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La canícula eterna causa bochorno sobre nuestras cabezas. Una figura delgada se acerca desde la distancia para hablar sobre recuerdos dolorosos de otros que atormentan como un dolor de huesos. La figura revela que la misma mano causó la muerte de Juan, Luis y la locura de Carmen, y que el querer saber pero no sentir el sufrimiento de otros también colabora en sus muertes. Sus palabras finales se evaporan mientras ella se aleja en la distancia.
Descripción original:
Es la visión mágica de haber vivido en un desierto de tres personajes urbanos
La canícula eterna causa bochorno sobre nuestras cabezas. Una figura delgada se acerca desde la distancia para hablar sobre recuerdos dolorosos de otros que atormentan como un dolor de huesos. La figura revela que la misma mano causó la muerte de Juan, Luis y la locura de Carmen, y que el querer saber pero no sentir el sufrimiento de otros también colabora en sus muertes. Sus palabras finales se evaporan mientras ella se aleja en la distancia.
La canícula eterna causa bochorno sobre nuestras cabezas. Una figura delgada se acerca desde la distancia para hablar sobre recuerdos dolorosos de otros que atormentan como un dolor de huesos. La figura revela que la misma mano causó la muerte de Juan, Luis y la locura de Carmen, y que el querer saber pero no sentir el sufrimiento de otros también colabora en sus muertes. Sus palabras finales se evaporan mientras ella se aleja en la distancia.
La canícula, el eterno bochorno que cae sobre nuestras cabezas a esta hora de sombras verticales, nos hace ver al final de la aridez, cosas que no existen pero que está n.... la vi venir de un lugar obscuro en la distancia, llegada desde lejos, donde el paisaje cambia de nombre y se convierte en horizonte, creció hasta tener su rostro frente al mío. Flaca, efigie profusa y cara profundamente acanalada... toda de negro, poco antes, un punto del espacio á rido,… yerma también ella que se me plantó para decirme: «Hacía tiempo que no quería hablar de eso..... que no quería recordarlo..... porque los recuerdos cuando no son de uno sino son de los demás y están llenos de los recuerdos de las gentes a quienes pertenecen, pero que los sentimos como si fuesen nuestros nos atormentan como un dolor de huesos» Mutismo telú rico.... há lito de sol que se arremolina silente, só lo el ventarró n cruzado levantando la arena que se te incrusta en la piel hiriéndote, que invade los pies calzados y el pecho encamisado...silencio… sigue a mi lado, dá ndome vueltas y vueltas... vendaval arenisco, polvoriento que quiere absorberme... Repentinamente se detiene, se paraliza todo, no hay sino un silencio vacío y extendido, los cujíes que habían ondeado sus ramas quedan congeladas en el tiempo por el ú ltimo remezó n como esperando ó rdenes, inmóviles, petrificadas en la calcina. Plantada ante mi, su rostro mustio, copia del paisaje agreste, iniciando un susurro moderado, casi un secreto, que se transformó , desde entonces, en mi sentencia definitiva: «Tu quieres saber de la muerte de Juan, de Luís, de la locura de Carmen cuando rompió fuente.... fue la misma mano aunque no lo parezca.... quieres saber eso pero no quieres saber y sentir lo que sufrieron cuando boqueaban sus recuerdos como un pescado cuando lo sacan del agua.... o lo que el wayuu siente cuando se le va la vista en medio de esta sabana que se lo traga y luego lo expulsa como un excremento» Se detuvo y su voz retumbó en el viento y en el tiempo esculpiendo, repujando cada pausa y cada palabra en la tierra seca y dura de la llanura desértica frente al mar de los caribes. «y no quieres saberlo porque también colaboras en la muerte de Juan... y en las de Luís y del guajiro...y en la locura de Carmen... tu viniste a preguntarme... ahora escucha» Sus palabras se evaporan... ella vuelve a ser lejanía engullida por el aire......