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Josefa Miquel

Martín Vicuña

Teoría Literaria I

Sección 2

Profesora: Paloma Domínguez

Ayudante: Daniel Pereira

26/10/2022

“Cuatro caras del estructuralismo”


ÍTEM I

1. Eagleton define al estructuralismo como un análisis preocupado de la forma. “El


creer que las unidades individuales de cualquier sistema tienen significado sólo en
virtud de sus relaciones mutuas (…) las imágenes carecen de significado
“sustancial”; sólo poseen un significado “relacional”. (61) Es decir, los elementos
individuales son reemplazables en la medida en que las relaciones entre ellos se
mantengan.
Eagleton también agrega que “El estructuralismo es una afrenta premeditada contra
el sentido común. Rechaza el significado obvio del relato y procura aislar ciertas
estructuras profundas del cuento que no salen a la superficie”. (62) Genette se
inserta en esta doctrina precisamente porque aísla elementos que no necesariamente
se identifican de inmediato. Por ejemplo, el relato y el discurso, la objetividad y la
subjetividad, la descripción y la narración. De hecho plantea definir el relato desde
una singularidad negativa, en base a las relaciones debilitadas o difuminadas que
presenta, como es el caso entre el relato y el discurso o la mímesis y la diégesis.
Kristeva, por otro lado, presenta los síntomas clásicos (si bien también podríamos
considerarla cercana al posestructuralismo al modificar la teoría de Bajtín): la
preocupación por la forma en desmedro del contenido se evoca en la ambivalencia
inicial de Bajtín, en la palabra como unidad mínima de la estructura, en el
establecimiento de ejes (texto-contexto, autor-lector), que precisamente, forman una
estructura de análisis. Incluso la relación entre el texto y sus antecesores o la época
que le corresponde; el foco está en el diálogo de los elementos, su relevancia está en
esas relaciones.
Tanto Barthes como Todorov pueden ser inscritos en el estructuralismo debido a las
metodologías que emplean para aproximarse a los estudios literarios. Por un lado
Barthes propone distintos niveles binarios en los cuales desmenuza el objeto de
estudio: historia/discurso, distribucionales/ integrativa, etc. Por otro lado Todorov
apunta a un estudio pseudo matemático o con intentos de presentar una mirada
objetiva de lo literario a través de sus categorías. Ambos comparten también el
hecho de alejarse de la particularidad del estudio. Buscan la forma y estructura de la
literatura, dejando de lado elementos específicos de cada obra. Es decir, lo que
persiguen es un factor común para analizar los textos de la manera más
metodológica posible.

ÍTEM II

1. Barthes introduce las nociones de historia y discurso como dos grandes niveles en
base a las ideas de Todorov. Historia se entiende como el argumento “Que
comprende una lógica de las acciones y una sintaxis de los personajes” (Barthes 15).
Es decir, la coherencia que existe entre los actos del relato. Mientras que el discurso
se caracteriza como algo “que comprende los tiempos, los aspectos y los modos del
relato” (15).
En el caso de Pierre Menard, la historia tiene ciertas secuencias que dan posibilidad
a esta coherencia. En primer lugar la presentación de la Baronesa de Bacourt y la
condesa de Bagnoregio, lo cual justifica la autoridad del narrador de hablar sobre el
presunto autor. Luego, la enumeración de las obras del poeta de Nîmes, lo cual
también reafirma el conocimiento que posee el narrador sobre Menard. Asimismo,
el análisis de este segundo Quijote permite el desarrollo de la historia, donde se va a
hablar de la empresa llevada a cabo por Menard. Este orden -más allá de razones
estilísticas- permite que el relato tenga una historia, una sucesión de hechos que
permiten el desarrollo de la obra. Es decir, si el narrador no sospechara de su
autoridad para hablar de Menard y no enumerara razones de por qué puede hablar
de él, no sería posible que razonara sobre el Quijote escrito en el siglo XX.
En el caso del discurso, para empezar el narrador se refiere a Menard como un mero
investigador, sin embargo, luego se presenta a sí mismo como alguien que lo
conoció. Por ejemplo cuando dice “Recuerdo sus cuadernos” (Borges 450). Y no
solo eso, también se señala que Menard quemó los textos y no permitió que nadie
los leyera, sin embargo, el narrador fue capaz de verlos porque los describe. Incluso
al final del texto se menciona la ubicación donde fue escrito el Quijote (Nîmes) y se
da a entender que el narrador es el mismo Menard. Es importante porque estos
elementos son la entrega de tiempos, modos y aspectos del relato.
2. Las funciones son una unidad distributiva, esto quiere decir que, las funciones
operan al mismo nivel, ya que se complementan y son consecuentes. Existen varios
tipos de funciones, sin embargo, de la clase de función que hablaremos se
desprenden dos subclases: las Cardinales (nudos) de la historia y las Catálisis que
sirven para rellenar: “se trata aquí de una funcionalidad puramente cronológica”
(Barthes 20).
Retomando el ejemplo de Borges, podemos ver cómo la historia central es retratar la
obra y vida de Menard (su unidad cardinal). Sin embargo hay varios elementos de
relleno que dan coherencia a la historia, como el ejemplo dado anteriormente (el
archivo visible de Menard). En el relato se narran distintos aspectos sobre Menard
que permiten hablar específicamente de la hazaña de escribir nuevamente el
Quijote.

ÍTEM III

1. La idea de sentido está relacionada a la posibilidad que tienen los elementos de la


obra de relacionarse entre sí y con la obra en sí misma. Esto quiere decir que todo
elemento en una obra existe por cierta razón, tiene un sentido de ser en ella. La
interpretación, por otra parte, radica en el crítico del texto, en palabras del lingüista
búlgaro “La interpretación de un elemento de la obra es diferente según la
personalidad del crítico y su posición ideológica, y según la época”. (Todorov 156)
En el cuento de Pierre Menard, un ejemplo de sentido puede ser la razón de por qué
el narrador señala la obra visible del autor y pone énfasis en ella, para luego
mencionar la otra obra “la subterránea, la interminablemente heroica, la impar”
(Borges 446). El narrador no utiliza esos elementos de manera gratuita, si no que
permite generar un contraste con otro elemento (el Quijote de Cervantes).
Una interpretación vendría siendo el creer -como lector- que el autor habla de
visible, porque estas son las obras que sí se leen de Menard, debido a que El Quijote
sería prescindible en estos tiempos.

2. Todorov considera que fueron los formalistas rusos quienes elaboraron la primera
fórmula con tendencia moderna de los estudios literarios. Inspirado en la idea
formalista de “Estudiar la literariedad y no la literatura”. (Todorov 155) Esta
búsqueda de los estudios de la literariedad lleva a Todorov a la pregunta de “¿Cómo
aislar el campo de lo que es propiamente literario (...)?” (Todorov 155). Pregunta
que dirige el camino hacia los estudios literarios con un carácter científico.

3. Todorov enumera tres tipos de relaciones entre personaje y narrador:


a. Narrador > personaje.
b. Narrador = personaje
c. Narrador < personaje.
La primera relación (la visión por detrás) es aquella en la que el narrador sabe más
que el personaje. La segunda (visión con) es en la que el narrador sabe lo mismo
que el personaje. La última, es en la cual el personaje sabe más que el narrador (la
visión desde fuera).
Siguiendo con el ejemplo, en este caso es complejo identificar la relación que tiene
el narrador con el personaje, ya que pareciera ser que esta relación va cambiando en
el desarrollo del texto. En primer lugar el narrador demuestra un conocimiento
menor sobre los personajes cuando dice “Los amigos auténticos de Menard han
visto con alarma ese catálogo y aun con cierta tristeza”. (Borges 444) La palabra
“cierta” plantea con inseguridad una creencia, aun así, no lo dice con absoluta
seguridad, por lo tanto, no tiene un conocimiento ni superior ni igual a los
personajes. Ahora bien, el texto inmediatamente señala que “Diríase que ayer nos
reunimos ante el mármol final(...)”. (Borges 444) Esto indica que cuando el narrador
habla sobre sus amigos también lo hace sobre sí mismo, lo cual indicaría que el
personaje y el narrador tienen un conocimiento horizontal de las cosas. De esta
manera podemos aplicar los métodos de estudios de Todorov en un relato literario.

ÍTEM IV

1. Según Genette, relatar y describir son dos operaciones similares, principalmente


porque la descripción no logra diferenciarse lo suficiente de la narración: “Si la
descripción marca una frontera del relato, es sin duda una frontera interior y, al fin
de cuentas, bastante imprecisa”. (Genette 144). Se trata entonces de un aspecto del
relato, no de un modo. Si bien imprescindible, siempre esclava de la narración.
El cuento de Borges es tanto una comparación entre textos como el retrato de un
personaje. Por ejemplo, sobre la enumeración de las obras de Menard, se podría
decir que es una descripción con una función ornamental. Se trata de una de las
funciones diegéticas, según la cual el objeto de una descripción en relación con la
economía general del relato es decorar. Sin embargo, también es posible argumentar
que esa misma enumeración corresponde en realidad a otra función diegética: una
descripción explicativa y simbólica. Por lo demás muy común en la novela
moderna, siendo la descripción ornamental característica de la literatura del siglo
XIX. A partir de esta segunda función podría decirse que en realidad la
enumeración de su archivo no es una simple ambientación, si no una caracterización
del personaje de Menard. La descripción, por lo tanto, queda supeditada a la
narración, porque no se distingue con claridad de ella. Tal como sucede en el texto:
la descripción de la obra de Menard se inscribe fácilmente en la narración de
acontecimientos.

2. Genette distingue entre la objetividad del relato y la subjetividad del discurso. El


primero se define como la ausencia de cualquier vestigio de narrador, es decir, los
acontecimientos se narran a sí mismos. En cambio el segundo se refiere al “yo”
contenido en la persona que sostiene el discurso. Si bien la autonomía del relato
difiere de la subordinación del discurso, el autor sostiene que ninguno de los dos se
encuentra en estado puro; “casi siempre hay una cierta proporción del relato en el
discurso y una cierta dosis de discurso en el relato”. (Genette 147)
En el cuento es posible apreciar uno y otro elemento, así como su composición. Por
ejemplo, en las primeras líneas del relato el narrador parece ser una tercera persona
que no interactúa directamente con Menard (una especie de columnista), pero se
delata rápidamente cuando afirma “Diríase que ayer nos reunimos ante el mármol
final(...)” (Borges 444) Ese “nos” ya nos habla de un “yo”, de un discurso en boca
de un personaje que viene a retratar a un amigo y por lo tanto se trata de un ámbito
subjetivo del relato, pero que se combina fácilmente con la objetividad del mismo:
“No permitió que fueran examinadas por nadie y cuidó que no le sobrevivieran. En
vano he procurado reconstruirlas”. (Borges 450) En la primera frase los hechos
parecen desenvolverse por sí mismos, el narrador es invisible. En la segunda frase
se hace presente un “yo”.

ÍTEM V

1. Kristeva instala sobre la intersubjetividad la intertextualidad; cómo se da el


dialogismo en la literatura. En otras palabras, lo lleva a la lógica estructuralista.
Establece dos ejes:
a. Eje vertical (texto – contexto)
Donde se contiene la intertextualidad. El diálogo entre un texto y sus
antecesores. Se desprende de la idea de mosaico de Bajtín; no es posible
concebir o analizar una obra sin tener en cuenta sus influencias.
b. Eje horizontal (autor - destinatario)
Donde se contiene la intersubjetividad. Va más allá del diálogo entre autores y
contenidos, se refiere a la interacción entre el texto mismo y la sociedad. Por
ejemplo, en un relato, los personajes dialogan entre sí por medio de un “yo”
propio, mientras que a la vez dialogan con el destinatario, el lector. Es decir, ese
“yo” sólo tiene sentido en el sistema en la medida en que hay un “otro” que
recibe el mensaje y lo reconoce como tal.
En el cuento de Borges, Menard participa de esa intertextualidad. Ya que en
concreto su Quijote es una réplica del de Cervantes. Pero se trata de un texto
distinto porque no es una copia, si no una novela distinta, una reconstrucción
espontánea de un clásico de la literatura. Sin embargo el propio narrador sostiene
que “Quienes han insinuado que Menard dedicó su vida a escribir un Quijote
contemporáneo, calumnian su clara memoria”. (Borges 446) Ello porque Menard no
persigue reescribir la obra desde la óptica de Cervantes: “Ser, de alguna manera,
Cervantes y llegar al Quijote le pareció menos arduo -por consiguiente, menos
interesante- que seguir siendo Pierre Menard y llegar al Quijote, a través de las
experiencias de Pierre Menard”. (Borges 447) Es decir, el Quijote de Menard es, en
su estructura, el mismo libro que Cervantes escribió hace más de cuatrocientos años.
Pero a la luz de la estructura que elabora Kristeva (eje vertical y horizontal) es una
obra distinta y única por sí misma.
Por un lado su intertextualidad es evidente e imprescindible. Sin Quijote de
Cervantes no hay Quijote de Menard. Pero además entre ambas obras hay siglos de
avance intelectual. Mientras que el primer Quijote se escribe en un diálogo con la
literatura española del siglo XVI y XVII, el segundo Quijote se escribe en relación
con el primero, con la literatura española de la época cervantina, y con los autores
leídos por el propio Menard.
Por otro lado su intersubjetividad vendría siendo las experiencias de Menard y la
relación de su obra respecto de la sociedad en la que “nace”. Menard es un autor del
Quijote original, y por lo tanto el destinatario de ese “yo” presente tanto en los
personajes como en el narrador. Él mismo aclara el origen de su proyecto: “Mi
recuerdo general del Quijote, simplificado por el olvido y la indiferencia, puede
muy bien equivaler a la imprecisa imagen anterior de un libro no escrito”. (Borges
448)
Bibliografía

Barthes, Roland. “Introducción al análisis estructural de los relatos”. Trad. Beatriz Dorriots.
Análisis estructural del relato. Comp. Roland Barthes. Buenos Aires: Tiempo
Contemporáneo, 1970. 9-43. Impreso.

Borges, Jorge Luis. Obras Completas. Buenos Aires: Emecé, 1984. Impreso.

Eagleton, Terry. “Prefacio”. Una introducción a la teoría literaria. Trad. José Esteban
Calderón. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. 59-93. Impreso.

Genette, Gérard. “Introducción al análisis estructural de los relatos”. Trad. Beatriz Dorriots.
Análisis estructural del relato. Comp. Roland Barthes. Buenos Aires: Tiempo
Contemporáneo, 1970. 193-208. Impreso.

Kristeva, Julia. “Bajtín, la palabra, el diálogo y la novela”. Intertextualité: Francia en el


origen de un término y el desarrollo de un concepto. Ed. Desiderio Navarro. La Habana:
Unión de Escritores y Artistas de Cuba Casa de las Américas, 1997. 1-24. Impreso

Todorov, Tzvetan. “Introducción al análisis estructural de los relatos”. Trad. Beatriz


Dorriots. Análisis estructural del relato. Comp. Roland Barthes. Buenos Aires: Tiempo
Contemporáneo, 1970. 155-192. Impreso.

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