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COMO ESCRIBIR UN ENSAYO LITERARIO

1 Aprender lo qué es un ensayo. Un estilo personal:  Para escribir un ensayo, primero, hay que saber en qué consiste, cuáles son sus
características, que cosas hay que evitar, etc. Por ello, se recomienda estudiar bien su concepto y analizar algunos ejemplos breves. Lo
que distingue este género es la voz propia del autor. El lector busca en el ensayista un pensamiento único, original, la estructura de los
argumentos que utiliza.

2 El tema del ensayo literario dependerá de su autor. Una duda frecuente tiene relación sobre las primeras frases para iniciar la obra.
¿Existe una manera correcta o formal de iniciar un ensayo? La respuesta es no. El estilo siempre es personal.  Algunas de las formas
comunes de iniciar un ensayo son:

Explicando un concepto..."El acoso escolar consiste en cualquier forma de maltrato que se da en el ámbito de las escuelas..Contando una
anécdota...

3 Elaborar los argumentos: Esta es la parte central de nuestra obra. Los argumentos constituyen la base sobre la cual el ensayista
sustenta sus ideas sobre el tema que desarrolla. La finalidad del ensayo es transmitir una determinada idea y generar una reacción en el
lector. Es decir, ese argumento tiene que ser lo suficientemente válido para convencerlo, para ganar su confianza.

4 Una conclusión firme:  La última parte del ensayo es un resumen de los principales argumentos que se han desarrollado.

Ejemplo de ensayo literario: cuerpo del ensayo

Comencemos desmontando el mito de que el cuento es un género menor en importancia. No es complicado hacerlo pues basta referirse
a las plumas de Julio Cortazar, Benedetti, Borges o Eduardo Galeano entre muchos otros, para defender que el cuento puede tener una
alta categoría y ser mucho más que un mero relato para niños.
Pero incluso en los relatos infantiles despreciar la tinta de Andersen, Grimm o Perrault es una soberbia inconmensurable digna de
arrogantes críticos demasiado encerrados en un universo propio de letras y polvorientos escritos. Como pueden ver en los anexos que
adjunto, no son pocas las voces autorizadas que defienden la calidad literaria de los grandes autores de cuentos.
El germen de los cuentos está en la tradición oral y es por esto que han sido en muchos casos despreciados cuándo pasaron a ser un
género literario. En un principio se limitaban a recoger estas narraciones tradicionales, pero el cuento ha evolucionado y ya no se limita a
ser una simple recopilación de leyendas constituyendo un género propio, con sus subgéneros y peculiaridades.
Y una vez hemos dejado clara su importancia literaria, hablemos de su influencia en las jóvenes mentes como inductor a la lectura.
La mayoría de los niños tienen su primer contacto con los libros a través de los coloridos ejemplares que sus padres les sujetan para que
observen los dibujos mientras les narran lo que allí está escrito. Cuándo comienzan a leer, son los cuentos los primeros escritos sobre los
que posan sus miradas tratando de descifrar los mágicos secretos que encierran. Cumplen todos los requisitos: son breves, de lenguaje
sencillo y los temas atrapan su imaginación que rebosa misterios, hadas, princesas y enanitos mágicos.
Con el tiempo y la edad, un niño al que se le ha inculcado el placer de dormirse con un cuento, comenzará a desear saber por si mismo
que sucede a sus personajes favoritos y poco a poco se adentrará en el íntimo placer de sumergirse en las páginas de un libro y
comenzar a vivir sus historias sin más voz que esa interior que te acaricia el alma cuándo te sitúas frente al hechizo de las palabras.
Un cuento puede crear lectores no solo entre los niños. Los libros de cuentos o relatos breves para adultos atrapan a personas que han
dejado atrás la infancia y que inmersos en una vida de prisas y estrés no encuentran tiempo para leer una novela más extensa. Los
cuentos permiten aprovechar una espera en la consulta del médico, un viaje en el transporte público o un breve instante antes de
entregarse al sueño para abanicar sus hojas y dejar que sus letras nos arranquen durante un breve rato de la rutina diaria y su torbellino
de ruidos y prisas y nos transporte a diferentes lugares dando un respiro a nuestra mente, demasiado sometida a una constante ansiedad.
Creo haber demostrado que el cuento no solo no es un género menor, sino que puede estar a la altura de las más grandes obras y que su
importancia es básica y primordial para el fomento de la lectura en niños y adultos, ayudando a que la sana costumbre de la lectura
perviva en las nuevas generaciones. Seamos pues unos “cuentistas” irreductibles con nuestros hijos, descubrámosles el placer de no
poner barreras a los sueños y de amar la lectura, a través de nuestras voces en un principio y de forma autónoma y con sus personales
elecciones más adelante.”

BIBLIOGRAFÌA http://www.imaginaria.com.ar/2012/12/los-cuentos-de-charles-perrault-cuentos-maravillosos-o-documentos-historicos/
http://spanien.um.dk/es/~/media/Spanien/Documents/Other/Andersen%20%20en%20qu%20edicin.pdf
http://encina.pntic.mec.es/~alor0009/cuentosninos.htm

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