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2021 - Año del Bicentenario de la Universidad de Buenos Aires

CÁMARA DE APELACIONES EN LO PPJCyF - SALA I


INCIDENTE DE APELACION EN AUTOS "JAUREGUI, SANDRO PASTOR SOBRE 296 - USO DE DOCUMENTO O
CERTIFICADO FALSO O ADULTERADO"
Número: INC 94681/2021-3
CUIJ: INC J-01-00094681-4/2021-3
Actuación Nro: 2551615/2021

///la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 11 días del mes de noviembre de 2021, se
reúne la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional
y de Faltas, integrada por los Dres. Elizabeth A. Marum, Marcelo Pablo Vázquez y José
Sáez Capel, a fin de resolver el recurso de apelación interpuesto por la Defensa Oficial,
del que

RESULTA:
I. Según surge del acta de intimación al hecho, realizada al imputado en
términos del artículo 172 del CPPCABA, la presente investigación “tiene por objeto
imputar a Sandro Pastor Jáuregui el haber solicitado la confección apócrifa de una
licencia de conducir N°24.354.841, expedida por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
el 15 de febrero de 2019 y haber aportado sus datos personales, su número de
documento, su fecha de nacimiento y su fotografía para su falsificación y, asimismo, el
haber recibido ese elemento para usarlo, al menos, al exhibírselo el día 18 de marzo de
2021 a las 22:05 hs aproximadamente, en inmediaciones de Av. Juan Bautista Alberdi y
Hortiguera de esta Ciudad, a personal de la Policía de la Ciudad, que detuvo la
marcha del motovehículo marca Gilera, modelo Smash, con dominio A039XFP,
conducido por Jáuregui, y le solicitó a este último la documentación correspondiente
para circular”.
En cuanto a la calificación legal de la conducta endilgada al encartado, el
Fiscal de Grado, Dr. Luis Alcides Arnaudo, consideró que aquella encuadraba en las
previsiones de los artículos 292, primer párrafo, y 296 del Código Penal y que,
subsidiariamente, de no acreditarse la participación criminal del Sr. Jáuregui en la
falsificación, los hechos podrían ser constitutivos de los delitos previstos en los artículos
277, inciso “c” y 296 del Código Penal.
II. Asimismo, en el marco de las presentes actuaciones, el Fiscal a cargo
del caso, por una parte, y el imputado y su defensa, por la otra, habían acordado
suspender el proceso a prueba. A la vez, el Dr. Arnaudo, en representación del
Ministerio Público Fiscal, le solicitó a la jueza de grado a cargo del caso que autorizara
la apertura e inspección del teléfono celular marca LG, modelo Q60, de color negro, que
le había sido secuestrado al imputado en el marco del procedimiento con el que se inició
la presente.
III. Frente a ese escenario, la titular del Juzgado de Primera Instancia en
lo Penal, Contravencional y de Faltas nro. 16, Dra. Claudia Amanda Alvaro, llevó a
cabo, el 7 de mayo del corriente año, una audiencia en los términos del artículo 217 del
CPPCABA, en la que resolvió, por una parte, “I. NO HACER LUGAR a la apertura y
examinación del teléfono celular secuestrado. II. AUTORIZAR la realización de una
copia forense del teléfono celular marca LG, modelo Q60, color negro” y, por otra,
“NO HACER LUGAR A LA SOLICITUD DE SUSPENSIÓN DE JUICIO A PRUEBA
solicitado por la Sra. Defensora en la presente causa”.
En esa oportunidad, la jueza de grado sostuvo, en cuanto a la pericia
solicitada por el representante del Ministerio Público Fiscal, que la concesión de la
probation conllevaba implícitamente la suspensión de la investigación penal respecto
del sujeto al que se le otorgaba, y que, en esa medida, continuar realizando medidas de
investigación al concederse la suspensión del proceso desvirtuaba el espíritu del
instituto.
Sin perjuicio de ello, sí autorizó la realización de una copia forense del
teléfono móvil en cuestión, para el caso de que se produjera una revocatoria del instituto
que hiciera necesario continuar con la investigación, toda vez que el Fiscal se había
comprometido a no utilizar dicha copia mientras el instituto de la probation estuviese
vigente, y que la defensa había prestado su conformidad.
Por otra parte, en cuanto a la suspensión del proceso a prueba, destacó
que, en la audiencia, el Fiscal de grado había manifestado que existían razones de
política criminal, relacionadas con la identificación de otros partícipes de la actuación,
que hacían que se tuviera que oponer a la aplicación del instituto.
Y, en la misma línea, sostuvo que el juicio de oportunidad acerca de la
conveniencia de continuar, o no, con la persecución penal recaía sobre el Ministerio
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INCIDENTE DE APELACION EN AUTOS "JAUREGUI, SANDRO PASTOR SOBRE 296 - USO DE DOCUMENTO O
CERTIFICADO FALSO O ADULTERADO"
Número: INC 94681/2021-3
CUIJ: INC J-01-00094681-4/2021-3
Actuación Nro: 2551615/2021

Público Fiscal, y que su conformidad representaba una condición necesaria para que
procediera dicho instituto.
IV. Esa decisión fue apelada por la Dra. María Lousteau, titular de la
Defensoría en lo Penal, Contravencional y de Faltas nro. 21, quien solicitó que se
revocara la decisión en crisis, y que se le otorgara a su defendido la suspensión del
proceso a prueba que había sido primigeniamente acordada con la Fiscalía.
V. Por otra parte, el 14 de junio del corriente año, y en virtud de la
decisión dictada por la a quo, el Fiscal de grado volvió a requerir la inspección del
celular que le había sido secuestrado al Sr. Jauregui.
Allí destacó que, en el marco de la decisión dictada el 7 de mayo del
corriente, la Dra. Alvaro había autorizado una copia forense del dispositivo, pero no su
apertura y examinación, en razón de que las partes habían llegado a un acuerdo de
suspensión del proceso a prueba. Y añadió que, en virtud de que tal suspensión no había
sido otorgada, porque su parte se había opuesto, correspondía insistir con la solicitud de
examinación de la información contenida en el dispositivo.
VI. En virtud de ese nuevo pedido, el 2 de julio de 2021 la Dra. Alvaro
resolvió, en lo que aquí interesa, “I. HACER LUGAR a la solicitud del Sr. fiscal y, en
consecuencia, AUTORIZAR la realización del examen pericial sobre el teléfono celular
incautado, marca LG, modelo Q60, color negro; con el único objeto de registrar las
plataformas de comunicación con terceras personas, durante el período comprendido
entre el 15 de noviembre de 2018 y el 18 de marzo de 2021; a fin de obtener
información vinculada a la imputación (cfr. art. 121 CPPCABA.). II. HACER SABER a
la Fiscalía que, previo a la realización de la medida, deberá notificar a la defensa, a fin
de que designe un perito dentro de los tres (3) días de notificada, a su costa, para que
participe de los análisis periciales o examine sus conclusiones y proponga puntos de
peritaje, conforme lo establecido en los arts. 136 y ss. del CPPCABA”.
Allí sostuvo que, si bien en un primer momento no había hecho lugar a
dicha petición, y había autorizado la realización de una copia forense del teléfono
celular marca LG, modelo Q60, ello se había debido a que se encontraba vigente el
pedido de suspensión del proceso a prueba, situación que, al día del dictado de esa
decisión, no se presentaba, dado que, finalmente, el Dr. Arnaudo no había prestado su
consentimiento para la procedencia del instituto.
A la vez, destacó que las medidas como la requerida por el representante
del Ministerio Público Fiscal debían ser restringidas por los jueces, de conformidad con
los principios de idoneidad, necesariedad y proporcionalidad, pues, en caso contrario,
aquellas afectarían derechos consagrados constitucionalmente.
Y añadió que, en el caso, correspondía hacer lugar a la apertura pericial,
por encontrarse fundada su utilidad y necesidad, conforme lo dispuesto por el artículo
122 del CPPCABA, con intervención de la defensa, y evitando excederse de lo
estrictamente necesario a los fines de la investigación.
VII. Contra dicho decisorio, la defensora del Sr. Jauregui interpuso un
recurso de reposición con apelación en subsidio, en el que sostuvo que la jueza de grado
había realizado una errónea valoración de los elementos del caso, al autorizar la apertura
del teléfono celular cuando todavía no se encontraba firme la decisión adoptada respecto
de la suspensión del proceso a prueba, que había sido apelada por esa parte.
A su vez, la Dra. Lousteau remarcó que, si bien la Judicante había hecho
referencia al sistema normativo que brindaba protección a la privacidad de los
habitantes, y había realizado diversas citas doctrinarias que tenían por fin establecer la
excepcionalidad de la medida, luego, había autorizado al Ministerio Público Fiscal a
registrar las plataformas de comunicación con terceras personas durante el período
comprendido entre el 15 de noviembre de 2018 y el 18 de marzo de 2021, lo que no
guardaba proporción alguna con el hecho investigado.
Finalmente, hizo reserva de recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia,
y del caso federal.
VIII. Asimismo, el pasado 12 de julio del corriente esta Sala I decidió
“I. REVOCAR la resolución en crisis en cuanto fuera materia de recurso, de fecha 7 de
mayo de 2021 y, en consecuencia, DISPONER LA SUSPENSIÓN DEL PRESENTE
PROCESO A PRUEBA por el término de un año respecto de Sandro Pastor Jáuregui.
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II. REMITIR el presente legajo al Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas


nro. 16, con el objeto de que la magistrada de grado fije las pautas de conductas que
considere convenientes”.
IX. Luego, el 13 de agosto de 2021, la Dra. Alvaro dispuso “I.
RECHAZAR el RECURSO de REPOSICIÓN interpuesto por la Dra. Louseau contra la
resolución de fecha 2 de julio del 2021. II. ELEVAR el RECURSO DE APELACIÓN
interpuesto, en forma subsidiaria, por la Sra. Defensora Oficial, a la Cámara de
Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas, en los términos del art. 281 y
cctes. del CPPCABA”.
Allí destacó que el recurso interpuesto por la defensa del Sr. Jáuregui no
podría prosperar, toda vez que, si bien, en un primer momento, no había hecho lugar a la
autorización de la realización del examen pericial sobre el teléfono celular incautado, ya
que se encontraba vigente el acuerdo de suspensión del proceso a prueba efectuado por
el imputado, su defensa y el representante del Ministerio Público Fiscal, lo cierto era
que, luego, esa circunstancia había cambiado, toda vez que el Sr. Arnaudo no había
prestado consentimiento para la procedencia del instituto, por los argumentos
esgrimidos oportunamente.
A su vez, remarcó que la resolución del 8 de julio del corriente año, a
través de la cual esta Sala I resolvió revocar la resolución de primera instancia y
disponer la suspensión del proceso a prueba respecto del Sr. Jáuregui, no se encontraba
firme, en razón de que el Fiscal de Cámara había interpuesto un recurso de
inconstitucionalidad que se encontraba, a la fecha, pendiente de resolución, por lo que
las circunstancias que la llevaron a tomar la decisión no habían variado.
X. Ya en esta instancia, el Dr. Martín Lapadú, a cargo de la Fiscalía de
Cámara Oeste, consideró que correspondía rechazar el recurso de apelación articulado,
y confirmar la decisión de grado.
En ese sentido, remarcó que, si bien era cierto que, luego de que la jueza
de grado dictara la decisión apelada, esta Cámara había dispuesto concederle al Sr.
Jáuregui la suspensión en cuestión, también lo era que, como regla general, la
interposición de todo recurso, sea de naturaleza ordinaria o extraordinaria, tenía efectos
suspensivos, y que esa regla general resultaba aplicable supletoriamente al régimen del
recurso de inconstitucionalidad, en virtud de lo normado en el artículo 2 de la ley 402.
A su vez, consideró que la medida acordada tampoco resultaba
desproporcionada, y que la decisión de la magistrada de grado resultaba una derivación
razonada de la normativa aplicable en función de las constancias reunidas en el legajo.
Y, en esa línea, agregó que, de conformidad con lo dispuesto por el
CPPCABA –en sus artículos 119, 121 y concordantes–, el Fiscal de grado había
solicitado la debida autorización, la que, a la vez, había sido concedida por la a quo, por
lo que no cabían dudas de que la injerencia impulsada debía ser soportada por el
encausado, en la medida en que su derecho a la intimidad debía ceder frente a la
obligación del Estado de perseguir y castigar delitos.
XI. Luego, el Dr. Emilio A. Cappuccio, titular de la Defensoría de
Cámara nro. 2, mantuvo el recurso interpuesto por su colega de grado, y se remitió al
contenido de aquél.
Asimismo, sostuvo que la decisión impugnada importaba una
vulneración inadmisible, injustificada y desproporcionada de los derechos a la intimidad
y a la privacidad, así como una violación a la prohibición de toda injerencia arbitraria
del Estado en la correspondencia epistolar y los papeles privados del Sr. Jáuregui. Y
añadió que dicha injerencia exorbitante se había solicitado, y autorizado, sin que
previamente se hubieran reunido elementos probatorios que justificaran, por un lado, la
medida de prueba requerida y, por otro, la extensión temporal de la intervención, toda
vez que el Dr. Arnaudo no había logrado demostrar de ningún modo que el contenido de
las plataformas de comunicación del teléfono celular del imputado tuvieran alguna
conexión con el hecho investigado.
En el mismo orden de ideas, el Dr. Cappuccio añadió que los límites
temporales de la medida autorizada por la a quo también eran de una amplitud y
desproporción sorprendente, toda vez que se había hecho lugar al análisis de todas las
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Actuación Nro: 2551615/2021

conversaciones contenidas en el celular del Sr. Jáuregui por un período de dos años y
cuatro meses.
A la vez, mantuvo la reserva del caso federal oportunamente realizada.
XII. Por otra parte, el pasado 27 de septiembre, en el legajo que lleva el
número 94681/2021-2 y en virtud del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el
Fiscal de Cámara, esta Sala I resolvió “I. DECLARAR INADMISIBLE el recurso de
inconstitucionalidad, interpuesto por el Ministerio Público Fiscal (arts. 27 y 28 Ley
N°402 a contrario sensu). II. TENER PRESENTES las reservas efectuadas”.
XIII. Finalmente, el pasado 10 de septiembre, los autos quedaron en
estado de ser resueltos.

Los Dres. Marcelo Pablo Vázquez y José Saez Capel dijeron:


PRIMERA CUESTIÓN
El remedio procesal intentado por la Defensa Oficial ha sido
presentado en tiempo y forma, por quien posee legitimación para hacerlo (artículo 291
del CPPCABA).
A su vez, y si bien hemos dicho en numerosos precedentes que las
decisiones adoptadas en materia de prueba con antelación a la audiencia de juicio no son
hábiles para generar un gravamen de magnitud tal que no pueda tener reparación en otra
instancia del proceso (Causas N° 10009-03-CC/16 “Incidente de apelación en autos
Hernández, José Bernardo s/inf. art. 149 bis CP”, rta. el 08/9/2016; N° 6471/2019-0
“Duarte Penayo, Cirila s/art. 92 - CP”, rta. el 01/04/2019; Nº 20172/2018-0 “Vinci,
Leonardo David sobre 183 CP”, rta. el 11/4/2019; N°12795-0/2020 “Benítez, Benjamín
y otros s/art. 5 “e” ley 23737” rta. el 11/09/2020; entre muchas otras), lo cierto es que
tanto las características del presente caso como la alegada amplitud de la pericia hacen
que sea razonable afirmar que la decisión impugnada puede irrogarle a la impugnante
un agravio de insusceptible reparación ulterior.
En esa medida, corresponde declarar admisible el recurso intentado por la
defensa del Sr. Jáuregui.

SEGUNDA CUESTIÓN
Arribados a este punto, corresponde destacar que, en el marco del recurso
de reposición con apelación en subsidio oportunamente interpuesto, la Dra. Lousteau se
agravió con base en que la magistrada de grado había hecho lugar a la apertura del
teléfono celular del encausado cuando todavía no se encontraba firme la decisión
adoptada respecto de la suspensión del proceso a prueba, que había sido apelada por esa
parte, y criticó, a su vez, la amplitud de la pericia que había sido autorizada por la Dra.
Alvaro.
En virtud de ello, y con el objeto de lograr una mayor claridad expositiva,
daremos tratamiento a cada uno de esos agravios por separado.

Sobre la autorización de la pericia y el proceso


En este sentido, para comenzar a analizar el fundamento de lo resuelto a
la luz del primero de los agravios presentados, es necesario destacar que la
interpretación que realiza la magistrada de grado sobre la firmeza de los resolutorios, así
como sobre su ejecutoriedad, resulta, cuanto menos, curiosa. Ello así, toda vez que, en
un primer término, la jueza decidió hacer lugar a la apertura del teléfono, y a su peritaje,
cuando su anterior decisión de no otorgar la suspensión del proceso a prueba, a la que
ella misma había supeditado la realización de la pericia en cuestión, se encontraba
apelada ante este Tribunal.
Así, lo cierto es que es posible interpretar que, en el pronunciamiento
dictado el pasado 2 de julio, a través del cual resolvió autorizar la realización del
examen pericial sobre el teléfono celular que le fuera incautado al Sr. Jáuregui, la
magistrada consideró que la circunstancia de que su anterior decisión –mediante la cual
rechazó la aplicación de la suspensión del proceso a prueba en virtud de la oposición
fiscal– no estuviera firme, no resultaba óbice para volver a expedirse sobre la pericia en
cuestión, ni para autorizarla y disponer su realización.
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Y, por otra parte, se advierte que, al resolver el recurso de reposición


intentado por la defensora del Sr. Jáuregui, la jueza de grado optó por una postura
sustancialmente diferente, en tanto tuvo en cuenta que esta Cámara había dispuesto
otorgar la suspensión del proceso a prueba al Sr. Jáuregui pero, sin embargo, en ese
caso, consideró que la operatividad de ese resolutorio –al que, nuevamente, ella misma
ató la realización de la pericia sobre el teléfono celular– se encontraba supeditada a su
firmeza, y agregó que, toda vez que, en el caso, el Fiscal de Cámara había interpuesto
un recurso de inconstitucionalidad, no correspondía dejar sin efecto su decisión, ni
ejecutar lo dispuesto por el Superior en la resolución oportunamente dictada.
Así, lo cierto es que, más allá de los vaivenes que se desprenden de las
diferentes consideraciones efectuadas por la a quo, al día de hoy, la decisión de la
magistrada de grado, de no hacer lugar a la suspensión del proceso a prueba, fue
revocada por esta Sala I, en una resolución que dispuso otorgar la probation al Sr.
Jáuregui, y que, si bien el Fiscal de Cámara presentó una impugnación contra lo resuelto
por esta Alzada, dicho recurso de inconstitucionalidad ya fue declarado inadmisible.
Y, por otra parte, si bien la Fiscalía de Cámara tiene expedita la vía del
recurso de queja, no debe perderse de vista que, como explicáramos al momento de
declarar inadmisible el recurso de inconstitucionalidad incoado, esa vía no tiene por
objeto convertir al Tribunal Superior de Justicia en tercera instancia obligada de todos
los pronunciamientos dictados por el Poder Judicial de la Ciudad, sino que, por el
contrario, aquella constituye una vía de revisión extraordinaria, y reservada
exclusivamente para aquellos casos en los que se haya puesto en juego la vigencia de
una norma constitucional o convencional, lo que, según entendimos, no sucede en el
presente caso.
Asimismo, corresponde reiterar lo que ya quedara asentado en nuestra
anterior intervención, respecto de que la propia magistrada de grado remarcó, al
momento de no hacer lugar a la solicitud de apertura y examinación del teléfono celular
del Sr. Jáuregui, que la concesión de la suspensión del proceso a prueba conlleva, como
el propio nombre del instituto lo indica, la suspensión de la investigación penal respecto
del sujeto al que se le otorga y que, en esa medida, continuar realizando medidas de
investigación al concederse una probation desvirtúa la esencia del instituto.
Precisamente, la condición que asume el Estado para suspender su actividad es la
imposición de pautas al probado, en esa medida, nos encontraríamos ante un sinsentido
si alguien realizara pautas de conducta mientras la actividad de persecución no hubiera
cesado.
En esa línea, no cabe más que coincidir con la a quo en cuanto a que no
resulta posible que, de forma simultánea, se disponga la suspensión del proceso a
prueba respecto del encausado y que, a su vez, se autorice la realización de una medida
de investigación como la aquí impugnada.
Y, en efecto, ya hemos reseñado que esta Sala ha decidido concederle al
Sr. Jáuregui la suspensión del proceso a prueba, y, a la vez, ha declarado inadmisible el
recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el Dr. Martín Lapadú contra esa
decisión, por lo que entendemos que no corresponde, al menos, de momento, autorizar
la apertura del teléfono en cuestión, ni su peritaje.
En esa medida, no queda más que revocar la decisión de la magistrada de
grado, en cuanto hizo lugar a la pericia del teléfono móvil del Sr. Jauregui.
Ahora bien, sin perjuicio de ello, nos expediremos brevemente, en el
acápite siguiente, sobre la alegada amplitud de la pericia ordenada.

Sobre la amplitud de la pericia


En primer término, corresponde volver a dejar asentada la postura que,
desde antaño, esta Sala viene sosteniendo, en cuanto a que las decisiones adoptadas en
materia de prueba con antelación a la audiencia de juicio no son hábiles para generar un
gravamen de magnitud tal que no pueda tener reparación en otra instancia del proceso
(Causas N° N° 6471/2019-0 “Duarte Penayo, Cirila s/art. 92 - CP”, rta. el 01/04/2019;
N° 12795/2020-0 "Benítez, Benjamín y otros s/art. 5 Ley 23.737 CP" rta. el 11/09/2020;
N° 14347/2020-1 “Guevara Julca, Rene Agustín s/art. 14 1°parr Ley 23.737 CP”, rta. el
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13/11/2020; ; N° 4676/2019-4 “Fortune, Rupert s/art. 189 bis, parr1 CP” rta. el
9/12/2020, entre muchas otras).
Ahora bien, en la medida en que, en razón del irregular camino que se
siguió en la presente para autorizar dicha pericia, los suscriptos hemos resuelto dar
trámite al presente recurso, y expedirnos sobre los agravios invocados por la defensa del
Sr. Jáuregui, también corresponde que, dadas las circunstancias, realicemos un breve
análisis sobre la particular amplitud de la medida que fue autorizada en autos.
En esa línea, es necesario dejar asentado que el derecho a la intimidad
está constitucionalmente consagrado, en los artículos 18 y 19 de nuestra Carta Magna, y
en el artículo 13.8 de la Constitución de la Ciudad, y que ello implica que las
intromisiones en ese ámbito, tales como los allanamientos de domicilio; las escuchas
telefónicas, el secuestro de papeles y correspondencia o información personal
almacenada, sólo pueden ser ordenadas por el juez competente.
Y, en esa línea, y sin perjuicio de la postura que venimos sosteniendo
respecto de esta temática, no se puede soslayar el hecho de que una pericia, en este caso,
sobre el teléfono celular del encausado, no solamente está en pugna con el derecho antes
mencionado, sino que, a su vez, implica también la producción de prueba de cargo
anticipada, esto es, previa a la etapa de debate oral, que es el escenario
constitucionalmente establecido para ese fin (Voto de los Dres. Vázquez y Saez Capel
en CN 11216/20-0, “Quispe Reyes, Dante Mitchel s/ art. 14 primer párrafo ley 23.737”,
rta. el 11/03/21).
Sin perjuicio de ello, lo cierto es que la pericia en cuestión constituye una
excepción permitida a la regla sentada en el párrafo precedente, en la medida en que se
trata de una prueba irrepetible, y que debe ser llevada a cabo en esta etapa primigenia de
la investigación, para orientar su curso.
Ahora bien, también es cierto que, tal como indicara la propia magistrada
de grado al momento de hacer lugar a lo solicitado por el representante del Ministerio
Público Fiscal, las medidas como la que aquí se solicita deben ser restringidas por los/as
jueces/as, de conformidad con los principios de idoneidad, necesariedad y
proporcionalidad, y que, en caso contrario, aquellas afectarían derechos consagrados
constitucionalmente.
Sin embargo, no se advierte del análisis de las presentes, ni ha sido
justificado por el fiscal de grado, ni por la a quo, por qué es necesario y proporcional
realizar un análisis sobre el contenido de las conversaciones que el Sr. Jáuregui,
imputado por el delito de uso de documento público falso, haya tenido a través de todas
las plataformas de mensajería instaladas en su celular desde noviembre del 2018 hasta
marzo del 2021. Y, en ese sentido, adquiere particular relevancia el hecho de que la
intención del Fiscal, reconocida por él mismo a lo largo de la investigación, es la de
hallar a otros posibles partícipes en el hecho.
Así, no queda más que coincidir con el Defensor ante esta instancia, en
cuanto a que la medida solicitada por el Fiscal, y autorizada por la jueza de grado,
importa una vulneración injustificada y desproporcionada de los derechos a la intimidad
y a la privacidad del Sr. Jáuregui y a que, además, el representante del Ministerio
Público Fiscal no ha demostrado de ningún modo que el contenido de las plataformas de
comunicación del teléfono celular tengan alguna conexión con el hecho investigado, ni
que la extensión en el tiempo de aquella búsqueda esté justificada en algún elemento de
la pesquisa.
En esa línea, cabe añadir que las facultades de investigación del
Ministerio Público Fiscal no pueden, en ningún caso, avasallar los derechos
constitucionales de los encartados, y que esa prohibición adquiere particular relevancia
en aquellas circunstancias en las que –como ocurre aquí– las medidas de prueba en
cuestión ni siquiera están orientadas a profundizar la investigación respecto de la
persona imputada, sino que, por el contrario, tienen como norte la identificación de
otros individuos que podrían haber participado en el supuesto hecho delictivo.
En virtud de ello, entendemos que la amplitud de la pericia autorizada en
autos no cumple con los principios de idoneidad, necesariedad y proporcionalidad, y
que, en esa medida, resulta a todas luces excesiva.
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Por todo lo expuesto, y tal como lo adelantamos en el acápite anterior,


consideramos adecuado revocar la decisión de la magistrada de grado, en cuanto hizo
lugar a la pericia sobre el teléfono celular del Sr. Jáuregui, y disponer que, por el
momento, y en razón de las decisiones dictadas por los suscriptos en el marco de la
presente investigación, tendientes a otorgarle al Sr. Jáuregui la suspensión del proceso a
prueba, no corresponde llevar a cabo aquella medida.
A la vez, también es necesario dejar asentado que, en caso de que, en
virtud del devenir de la investigación, la medida deba ser llevada a cabo en el futuro,
aquella deberá estar correctamente delimitada, conforme las circunstancias del caso, y
los principios de idoneidad, necesariedad y proporcionalidad. Así votamos.

La Dra. Elizabeth A. Marum dijo:


Coincido con mis colegas preopinantes en cuanto a la admisibilidad del
recurso y, en particular, en lo atinente a que, si bien hemos dicho en numerosos
precedentes que las decisiones adoptadas en materia de prueba con antelación a la
audiencia de juicio no son hábiles para generar un gravamen de magnitud tal que no
pueda tener reparación en otra instancia del proceso (Causas N° 10009-03-CC/16
“Incidente de apelación en autos Hernández, José Bernardo s/inf. art. 149 bis CP”, rta.
el 08/9/2016; N° 6471/2019-0 “Duarte Penayo, Cirila s/art. 92 - CP”, rta. el 01/04/2019;
Nº 20172/2018-0 “Vinci, Leonardo David sobre 183 CP”, rta. el 11/4/2019; N°12795-
0/2020 “Benítez, Benjamín y otros s/art. 5 “e” ley 23737” rta. el 11/09/2020; entre
muchas otras), lo cierto es que la amplitud de la pericia autorizada en el caso hace que
sea razonable afirmar que la decisión impugnada puede irrogarle al Sr. Jáuregui un
agravio de insusceptible reparación ulterior.
Sin embargo, habré de diferir con ellos en cuanto a la solución a aplicar
en el caso, por los motivos que expondré seguidamente.
En ese sentido, asiste razón a mis colegas preopinantes, en cuanto a que,
en el caso, hemos dispuesto otorgarle al Sr. Jáuregui la suspensión del proceso a prueba,
y, luego, hemos declarado inadmisible el remedio interpuesto por el Fiscal de Cámara
contra aquella decisión.
Y, en la misma línea, también coincido con ellos en cuanto a que la
concesión de la suspensión del proceso a prueba conlleva, como el propio nombre del
instituto lo indica, la suspensión de la investigación penal respecto del sujeto al que se le
otorga y a que, en esa medida, continuar realizando medidas de investigación relativas a
aquél, pese a que se le haya concedido una probation, desvirtúa la esencia del instituto.
Sin embargo, entiendo que la concesión de la suspensión del proceso a
prueba de uno de ellos no puede implicar un impedimento para investigar a otros
posibles partícipes, ni para continuar la pesquisa respecto de aquellos. En esa medida,
entiendo que nuestra anterior decisión no resulta óbice para que, en un caso como este,
se autorice la pericia sobre el teléfono móvil del encausado, con el exclusivo objeto de
determinar si en el hecho que originó las presentes han participado otras personas.
En esa línea, corresponde destacar que, al solicitar nuevamente que se lo
autorizara a practicar un escrutinio del contenido del teléfono celular del Sr. Jáuregui, el
fiscal de grado refirió que esa medida estaba orientada a determinar la participación de
terceros que aún no habían sido identificados.
Y, en efecto, esa solicitud encuentra asidero en las características del
suceso que aquí se investiga, en el que el encausado fue hallado con un registro de
conducir apócrifo, por lo que resulta probable que no haya sido aquél, sino otra persona,
quien confeccionó el documento en cuestión, y se lo dio a Jáuregui para que aquél lo
utilizara.
Así, lo cierto es que, aún habiéndole otorgado al nombrado la probation,
en un caso como el que aquí nos convoca es razonable que se autorice la mencionada
pericia, con el objeto y los alcances ya señalados.
Pero, por otra parte, también es cierto lo apuntado por mis colegas
preopinantes –e, incluso, por la jueza de grado– en cuanto a que las medidas como la
que aquí está en juego deben ser restringidas por los/as magistrados/as, de conformidad
con los principios de idoneidad, necesariedad y proporcionalidad.
2021 - Año del Bicentenario de la Universidad de Buenos Aires

CÁMARA DE APELACIONES EN LO PPJCyF - SALA I


INCIDENTE DE APELACION EN AUTOS "JAUREGUI, SANDRO PASTOR SOBRE 296 - USO DE DOCUMENTO O
CERTIFICADO FALSO O ADULTERADO"
Número: INC 94681/2021-3
CUIJ: INC J-01-00094681-4/2021-3
Actuación Nro: 2551615/2021

Y, en esa medida, habré de coincidir con los Dres. Vázquez y Saez Capel
en cuanto a que no se advierte del análisis de las presentes, ni ha sido justificado por el
fiscal de grado, ni por la a quo, por qué es necesario y proporcional realizar un análisis
sobre el contenido de las conversaciones que el Sr. Jáuregui, imputado por el delito de
uso de documento público falso, haya tenido a través de todas las plataformas de
mensajería instaladas en su celular desde noviembre del 2018, hasta marzo del 2021.
Así, si bien luce razonable que se analicen las conversaciones telefónicas
del nombrado, con el objeto de determinar si aquél encargó la confección de la licencia
a otra persona, o bien, si se refirió a aquella de algún modo, entiendo que el plazo
solicitado por el fiscal, y autorizado por la jueza, respecto de esa pericia, resulta todas
luces excesivo e injustificado.
Por el contrario, en razón de las características del caso, y de la
circunstancia de que, según se desprende de la pesquisa, la licencia en cuestión habría
sido expedida el 15 de febrero de 2019, entiendo que es correcto autorizar la realización
del examen pericial sobre el teléfono celular marca LG, modelo Q60, que le fuera
oportunamente incautado al imputado, con el objeto de registrar las plataformas de
comunicación con terceras personas, durante los seis meses anteriores a que se expidiera
tal cartular.
Así, corresponde hacer lugar a la realización de la pericia sobre el
mencionado teléfono celular, para registrar las plataformas de comunicación con
terceras personas, por el plazo de seis meses, a contar desde el 15 de agosto de 2018, y
hasta el 15 de febrero de 2019, y con la única finalidad de determinar la participación de
otras personas en el hecho que aquí ha sido pesquisado.
Por ello, voto por confirmar parcialmente la decisión dictada por la
magistrada de grado, en cuanto autorizó la pericia, y revocar, también parcialmente,
dicha resolución, en lo atinente al lapso por el que las conversaciones telefónicas del Sr.
Jáuregui deberán ser analizadas, y disponer que el escrutinio se limite al período de
tiempo contemplado entre el 15 de agosto de 2018 y el 15 de febrero de 2019, y a la
determinación de si han intervenido otras personas en el suceso.

Por lo hasta aquí expuesto, el Tribunal, por mayoría, resuelve


RESUELVE:
I. REVOCAR la resolución en crisis, en cuanto ordenó “I. HACER
LUGAR a la solicitud del Sr. fiscal y, en consecuencia, AUTORIZAR la realización del
examen pericial sobre el teléfono celular incautado, marca LG, modelo Q60, color
negro; con el único objeto de registrar las plataformas de comunicación con terceras
personas, durante el período comprendido entre el 15 de noviembre de 2018 y el 18 de
marzo de 2021; a fin de obtener información vinculada a la imputación (cfr. art. 121
CPPCABA.).” y disponer que, por el momento, y en razón de las decisiones dictadas
por los suscriptos en el marco de la presente investigación, tendientes a otorgarle al Sr.
Jáuregui la suspensión del proceso a prueba, NO CORRESPONDE HACER LUGAR
A LA REALIZACIÓN DE DICHO EXAMEN PERICIAL.
II. DEJAR ASENTADO que, si en virtud del devenir de la
investigación, la medida es llevada a cabo en el futuro, aquella deberá estar
correctamente delimitada, conforme las circunstancias del caso, y los principios de
idoneidad, necesariedad y proporcionalidad.
Regístrese, notifíquese a las partes por medios electrónicos y remítase de
la misma forma al Juzgado de origen a sus efectos.
JUZGADO N°16|EXP:94681/2021-3 CUIJ J-01-00094681-4/2021-3|ACT 2551615/2021

Protocolo Nº 377/2021

FIRMADO DIGITALMENTE 11/11/2021 13:10

Marcelo Vazquez Elizabeth Adriana Jose Saez Capel Maria del Rosario Ianieri
JUEZ/A DE CAMARA Marum JUEZ/A DE CAMARA SECRETARIO DE SALA
CÁMARA DE JUEZ/A DE CAMARA CÁMARA DE CÁMARA DE
APELACIONES EN LO CÁMARA DE APELACIONES EN LO APELACIONES EN LO
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