múltiple. En él reside sin duda su riqueza suscita tanto la adhesión
plena a ciertos conceptos que la obra sostiene, como la polémica y el enfrentamiento. Sarmiento inserta
en el Facundo numerosos relatos de muy diverso tipo y tono, con fuerte peso del color local, muy
hábilmente concebidos en cuanto a su papel en la historia narrada y en cuanto a su propia factura
interna, en la que se destacan como la eficacia de los finales.

El autor estructura su interpretación de la vida nacional a partir de oposiciones, relacionadas unas con
otras, cuya columna vertebral es el enfrentamiento entre civilización y barbarie. Las mismas sufren
cambios y desplazamientos a medidas que la historia avanza hasta culminar en el triunfo de la barbarie
sobre la vida civilizada, europea, de la ciudades, de la ciudad por antonomasia, Buenos Aires.

El desarrollo de la obra evoca sin duda el modelo de la historiografía romántica: la contraposición de


grandes unidades de análisis descriptas de manera dinámica. Son costumbres, hábitos y rasgos
determinados por el medio que revelan el vivo interés que Sarmiento tenía por lo social.

Zanetti, Susana. “Sarmiento: Facundo”. En Capitulo nº 18. Buenos Aires, CEAL, 1979 (Fragmento)

También podría gustarte